CONTIENE:
-BALLUSTING HOMBRE/HOMBRE
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
-SEXO HETEROSEXUAL
1
I
El rey Diamante, amo y seƱor de la protección caminaba por el jardĆn del palacio en dirección al gimnasio, los rayos del sol todavĆa no iluminaba los senderos, usaba ropa interior mientras se conducĆa al lugar, su piel estaba dotada de mĆŗsculos y bronceada.
Era el gran dĆa del primer desafĆo de reyes donde alguno serĆa eliminado y sólo uno sobrevivirĆa para casarse con la reina del amor RubĆ. Ćl por ser el gran aliado de todos los reyes de aquel mundo conocĆa sus puntos fuertes y dĆ©biles al momento de las guerras, por ello Diamante se sentĆa seguro al momento de los enfrentamientos. Saludó a los guardias que custodiaban la puerta al gimnasio y penetró en Ć©l sin que la puerta hiciera algĆŗn ruido.
Sus cejas pobladas se alzaron al encontrar allĆ a otro rey entrenando para la competencia.
El rey en cuestión era Salazar, señor de la oscuridad, qué según juicio de Diamante, era un hombre silencioso y misterioso, no huraño pero sà muy justo. Le gustaba usar criaturas horrendas al momento de las guerras o para atormentar a los pecadores aunque eran pocas las guerras que lideraba desde el inframundo donde moraban los muertos.
Salazar estaba de espaldas al rey Diamante, efectuando un ejercicio de piernas en calentamiento a la posible prueba de resistencia que harĆan. Diamante lo miro de pies a cabezas, Salazar era un hombre atractivo y robusto, de cabellos y poblada barba negra, a medida que prensaba la pierna los muslos se mostraban tonificados, eran ultra poderosos y muy grandes, como troncos de Ć”rboles, Diamante hubiera deseado nunca recibir patada alguna de Ć©l. Hizo ruido al acercarse al rey de la oscuridad, que lo vio venir de reojo.
āĀæEntrenando? āfue el saludo de Diamante. Salazar se limitó a afirmar con la cabeza sin mover los labiosā. TĆŗ eres un hombre respetable, hĆ”bil en el manejo de las almas y los tormentos, dueƱo de las criaturas y de las sombras... la noche existe en tu honor... ĀæY tu perro de tres cabezas estarĆ” realizando su trabajo?
āSĆ ārespondió Salazar teniendo un buen recuerdo de Onig, su gigantesco perro que custodiaba las puertas de su reino.
āSon pocas las guerras que has liberado āreconoció Diamanteā, pero nadie se atreve a molestarte, y huyen de tus territorios.
āAl final, todos terminan morando ahĆ ādetalló Salazar acostĆ”ndose en el suelo para hacer un ejercicio de abdominales.
āDeseo a RubĆ desde que tengo conocimientos āafirmó Diamanteā, sĆ© que le gustan muchos los tipos de hombres que estamos aquĆ: fuertes, con decisión, con temple... aunque ella busca mĆ”s cuerpo que cerebro, y yo puedo llenar sus deseos, mente para su padre y cuerpo para ella, mira esto: ādobló el brazo mostrando una gran bola de mĆŗsculos en su bĆceps, Salazar lo miro con notable fastidioā. ĀæY cómo son tus compaƱeros de habitación? Tienes a un temperamental, un chismoso y un mĆŗsico.
āHay un trato cordial ārespondió Salazar poniĆ©ndose de pie, se paso la mano por el pecho para restar el pegajoso sudor, Diamante lo miraba de perfil y al estar en esa pose solo acrecentaba el gran tamaƱo de sus glĆŗteos y un fuerte paqueteā. El otro dĆa, Mark, el rey de la guerra discutió con Sixto, al parecer tiene la sospecha de que lo atacó aquĆ en el gimnasio.
āAlgo de eso escuche āafirmó Diamanteā. Lo suspendió en el aire, es algo que sólo Ć©l puede hacer... y de atacarlo en el gimnasio, aquĆ... ĀæNo sientes miedo de estar solo aquĆ? Por un ataque inesperado.
