Infidelidad en pareja (3/3): Narraciones de la adolescencia - Las Bolas de Pablo

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14 jun 2016

Infidelidad en pareja (3/3): Narraciones de la adolescencia

Contiene Ballbusting  F/M Y M/M.          


   Marcelo convence a Elena que le cuente todo sobre las ocasiones en que ella habĆ­a tocado los testĆ­culos de su esposo Antonio.

   Elena narra todo lo sucediĆ³ un fatĆ­dico dĆ­a 5 de marzo en su edad de adolescente, ella contaba con 17 aƱos, mientras Antonio su hermano menor, y con gustos ya declarados por los de su mismo gĆ©nero, alcanzaba los 16.

   A continuaciĆ³n mientras Elena le narra a Marcelo, ustedes se enterarĆ”n de todo lo sucedido, incluso cosas de las que Elena nunca se enterĆ³


   Ese dĆ­a Antonio regresĆ³ pronto de la clase de deportes, ayudado por unos amigos, AllĆ­ fue cuando le explicaron que estaba dolido por un golpe recibido; La hermana apenas verlo supo donde fue golpeado… Antonio sobaba sin parar su entrepierna!.

   Y es que Antonio en su prĆ”ctica de tenis, se mostrĆ³ descuidado todo el partido; Y para colmo, su rival golpeĆ³ la pelota con fuerza, la que tras rebotar en el suelo, acertĆ³ en la dotada entrepierna del joven gay.





   El muchacho quedo con la boca abierta y si no fuera por sus amigos que corrieron a auxiliarle, hubiera terminado de cara en el suelo, y con un trauma en la nariz.

   Antonio ahora estaba en otro mundo, Las proporciones gonadales del joven le causaron el mayor dolor de su vida hasta el momento; MantenĆ­a la mirada perdida, mientras el sudor no cesaba de llenar su rostro…Solo tras echarle agua helada en la cara, el adolorido chico evitĆ³ el desmayo.

   La preocupaciĆ³n de los amigos fue evidente, pensaron en llevarlo al hospital, pero apenas habĆ­an tomado camino, Antonio tomo algo en su color y pidiĆ³ esperasen un tiempo.
Al pasar los minutos mejoro considerablemente, y les dijo le llevasen a casa. Su hermana Elena sabia de primeros auxilios y ella se encargarĆ­a de todo.

   Ahora ya enterada de todos los pormenores, la hermana se prestĆ³ a ayudar; A pesar del pudor, Antonio no tardĆ³ en bajar sus calzoncillos para ser revisado.

   “AhĆ­ se los cogiste la primera vez, ya me lo habĆ­as contado”. InterrumpiĆ³ Marcelo.

   “DĆ©jame contarte, no interrumpas o no sigo contando!, luego veras que todo tiene relaciĆ³n, es mĆ”s, entĆ©rate  que la primera y segunda vez, fueron el mismo dĆ­a”.

   Elena continuĆ³ exponiendo los hechos.

   Pues bien la hermana habĆ­a quedado impresionada al ver el tamaƱo de los genitales de su hermano, desde que este se desarrollĆ³ entrando en 12 o 13 aƱos, no habĆ­a podido ver sus partes Ć­ntimas, simplemente por el pudor natural de esa edad, sumado claro a la cercanĆ­a familiar.

   Elena llegĆ³ a sospechar previamente  tales proporciones cuando veĆ­a un bulto cada vez mĆ”s grande en la entrepierna de su afeminado hermanito; No daba fe a lo que observaba y se explicaba todo con el uso de algĆŗn relleno por parte de Antonio, sin duda para presumir sus atributos viriles ante potenciales amores.

   Pero ahora tenĆ­a completa certeza de sus dotes!, Antonio tenĆ­a los testĆ­culos grandes!, el pene no se quedaba atrĆ”s, pero en reposo no resaltaba como esas grandes pelotas que ahora tocaba.

   La hermana fingiĆ³ total normalidad al palpar las gĆ³nadas golpeadas durante el tenis, ella solo hizo el papel de enfermera dado sus conocimientos en primeros auxilios, incluso uso guantes para  verse mĆ”s profesional.

   En absoluto silencio dado el incĆ³modo asunto, El hermano observaba como le tocaban los huevos…solo respondĆ­a al requerimiento de en quĆ© parte le dolĆ­a y en cual no.

