La escala del alcalde (1/5): Una Nota Escabrosa - Las Bolas de Pablo

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12 ene 2016

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La escala del alcalde (1/5): Una Nota Escabrosa


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CONTIENE:

-SEXO HETEROSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   A las 7 P.M. ningĆŗn ciudadano de a pie -como acostumbran a llamar los polĆ­ticos mentirosos al pueblo- hubiera imaginado que su alcalde, aquel honorable hombre que inauguraba grandes parques recreativos y que se esforzaba en mantener limpia la ciudad mantenĆ­a sexo salvaje con la primera dama en su residencia.


   Mientras se debatĆ­an en las sĆ”banas llenos de sudor y de loco frenesĆ­ aquella conducta sucia distaba mucho del hombre prolijo e intachable.



   TobĆ­as Alvarez movĆ­a su lengua dentro de la boca de la primera dama, tomaba el control como siempre, como desde su juventud en el centro de estudiantes alzando su voz en protesta contra un gobierno mal llamado socialista. La mujer se relajaba y abrĆ­a las piernas, devolviendo las caricias, ella, LucĆ­a Ferrer mucitaba gemidos de sorpresa y placer, quien iba a pensar que aquella alocada muchacha del partido polĆ­tico de Centro Derecha, desprendida de la historia, serĆ­a la mujer del alcalde.



   Sus lenguas se entrelazaban, se acariciaban y daban golpecitos, cada vez mĆ”s intensas y largas, hasta que TobĆ­as apretó a la mujer contra Ć©l, metiĆ©ndole la lengua en la boca, casi con desesperación, y LucĆ­a lo abrazó por la cintura y le apretó contra ella, dejĆ”ndose explorar la boca, gimiendo cada vez que la lengua del alcalde le acariciaba las mejillas.



   Se arrodillaron en la cama sin separar sus bocas, pero el alcalde continuó aportando sus besos y caricias. TobĆ­as tuvo que morderse los labios para no gritar de gusto, Ā”las manos de la primera dama, aquellas que saludaban a muchas personas ahora pasaban por sus pectorales. Los pezones los tenĆ­a erectos pese al frĆ­o del aire acondicionado. Y la mujer dejó de apoyarse en la mano izquierda para acariciar con las dos, aquel atlĆ©tico pero fornido cuerpo, recorrió el pecho de TobĆ­as, acarició sus costados, el hombre hizo una sonrisa mitad erótica mitad de desconfianza y se inclinó ante ella metiendo la cara entre sus pechos, haciĆ©ndola gritar de gozo. Sin contenerse, le palpó los senos.



   La mano de TobĆ­as los apretó, movió sintiendo como en pezón se ponĆ­a duro con sus caricias. LucĆ­a gemĆ­a, le gustaba que le tocase las tetas, estaba roja de placer.



   El alcalde se sentó en la cama e invitó a su novia a que se sentase sobre Ć©l, LucĆ­a deseosa lo obedeció y comenzó a frotarse sobre su erección. Los dos gimieron al unĆ­sono, la primera dama sentĆ­a un placer increĆ­ble, las delicias le colmaban el cuerpo.


   ā€”Ā”AAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaahhh! —el grito combinado de los dos atronó las paredes de la casa del alcalde. TobĆ­as daba respingos retorciĆ©ndose como una culebra, agarrĆ”ndola de los hombros como si la quisiera atravesarla con su garrote viril.



   El hombre continuaba empujando como un animal loco, dejĆ”ndose ir sin miramientos, el placer se hacĆ­a insoportable, la agarró de los hombros y siguió taladrandola mĆ”s profundamente. Sus colgantes huevos se elevaban ligeramente, y su leche ardiente le recorrĆ­a todo el miembro.



   TobĆ­as tumbó a su novia, se puso encima de ella, y bombeó, moviendo el culo, embistiĆ©ndola, notando cómo ella se ponĆ­a tensa, los jadeos le baƱaban la cara y con su sexo, le apretaba el miembro.



   LucĆ­a frotaba su cara contra el hombro de TobĆ­as, absolutamente feliz. A su nariz llegaba el olor del sudor de TobĆ­as, agrio y salvaje.



   De un momento a otro sus movimientos se hicieron mĆ”s frenĆ©ticos y la mujer gimió en el climax mĆ”s alto de su vida, la leche salió a borbotones del pene del alcalde, caliente, espesa, pegajosa y nutritiva... mojaba por dentro a la mujer mientras el cuerpo del alcalde se relajaba y sus embestidas disminuĆ­an a cada momentos con sus jadeos.



