La Porrista y el Desprotegido Jugador (3/4): La trampa para el duo encapuchado - Las Bolas de Pablo

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11 jul 2016

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La Porrista y el Desprotegido Jugador (3/4): La trampa para el duo encapuchado

Original del: ZATN
Contiene Ballbusting F/M.

   Un anciano llega con su pequeƱo perro y denuncia ante una colorada y novata oficial de policĆ­a, lo sucedido la noche anterior.

   La agente de policĆ­a escribe la denuncia en su computador, sintiendo vergĆ¼enza al oĆ­r, como el anciano no para de repetir que un enmascarado el golpeĆ³ los testĆ­culos.
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   ā€œEscriba bien seƱorita agenteā€¦ ese maldito me arreĆ³ tremendo rodillazo por las bolas!ā€.

   ā€œTestĆ­culos seƱor, asĆ­ es como se llamanā€.

   ā€œPues yo le digo bolas,  o huevas, o cojonesā€¦.ese maldito me dio en los cojones!ā€.

   El anciano vociferaba todos los sinĆ³nimos de la palabra testĆ­culos, y la joven agente se arrepintiĆ³ de haber intentado corregirle.

   Armando DĆ­az, deja la oficina de su jefa, la Teniente Gertrudis Ferrer; El joven agente se ve cabizbajoā€¦ Acaba de recibir una tremenda reprimenda por su superiora y ahora las cosas se ven peor que nunca.
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   La noticia de la nueva agresiĆ³n a la misma joven, es vista como una negligencia de marca mayor para la comandancia de policĆ­a, pero el peligro para la porrista Marcela, persiste.

   Armando recuerda los momentos mĆ”s incomodos de la reuniĆ³n con la Tenienteā€¦inicialmente contĆ”ndole el gĆ©nero del atacante y como llegĆ³ a esa conclusiĆ³n:

   ā€œComo asĆ­ que es otro atacante?, de que estĆ” hablando DĆ­az?ā€.

   ā€œMi Teniente, pude comprobarlo, la mirĆ© a los ojos, estoy seguroā€¦es una mujer!ā€.

   ā€œPero como puede estar tan seguro, si usted mismo dice que no logro quitarle la capuchaā€.

   ā€œPero si le palpĆ© la cadera yā€¦y su parte posterior, ehā€¦ya sabe... su retaguardia!ā€.

   ā€œYa veo, entonces le agarrĆ³ descaradamente el trasero y asĆ­ pudo saber que era una mujerā€¦tal parece que tiene usted experiencia en palpar tales Ć”reas femeninasā€.
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   ā€œNo diga eso mi Tenienteā€¦ā€.

   Y si eso fue incomodo, peor habĆ­a sido contarle de la vergonzosa huida de la mujer enmascaradaā€¦era difĆ­cil narrar para un orgulloso varĆ³n, el como una mujer en aparente desventaja se le escapĆ³.

    ā€œPero como dejĆ³ escapar a esa enmascarada? que rayos le pasĆ³ DĆ­az!ā€.

   ā€œMi Teniente, es que ellaā€¦meā€¦ā€.

   ā€œElla que?, hable de una vez!ā€.

   ā€œElla me dio un rodillazo en los testĆ­culos, y asĆ­ escapĆ³, lo sientoā€¦me descuidĆ©ā€



   ā€œPero que tonto es usted!, como va a bajar la guardia frente a un agresor, sea mujer u hombre, DĆ­azā€¦ Que error tan grave cometiĆ³!ā€.

   ā€œLo se jefa, no volverĆ” a sucederā€.

   ā€œSe debiĆ³ confiar usted porque era mujer, es tĆ­pico de ustedes los varones!, cuando enfrentan a una mujer, tarde o temprano bajan la guardiaā€.

   ā€œLo siento mi Tenienteā€.

   ā€œY entonces quĆ©?ā€¦ya estĆ” bien de las huevas?ā€.

   ā€œSĆ­, sĆ­, mi Teniente, ya estoy bien!,  y con ganas de desquite!ā€.
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   ā€œBueno, esa es la actitud!, pero que no le vuelva a pasarā€¦..ā€.

   Tras la incomodidad sufrida al dar el reporte, Armando se dirigiĆ³ a casa de Marcela, ā€œLa Porristaā€.

   Como conclusiĆ³n de la reuniĆ³n con su jefa quedĆ³ ordenado que no se harĆ­a pĆŗblico este segundo ataque, y menos advertir de un segundo atacante, fuese mujer o varĆ³n.

   Pero otro asunto era prioritarioā€¦ La protecciĆ³n de Marcela!, Armando debĆ­a convencerla para dejar la ciudad, El joven oficial habĆ­a comenzado a sentir algo por la bella porrista y no dejarĆ­a que alguna terquedad de su parte la mantuviera en peligro, debĆ­a convencerla como fuera. 

   En su oficina la Teniente Ferrer recuerda la conversaciĆ³n con su subalterno y el rumbo que tomarĆ” ahora a investigaciĆ³n.

   Como ahora son dos enmascarados, y uno de ellos una mujer dispuesta a matar, el objetivo inicial es establecer si esta mujer es una imitadora del violador, ya que intentĆ³ hacerse pasar por Ć©l,  o por el contrario, es cĆ³mplice de este, lo que los pondrĆ­a como un grupo coordinado.

   El oficial DĆ­az tiene una buena pista, buscando quienes conocieron del cambio de horario para la salida anoche de la porrista, podrĆ” determinar como la agresora se enterĆ³, o si es la propia agresora quien estĆ” cerca de Marcela.

   De repente es interrumpida por el llamado telefĆ³nico de su jefe el CapitĆ”n RamĆ­rez, y la oficial debe ir a darle un detallado informe de lo ocurrido.

   En casa de Marisol,  la joven ya repuesta de sus dolores de la noche anterior, besuquea el cuello de su amado Armando.
             
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   El joven no se hace esperar y copula con la chica; Mientras lo hace, un montĆ³n de ideas se revuelven en su cabeza.

