La Porrista y el Desprotegido Jugador (3/4): La trampa para el duo encapuchado - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

11 jul 2016

demo-image

La Porrista y el Desprotegido Jugador (3/4): La trampa para el duo encapuchado

Original del: ZATN
Contiene Ballbusting F/M.

   Un anciano llega con su pequeƱo perro y denuncia ante una colorada y novata oficial de policĆ­a, lo sucedido la noche anterior.

   La agente de policĆ­a escribe la denuncia en su computador, sintiendo vergüenza al oĆ­r, como el anciano no para de repetir que un enmascarado el golpeó los testĆ­culos.
image1

   ā€œEscriba bien seƱorita agente… ese maldito me arreó tremendo rodillazo por las bolas!ā€.

   ā€œTestĆ­culos seƱor, asĆ­ es como se llamanā€.

   ā€œPues yo le digo bolas,  o huevas, o cojones….ese maldito me dio en los cojones!ā€.

   El anciano vociferaba todos los sinónimos de la palabra testĆ­culos, y la joven agente se arrepintió de haber intentado corregirle.

   Armando DĆ­az, deja la oficina de su jefa, la Teniente Gertrudis Ferrer; El joven agente se ve cabizbajo… Acaba de recibir una tremenda reprimenda por su superiora y ahora las cosas se ven peor que nunca.
image2

   La noticia de la nueva agresión a la misma joven, es vista como una negligencia de marca mayor para la comandancia de policĆ­a, pero el peligro para la porrista Marcela, persiste.

   Armando recuerda los momentos mĆ”s incomodos de la reunión con la Teniente…inicialmente contĆ”ndole el gĆ©nero del atacante y como llegó a esa conclusión:

   ā€œComo asĆ­ que es otro atacante?, de que estĆ” hablando DĆ­az?ā€.

   ā€œMi Teniente, pude comprobarlo, la mirĆ© a los ojos, estoy seguro…es una mujer!ā€.

   ā€œPero como puede estar tan seguro, si usted mismo dice que no logro quitarle la capuchaā€.

   ā€œPero si le palpĆ© la cadera y…y su parte posterior, eh…ya sabe... su retaguardia!ā€.

   ā€œYa veo, entonces le agarró descaradamente el trasero y asĆ­ pudo saber que era una mujer…tal parece que tiene usted experiencia en palpar tales Ć”reas femeninasā€.
image3

   ā€œNo diga eso mi Tenienteā€¦ā€.

   Y si eso fue incomodo, peor habĆ­a sido contarle de la vergonzosa huida de la mujer enmascarada…era difĆ­cil narrar para un orgulloso varón, el como una mujer en aparente desventaja se le escapó.

    ā€œPero como dejó escapar a esa enmascarada? que rayos le pasó DĆ­az!ā€.

   ā€œMi Teniente, es que ella…meā€¦ā€.

   ā€œElla que?, hable de una vez!ā€.

   ā€œElla me dio un rodillazo en los testĆ­culos, y asĆ­ escapó, lo siento…me descuidĆ©ā€



   ā€œPero que tonto es usted!, como va a bajar la guardia frente a un agresor, sea mujer u hombre, DĆ­az… Que error tan grave cometió!ā€.

   ā€œLo se jefa, no volverĆ” a sucederā€.

   ā€œSe debió confiar usted porque era mujer, es tĆ­pico de ustedes los varones!, cuando enfrentan a una mujer, tarde o temprano bajan la guardiaā€.

   ā€œLo siento mi Tenienteā€.

   ā€œY entonces quĆ©?…ya estĆ” bien de las huevas?ā€.

   ā€œSĆ­, sĆ­, mi Teniente, ya estoy bien!,  y con ganas de desquite!ā€.
image4

   ā€œBueno, esa es la actitud!, pero que no le vuelva a pasar…..ā€.

   Tras la incomodidad sufrida al dar el reporte, Armando se dirigió a casa de Marcela, ā€œLa Porristaā€.

   Como conclusión de la reunión con su jefa quedó ordenado que no se harĆ­a pĆŗblico este segundo ataque, y menos advertir de un segundo atacante, fuese mujer o varón.

   Pero otro asunto era prioritario… La protección de Marcela!, Armando debĆ­a convencerla para dejar la ciudad, El joven oficial habĆ­a comenzado a sentir algo por la bella porrista y no dejarĆ­a que alguna terquedad de su parte la mantuviera en peligro, debĆ­a convencerla como fuera. 

