CONTIENE:
-SEXO HETEROSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
A las 7 P.M. ningĆŗn ciudadano de a pie -como acostumbran a llamar los polĆticos mentirosos al pueblo- hubiera imaginado que su alcalde, aquel honorable hombre que inauguraba grandes parques recreativos y que se esforzaba en mantener limpia la ciudad mantenĆa sexo salvaje con la primera dama en su residencia.
Mientras se debatĆan en las sĆ”banas llenos de sudor y de loco frenesĆ aquella conducta sucia distaba mucho del hombre prolijo e intachable.
TobĆas Alvarez movĆa su lengua dentro de la boca de la primera dama, tomaba el control como siempre, como desde su juventud en el centro de estudiantes alzando su voz en protesta contra un gobierno mal llamado socialista. La mujer se relajaba y abrĆa las piernas, devolviendo las caricias, ella, LucĆa Ferrer mucitaba gemidos de sorpresa y placer, quien iba a pensar que aquella alocada muchacha del partido polĆtico de Centro Derecha, desprendida de la historia, serĆa la mujer del alcalde.
Sus lenguas se entrelazaban, se acariciaban y daban golpecitos, cada vez mĆ”s intensas y largas, hasta que TobĆas apretó a la mujer contra Ć©l, metiĆ©ndole la lengua en la boca, casi con desesperación, y LucĆa lo abrazó por la cintura y le apretó contra ella, dejĆ”ndose explorar la boca, gimiendo cada vez que la lengua del alcalde le acariciaba las mejillas.
Se arrodillaron en la cama sin separar sus bocas, pero el alcalde continuó aportando sus besos y caricias. TobĆas tuvo que morderse los labios para no gritar de gusto, Ā”las manos de la primera dama, aquellas que saludaban a muchas personas ahora pasaban por sus pectorales. Los pezones los tenĆa erectos pese al frĆo del aire acondicionado. Y la mujer dejó de apoyarse en la mano izquierda para acariciar con las dos, aquel atlĆ©tico pero fornido cuerpo, recorrió el pecho de TobĆas, acarició sus costados, el hombre hizo una sonrisa mitad erótica mitad de desconfianza y se inclinó ante ella metiendo la cara entre sus pechos, haciĆ©ndola gritar de gozo. Sin contenerse, le palpó los senos.
La mano de TobĆas los apretó, movió sintiendo como en pezón se ponĆa duro con sus caricias. LucĆa gemĆa, le gustaba que le tocase las tetas, estaba roja de placer.
El alcalde se sentó en la cama e invitó a su novia a que se sentase sobre Ć©l, LucĆa deseosa lo obedeció y comenzó a frotarse sobre su erección. Los dos gimieron al unĆsono, la primera dama sentĆa un placer increĆble, las delicias le colmaban el cuerpo.
āĀ”AAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaahhh! āel grito combinado de los dos atronó las paredes de la casa del alcalde. TobĆas daba respingos retorciĆ©ndose como una culebra, agarrĆ”ndola de los hombros como si la quisiera atravesarla con su garrote viril.
El hombre continuaba empujando como un animal loco, dejĆ”ndose ir sin miramientos, el placer se hacĆa insoportable, la agarró de los hombros y siguió taladrandola mĆ”s profundamente. Sus colgantes huevos se elevaban ligeramente, y su leche ardiente le recorrĆa todo el miembro.
TobĆas tumbó a su novia, se puso encima de ella, y bombeó, moviendo el culo, embistiĆ©ndola, notando cómo ella se ponĆa tensa, los jadeos le baƱaban la cara y con su sexo, le apretaba el miembro.
LucĆa frotaba su cara contra el hombro de TobĆas, absolutamente feliz. A su nariz llegaba el olor del sudor de TobĆas, agrio y salvaje.
De un momento a otro sus movimientos se hicieron mĆ”s frenĆ©ticos y la mujer gimió en el climax mĆ”s alto de su vida, la leche salió a borbotones del pene del alcalde, caliente, espesa, pegajosa y nutritiva... mojaba por dentro a la mujer mientras el cuerpo del alcalde se relajaba y sus embestidas disminuĆan a cada momentos con sus jadeos.
