Contiene:
Ballbusting MUJER/HOMBRE.
Ballbusting hombre/hombre
Ballbusting MUJER/HOMBRE.
Ballbusting hombre/hombre
Acrofobia s. f. Miedo enfermizo a estar en un lugar alto, aunque no exista peligro de caĆda.
MarĆa Camila es mi nombre y a esta hora llego al consultorio de la terapeuta clĆnica Patricia RamĆrez.
Es la primera secciĆ³n de terapia con respecto a mi mĆ”s reciente problema… La Acrofobia, en otras palabras miedo a las alturas.
Les dirƩ como terminƩ con este problema:
Hace un mes fui con 3 amigos a una salida de campo, visitarĆamos una cabaƱa junto a un bello lago; Esta pertenecĆa a Daniel, uno de los 3, quien junto a Ernesto, Marcelo y mi persona pasarĆamos un fin de semana inolvidable.
En palabras mĆ”s directas, me acostarĆa con los tres, y Daniel proporcionĆ³ el ambiente ideal.
La verdad Ernesto me gustaba mĆ”s de los tres, era mĆ”s simpĆ”tico y tenĆa el pene mĆ”s grande y eso era un punto muy importante a su favor.
Ya habĆa probado los “atributos” de los 3, pero estaba indecisa… Entonces como no he sido jamĆ”s una mojigata, decidĆ probar a los tres en el mismo escenario, claro que ellos no sabĆan que estaba escogiendo a uno… los chicos estaban de acuerdo con un buen plan de fin de semana, asĆ que el cuarteto llegĆ³ al lago.
El seƱor Giuseppe, era quien cuidaba la cabaƱa, un seƱor entrado en aƱos, muy amable y que siempre mantuvo la distancia para darnos la privacidad que necesitamos en nuestra diversiĆ³n; eso sĆ, nos surtĆa de todo… Desde bebidas y alimentos, hasta hierba… ya saben de quĆ© hierba hablo.
La primera noche tuvimos demasiados encuentros sexuales, y es que el alcohol en abundancia, mezclado con hierba, nos puso para nada pĆŗdicos.
No sĆ© que hora era, pero estaba en el lĆmite de mi resistencia fĆsica, cuando vi a Daniel caer bajo el abrazo de Morfeo, le siguiĆ³ mi querido Ernesto y no recordĆ© nada mĆ”s.
Supongo que los 4, totalmente desnudos nos dedicamos al sueƱo.
Rato despuĆ©s despierto, la cabeza me daba vueltas y el sol maƱanero encandila mis ojos, me veo a mi misma dando leves brincos, ¿quĆ© ocurre?
Al reaccionar completamente, veo la espalda de un hombre, levanto la mirada y noto que me llevan cargada boca abajo; Es un hombre alto y fuerte al parecer quien me carga en su hombro derecho como si pesara nada.
El sujeto es demasiado alto, 2 metros, quizĆ”s mĆ”s!; AdemĆ”s es muy fuerte, me contorsiono para mirarlo por denlate y veo sus prominentes pectorales, vuelvo atrĆ”s para detallar mejor su muy ancha espalda… Como si fuera poco posee brazos del grosor de Ć”rboles… es un enorme monstruo!.
Para colmo, el sujeto esta igual que yo, Desnudo!, no alcanzo a ver desde arriba sus dotes, pero no han de ser poco cosa.
Veo la altura a la que me tiene, desde allĆ” arriba siento algo de vĆ©rtigo y susto, si me caigo de su hombro me podrĆa hacer daƱo.
Asustada le exijo me baje, pero el hombre no responde…. forcejeo intentando bajarme, pero el tipo me tiene sujeta de las piernas con uno de sus fornidos brazos y enseguida me pide con una voz grave que me calme.
Que me calme? estĆ” loco!, un extraƱo me lleva cargada, se niega a bajarme o responderme y quiere que me calme?, debe estar bien loco…oh Dios mĆo!, y si lo estĆ”?, peor para mĆ!
Mando al diablo al sujeto e insisto en mi demanda, ante su negativa le digo que gritare, el me informa que no hay nadie que me escuche, es ahĆ cuando me percato en donde estoy, solo hay Ć”rboles a nuestra izquierda y del lado opuesto se alcanza a ver la orilla del lago.
