El Guardaespaldas (5/6) Momentos de tensión parte 1 - Las Bolas de Pablo

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9 oct 2012

El Guardaespaldas (5/6) Momentos de tensión parte 1

Desde la última vez que Arístides se vengase frente a Pedro golpeándolo en los testículos, el muchacho juro armar una guerra contra el fuerte guardaespaldas. Más que por venganza, era porque le gustaba ver a aquel fuerte y arrogante hombre estar chillando en el suelo agarrando sus bolas golpeadas, sin ser gay, eso a Pedro le gustaba también, porque detestaba la manera de ser de Arístides.

Para esa hora de la mañana Pedro jugaba tenis en el patio de su casa, la pelota chocaba con fuerza contra la pared, el sudor bajaba por la cara del joven y los músculos de su pecho se expandían con sus deportivos movimientos. El patio era custodiado por diferentes guardaespaldas, solo costo varios minutos para que el mejor de todos ellos apareciera y se dispusiera a charlar con sus colegas.

Con un fuerte gruñido Pedro golpeo la raqueta y la pelota se estrello contra la pared, reboto y paso veloz por el cuerpo del muchacho, Pedro suspiro y corrió a buscarla, diviso a lo lejos al socarrón Arístides con sus cabellos rubios brillando bajo el sol, lo detestaba, el sentimiento era mutuo, pero por ser el mejor Natalia, la madre de Pedro prefería que aquel guardaespaldas protegiera a su hijo. Sudando Pedro miro de arriba a abajo a Arístides, vestía con pantalón negro y chaqueta del mismo color, una idea maliciosa se formo en el cerebro del muchacho, era tan bueno en el tenis que lo lograría.

"hey muchachos ¡cuidado!" grito el joven y con la velocidad que lo caracterizaba golpeo la pelota con la raqueta, la cual salió expedida por el aire, algunos guardaespaldas se cubrieron, pero ella iba dirigida a alguien en especial, con una puntería exacta.

Arístides charlaba apaciblemente, solo escucho el "¡dado!" y cuando miro ya la pelota caía sobre él. La pelota verde choco contra su bulto en el pantalón, hizo un sonido de impacto, sus rodillas se doblaron, y sus manos se posaron sobre su paquete, sin saber si había golpeado a su pene o sus bolas. Arístides no pronuncio ningún tipo de palabra, simplemente se doblo sosteniendo su paquete mientras sus ojos se cruzaban y sus labios se abrían recibiendo un oleaje de dolor. Y cayo al piso, mientras sus colegas se unían a su alrededor

"oh Arístides ¡discúlpame! ¡Lo siento!"Decía con voz sobreactuada el joven Pedro

EL muchacho golpeado nada decía, simplemente estaba mudo del dolor que lo apresaba

"perdóname... perdóname... hey ¡alguien que lo traslade al interior de la casa por dios!" ordenaba el joven, enseguida entre varios hombres levantaron del suelo al agónico guardaespaldas


Así como Pedro disfrutaba, su mamá también lo hacia, pero de una manera muy especial, desde que conoció a Francisco el guardaespaldas moreno, fornido, elegante y cariñoso había desarrollado un cariño especial por el. Al pasar los meses ella lo había seducido y poco a poco el hombre fue sucumbiendo, hasta morder el anzuelo. Había empezado un noviazgo en secreto y para aquel día ella anuncio a sus empleados que estaría en una empresa frente a una reunión muy importante y que solamente necesitaría la protección de Francisco.


Pero esa reunión nunca existió y si la hubo era entre ellos 2 en el cuarto de un hotel. Ella besaba los carnosos labios de él. Mientras el atractivo hombre acariciaba con sus dedos la delicada espalda de la dama. La señora Natalia comenzó a apretar la larga verga de Francisco entre sus manos, el sonrió excitándose y haciéndola crecer hasta su punto máximo, a ella le brillaron los ojos y lo besaba con mas frenesí en los labios. Francisco dejo de besarla y se dedico a estimularla con besos en los pezones, ella se sentía muy caliente, luego ella lo excito a él lamiéndole el pene y las bolas, le gustaban los grandes testículos colgantes de su guardaespaldas, era un semental también un toro en la cama a juzgar por las otras relaciones sexuales.

Luego de 10 minutos la señora Natalia dejo de lamer las bolas y el pene de su amante, dejándole la carne brillosa de la saliva que le dejaba, La erecta polla de Francisco estaba a punto de reventar, se veía hermosamente iluminada por la luz mostrando sus venas, eso la excito. Los dulces labios del hombre pasearon el cuello de la dama, ella acariciaba la gruesa espalda de él y le apretaba los glúteos, él encima de ella haciéndole sentir sus bolas sobre el muslo, Francisco la besaba, de pie a cabeza. Natalia se lleno de orgasmo ante la lengua del hombre lamiendo su clítoris, Francisco sintió su paladar mojarse por la vulva de la mujer, el sonrió y ella también, el se incorporo en la cama y comenzó a penetrar a su jefa. Iniciaba con movimientos lentos para que la bella mujer se fuera acomodando por el tamaño de la verga dentro de ella cuando hubo estado preparado los movimientos se convirtieron en embestidas por el feroz hombre que se movía como un toro.


