CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Lucas atravesaba corriendo los pasillos del estadio de fĆŗtbol, no llevaba puesto el uniforme del equipo pero iba muy retrasado, una pantaloneta, zapatos deportivos y chaqueta era lo que cubrĆa su cuerpo. Abrió sin mĆ”s preĆ”mbulos la puerta del vestuario arrancando gritos y asombros de parte de sus compaƱeros y provocando que el entrenador doblara su semblante acentuando su malhumor.
āĀæQuĆ© horas son estas de llegar, Corona? āle regaƱo el hombreā. Le avisĆ© que ya no viniera, Lucas.
āNo he revisado el celular, entrenador āhabló con la verdad Lucasā. Y he llegado tarde por el trĆ”fico.
āTenemos un autobĆŗs, seƱor Corona.
āSĆ pero me retrase. Lo siento āLucas clavó la mirada al suelo avergonzado.
āCĆ”mbiese y presĆ©ntese en las gradas. Si asĆ lo deseo usted jugarĆ” en el segundo tiempo.
āYa he dicho que sĆ asĆ lo deseo jugarĆ”. La responsabilidad es tambien fundamental para un juego. Cambie su ropa Lucas.
āDisculpe mi hora de llegada.
Sus compaƱeros cruzaron uno a uno el vestuario dejƔndole solo para cambiarse rƔpidamente y asistir al juego mƔs importante del equipo.
Lucas se quitó los zapatos Adidas y bajo el pantalon deportivo, sus piernas estaban tonificadas como todo un jugador de fútbol profesional que era. Quitó la sudada chaqueta y mostró su torso blanco, no era musculoso en potencia como sus primos, pero estaba fibrado sin mostrar masa corporal. Era a pesar de todo un atractivo joven.
Se peinó el cabello negro y levantó la mirada a la puerta, podrĆa jurar que habĆa escuchado que se movĆa. Caminó con el calzoncillo ajustado a la puerta, estaba entreabierta pero no se encontraba nadie en el pasillo. No le dio mĆ”s atención y se apresuró a vestirse para el partido, debĆa asegurar la victoria. Mientras buscaba la ropa en el bolso escuchó un ruido.
āĀæHay alguien por aquĆ? āpreguntó. Pero nadie le respondió. Extrajo el uniforme y echó una Ćŗltima inspección con la mirada sintiĆ©ndose todavĆa observado.
La franela del equipo deportivo cubrió su leve pectoral, la tela fina de la pantaloneta tapó sus enormes genitales, sus testĆculos frĆ”giles y vulnerables a cualquier ataque estaban guardados en su ropa interior, colgaban mucho y el tamaƱo tan elevado era de herencia en los hombres de su familia.
Hurgo en su bolso hasta encontrar los zapatos especiales para juegos de fĆŗtbol, se arreglo el pie izquierdo y cuando amarraba las agujetas del pie derecho apoyĆ”ndose en la banca oyó un ligero ruido detrĆ”s de Ć©l. Se dio la vuelta para ver a una persona completamente vestida de negro con una capucha que cubrĆa su rostro por la contextura se trataba de un hombre mĆ”s bajo de estatura que el.
"Me robarÔn" pensó asustÔndose. Subió las manos abiertas a la altura de la cara.
āĀæQuĆ© quieres? āpreguntóā. Puedes llevarte mi bolso, no tengo problema...
El encapuchado no dijo nada.
Lucas trató de mantener la compostura por mĆ”s miedo que lo dominara. No sabĆa quĆ© hacer si gritar pidiendo ayuda, huir o golpear a ese tipo. Claramente en una pelea justa Ć©l tendrĆa mĆ”s ventaja por ser de mayor estatura que el ladrón, por supuesto, una pelea justa, desconocĆa si el encapuchado tuviera un arma oculta. Mientras pensaba aquello el otro hombre se lanzó sobre el tirĆ”ndolo al suelo.