Llegado un momento el hombre se separó de ella y se tumbó a un lado de la cama, su pene ya no estaba tan grande pero contenĆa las huellas del orgasmo.
āFue... genial āadmitió LucĆa aĆŗn gimiendo colocando la cabeza sobre su pecho.
TobĆas emitió un sonido de aprobación.
LucĆa lo abrazó fuertemente y Ć©l se limitó a estirar el largo brazo, cogió el celular de la mesa de noche. TenĆa una notificación, su nombre habĆa sido publicado en algĆŗn lugar de internet.
Abrió el link con el sólo toque del dedo, y fue trasladado a la versión digital de un famoso periódico. Leyó la escabrosa nota redactada por un periodista que conocĆa:
ContinĆŗa la investigación del procedimiento de inteligencia realizado por la PolicĆa Municipal donde fue desmantelada la organización criminal "Plateados" dedicada al trĆ”fico de drogas.
Durante el operativo que se realizó en la madrugada del pasado domingo, los efectivos policiales incautaron valijas con 15 mil dólares, 37 envoltorios de presunta cocaĆna, 150 pastillas de presunto Ć©xtasis cinco frascos pequeƱos contentivos de Popper, 60 parches de LCD.
Entre los aprehendidos destaca el cabecilla del grupo hamponil, Scott Bucket (42 aƱos de edad), conocido como "cuello blanco", quien de manera extraoficial se conoció que ha mantenido nexos de comunicacion con el alcalde TobĆas Alvarez durante su perĆodo de campaƱa polĆtica efectuada en el aƱo 2.013 con mĆ©todos de financiación politica y propaganda asi como la incursión de empleados en la alcaldĆa del estado de familiares del hombre detenido.
TobĆas tuvo que leer la nota periodĆstica dos veces, y empezó a sentir un horrible malestar en el estómago a medida que sus labios se tensaban y el puƱo de la mano izquierda se apretaba con furia, su novia se asusto.
āĀæA dónde vas? Ā”Hey! āreclamaba LucĆa a momento que el hombre salĆa violentamente de la cama.
āSaldrĆ© a aclarar un tema ācontestó TobĆas entrando al baƱo.
Estaba tan furioso que no perderĆa el tiempo en la ducha, sólo abrió el paso del agua para lavarse el pito que todavĆa tenĆa el rastro de aquel lujurioso sexo. Salió de la ducha para secarse y tomar una nueva ropa interior. Al salir de la habitación volvĆa a parecer aquel hombre luchador social de politica dederecha, pese a su cara de malhumor.
āĀ”No! āordenó a los tres guardaespaldasā. Ustedes se quedan aquĆ.
Salió de la casa del alcalde en su vehĆculo color negro iba a toda prisa en dirección a un edificio, las ventanas de su vehĆculo eran tan oscuras que ningĆŗn ciudadano de a pie sospecharĆa que aquel conductor con exceso de velocidad era su gran alcalde.
El hombre dejó el vehĆculo estacionado de la acera y miró la garita de vigilancia, intercambió algunas palabras amables con ese viejo conocido que le dejó pasar al edificio. TobĆas usó el ascensor para llegar al departamento 8-22, morada del periodista de aquella amaƱada nota. Tocó la puerta con decisión y supo que lo miraron por el ojo mĆ”gico. Pronto se oyó el sonido de las llaves y un hombre alto y rubio apareció en el umbral. Se dirigieron miradas fijas e intensas.
āĀæQuĆ© haces aquĆ?
āQuiero que me aclares que clase de mierda publicaste para el periódico āexigió TobĆas penetrando al interior del departamento.
āNo es mĆ”s que la verdad āanunció el periodista de nombre Oliver.
āĀ”No, tĆŗ y yo sabemos que esa nota es falsa!
āHoy estĆ” en la web y maƱana en todos los diarios.