Los movimientos rápidos drogaban a los dos de placer, Francisco sentía el cosquilleo sobre su pene, pronto eyacularía, la mujer jadeaba ya no sabia cuantos orgasmos y gritos había dado en esos placenteros minutos. Francisco llegando al clímax se movía como una fiera salvaje sobre la mujer, hasta que el momento llego a su punto cumbre y soltó todo su semen blanco y pegajoso dentro de la jefa. Con un gemido ambos finalizaron el encuentro Francisco sacando su pene de dentro de ella y ella sonriendo colocando su cabeza sobre el fuerte pecho del hombre.

Después de haber sido golpeado Arístides fue dejado en una habitación para que descansara y recuperara energías pero la diversión para Pedro no había terminado

"¿donde esta Arístides?" pregunto a uno de sus colegas

"en su habitación"

"¿esta solo? quiero disculparme"

"si, cuando salí estaba solo... revolcándose en la cama del dolor"

"oh, lo siento"

Nada de sentir pena por Aristides pensaba Pedro caminando hacia la habitación quería ver humillado al mas arrogante y fuerte de los guardaespaldas, tanto lo detestaba por seguirlo a todos los lugares que el frecuentaba y dañar parte de sus planes. Abrió la puerta sin pedir permiso y vio al hombre acostado en la cama con los pantalones abajo y su zona genital desnuda, tenia en la mano sus testículos amoratados e hinchados.

"¿te dolió mucho Arístides?"

El hombre no contesto, guardo su desnudez sintiendo dolor sus bolas al rozar con la tela

"¿no te jactas de ser el mas competente y fuerte de todos?"

Otra vez de nuevo silencio

"y un golpecito a las bolas y estas acabado... que apropósito, son grandes"

"vete a la mierda" fue lo que contesto Arístides "aquí no he hecho mas que protegerte, estúpido niñato. Para eso trabajo aquí"

"eres tan gracioso" se burlo irónico Pedro "tan prepotente y tan debilucho a la vez"

"lárgate de aquí"

Pedro ni siquiera lo escucho, se sentó a su lado en la cama, Arístides se puso nervioso y protegió su virilidad con las dos manos, Pedro lo miro y sonrió

"eres gay Arístides, y te gustó" hablo seductoramente acercando sus labios a la cara del protector

Arístides lo miro a la boca, si no le gustaba por lo menos sentía una fuerte atracción hacia él.

Pedro siguió acercando su cara a la de Arístides, pero no se besaron, poso su mano sobre el fuerte pecho del joven y sintió sus músculos, Arístides seguía confundido en soltar sus testículos y obedecer su instinto sexual o no. Su pene comenzaba a levantarse y provocaba un daño feroz a sus testículos hinchados. Los labios se unieron, besándose provocando estimulantes sonidos, y Pedro se acomodo sobre Arístides su plan era provocar al guardaespaldas y después humillarlo con su virilidad. Pero algo salió mal, con las piernas abiertas sobre el pecho del guardaespaldas, Arístides fue quien se vengo. Situó una mano en la entrepierna de Pedro y apretó sus pelotas ovaladas.

Pedro abrió la boca y los ojos recibiendo el inigualable dolor al sentir sus huevos ser apretados, parecía como si sus intestinos se doblaran, y su estomago se comprimía a medida que se apretaban sus bolas. Protegiendo sus propias bolas, Arístides arrugo la cara con fuerza resistiendo su propio dolor y jaló hacia abajo los huevos de Pedro haciéndole al muchacho arrancar un grito doloroso.

"¡ay!" ay, ay! Mis bolas... para. Mis bolas, ay no... No ¡por favor! mis bolas..." sollozaba como un niño Pedro ya no quedaba nada de aquel muchacho arrogante y terco

"¿Qué te pasa?" dijo apretando los dientes Arístides, pese a todo sus propias bolas seguían adoloridas y los movimientos tan bruscos que hacia para resistir a Pedro, le hacían mucho daño y mas aun su pene estaba erecto como un tronco "creí que eras mas fuerte, te crees tan importante en el mundo" y volvió a estirar las pelotas de Pedro con toda su fuerza hacia abajo.