   La no asistencia de la porrista Marcela, y las dudas sobre el que abrieran su casillero, lo ponĆ­an a lanzar teorĆ­as sin sentido.  Se habĆ­a enterado de un rumor segĆŗn el cual una chica habĆ­a sido atacada en la calle la noche anterior, y la policĆ­a la habĆ­a salvado, segĆŗn parece el rumor se originĆ³ de los vigilantes de la universidad.

   En casa de Marcela y tras una corta conversaciĆ³n, Armando convenciĆ³ a la porrista de salir de la ciudad; Ahora las cosas eran diferentes que tras el intento de violaciĆ³n, donde a pesar de los intentos de la Teniente y de sus familiares, la chica habĆ­a decidido retomar su vida cotidiana.

   Esta vez habĆ­a sido un intento de asesinato, y el haber sido herida, asĆ­ fuera levemente,  la hizo mĆ”s consciente del peligro real al que se enfrentaba.

   La joven se asustĆ³ en verdad cuando Armando le dio a conocer (esta vez sĆ­ capto la informaciĆ³n), que habĆ­a sido una mujer disfrazada del violador quien la acuchillĆ³ā€¦Y era obvio su miedo, ahora la amenaza contra ella era doble.

   Para esa tarde, Marcela se despide de Armando antes de ingresar a un auto de la policĆ­a; AllĆ­ y a pesar de estar frente a familiares y agentes, beso en la mejilla al oficial de una forma tan cariƱosa, que hizo colorear el rostro del policĆ­a.
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   Armando la observĆ³ atĆ³nito y descubriĆ³ como la chica igualmente estaba colorada hasta las orejas. El joven con felicidad se dio cuenta que la bella porrista  correspondĆ­a a lo que nacĆ­a en el corazĆ³n del agente.

   Con los dĆ­as el rumor del ataque toma mĆ”s fuerza,  y como Marcela no volviĆ³ a clases, se dio por entendido que ella habĆ­a sido la victimaā€¦ Y ademĆ”s doble victima por ser tambiĆ©n la que sufriĆ³ el primer ataque sexual.

   La policĆ­a finalmente debiĆ³ admitir la existencia de ese ataque, y que el criminal vestĆ­a capucha y huyo tras pelearse con un oficial (No se admitiĆ³ que era un segundo atacante, ni su gĆ©nero); Sumado esto al ataque genital sufrido por un anciano que querĆ­a atenciĆ³n y asistĆ­a a todos los noticieros narrando su incidente esa nocheā€¦ Hasta apareciĆ³ en un reconocido Programa de tinte amarillista, uno de esos llamados Talk Show

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   Tras todas estas declaraciones hubo consecuencias al interior de la policĆ­a.

   Armando DĆ­az, recibe un urgente llamado a la estaciĆ³n de policĆ­a, el Teniente Montenegro le ha citado y no sabe el motivo; SerĆ” alguna investigaciĆ³n? Sabe que el Teniente Montenegro es de asuntos internos, de seguro serĆ” alguna reprimenda por el segundo ataque a la joven porrista.
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   Armando llega a la oficina del Teniente, siendo recibido por una bellĆ­sima mujer, que hace de secretarĆ­a del oficial. El hombre no puede dejar de admirar lo linda que es esta joven. Instruido por ella, debe esperar a que le autoricen pasar.
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   Un rato despuĆ©s, el policĆ­a ve la Teniente Ferrer, quien sale rĆ”pidamente de la oficina del Teniente Montenegro, su jefa estĆ” hecha una furia!; Lleva la mirada fija en el suelo, tanta es su molestia que ni siquiera se percatĆ³ de la presencia de DĆ­az.
QuƩ habrƔ pasado?

   Pasaron 10 minutos hasta que la bellĆ­sima secretaria autorizĆ³ la entrada del agente DĆ­az; La oficina del Teniente Montenegro estaba tras una amplia sala de descanso, tocĆ³ la puerta e ingresĆ³.

   Durante la conversaciĆ³n nota la cara de molestia del Teniente, tan enfadado esta con Ć©l?. Con el pasar del tiempo, se da cuenta que no solo es enfado lo que siente su superior, parece que algo le dueleā€¦ En definitiva tiene algĆŗn  dolor.

   En cierto momento Montenegro se levanta a tomar agua en una pequeƱa nevera portĆ”til sobre un archivero, se le nota sudado, tras beber el agua helada, apoya una brazo contra la pared, sosteniĆ©ndose, Armando ve como con la boca abierta, el Teniente toma aire profundamente; El joven agente nota la otra mano del Teniente en su entrepierna, sobando su Ć”rea genital sobre su pantalĆ³n, Alcanza a oĆ­r el quejido de: ā€œEsa maldita mujer!ā€.

   DĆ­az le pregunta: ā€œEsta bien mi Teniente?ā€.

   Viendo que lo estĆ”n observando, sacude su cabeza y se concentra, retirando la mano que sobaba ā€œSi, estoy bien, no es nadaā€. 

   Al final, la reuniĆ³n solo se le informĆ³ que tenĆ­a nuevo jefe, a quien debĆ­a reportar sus investigaciones; SegĆŗn parece el capitĆ”n RamĆ­rez ya estaba cansado de esperar la captura del violador, y el colmo fueron tanto este nuevo ataque, como la agresiĆ³n genital a un anciano que denunciĆ³. DĆ­az queda con  la orden de acelerar la obtenciĆ³n de resultados.

   Luego de salir, Armando recuerda la expresiĆ³n de rabia de la Teniente Ferrer y ahora al saber que la reuniĆ³n era para informar de la suspensiĆ³n de la Teniente, y su reemplazo en la investigaciĆ³n, por el Teniente Montenegro,  sin duda deduce alguna venganza por parte de su anterior jefa contra su nuevo superior:

   - La Teniente le habrĆ” golpeado?, y en esa zona?, pobre Teniente Montenegro.
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   Armando se soba los testĆ­culos, aĆŗn recuerda el dolor que sufriĆ³  hace unos dĆ­as.

   Hernando por dĆ­as se planteĆ³ el asunto de que Marcela ya no asistĆ­a a la Universidad, y de que hurgaran en su casillero; Luego de ver en las noticias que hubo un segundo ataque a la joven porrista, y que segĆŗn comentarios generales era el mismo primer atacante, Hernando pensativo  atĆ³ cabos y dedujo que Marcela fue atacada por alguien que se hizo pasar por Ć©lā€¦pero para quĆ©?.
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   Acaso ese alguien buscaba inculparlo de homicidio?, pero dado que Ć©l mismo habĆ­a planeado ir a matar a la molesta porrista, la persona desconocida o no conocĆ­a sus planes ā€¦o querĆ­a ayudarlo!.