   En su oficina la Teniente Ferrer recuerda la conversación con su subalterno y el rumbo que tomarĆ” ahora a investigación.

   Como ahora son dos enmascarados, y uno de ellos una mujer dispuesta a matar, el objetivo inicial es establecer si esta mujer es una imitadora del violador, ya que intentó hacerse pasar por Ć©l,  o por el contrario, es cómplice de este, lo que los pondrĆ­a como un grupo coordinado.

   El oficial DĆ­az tiene una buena pista, buscando quienes conocieron del cambio de horario para la salida anoche de la porrista, podrĆ” determinar como la agresora se enteró, o si es la propia agresora quien estĆ” cerca de Marcela.

   De repente es interrumpida por el llamado telefónico de su jefe el CapitĆ”n RamĆ­rez, y la oficial debe ir a darle un detallado informe de lo ocurrido.

   En casa de Marisol,  la joven ya repuesta de sus dolores de la noche anterior, besuquea el cuello de su amado Armando.
             
image5
   

   El joven no se hace esperar y copula con la chica; Mientras lo hace, un montón de ideas se revuelven en su cabeza.

   La no asistencia de la porrista Marcela, y las dudas sobre el que abrieran su casillero, lo ponĆ­an a lanzar teorĆ­as sin sentido.  Se habĆ­a enterado de un rumor segĆŗn el cual una chica habĆ­a sido atacada en la calle la noche anterior, y la policĆ­a la habĆ­a salvado, segĆŗn parece el rumor se originó de los vigilantes de la universidad.

   En casa de Marcela y tras una corta conversación, Armando convenció a la porrista de salir de la ciudad; Ahora las cosas eran diferentes que tras el intento de violación, donde a pesar de los intentos de la Teniente y de sus familiares, la chica habĆ­a decidido retomar su vida cotidiana.

   Esta vez habĆ­a sido un intento de asesinato, y el haber sido herida, asĆ­ fuera levemente,  la hizo mĆ”s consciente del peligro real al que se enfrentaba.

   La joven se asustó en verdad cuando Armando le dio a conocer (esta vez sĆ­ capto la información), que habĆ­a sido una mujer disfrazada del violador quien la acuchilló…Y era obvio su miedo, ahora la amenaza contra ella era doble.

   Para esa tarde, Marcela se despide de Armando antes de ingresar a un auto de la policĆ­a; AllĆ­ y a pesar de estar frente a familiares y agentes, beso en la mejilla al oficial de una forma tan cariƱosa, que hizo colorear el rostro del policĆ­a.
image6

   Armando la observó atónito y descubrió como la chica igualmente estaba colorada hasta las orejas. El joven con felicidad se dio cuenta que la bella porrista  correspondĆ­a a lo que nacĆ­a en el corazón del agente.

   Con los dĆ­as el rumor del ataque toma mĆ”s fuerza,  y como Marcela no volvió a clases, se dio por entendido que ella habĆ­a sido la victima… Y ademĆ”s doble victima por ser tambiĆ©n la que sufrió el primer ataque sexual.

   La policĆ­a finalmente debió admitir la existencia de ese ataque, y que el criminal vestĆ­a capucha y huyo tras pelearse con un oficial (No se admitió que era un segundo atacante, ni su gĆ©nero); Sumado esto al ataque genital sufrido por un anciano que querĆ­a atención y asistĆ­a a todos los noticieros narrando su incidente esa noche… Hasta apareció en un reconocido Programa de tinte amarillista, uno de esos llamados Talk Show

image7

                 
   Tras todas estas declaraciones hubo consecuencias al interior de la policĆ­a.

   Armando DĆ­az, recibe un urgente llamado a la estación de policĆ­a, el Teniente Montenegro le ha citado y no sabe el motivo; SerĆ” alguna investigación? Sabe que el Teniente Montenegro es de asuntos internos, de seguro serĆ” alguna reprimenda por el segundo ataque a la joven porrista.
image8

   Armando llega a la oficina del Teniente, siendo recibido por una bellĆ­sima mujer, que hace de secretarĆ­a del oficial. El hombre no puede dejar de admirar lo linda que es esta joven. Instruido por ella, debe esperar a que le autoricen pasar.
image9

   Un rato despuĆ©s, el policĆ­a ve la Teniente Ferrer, quien sale rĆ”pidamente de la oficina del Teniente Montenegro, su jefa estĆ” hecha una furia!; Lleva la mirada fija en el suelo, tanta es su molestia que ni siquiera se percató de la presencia de DĆ­az.
QuƩ habrƔ pasado?