“A dĆ³nde diablos me llevas?”, le increpo, y el descarado me hace ver que iremos a una cabaƱa al otro lado de lago.
“Que haremos ahĆ?, para que me llevas?”, con la respuesta de “Solo cĆ”llate, cuando lleguemos vamos a jugar un buen rato y te aseguro que va a gustarte mucho”, era obvio que iba a abusar de mĆ.
El miedo aumento sobre todo por ver esa pelĆculas, donde siempre que hay un lago y gente joven va a baƱarse allĆ… al final y con seguridad aparece un demente enmascarado… luego los muertos no tardan en aparecer!
Pero de donde habĆa salido este tipo?, y como es que termine en sus brazos?, eran tantos los interrogantes, pero como fuera no me dejarĆa violar, estaba asustada pero tenĆa que escaparme de su fuerte agarre.
Mi nuevo y reforzado forcejeo, duro hasta que el molesto sujeto usando una de sus enormes manotas, palmoteo en tres ocasiones mi blanco y desnudo traserito.
Me doliĆ³ mucho!, hasta se me aguaron los ojos del dolor y del terror.
AhĆ me felicitĆ³ por quedarme quieta y cooperar, su descaro y burla encendiĆ³ nuevamente mi rabia hacia Ć©l y renovĆ³ mis esfuerzos por escapar.
No era tonta para intentar lo mismo y recibir otra aplastante nalgada.
PensĆ© mejor las cosas y me dirigĆ a su anchĆsima espalda! , mĆ”s abajo observe y toquĆ© las nalgas mĆ”s duras que he conocido, ese hombre sĆ que era acuerpado y lleno de mĆŗsculos, pero lo que buscaba estaba mĆ”s abajo.
Conduje una mano debajo de sus pĆ©treas nalgas y seguidamente atravesĆ© el compĆ”s que eran sus gruesos muslos, buscaba alcanzar la Ćŗnica parte blanda que debĆa tener este hombre repleto de mĆŗsculos…sus pelotas!
Al sentir como tocaba su retaguardia, el gigante se detuvo en seco; Ingenuamente pensĆ³ que me rendĆa y querĆa iniciar lo divertido desde ya… No pudo cometer peor error!
Con el hombre estĆ”tico me fue fĆ”cil agarrarle las pelotas, en una fracciĆ³n de segundo pude palpar el enorme tamaƱo de sus huevos… como podĆan ser tan grandes?; Sin duda y por mucho es el dueƱo de los testĆculos mĆ”s grandes que he tenido en las manos.
No sĆ³lo eran grandotes, tambiĆ©n le colgaban bastante… su amplio escroto me facilitĆ³ el cogĆ©rselos.
Cuando el maldito expreso sorpresa ante la intrusiĆ³n de mi mano, supe que era el momento de actuar!; Con fuerza le apretĆ© las huevas, mientras jalaba de su escroto hacia mi direcciĆ³n.
El tipo lanzo un alarido estruendoso!, tire todo lo que pude de sus pelotas… Tanto asĆ que desde mi elevada posiciĆ³n, podĆa ver sus firmes nalgas, y mĆ”s abajo llegaba a contemplar mi mano apretando sus masculinidad; Obviamente mucho mĆ”s atrĆ”s y fuera de visiĆ³n, se hallaba su estirada bolsa escrotal.
Estaba entre el miedo y la rabia, sĆ³lo seguĆa apretando y tirado de sus huevotes con desespero… En verdad llegue a torturarlo con saƱa.
Ya antes habĆa golpeado en las bolas a un par de tipos, pero nunca se las habĆa agarrado a un hombre para lastimĆ”rselas; No era lo mismo lanzar un puntapiĆ© en la entrepierna de un sujeto, donde tienes un zapato puesto y Ć©l usa un pantalĆ³n… Que tener sus pelotas desnudas en tu mano, sintiendo como tus dedos aprietan sus frĆ”giles cosas.
Por un momento me sentĆ altiva, superior a ese hombre… El tan alto, grande y musculoso, de nada le servĆa eso… yo tan dĆ©bil y siendo mujer lo tenĆa en mis manos, En mi mano tenĆa su hombrĆa!; Sentirme mĆ”s que Ć©l, era placentero.