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   Llegado un momento el hombre se separó de ella y se tumbó a un lado de la cama, su pene ya no estaba tan grande pero contenĆ­a las huellas del orgasmo.


   ā€”Fue... genial —admitió LucĆ­a aĆŗn gimiendo colocando la cabeza sobre su pecho.



   TobĆ­as emitió un sonido de aprobación.



   LucĆ­a lo abrazó fuertemente y Ć©l se limitó a estirar el largo brazo, cogió el celular de la mesa de noche. TenĆ­a una notificación, su nombre habĆ­a sido publicado en algĆŗn lugar de internet.



   Abrió el link con el sólo toque del dedo, y fue trasladado a la versión digital de un famoso periódico. Leyó la escabrosa nota redactada por un periodista que conocĆ­a:



   ContinĆŗa la investigación del procedimiento de inteligencia realizado por la PolicĆ­a Municipal donde fue desmantelada la organización criminal "Plateados" dedicada al trĆ”fico de drogas.



   Durante el operativo que se realizó en la madrugada del pasado domingo, los efectivos policiales incautaron valijas con 15 mil dólares, 37 envoltorios de presunta cocaĆ­na, 150 pastillas de presunto Ć©xtasis cinco frascos pequeƱos contentivos de Popper, 60 parches de LCD.



   Entre los aprehendidos destaca el cabecilla del grupo hamponil, Scott Bucket (42 aƱos de edad), conocido como "cuello blanco", quien de manera extraoficial se conoció que ha mantenido nexos de comunicacion con el alcalde TobĆ­as Alvarez durante su perĆ­odo de campaƱa polĆ­tica efectuada en el aƱo 2.013 con mĆ©todos de financiación politica y propaganda asi como la incursión de empleados en la alcaldĆ­a del estado de familiares del hombre detenido.



   TobĆ­as tuvo que leer la nota periodĆ­stica dos veces, y empezó a sentir un horrible malestar en el estómago a medida que sus labios se tensaban y el puƱo de la mano izquierda se apretaba con furia, su novia se asusto.



   ā€”ĀæA dónde vas? Ā”Hey! —reclamaba LucĆ­a a momento que el hombre salĆ­a violentamente de la cama.



   ā€”SaldrĆ© a aclarar un tema —contestó TobĆ­as entrando al baƱo.



   Estaba tan furioso que no perderĆ­a el tiempo en la ducha, sólo abrió el paso del agua para lavarse el pito que todavĆ­a tenĆ­a el rastro de aquel lujurioso sexo. Salió de la ducha para secarse y tomar una nueva ropa interior. Al salir de la habitación volvĆ­a a parecer aquel hombre luchador social de politica dederecha, pese a su cara de malhumor.



   ā€”Ā”No! —ordenó a los tres guardaespaldas—. Ustedes se quedan aquĆ­.



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   Salió de la casa del alcalde en su vehĆ­culo color negro iba a toda prisa en dirección a un edificio, las ventanas de su vehĆ­culo eran tan oscuras que ningĆŗn ciudadano de a pie sospecharĆ­a que aquel conductor con exceso de velocidad era su gran alcalde.


   El hombre dejó el vehĆ­culo estacionado de la acera y miró la garita de vigilancia, intercambió algunas palabras amables con ese viejo conocido que le dejó pasar al edificio. TobĆ­as usó el ascensor para llegar al departamento 8-22, morada del periodista de aquella amaƱada nota. Tocó la puerta con decisión y supo que lo miraron por el ojo mĆ”gico. Pronto se oyó el sonido de las llaves y un hombre alto y rubio apareció en el umbral. Se dirigieron miradas fijas e intensas.



   ā€”ĀæQuĆ© haces aquĆ­?



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   ā€”Quiero que me aclares que clase de mierda publicaste para el periódico —exigió TobĆ­as penetrando al interior del departamento.


   ā€”No es mĆ”s que la verdad —anunció el periodista de nombre Oliver.



   ā€”Ā”No, tĆŗ y yo sabemos que esa nota es falsa!



   ā€”Hoy estĆ” en la web y maƱana en todos los diarios.