   Eso era!, la persona que fingiĆ³ ser Ć©l, querĆ­a matar a Marcela, para ayudarle a vengarse!, sin duda por las agresiones que sufriĆ³ por parte de esta mujer en su primer ataque y las burlas en la prensa al no poder violarla.

   Hernando tenĆ­a  un sospechoso de quien atacĆ³ a la porrista; Durante la prĆ”ctica de rugby la maƱana siguiente al ataque, un peculiar aroma llegĆ³ a la nariz del hombre y le recordĆ³ a una persona; Inicialmente no presto atenciĆ³n al olor, pero con mĆ”s datos las sospechas se hicieron mayores. 
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   El asunto era que de ser esa persona, esta sabrĆ­a mucho mĆ”s de lo que habĆ­a admitido saberā€¦era hora de conocer toda la verdad!.

   Esa tarde en casa de Marisol, Hernando se vestĆ­a tras una corta ducha; Apenas se habĆ­a colocados su protector genital, cuando escuchĆ³ el televisor, Marisol veĆ­a las noticas y pasaron un reportaje sobre el reciente caso de ataque del atacante del campus.

   El hombre toma la decisiĆ³n:  - Esto no da mĆ”s espera!, quiero respuestas ya!.

   Hernando sale del baƱo, viste solo su protector y se dirige a su morral deportivo, de allĆ­ saca el otro protector genital, aquel que alguien sacĆ³ de su casillero.
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   Enseguida  lo arroja sobre la cama, a centĆ­metros de Marisol, que acostada en ropa interior, observa la conducta extraƱa de su admirado hombre.
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   Hernando sin duda sospecha que Marisol es la persona que atentĆ³ contra Marcela y tomo prestado de su casillero, tanto armadura como protector.

    ā€œAquĆ­ estĆ” el protector que  sacaste de mi casilleroā€. La chica se quedĆ³ viendo el artĆ­culo de uso personal.

   ā€œPorque te hiciste pasar por mĆ­, Marisol?, porque atacaste a la porrista?ā€.

   AtĆ³nita ante lo que oye, la joven finge no entender que sucede.

   ā€œNo entiendo que quieres decirme, Hernandoā€.

   ā€œNo finjas mĆ”s!, sĆ© que atacaste a esa mujer ā€.

   Marisol queda con los ojos abiertos al verse descubierta.

   ā€œPeroā€¦que dices?. TĆŗā€¦ sabes todo?ā€.

   ā€œLo descubrĆ­ hace poco, pero igual te pregunto lo mismo a ti, desde cuando sabes todo de mĆ­?, porque no me denunciaste?ā€.

   Marisol siente temor ante lo que planea Hernando, Observa la protegida entrepierna del hombre que idolatra (quien nota como la chica le observa allĆ­) y solo puede decir:

   ā€œVas a matarme, Hernando?ā€ .

   Hernando expresa extraƱeza en su rostro ante la pregunta de la joven, Esa expresiĆ³n en el hombre alivia un poco la angustia de Marisol.

   ā€œClaro que no voy a matarte, solo quiero respuestas, dime desde cuando sabias de mi secretoā€.

   ā€œPues la verdad desde que supe del ataque frustrado a Marcela en los vestidores  del campusā€¦ era demasiado obvioā€¦ tuve que fingir inocencia todo este tiempoā€

   ā€œNo eres la tonta que pensĆ© que erasā€.

   Marisol estaba al tanto de la reputaciĆ³n que exponĆ­a a los ojos de Hernando al fingir no deducir lo obvio.

   ā€œSoy algo tĆ­mida, pero no tonta Hernando!, tenĆ­a que aparentarlo para que te sintieras seguro junto a mĆ­; Vamos cariƱo, como no iba a saber que fuiste tĆŗ, si te halle dolido de los testĆ­culos a la hora  y el lugar del ataqueā€.

   ā€œPor que lo escondiste?, y por que llegaste a atacar a Marcela?, es mi problema no el tuyoā€.

   ā€œNo te das cuenta lo mucho que te amo?, a mĆ­ no me importa si violas mujeres, te amo desde hace mucho, por eso siempre te veo en los entrenamientos, por eso robe tu ropa interiorā€.

   Hernando pensĆ³:  - Lo sabĆ­a!, ese calzoncillo que me dio el primer dĆ­a si era mĆ­o!.

   ā€œEntonces fue por ayudarme a vengar de ellaā€.

   ā€œAsĆ­ es, de seguro te sentĆ­as humillado por lo que te hizo y planeabas vengarte, pero yo no aguante mĆ”sā€¦ tenĆ­a que hacerle pagar por lastimarte, especialmente ahĆ­ abajoā€.

   Hernando se tocĆ³ la entrepierna, misma que era seƱalada por la chica.
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   ā€œComo se atreviĆ³ esa mujerzuela a golpearte los testĆ­culos!ā€.

   ā€œEntonces vengabas mis testĆ­culosā€.

   ā€œSĆ­!, no perdonarĆ© a quien se atreva a lastimar a mi hombre, y menos en esa parte que tanto amo de Ć©lā€.

   Hernando le cuenta que pensĆ³ en matar a la porrista, pero la ira que lo motivaba rĆ”pidamente se le apaciguaba, nunca habĆ­a matado a nadie, pero si estuviera en plena ira, estrangularĆ­a a Marcela sin contemplaciones.

   Ese expresar provoca una sonrisa en Marisol.

   ā€œHas matado antes Marisol?ā€.

   ā€œNunca lo he hecho, pero por ti lo harĆ­a mil vecesā€.

   Hernando analiza a su Amante, es una mujer en verdad peligrosa, de seguro no estĆ” bien de la cabeza; Pero por alguna razĆ³n ha aprendido a apreciarla y cada vez mĆ”s, Ahora que sabe la verdad y conoce su verdadera alma, la valora mĆ”s, ya no es otra amante, ahora es una cĆ³mplice y alguien tan fiel a Ć©l que lo pondrĆ­a delante de cualquier cosa.

