Transcision (2/3): Amigos con ventaja - Las Bolas de Pablo

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24 jul 2016

Transcision (2/3): Amigos con ventaja


CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Pablo estaba acongojado en la sala de estar de la residencia de su amigo NicolĆ”s.


   —No sĆ© por quĆ© tengo tan mala suerte —decĆ­a—. Ricardo, Alfredo, RamĆ³n... que mal momento.

   —ChĆ©, no sufrĆ”s —decĆ­a NicolĆ”s—. Pibe, esos son unos repelotudos que no ven lo buena onda que sos. Eres un groso... tonto pero sos genial.

   —Tonto —rĆ­o Pablo con melancolĆ­a.

   —ChĆ© —lo miraba NicolĆ”s rascĆ”ndose la cabeza—. ¿QuĆ© fue de la vida del cara de villero, del cara de ladrĆ³n?
   —No le digas asĆ­ —reclamĆ³ Pablo intentando clavar una patada en Ć©l—, pues, mĆ”s nunca supe de Ć©l, no le escribĆ­ mĆ”s ni lo vi y tampoco lo busque.

   —¡Sos mĆ”s sonso que volverlo a repetir! ¿Ya te das cuenta del por quĆ© repito que eres bruto? ¿Por que dejarlo de escribir si lo tenĆ­as tras de vos.

   —NicolĆ”s, porque me emocionĆ© con RamĆ³n y creĆ­a que tendrĆ­amos una buena relaciĆ³n.

   —Sos leso. Yo que vos teniendo a esos dos tras de mi me hubiera divertido con ellos.

   —Porque eres promiscuo.

   —¡No digas pavadas, pibe!

   Hubo unos segundos breves donde NicolĆ”s decidiĆ³ intervenir.

   —¿CĆ³mo decĆ­s que se llama ese cara de villero?

   —David.

   —Ah, sĆ­. David. ¿ContinuarĆ” libre o se lo llevarĆ­a detenido la policĆ­a con esa cara? JAJAJA.

   Pablo intentĆ³ golpearlo nuevamente.

   —Debe estar bien. Cambia a menudo su foto de whatsapp.

   —A ver —y rĆ”pidamente NicolĆ”s cogiĆ³ el celular de Pablo y dibujo el patrĆ³n de seguridad que se dejaba marcar por las huellas en la pantalla.

   —¡Dame mi telĆ©fono! —Pablo estirĆ³ las manos.

   —ChĆ©, tranquilo. SĆ³lo quiero ver su horrible cara... a... aquĆ­ estĆ” —observo la foto de un sujeto moreno y fortachĆ³n que tomaba el sol en una piscina—. Cuerpo de deleite con cara de terror, lo veo en la calle y creo que me robarĆ”.

   —No jodas, dame mi celular.

   Pablo entornĆ³ los ojos cuando NicolĆ”s apretĆ³ la pantalla y el sonido de la llamada retumbĆ³ en la sala.

   —¿Pero quĆ© demonios hiciste?

   —ChĆ©, soy tu mejor amigo. No quiero verte asĆ­. Habla con este pibe y planea una salida.

   —¡No, estĆ”s loco!

   —ChĆ© atrevĆ©te. Se mĆ”s putito de lo que ya sos.

   —No.

   —¿AlĆ³? —se oyĆ³ la voz fuerte de David en el celular.

   NicolĆ”s y Pablo se miraron a los ojos. ChacĆ³n susurrĆ³ negando.

   —AtrevĆ©te —invitaba NicolĆ”s entregando el celular.

   —Da... David, co... ¿cĆ³mo estĆ”s? —Pablo se aclarĆ³ la garganta—. Habla Pablo... Pablo ChacĆ³n.

   —¡Hola, Pablo! ¿CĆ³mo estĆ”s? Tiempo, mucho tiempo sin saber de ti. ¿DĆ³nde has estado? CreĆ­ que te habĆ­as mudado o que ya no querĆ­as saber nada, como te escribĆ­a y tĆŗ respondĆ­as muy poco.