āĀæYo? āarrugó el ceƱo Salazarā. Lo dudo... recuerda que yo soy un rey sin miedo ādio un par de palmadas y el aire en el ambiente se volvió pesado y espectral.
Diamante sintió un escalofrĆo que recorrió su espalda, no supo quĆ© hacer. Observó como Salazar tenĆa una sonrisa triunfal y con una reverencia se despedĆa, antes de salir del lugar dio una risa maquiavĆ©lica y aplaudió otra vez haciendo que el ambiente se restableciera a su normalidad.
II
El rey SamĆ”n abandonaba el cuarto de baƱo, se veĆa mĆ”s alto que de costumbre y arrogante, caminaba con el torso desnudo al aire y un apretado bóxer color negro, su polla parecĆa apuntar a la derecha, larga y medio erecta y sus bolas grandes se dibujaban entre sus piernas donde uno de sus cojones reposaba sobre el otro.
āBuen dĆa āsaludó a su compaƱero de habitación, el rey Jamesā. ĀæPreparado para la misteriosa prueba?
El rey de la fertilidad se estiró arqueando la espalda acentuando los múltiples músculos de su cuerpo, una toalla estaba sujeta a su cintura y en el acto cayó al suelo, aunque no estaba desnudo un calzón negro tapó a los ojos de SamÔn los fértiles genitales de James.
āEstoy mĆ”s que preparado para esa prueba ādeclaró el rey de la fertilidad y la vidaā. Aunque no sepa de quĆ© se trata y haya un misterio con eso. Hermes nos ha convocado a una reunión previa... Āæpara quĆ© serĆ”?
āOye ādijo SamĆ”n colocĆ”ndose una franela negraā, aprovechando que estamos tĆŗ y yo, quien crees que es el mĆ”s dĆ©bil entre Terra y Diamante?
James sonrió.
āDiamante es un fuerte estratega, conoce las virtudes y defectos de todos nosotros, tiene imaginación para las armas... es letal, asĆ que creo que Terra es el mĆ”s dĆ©bil.
āY el mĆ”s insignificante, con esa forma de ser deberĆa conquistar a la reina del proletariado, no a la hermosa RubĆ.
āDetente que aquĆ el ganador soy yo āaseguró James flexionando el brazo resaltando el robusto bĆceps.
ājajaja ārompió a reĆr SamĆ”n. Acto seguido levantó la franela rebelando su hermoso abdomen lleno de mĆŗsculos, los cuales acarició con su manoā, califico con todas las herramientas para ser el ganador de este torneo, poder, fuerza, conocimientos, seguidores, dinero... Ā”huevos!
āIrĆ© a ducharme āconcluyó James en tono de fastidio.
SamĆ”n afirmó, pese a todo dentro de esa habitación habĆa una alianza entre tres reyes para eliminar a los demas concursantes.
III
El rey Ćrtico, seƱor del frĆo habĆa culminado de tomar una ducha de agua tibia, era como descubrir el paraĆso, ya que aquella temperatura del lĆquido jamĆ”s existirĆa en su región. Concluido el baƱo y luego de secarse el cuerpo tomó un bóxer color negro y lo pasó por sus piernas, hasta el momento desconocĆa que estaba siendo observado por uno de sus compaƱeros de habitación que en silencio admiraba el tamaƱo de su espalda y lo carnosas y redondas que lucĆan sus nalgas dentro de la apretada ropa interior. Ese rey que oculto lo miraba tenĆa una erección al admirarlo en asi, y es que en aquel mundo era tan normal las relaciones sexuales homo o hetero que sólo cumplĆan con calmar los deseos del cuerpo.
El rey del hielo cogió un suĆ©ter negro y se vistió tapando su sensual y marcado pecho donde tantas cabeza habĆan dormitando tras horas de sexo.
Ćrtico habĆa desarrollado buena relación de amistad con sus compaƱeros de habitación, el rey del agua, del trueno e incluso el del fuego que habĆa aminorado su mal talante tras una golpiza que habĆa recibido de su parte, desde entonces se habĆan ignorado por algunos dias hasta que fue Piro quien se disculpó con Ć©l, Āædiplomacia o futura traición? Era mejor tratar por las buenas a Piro que tenerlo de enemigo pese a su carĆ”cter agrio.
