La porrista y el desprotegido jugador: Epilogo - Las Bolas de Pablo

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28 jul 2016

La porrista y el desprotegido jugador: Epilogo

RELATO ANEXO DE LA PORRISTA Y EL DESPROTEGIDO JUGADOR.

Historia sin Ballbusting.

Contiene Sexo heterosexual

   Luego de terminada la saga de la PORRISTA Y EL DESPROTEGIDO JUGADOR, Quedan cosas por aclarar.

   La pareja enmascarada falleciĆ³ al caer su vehĆ­culo por el abismo?

   Ahora sabrĆ”n eso.

   En un apartamento, un hombre con cicatriz en la mejilla se dirige a una joven, quien le estĆ” dando la espalda:

   “SeƱorita Marisol, ya contactĆ© con nuestro transporte, en una hora mĆ”ximo llegarĆ”… yo darĆ© un vuelta y vendrĆ© cuando ya estĆ© cerca, entendido?”. La joven voltea y le agradece por informarle.

   Marisol Herrera no ha muerto!, tampoco Hernando San Clemente, Ambos viven y no tiene un rasguƱo; Hernando le habla a su amante:

   “TodavĆ­a no puedo creer que seas hija de JosĆ© Castro GutiĆ©rrez!, ese hombre es un polĆ­tico muy poderoso!, ahora veo que son verdad todos esos rumores sobre sus nexos con gente mafiosa”. 

   Marisol le complementa: “AsĆ­ es, pero a mĆ­ no me importa las cosas sucias que haga, Ć©l es mi padre… y aunque no me reconociĆ³ pĆŗblicamente, por ser mi madre una de sus amantes, nunca me ha descuidado, y me ha dado una buena vida y educaciĆ³n…. y como podrĆ”s ver, gracias a Ć©l hemos salido con bien en nuestra fuga”.

   Y es que Marisol viendo las graves consecuencias al ser descubiertos y de seguros perseguidos, llamĆ³ a su poderoso y peligroso padre luego del fallido  ataque a la cabaƱa de la porrista.

   Durante la extensa llamada al telĆ©fono seguro de su progenitor, planteo las dificultades que tenĆ­a y la fija obsesiĆ³n por Hernando, por quien estaba dispuesta hasta a morir.

   El padre que siempre cedĆ­a a los caprichos de su hija, no se sorprendiĆ³ tanto al conocer esta nueva faceta, de la que hasta ahora era su buena niƱa….despuĆ©s de todo la chica habĆ­a heredado la sangre frĆ­a paterna.

   El peligroso jefe polĆ­tico, enviĆ³ a un hombre de confianza para que ayudase a  Marisol, y es este el sujeto de cicatriz en la mejilla…El encargado de hacer trabajos sucios para JosĆ© Castro.

   Cuando Marisol le informĆ³ sus dificultades, el mercenario planeĆ³ a la perfecciĆ³n una estrategia efectiva. La esencia del plan era fingir la muerte de los dos fugitivos. El padre de la joven estarĆ­a de acuerdo con el plan, al ser la Ćŗnica forma de librar a los dos de la prisiĆ³n.

   VĆ­a telefĆ³nica se cuadrĆ³ el plan con Marisol, y la joven quedĆ³ pendiente de una seƱal para empezar las acciones de su fuga.


   El mercenario tenĆ­a un policĆ­a amigo, quien le avisĆ³ cuando los oficiales ya habĆ­an ubicado a los escapados… el plan se puso en acciĆ³n y al milĆ­metro Marisol lo siguiĆ³: Conducir cuesta arriba a una montaƱa y arrojarse al abismo… obviamente sin ellos dentro.

   Cuando la pareja giro en una curva, el temido sujeto les esperaba y con velocidad hicieron un cambio, reemplazando a los dos por un par de cadĆ”veres preparados para despedazarse y quemarse hasta la medula.

   A continuaciĆ³n la policĆ­a debiĆ³ usar espĆ”tulas para recuperar los cuerpos, Mientras la pareja a salvo se prestaba a la fuga con el mercenario.

   La joven pareja continĆŗa conversando:

   “Recuerdas cuando te dije que todo estarĆ­a bien?, me referĆ­a a esto”.

   “Pero vaya susto el que me diste cuando creĆ­ que saltarĆ­as al abismo; No podĆ­as haberme dicho tu plan?”.

   “Pero claro que no!, querĆ­a bromear contigo”.

   “Pues que terrible sentido del humor  tienes niƱa”.

   Marisol le expone una cuestiĆ³n mĆ”s seria:

   “A partir de ahora las cosas cambiaran, mi padre estĆ” de acuerdo en darnos una nueva identidad en otra parte, saldremos a bien de todo este asunto y tendremos…”.