   A pesar de que eso sonaba enfermizo, para el Hombre no deja de ser interesante.

   Ahora Hernando valora mĆ”s los sentimientos de Marisol por Ć©l, y debe admitir que en parte los corresponde.

   ā€œPero si me amas, y harĆ­as todo por mĆ­, porque no confesaste que ya sabĆ­as mi secreto?ā€.

   ā€œSabĆ­a de tus ataques, pero apenas nos conocemos y temĆ­a que no confiarĆ­as en que guardarĆ­a tu secretoā€¦Dime si confiabas en mĆ­?ā€

   El hombre se le aproxima y la abraza tiernamente

   ā€œEs cierto, serĆ­a difĆ­cil confiar en tu silencio para no ir a la cĆ”rcel, pero ahora es diferenteā€¦si llegaste tan lejos contra Marcela, jamĆ”s podre dudar que buscas mi beneficioā€.

   ā€œHarĆ© lo que sea por ti, Hernando,  mi amor!ā€.

   Un beso entre cĆ³mplices sella la discusiĆ³n.
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   Ambos se sientan en la cama y Hernando pide le cuente como fue el ataque, segĆŗn oyĆ³ en las noticias, casi lo logra. Pero Marisol antepone una pregunta:

   ā€œComo supiste que era yo?, que te hizo sospechar?, en la televisiĆ³n no han dicho que se trata de otro atacante, asĆ­ que no hay forma de saber que era una mujer disfrazada de hombreā€.

   ā€œFĆ”cil, note que alguien abriĆ³ mi casillero y tomo mis cosasā€¦sin duda para tomar mĆ­ aparienciaā€¦necesitabas engrosar tu cuerpo para fingir ser yoā€¦Y ademĆ”s querida niƱa, olvidaste limpiar tus manosā€.

   ā€œPero si no manche mis manos con nadaā€.

   ā€œCon nada excepto tu crema para el cuerpoā€¦crema de mujer y que conozco bien!, la huelo cada vez que beso tu cuerpoā€.

   ā€œAuch!, ya veo!, me puse demasiada cuando devolvĆ­ las cosas a tu casilleroā€.

   ā€œAsĆ­ es, cuando en la prĆ”ctica sude la armadura, el olor de tu crema se hizo muy evidenteā€.

   Ahora Hernando le insiste en detalles de cĆ³mo fue la escena del ataque a la porrista, a los que Marisol procediĆ³ a contar.

   ā€œā€¦. y todo iba bien, hasta que apareciĆ³ ese policĆ­a entrometido!ā€¦Ć©l ahora sabe que no soy tu, sabe que soy mujer!ā€.

   Hernando le interroga por eso, y Marisol se percata que no le ha contado de la identidad de Armando DĆ­az.

   Gracias a su amistad con Marcela, esta le confiĆ³ la identidad secreta de Armando; Ahora Hernando se enteraba que tan cerca estaba la policĆ­a de Ć©l!, todo este tiempo tenĆ­an a un elemento entre los jugadores, su desleal plan era crear amistad con los compaƱeros para saber mĆ”s de todos y descubrir al violador.

   Cuando Marisol narra como el policĆ­a descubriĆ³ su identidad femenina y la tenĆ­a en su poder, Hernando se adelantĆ³ a preguntar:

   ā€œY cĆ³mo escapaste?, ya no estabas armada, sabes defensa personal o algo si?ā€.

   ā€œNo soy karateca ni esas cosas, pero Ć©l se descuidĆ³, y tuve la oportunidad de darle un buen golpe en las pelotas!ā€.

   ā€œAaauuuu!ā€, Hernando se toma la entrepierna por reflejo.

   ā€œSi, Ć©l tambiĆ©n dijo algo asĆ­!, Hernando desafortunadamente tu bien sabes lo doloroso que es un golpe ahĆ­ā€.

   Cuando finalizĆ³ la narraciĆ³n, Hernando solo expresĆ³:

   ā€œSolo tengo una pregunta para ti!... Para que ponerte protector?, a ti no te cuelga algo tan vulnerable allĆ­ abajoā€

   ā€œEra parte del disfraz!, como parecerĆ­a ser hombre si no muestro en Ć©l pantalĆ³n un bulto entre las piernas?, y mĆ”s si finjo ser tĆŗ, que tienes los genitales grandes ā€.
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   Hernando no pudo evitar sentir orgullo al oĆ­r eso, mientras Marisol palpaba sobre su protector el Ć”rea testicular.

   Hernando bromeĆ³:

   ā€œSabes algo, no fue fĆ”cil hacerme de estos protectores genitales, las tallas comunes me quedan chicas, para mis proporciones debieron traer una talla del extranjero, fue un lĆ­o importarlosā€.

   El varĆ³n comenzĆ³ a sentir estrecho el protector debido a una dolorosa y restringida erecciĆ³n.

   ā€œY ahora mismo no te imaginas lo apretado que los siento Marisolā€.

   ā€œArreglemos eso entoncesā€¦. dĆ©jame liberar lo grande que guardas ahĆ­ā€.

   Tras retirar el protector, Marisol le beso el hinchado glande; Enseguida la pareja tuvo relaciones sexuales.
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   El excitadĆ­simo Hernando toqueteo el cuerpecito de Marisol por todos lados.
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   La joven recibiĆ³ incontables descargas de semen dentro de su vientre, a la vez que estallaba en una multitud de orgasmos.

   Cuando los dos por fin calmaron sus instintos animales, volvieron a las pasivas cariciasā€¦Centradas por Marisol, en los genitales en descanso de su  admirado jugador de Futbol Americano.
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   ā€œAh Hernando, fue el mejor polvo que hemos tenido!, Y pensar que creĆ­ que me venias a matar!ā€.

   ā€œPor cierto, porque pensaste eso?, note que miraste mi entrepierna antes de decirloā€¦ no entendĆ­ esa parteā€.

   ā€œLo que miraba era tu protector Hernando, lo traĆ­as puesto!ā€.

   ā€œY que tiene que ver?ā€.