De improviso, escuchó un ruido en la puerta seguido de una serie de pasos que huĆan por el pasillo, Ćrtico dobló las cejas, se asomó a la puerta y ya no habĆa nadie por el oscuro pasillo. Ćrtico entró de nuevo al baƱo sonriendo al saber que alguno de sus compaƱeros de cuarto lo espiaba.
IV
En el balcón del inmenso palacio de Olimpo, el rey de reyes, dos hermanos conversaban, en un principio Einstein, emperador de la inteligencia contemplaba como el sol era encampotado por aquella lĆŗgubres nubes. Escuchó que alguien estaba tras Ć©l, era ParĆs, el rey de la suerte que aquella maƱana vestĆa de camisa a rayas y un jeans que se apretaba a sus piernas y a los genitales.
āĀæVestido tan elegante? āsaludó el seƱor de la suerte a su hermano que aquella maƱana vestĆa pulcramente de etiqueta.
āSiempre acostumbro a vestir asĆ āaseguró Einstein con educación en la vozā, y mĆ”s, tratĆ”ndose de una ocasión como esta.
āĀæPara quĆ© nos querrĆa citar, Hermes?
āLo mĆ”s seguro para una cita privada con RubĆ āaseguró Einstein mirĆ”ndole a la caraā. Y la aprovecharĆ© al mĆ”ximo.
āĀæY de quĆ© pudieran hablar ustedes? De los universos mĆ”s allĆ” de nuestro planeta? Ā”jajaja! Hermano, por favor, la aburrirĆas, RubĆ no es para eso.
āTengo todos los elementos para ganar este concurso.
āĀæSĆ? āpreguntó ParĆs con un dejo de burlaā. No olvides que yo soy quien decido la suerte de todos... pudiera hacer que tengas la mala suerte encima.
āNo creo en eso ānegó Einstein cruzĆ”ndose de brazosā, tĆŗ pareces bufón en vez de rey... eres una persona que sólo divaga, que no crea conexión con sus seguidores.
āNo seas malagradecido.
āPero eso es lo que eres. Un indeciso, una persona que no sabe lo que hace, que no crea confianza.
āTe he dotado de suerte.
āĀæSuerte? Todo lo he logrado gracias a mis conocimientos.
ParĆs apretó el puƱo y estando frente a su Einstein procedió a estampar en el medio de sus piernas abiertas una dura patada contra las bolas de su inteligente hermano.
Einstein dejó escapar un grito audible.
ParĆs se rió.
Einstein no supo quĆ© hacer, quedó inmóvil aunque luego se dobló llevĆ”ndose las manos a los testĆculos mientras abrĆa la boca y cruzaba los ojos.
Einstein estaba haciendo muecas de dolor ahora con los ojos muy cerrados, no pudo resistir mÔs y cayó arrodillado al piso temblando y sosteniendo sus pelotas.
āOh āse burlaba ParĆs de la intensa cara de dolor de su hermanoā, Āæte duele? ĀæPor quĆ© no te curas con tu soberbia inteligencia?
Einstein se colocó de costado en el suelo sin dejar de agarrar sus palpitantes testĆculos.
El pene de ParĆs se hizo grande dentro de su apretado pantalón y empezó a retorcerse violentamente.
Los ojos de Einstein se cerraron sin poder soportar el dolor que explotaba en su ingle y subĆa a su cadera revolvĆendo al estómago.
TodavĆa tenĆa las piernas separadas al estar en el suelo, por lo que Paris con impulso lo volvió a patear en las pelotas. Un grito gutural invadió aquella ala del castillo.
V
Elton era el rey de la mĆŗsica, su gobierno se caracterizaba por ser divertido y armónicamente lleno de artes y filósofos, aunque en aquel momento estaba mirandose en el espejo del baƱo. TodavĆa estaba sudando tras recorrer los inmensos campos que rodeaban el castillo, pues eso era para el hacer ejercicio.
Elton compartĆa su imagen frente al espejo tenĆa miedo de la prueba que debĆa superar en cuestión de minutos, no deseaba ser eliminado. AdemĆ”s compartĆa habitación con grandes reyes y guerreros.
