Original del: ZATN
Contiene Ballbusting F/M.
Un anciano llega con su pequeƱo perro y denuncia ante una colorada y novata oficial de policĆa, lo sucedido la noche anterior.
La agente de policĆa escribe la denuncia en su computador, sintiendo vergüenza al oĆr, como el anciano no para de repetir que un enmascarado el golpeó los testĆculos.
āEscriba bien seƱorita agente⦠ese maldito me arreó tremendo rodillazo por las bolas!ā.
āTestĆculos seƱor, asĆ es como se llamanā.
āPues yo le digo bolas, o huevas, o cojonesā¦.ese maldito me dio en los cojones!ā.
El anciano vociferaba todos los sinónimos de la palabra testĆculos, y la joven agente se arrepintió de haber intentado corregirle.
Armando DĆaz, deja la oficina de su jefa, la Teniente Gertrudis Ferrer; El joven agente se ve cabizbajo⦠Acaba de recibir una tremenda reprimenda por su superiora y ahora las cosas se ven peor que nunca.
La noticia de la nueva agresión a la misma joven, es vista como una negligencia de marca mayor para la comandancia de policĆa, pero el peligro para la porrista Marcela, persiste.
Armando recuerda los momentos mĆ”s incomodos de la reunión con la Tenienteā¦inicialmente contĆ”ndole el gĆ©nero del atacante y como llegó a esa conclusión:
āComo asĆ que es otro atacante?, de que estĆ” hablando DĆaz?ā.
āMi Teniente, pude comprobarlo, la mirĆ© a los ojos, estoy seguroā¦es una mujer!ā.
āPero como puede estar tan seguro, si usted mismo dice que no logro quitarle la capuchaā.
āPero si le palpĆ© la cadera yā¦y su parte posterior, ehā¦ya sabe... su retaguardia!ā.
āYa veo, entonces le agarró descaradamente el trasero y asĆ pudo saber que era una mujerā¦tal parece que tiene usted experiencia en palpar tales Ć”reas femeninasā.
āNo diga eso mi Tenienteā¦ā.
Y si eso fue incomodo, peor habĆa sido contarle de la vergonzosa huida de la mujer enmascaradaā¦era difĆcil narrar para un orgulloso varón, el como una mujer en aparente desventaja se le escapó.
āPero como dejó escapar a esa enmascarada? que rayos le pasó DĆaz!ā.
āMi Teniente, es que ellaā¦meā¦ā.
āElla que?, hable de una vez!ā.
āElla me dio un rodillazo en los testĆculos, y asĆ escapó, lo sientoā¦me descuidĆ©ā
āPero que tonto es usted!, como va a bajar la guardia frente a un agresor, sea mujer u hombre, DĆaz⦠Que error tan grave cometió!ā.
āLo se jefa, no volverĆ” a sucederā.
āSe debió confiar usted porque era mujer, es tĆpico de ustedes los varones!, cuando enfrentan a una mujer, tarde o temprano bajan la guardiaā.
āLo siento mi Tenienteā.
āY entonces quĆ©?ā¦ya estĆ” bien de las huevas?ā.
āSĆ, sĆ, mi Teniente, ya estoy bien!, y con ganas de desquite!ā.
āBueno, esa es la actitud!, pero que no le vuelva a pasarā¦..ā.
Tras la incomodidad sufrida al dar el reporte, Armando se dirigió a casa de Marcela, āLa Porristaā.
Como conclusión de la reunión con su jefa quedó ordenado que no se harĆa pĆŗblico este segundo ataque, y menos advertir de un segundo atacante, fuese mujer o varón.
Pero otro asunto era prioritario⦠La protección de Marcela!, Armando debĆa convencerla para dejar la ciudad, El joven oficial habĆa comenzado a sentir algo por la bella porrista y no dejarĆa que alguna terquedad de su parte la mantuviera en peligro, debĆa convencerla como fuera.
En su oficina la Teniente Ferrer recuerda la conversación con su subalterno y el rumbo que tomarÔ ahora a investigación.
Como ahora son dos enmascarados, y uno de ellos una mujer dispuesta a matar, el objetivo inicial es establecer si esta mujer es una imitadora del violador, ya que intentó hacerse pasar por Ć©l, o por el contrario, es cómplice de este, lo que los pondrĆa como un grupo coordinado.
El oficial DĆaz tiene una buena pista, buscando quienes conocieron del cambio de horario para la salida anoche de la porrista, podrĆ” determinar como la agresora se enteró, o si es la propia agresora quien estĆ” cerca de Marcela.
De repente es interrumpida por el llamado telefónico de su jefe el CapitĆ”n RamĆrez, y la oficial debe ir a darle un detallado informe de lo ocurrido.
En casa de Marisol, la joven ya repuesta de sus dolores de la noche anterior, besuquea el cuello de su amado Armando.
El joven no se hace esperar y copula con la chica; Mientras lo hace, un montón de ideas se revuelven en su cabeza.
La no asistencia de la porrista Marcela, y las dudas sobre el que abrieran su casillero, lo ponĆan a lanzar teorĆas sin sentido. Se habĆa enterado de un rumor segĆŗn el cual una chica habĆa sido atacada en la calle la noche anterior, y la policĆa la habĆa salvado, segĆŗn parece el rumor se originó de los vigilantes de la universidad.
