Casanova (3/3): aficion - Las Bolas de Pablo

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3 jun 2016

Casanova (3/3): aficion


CONTIENE:

-SEXO HETEROSEXUAL
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE


 El automĆ³vil de Israel se deslizaba tranquilamente por las calles urbanas de la ciudad. A pesar del dĆ­a estresante que tuvo en el trabajo, una amplia sonrisa coronaba su guapo rostro. Condujo hasta un conjunto residencial de modernas casas y aparcĆ³ el coche en el garaje de una bella casa.


   AtravesĆ³ la puerta de entrada sin el permiso de nadie -ya le habĆ­an dicho que estarĆ­a abierta para Ć©l- la grande y espaciosa casa parecĆ­a desierta.



   —Olga, hermosa. Ya lleguĆ©. El hombre que te harĆ” feliz apareciĆ³.



   Desde una habitaciĆ³n saliĆ³ una blanca mujer de cabellos rojizos, no era mĆ”s que la nueva aventura del mujeriego dentista. Nada serio aquella fugaz relaciĆ³n.



   Israel acariciĆ³ la mejilla de Olga con el dorso de la mano, y Olga besĆ³ sus carnosos labios apasionadamente.



   Israel gimiĆ³ de placer cuando la mujer comenzĆ³ a besar y lamer la parte inferior de su cuello.



   La juguetona Olga guiĆ³ su mano a la entrepierna de aquel macho, sintiendo el montĆ­culo dentro del pantalĆ³n.



   El pene de Israel estaba firmemente duro.



   —Mmm, que rico. Ya deseo probar toda la leche que se guarda aquĆ­ —murmurĆ³ Olga apretando firmemente el bulto en el pantalĆ³n de ChacĆ³n.



   Apenas entraban a la habitaciĆ³n cuando se rasgaban la ropa. La mujer parecĆ­a desesperada en quitarle el ropaje a ese macho e Israel tampoco tardĆ³ mas de 3 minutos en desnudarla. Cuando estaban frente cuerpo a cuerpo acariciĆ”ndose, el macho apuntĆ³ su tiesa polla en el sexo de Olga. Prontamente el bello rubio hundĆ­a la verga lo mĆ”s profundo dentro de Olga que gemĆ­a multiorgasmica.



   —¡¡¡Oh, sĆ­, semental!!! —gritaba Olga agarrando la espalda del amante sexual.



   Israel embestĆ­a a Olga sin piedad, gruƱendo como un animal.



   AsĆ­ duraron varios minutos hasta que Israel gritĆ³ arqueando su cuerpo de placer, derramando de su pene una copiosa y espesa capa de semen.



   Los dos se quedaron inmĆ³vil durante varios minutos, jadeando.




 Olga acercĆ³ la cara cerca del rostro de Israel y procediĆ³ a besarlo, sus lenguas se arremolinaron y la mano de la mujer hizo camino hacia la entrepierna del hombre. Olga agarrĆ³ su escroto y apretĆ³ brutalmente el pulgar y los dedos en un testĆ­culos del macho.



   Los ojos de Israel se desorbitaron sus puƱos apretaron la sĆ”bana del colchĆ³n, no harĆ­a nada por detener a Olga, por primera vez sentĆ­a que le gustaba que lo dominaran por sus grandes pelotas, ¿por quĆ© nunca se habĆ­a dado cuenta que le gustaba eso? Siempre habĆ­a sido abusado por sus bolas, ahora sabĆ­a que le encantaba aquello.



   Olga liberĆ³ el testĆ­culo de Israel, el dentista empezĆ³ a respirar con normalidad, ella se dedicĆ³ a acariciar su fuerte cuerpo, acariciĆ³ sus pectorales, su estĆ³mago, sus gruesos muslos. Israel gimiĆ³ levemente y su pene comenzĆ³ a moverse cuando Olga usĆ³ su lengua saboreando cada uno de los pezones del hombre antes de bajar por su cuerpo deteniĆ©ndose en su entrepierna. Olga abriĆ³ la boca lo mĆ”s que pudo y metiĆ³ en ella el pito del dentista.



   Israel se quedĆ³ sin aliento cuando Olga se balanceaba arriba y abajo por toda la longitud de su pene. GimiĆ³ y sus ojos perdieron el foco cuando se sentĆ­a consumido por la increĆ­ble mamada que estaba recibiendo. Olga se movĆ­a arriba y abajo del pito. El hombre podĆ­a sentir su semen hirviendo dentro de sus pelotas. ExtendiĆ³ la mano para tocar la cara de Olga, acariciĆ”ndola suavemente.



   —¡Oh! !Oh! ¡Oh! —gemĆ­a Israel mirando a la mujer que tragaba su abundante esperma.



   Olga estaba sorprendida por el volumen de las eyaculaciones de Israel, teniendo en cuenta las dos acabadas que habĆ­a tenido en ese momento. Con avidez sorbiĆ³ y se tragĆ³ la leche salada, la leche caliente mojĆ³ su garganta.



   SonriĆ³ a Israel mientras un goteo de semen corrĆ­a por su barbilla, y se arrodillĆ³ para darle un beso. Los dos intercambiaron los labios con gotas de semen, el hombre tuvo que tragarse su propio nectar espeso, tenĆ­a buen sabor.



   Olga mirĆ³ hacia abajo y vio el escroto de Israel apoyado entre sus piernas.



   —AaaaaAAAHHhhh! —Israel gritĆ³.



   Olga habĆ­a dado un puƱetazo tan fuerte como pudo en sus testĆ­culos.



   Los ojos del hombre se agrandaron y su pene salpicĆ³ un caƱonazo de esperma.



   —Que semental eres —comentĆ³ Olga observando como el chorrete de leche brillaba en el abdomen de su amante mientras este se acariciaba las pelotas—. Eres muy sexy, lastima que seas tan mujeriego —Israel exclamĆ³ un gemido—, que seas tan mujeriego y que yo estĆ© casada... SerĆ” mejor que te vayas antes de que mi marido llegue.

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