āAlgo tengo que hacer para resaltar mĆ”s que ellos āse decĆa Elton.
SerĆa una humillación ser el primer eliminado de aquella competicion.
Tragó saliva y sonrió cuando una sencilla idea cruzó su mente.
āĀ”Por supuesto que sĆ! āse dijo peinĆ”ndose el cabelloā. Es lo mĆ”s seguro y factible que puedo hacer, con eso podrĆ© detener a Salazar, Sixto, rey del aire y a Xiam... Pero... quedarĆan los otros... bueno puedo probar como me va con estos tres primeros.
Elton abandonó el cuarto de baƱo, en la habitación estaban sus tres compaƱeros preparĆ”ndose para la reunión previa al desafĆo. Elton saludó a todos y empezó a vestirse, se colocó los calcetines, pantalón y los zapatos.
āĀæEstĆ”n nerviosos para la prueba? āpreguntó colocĆ”ndose una franela negra, hubo varias respuestas que al final argumentaban lo indecisos que estabanā. SĆ, yo tambien... escuchen ātomó una guitarra que reposaba sobre su mesaā, tocarĆ© una mĆŗsica que nos relajarĆ”.
Los tres reyes que se preparaban para el desafĆo escucharon los suaves acordes de Elton sin sospechar que se trataba de un hechizo para adormecer sus fuerzas y destrezas.
2
I
I
Los concursantes al amor de RubĆ estaban apostados en un salón del castillo de Olimpo los 16 ocupaban asientos vestidos de manera formal e informal, adornos de oro demostraban la opulencia de Olimpo. Al fondo estaba un ascensor que conducĆa directamente a una sala de RubĆ.
HĆ©rmes el rey de los mensajes hizo su aparición en el escenario vestĆa un pantalón ajustado de lino blanco que demostraba un inmenso bulto en el Ć”rea genital digno de todo rey, una camisa azul que tapaba la fuerza de su torso y una corbata de piel de tigre. Saludó a cada uno de los participantes y ocupó el podio para entregar una noticia.
āHoy nos encontramos aquĆ previa la primera prueba ādecĆa sosteniendo un hoja entre sus dedosā, pero antes presentaremos un importante resultado. En nuestra pagina web fue publicada una encuesta, la cual cada uno de sus seguidores, pueblo, aficionados depositaron sus votos dando una respuesta. El ganador de esta encuesta resultara como salvado, y en esta primera prueba no participarĆ” āhubo mezclas de comentarios a favor y en contra en el salón. Hermes movió las manos para que se calmaranā. AsĆ son las leyes descritas aquĆ, como les explicaba, el ganador de la encuesta tendrĆ” una cita privada con RubĆ y el resto estarĆ” en el desafĆo āhubo nuevamente ruido de palabras que inmediatamente fue silenciadas cuando Hermes extrajo la hoja del sobreā. El primer ganador de esta encuesta y salvado por el pĆŗblico es......... āabsolutamente todos estaban expectantesā... el rey de la vida y la fertilidad James.
El aludido abandonó su silla con aire triunfal con una sonrisa de oreja a oreja, usaba una ajustada franela negra que resaltaba sus mĆŗsculosos brazos y un jeans donde predominaba el relieve de su bulto en el Ć”rea genital, quizas tenĆa una erección al saber su suerte.
āQue tengan mucho exito en la prueba ādeseó James con una sonrisa ya socarronaā, oren a Paris por mi y su suerte ādirigió su cuerpo al ascensor.
āCalmense, seƱores āpidió HĆ©rmesā. Ahora vamos a otra ala del palacio donde se efectuarĆ” la prueba.
Los quince hombres siguieron a Hermes escuchando desde el jardĆn el ruido de un avión, se trataba de Olimpo que estaba llegando de un viaje y se preparaba para precenciar el sexy desafĆo.
II
El rey de la vida y fertilidad fue conducido en el ascensor hasta un salon donde se decoraban unos sillones, una chimenea al rincón, varias rosas y un incienso impregnaba al ambiente con adorable olor. Sus ojos se encontraron con la reina RubĆ que tenĆa el rubio cabello suelto, un top blanco que guardaban sus senos turgentes y un short corto y apretado.