En casa de Marcela y tras una corta conversación, Armando convenció a la porrista de salir de la ciudad; Ahora las cosas eran diferentes que tras el intento de violación, donde a pesar de los intentos de la Teniente y de sus familiares, la chica habĆa decidido retomar su vida cotidiana.
Esta vez habĆa sido un intento de asesinato, y el haber sido herida, asĆ fuera levemente, la hizo mĆ”s consciente del peligro real al que se enfrentaba.
La joven se asustó en verdad cuando Armando le dio a conocer (esta vez sĆ capto la información), que habĆa sido una mujer disfrazada del violador quien la acuchillóā¦Y era obvio su miedo, ahora la amenaza contra ella era doble.
Para esa tarde, Marcela se despide de Armando antes de ingresar a un auto de la policĆa; AllĆ y a pesar de estar frente a familiares y agentes, beso en la mejilla al oficial de una forma tan cariƱosa, que hizo colorear el rostro del policĆa.
Armando la observó atónito y descubrió como la chica igualmente estaba colorada hasta las orejas. El joven con felicidad se dio cuenta que la bella porrista correspondĆa a lo que nacĆa en el corazón del agente.
Con los dĆas el rumor del ataque toma mĆ”s fuerza, y como Marcela no volvió a clases, se dio por entendido que ella habĆa sido la victima⦠Y ademĆ”s doble victima por ser tambiĆ©n la que sufrió el primer ataque sexual.
La policĆa finalmente debió admitir la existencia de ese ataque, y que el criminal vestĆa capucha y huyo tras pelearse con un oficial (No se admitió que era un segundo atacante, ni su gĆ©nero); Sumado esto al ataque genital sufrido por un anciano que querĆa atención y asistĆa a todos los noticieros narrando su incidente esa noche⦠Hasta apareció en un reconocido Programa de tinte amarillista, uno de esos llamados Talk Show.
Tras todas estas declaraciones hubo consecuencias al interior de la policĆa.
Armando DĆaz, recibe un urgente llamado a la estación de policĆa, el Teniente Montenegro le ha citado y no sabe el motivo; SerĆ” alguna investigación? Sabe que el Teniente Montenegro es de asuntos internos, de seguro serĆ” alguna reprimenda por el segundo ataque a la joven porrista.
Armando llega a la oficina del Teniente, siendo recibido por una bellĆsima mujer, que hace de secretarĆa del oficial. El hombre no puede dejar de admirar lo linda que es esta joven. Instruido por ella, debe esperar a que le autoricen pasar.
Un rato despuĆ©s, el policĆa ve la Teniente Ferrer, quien sale rĆ”pidamente de la oficina del Teniente Montenegro, su jefa estĆ” hecha una furia!; Lleva la mirada fija en el suelo, tanta es su molestia que ni siquiera se percató de la presencia de DĆaz.
QuƩ habrƔ pasado?
Pasaron 10 minutos hasta que la bellĆsima secretaria autorizó la entrada del agente DĆaz; La oficina del Teniente Montenegro estaba tras una amplia sala de descanso, tocó la puerta e ingresó.
Durante la conversación nota la cara de molestia del Teniente, tan enfadado esta con él?. Con el pasar del tiempo, se da cuenta que no solo es enfado lo que siente su superior, parece que algo le duele⦠En definitiva tiene algún dolor.
En cierto momento Montenegro se levanta a tomar agua en una pequeƱa nevera portĆ”til sobre un archivero, se le nota sudado, tras beber el agua helada, apoya una brazo contra la pared, sosteniĆ©ndose, Armando ve como con la boca abierta, el Teniente toma aire profundamente; El joven agente nota la otra mano del Teniente en su entrepierna, sobando su Ć”rea genital sobre su pantalón, Alcanza a oĆr el quejido de: āEsa maldita mujer!ā.
DĆaz le pregunta: āEsta bien mi Teniente?ā.
Viendo que lo estĆ”n observando, sacude su cabeza y se concentra, retirando la mano que sobaba āSi, estoy bien, no es nadaā.
Al final, la reunión solo se le informó que tenĆa nuevo jefe, a quien debĆa reportar sus investigaciones; SegĆŗn parece el capitĆ”n RamĆrez ya estaba cansado de esperar la captura del violador, y el colmo fueron tanto este nuevo ataque, como la agresión genital a un anciano que denunció. DĆaz queda con la orden de acelerar la obtención de resultados.
Luego de salir, Armando recuerda la expresión de rabia de la Teniente Ferrer y ahora al saber que la reunión era para informar de la suspensión de la Teniente, y su reemplazo en la investigación, por el Teniente Montenegro, sin duda deduce alguna venganza por parte de su anterior jefa contra su nuevo superior:
- La Teniente le habrĆ” golpeado?, y en esa zona?, pobre Teniente Montenegro.
Armando se soba los testĆculos, aĆŗn recuerda el dolor que sufrió hace unos dĆas.
Hernando por dĆas se planteó el asunto de que Marcela ya no asistĆa a la Universidad, y de que hurgaran en su casillero; Luego de ver en las noticias que hubo un segundo ataque a la joven porrista, y que segĆŗn comentarios generales era el mismo primer atacante, Hernando pensativo ató cabos y dedujo que Marcela fue atacada por alguien que se hizo pasar por Ć©lā¦pero para quĆ©?.