   ā€”No puedes ser un periodista de pacotilla. ĀæQuienes son los trabajadores de la alcaldĆ­a ligados a esos narcos? —Oliver rió sin emitir ningĆŗn comentario—. Te demandarĆ©, harĆ© que pierdas tu licencia, cerrarĆ© ese periódico. Son acusaciones sin fundamento.



   ā€”ĀæCerraras el periódico? AsĆ­ que cercenaras la libertad de expresión como el gobierno ese corrupto y rojo al que tanto te oponĆ­as.



   TobĆ­as apretó los puƱo, se abalanzó sobre Oliver empujĆ”ndolo contra la puerta y colocando el antebrazo en su cuello.



   ā€”Te dije que si llegabas al poder con mentiras iba a ser tu principal periodista opositor.



   ā€”ĀæCuales mentiras? —preguntaba TobĆ­as con las venas marcĆ”ndose en su cara—. He sido sincero, los ciudadanos creen en mi. TĆŗ eres el mentiroso que acusa sin pruebas y ahora la vas a pagar, lo tienes que pagar.



   ā€”TĆŗ eres el mentiroso que das asco. Y sacarĆ© a luz pĆŗblica todas tus mentiras.



   Los ojos y la boca de TobĆ­as se abrieron de sorpresa no deseaba que el pueblo se enterara de los conocimientos que Oliver tenĆ­a. Esa rotundas palabras y el eco que hizo en la cabeza del acalde hicieron que Oliver tuviera ventaja y lo agarrara del hombro y subiera la rodilla embistiendo sus bolas contra su pelvis.



   Los ojos de TobĆ­as se expandieron llenandose de lĆ”grimas, dejó escapar un gemido. De alguna manera se las arregló para mantenerse en pie.



   Oliver apretò los labios aferrando las manos al hombro y dio otro rodillazo a las pelotas del alcalde. Impactando otra vez sus huevos para dejarlos como tortilla.



   TobĆ­as abrió la boca y los ojos, sus cejas se levantaron y dejó escapar un grito lastimero antes de desplomarse en el suelo, agarrando sus palpitantes gónadas y gimiendo de dolor.



   Oliver lo miró de pie sin una nota de gracia en sus ojos.



   TobĆ­as se acurrucó en posición fetal, respiraba con pesar.



   ā€”Es mejor que te vayas, alcalde.



   TobĆ­as gimió.



   ā€”Mi departamento ya no es digno de recibirlo.



   TobĆ­as volvió a cerrar los ojos manteniendo su cara de completo dolor, se esforzaba en acariciar sus bolas hundidas en el dolor. Oliver se inclinó hacia Ć©l para ayudarlo a levantar, lo cogió por el brazo y de la cadera, TobĆ­as gimió y movió la rodilla para tambien ponerse de pie. Prontamente se inició un movimiento violento y fue TobĆ­as quien arremetió contra Oliver clavando su puƱo en la entrepierna. Sus nudillos chocaron con las colgantes bolas del periodista, aplastandolas en su cuerpo y haciendo que el retrocediera para caer de culo al suelo lanzando un grito de sorpresa.



   El rostro de Oliver se contorsionó con el inesperado dolor irradiado de su ingle, comenzó a toser todavia sintiendo que los nudillos de TobĆ­as aplastaban sus testĆ­culos. Se quedó inmóvil aĆŗn sosteniendo a TobĆ­as que ya apartaba el brazo del muslo.



   Con una tos ininterrumpida Oliver soltó a TobĆ­as y ambos cayeron al suelo agarrandose los huevos, uno sufrĆ­a un ataque de tos y el otro emitĆ­a gemidos agónicos.



   TobĆ­as se arrastró por el piso sosteniendo sus vacĆ­os cojones. Se apoyó en un mueble y se puso de pie aunque encorvado y apretando los diente sintiendo el dolor punzante desde su entrepierna.



   ā€”Te demandarĆ© —dijo con odio.



   ā€”... te... te hundirĆ© —aseguró Oliver sentandose en el suelo con las manos metidas entre sus muslos.



   TobĆ­as se dirigió a paso lento a la puerta de salida, la abrió y salió caminando encorvado.



   Oliver se acostó en el suelo con los ojos cerrados y acariciando con sus manos sus dos testĆ­culos. A su mente volvió la imagen de cinco aƱos atras cuando se besaba apasionadamente en un yate de la ciudad con el gran TobĆ­as Alvarez la promesa politica del partido de derecha.

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