Luego de jalar las bolas de Pedro al rededor de 2 minutos Arístides miro con satisfacción como unas gruesas lágrimas se formaban en los ojos del muchacho, todavía no había soltado las bolas, pero las seguía apretando con fuerza. Pedro quería llorar y huir, pero sus propias bolas se lo impedían, y aquellas manos fuertes, bajo su perineo podía sentir la polla erecta de Arístides, furiosa y cargada de leche, su dueño hacia gestos de dolor, pero eso no le impedía sostener los huevos de Pedro.

Arístides reunió fuerzas y como pudo agarro el pantalón de Arístides y lo bajo, pero todo intento de defensa quedo nulo al guardaespaldas volverle a estirar las bolas, ahora el hijo de su jefa seguía debilitado, y sobre la polla desnuda de Arístides. El guardaespaldas con horror se protegió los hinchados huevos con la mano mientras con la otra seguía apretando los huevos de Pedro y de vez en cuando bajando la presión para aumentarla al poco tiempo de forma violenta, arrancándole al muchacho gritos de dolor. Tragando saliva Arístides siguió torturando a Pedro, exprimiéndole las bolas, hasta que finalmente el muchacho arqueo la espalda, sin resistir mas el dolor y descargo su semen sobre el abdomen de Arístides, el abundante esperma mojó el pecho del guardaespaldas con su brillante color blanco y muy liquida y brillante.


"ya me mojaste con tu asqueroso semen de niño mimado" dijo despreciablemente Arístides "¿creíste que te seguirías riendo de mi verdad?" preguntaba machacando todavía los huevos de Pedro, y exprimiéndole el semen que celosamente no había eyaculado.

Pedro estaba agonizando de dolor y sin fuerzas para poder defenderse de ese viril hombre, era verdad, creía que entrando a la habitación podía seguir humillándole, pero su tiro salió por la culata, y sus gemidos no provocaban la menor misericordia a Arístides que estaba harto de las burlas del muchacho, si lo admiraba, pero su propio enamoramiento era repugnado por la actitud del hijo de su jefa.

El pene del guardaespaldas estaba erecto, grande sobre su paquete, haciéndole arder las bolas del dolor, si tan solo Pedro pudiera estirar el brazo se las aplastaría y le causaría el triple de dolor. Pero no, Arístides tenía un control férreo sobre los huevos del muchacho. Sin tan solo poderlo dejar respirar o liberarlo, Arístides apretando los dientes y cerrando los ojos aprisiono aun mas las pelotas de Pedro, el joven se quedo sin aire, sin emitir ruido, casi muerto, casi derrotado, vaciado. Y un fuerte sonido proveniente del exterior de la casa hizo que Arístides brincara sobre la cama soltando los testículos de Pedro. El muchacho escapo un suspiro de alivio y cayo sin fuerza sobre el colchón y de este cayo pesadamente al piso mientras mas ruidos de disparos se escuchaban al rededor de la vivienda.

"Arístides, si estas con Pedro por favor cuidado, repito, Arístides si continuas con Pedro cuídalo, están atacando la casa" se oyó desde la radio la voz de uno de los tantos guardaespaldas

El rubio Arístides miro a Pedro semi consiente en el suelo, y se agarro sus propias bolas, estaban muy hinchadas, ese pelotazo fue fatal. Si no hacia algo rápido seria su final y había muchos disparos y el olor a pólvora invadía la cerrada habitación.

Entre tanto la madre de Arístides no sospechaba para nada de lo que acontecía en su casa, y con los celulares apagados la mujer ahora lamia cada parte del pecho del bello moreno que la custodiaba

"eres el mejor hombre que he conocido nunca" sugirió ella lamiendo las tetillas fuertes de Francisco

"y tu la mejor mujer" aseguraba todavía extasiado Francisco sintiendo las manos sobre su amplio pecho

"¿de que juguetería saliste tu?" preguntaba la dama bajando a los genitales del hombre "porque yo quiero otro igual a ti"

"jajaja... uff... así..." jadeaba Francisco mientras la mujer se metía a la boca sus bolas, grandes como unos caramelos importados

Con un fuerte golpe la puerta de la habitación de hotel cedió ante una patada inesperada, los cuerpos sobre la cama saltaron del susto, Francisco intento recoger sus revolver, pero decenas de escopetas los apuntaban, eran muchos hombres, la señora Natalia cubrió su desnudes con la sabana. Entre los hombres que allí los apuntaban estaba aquel mismo tipo que alguna vez le propino un golpe en los huevos a Francisco, Germán, estaba con su cara tapada y su túnica roja, junto a él otro hombre vestido de azul y con una mascara igual a la de Germán. Los dos amantes nunca se habían percatado que en esos previos 3 meses distintos automóviles les habían seguido, conociendo sus rutas y movimientos.