Acaso ese alguien buscaba inculparlo de homicidio?, pero dado que Ć©l mismo habĆa planeado ir a matar a la molesta porrista, la persona desconocida o no conocĆa sus planes ā¦o querĆa ayudarlo!.
Eso era!, la persona que fingió ser Ć©l, querĆa matar a Marcela, para ayudarle a vengarse!, sin duda por las agresiones que sufrió por parte de esta mujer en su primer ataque y las burlas en la prensa al no poder violarla.
Hernando tenĆa un sospechoso de quien atacó a la porrista; Durante la prĆ”ctica de rugby la maƱana siguiente al ataque, un peculiar aroma llegó a la nariz del hombre y le recordó a una persona; Inicialmente no presto atención al olor, pero con mĆ”s datos las sospechas se hicieron mayores.
El asunto era que de ser esa persona, esta sabrĆa mucho mĆ”s de lo que habĆa admitido saberā¦era hora de conocer toda la verdad!.
Esa tarde en casa de Marisol, Hernando se vestĆa tras una corta ducha; Apenas se habĆa colocados su protector genital, cuando escuchó el televisor, Marisol veĆa las noticas y pasaron un reportaje sobre el reciente caso de ataque del atacante del campus.
El hombre toma la decisión: - Esto no da mÔs espera!, quiero respuestas ya!.
Hernando sale del baño, viste solo su protector y se dirige a su morral deportivo, de allà saca el otro protector genital, aquel que alguien sacó de su casillero.
Enseguida lo arroja sobre la cama, a centĆmetros de Marisol, que acostada en ropa interior, observa la conducta extraƱa de su admirado hombre.
Hernando sin duda sospecha que Marisol es la persona que atentó contra Marcela y tomo prestado de su casillero, tanto armadura como protector.
āAquĆ estĆ” el protector que sacaste de mi casilleroā. La chica se quedó viendo el artĆculo de uso personal.
āPorque te hiciste pasar por mĆ, Marisol?, porque atacaste a la porrista?ā.
Atónita ante lo que oye, la joven finge no entender que sucede.
āNo entiendo que quieres decirme, Hernandoā.
āNo finjas mĆ”s!, sĆ© que atacaste a esa mujer ā.
Marisol queda con los ojos abiertos al verse descubierta.
āPeroā¦que dices?. Tú⦠sabes todo?ā.
āLo descubrĆ hace poco, pero igual te pregunto lo mismo a ti, desde cuando sabes todo de mĆ?, porque no me denunciaste?ā.
Marisol siente temor ante lo que planea Hernando, Observa la protegida entrepierna del hombre que idolatra (quien nota como la chica le observa allĆ) y solo puede decir:
āVas a matarme, Hernando?ā .
Hernando expresa extrañeza en su rostro ante la pregunta de la joven, Esa expresión en el hombre alivia un poco la angustia de Marisol.
āClaro que no voy a matarte, solo quiero respuestas, dime desde cuando sabias de mi secretoā.
āPues la verdad desde que supe del ataque frustrado a Marcela en los vestidores del campus⦠era demasiado obvio⦠tuve que fingir inocencia todo este tiempoā
āNo eres la tonta que pensĆ© que erasā.
Marisol estaba al tanto de la reputación que exponĆa a los ojos de Hernando al fingir no deducir lo obvio.
āSoy algo tĆmida, pero no tonta Hernando!, tenĆa que aparentarlo para que te sintieras seguro junto a mĆ; Vamos cariƱo, como no iba a saber que fuiste tĆŗ, si te halle dolido de los testĆculos a la hora y el lugar del ataqueā.
āPor que lo escondiste?, y por que llegaste a atacar a Marcela?, es mi problema no el tuyoā.
āNo te das cuenta lo mucho que te amo?, a mĆ no me importa si violas mujeres, te amo desde hace mucho, por eso siempre te veo en los entrenamientos, por eso robe tu ropa interiorā.
Hernando pensó: - Lo sabĆa!, ese calzoncillo que me dio el primer dĆa si era mĆo!.
āEntonces fue por ayudarme a vengar de ellaā.
āAsĆ es, de seguro te sentĆas humillado por lo que te hizo y planeabas vengarte, pero yo no aguante mĆ”s⦠tenĆa que hacerle pagar por lastimarte, especialmente ahĆ abajoā.
Hernando se tocó la entrepierna, misma que era señalada por la chica.
āComo se atrevió esa mujerzuela a golpearte los testĆculos!ā.
āEntonces vengabas mis testĆculosā.
āSĆ!, no perdonarĆ© a quien se atreva a lastimar a mi hombre, y menos en esa parte que tanto amo de Ć©lā.
Hernando le cuenta que pensó en matar a la porrista, pero la ira que lo motivaba rĆ”pidamente se le apaciguaba, nunca habĆa matado a nadie, pero si estuviera en plena ira, estrangularĆa a Marcela sin contemplaciones.
Ese expresar provoca una sonrisa en Marisol.
āHas matado antes Marisol?ā.
āNunca lo he hecho, pero por ti lo harĆa mil vecesā.
Hernando analiza a su Amante, es una mujer en verdad peligrosa, de seguro no estĆ” bien de la cabeza; Pero por alguna razón ha aprendido a apreciarla y cada vez mĆ”s, Ahora que sabe la verdad y conoce su verdadera alma, la valora mĆ”s, ya no es otra amante, ahora es una cómplice y alguien tan fiel a Ć©l que lo pondrĆa delante de cualquier cosa.