   “Tendremos una segunda oportunidad en nuestras vidas, gracias Marisol y gracias a tu padre”.

   “AsĆ­ es querido, pero te tengo que advertir Hernando, es necesario guardar un bajo perfil…asĆ­ que nada de violar mujeres!”.

   Hernando confirma con la cabeza, mientras la joven se coloca una mano en la entrepierna.

   “De ahora en adelante si tienes demasiadas ganas de sexo, desquĆ­talas aquĆ­!, esta  partecita estarĆ” disponible todo el dĆ­a si asĆ­ lo necesitas”.

   Sonriendo Hernando respondiĆ³:

   “Eso harĆ©, y no habrĆ” mĆ”s mujeres… solo me interesas tĆŗ!, no sĆ³lo me salvaste de la cĆ”rcel, sino lo mĆ”s importante… te ganaste mi corazĆ³n Marisol, algo que nunca espere que pasarĆ­a”.

   “No sabes lo feliz que me haces Hernando”.

   “AdemĆ”s…. si te soy infiel…harĆ­a enfadar a tu padre, eso serĆ­a igual a una muerte segura Jajajaja”.

   Marisol se echĆ³ a reĆ­r con su amado, de quien jamĆ”s se separarĆ­a.

   Hernando se acercĆ³ a Marisol, besĆ”ndola pasionalmente.

   “Soy tan feliz Hernando…ademĆ”s tengo un pendiente por hacer en mi vida, y sĆ© que te gustarĆ””.

   “A que te refieres”.

   “Me volverĆ© una porrista!…pero sĆ³lo para que tĆŗ me veas cariƱo”.

   Antes de besarla de nuevo, Hernando expresa:

   “SerĆ”s la mejor porrista del mundo, mi amor”.

   Aprovechando la cercanĆ­a, la chica le toca el desprotegido paquete.

   “Que picarona eres!”.

   “Sabes, el que no tengas tu protector tambiĆ©n tiene sus ventajas….es mĆ”s prĆ”ctico para sobar  tu pene”.


   El hombre se sorprende cuando Marisol introduce su pequeƱa mano en los calzoncillos, esos delicados dedos palpan sus grandes testĆ­culos.

   El jugueteo con sus huevos genera una erecciĆ³n de tal potencia que el hombre debe contenerse  para no tirar en la cama a la joven y penetrarla.

   “LĆ”stima que tenemos que irnos, o te la meterĆ­a aquĆ­ mismo”.


   “Pues te informo que  tenemos una hora, tal vez mas…vamos cariƱo!, tenemos tiempo para una o dos rondas”.

   El hombre la arroja sobre la cama y empiezan una candente  jornada de placer.


Fin.


   Otra trama derivada de la saga LA PORRISTA Y EL DESPROTEGIDO JUGADOR 

   Katia la secretaria del Teniente EfraĆ­n Montenegro, informa a su jefe que la Teniente Ferrer quiere verle.

   El Ex marido de Gertrudis, la hace pasar, no sin tener reservas de si es prudente conversar con su Ex mujer…despuĆ©s de todo la Ćŗltima vez las cosas terminaron mal y pasĆ³ el dĆ­a adolorido de los testĆ­culos.

   Ya frente a frente, los Tenientes quedan un instante en silencio, hasta que EfraĆ­n da un saludo… una vez roto el hielo Gertrudis va al grano:

   “Ya me enterĆ© que hablaste a mi favor durante la investigaciĆ³n…dime porque lo hiciste?”.

   “Ah!, viene a eso…pero como eres!, no me das ni las gracias”.

   “No me apresures, vengo a agradecerte, la verdad daba por hecho que me degradarĆ­an en rango y…”.

   “En rango no sĆ³lo querida!, los superiores querĆ­an darte una reprimenda econĆ³mica…te rebajarĆ­an el sueldo por todo un aƱo!, de la que te salvaste Gertru!”.

   “Gracias por ayudarme EfraĆ­n”.

   “De nada Gertrudis, de seguro pensaste que te ayudarĆ­a a hundir verdad?, admĆ­telo”.

   “Debo admitir que sĆ­, y como no pensar en eso si te conozco”.

   “Entonces no me conoces bien…y te respondo… te ayudĆ© porque  todavĆ­a me importas Gertrudis, a pesar de lo que piensas de mĆ­ y de mi vida privada, no soy una mala persona…DeberĆ­as conocerme mejor si estuvimos casados 3 aƱos”.

   La mujer se sentĆ­a muy mal ante la recriminaciĆ³n de su Ex marido…que injusta habĆ­a sido con Ć©l.

   En un momento dirigiĆ³ su mirada a la entrepierna de su Ex esposo.