āLlegaste, que bien. Quitate la ropa.
āĀæToda la ropa, mi reina?
Rubà vaciló y dijo:
āNo, mejor quiero ser yo la afortunada en desnudarte.
La mujer abandonó su posición en la ventana y se dirigió a Ć©l con un caminar tan sexy que hizo que su pene se hinchara mĆ”s de la cuenta. Al llegar a James se dirigió a su cara y le estampó un beso en la boca. James cerró los ojos y su lengua hizo contacto con la de RubĆ, la apretó contra su pecho rodeandola con sus fuertes brazos, podĆa sentir los senos de la reina del amor y la pasión.
Ella lo agarró de los glúteos y los apretó, gimió sin dejar de soltarla palpando su espalda y nuca. Rubà acarició la gruesa espalda de James, luego con atención le quito la franela al rey.
āĀ”Wow! āexclamó ella separandose de Ć©lā. Ā”Que bello cuerpo tienes! Wow, no puedo creerlo. El otro dĆa que te vi, estabas todo tapado con ese traje, nunca imagines que estuvieras asĆ de bueno.
āY no has visto lo mejor de mi.
āMuero de ganas por conocerlo, saber por que eres el rey de la fertilidad.
James reprimió una risa pĆcara observandola con brillo en los ojos, el rey de la fertilidad se quitó los zapatos y RubĆ le ayudó a abrir su cinturón. La mujer casi chilló de excitación al sentir el alto relieve en el Ć”rea genital de James cuando le bajaba el cierre del jeans.
āĀ”Que cuerpo tienes! āexclamó la reina del amor.
āNena, no has visto lo mejor de mi.
RubĆ finalmente le quito el pantalón mirando las firmes piernas de James, Ć©l tenĆa un boxers color azul que arremolinaba su paquete de buen tamaƱo y sus bolas contenidas repletas de leche monarquica.
āQuiero conocer todo de ti āaseguró RubĆā. ĀæQuĆ© podrĆas facilitarme?
āPlacer, amor, seguridad y bastas porciones de tierra, mi reina.
āMe gusta... ācertificó ella recorriendo con su dedo el pecho duro de James y sus robustos brazos, Ć©l para excitarla mĆ”s dobló un brazo mostrando la pelota de mĆŗsculo en su formaba.
RubĆ con una grata sonrisa bajo las manos a la parte elastica de su bóxers que apenas contenĆa su erección. La reina se arrodilló ante Ć©l y acaricio con su rostro la zona del pene lamiendo la tela dejĆ”ndola hĆŗmeda y brillante.
āĀ”Oh, gran Olimpo! āsusurró James cuando RubĆ le arrancó la prenda Ćntima sacando su pene grueso y lleno de venas.
RubĆ abrió los labios y trago con lujuria aquel miembro, recorriĆ©ndolo incesantemente con su lengua hasta dejarlo brillante. MirĆ”ndolo fijamente mordisqueo el glande haciendo que se endureciera aun mas. Entonces, de un movimiento se tragó con sus labios rojos completamente el pene que se sentĆa palpitar en su ardiente garganta.
El ritmo de la reina aumento, James sentĆa como la lengua envolvĆa su pene como si lo masturbarse con la garganta llevandolo al borde del orgasmo. La lengua de RubĆ lamĆa el glande explorando los pliegues del miembro.
James suspiró mientras divinas sacudidas recorrĆan su cuerpo. Cuando eyaculo grandes porciones de lefa espesa la reina tragó avidamente el esperma a travĆ©s de sus labios rojos, dejando que algunas gotas resbalasen por sus mejillas.
āTu leche sabe realmente deliciosa⦠āreconoció la mujer dando los Ćŗltimos lenguetazos al miembro.
āEs toda tuya, mi reina ādeclaró James tomando asiento para descansar.
āIrĆ© al baƱo para acomordarme āmintió RubĆ, en realidad lo dejarĆa allĆ soloā. Quiero que pasemos a otra fase sexual āestaba satisfecha con Ć©l, pero el coito no formaba parte aĆŗn de sus juego por mas que lo desease.