   ā€œHernando tu eres hombre y sabes que para yo poder defenderme de ti, la Ćŗnica forma es dĆ”ndote un mal golpe!; CariƱo, solo dĆ”ndote en los huevos te podrĆ­a aturdir!, y como venias protegidoā€¦ā€.

   ā€œYa veo!, como me protegĆ­a las bolas, creĆ­ste que venĆ­a preparado para que no te pudieras defender de mĆ­ā€.

   ā€œEso pensĆ©ā€.

   ā€œMarisol, jamĆ”s me hagas esoā€. 

   ā€œJamĆ”s lo hare!, te lo prometo!, amo tus testĆ­culos!, jamĆ”s les harĆ© daƱo!ā€. Marisol besĆ³ esas esfĆ©ricas Ć”reas vitales una y otra vez. ā€œPromĆ©teme que fuera de aquĆ­ siempre los llevarĆ”s protegidos!, no quiero que te los vuelvan a golpear!ā€.

   La mujer se mostrĆ³ algo angustiada de un posible mal futuro para los huevos de su querido Hernando, este solo le acaricio el cabello, mientras le decĆ­a:

   ā€œTranquila bebĆ©, siempre me los cuido, no me volverĆ”n a faulearā€.

   Tiempo despuĆ©s la Teniente Ferrer visita en casa al oficial DĆ­az, la decidida mujer le plantea rĆ”pidamente a que asunto vino.

   ā€œNecesito que me ayudesā€¦no dejarĆ© que ese maldito de Montenegro se robe mi caso, tĆŗ me vas a ayudarā€.

   ā€œPero mi Teniente yo no puedoā€¦ā€.

   ā€œOh vamos!, tu sabes que ese inepto de asuntos internos le va a meter burocracia a la investigaciĆ³n!, es un burĆ³crata!, crĆ©eme que lo conozco bien!, estuve casada con Ć©l tres aƱosā€.

   El policĆ­a no podĆ­a creer lo que escuchaba, la Teniente y el Teniente, fueron pareja, que sorpresas daba la vida.

   Armando DĆ­az no tardĆ³ en aceptar la propuesta de su exjefa, el joven policĆ­a se arriesgaba a una fuerte sanciĆ³n, si es que no a la destituciĆ³n, si eran sorprendidos por el alto mando de la policĆ­a; Pero la Teniente, quien no deseaba mal para su subordinado, le planteo una estrategia para que no hubiera repercusiones para Ć©l; Enseguida  Armando le mostrĆ³ el avance de sus investigaciones.

   El resto del dĆ­a los policĆ­as revisaron fotografĆ­as y documentos.

   En cierto momento, Armando indago con su Teniente sobre un hecho que le intrigaba.

   ā€œSabe mi Teniente, la otra vez que usted saliĆ³ de oficina del Teniente Montenegro, no me vio ahĆ­, pero la vi salir muy enojada, y luego al ver al Teniente, este sentĆ­a un  dolor y se tomaba la entrepiernaā€¦como si le hubieran golpeado ahĆ­...usted no le habrĆ” golpeado los ā€¦ā€.

   ā€œNo sĆ© de quĆ© hablasā€¦ yā€¦ y eso no te incumbe!ā€.

   La respuesta de la mujer casi le daba la razĆ³n a DĆ­az, quien ante la pregunta ā€œY porque te interesas en eso?ā€. TenĆ­a una respuesta previamente preparada:

   ā€œJefa, es que si agrediĆ³ al Teniente, la podrĆ­an sancionar por agresiĆ³n a un oficial superiorā€¦yā€¦ā€.

   ā€œOh ya cĆ”llate!, no te metas en asuntos privados, y si ese maldito me investiga, pues no me importa, no espero menos de ese miserable!ā€.

   Armando decidiĆ³ dejar el tema asĆ­, y evitar molestar mĆ”s a su jefa; Retomaron el trabajo y en poco tiempo, los dos dedicados policĆ­as lograron dar buenos resultados.

   Unos dĆ­as despuĆ©s, Marisol recibe una llamada inesperada, es Marcela ā€œla porristaā€, la joven le informa que necesita su ayuda para un asunto personal.

   Desde que ingresĆ³ a la universidad, la porrista ha hecho amigas, pero Marisol Ćŗltimamente se habĆ­a mostrado muy cercana a ella, ayudĆ”ndole en los estudios y demĆ”s cosasā€¦ por eso se ganĆ³ la confianza de la porrista.

   A consecuencia de favores a pedirle, Marcela realiza llamadas telefĆ³nicas a Marisol durante unos dĆ­as, siempre pidiĆ©ndole haga cosas por ella; Hasta que llega un momento en el que tras colgar el telĆ©fono, Marcela hace una nueva llamada al celular de Armando DĆ­az.
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   ā€œYa estĆ” hechoā€.

   ā€œTe creyĆ³?ā€.

   ā€œSi, creyĆ³ todo lo que le dije, aĆŗn no puedo creer que Marisol este metida en estoā€¦parecĆ­a tan buena genteā€.

   ā€œAun no es seguro esto, pero todas las pista apuntan a su culpabilidadā€.

   ā€œEspero esto acabe pronto, tengo ganas de verte Armandoā€.

   ā€œYo igual querida, pero ya sabes, no digas nada de esto a tus escoltas, es una misiĆ³n secreta entre la Teniente Ferrer y yo, nadie puede saberlo o nos irĆ” mal a los dosā€.

   ā€œNo te preocupes, espero que todo les salga bien y capturen a esos criminales, a ver si por fin puedo volver  a mi vida normal; Como desearĆ­a que la mentira que dije fuera cierta, y pudiera verteā€.

   Tras colgar, Armando informa a la Teniente Ferrer que la trampa ha sido preparada.

   Pero de que trampa estĆ”n hablando?

   AquĆ­ lo sabrĆ”n:

   Durante la investigaciĆ³n, y gracias a un detallada informaciĆ³n dada vĆ­a telefĆ³nica, Marcela narrĆ³ a Armando su vida diaria durante los Ćŗltimos dĆ­as previos al Ćŗltimo ataque; Unos pocos sospechosos surgieron, Armando les siguiĆ³ por algunos dĆ­as, y Marisol Herrera, fue la Ćŗnica persona cercana esos dĆ­as a Marcela que encajaba como sospechosa principal.