āNo puedes ser un periodista de pacotilla. ĀæQuienes son los trabajadores de la alcaldĆa ligados a esos narcos? āOliver rió sin emitir ningĆŗn comentarioā. Te demandarĆ©, harĆ© que pierdas tu licencia, cerrarĆ© ese periódico. Son acusaciones sin fundamento.
āĀæCerraras el periódico? AsĆ que cercenaras la libertad de expresión como el gobierno ese corrupto y rojo al que tanto te oponĆas.
TobĆas apretó los puƱo, se abalanzó sobre Oliver empujĆ”ndolo contra la puerta y colocando el antebrazo en su cuello.
āTe dije que si llegabas al poder con mentiras iba a ser tu principal periodista opositor.
āĀæCuales mentiras? āpreguntaba TobĆas con las venas marcĆ”ndose en su caraā. He sido sincero, los ciudadanos creen en mi. TĆŗ eres el mentiroso que acusa sin pruebas y ahora la vas a pagar, lo tienes que pagar.
āTĆŗ eres el mentiroso que das asco. Y sacarĆ© a luz pĆŗblica todas tus mentiras.
Los ojos y la boca de TobĆas se abrieron de sorpresa no deseaba que el pueblo se enterara de los conocimientos que Oliver tenĆa. Esa rotundas palabras y el eco que hizo en la cabeza del acalde hicieron que Oliver tuviera ventaja y lo agarrara del hombro y subiera la rodilla embistiendo sus bolas contra su pelvis.
Los ojos de TobĆas se expandieron llenandose de lĆ”grimas, dejó escapar un gemido. De alguna manera se las arregló para mantenerse en pie.
Oliver apretò los labios aferrando las manos al hombro y dio otro rodillazo a las pelotas del alcalde. Impactando otra vez sus huevos para dejarlos como tortilla.
TobĆas abrió la boca y los ojos, sus cejas se levantaron y dejó escapar un grito lastimero antes de desplomarse en el suelo, agarrando sus palpitantes gónadas y gimiendo de dolor.
Oliver lo miró de pie sin una nota de gracia en sus ojos.
TobĆas se acurrucó en posición fetal, respiraba con pesar.
āEs mejor que te vayas, alcalde.
TobĆas gimió.
āMi departamento ya no es digno de recibirlo.
TobĆas volvió a cerrar los ojos manteniendo su cara de completo dolor, se esforzaba en acariciar sus bolas hundidas en el dolor. Oliver se inclinó hacia Ć©l para ayudarlo a levantar, lo cogió por el brazo y de la cadera, TobĆas gimió y movió la rodilla para tambien ponerse de pie. Prontamente se inició un movimiento violento y fue TobĆas quien arremetió contra Oliver clavando su puƱo en la entrepierna. Sus nudillos chocaron con las colgantes bolas del periodista, aplastandolas en su cuerpo y haciendo que el retrocediera para caer de culo al suelo lanzando un grito de sorpresa.
El rostro de Oliver se contorsionó con el inesperado dolor irradiado de su ingle, comenzó a toser todavia sintiendo que los nudillos de TobĆas aplastaban sus testĆculos. Se quedó inmóvil aĆŗn sosteniendo a TobĆas que ya apartaba el brazo del muslo.
Con una tos ininterrumpida Oliver soltó a TobĆas y ambos cayeron al suelo agarrandose los huevos, uno sufrĆa un ataque de tos y el otro emitĆa gemidos agónicos.
TobĆas se arrastró por el piso sosteniendo sus vacĆos cojones. Se apoyó en un mueble y se puso de pie aunque encorvado y apretando los diente sintiendo el dolor punzante desde su entrepierna.
āTe demandarĆ© ādijo con odio.
ā... te... te hundirĆ© āaseguró Oliver sentandose en el suelo con las manos metidas entre sus muslos.
TobĆas se dirigió a paso lento a la puerta de salida, la abrió y salió caminando encorvado.
Oliver se acostó en el suelo con los ojos cerrados y acariciando con sus manos sus dos testĆculos. A su mente volvió la imagen de cinco aƱos atras cuando se besaba apasionadamente en un yate de la ciudad con el gran TobĆas Alvarez la promesa politica del partido de derecha.
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