3
I
Olimpo aguardaba el inicio del primer desafĆo de reyes, estaba sentado mirando a los quince reyes que con sus cuerpos semidesnudos se apostaban para demostrar su fuerza y resistencia.
āPor favor, Einstein āpedĆa Hermesā, sacate la franela.
āĀæPor quĆ©? āprotestó el rey de la inteligencia, tenĆa puesta una franela negra y un calzoncillo rojo.
āDebes estar igual al resto de compaƱeros, sin preferencia.
Einstein miro al resto de hombres todos con el torso desnudo, lanzó un suspiro y se quito la franela, su pecho estaba robusto y con un poco de gordura.
El objetivo del desafĆo consistĆa en colocarse soportar los golpes a los testĆculos que recibirĆan de parte de las ningas, un grupo de hermosas mujeres de un continente lejano que en ocasiones eran capturadas como esclavas. Para aquel dĆa estaban tan rabiosas que acabarian con lo que estuviera a su frente.
El eliminado de aquel desafĆo se situaba entre Salazar, Diamante y Einstein, por ello nos referiremos a ellos en esta parte de la historia.
Un bella ninga de estatura mediana y cabellos castaƱos envolvió sus fuertes dedos alrededor de los testĆculos de Salazar y apretó con fuerza, torsiendolos con supremo odio.
Salazar gritó con un sonido gutural.
La hermosa ninga apretó sus gordas pelotas repletas de semen y lo soltó, Salazar, el rey de la oscuridad cayó al piso agarrandose los testĆculos tenĆa una cara de dolor que rebelaba lo que sufrĆa su cuerpo. Sus ojos estaba cerrados y su boca abierta mientras sostenĆa sus testĆculos.
En el salón reinaban los gritos de 15 hombres siendo azotados de sus cojones.
Olimpo soltó una carcajada de placer, con la mano acariciaba su abultado paquete.
Una corpulenta ginfa de tez morena y cabellos cortos clavó los dedos en la suave carne de los testĆculos de Einstein.
El rey de la Inteligencia gimió de dolor cerrando los ojos.
Una ninga rubia sonreĆa a Diamante:
āEres increĆble āfue lo que le dijo antes de golpear con un puƱetazo las bolas del rey de la seguridad, Diamante gritó de dolor cayendo al piso con los ojos cerrados mientras lĆ”grimas corrĆan por sus mejillas. En poco tiempo se revisó la entrepierna cerciorando con delicadeza que sus pelotas estuvieran en buen estado.
El rey de la inteligencia, Einstein, estaba arrodillado en el piso, su fuerte ginfa se quedó mirandolo, y Ć©l como si fuera hechizado por ella se levantó en contra de su voluntad, tuvo que gemir ante su suerte. La criatura clavó sus garras en sus testĆculos.
El rey de la inteligencia respondió con un gemido ahogado.
Olimpo estaba deleitado con el sufrimiento de los 15 hombres y las 30 bolas.
Salazar estaba tumbado en el suelo apoyandose en una mano mientras que con la otra sobaba sus bolas. No miraba directamente a los ojos de las mujeres porque sabĆa sus poderes, por eso era que las dejaban tuertas antes de ser esclavas. Salazar empezó a caminar por el piso a gatas, mientra la ginfa preparaba el pie para una patada que lanzó con fuerza contra las huevas de Salazar, aplastando como panqueques.
El rey de la oscuridad escapó un chillido estridente desenfocando la mirada.
Diamante estaba gritando de dolor mientras sus bolas estaban siendo estrujadas por la ginfa. El rey lloriqueaba y gemĆa.
Cuando fue soltado pudo sostenerse de pie amasando sus testĆculos con la mano. Poco a poco se apoyó en sus rodillas sin ver venir lo que sufrirĆa... una rotunda patada en las bolas desde atras.
CRAAAAAAACKKK...
Einstein cayó al piso revolcandose como lombriz sufriendo con la ruptura de sus testĆculos.
Olimpo arqueó las cejas, pero al otro lado de la sala tambien hubo otro crujido de bolas anunciando otro par de testĆculos fracturados.