A pesar de que eso sonaba enfermizo, para el Hombre no deja de ser interesante.
Ahora Hernando valora mƔs los sentimientos de Marisol por Ʃl, y debe admitir que en parte los corresponde.
āPero si me amas, y harĆas todo por mĆ, porque no confesaste que ya sabĆas mi secreto?ā.
āSabĆa de tus ataques, pero apenas nos conocemos y temĆa que no confiarĆas en que guardarĆa tu secretoā¦Dime si confiabas en mĆ?ā
El hombre se le aproxima y la abraza tiernamente
āEs cierto, serĆa difĆcil confiar en tu silencio para no ir a la cĆ”rcel, pero ahora es diferenteā¦si llegaste tan lejos contra Marcela, jamĆ”s podre dudar que buscas mi beneficioā.
āHarĆ© lo que sea por ti, Hernando, mi amor!ā.
Un beso entre cómplices sella la discusión.
Ambos se sientan en la cama y Hernando pide le cuente como fue el ataque, según oyó en las noticias, casi lo logra. Pero Marisol antepone una pregunta:
āComo supiste que era yo?, que te hizo sospechar?, en la televisión no han dicho que se trata de otro atacante, asĆ que no hay forma de saber que era una mujer disfrazada de hombreā.
āFĆ”cil, note que alguien abrió mi casillero y tomo mis cosasā¦sin duda para tomar mĆ aparienciaā¦necesitabas engrosar tu cuerpo para fingir ser yoā¦Y ademĆ”s querida niƱa, olvidaste limpiar tus manosā.
āPero si no manche mis manos con nadaā.
āCon nada excepto tu crema para el cuerpoā¦crema de mujer y que conozco bien!, la huelo cada vez que beso tu cuerpoā.
āAuch!, ya veo!, me puse demasiada cuando devolvĆ las cosas a tu casilleroā.
āAsĆ es, cuando en la prĆ”ctica sude la armadura, el olor de tu crema se hizo muy evidenteā.
Ahora Hernando le insiste en detalles de cómo fue la escena del ataque a la porrista, a los que Marisol procedió a contar.
āā¦. y todo iba bien, hasta que apareció ese policĆa entrometido!ā¦Ć©l ahora sabe que no soy tu, sabe que soy mujer!ā.
Hernando le interroga por eso, y Marisol se percata que no le ha contado de la identidad de Armando DĆaz.
Gracias a su amistad con Marcela, esta le confió la identidad secreta de Armando; Ahora Hernando se enteraba que tan cerca estaba la policĆa de Ć©l!, todo este tiempo tenĆan a un elemento entre los jugadores, su desleal plan era crear amistad con los compaƱeros para saber mĆ”s de todos y descubrir al violador.
Cuando Marisol narra como el policĆa descubrió su identidad femenina y la tenĆa en su poder, Hernando se adelantó a preguntar:
āY cómo escapaste?, ya no estabas armada, sabes defensa personal o algo si?ā.
āNo soy karateca ni esas cosas, pero Ć©l se descuidó, y tuve la oportunidad de darle un buen golpe en las pelotas!ā.
āAaauuuu!ā, Hernando se toma la entrepierna por reflejo.
āSi, Ć©l tambiĆ©n dijo algo asĆ!, Hernando desafortunadamente tu bien sabes lo doloroso que es un golpe ahĆā.
Cuando finalizó la narración, Hernando solo expresó:
āSolo tengo una pregunta para ti!... Para que ponerte protector?, a ti no te cuelga algo tan vulnerable allĆ abajoā
āEra parte del disfraz!, como parecerĆa ser hombre si no muestro en Ć©l pantalón un bulto entre las piernas?, y mĆ”s si finjo ser tĆŗ, que tienes los genitales grandes ā.
Hernando no pudo evitar sentir orgullo al oĆr eso, mientras Marisol palpaba sobre su protector el Ć”rea testicular.
Hernando bromeó:
āSabes algo, no fue fĆ”cil hacerme de estos protectores genitales, las tallas comunes me quedan chicas, para mis proporciones debieron traer una talla del extranjero, fue un lĆo importarlosā.
El varón comenzó a sentir estrecho el protector debido a una dolorosa y restringida erección.
āY ahora mismo no te imaginas lo apretado que los siento Marisolā.
āArreglemos eso entoncesā¦. dĆ©jame liberar lo grande que guardas ahĆā.
Tras retirar el protector, Marisol le beso el hinchado glande; Enseguida la pareja tuvo relaciones sexuales.
El excitadĆsimo Hernando toqueteo el cuerpecito de Marisol por todos lados.
La joven recibió incontables descargas de semen dentro de su vientre, a la vez que estallaba en una multitud de orgasmos.
Cuando los dos por fin calmaron sus instintos animales, volvieron a las pasivas cariciasā¦Centradas por Marisol, en los genitales en descanso de su admirado jugador de Futbol Americano.
āAh Hernando, fue el mejor polvo que hemos tenido!, Y pensar que creĆ que me venias a matar!ā.
āPor cierto, porque pensaste eso?, note que miraste mi entrepierna antes de decirlo⦠no entendĆ esa parteā.
āLo que miraba era tu protector Hernando, lo traĆas puesto!ā.
āY que tiene que ver?ā.