El tipo seguĆa gritando mientras le apretaba mĆ”s y mĆ”s, de la rabia le retorcĆ bien fuerte las huevas, y el tipo comenzĆ³ a tambalearse… Desde esa altura, temĆa la caĆda, el tipo ya me habĆa soltado de su agarre y solo un escaso equilibrio me mantenĆa arriba de su hombro.
Por fin cayĆ³ el sujeto sobre sus rodillas… la altura se habĆa reducido y lo seguirĆa haciendo, pues no quedo de rodillas y siguiĆ³ al suelo como un alto Ć”rbol derribado.
Viendo mi oportunidad, apenas bajĆ³ la altura, le soltĆ© las huevas y di un leve brinco cayendo al suelo de pie y casi en una pose gimnastica… estaba casi a un metro del dolido y sĆ”dico sujeto.
EmpezĆ³ a calmarse mi respiraciĆ³n y viĆ©ndolo en posiciĆ³n fetal, me tranquilicĆ© mĆ”s; Ya no se veĆa tan largo, y con las manos cubriendo su hombrĆa sabĆa que le habĆa lastimado bastante.
Un instante despuĆ©s me preguntaba a mĆ misma que hacer ahora, y mientras mĆ”s pensaba mĆ”s desesperada estaba…entrĆ© en pĆ”nico y como si el demonio me persiguiera corrĆ de vuelta hacia la cabaƱa con mis amigos.
Fue fĆ”cil ubicarla siguiendo la orilla del lago, asĆ que en unos 10 minutos ya estaba entrando a la segura casa; En esta hallĆ© a Ernesto y a Marcelo sin ropa y caminando por toda la casa, al parecer buscĆ”ndome, el seƱor Giuseppe atendĆa a Daniel que estaba sobre el sofĆ” con las manos en la entrepierna y con claros signos de sufrimiento.
Al poco tiempo llegaba la policĆa rural, la cual el seƱor Giuseppe habĆa llamado desde antes; Para entonces ya todos estĆ”bamos vestidos y de inmediato les contĆ© que me sucediĆ³, incluida una descripciĆ³n fĆsica del gigante y en quĆ© zona de bosque le dejĆ© lastimado.
Para final del dĆa atraparon al tipo que me raptĆ³, estaba intentando abandonar el Ć”rea; SegĆŗn me contaron conocĆa bien la zona, pero los oficiales eran buenos sabuesos, bloquearon los caminos y le ubicaron.
DespuĆ©s me entere que el tipo vivĆa en el Ć”rea del lago, era un hombre solitario y con algunos problemas mentales, para mĆ mĆ”s bien un enfermo sexual.
El seƱor Giuseppe luego teorizĆ³ que dada la escasez de mujeres en la zona y especialmente de mujeres lindas, pues el enfermo nada mĆ”s divisarme vino por mĆ, tal vez la Ćŗnica mujer que debĆa haber visto en meses.
El idiota de Marcelo agregĆ³ que el sujeto de seguro se excitĆ³ al presenciar a escondidas la orgia que tenĆan tres hombres con una chica sexy, asĆ que nuestro fuerte y bruto agresor, no se resistiĆ³ a secuĆ©strame….Por supuesto se aprovechĆ³ que todos dormĆamos luego de una agotadora noche de sexo para actuar.
Luego de escuchar las teorĆas del seƱor Giuseppe y los demĆ”s chicos, pudimos atar cabos y por fin supe que ocurriĆ³ en la cabaƱa entre el instante en que me quede dormida, hasta mi despertar sobre el hombro del gigante:
El demente y empelotado gigante, entro a la cabaƱa y en silencio intento llevarme, pero Daniel si estaba despierto y viendo al desnudo y musculoso intruso lo atacĆ³… Lo golpeo pero sin lograr hacerle nada, Entonces el atacante con una mano lo levantĆ³ de cuello, y lo estrellĆ³ contra el suelo.
Seguidamente se encargĆ³ de los otros los chicos que si dormĆan, con la mano abierta como un karateka golpeo como un machete sobre la cabeza de Ernesto, como queriendo abrirle la cabeza en dos.
El golpe similar a un martillazo lo dejo noqueado en su sueƱo, lo mismo fue para Marcelo…. otro tamborazo y a seguir soƱando.
AhĆ fue cuando el seƱor Giuseppe apareciĆ³ y quiso atacar al gigante por detrĆ”s, pero el monstruo lo vio venir y de una piƱa en la cara del viejo lo mando de bruces contra un sillĆ³n.
En ese momento Daniel vuelve por mĆ”s, y con un florero en mano se lo rompe en la cabeza, pero no causa el efecto que esperaba… El grandote no se vio disminuido y respondiĆ³ al ataque; Lo contraatacĆ³ con una seƱora patada en las huevas que lo levanto en el aire, dejĆ”ndole obviamente fuera de combate.
Puede que Daniel viniera armado con el florero, pero patearlo entre las piernas, es demasiado cobarde para ese grandulĆ³n… casi lo deshueva!.
Y asĆ sin mĆ”s resistencia de los hombres de la cabaƱa, me llevĆ³ consigo.
Luego les contĆ© mi experiencia sobre el gigante y todo eso; Recuerdo que los chicos me felicitaron por defenderme de ese monstruoso sujeto, prĆ”cticamente le vencĆ yo sola.
Una chica pudo hacer lo que tres hombres no pudieron lograr, bueno cuatro si cuentan al viejo Giuseppe.
Al final todo estaba bien; La PolicĆa tenĆa al Gigante bien guardado y Daniel no tuvo ningĆŗn problema despuĆ©s de ese salvaje patadĆ³n.
Con referencia a eso, el mismo Daniel bromeĆ³ agradeciĆ©ndome por vengar su adolorida hombrĆa, al lastimarle las huevas al PsicĆ³pata… “De nada”, le respondĆ.
Aunque me sentĆ orgullosa de mĆ actuar y salĆ bien librada del lĆo, no quiero nunca volver a ese lago, y menos estar en el hombro de un sujeto…sobre todo en uno tan alto.
La verdad de ahĆ naciĆ³ mi trauma con la altura, eso lo sĆ© sin ser vista aun por la terapeuta, el punto estĆ” en cĆ³mo ella me harĆ” superar este mal; creĆ que era algo temporal, pero hace dos semanas las cosas se salieron de control:
SabrĆ”n que me encontraba en casa de mi novio Ernesto (con Ć©l finalmente decidĆ formalizar las cosas), Desde mi llegada lo encontrĆ© sin ropa, y con ganas de acciĆ³n decidiĆ³ tomarme de la cintura y levantarme en el aire, era el inicio de un juego erĆ³tico…
…Pero el verme a tal altura disparo un gran temor en mĆ, me sentĆ de nuevo en el hombro de ese Gigante psicĆ³pata.
Le grite que me bajara, pero Ć©l no entendĆa que pasaba, estaba asombrado al ver, como casi llorando le pedĆa que me soltara.
Ernesto pedĆa que me calmara, sin saber que todo lo que tenĆa que hacer era bajarme… No pude aguantar mĆ”s allĆ” arriba y me defendĆ!
ComencƩ a patalear, hasta acertar con la punta de mi descalzo pie en las pelotas de Ernesto.
Mientras mis dedos se hundĆan en el escroto de mi novio, este se llenaba de dolor y exclamaba un: “Ayyyy mis…”.
De inmediato me bajĆ³ y se fue a sufrir al piso, cubriendo sus partes lastimadas.
Ya en tierra mi corazĆ³n se tranquilizĆ³ y retome la cordura; Pude ver a mi novio en el suelo sobando su zona mĆ”s delicada…No lo patee tan duro, pero fue suficiente para dejarlo unos minutos sin aire y pidiendo tiempo.
Luego de disculparme por mi agresiĆ³n, charlamos el asunto y con su apoyo tome la decisiĆ³n de ir con una especialista, y aquĆ me tiene el dĆa de hoy en mi primera sesiĆ³n de terapia.
Bueno con esto concluyo mi narraciĆ³n, la misma que a continuaciĆ³n deberĆ© repetirle a la terapeuta, espero que una profesional como ella me quite este molesto problema antes de que sin yo querer, llegue a capar a algĆŗn hombre.
AdiĆ³s.
Fin.
Gracias
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
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