Salazar cayó al piso chillando estaba de costado sosteniendo sus cojones.
āEl juego ha terminado ādecretó HĆ©rmesā, Einstein y Diamante son los eliminados.
La mayorĆ®a de los reyes ahĆ presente celebraron la victoria obtenida, el juego habĆa acabado y eran triunfadores. Unos cayeron al piso acunando sus huevos, otros estaban de cuclillas. Olimpo abandonó su asiento tenĆa una notable erección en su pantalón haciendo parecer a una carpa de circo, irĆa a sus aposentos para masturbarse.
Poco a poco los reyes se fueron recuperando a excepción de Einstein y Diamante que fueron trasladados con un mĆ©dico para su revisión dĆ©spues deberĆan abandonar el palacio.
El rey Cian de la luz se acercó hasta su compaƱero de habitación Salazar, no eran grandes amigos pero se toleraban tras aƱos de guerras. El rey de la oscuridad continuaba en el piso derrotado acariciando sus testĆculos.
āSalazar, ya esto ha terminado āle dijoā. Hemos pasado la prueba.
āNo puedo... ānegaba Salazar aun en el pisoā. Me duele...
āAlguien que lo atienda. Se ve mal.
Hermes se cruzó de brazos y alegó:
āSi no hubo fractura y no estĆ” eliminado no se le puede atender. Debe ser fuerte y recuperarse solo.
Cian lo miro incredulo, luego se dirigió al rey de la oscuridad.
āĆnimos, Salazar, ganaste. Se fuerte.
āĀ”Me duelen las bolas!
āTe ayudarĆ© a levantar.
Cian ayudó a Salazar a levantarse se debe acotar que durante la ayuda el rey de la luz empezó a palpar el cuerpo de Salazar, tocando sus gruesos muslos musculosos, cadera y despues su abdomen y pecho. Salazar continuaba debil por las bolas y no se percató del registro corporal que le habĆa hecho Cian, ni de la erección que habĆa tenido ese rey, confió en Ć©l y se apoyó en su hombro donde juntos se fueron caminando.
II
El rey de la vida y la fertilidad ingresó a su habitación, habĆa caĆdo la noche y sus compaƱeros de cuarto estaban cabizbajos en la cama.
āEs una pena que Diamante haya tenido que abandonar el juego ādeclarĆ“, iba con una ropa interior ajustada de color azulā. Somos menos en esta habitación y espero que nuestro pacto siga intacto.
SamÔn arqueó las cejas.
(āEs obvio que sólo cuida su espalda āpensó).
Terra salió de su cama.
āPero estĆ”s al tanto de toda la información del dĆa ācomentó en tono socarron.
āSĆ. Vi todo el desafĆo por televisión.
āĀæY cómo te fue con tu reina del amor? āpreguntó pasando un brazo por encima del hombro del rey.
āDe lujo ārespondió James exaltando lo que no sucedióā. Fornicamos una y otra vez por horas.
āPues nosotros sufrimos... tĆŗ deberĆas sufrir como nosotros.
āĀæQuĆ©? No entiendo.
Terra apretó el puño y lo empujó entre las piernas de James chocÔndo contra sus bolas.
James gritó y se encorvó en medio del dolor.
āEs lo que te mereces por gozar ārepuso Terraā. Y el pacto, Ā”se rompe!
El rey James se agacho en e piso sosteniendo sus vacias bolas, dolian mucho y habia aminorado sus fuerzas.
Saman lo miro por ultima vez nego con la cabeza denotando decepcion y dio media vuelta en la cama para echarse a descansar. Terra tambien se metio en su cama. El rey de la vida y la fertilidad los miro con profundo rencor, deberia tomar medidas extremas para no ser eliminado.
El rey James se agacho en e piso sosteniendo sus vacias bolas, dolian mucho y habia aminorado sus fuerzas.
Saman lo miro por ultima vez nego con la cabeza denotando decepcion y dio media vuelta en la cama para echarse a descansar. Terra tambien se metio en su cama. El rey de la vida y la fertilidad los miro con profundo rencor, deberia tomar medidas extremas para no ser eliminado.
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