   Elena termino su examen y certifico que las pelotas de su hermano estaban bien.

   La joven se la paso pensativa el resto de la maƱana; Ideas incestuosas venĆ­an a su mente, pero decidiĆ³ salir un rato para despejar la cabeza.

   En el camino se encontrĆ³ con Alfredo, su novio por esas fechas, ambos asistĆ­an a la misma universidad y como estaban en vacaciones, era comĆŗn que el chico se pasara amplias jornadas en casa de su novia; Como los padres de Antonio y Elena viajaban constantemente, tenia sexo con su novia,  en su misma casa y sin ninguna restricciĆ³n.

   Durante el encuentro, entre otras cosas, la joven le conto el accidente sufrido por Antonio, lo que generĆ³ risas en Alfredo por la desafortunada Ć”rea golpeada.

   Los novios siguieron a casa, donde tras un rato de charla en la privada habitaciĆ³n de Elena, esta saliĆ³ a arreglar unos asuntos, dejando al joven en espera de la prometida relaciones sexuales de ese dĆ­a, era aun de maƱana, pero Alfredo esperaba un polvo con ella ahora y otro por la noche…despuĆ©s de todo habĆ­a que sacarle todo el provecho a la ausencia de sus futuros suegro.

   No paso mucho tiempo cuando Antonio, usando toalla de baƱo, ingresĆ³ al cuarto en busca de su hermana; Tras sentir un tirĆ³n en los testĆ­culos, tuvo temor y querĆ­a que su hermana revisara de nuevo sus preciadas bolas, por si alguna complicaciĆ³n acababa de surgir.

   En la habitaciĆ³n sĆ³lo estaba Alfredo, quien tras charlar inicialmente con Ć©l, paso a las bromas al estar enterado del tremendo golpe recibido por Antonio.

   El joven se reĆ­a de la mala suerte del chico. Pero Antonio quien siempre habĆ­a sentido atracciĆ³n por Alfredo vio una oportunidad.

   Ya no le importaba el tirĆ³n en las bolas, de hecho desapareciĆ³ de su mente; Solo pensaba como lograr atraer a ese atractivo chico, claro que era el novio de su hermana y si ella se enterase, le matarĆ­a de seguro; Pero una joven tan atractivo como Alfredo, bien valĆ­a un intento de asesinato por parte de Elena.

   AdemĆ”s consideraba que tenĆ­a oportunidad, ya sabĆ­a que Alfredo no rechazaba a los homosexuales, eso ya era un inicio, era de mente abierta y si jugaba bien sus cartas, tal vez podrĆ­a lograr algĆŗn avance con Ć©l.

   Antonio “accidentalmente” dejo caer la toalla con la que se cubrĆ­a, quedando de espaldas totalmente desnudo a la vista de Alfredo; Cuando se agacho en cĆ”mara lenta para tomar la toalla resalto su trasero de tal forma que Alfredo comento lo que obviamente veĆ­a.

   El joven y atractivo Alfredo le halago el trasero

   “Sabes lo que yo le harĆ­a a un culito asĆ­?”.

   Antonio se alegrĆ³ ante lo que escuchaba, de inmediato bromeo con una obvia doble intenciĆ³n.

   “Te gusta dar por atrĆ”s?, no creo!, es una fanfarronada de tu parte, no parece que tengas la fuerza para meterla en un culito”.

   Alfredo no tomo la frase con molestia, de hecho conto que el sexo anal le gustaba, lastimosamente a Elena no le hacĆ­a gracia sus peticiones para darle por detrĆ”s.

   Antonio se informaba de los gustos de Alfredo y de los No gustos de Elena.

   El novio siguiĆ³ moviendo la lengua, mostrĆ”ndose engreĆ­do al ya haber experimentado analmente con un par de chicas, aunque se mostraba decepcionado de que fueran escasas las que se dejaban dar por la retaguardia.

   Nuevamente se mostrĆ³ reprimido al recordar el NO de siempre por parte de Elena 

   Antonio vio su oportunidad y se volteĆ³ ofreciĆ©ndole el trasero.

   “Pues aquĆ­ lo tienes para cuando tĆŗ quieras”.

   Alfredo lo tomo como broma, dado que si bien le gustaba la idea de tomar un trasero, habĆ­a un inconveniente…se trataba del hermanito de su novia.