   Pasaron 10 minutos hasta que la bellĆ­sima secretaria autorizó la entrada del agente DĆ­az; La oficina del Teniente Montenegro estaba tras una amplia sala de descanso, tocó la puerta e ingresó.

   Durante la conversación nota la cara de molestia del Teniente, tan enfadado esta con Ć©l?. Con el pasar del tiempo, se da cuenta que no solo es enfado lo que siente su superior, parece que algo le duele… En definitiva tiene algĆŗn  dolor.

   En cierto momento Montenegro se levanta a tomar agua en una pequeƱa nevera portĆ”til sobre un archivero, se le nota sudado, tras beber el agua helada, apoya una brazo contra la pared, sosteniĆ©ndose, Armando ve como con la boca abierta, el Teniente toma aire profundamente; El joven agente nota la otra mano del Teniente en su entrepierna, sobando su Ć”rea genital sobre su pantalón, Alcanza a oĆ­r el quejido de: ā€œEsa maldita mujer!ā€.

   DĆ­az le pregunta: ā€œEsta bien mi Teniente?ā€.

   Viendo que lo estĆ”n observando, sacude su cabeza y se concentra, retirando la mano que sobaba ā€œSi, estoy bien, no es nadaā€. 

   Al final, la reunión solo se le informó que tenĆ­a nuevo jefe, a quien debĆ­a reportar sus investigaciones; SegĆŗn parece el capitĆ”n RamĆ­rez ya estaba cansado de esperar la captura del violador, y el colmo fueron tanto este nuevo ataque, como la agresión genital a un anciano que denunció. DĆ­az queda con  la orden de acelerar la obtención de resultados.

   Luego de salir, Armando recuerda la expresión de rabia de la Teniente Ferrer y ahora al saber que la reunión era para informar de la suspensión de la Teniente, y su reemplazo en la investigación, por el Teniente Montenegro,  sin duda deduce alguna venganza por parte de su anterior jefa contra su nuevo superior:

   - La Teniente le habrĆ” golpeado?, y en esa zona?, pobre Teniente Montenegro.
image10

   Armando se soba los testĆ­culos, aĆŗn recuerda el dolor que sufrió  hace unos dĆ­as.

   Hernando por dĆ­as se planteó el asunto de que Marcela ya no asistĆ­a a la Universidad, y de que hurgaran en su casillero; Luego de ver en las noticias que hubo un segundo ataque a la joven porrista, y que segĆŗn comentarios generales era el mismo primer atacante, Hernando pensativo  ató cabos y dedujo que Marcela fue atacada por alguien que se hizo pasar por Ć©l…pero para quĆ©?.
image11

   Acaso ese alguien buscaba inculparlo de homicidio?, pero dado que Ć©l mismo habĆ­a planeado ir a matar a la molesta porrista, la persona desconocida o no conocĆ­a sus planes …o querĆ­a ayudarlo!.

   Eso era!, la persona que fingió ser Ć©l, querĆ­a matar a Marcela, para ayudarle a vengarse!, sin duda por las agresiones que sufrió por parte de esta mujer en su primer ataque y las burlas en la prensa al no poder violarla.

   Hernando tenĆ­a  un sospechoso de quien atacó a la porrista; Durante la prĆ”ctica de rugby la maƱana siguiente al ataque, un peculiar aroma llegó a la nariz del hombre y le recordó a una persona; Inicialmente no presto atención al olor, pero con mĆ”s datos las sospechas se hicieron mayores. 
image12

   El asunto era que de ser esa persona, esta sabrĆ­a mucho mĆ”s de lo que habĆ­a admitido saber…era hora de conocer toda la verdad!.

   Esa tarde en casa de Marisol, Hernando se vestĆ­a tras una corta ducha; Apenas se habĆ­a colocados su protector genital, cuando escuchó el televisor, Marisol veĆ­a las noticas y pasaron un reportaje sobre el reciente caso de ataque del atacante del campus.

   El hombre toma la decisión:  - Esto no da mĆ”s espera!, quiero respuestas ya!.

   Hernando sale del baƱo, viste solo su protector y se dirige a su morral deportivo, de allĆ­ saca el otro protector genital, aquel que alguien sacó de su casillero.
image13

   Enseguida  lo arroja sobre la cama, a centĆ­metros de Marisol, que acostada en ropa interior, observa la conducta extraƱa de su admirado hombre.
image14

   Hernando sin duda sospecha que Marisol es la persona que atentó contra Marcela y tomo prestado de su casillero, tanto armadura como protector.