āHernando tu eres hombre y sabes que para yo poder defenderme de ti, la Ćŗnica forma es dĆ”ndote un mal golpe!; CariƱo, solo dĆ”ndote en los huevos te podrĆa aturdir!, y como venias protegidoā¦ā.
āYa veo!, como me protegĆa las bolas, creĆste que venĆa preparado para que no te pudieras defender de mĆā.
āEso pensĆ©ā.
āMarisol, jamĆ”s me hagas esoā.
āJamĆ”s lo hare!, te lo prometo!, amo tus testĆculos!, jamĆ”s les harĆ© daƱo!ā. Marisol besó esas esfĆ©ricas Ć”reas vitales una y otra vez. āPromĆ©teme que fuera de aquĆ siempre los llevarĆ”s protegidos!, no quiero que te los vuelvan a golpear!ā.
La mujer se mostró algo angustiada de un posible mal futuro para los huevos de su querido Hernando, este solo le acaricio el cabello, mientras le decĆa:
āTranquila bebĆ©, siempre me los cuido, no me volverĆ”n a faulearā.
Tiempo despuĆ©s la Teniente Ferrer visita en casa al oficial DĆaz, la decidida mujer le plantea rĆ”pidamente a que asunto vino.
āNecesito que me ayudesā¦no dejarĆ© que ese maldito de Montenegro se robe mi caso, tĆŗ me vas a ayudarā.
āPero mi Teniente yo no puedoā¦ā.
āOh vamos!, tu sabes que ese inepto de asuntos internos le va a meter burocracia a la investigación!, es un burócrata!, crĆ©eme que lo conozco bien!, estuve casada con Ć©l tres aƱosā.
El policĆa no podĆa creer lo que escuchaba, la Teniente y el Teniente, fueron pareja, que sorpresas daba la vida.
Armando DĆaz no tardó en aceptar la propuesta de su exjefa, el joven policĆa se arriesgaba a una fuerte sanción, si es que no a la destitución, si eran sorprendidos por el alto mando de la policĆa; Pero la Teniente, quien no deseaba mal para su subordinado, le planteo una estrategia para que no hubiera repercusiones para Ć©l; Enseguida Armando le mostró el avance de sus investigaciones.
El resto del dĆa los policĆas revisaron fotografĆas y documentos.
En cierto momento, Armando indago con su Teniente sobre un hecho que le intrigaba.
āSabe mi Teniente, la otra vez que usted salió de oficina del Teniente Montenegro, no me vio ahĆ, pero la vi salir muy enojada, y luego al ver al Teniente, este sentĆa un dolor y se tomaba la entrepiernaā¦como si le hubieran golpeado ahĆ...usted no le habrĆ” golpeado los ā¦ā.
āNo sĆ© de quĆ© hablas⦠y⦠y eso no te incumbe!ā.
La respuesta de la mujer casi le daba la razón a DĆaz, quien ante la pregunta āY porque te interesas en eso?ā. TenĆa una respuesta previamente preparada:
āJefa, es que si agredió al Teniente, la podrĆan sancionar por agresión a un oficial superiorā¦yā¦ā.
āOh ya cĆ”llate!, no te metas en asuntos privados, y si ese maldito me investiga, pues no me importa, no espero menos de ese miserable!ā.
Armando decidió dejar el tema asĆ, y evitar molestar mĆ”s a su jefa; Retomaron el trabajo y en poco tiempo, los dos dedicados policĆas lograron dar buenos resultados.
Unos dĆas despuĆ©s, Marisol recibe una llamada inesperada, es Marcela āla porristaā, la joven le informa que necesita su ayuda para un asunto personal.
Desde que ingresó a la universidad, la porrista ha hecho amigas, pero Marisol Ćŗltimamente se habĆa mostrado muy cercana a ella, ayudĆ”ndole en los estudios y demĆ”s cosas⦠por eso se ganó la confianza de la porrista.
A consecuencia de favores a pedirle, Marcela realiza llamadas telefónicas a Marisol durante unos dĆas, siempre pidiĆ©ndole haga cosas por ella; Hasta que llega un momento en el que tras colgar el telĆ©fono, Marcela hace una nueva llamada al celular de Armando DĆaz.
āYa estĆ” hechoā.
āTe creyó?ā.
āSi, creyó todo lo que le dije, aĆŗn no puedo creer que Marisol este metida en estoā¦parecĆa tan buena genteā.
āAun no es seguro esto, pero todas las pista apuntan a su culpabilidadā.
āEspero esto acabe pronto, tengo ganas de verte Armandoā.
āYo igual querida, pero ya sabes, no digas nada de esto a tus escoltas, es una misión secreta entre la Teniente Ferrer y yo, nadie puede saberlo o nos irĆ” mal a los dosā.
āNo te preocupes, espero que todo les salga bien y capturen a esos criminales, a ver si por fin puedo volver a mi vida normal; Como desearĆa que la mentira que dije fuera cierta, y pudiera verteā.
Tras colgar, Armando informa a la Teniente Ferrer que la trampa ha sido preparada.
Pero de que trampa estƔn hablando?
Aquà lo sabrÔn:
Durante la investigación, y gracias a un detallada información dada vĆa telefónica, Marcela narró a Armando su vida diaria durante los Ćŗltimos dĆas previos al Ćŗltimo ataque; Unos pocos sospechosos surgieron, Armando les siguió por algunos dĆas, y Marisol Herrera, fue la Ćŗnica persona cercana esos dĆas a Marcela que encajaba como sospechosa principal.