   Mientras Alfredo pensaba el asunto, Antonio se decidiĆ³ a ir mĆ”s directo y volviĆ³ a ofrecer sus posaderas.

   “Vamos!, tu sabes bien mis gustos, y no soy celoso ni nada, solo piensa bien que hacer”.

   No necesitĆ³ de una tercera oferta y las cosas se dieron.

   Alfredo cabalgĆ³ ansioso el culito del joven. Eran las 12 del dĆ­a, y con Elena fuera de casa, y tardando en regresar, El novio disfruto del orificio posterior de su potencial cuƱadito, quien apenas sentĆ­a dolor en las bolas ya, ahora solo el placer desde su retaguardia lo invadĆ­a.


   El pene de Alfredo era una buena barra de carne caliente, dura y habilidosa, especializada en llegar a fondo en el ano.

   Finalmente el pene de Alfredo escupiĆ³ su carga pegajosa, derramĆ”ndose del recto de Antonio.

   Luego del desestresante sexo anal, Alfredo reposo en la cama, mientras Antonio se querĆ­a despedir con un beso, Alfredo decidiĆ³ no aceptar la caricia para no malinterpretar las cosas.

   Enseguida le dejĆ³ claro su gusto por las mujeres, pero penetrar un orificio siempre era placentero, sin importar el dueƱo del orificio.

   Antonio se resignĆ³ a solo ser un polvo mĆ”s, pero no se podĆ­a quejar, las cosas habĆ­an ido bastante lejos hoy, para su gusto y con eso le bastaba…por ahora!.

   Tiempo  despuĆ©s regresaba Elena y como de costumbre quiso intimar con Alfredo, quien sin importarle el polvo anal echado a Antonio, estuvo feliz de hacerle el amor a su novia.

   El excitado varĆ³n proporcionĆ³ ricas sensaciones la joven, quien adoraba lamer el pene de su pareja.



   Eran las 3 de la tarde y en la habitaciĆ³n de Elena la cama no paraba de moverse, el ruido fascinaba al hermano, que estuvo expectante con la llegada de Elena.

   Antonio aĆŗn estaba caliente y sabiendo que su hermana irĆ­a directo a fornicar con Alfredo, se prestĆ³ a espiar para saca provecho a su manera…dirigiĆ©ndose a la cochera.

   Aprovechando la vecindad entre el cuarto de Elena y la cochera,  Antonio con un vaso escuchaba los gemidos y expresiones durante relaciĆ³n sexual.

   En la privacidad de ese lugar mientras oĆ­a, se masturbaba totalmente desnudo, pensando en ser Ć©l quien recibĆ­a de nuevo la rica verga de Alfredo.

   Tras un rato, los gemidos cesaron y solo habĆ­a exhalaciones de satisfacciĆ³n y cansancio.
El hermano menor, acelerĆ³ la masturbaciĆ³n, y derramo dentro de un segundo vaso una carga blanca y alcalina.

   La eyaculaciĆ³n del espĆ­a, le hizo suspender las escuchas, y no se enterĆ³ de lo que ocurrirĆ­a a continuaciĆ³n.

   Tras el polvo, Alfredo quiere mĆ”s y le pide a Elena poder hacĆ©rselo anal, la joven se molesta de inmediato:

   “Otra vez con eso?, te deje claro que no me gusta ese asunto”.

   Alfredo insiste tratando de hacerla ceder, pero Elena cada vez se pone mĆ”s agresiva y la magia de la intimidad se rompe, la molesta novia se va a retirar del cuarto, cuando su pareja bastante harto de la negaciĆ³n de Elena, dice:

   “Eres una mojigata, hasta a tu hermano le gusta que le dĆ© por atrĆ”s”.

   Elena queda atĆ³nita ante lo que escucha, con ira le reclama a Alfredo:

   “Se la metiste a mi hermano?, eres un maldito perro!”.

   El novio apenas se da cuenta del grave error de contar el desliz con Antonio.

   Viendo la rabia en Elena, trata de retractarse, pero el acoso de la chica le lleva a admitirlo abiertamente, solo para a continuaciĆ³n recalcar que fue algo delicioso y si ella accediera al sexo anal, tambiĆ©n le gustarĆ­a.

   Elena se sentĆ­a traicionada!; como se atrevĆ­a su novio a acostarse con su hermano!, era una infidelidad y era peor, al ser con un hombre… y con su hermano; Un gran odio naciĆ³ hacia Alfredo.

   El novio trato de arreglar las cosas:

   “Mira, Elena, mejor calmĆ©monos y……….AAAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!”.

   Elena de improviso agarra con rudeza las pelotas de Alfredo.

   El joven viĆ©ndose cogido de sus partes nobles, queda sin poder reaccionar, la traicionada mujer, rĆ”pidamente aumenta la presiĆ³n.

   Quejidos salen de la boca del novio “Agghh, Aayyyy, dĆ©jame!”.

   Las piernas de Alfredo tiemblan y el hombre se va al suelo!, Elena en ningĆŗn momento le suelta la hombrĆ­a, le acompaƱa al piso, mientras sus garras continĆŗan aferradas a la carne escrotal de su pareja.

   “Por favor, dĆ©jamelo…E…Elena…suĆ©ltame los huevos, te lo suplico!”.

   La mujer se muestra sonriente ante el ruego de su novio y enseguida se le acomoda, encima, deposita su trasero sobre el rostro de Alfredo, sofocĆ”ndole un poco.

   El chico desesperado intenta en vano liberar la pequeƱa, pero salvaje mano que comprime su depĆ³sito de descendientes.

   Sin nada por hacer, solo le vuelve a suplicar, ante lo que Elena  le dice con furia en su voz:

   “TĆŗ y yo hasta aquĆ­ llegamos!…no te quiero volver a ver en  la vida, entendiste gran perro!!!!!!”.

   Una final retorcida de huevos y  Alfredo chilla como un puerco.

   Por fin Elena libera sus gĆ³nadas, y se levanta quedando junto al varĆ³n, quien de inmediato adopta la posiciĆ³n fetal.

   Tras soltarle, la mujer comenzĆ³ a vestirse, mientras el adolorido Alfredo se sobaba en el piso, solo alcanzĆ³ a expresar.

   “Es…estĆ”s loca…”.

   Elena seguĆ­a vistiĆ©ndose, y para cuando terminĆ³ le exigiĆ³ a Alfredo se largara de su casa.

   A continuaciĆ³n  trata de hacer levantar al adolorido para que se fuera; Alfredo apenas estuvo en pie, no resistiĆ³ el sufrir de los huevos y tuvo que agacharse para no caer; Elena retrocediĆ³, sabĆ­a que Ć©l infiel traidor no podĆ­a con el alma.

   Inclinado y tomando aire, Alfredo se cubrĆ­a el rostro, sin duda ocultando algunas lĆ”grimas.

   Elena viĆ©ndole tan mal, tuvo piedad por un instante y le dio unos segundos; Se paseaba con ansiedad de un lado a otro del cuarto, aprovecho el tiempo para recoger la ropa de ahora Ex novio y tenerla en la mano.

   Terminada la paciencia volviĆ³ a insistir: “Ya recupĆ©rate!….quĆ© esperas?, pĆ”rate!, arriba,  arriba!”.

   Alfredo respondiĆ³ con poco aliento: “Espera, me jodiste las huevas… cĆ”lmate”.

   La chica no tolero mĆ”s y le ayudo a levantar y a empujar: “Nada de eso, ya te di tiempo, toma tu maldita ropa y ve a sobarte todo lo que quieras a la calle!”.

   Tras el portazo apenas salir, Alfredo se quedĆ³ en el jardĆ­n, donde apenas pudo ponerse los calzoncillos; a medida que se recuperaba, sus odios hacia Elena iban en aumento.

   Luego de enfriarse la cabeza y con la mejorĆ­a de sus huevos, Alfredo pensĆ³ en que todo era su culpa; Como pudo contarle la culeada con Antonio?, fue el error de su vida, y Elena se habĆ­a ido para siempre!. 

   Mientras tanto, una todavĆ­a enfurecida Elena, decide vengarse de su hermano; Como se atrevĆ­a a acostarse con su novio!, seguro que tenĆ­a intenciĆ³n de seducirle una y otra vez, para quitĆ”rselo cĆ³mo pareja; Pero que mĆ”s daba ahora, si ya habĆ­a terminado con Alfredo?.

   Aun asĆ­, un desquite era necesario!, Antonio habĆ­a cruzado la raya y le iba dejar claro que no se metiera con sus hombres.

   Ahora, Antonio no se hallaba en su cuarto, asĆ­ que buscĆ”ndole por la casa le encontrĆ³ en la cochera.

   Antonio eyaculaba en el vaso por cuarta vez!, sus grandes testĆ­culos estaban ahora vacĆ­os; Mientras sudado jadeaba de goce, la Ćŗltima gota de esperma caĆ­a en el vaso.

   Elena le vio y procediĆ³ a confrontarlo

   “Como te atreviste a acostarte con Alfredo!, eres un traidor culi pronto!”.

   La sorpresa hizo al hermano derramar algo del lĆ­quido vital que casi llenaba el vaso; La hermana que habĆ­a visto lo Ćŗltimo, sentenciĆ³:

   “HaciĆ©ndote la paja despuĆ©s de dejarte culear de mi novio, eh?…Eres un enfermo!, hiciste que perdiera a Alfredo, pero me las vas a pagar!!!”.

   El hermano al saber cĆ³mo Elena estaba enterada de todo, tratĆ³ de justificarse, pero la chica le propino una poderosa bofetada en el rostro que lo hizo irse de espaldas contra la pared, a la vez que el semen del vaso se derramaba por completo.

   Elena hecha una furia se abalanza sobre su desnudo hermano con las uƱas como filosas armas.

   “Te voy a enseƱar a no meterte con mis novios!”.

   Antonio le da pelea!, Se arma tambiĆ©n!, enseƱa las uƱas, y estĆ” por comenzar una pelea de gatas.

   Mientras el joven le pide a su hermana que se calme, esta le responde tomĆ”ndole del cabello y dĆ”ndole  una sonora cachetada

    Antonio no se queda atrĆ”s y un ¡Paff!, se estrella en el rostro de la hermana.

   Ahora una mordida en el antebrazo de Antonio y este tira de los cabellos a Elena, quien de inmediato le devuelve la cortesĆ­a.

   En medio de la pelea de “Damas”, Antonio logra imponer su mayor fuerza fĆ­sica, y agarra de los brazos a Elena, inmovilizĆ”ndola; El forcejeo subsecuente, hace que la hermana se mueva de un lado a otro buscando liberarse.

   Para desfortuna de Elena, pisa el semen regado en el piso y resbala, cayendo al suelo de espaldas, y Antonio le siguiĆ³ hasta terminar sobre ella.

   La iracunda hermana adolorida de su cabeza, le gritaba que se le quite de encima… y que le liberara. Antonio le pregunta si estĆ” bien, pero tras ver la rabia de Elena era obvio que no se habĆ­a lastimado seriamente.

   Antonio accede a  liberarla si se calma, y ante la respuesta afirmativa de Elena la libera, pero de inmediato recibe un puƱetazo en la boca.

   Atacado a traiciĆ³n, el hermano se molesta, cachetea a la chica y la vuelve a inmovilizar.
Elena se retuerce como una lombriz queriendo zafarse, pero Antonio solo aprieta sus brazos con fuerza, y causƔndole dolor la hermana baja su ƭmpetu.

   La chica queda inmĆ³vil un instante y mentalmente se queja de la fuerza de su rival, en ese momento se da cuenta de algo:

   - Pero claro, Ć©l es un hombre!.

   Todo este tiempo habĆ­a peleado con Antonio como contra una chica;  Dado el comportamiento afeminado de su hermano, desde hace mucho lo trataba como a una fĆ©mina… pero ahora lo tratarĆ­a como un varĆ³n…un varĆ³n como Alfredo!.

   Una vez mĆ”s Elena finge calmarse y Antonio comete el error de caer de nuevo con eso, para el no parece mucha consecuencia si Elena lo vuelve a engaƱar…simplemente la inmovilizarĆ” otra vez…es asĆ­ como rĆ”pidamente Antonio se incorpora dĆ”ndole espacio a su hermana para incorporarse igual.

   Pero Elena cambia de tĆ”ctica y apenas se ve libre de los brazos, los dirige contra la entrepierna del incorporado y desnudo Antonio.

   Arrodillada en el suelo, agarra los grandes huevos de su hermano, con extrema violencia!

   Mientras la mano de Elena aprieta con fuerza las partes nobles de su dotado hermano, Antonio totalmente atĆ³nito exclama un “AAAAGGGHHHHH”, enseguida queda boquiabierto y ningĆŗn sonido emerge ya de sus labios.

   La hermana desquita el enojo con ese par grande, sensible y vulnerable.