    ā€œAquĆ­ estĆ” el protector que  sacaste de mi casilleroā€. La chica se quedó viendo el artĆ­culo de uso personal.

   ā€œPorque te hiciste pasar por mĆ­, Marisol?, porque atacaste a la porrista?ā€.

   Atónita ante lo que oye, la joven finge no entender que sucede.

   ā€œNo entiendo que quieres decirme, Hernandoā€.

   ā€œNo finjas mĆ”s!, sĆ© que atacaste a esa mujer ā€.

   Marisol queda con los ojos abiertos al verse descubierta.

   ā€œPero…que dices?. Tú… sabes todo?ā€.

   ā€œLo descubrĆ­ hace poco, pero igual te pregunto lo mismo a ti, desde cuando sabes todo de mĆ­?, porque no me denunciaste?ā€.

   Marisol siente temor ante lo que planea Hernando, Observa la protegida entrepierna del hombre que idolatra (quien nota como la chica le observa allĆ­) y solo puede decir:

   ā€œVas a matarme, Hernando?ā€ .

   Hernando expresa extraƱeza en su rostro ante la pregunta de la joven, Esa expresión en el hombre alivia un poco la angustia de Marisol.

   ā€œClaro que no voy a matarte, solo quiero respuestas, dime desde cuando sabias de mi secretoā€.

   ā€œPues la verdad desde que supe del ataque frustrado a Marcela en los vestidores  del campus… era demasiado obvio… tuve que fingir inocencia todo este tiempoā€

   ā€œNo eres la tonta que pensĆ© que erasā€.

   Marisol estaba al tanto de la reputación que exponĆ­a a los ojos de Hernando al fingir no deducir lo obvio.

   ā€œSoy algo tĆ­mida, pero no tonta Hernando!, tenĆ­a que aparentarlo para que te sintieras seguro junto a mĆ­; Vamos cariƱo, como no iba a saber que fuiste tĆŗ, si te halle dolido de los testĆ­culos a la hora  y el lugar del ataqueā€.

   ā€œPor que lo escondiste?, y por que llegaste a atacar a Marcela?, es mi problema no el tuyoā€.

   ā€œNo te das cuenta lo mucho que te amo?, a mĆ­ no me importa si violas mujeres, te amo desde hace mucho, por eso siempre te veo en los entrenamientos, por eso robe tu ropa interiorā€.

   Hernando pensó:  - Lo sabĆ­a!, ese calzoncillo que me dio el primer dĆ­a si era mĆ­o!.

   ā€œEntonces fue por ayudarme a vengar de ellaā€.

   ā€œAsĆ­ es, de seguro te sentĆ­as humillado por lo que te hizo y planeabas vengarte, pero yo no aguante mĆ”s… tenĆ­a que hacerle pagar por lastimarte, especialmente ahĆ­ abajoā€.

   Hernando se tocó la entrepierna, misma que era seƱalada por la chica.
image15


   ā€œComo se atrevió esa mujerzuela a golpearte los testĆ­culos!ā€.

   ā€œEntonces vengabas mis testĆ­culosā€.

   ā€œSĆ­!, no perdonarĆ© a quien se atreva a lastimar a mi hombre, y menos en esa parte que tanto amo de Ć©lā€.

   Hernando le cuenta que pensó en matar a la porrista, pero la ira que lo motivaba rĆ”pidamente se le apaciguaba, nunca habĆ­a matado a nadie, pero si estuviera en plena ira, estrangularĆ­a a Marcela sin contemplaciones.

   Ese expresar provoca una sonrisa en Marisol.

   ā€œHas matado antes Marisol?ā€.

   ā€œNunca lo he hecho, pero por ti lo harĆ­a mil vecesā€.

   Hernando analiza a su Amante, es una mujer en verdad peligrosa, de seguro no estĆ” bien de la cabeza; Pero por alguna razón ha aprendido a apreciarla y cada vez mĆ”s, Ahora que sabe la verdad y conoce su verdadera alma, la valora mĆ”s, ya no es otra amante, ahora es una cómplice y alguien tan fiel a Ć©l que lo pondrĆ­a delante de cualquier cosa.

   A pesar de que eso sonaba enfermizo, para el Hombre no deja de ser interesante.