   “EfraĆ­n, perdĆ³n por golpearte los testĆ­culos, no debĆ­ hacerlo”.

   “Claro que no debiste, ese dĆ­a estabas como una loca; Pero sabes que Gertrudis… asĆ­ sea tarde, es bueno recibir disculpas de tu parte”.

   “Pues  no te acostumbres mucho, espero no necesitar disculparme tan seguido”.

   “No digas eso!, y para que te enteres, me los golpeaste muy duro…pudiste daƱƔrmelos cariƱo

   “Oh perdĆ³neme!…fui una bruta, el odio y la traiciĆ³n me consumieron…pobres de tus huevos; EfraĆ­n tenĆ­as razĆ³n…ya no somos esposos, no tenĆ­a justificaciĆ³n el golpearte…sĆ³lo querĆ­a lastimarte…me arrepiento mucho de lo que hice”.


   En ese momento EfraĆ­n se mostrĆ³ comprensivo con su anterior agresora y cambiĆ³ de tema:

   “Como te va estos dĆ­as… ”.

   Los Ex esposos comenzaron una larga conversaciĆ³n de cĆ³mo iban sus vidas, fueron minutos de alegrĆ­a y casi se sintieron como cuando vivĆ­an en armonĆ­a y uniĆ³n marital.

   “Gertrudis, ahora que te veo mĆ”s calmada y conversamos de buenas manera… alguna vez pensarĆ­as en darme otra oportunidad?”.

   “Oh EfraĆ­n, no confundas las cosas”.

   “Gertrudis…me has odiado desde que nos alejamos, pero ahora te vuelvo a ver como la mujer con la que me casĆ©”.

   “Y a la que traicionaste”.

   “Auch!, no recuerdes eso; Ok Gertrudis, pero no perdĆ­a nada con preguntar”.

   “Bueno me voy”.

   “Espera… no quisieras recordar los viejos tiempos?, asĆ­ sea un momento?”.

   “A que te refieres?”.

   “Un beso de boca para hacer las paces”.

   “No EfraĆ­n, olvĆ­dalo”.

   “Y si me la chupas?, eso te gustaba”.

   La mujer totalmente sorprendida por tal expresiĆ³n se exaspera y responde:

   “Oh pervertido!...que enfermo estas!”.

   “No te ofendas Gertrudis, y no me digas asĆ­, solo di no y ya… Pero no me quejare si tĆŗ quieres. ”.

   “Ya vas a empezar?, eres un perro como siempre, cĆ”lmate si no quieres que te los vuelva a golpear”.

   “Pero como vas a decir eso Gertrudis, viniste a disculparte por darme en los huevos y me los vas a lastimar de nuevo?”.

   “PerdĆ³n, no te los golpearĆ© jamĆ”s EfraĆ­n;  pero mejor me voy….cĆ³mo puedes salir con todas esas frases vulgares?”.

   “Pero Gertrudis recuerda que a ti siempre te gustĆ³ chupĆ”rmela, haz memoria…yo casi nunca te lo  pedĆ­a…tu misma lo hacĆ­as!…no puedes negar eso…te gustaba…admĆ­telo”.


   “Eso no es cierto EfraĆ­n!, no me gustaba!, no inventes!”.

   “Ok lo que tĆŗ digas, no insisto mĆ”s”.

   La mujer se aleja y antes de abrir la puerta, dice sin darle el frente:

   “Es cierto, siempre me gustĆ³!”

   “Y entonces?…sigue siendo un no?”.

   “Es un no EfraĆ­n...pero,… pero tal vez otro dĆ­a sea un sĆ­”.

   El hombre muestra una mirada de emociĆ³n y levanta los brazos entusiasmado.

   “Siiiiiiiiiiii!!!”.

   “Oh ya cĆ”lmate, como siempre te emocionas demasiado”.

   “Es algo bueno, Gertrudis”.

   “ContrĆ³late mejor calenturiento…Por cierto, ya estas erecto!”.

   El hombre nota su potente erecciĆ³n…casi involuntaria  ante la esperanza dada por su Ex mujer.

   “Me la bajarĆ© yo mismo…y pensando en ti Gertrudis”.

   “Oh EfraĆ­n, eso suena lindo, pero  a la vez es muy asqueroso… adiĆ³s!”.

   Cuando Gertrudis va por el pasillo, una sonrisa aparece en sus labios; La mujer estĆ” pensando:

   -Se lo  harĆ” pensando en mi…que lindo!, Oh EfraĆ­n te extraƱo…


Fin.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

2 comentarios:

  1. Falto ballbusting en esta historia.pero me entretuvo este final.

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    1. Asi es y muchas gracias por leer. Pronto mas historias.

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