   “Nunca, vuelvas a meterte con mis hombres!, entendiste!!!!”.

   La chica busca una respuesta en los ojos de Antonio, pero se asombra ante lo que observa.

   Antonio tiene la mirada en blanco, desde hace  instantes estĆ” en otro mundo!.

   Algo temerosa, Elena le suelta, y se levanta dejando a Antonio muy mal, un segundo despuĆ©s, el hermano se desploma, alcanzando a Ćŗltimo momento  y por puro instinto, a maniobrar para quedar arrodillado.

    Una mano de inmediato cubre sus huevos, mientras busca aire, con la boca abierta.


    Elena empieza a buscar la cara de Antonio a ver su condiciĆ³n, no le dejo muy bien y la verdad se preocupĆ³. Mucho mĆ”s que con Alfredo.

   Pronto su hermano, no soporta mĆ”s y termina tendido boca abajo en el piso, no se mueve casi, un instante despuĆ©s ya no observa movimientos. 

    Elena se asusta ante lo que observa, pero entonces se dice  asĆ­ misma:

    - CĆ”lmate Elena,  tu sabes de primeros auxilios sĆ³lo cĆ”lmate y examĆ­nalo.

   La joven registra la respiraciĆ³n y el pulso de Antonio, y certifica que solo esta desmayado, ya aliviada se sienta cerca a esperar a que reaccione su traidor familiar.

   En cierto momento se observĆ³ las manos, recordando el sentir de esos testĆ­culos en su poder.

   “Vaya, en verdad son bastante grandes!”.

   Una vez despertĆ³ Antonio, Elena se mostrĆ³ dura ante Ć©l, pero ahora solo verbalmente; El traumatizado Antonio, con terror en los ojos, jurĆ³ que nunca volverĆ­a a meterse con los hombres de ella…y hasta ahora ha sido asĆ­.

   Sin duda el hermano desarrollo un gran miedo hacia su aterradora hermana

   Elena terminĆ³ de contar la anĆ©cdota a Marcelo, omitiendo algunos detalles que pudieran verse pervertidos de parte de ella a los ojos de su actual cuƱado.

   Marcelo tras oĆ­r una historia con tanta ira y tanto trauma testicular en el contenido, solo pudo comentar:

   “Eres una persona a la que no se le debe enfadar Elena…tĆŗ vas directo a las pelotas de los chicos”.

   Elena sonriĆ³, pero no refuto lo dicho por Marcelo.

   Tras la charla ambos continuaron en sus asuntos, Marcelo esperaba con ansias la vuelta a casa de su amado Antonio.

Fin.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com


NOTA  ANEXA:

   Con esta tercera entrega concluye el tema de la Infidelidad de pareja, pasando por Antonio y su aventura con Pablo, hasta la traiciĆ³n de Alfredo y el castigo para ambos amantes anales.

   Pero un tema derivado de esta historia darĆ” pie a un prĆ³ximo relato; Y es que mientras Elena contaba todo esto en casa del cuƱado, Antonio decidiĆ³ ir a un Ć”rea cercana a la costa… Era una cabaƱa que ya conocĆ­a, allĆ­ se verĆ­a con Pablo, tenĆ­a que hablar sobre el ataque a su pareja.

   Antonio lo habĆ­a buscado en su casa, pero Pablo habĆ­a desaparecido esos dĆ­a, cuando por fin le contestĆ³ el telĆ©fono, conversaron largamente, con un Pablo aun intentado que Antonio le aceptase de nuevo

   Todo fue en vano, pues el esposo ya habĆ­a decidiĆ³ serle fiel a su pareja.

   Antonio amenazĆ³ con denunciarle por agresiĆ³n, pero ante la actitud conciliadora de Pablo,  pactaron una reuniĆ³n en persona para decidir quĆ© pasarĆ­a de ahora en adelante.

   El marido llegĆ³ a una cabaƱa, propiedad de un primo de Pablo, que ya antes habĆ­a servido de nido de amor durante su aventura infiel; Pablo decidiĆ³ citarlo allĆ­ por ser mĆ”s alejado y asĆ­ no habrĆ­a vecinos chismosos o cualquiera que fuera despuĆ©s con comentarios.

   Apenas entrar a la cabaƱa, Pablo le saluda efusivamente, sin dejar de mirar el apretado jean de Antonio… Como siempre muy ajustado en la entrepierna.