   La joven e ingenua chica parecĆ­a no matar una mosca, pero en los disimulados seguimientos hechos por Armando, NotĆ³ la relaciĆ³n sentimental que Marisol tenĆ­a con Hernando San Clemente.
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   Durante su investigaciĆ³n previa en las prĆ”cticas de Futbol Americano, San Clemente siempre se mostrĆ³ como un potencial sospechoso, era engreĆ­do, no aceptaba un no por respuesta y solo salĆ­a con chicas lindasā€¦ que era la constancia entre las abusadas que denunciaron.

   Aunque no profundizo en Hernando,  ahora dos sospechosos relacionados a los ataques a la porrista estaban unidos bajo una relaciĆ³n sentimental, y a los ojos de Armando, San Clemente se establecĆ­a como el violador y agresor inicial de la porrista, y la mujer a su lado serĆ­a la segunda atacante.

   Armando al principio dudo que Marisol pudiera intentar matar a alguien, pero tras contar todos sus avances a la Teniente Ferrer, esta le convenciĆ³ que la chica podrĆ­a haber sido manipulada por el atractivo y sospechoso jugador.

   Al final concluyeron que la chica enamorada de alguien que jamĆ”s le harĆ­a caso, (por no ser ella tan atractiva), llegarĆ­a a lo que fuera por complacerleā€¦ incluso matar!; Eso mismo querĆ­a decir que la joven desde el inicio no era muy estable de la cabeza, pues irĆ­a desde lo sentimental a lo agresivo si fuese necesario.

   Pero muy a pesar de los indicios no habĆ­a pruebas, y buscar en el pasado de San Clemente llevarĆ­a tiempo; La Teniente tenĆ­a prisa en resultados para callarle la boca al CapitĆ”n RamĆ­rez y especialmente a su Ex marido, por lo que se decidiĆ³ actuar!.

   Se planeĆ³ una emboscada, y que mejor carnada que Marcela, obviamente jamĆ”s la pondrĆ­an en peligro, pero si podĆ­an engaƱar  a la pareja de enmascarados,  haciĆ©ndoles creer que Marcela estarĆ­a a su alcance.

   La porrista estaba en otra ciudad, y si bien no tenĆ­a escolta permanente de la policĆ­a, si se mantenĆ­an cerca, visitĆ”ndola 2 o 3 veces al dĆ­a, en generalā€¦su anĆ³nima ubicaciĆ³n la mantenĆ­a a salvo.
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   Armando ideo que Marcela hablara telefĆ³nicamente con Marisol su reciente y buena amiga de estudios, con el fin de contactarse con el agente Armando DĆ­az (Ć©l mismo); No era un secreto para Marisol la identidad de Armando, ni tampoco que protegida y protector se gustaban.

   AsĆ­ las cosas, la desprevenida Marisol creyĆ³ servir de celestina entre los distantes enamorados; En todo momento Marcela evitĆ³ el tema de su nuevo ataque. Esto no le pareciĆ³ raro a Marisol, pues la policĆ­a quizĆ”s le oculto a la vĆ­ctima que una mujer fue su segunda atacante.

   Marisol tambiĆ©n se creyĆ³ la falsedad de que el telĆ©fono de Marcela era seguido por la policĆ­a y si hallaban contacto con el agente Armando, le podrĆ­a meter en problemas pues serĆ­a una relaciĆ³n indebida entre un policĆ­a y  una vĆ­ctima y testigo de un caso.

   La labor de Marisol era transmitirle mensajes y demĆ”s cosillas de enamorados a Armando: Todo transcurriĆ³ por unos dĆ­as, entre mensaje de amor de un lado a otroā€¦ hasta que Marcela planteĆ³ la trampa!.
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   La joven querĆ­a verse en persona con Armando; Era la oportunidad de oro para Marisol!, Marcela quedo de verse con Armando en una cabaƱa alquilada afuera de la ciudad; La porrista le asegura que habĆ­a planeado bien las cosas y con excusas se alejarĆ­a por una noche de sus protectores en su anĆ³nima nueva vivienda; En privacidad con Armando, podrĆ­an mostrarle su amor fĆ­sico, lejos de violadores, asesinos, familiares preocupados y policĆ­as siguiendo sus movimientos.

   El plan dio frutos al saberse que la joven Marisol no transmitiĆ³ la informaciĆ³n a Armando...la chica planeaba su propias cosas, sacando provecho de la desprotegida situaciĆ³n en que estarĆ­a Marcela.

   Por supuesto la chica le comunicĆ³ todo a su querido Hernando:

   ā€œDebemos ir Hernando, es nuestra Ćŗnica oportunidad de vengarnos!ā€.

   ā€œTĆŗ no debes meterte en esto cariƱo, es mi asunto, no debiste atacar a la porrista por tu cuenta, el problema es mĆ­oā€.

   ā€œNi digas eso querido, lo hice por ti, esa maldita se merece morir por lastimarteā€¦ā€, Marisol recalcĆ³ las ofensas hechas a Hernando

   ā€œNo olvides que hizo que en televisiĆ³n se burlaran de tiā€.

   El recuerdo de todas las burlas encendiĆ³ la cĆ³lera de Hernando, Marisol supo de inmediato que estaba decidido a hacerlo.

   ā€œPerfecto cariƱoā€¦.la acabaremos!, esta vez ni siquiera tendrĆ” a ese tonto policĆ­a de escoltaā€.

   Ambos perversos se miraron a los ojos frente a frente, esta noche serĆ­a su venganza.
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   En otro lado de la ciudad Armando y la Teniente Ferrer, alistan su operativo. Llevan grabadoras y el armamento bĆ”sico, No son necesarias mĆ”s que el arma de dotaciĆ³n, despuĆ©s de todo, sus rivales son una pareja que no sospecha la emboscada y el factor sorpresa serĆ” suficiente para atraparles.

   Con respecto a la captura y proceso, es simple la cosaā€¦ si se presentan serĆ” la prueba que son los culpables!.

   Antes de salir a su misiĆ³n la Teniente le pregunta  a DĆ­az:

   ā€œEn verdad estĆ”s enamorado de esa chica, verdad?ā€.

   Armando trata de negar el asunto, pero su rostro encarnado  lo dice todo.

   ā€œInvolucrarse con una testigo, eso es una grave falta para un agente de policĆ­a, peroā€¦ā€.

   ā€œPero?ā€. Dijo Armando con algo de esperanza.

   ā€œPero si todo sale bien hoy, omitirĆ© ese asunto y una vez que el caso se cierre, ya no habrĆ” impedimento para algo entre ustedesā€¦La verdad no puedo ser dura con usted, realmente parece amorā€.

   ā€œGracias por entender, mi Teniente!ā€.

   La mujer debiĆ³ alejar al policĆ­a, para evitar un abrazo. Enseguida cambiĆ³ el tema

   ā€œYa basta de gratitud, y asegĆŗrate de llevar los micrĆ³fonos y radiosā€.

   La mujer toco un tema molesto para Armando:

   ā€œY ponte un protector para las pelotas, no querrĆ”s que de nuevo una niƱa te deje fuera de combate, verdad?ā€.

   Armando si habĆ­a previsto aquello y al vestirse habĆ­a puesto dentro de sus calzoncillos un salvador protector testicular.
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   Pero el policĆ­a herido en su orgullo se desquitĆ³ con su jefa con el siguiente comentario:

   ā€œClaro que tengo uno puesto, aunque tambiĆ©n se lo recomendare a mi Teniente Montenegro, Jajaja; Mi Teniente, algĆŗn dĆ­a me contara que pasĆ³ esa vez en la oficina  con su esposoā€.

   ā€œEx esposo!, y ya deja de molestar con eso!ā€.

   La policĆ­a se molestĆ³ en verdad y se alejĆ³ un poco, al rato y creyĆ©ndose en privacidad, quedĆ³ pensativa y recordĆ³ lo sucedido aquella vez.

   Ese dĆ­a en su oficina la Teniente Ferrer recibiĆ³ una llamada del CapitĆ”n RamĆ­rez, quien le informa que ha sido retirada del mando de la investigaciĆ³n sobre el violador y la agresora encapuchada.

   Gertrudis se enfadĆ³ , y clamĆ³ en vano a su superior, pero al final debiĆ³ aceptar las ordenes; TomĆ³ el asunto de buenas maneras, hasta que el CapitĆ”n le informĆ³ quien se harĆ­a cargo de la investigaciĆ³n ahora, y a quien debĆ­a ir a ver para poner al tanto de todo.

   El saber que el Teniente Montenegro se harĆ­a cargo hizo a la mujer se contrariarse ante su CapitĆ”n casi al grado de la insubordinaciĆ³n.

   Una firme reprimenda por parte del CapitĆ”n RamĆ­rez la pudo tranquilizar.

   Y es que el Teniente EfraĆ­n Montenegro, fue su esposo por 3 aƱos, se conocieron durante el servicio y pronto se enamoraron, fue un matrimonio feliz hasta que se enterĆ³ de las mĆŗltiples infidelidades del marido, El divorciĆ³ no fue fĆ”cil, pues el odio que sintiĆ³ por tal traiciĆ³n no lo olvidarĆ­a Gertrudis en toda su vida.

   Ya habĆ­an pasado 3 aƱos desde la separaciĆ³n y el  desagrado por su Ex se mantenĆ­a; SĆ³lo por asuntos de trabajo se veĆ­an y muy escasas veces, la mujer preferĆ­a guardar su distancia con el traidor hombre.

   Cuando fue a su oficina obligada por el CapitĆ”n RamĆ­rezā€¦las cosas se salieron de control.


   La Ex esposa se sentĆ­a humillada al tener que darle la investigaciĆ³n a su Ex marido, y sobre todo a Ć©l, que era un mal oficial; Se dedicaba a Asuntos internos, la divisiĆ³n de la policĆ­a que todos odian, EfraĆ­n siempre habĆ­a sido un burĆ³crata, y Gertrudis tenĆ­a muchas dudas de la forma de trabajar de su Ex marido.

   Pero apenas verse, estallĆ³ la discusiĆ³n entre Ex esposos; Se saludaron y tras preguntar el Ex marido Ć©l cĆ³mo iba la vida de su Ex mujer en estos dĆ­as, Gertrudis mostrĆ³ su molestia:

   ā€œEstoy mucho mejor si  no te veo, gracias por preguntarā€.

   ā€œOh ya vas a empezar?ā€.

   ā€œPues no, no voy a empezar!, y por ahĆ­ supe que estas saliendo con una agente novataā€.

   ā€œNo, no sigas con esoā€.

   ā€œAĆŗn sigues interesado en las niƱas policĆ­as?, esa secretaria que tienes allĆ”  afuera tambiĆ©n es tu amante?...tambiĆ©n es casi una niƱa, todavĆ­a debe usar paƱalesā€.
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   ā€œYa basta de eso, ella no es miā€¦No tengo nada con Katia, y si lo fuera que te importa Gertrudis!ā€.

   ā€œKatia eh, eres un asalta cunas!, con ese montĆ³n de chiquillas me fuiste infiel maldito!ā€.

   EfraĆ­n se molestĆ³ y contraatacĆ³: ā€œPues si te fui infiel fue porque  la carne nueva siempre serĆ” mejor que la vieja!ā€.

   ā€œOh!, tan patĆ”n como siempre!ā€.

   ā€œUn patĆ”n que te hacĆ­a gritar en la cama todas las nochesā€.
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   ā€œNo te creas tanto, fingĆ­a gritar!ā€.

   ā€œSi claro!ā€.

   ā€œY ademĆ”s, con esas niƱitas  te ves ridĆ­culo!, ya eres un viejo!, para que sales con ella si ni siquiera se te puede parar ya!ā€.

   ā€œClaro que si se me para... quieres probar ahora?

   ā€œYa quisieras engreĆ­do!ā€.

   A peticiĆ³n de EfraĆ­n el tema se alejĆ³ de lo personal para centrarse en la investigaciĆ³n actualā€¦ Eso no bajĆ³ los Ć”nimos, todo lo opuestoā€¦los llevĆ³ al conflicto:

   ā€œEres un inĆŗtil como investigador EfraĆ­n!, siempre lo has sido!, esto es demasiado para ti!ā€.