   Ahora Hernando valora mĆ”s los sentimientos de Marisol por Ć©l, y debe admitir que en parte los corresponde.

   ā€œPero si me amas, y harĆ­as todo por mĆ­, porque no confesaste que ya sabĆ­as mi secreto?ā€.

   ā€œSabĆ­a de tus ataques, pero apenas nos conocemos y temĆ­a que no confiarĆ­as en que guardarĆ­a tu secreto…Dime si confiabas en mĆ­?ā€

   El hombre se le aproxima y la abraza tiernamente

   ā€œEs cierto, serĆ­a difĆ­cil confiar en tu silencio para no ir a la cĆ”rcel, pero ahora es diferente…si llegaste tan lejos contra Marcela, jamĆ”s podre dudar que buscas mi beneficioā€.

   ā€œHarĆ© lo que sea por ti, Hernando,  mi amor!ā€.

   Un beso entre cómplices sella la discusión.
image16

   Ambos se sientan en la cama y Hernando pide le cuente como fue el ataque, segĆŗn oyó en las noticias, casi lo logra. Pero Marisol antepone una pregunta:

   ā€œComo supiste que era yo?, que te hizo sospechar?, en la televisión no han dicho que se trata de otro atacante, asĆ­ que no hay forma de saber que era una mujer disfrazada de hombreā€.

   ā€œFĆ”cil, note que alguien abrió mi casillero y tomo mis cosas…sin duda para tomar mĆ­ apariencia…necesitabas engrosar tu cuerpo para fingir ser yo…Y ademĆ”s querida niƱa, olvidaste limpiar tus manosā€.

   ā€œPero si no manche mis manos con nadaā€.

   ā€œCon nada excepto tu crema para el cuerpo…crema de mujer y que conozco bien!, la huelo cada vez que beso tu cuerpoā€.

   ā€œAuch!, ya veo!, me puse demasiada cuando devolvĆ­ las cosas a tu casilleroā€.

   ā€œAsĆ­ es, cuando en la prĆ”ctica sude la armadura, el olor de tu crema se hizo muy evidenteā€.

   Ahora Hernando le insiste en detalles de cómo fue la escena del ataque a la porrista, a los que Marisol procedió a contar.

   ā€œā€¦. y todo iba bien, hasta que apareció ese policĆ­a entrometido!…él ahora sabe que no soy tu, sabe que soy mujer!ā€.

   Hernando le interroga por eso, y Marisol se percata que no le ha contado de la identidad de Armando DĆ­az.

   Gracias a su amistad con Marcela, esta le confió la identidad secreta de Armando; Ahora Hernando se enteraba que tan cerca estaba la policĆ­a de Ć©l!, todo este tiempo tenĆ­an a un elemento entre los jugadores, su desleal plan era crear amistad con los compaƱeros para saber mĆ”s de todos y descubrir al violador.

   Cuando Marisol narra como el policĆ­a descubrió su identidad femenina y la tenĆ­a en su poder, Hernando se adelantó a preguntar:

   ā€œY cómo escapaste?, ya no estabas armada, sabes defensa personal o algo si?ā€.

   ā€œNo soy karateca ni esas cosas, pero Ć©l se descuidó, y tuve la oportunidad de darle un buen golpe en las pelotas!ā€.

   ā€œAaauuuu!ā€, Hernando se toma la entrepierna por reflejo.

   ā€œSi, Ć©l tambiĆ©n dijo algo asĆ­!, Hernando desafortunadamente tu bien sabes lo doloroso que es un golpe ahĆ­ā€.

   Cuando finalizó la narración, Hernando solo expresó:

   ā€œSolo tengo una pregunta para ti!... Para que ponerte protector?, a ti no te cuelga algo tan vulnerable allĆ­ abajoā€

   ā€œEra parte del disfraz!, como parecerĆ­a ser hombre si no muestro en Ć©l pantalón un bulto entre las piernas?, y mĆ”s si finjo ser tĆŗ, que tienes los genitales grandes ā€.
image17

   Hernando no pudo evitar sentir orgullo al oĆ­r eso, mientras Marisol palpaba sobre su protector el Ć”rea testicular.

   Hernando bromeó:

   ā€œSabes algo, no fue fĆ”cil hacerme de estos protectores genitales, las tallas comunes me quedan chicas, para mis proporciones debieron traer una talla del extranjero, fue un lĆ­o importarlosā€.

   El varón comenzó a sentir estrecho el protector debido a una dolorosa y restringida erección.