   “ExtraƱaba verte”.

   Antonio corta con los saludos de raĆ­z y se centrĆ³ en lo que vino a tratar,  le exige a Pablo se marche de la ciudad, y solo si hacia eso, harĆ­a desistir a Marcelo de presentar una denuncia contra Ć©l.

   “Parece un buen acuerdo”, contestĆ³ Pablo, quien se mostraba sin salida ante las circunstancias.

   Antonio le pide que acepte y se arregle este asunto de una vez.

   Pablo decide aceptar con una condiciĆ³n.

   “Que condiciĆ³n?” se extraƱa Antonio al ver una gran sonrisa en el rostro de Pablo.

   “Dame un beso!”.

   “Estas loco!, eso no volverĆ” a pasar, asĆ­ que olvĆ­dalo”.

   Pablo pone las cosas mĆ”s conciliadoramente: 

   “Es solo un beso!, llĆ”malo de despedida, pero si me dejas besarte, aceptare irme”.

   Antonio se muestra reacio, como si esperara un trasfondo en este asunto.

   Pablo flexibiliza la condiciĆ³n: “Vamos!, mira, si quieres, que sea en la mejilla, que tienes que perder, en la mejilla y no me vuelves a ver”.

   Pablo termina aceptando de mala gana, pero le advierte: “En la mejilla, y no te propases o te ira mal”.

   Un sonriente Pablo se le acerca a cumplir lo que tanto desea. 

   Antonio recibe bien el largo beso en la mejilla, y cuando Pablo termina, se queda viĆ©ndole a los ojos frente a frente.

   “Estas seguro que no hay posibilidades de que me aceptes?”.

   “Lo siento, es definitivo”.

   “ExtraƱare tu enorme pene y esos huevotes que tienes”.

   “Ya basta Pablo, debes resignarte”.

   “Entiendo, pero sabes, aun no estoy listo para eso, no estoy listo para que me dejes”.

   En ese momento, Pablo se apoya con firmeza de los hombros de Antonio y con todas sus fuerzas le mete un rodillazo en la expuesta entrepierna de Antonio.

   Pablo siente como su rĆ³tula impacta y aplasta los grandes testĆ­culos de su Ex amante;   Quien tomado totalmente por sorpresa, lleva los ojos arriba, y queda con la boca abierta sin emitir sonido alguno.

   Pablo se aleja un paso del golpeado Antonio, quien se agarra los testĆ­culos, para casi de inmediato desplomarse al piso.

   El agresor sonrĆ­e diciĆ©ndole: “PerdĆ³n por romper el juramento que te hice el otro dĆ­a, pero no me dejaste alternativa”.

   Unos leves quejidos del adolorido hombre y pronto solo hay silencio; Enseguida Pablo revisa al inmĆ³vil varĆ³n y nota que ha perdido el conocimiento.

   “Antonio, siempre tan delicado de tus huevos; Un buen golpe y sabĆ­a que no tardarĆ­as en desmayarte”.

   El victorioso amante no deja de observar el bulto entre las piernas de Antonio.

    “Los de tu parejita resisten mucho mĆ”s, pero es obvio!, los de Ć©l han de ser limones, mientras que tĆŗ en los calzoncillos, cargas un par de naranjas”.
 
   SimultĆ”neamente palpa  la abultada  entrepierna de Antonio sobre el jean. 

   “Unas naranjas grandes y llenas de jugo”. Acto seguido, Pablo comenzĆ³ a sobarle el bulto gonadal.

   Decidido a ver la parte de Antonio que mĆ”s admira, le quita el pantalĆ³n y la ropa interior.

   Ahora contempla el dormido y  largo pene de Antonio descansando a un lado, dejando total vista de los gordos y ahora rojos testĆ­culos de su Ex. 

   Tras desnudar completamente a Antonio, le toma de los tobillos y comienza a arrastrar al desmayado y atlĆ©tico varĆ³n; Mientras lo hace, no cesa de observar los testĆ­culos de quien considera su hombre, y a quien no compartirĆ” con nadie.

   “Que huevos!, pronto los devorarĆ© a besos”.

   Finalmente lo deposita en la cama y le ata las manos, Pablo no renunciarĆ” a Antonio, asĆ­ tenga que mantenerlo prisionero toda la vida….Pablo ha enloquecido!.

ContinuarĆ”

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