   NicolĆ”s miraba a su amigo como si lo estuviera reprimiendo. Pablo volviĆ³ a sonar su garganta.

   —Este sĆ­... estuve un poco perdido, perdiendo el tiempo casi.

   —Me contenta saber que estĆ”s bien. Pase por Guerreros de la arena y supe que tu contrato culminĆ³.

   —SĆ­ —afirmĆ³ Pablo mirando a NicolĆ”s que le susurraba casi a gritos.

   —Invitalo, boludo, invĆ­talo.

   —¿Y... David, quĆ© harĆ”s hoy? En la noche.

   —Eh... iba a pagar a unos proveedores.

   —Eh,... ¿quieres salir a cenar? AsĆ­ hablamos un rato y nos ponemos al dĆ­a con nuestras vidas.

   —Me parece genial, Pablo. ¿A dĆ³nde irĆ­amos?

   —Te mandarĆ© un mensaje con los datos.

   —Muy bien, Pablo. Y gracias.

   Pablo culminĆ³ la llamada e insultĆ³ a NicolĆ”s que se burlĆ³ de manera rotunda.

   —ChĆ©, escondĆ© muy bien tu billetera no te vaya a robar ese cara de villero.

   —¡ImbĆ©cil!

   —ChĆ©, te deseo Ć©xito con ese moreno. OlvidĆ”te del pelotudo de RamĆ³n.

   Pablo suspirĆ³ torciendo la boca.

   Horas antes Pablo se habĆ­a trasladado a la casa de RamĆ³n para tener una conversaciĆ³n con Ć©l en relaciĆ³n a un accidente que habĆ­an tenido con la apariciĆ³n de su ex pareja.

   —Estuve hablando con Camilo —le decĆ­a RamĆ³n estaban conversando en la sala de su hogar—, y la verdad, conversamos por largo tiempo y... bueno... creo que Ć©l y yo tenemos todavĆ­a mucha quĆ­mica. SĆ© que todavĆ­a no lo he olvidado. Lo amo todavĆ­a.

   —Entiendo —Pablo arqueĆ³ las cejas—. ¿Y yo?

   —Veras, Pablo. Cuando te conocĆ­ tenĆ­a mucho tiempo sin saber de Ć©l, pensĆ© que lo habĆ­a olvidado y quise enamorarme nuevamente... te conocĆ­ y, las cosas se fueron dando bien.

   —Sin embargo, me estĆ”s terminando. Ya no somos nada...

   —Si, Pablo, eh... —RamĆ³n se mojĆ³ los labios—. Bueno, tĆŗ y yo todavĆ­a podemos divertirnos, tĆŗ eres miy rico en la cama, y aĆŗn podemos divertirnos en la intimidad, sin que Camilo se entere —RamĆ³n se inclinĆ³ pasando la mano por la zona genital de Pablo—. Amigos con derecho podemo ser, con ventja. Tienes una rica polla y unas bolas hermosas, quiero seguir disfrutĆ”ndolas en secreto. ¿QuĆ© opinas?

   Pablo tragĆ³ saliva sintiendo que su pene se hinchaba. Miro fijamente a RamĆ³n y hablĆ³:

   —EstĆ” bien... lo que tĆŗ digas —RamĆ³n sonriĆ³ emocionado—. ¿Nos divertimos ahora?

   —Oh, sĆ­.

   RamĆ³n besĆ³ en los labios a Pablo y este no mostrĆ³ reticencia, se abrazaron y tocaron y fue el ambientalista quien se colocĆ³ de rodillas y abriĆ³ la bragueta del jeans de Pablo y sin decir una palabra, abriĆ³ la boca frente al enorme pene que miraba. Pablo tragĆ³ saliva sus cojones tambiĆ©n colgaba como pĆ©ndulos entre sus piernas. RamĆ³n no perdiĆ³ el tiempo y se metiĆ³ a la boca la barra de carne de su pareja. Su cabeza se comenzĆ³ a balancear sobre el miembro viril de Pablo llenĆ”ndolo de su saliva. Pablo echĆ³ hacia atrĆ”s la cabeza sintiendo un perpetuo estado de dicha.

   Pablo colocĆ³ la mano suavemente en la parte posterior de la cabeza de RamĆ³n y este le devolviĆ³ una mirada suplicante.

   Pablo empezĆ³ a mover la cadera con movimientos frenĆ©ticos, como si estuviera penetrando su lengua, a RamĆ³n los ojos se le llenaron de lĆ”grimas y Pablo cerrĆ³ los ojos dejĆ”ndose llevar por el excite

   Los cojones de Pablo ascendĆ­an solos cada vez que chocaban contra la barbilla del ecologista.

   —Ahhhhhh, ahhhhh —gemĆ­a o gruƱƭa Pablo.

   Pablo quiso frenar su clĆ­max pero no pudo, su semen inundĆ³ por completo la boca de RamĆ³n como si fuera una taza con zumo blanco, caliente y espeso que el hombre terminĆ³ tragando.

   Tras limpiar el miembro de su ya amante insistiĆ³ en que querĆ­a ir mĆ”s allĆ” del sexo oral.

   —¿Y si llega Camilo? —preguntĆ³ Pablo.

   —Ɖl no vendrĆ” ahora. Y en caso de hacerlo, te esconderĆ”s.

   Pablo afirmĆ³ con la cabeza de manera pensativa.

 
 Juntos caminaron a la habitaciĆ³n donde RamĆ³n terminĆ³ de desnudar a Pablo y le lamiĆ³ los pezones, el ecologista tambiĆ©n se quitĆ³ la ropa quedando justamente con un apretado sleep color negro.

   —Quiero que me la chupes.

   Pablo afirmĆ³ y se inclinĆ³ ante el hombre, quien ansioso ya tenĆ­a el pene como un asta y cerrada la mirada.

   Silencioso Pablo se colocĆ³ de pie y de forma rĆ”pida agarrĆ³ del hombro a RamĆ³n y levantĆ³ la rodilla entre sus piernas abiertas. Conectando la rĆ³tula contra el par de naranjas colgantes de RamĆ³n. El ambientalista gritĆ³ y cayĆ³ un lado agarrĆ”ndose la entrepierna balanceĆ”ndose hacia adelante y hacia atrĆ”s.

   Pablo caminĆ³ entre las piernas de RamĆ³n y se arrodillĆ³, sosteniendo sus tobillos para levantarlos. Separando sus piernas en forma de V.

   Pablo lanzĆ³ una fuerte patada sin saber si golpeĆ³ sus bolas o su perineo.

   RamĆ³n estaba luchando por contener el grito y su pene ya se habĆ­a desinflado por el intenso dolor que irradiaba de sus bolas.

   Las pelotas de RamĆ³n se sentĆ­an como si estuvieran a punto de estallar pues palpitaban como tambores.

   Pablo soltĆ³ los tobillos del muchacho no sin antes haber dado un pisotĆ³n en los testĆ­culos del ecologista.

   La boca de RamĆ³n se abriĆ³ en forma de "O", sus ojos estaban cruzados y al instante perdiĆ³ el conocimiento. Pablo se acercĆ³ a el y lo tocĆ³ en las pelotas, estaban intactas, seguido se vistiĆ³ y escribiĆ³ en un papel:

   "No me interesa tener una aventura contigo. QuĆ©date tĆŗ con Camilo y espero no saber mĆ”s de ti"

   DepositĆ³ la hoja de papel cerca de RamĆ³n de modo que pudiera verla cuando despertase. En silencio abandonĆ³ aquella casa.

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