Transicion (1/3): La visita - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

7 jul 2016

Transicion (1/3): La visita


CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   NicolĆ”s reprimiĆ³ la risa cuando Pablo llegĆ³ a su departamento con cara de abatido, encorvado y agarrĆ”ndose la entrepierna, parecĆ­a que venĆ­a luego de una paliza a sus testĆ­culos.


   —¿QuĆ© te pasĆ³, chĆ©? —quiso saber su amigo.


   —Soy un puto con mala suerte —gimiĆ³ Pablo con dolor en la voz.


   NicolĆ”s cerrĆ³ la puerta y el pobre Pablo ChacĆ³n se acercĆ³ a la silla arrastrando los pies mientras seguĆ­a agarrando su entrepierna. De manera lenta tomĆ³ asiento con el rostro arrugado de dolor.


   —Quiero agua —pidiĆ³ Pablo.


   —Pibe, estĆ”s re-mal —catalogĆ³ NicolĆ”s con paso apresurado fue a buscar un vaso con agua frĆ­a—. ¿ChĆ©, me querĆ©s contar quĆ© te pasĆ³? —preguntĆ³ al volver con Pablo.


   —Yo estaba en casa de RamĆ³n... —gimiĆ³ Pablo masajeando sus adoloridas bolas.


   —¿Te jodiĆ³ tanto RamĆ³n? —quiso saber NicolĆ”s—. ¡CĆ³ntame, pibe!


   —No... su ex —gruĆ±Ć³ Pablo amasando con regocijo su entrepierna.


   NicolĆ”s alzĆ³ las cejas.


   —Su ex... pero si ya no son nada, porque vos estĆ”s asĆ­.


   —Me duelen las pelotas... —susurrĆ³ Pablo—, ¿como quieres que este?


   —¡Contame!


   Pablo gimiĆ³ y procediĆ³ a relatar lo ocurrido en casa de RamĆ³n.



...


   Pablo habĆ­a llegado a la residencia de su pareja, allĆ­ estaba RamĆ³n calzando un blue jeans, franela y chaqueta de lujo, hacia un poco de frĆ­o aquel dĆ­a.


   Ambos se besaban con pasiĆ³n, acariciando al otro con vehemencia, Pablo quitĆ³ la chaqueta de RamĆ³n y la arrojĆ³ a lo lejos, seguido le palpĆ³ el cuerpo para quitarle la franela y pasar su mano por el pecho y el abdomen. RamĆ³n con los ojos cerrados frotĆ³ la ancha espalda de Pablo, le desabotonĆ³ la camisa y luego le apretĆ³ el trasero. Pablo riĆ³ y luego le mordiĆ³ el lĆ³bulo de la oreja, RamĆ³n procediĆ³ a quitarle la camisa y lamiĆ³ sus pezones.


   Pablo empujĆ³ a RamĆ³n contra una silla quedando embelesado con mirar a su pareja procediĆ³ a frotarse el Ć”rea de la entrepierna que lucĆ­a abultada por la erecciĆ³n. Pablo se quitĆ³ los zapatos y despuĆ©s el pantalĆ³n, tenĆ­a un calvin klein color blanco puesto como una carpa de circo.


   —Quiero chupartela y que me la chupes —declarĆ³ Pablo.


   —Ven a buscar lo que quieres que te lo voy a dar —regalĆ³ RamĆ³n palmoteando sus muslos.


   Pablo sonriendo se acercĆ³ a Ć©l intercambiando besos. Pronto el timbre de la casa sonĆ³ acompaƱados de toques a la puerta.


   —¡RamĆ³n, eh, RamĆ³n, soy yo, Camilo!


   —Te llaman —Pablo doblĆ³ las cejas—. ¿Quien es Camilo? Parece insistente.


   —Ehhh... —RamĆ³n lo miraba a los ojos—. Voy a atenderlo, recoge tus cosas y ve a la cocina, no demorarĆ© nada...


...


   NicolĆ”s seguĆ­a escuchando el relato de Pablo, que tenĆ­a puesta la mano en la entrepierna.


   —¿Y? —quiso saber—, ¿cĆ³mo pasaste de estar arrecho ha estar jodido?


   —¿arrecho?


   —¡Arrecho! Cachondo, con ganas de sexo.


   —¡Ah! —comprendiĆ³ Pablo con la frente arrugada de dolor—. Pues... recogĆ­ todo y me fuĆ­ a la cocina, escuchĆ© que RamĆ³n hizo pasar al tal Camilo, ya dentro escuche que saludaron y el reciĆ©n llegado le pregunto por su vida y que quĆ© estaba haciendo en ese momento, al parecer ese Camilo, habĆ­a estado fuera del paĆ­s... entonces RamĆ³n le respondiĆ³ que estaba ocupado... Y Camilo quiso saber en quĆ©.


   —¡ContĆ”, contĆ”! ¿QuĆ© pasĆ³ despĆŗes?