   ā€œDemasiado?, por favor Gertrudis, admite que soy mejor oficial que tĆŗ, tenemos el mismo rango, pero siempre he sido tu superior en cargosā€¦ tengo mĆ”s recomendaciones y distinciones que tĆŗ, querida!ā€.

   ā€œEso es porque eres un burĆ³crata!, siempre con tus contactos en la cĆŗpula del gobierno y en la instituciĆ³n ā€¦Tu como investigador no me llegas a los tobillos!ā€.

   ā€œDi lo que quieras, pero el asunto aquĆ­ es lo inepta que has sido, el CapitĆ”n RamĆ­rez no soporta mĆ”s tu falta de resultadosā€¦CĆ³mo siempre eres una inepta!ā€.

   El ser llamada inepta, y mĆ”s por un mediocre investigador como su Ex marido, fue la gota que derramo la copa.

   ā€œCon que soy una inepta, Eh?ā€. La Teniente se acercĆ³ a su colega, quedando frente a frente.

   ā€œLo siento Gertrudis, pero es la verdadā€¦ no has podidoā€¦ā€.

   La mujer le interrumpiĆ³, ā€œlo sientes?, pues siente esto, maldito!ā€.

   Enseguida le tomo de los hombros y clavĆ³ su rodilla en la entrepierna de EfraĆ­n,  con todas las malas intenciones posibles.
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   El hombre retrocede agarrĆ”ndose los huevos, las manos del Teniente revuelven el holgado pantalĆ³n en su entrepierna, buscando anidar esos dos huevos de gallina que le acaban de golpear.
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   La mujer orgullosa de haberlo lastimado sonrĆ­e frente al aturdido Ex marido.

   Con conocimientos en defensa personal, Gertrudis podrĆ­a barrer el piso con su Ex pareja, pero el asunto pendiente con Ć©l, no se refiere a maltratarlo fĆ­sicamente, por lo menos no en generalā€¦ El asunto con EfraĆ­n es algo personal y especĆ­fico; Su rabia estĆ” orientada contra las Ć”reas viriles de su Ex, con las que le fue infielā€¦ desde hace tiempo deseaba atacarle allĆ­.

   ā€œQuerĆ­a golpeĆ”rtelos desde que me fuiste infiel!!ā€.

   El varĆ³n apretando los ojos hace un esfuerzo para responder a sus palabras.

   ā€œAayyy, Ayyy, me los jodiste ahora, Ayyy, tu, tuā€¦siā€¦siempre quisiste jodermelos?ā€.

   ā€œClaro que si!, como pudiste ponerme los cuernos, maldito!, cuando viniste a  mĆ­ con esa cara de sinvergĆ¼enza para que te perdonaraā€¦.querĆ­a darte de rodillazo en ese par de pelotas, pero estĆ”bamos acompaƱadosā€.

   El hombre se sorprendĆ­a cada vez mĆ”s con la forma de desahogarse de su esposa, bueno, Ex esposa, quien continuaba hablando.

   ā€œā€¦Pero tĆŗ nunca me diste la cara de frente, si te hubiera cogido solitoā€¦Te capo infeliz!ā€.

   El temeroso y adolorido Ex le responde.

   ā€œPuesā€¦ porā€¦eso no me acerque a ti, tenĆ­a mis temores de que te vengaras, tĆŗā€¦ tu siempre fuiste bastante malgeniadaā€.

   La mujer le agarra de los pelos al hombre que estĆ” doblado a la mitad, Ć©ste le reprocha.

   ā€œYa, ya dĆ©jame!, no se te olvide que ya no estamos casadosā€.

   La mujer entra en razĆ³n, le suelta y se aleja de Ć©l, con direcciĆ³n a la puerta.

   Tomando aire el Ex marido se incorpora, sin dejar de tomarse las pelotas.
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    ā€œAyyy. Me lastimaste los consentidos, puta!ā€.

   ā€œEse par me gozĆ³ sabroso por tres largos aƱos, pero hoy no se van a casa sintiĆ©ndose ricoā€.
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   ā€œEres una vengativaā€.

   ā€œPues te lo harĆ­a mil veces mĆ”s!ā€.

   ā€œA dĆ³nde has llegadoā€¦mira que golpeaste a un superior, eso es una falta grave,  Indisciplinada!, te voy a abrir una investigaciĆ³nā€.

   La actitud de queja y a la vez sarcasmo de su ex pareja la sacaban de quicio, parecĆ­a no sufrir lo que ella querĆ­a que sufriera.

   ā€œMira que te voy a...ā€.

   El alarmado sujeto se resguardĆ³ tras el escritorio:

   ā€œYa basta!, deja de comportarte como una caprichosa, vete de una vez y atente a las consecuenciasā€.

   ā€œPues me importa cinco centavos tu maldita investigaciĆ³n!, no me arrepiento de pegarte en los huevos!, te merecĆ­as eso y mĆ”s!, y tĆŗ no me vas a quitar  mi caso del violadorā€¦no dejarĆ© que un inĆŗtil como tĆŗ se haga cargo de mi trabajo!, cualquiera menos  tĆŗ!ā€.

   ā€œYa vete, mujer escandalosa!ā€.

   Los ojos de Gertrudis estaban por salĆ­rsele, y un sanguĆ­neo color rojo, los invadĆ­a.
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   Pero la mujer se resignĆ³ a marcharse, saliĆ³ y tiro la puerta tras de sĆ­.

   Para fortuna de ambos la oficina de Montenegro estaba bastante alejada de su secretarĆ­a y gente en espera; Nadie se percatĆ³ del escĆ”ndalo de la mujer, ni de los quejidos de dolor del Teniente.

   Un llamado de Armando la despertĆ³ de su letĆ”rgico recuerdo.

   Los policĆ­as fuera de la cadena de mando, pusieron rumbo a la cabaƱa citada, donde esperarĆ­an a los encapuchadosā€¦Un esperado enfrentamiento se darĆ” esta noche!

ContinuarĆ” y finalizarĆ” en la siguiente parte: EL FINAL DEL  DUO ENCAPUCHADO.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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