CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
Israel colocaba la vara de billar ante la bola blanca, separaba las piernas y cerraba un ojo apuntando el golpe inicial que darĆa inicio a la partida en solitario. Estaba en la casa de una chica que conociĆ³ en un bar, mientras ella estaba en la planta de arriba preparĆ”ndose para una noche de lujuria, Ć©l intentaba frenar su apetito sexual jugando al pool.
Silenciosa tras Ć©l estaba Ana, una hermosa mujer de cabellos castaƱo y tez blanca habĆa escuchado por rumores la buena racha econĆ³mica y sexual del dentista Israel ChacĆ³n, muchas personas habĆan asegurado los buenos ingresos que tenĆa con su profesiĆ³n y el toro sexual que era en la cama, ademĆ”s de ser fanĆ”tico de las mujeres bellas, y ella, no era la excepciĆ³n.
Por mĆ”s de un mes estuvo estudiando sus movimientos, supo que bar frecuentaba y de a poco se hizo su amiga, no habĆa que negar que era un excelente seductor y del hermoso fĆsico del que era dueƱo.
Tras Ć©l mirĆ³ su cuerpo musculoso muy bien definido. Cuando bailĆ³ pegada con Ć©l, aquel dentista no dudĆ³ en abrazarla a su duros pectorales asĆ como ella tambiĆ©n colocĆ³ su mano en el ondulado abdomen cuando misteriosamente se resbalaba. Con aquel jeans ceƱido a su pomposo culo no era de dudar que Israel era un gran macho rico... y ni describir el bulto casi irreal que portaba, tan prominente que llamaba la atenciĆ³n y lo peor de todo es que aquello era real.
Israel moviĆ³ la vara de billar y enseguida la bola blanca impactĆ³ con el resto de quince bolas, enseguida la bola dos entrĆ³ en el hueco.
Israel eligiĆ³ una ubicaciĆ³n mejor en la mesa inconsciente de que Ana se acercaba a Ć©l, silenciosa como una gata. Ella miraba fijamente los gruesos muslos de Israel, sus piernas abiertas, el apretado culo.
—¡Mmmp! —Israel se quedĆ³ sin aliento cuando sintiĆ³ que una mano se posaba sobre sus cojones y los apretaba con fuerza, asfixiando sus dos inmensos testĆculos, grandes como pomelos.
—A partir de este momento estĆ”s bajo mi control —le susurrĆ³ Ana al oĆdo sosteniendo sus testĆculos, el potente macho estaba inmovil—, nada de lo que hagas te podrĆ” salvar, seductor.
—Que... ¿QuĆ© haces? —preguntĆ³ Israel haciendo un gran esfuerzo para hablar. Su voz se habĆa puesto mĆ”s ronca de como sonaba. Y su cara gesticulaba una mueca soportando el dolor, una vena surco su frente.
Los dedos de la frĆ”gil chica comprimiĆ³ los enormes huevos que sostenĆa. Los ojos de Israel se hicieron grandes como platos.
—¡AAAAAAAAGGGGGHHHHHH! —chillĆ³ el pobre hombre.
Los ojos de Israel se llenaron de lƔgrimas y sus piernas temblaron a pesar de su esfuerzo por controlar su compostura.
En ese momento Ana metiĆ³ la mano en el bolsillo trasero de Israel, obteniendo su billetera.
—Esto es un asalto, papito —dijo la mujer.
—¿QuĆ©? —quiso saber Israel.
En defensa quiso darse la vuelta para enfrentar a la mujer a su espalda, pero ella cautelosa aferrĆ³ los dedos a sus gĆ³nadas haciendole doblar las rodillas.
Israel soltĆ³ un grito ahogado y gutural, sintiendo una terrible comprensiĆ³n en ambos testĆculos. SentĆa su entrepierna palpitar con la presiĆ³n de aquella mano.
Con el cuerpo tembloroso, Israel respirĆ³ profundo, desviĆ³ la mirada hacia abajo y, a parte de ver la furtiva mano clavada en sus bolas tenĆa una grosera erecciĆ³n en el pantalĆ³n que lucĆa como una fiera anaconda.
La mujer cerrĆ³ mĆ”s su herradura.
—Lo mejor serĆ” que cooperes, Israel.
El rubio abriĆ³ la boca y lĆ”grimas corrĆan por su rostro.
—TĆŗ... tĆŗ no me puedes hacer esto, eres hermosa.
—¡Has silencio!
—¡Aaaggghhhh!
Israel tenĆa que hacer algo o le iban a quebrar las bolas, sintiĆ³ pasos tras Ć©l, y una hermosa morena penetrĆ³ en la habitaciĆ³n, tenĆa el cabello crespo y de estatura alta. Ana abrazĆ³ sus dedos en las gĆ³nadas arrancando un grito en Israel, que pronto sintiĆ³ un golpe en la nuca y ya mĆ”s nada supo de Ć©l.
...
Cuando Israel abriĆ³ los ojos su mirada se topĆ³ con el techo, intentĆ³ moverse y se encontrĆ³ maniatado contra la mesa de pool.
—¿QuĆ© es esto...? —quiso saber. Su voz cambiĆ³ a estado de miedo cuando se supo desnudo y con el pene amarrado a la cintura. Sus pesadas y rojizas bolas caĆan sobre la mesa de billar.