   —Bueno, RamĆ³n le contestĆ³ que en todo ese tiempo habĆ­a conocido a alguien, y ese alguien estaba en la cocina y quĆ© le querĆ­a mucho, que no podĆ­a esperar mas tiempo por Ć©l.


   —¡Que boludo, RamĆ³n!, por lo menos fue sincero.


  —AhĆ­ fue cuando escuchĆ© los pasos de Camilo y RamĆ³n tras Ć©l gritando que quĆ© hacĆ­a.


   —¿Y quĆ© tal ese Camilo fĆ­sicamente?


   —Un rubio acuerpado cara cuadrada, nada atractivo.


   NicolĆ”s se echĆ³ a reĆ­r.


   —Camilo llegĆ³ a la cocina y me consiguiĆ³ en ropa interior tomando cafĆ©.


...


   Pablo se encontrĆ³ cara a cara con Camilo en la cocina, su erecciĆ³n se habĆ­a aminorado sin embargo mantenĆ­a abultada la ropa interior sostenĆ­a una taza de cafĆ© entre sus dedos.


   —AsĆ­ que tĆŗ estĆ”s con RamĆ³n —dijo enterĆ”ndose Camilo al ver que se trataba tambiĆ©n de un hombre—, yo fui su pareja durante cuatro aƱos, mucho tiempo, ¿cierto?


   —S... sĆ­ —dudĆ³ Pablo.


   —Tranquilo, Camilo —pidiĆ³ RamĆ³n.


   —SĆ­ —confirmĆ³ Camilo abriendo la palma de la mano—, sĆ³lo quiero saludar a este muchacho, soy Camilo, ¿y tĆŗ?


   Se acercĆ³ a Pablo en seƱal de saludo, cuando este levantaba la mano para presentarse, Camilo tuvo un impulso y a manera de traiciĆ³n clavĆ³ una patada en los testĆ­culos del muchacho aplastĆ”ndolos contra su cuerpo.


   La taza de cafĆ© fue a dar contra el piso haciĆ©ndose aƱicos, Pablo tosiĆ³ con fuerza cayendo de rodillas al piso desesperado y agarrando las gĆ³nadas.


   —¡Camilo quĆ© hiciste! —reprochĆ³ RamĆ³n.​


   Camilo dio un paso atrĆ”s y observĆ³ como Pablo se iba de costado llorando y con la respiracion agitada clavando las manos en su entrepierna.


   RamĆ³n se inclinĆ³ a su lado y lo ayudĆ³ a levantar.


   —Tranquilo, Pablo. Todo estĆ” bien —Pablo se abrazĆ³ a Ć©l para ponerse de pie—, vamos, te llevarĆ© a aquella silla —apoyĆ”ndose Pablo se quedĆ³ encorvado en el respaldo—, te traerĆ© agua —miro a Camilo—, ¡estĆ”s loco! —se dirigiĆ³ a la nevera y lleno un vaso con agua frĆ­a, al darse la vuelta se quedĆ³ impresionado—. ¡NO!


   Sin ninguna advertencia, Camilo se habĆ­a lanzado contra Pablo hundiendo los pulgares directamente en sus huevas.


   El grito de Pablo estaba siendo truncado. Muy por el contrario al dolor, su pene  estaba duro de excitaciĆ³n.


   Camilo tenĆ­a una mirada malvada mientras retorcĆ­a las bolas de Pablo.


   RamĆ³n se intentĆ³ acercar y recibiĆ³ un puƱetazo en los cojones con la mano libre de Camilo, enseguida gritĆ³ y se fue de caĆ­da al piso gimiendo.


   (—jajaja y RamĆ³n que tiene pelotas tan enclenques y frĆ”giles —comentĆ³ riendo NicolĆ”s).


   Camilo sonriĆ³ y le dio un golpe duro en los colgantes cojones. El sonido de la mano golpeando las pelotas de Pablo hizo un ruido que llenĆ³ la cocina con un repugnante eco.


   Los ojos de Pablo se cruzaron y tambiĆ©n cayĆ³ al piso acurrucadose en medio del dolor.


...


   —¿Y despuĆ©s quĆ©? —quiso saber NicolĆ”s.


   —El muy cretino se fue dejĆ”ndonos en el piso.


   —¡Que groso, pibe!


   —Cuando nos recuperamos, RamĆ³n hablĆ³ conmigo fue su pareja por mucho tiempo, y que tuvieron que terminar porque Camilo se mudarĆ­a a un paĆ­s muy lejos, me dijo que iba a hablar con Ć©l.


   NicolĆ”s levantĆ³ las cejas sorprendido.


   —¿Y quĆ© tiene que hablar ese pelotudo con Ć©l?


   —No sĆ©...


   —¿Te sientes mejor, chĆ©?


   —Un poco —gimiĆ³ Pablo sobando su entrepierna.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages