La ex de Simon (2/4): ¿De carne o de calcetin?

CONTIENE:

-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE

   Más que cómodo Simón Chacón estaba avergonzado en su propio programa de televisión. El conductor presentaba un show de medianoche donde según el horario podía hacer las peores preguntas sin censura. Pero esta vez el que parecía estar en el banquillo de los acusados era él.

   —¡¿Cómo se atreven a traer a esa mujer aquí?! —exclamó horas antes al enterarse que debía entrevistar a su ex esposa, la hermosa modelo Lorena.

   Durante el transcurrir del programa al fuerte Simón se le observó tenso mientras Lorena se observaba sagaz y mordaz y de manera inteligente supo como girar la entrevista, cuestionando si el conductor de televisión acolchada el área de la entrepierna ya que siempre marcaba tremendo paquete.

   —Tu paquete siempre parece  más allá de la posibilidad humana —consideró Lorena logrando que la cámara enfocará de sobremanera la forma en que los testículos enfocaran su intromisión en el pantalón—. Pero les tengo una primicia, amigos que nos sintonizan —el camarógrafo hizo una toma cerrada de su cara—: Simón Chacón está superdotado, parece una boa lo que se carga entre las piernas, y unas pelotas que por poco le cuelgan a las rodillas. Por eso casi hace estallar el pantalón... ¿verdad, Simón? Recuerdas cuando estuvimos casados...

   Simón tenía las mejillas colocaras e intentó desviar el tema.

   —Eso fue en el pasado —declaró—. ¿Cómo están tus trabajos? Lo último que hiciste fue la pasarela de Milán.

   —Ay no, Simón —negó Lorena batiendo el cabello—, tu siempre entrevistas a las persona. Ahora somos nosotras las que te queremos desnudar a ti. ¿De veras que lo quieren desnudar? Es que verte desnudo Simón, vale la pena. Inicia por quitarte el pantalón, queremos saber si ese bulto es de carne o de relleno.

   —No me quitaré el pantalón —negó el conductor.

   —Pero que hipócrita eres —opinó Lorena—. ¿Y aquella vez que entrevistaste a la actriz porno? Ella quedó desnuda en pleno programa Tú le dijiste que se quitara la ropa con un absurdo juego, y de doble sentido encima. No es justo para las mujeres que sintonizamos Chacon.

   —Yo soy el entrevistador —comentó Simón.

   —Yo soy la invitada y tengo una duda que muchas de tus televidentes tienen. ¿Ese bulto es de carne o de calcetín? —y comenzó a aplaudir—. ¡Que se lo quite, que se lo quite! —lo miró a los ojos—. ¿O es que tu frígida esposa no te deja hacerlo y te regaña?

   —Para empezar puedes dejar de faltarle el respeto a mi esposa —catalogó Simón tajante sin importar la cámara que lo grababa.

   —Ay, pero es que debe ser de un fastidioso ser reportera de televisión —indicó con modestia falsa Lorena moviendo su cabello—, bueno, sí. Cambiemos de tema no es importante hablar de ella.

 

 Simón respiró profundo deseando irse del estudio y cancelar la grabación del programa de esa noche.

   —Deberías tener un chef en el estudio —comentó Lorena—, que prepare una cena afrodisíaca, aunque más que eso me provocan unos buenos huevos grandes, un trozo de carne y leche... leche para la madrugada,  tan saludable como sabrosa... aunque... ¿todavia sabe a naranja, Simon?.

   —Más que una entrevista sexy esto parece vulgar —dijo con una sonrisa Simón dando una estocada.

   —jajaja... bueno. Hagamos lo sexy. Todas queremos ver ese bulto, te estoy ayudando a impulsar tu hundida carrera.

   —Es el programa más visto de la hora, linda.

   «Hey, Simón» habló el productor a través del intercomunicaador en su oído «. Baja tu pantalon, eso incrementará el rating, se irá a las nubes».

   Simón miro de mala manera a la camara.

   «Hazlo, Simón. Nos irá muy bien con el presidente del canal. Hazlo. Serás trendy topic. ¡Hazlo!».

   Simón tragó saliva pensando en su familia.

 Abandonó el sillón para proceder a revelar su musculoso cuerpo ante las cámara de su programa de televisión. El pantalón llegó hasta sus tobillos y la cámara enfocó el apretado bulto de un calzoncillo que guardaba un grueso trozo de carne acompañado de un par de pelotas grandes y vulgares que pesaban dentro de su escroto, tanto, que colgaban graciosamente entre sus piernas, eso sólo lo sabía su familia y sus mujeres. Tenía la frente en alto aunque sintiera vergüenza y rabia.

   —Tengo que mostrarle a la audiencia —aseguró Lorena dejando su asiento y doblándose entre las piernas abiertas y musculares de Simón.

   —¡Pero qué haces!

   La modelo, agarró las bolas del periodista apretándolas y halando hacia abajo.

   —¡¡¡AAHHH!!! —bramó Simón—, ¡suelta!

   Con mala intención Lorena trituró los huevos de Simón y se rió, cuando lo hubo soltado él cayó de rodillas intentando sonreír pese al dolor que explotaba desde sus cojones, tenía que mostrarse fuerte frente a la audiencia.

   —Tal y como las recordaba —explicó Lorena—, esos son globos, señoras que nos sintonizan, no hay ningún calcetín cuando la cámara enfoca a Simón.

   Simón se puso de pie acariciando las pelotas, el desgraciado camarógrafo seguía apuntando a sus cocos. ¿Por qué no se iban a corte? Sentía un grave dolor en el abdomen y sus testículos tan intenso como si hubiera recibido una patada.

   Con una sonrisa malévola, Lorena agarró las enormes bolas de Simón y comenzó a aplicar tanta presión como fuera posible. Arrancando en el hombre gritos de agonía y horror.

   —100% carne —aseguró Lorena dejando en libertad a su ex esposo.

   Por más que Simón hubiera deseado que el programa no saliera al aire, allí se estaba transmitiendo por el televisor pantalla plana. Su esposa Claudia estaba mirando el programa con mal semblante y aun desconocia que lo iban a repetir el fin de semana y se veria por la señal internacional del canal.

   —A dónde vas? —preguntó el marido cuando la mujer se iba de la cama cuando el televisor mostraba el instante en el que Lorena le manoseaba el pene para comprobar que no era de relleno.

   —Dormiré en la otra habitación —respondió Claudia tajante.

   —No me puedes hacer eso, no te puedes ir. A ti es quien amo —Simón intentó por todas las maneras evitar que viera el programa, pero las promociones que se dieron durante el dia jugaron en su contra.

   —Soy una aburrida y frigida.

   —¡Amor!

   —¡No me sigas! —amenazó Claudia con el dedo, salió de la pieza abandonando a su esposo.