La joven e ingenua chica parecĆa no matar una mosca, pero en los disimulados seguimientos hechos por Armando, Notó la relación sentimental que Marisol tenĆa con Hernando San Clemente.
Durante su investigación previa en las prĆ”cticas de Futbol Americano, San Clemente siempre se mostró como un potencial sospechoso, era engreĆdo, no aceptaba un no por respuesta y solo salĆa con chicas lindas⦠que era la constancia entre las abusadas que denunciaron.
Aunque no profundizo en Hernando, ahora dos sospechosos relacionados a los ataques a la porrista estaban unidos bajo una relación sentimental, y a los ojos de Armando, San Clemente se establecĆa como el violador y agresor inicial de la porrista, y la mujer a su lado serĆa la segunda atacante.
Armando al principio dudo que Marisol pudiera intentar matar a alguien, pero tras contar todos sus avances a la Teniente Ferrer, esta le convenció que la chica podrĆa haber sido manipulada por el atractivo y sospechoso jugador.
Al final concluyeron que la chica enamorada de alguien que jamĆ”s le harĆa caso, (por no ser ella tan atractiva), llegarĆa a lo que fuera por complacerle⦠incluso matar!; Eso mismo querĆa decir que la joven desde el inicio no era muy estable de la cabeza, pues irĆa desde lo sentimental a lo agresivo si fuese necesario.
Pero muy a pesar de los indicios no habĆa pruebas, y buscar en el pasado de San Clemente llevarĆa tiempo; La Teniente tenĆa prisa en resultados para callarle la boca al CapitĆ”n RamĆrez y especialmente a su Ex marido, por lo que se decidió actuar!.
Se planeó una emboscada, y que mejor carnada que Marcela, obviamente jamĆ”s la pondrĆan en peligro, pero si podĆan engaƱar a la pareja de enmascarados, haciĆ©ndoles creer que Marcela estarĆa a su alcance.
La porrista estaba en otra ciudad, y si bien no tenĆa escolta permanente de la policĆa, si se mantenĆan cerca, visitĆ”ndola 2 o 3 veces al dĆa, en generalā¦su anónima ubicación la mantenĆa a salvo.
Armando ideo que Marcela hablara telefónicamente con Marisol su reciente y buena amiga de estudios, con el fin de contactarse con el agente Armando DĆaz (Ć©l mismo); No era un secreto para Marisol la identidad de Armando, ni tampoco que protegida y protector se gustaban.
AsĆ las cosas, la desprevenida Marisol creyó servir de celestina entre los distantes enamorados; En todo momento Marcela evitó el tema de su nuevo ataque. Esto no le pareció raro a Marisol, pues la policĆa quizĆ”s le oculto a la vĆctima que una mujer fue su segunda atacante.
Marisol tambiĆ©n se creyó la falsedad de que el telĆ©fono de Marcela era seguido por la policĆa y si hallaban contacto con el agente Armando, le podrĆa meter en problemas pues serĆa una relación indebida entre un policĆa y una vĆctima y testigo de un caso.
La labor de Marisol era transmitirle mensajes y demĆ”s cosillas de enamorados a Armando: Todo transcurrió por unos dĆas, entre mensaje de amor de un lado a otro⦠hasta que Marcela planteó la trampa!.
La joven querĆa verse en persona con Armando; Era la oportunidad de oro para Marisol!, Marcela quedo de verse con Armando en una cabaƱa alquilada afuera de la ciudad; La porrista le asegura que habĆa planeado bien las cosas y con excusas se alejarĆa por una noche de sus protectores en su anónima nueva vivienda; En privacidad con Armando, podrĆan mostrarle su amor fĆsico, lejos de violadores, asesinos, familiares preocupados y policĆas siguiendo sus movimientos.
El plan dio frutos al saberse que la joven Marisol no transmitió la información a Armando...la chica planeaba su propias cosas, sacando provecho de la desprotegida situación en que estarĆa Marcela.
Por supuesto la chica le comunicó todo a su querido Hernando:
āDebemos ir Hernando, es nuestra Ćŗnica oportunidad de vengarnos!ā.
āTĆŗ no debes meterte en esto cariƱo, es mi asunto, no debiste atacar a la porrista por tu cuenta, el problema es mĆoā.
āNi digas eso querido, lo hice por ti, esa maldita se merece morir por lastimarteā¦ā, Marisol recalcó las ofensas hechas a Hernando
āNo olvides que hizo que en televisión se burlaran de tiā.
El recuerdo de todas las burlas encendió la cólera de Hernando, Marisol supo de inmediato que estaba decidido a hacerlo.
āPerfecto cariƱoā¦.la acabaremos!, esta vez ni siquiera tendrĆ” a ese tonto policĆa de escoltaā.
Ambos perversos se miraron a los ojos frente a frente, esta noche serĆa su venganza.
En otro lado de la ciudad Armando y la Teniente Ferrer, alistan su operativo. Llevan grabadoras y el armamento bÔsico, No son necesarias mÔs que el arma de dotación, después de todo, sus rivales son una pareja que no sospecha la emboscada y el factor sorpresa serÔ suficiente para atraparles.
Con respecto a la captura y proceso, es simple la cosa⦠si se presentan serÔ la prueba que son los culpables!.