La cabeza de su Lucas golpeó el suelo, aturdiéndolo por completo. Sin embargo aquello no fue suficiente con el puñetazo que recibió en el rotro.
āĀ”Ahh!... Pero quĆ©...
Lucas no se dio cuenta de lo que estaba a punto de sucederle, el malhechor levantó el pie a través de sus piernas separadas. Tambien calzaba zapatos para hacer deporte, especialmente fútbol con miles de picos en la planta que aterrizó muy duro en su entrepierna.
Lucas dio un grito desesperado y ronco, sintió como decenas de tacos perforaron sus bolas y pene, aquello fue un dolor insoportable que se esparció en la boca del estómago. Lucas sintió que sus bolas se ponĆan rojas e hinchadas
Creyó que iba a desmayarse por la sensación de dolor punzante que provenĆa de lo mĆ”s profundo de sus genitales. Claramente no podĆa aguantar otro ataque tan devastador en la entrepierna. En pocos segundo un vigilante de seguridad llegarĆa al vestuario tras escuchar el horripilante grito de Lucas.
Pero en el campo de futbol, el jugador estrella de la selección nacional tambien recibirĆa un ataque a la ingle.
El pene de Eladio rebotaba y se balanceĆ”ba en el short a medida que corrĆa dominando el balón llamado la atención de espectadores, rivales y cĆ”maras de televisión.
La mente del joven estaba concentrada en el partido amistoso, a pesar del Ʃxito del juego faltaba su compaƱero de dupla, si lo estaba mirando desde las gradas deseaba que el entrenador lo perdonase y le dejara entrar al juego.
Estaba cerca de la arquerĆa, y se llegaba aquel momento en que los jugadores del equipo contrario se amontonaban para bloquear su tercer gol, sólo tenĆa que concentrarse y apuntar, pero varios de los contrincantes se unieron a Ć©l bloqueando toda oportunidad... Āædónde estaba Lucas? Āædónde estaban sus compaƱeros de equipo? ĀæPor quĆ© el arbitro no pitaba esa ofensiva tan brutal? Eran cinco contra Ć©l... No lo vio venir, ni siquiera supo quien fue, pero una mano traidora o traviesa rozó sus genitales y agarró uno de sus testĆculos dĆ”ndole un apretón fulminante.
Eladio sintió que lo tomaron de uno de sus limones carnosos y lo exprimieron con tanta fuerza que creyó que se iba a deformar.
Gritó con los ojos en blanco, cayó de rodillas agarrando sus cojones, el balón fue arracando de sus piernas y pateado fuera del aire, Eladio reclamó al arbitro quien declaró que no habĆa ninguna falta a los gritos se unió el entrenador pero no habĆa que condenar segun el arbitro. Eladio se quedó arrodillado en el campo acariciando su testĆculo ahogado.
En la enfermerĆa del campo deportivo Lucas estaba echado en una camilla, tenĆa la franela puesta y la entrepierna desnuda, su flacida y larga polla descansaba en el abdomen, tenĆa 5 pinchazos producto del ataque, sus inmensas pelotas tambien estaban hinchadas y con pocas rasgaduras.
āEsto te servirĆ” ādeclaró el mĆ©dico entregando una crema, nunca en su carrera habĆa visto pelotas tan grandes, cuanto almacen de leche producirĆ”, pensó graciosamente.
āĀæEstarĆ© bien, doctor?
āSĆ, tus testĆculos a pesar de lo hinchados estan completos.
āĀ”Fuiu!
El doctor se aclaró la garganta pensando lo que iba a decir.
āNo te querĆan dejar jugar muchacho.
āĀæPor quĆ© lo dice?
āBueno... el policĆa descubrió que quien te golpeó fue un miembro del equipo contrario. Y allĆ” afuera han estado jugando sucio, el arbitro parece estar parcializado.
āĀ”Carajo!
āLo bueno, es que estĆ”n ganando por un punto.
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