"¿que?... ¿que quieren?" pregunto con nervios Francisco tragando saliva

"¡NO!" grito la señora Natalia cuando el hombre de azul la tomo de los cabellos y la tiro de la cama arrastrándola por el suelo

"A ELLA NO LA TOQUES" grito Francisco saltando de la cama hacia el hombre con la túnica azul, su pene desnudo se balanceaba de lado a lado, y sus huevos fueron golpeados con una salvaje patada de Germán que calzaba una pesada bota. Con un rugido de dolor Francisco cayó al piso rendido soportando su agonía de golpe en las bolas

"¿que hacemos con él?" pregunto un hombre que se acerco apuntándole con un arma "¿lo mato?"

Germán miro al hombre de la túnica azul, el cual negó con la cabeza y llevo arrastrada de los cabellos a la señora Natalia que lloraba y trataba de cubrir su cuerpo con las manos a medida que era arrastrada por el piso fuera de la habitación

"agárrenlo" ordeno Germán

Y 2 hombres encapuchados levantaron del piso al moreno guardaespaldas debilitado con fuerza quitaron sus manos de sus testículos y con una llave le doblaron los brazos tras la espalda. Francisco miraba con odio a la mascara de Germán, y le escupió manchándole la túnica, Germán reacciono dándole una bofetada y rompiéndole la boca, Francisco le devolvió la misma mirada de desprecio, Germán volvió a reaccionar propinándole un rodillazo en la entrepierna. Francisco rugió del dolor mientras sus ojos miraban al techo y su boca se abría

"tráiganlo con nosotros" hablo Germán

Ambos amantes fueron sacados desnudos de su escondite y caminaron por los pasillos del hotel. Al llegar al vestíbulo observaron como decenas de personas eran reos de muchos hombres enmascarados que sostenían armamentos de alto calibre. La señora Natalia y Francisco fueron subidos a una camioneta donde les vendaron los ojos, a ella la cubrió con una sabana el hombre de la túnica azul. Curiosamente ese mismo hombre miro a Germán y vio sus ojos a través de la mascara, luego miró al molesto Francisco desnudo todavía, miro a sus genitales y después miro a Germán, este confirmo con la cabeza. A Francisco le abrieron las piernas y el hombre de azul le clavo 3 puñetazos seguidos con los nudillos en los testículos, Francisco quedo sin aliento mientras el corazón y sus huevos latían con fuerza.

Arístides encerrado en la habitación se levanto de la cama agarrando sus hinchados testículos, miro a Pedro convaleciente en el suelo, se acerco a la ventana de la habitación y trago saliva, estaban en el segundo piso de la casa a una altura considerable, quizás podían caminar por el tejado y con cuidado de que no los vieran lograr salir. Cojeando camino hasta Pedro

"debes levantarte" habló

"no... no, no quiero nada, aléjate de mi" negó en un susurro Pedro sosteniendo sus testículos

Arístides cerro los ojos y respiro profundo su deber era cuidar a esa gente, los disparos se oían mas cercanos y los correteos por los pasillos lo asustaba, reuniendo fuerzas sostuvo a Pedro del cuello de la camisa y logro levantarlo

"vamos, te ayudare a salir" le dijo haciendo un gran esfuerzo en caminar junto a él, de forma lenta pudieron llegar ambos a la ventana

Arístides ayudo a atravesarla a Pedro y el muchacho se quejo del dolor al sentir sus huevos pasar la ventana por el contacto de sus piernas, Arístides también sintió la molestia genital, tan hinchadas estaban sus bolas. Pero lograron atravesar la ventana y Arístides la volvió a cerrar, a travesaron las tejas agachados escuchando los estallidos de tiros y el fuerte olor a pólvora, doblaron parte de la casa hasta llegar al patio de la casa vecina

"debes saltar" dijo Arístides

"no... no puedo"

"vamos Pedro, estaré contigo..."

Pedro cerro los ojos, su dolor de huevos apenas menguaba se sentó en el tejado y se dejo caer a la grama del vecino. Arístides hizo lo mismo

"¿donde estará mama?... localízala..." ordeno con miedo el muchacho

"eso hare..." acepto Arístides

Salieron del patio del vecino, y caminaron al interior de su casa, el dueño del lugar no los acepto con buen recibimiento por invadir su jardín, pero al oír los disparos su malestar disminuyo, mas bien parecía asustado de tenerlo allí. Arístides trataba de comunicarse con su jefa por el celular hasta que en uno de sus tantos intentos alguien le contesto. El muchacho hablo con esa persona mientras Pedro lo miraba preso de miedo, al colgar Arístides lo miro evaluadoramente

"¿que? ¿Que paso?" pregunto con miedo

"me... me contesto la policía Pedro... tu mamá fue secuestrada junto con Francisco"

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