Antes de salir a su misión la Teniente le pregunta a DĆaz:
āEn verdad estĆ”s enamorado de esa chica, verdad?ā.
Armando trata de negar el asunto, pero su rostro encarnado lo dice todo.
āInvolucrarse con una testigo, eso es una grave falta para un agente de policĆa, peroā¦ā.
āPero?ā. Dijo Armando con algo de esperanza.
āPero si todo sale bien hoy, omitirĆ© ese asunto y una vez que el caso se cierre, ya no habrĆ” impedimento para algo entre ustedesā¦La verdad no puedo ser dura con usted, realmente parece amorā.
āGracias por entender, mi Teniente!ā.
La mujer debió alejar al policĆa, para evitar un abrazo. Enseguida cambió el tema
āYa basta de gratitud, y asegĆŗrate de llevar los micrófonos y radiosā.
La mujer toco un tema molesto para Armando:
āY ponte un protector para las pelotas, no querrĆ”s que de nuevo una niƱa te deje fuera de combate, verdad?ā.
Armando si habĆa previsto aquello y al vestirse habĆa puesto dentro de sus calzoncillos un salvador protector testicular.
Pero el policĆa herido en su orgullo se desquitó con su jefa con el siguiente comentario:
āClaro que tengo uno puesto, aunque tambiĆ©n se lo recomendare a mi Teniente Montenegro, Jajaja; Mi Teniente, algĆŗn dĆa me contara que pasó esa vez en la oficina con su esposoā.
āEx esposo!, y ya deja de molestar con eso!ā.
La policĆa se molestó en verdad y se alejó un poco, al rato y creyĆ©ndose en privacidad, quedó pensativa y recordó lo sucedido aquella vez.
Ese dĆa en su oficina la Teniente Ferrer recibió una llamada del CapitĆ”n RamĆrez, quien le informa que ha sido retirada del mando de la investigación sobre el violador y la agresora encapuchada.
Gertrudis se enfadó , y clamó en vano a su superior, pero al final debió aceptar las ordenes; Tomó el asunto de buenas maneras, hasta que el CapitĆ”n le informó quien se harĆa cargo de la investigación ahora, y a quien debĆa ir a ver para poner al tanto de todo.
El saber que el Teniente Montenegro se harĆa cargo hizo a la mujer se contrariarse ante su CapitĆ”n casi al grado de la insubordinación.
Una firme reprimenda por parte del CapitĆ”n RamĆrez la pudo tranquilizar.
Y es que el Teniente EfraĆn Montenegro, fue su esposo por 3 aƱos, se conocieron durante el servicio y pronto se enamoraron, fue un matrimonio feliz hasta que se enteró de las mĆŗltiples infidelidades del marido, El divorció no fue fĆ”cil, pues el odio que sintió por tal traición no lo olvidarĆa Gertrudis en toda su vida.
Ya habĆan pasado 3 aƱos desde la separación y el desagrado por su Ex se mantenĆa; Sólo por asuntos de trabajo se veĆan y muy escasas veces, la mujer preferĆa guardar su distancia con el traidor hombre.
Cuando fue a su oficina obligada por el CapitĆ”n RamĆrezā¦las cosas se salieron de control.
La Ex esposa se sentĆa humillada al tener que darle la investigación a su Ex marido, y sobre todo a Ć©l, que era un mal oficial; Se dedicaba a Asuntos internos, la división de la policĆa que todos odian, EfraĆn siempre habĆa sido un burócrata, y Gertrudis tenĆa muchas dudas de la forma de trabajar de su Ex marido.
Pero apenas verse, estalló la discusión entre Ex esposos; Se saludaron y tras preguntar el Ex marido Ć©l cómo iba la vida de su Ex mujer en estos dĆas, Gertrudis mostró su molestia:
āEstoy mucho mejor si no te veo, gracias por preguntarā.
āOh ya vas a empezar?ā.
āPues no, no voy a empezar!, y por ahĆ supe que estas saliendo con una agente novataā.
āNo, no sigas con esoā.
āAĆŗn sigues interesado en las niƱas policĆas?, esa secretaria que tienes allĆ” afuera tambiĆ©n es tu amante?...tambiĆ©n es casi una niƱa, todavĆa debe usar paƱalesā.
āYa basta de eso, ella no es miā¦No tengo nada con Katia, y si lo fuera que te importa Gertrudis!ā.
āKatia eh, eres un asalta cunas!, con ese montón de chiquillas me fuiste infiel maldito!ā.
EfraĆn se molestó y contraatacó: āPues si te fui infiel fue porque la carne nueva siempre serĆ” mejor que la vieja!ā.
āOh!, tan patĆ”n como siempre!ā.
āUn patĆ”n que te hacĆa gritar en la cama todas las nochesā.
āNo te creas tanto, fingĆa gritar!ā.
āSi claro!ā.
āY ademĆ”s, con esas niƱitas te ves ridĆculo!, ya eres un viejo!, para que sales con ella si ni siquiera se te puede parar ya!ā.
āClaro que si se me para... quieres probar ahora?
āYa quisieras engreĆdo!ā.
A petición de EfraĆn el tema se alejó de lo personal para centrarse en la investigación actual⦠Eso no bajó los Ć”nimos, todo lo opuestoā¦los llevó al conflicto:
āEres un inĆŗtil como investigador EfraĆn!, siempre lo has sido!, esto es demasiado para ti!ā.