Ante Ć©l aparecieron aquellas mujeres.
—¿Cual es la bola que da inicio a la partida? —preguntĆ³ la morena.
—¿QUĆ ES ESTO? SAQUENME DE AQUĆ PERRAS, YA VERĆN!
—Pues la bola blanca —respondiĆ³ Ana quien hablaba serena como si no oyera al dentista. Discreta mirĆ³ a aquel macho sobre la mesa y admirĆ³ su perfecta anatomĆa como minutos antes lo hizo con su cĆ³mplice.
Israel seguĆa gritando ciego de rabia y no se percatĆ³ como la bola blanca cruzĆ³ el aire para dar de lleno en sus gĆ³nadas. La bola blanca se hundiĆ³ en su saco hinchado.
Tras un rugido lastimero la sala quedĆ³ en silencio.
Ana riĆ³.
—Con la bola roja se las dejarĆ© como tomates —dijo tomando el objeto redondo.
AlzĆ³ su delicada mano en el aire y apuntĆ³ a la entrepierna del musculoso hombre atado a la mesa.
La bola nĆŗmero tres chocĆ³ con el escroto de Israel, casi convirtiendo sus huevos en papillas. Aquella maldita pelota era pesada y sus cojones siempre tan frĆ”giles. Fue como si un caballo le pisara las bolas.
Su escroto pareciĆ³ adquirir mayor tamaƱo y una tez mĆ”s rojiza.
—La bola azul, se las dejarĆ” azules —asegurĆ³ la morena.
—No... no, por... por favor no, les doy... to...todo lo que ustedes quieran.
La chica recogiĆ³ la bola azul y la arrojĆ³ contra la entrepierna de Israel. Chocando con un SPLAT tan fuerte que los cojones vibraron en el escroto. Israel gritĆ³ en su agonĆa.
La morena se acercĆ³ al macho tendido en la mesa, colocĆ³ su pulcra mano en el duro abdomen de Israel, y luego la trasladĆ³ a los genitales. El hombre medio aturdido, sintiĆ³ la mano de la morena sobre sus enormes bolas, ella comenzĆ³ a presionar el pulgar en las carnosas pelotas palpando cualquier signo de debilidad.
Israel desorbitĆ³ los ojos cuando sintiĆ³ que el estĆ³mago le daba vueltas.
—Aparta tu mano —dijo Ana.
—¿Por quĆ©? Oh, vaya.
La morena quitĆ³ su mano de los testĆculos al ver que Ana sostenĆa la vara de billar y retrocediĆ³ mirando como su amiga apuntaba el objeto de madera hacia los dos testĆculos hinchados y en tono azulejo.
La vara chocĆ³ contra el vulnerable escroto. Las huevas de Israel rebotaron violentamente.
Israel casi perdiĆ³ el conocimiento con la punzada. Ana volviĆ³ a repetir el ataque.
Israel gimiĆ³ de terror cuando la vara de billar cruzĆ³ el aire sonando el arastre por la mesa...
TOOOCKKK
Su testĆculo volvio a aplastarse con fuerza.
La mujer morena se acercĆ³ a Israel y comenzĆ³ a acariciar su zona genital, Israel no pudo evitar excitarse, y su polla comenzĆ³ a crecer en respuesta, mostrando su mĆ”s gallardo esplendor, grande y llena de venas.
Ana apuntĆ³ el palo al testĆculo derecho del hombre y enseguida empujĆ³ el objeto, acertando el objetivo, torturĆ”ndolo. Israel gimiĆ³ con la punta de la vara en su testĆculo mĆ”s grande.
Ana se mordiĆ³ el labio y enseguida afincĆ³ el palo de billar al testĆculo, por otra parte el pollĆ³n de Israel fue soltado de la cuerda y era masturbado por la morena que la movia con furia. Inclusive ya, se palpitaba por sĆ sola.
—¡Aaaah!" —Israel cerro los ojos era una extraƱa mezcla entre dolor y placer.
Ana apartĆ³ la vara, pero luego la colocĆ³ en posiciĆ³n contra el huevo izquierdo, apuntĆ³ con todas sus fuerzas y afincĆ³ como sĆ se tratase de cualquier bola ocho.
—¡AAAAAAAAAHHHHHHHH!
Con un SPLOTTT el hermoso pene de Israel soltĆ³ una tremenda eyaculaciĆ³n, un chorrete de semen caliente, espeso y blanco saliĆ³ surcando el aire aterrizando en los labios de la morena. Otro fajo del nĆ©ctar cayĆ³ en linea por el pecho del dentista, un tercer disparo se acumulĆ³ en su ombligo y ya el resto se resbalĆ³ por su polla dejando la mano de la morena pegajosa. Israel se cansĆ³ y jadeo sobre la mesa.
—Nos llevaremos su franela, es costosa.
—Y tu vehĆculo.
—Los zapatos lo podemos vender por internet.
—A donde... ¿A dĆ³nde van?
Las mujeres salieron de la sala llevĆ”ndose las pertenencias de Israel, pronto se escuchĆ³ el sonido del carro. La gran sorpresa serĆa cuando a la maƱana siguiente los verdaderos dueƱos de aquella casa al llegar de un viaje de campo se encontrarĆ”n a un atractivo hombre desnudo en su mesa de pool.
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