āDemasiado?, por favor Gertrudis, admite que soy mejor oficial que tĆŗ, tenemos el mismo rango, pero siempre he sido tu superior en cargos⦠tengo mĆ”s recomendaciones y distinciones que tĆŗ, querida!ā.
āEso es porque eres un burócrata!, siempre con tus contactos en la cĆŗpula del gobierno y en la institución ā¦Tu como investigador no me llegas a los tobillos!ā.
āDi lo que quieras, pero el asunto aquĆ es lo inepta que has sido, el CapitĆ”n RamĆrez no soporta mĆ”s tu falta de resultadosā¦Cómo siempre eres una inepta!ā.
El ser llamada inepta, y mƔs por un mediocre investigador como su Ex marido, fue la gota que derramo la copa.
āCon que soy una inepta, Eh?ā. La Teniente se acercó a su colega, quedando frente a frente.
āLo siento Gertrudis, pero es la verdad⦠no has podidoā¦ā.
La mujer le interrumpió, ālo sientes?, pues siente esto, maldito!ā.
Enseguida le tomo de los hombros y clavó su rodilla en la entrepierna de EfraĆn, con todas las malas intenciones posibles.
El hombre retrocede agarrÔndose los huevos, las manos del Teniente revuelven el holgado pantalón en su entrepierna, buscando anidar esos dos huevos de gallina que le acaban de golpear.
La mujer orgullosa de haberlo lastimado sonrĆe frente al aturdido Ex marido.
Con conocimientos en defensa personal, Gertrudis podrĆa barrer el piso con su Ex pareja, pero el asunto pendiente con Ć©l, no se refiere a maltratarlo fĆsicamente, por lo menos no en general⦠El asunto con EfraĆn es algo personal y especĆfico; Su rabia estĆ” orientada contra las Ć”reas viriles de su Ex, con las que le fue infiel⦠desde hace tiempo deseaba atacarle allĆ.
āQuerĆa golpeĆ”rtelos desde que me fuiste infiel!!ā.
El varón apretando los ojos hace un esfuerzo para responder a sus palabras.
āAayyy, Ayyy, me los jodiste ahora, Ayyy, tu, tuā¦siā¦siempre quisiste jodermelos?ā.
āClaro que si!, como pudiste ponerme los cuernos, maldito!, cuando viniste a mĆ con esa cara de sinvergüenza para que te perdonaraā¦.querĆa darte de rodillazo en ese par de pelotas, pero estĆ”bamos acompaƱadosā.
El hombre se sorprendĆa cada vez mĆ”s con la forma de desahogarse de su esposa, bueno, Ex esposa, quien continuaba hablando.
āā¦Pero tĆŗ nunca me diste la cara de frente, si te hubiera cogido solitoā¦Te capo infeliz!ā.
El temeroso y adolorido Ex le responde.
āPues⦠porā¦eso no me acerque a ti, tenĆa mis temores de que te vengaras, tú⦠tu siempre fuiste bastante malgeniadaā.
La mujer le agarra de los pelos al hombre que estƔ doblado a la mitad, Ʃste le reprocha.
āYa, ya dĆ©jame!, no se te olvide que ya no estamos casadosā.
La mujer entra en razón, le suelta y se aleja de él, con dirección a la puerta.
Tomando aire el Ex marido se incorpora, sin dejar de tomarse las pelotas.
āAyyy. Me lastimaste los consentidos, puta!ā.
āEse par me gozó sabroso por tres largos aƱos, pero hoy no se van a casa sintiĆ©ndose ricoā.
āEres una vengativaā.
āPues te lo harĆa mil veces mĆ”s!ā.
āA dónde has llegadoā¦mira que golpeaste a un superior, eso es una falta grave, Indisciplinada!, te voy a abrir una investigaciónā.
La actitud de queja y a la vez sarcasmo de su ex pareja la sacaban de quicio, parecĆa no sufrir lo que ella querĆa que sufriera.
āMira que te voy a...ā.
El alarmado sujeto se resguardó tras el escritorio:
āYa basta!, deja de comportarte como una caprichosa, vete de una vez y atente a las consecuenciasā.
āPues me importa cinco centavos tu maldita investigación!, no me arrepiento de pegarte en los huevos!, te merecĆas eso y mĆ”s!, y tĆŗ no me vas a quitar mi caso del violadorā¦no dejarĆ© que un inĆŗtil como tĆŗ se haga cargo de mi trabajo!, cualquiera menos tĆŗ!ā.
āYa vete, mujer escandalosa!ā.
Los ojos de Gertrudis estaban por salĆrsele, y un sanguĆneo color rojo, los invadĆa.
Pero la mujer se resignó a marcharse, salió y tiro la puerta tras de sĆ.
Para fortuna de ambos la oficina de Montenegro estaba bastante alejada de su secretarĆa y gente en espera; Nadie se percató del escĆ”ndalo de la mujer, ni de los quejidos de dolor del Teniente.
Un llamado de Armando la despertó de su letÔrgico recuerdo.
Los policĆas fuera de la cadena de mando, pusieron rumbo a la cabaƱa citada, donde esperarĆan a los encapuchadosā¦Un esperado enfrentamiento se darĆ” esta noche!
ContinuarĆ” y finalizarĆ” en la siguiente parte: EL FINAL DEL DUO ENCAPUCHADO.
Gracias
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