   ā€œY ahora mismo no te imaginas lo apretado que los siento Marisolā€.

   ā€œArreglemos eso entonces…. dĆ©jame liberar lo grande que guardas ahĆ­ā€.

   Tras retirar el protector, Marisol le beso el hinchado glande; Enseguida la pareja tuvo relaciones sexuales.
image18

   El excitadĆ­simo Hernando toqueteo el cuerpecito de Marisol por todos lados.
image19

   La joven recibió incontables descargas de semen dentro de su vientre, a la vez que estallaba en una multitud de orgasmos.

   Cuando los dos por fin calmaron sus instintos animales, volvieron a las pasivas caricias…Centradas por Marisol, en los genitales en descanso de su  admirado jugador de Futbol Americano.
image20


   ā€œAh Hernando, fue el mejor polvo que hemos tenido!, Y pensar que creĆ­ que me venias a matar!ā€.

   ā€œPor cierto, porque pensaste eso?, note que miraste mi entrepierna antes de decirlo… no entendĆ­ esa parteā€.

   ā€œLo que miraba era tu protector Hernando, lo traĆ­as puesto!ā€.

   ā€œY que tiene que ver?ā€.

   ā€œHernando tu eres hombre y sabes que para yo poder defenderme de ti, la Ćŗnica forma es dĆ”ndote un mal golpe!; CariƱo, solo dĆ”ndote en los huevos te podrĆ­a aturdir!, y como venias protegidoā€¦ā€.

   ā€œYa veo!, como me protegĆ­a las bolas, creĆ­ste que venĆ­a preparado para que no te pudieras defender de mĆ­ā€.

   ā€œEso pensĆ©ā€.

   ā€œMarisol, jamĆ”s me hagas esoā€. 

   ā€œJamĆ”s lo hare!, te lo prometo!, amo tus testĆ­culos!, jamĆ”s les harĆ© daƱo!ā€. Marisol besó esas esfĆ©ricas Ć”reas vitales una y otra vez. ā€œPromĆ©teme que fuera de aquĆ­ siempre los llevarĆ”s protegidos!, no quiero que te los vuelvan a golpear!ā€.

   La mujer se mostró algo angustiada de un posible mal futuro para los huevos de su querido Hernando, este solo le acaricio el cabello, mientras le decĆ­a:

   ā€œTranquila bebĆ©, siempre me los cuido, no me volverĆ”n a faulearā€.

   Tiempo despuĆ©s la Teniente Ferrer visita en casa al oficial DĆ­az, la decidida mujer le plantea rĆ”pidamente a que asunto vino.

   ā€œNecesito que me ayudes…no dejarĆ© que ese maldito de Montenegro se robe mi caso, tĆŗ me vas a ayudarā€.

   ā€œPero mi Teniente yo no puedoā€¦ā€.

   ā€œOh vamos!, tu sabes que ese inepto de asuntos internos le va a meter burocracia a la investigación!, es un burócrata!, crĆ©eme que lo conozco bien!, estuve casada con Ć©l tres aƱosā€.

   El policĆ­a no podĆ­a creer lo que escuchaba, la Teniente y el Teniente, fueron pareja, que sorpresas daba la vida.

   Armando DĆ­az no tardó en aceptar la propuesta de su exjefa, el joven policĆ­a se arriesgaba a una fuerte sanción, si es que no a la destitución, si eran sorprendidos por el alto mando de la policĆ­a; Pero la Teniente, quien no deseaba mal para su subordinado, le planteo una estrategia para que no hubiera repercusiones para Ć©l; Enseguida  Armando le mostró el avance de sus investigaciones.

   El resto del dĆ­a los policĆ­as revisaron fotografĆ­as y documentos.

   En cierto momento, Armando indago con su Teniente sobre un hecho que le intrigaba.

   ā€œSabe mi Teniente, la otra vez que usted salió de oficina del Teniente Montenegro, no me vio ahĆ­, pero la vi salir muy enojada, y luego al ver al Teniente, este sentĆ­a un  dolor y se tomaba la entrepierna…como si le hubieran golpeado ahĆ­...usted no le habrĆ” golpeado los ā€¦ā€.

   ā€œNo sĆ© de quĆ© hablas… y… y eso no te incumbe!ā€.

   La respuesta de la mujer casi le daba la razón a DĆ­az, quien ante la pregunta ā€œY porque te interesas en eso?ā€. TenĆ­a una respuesta previamente preparada:

   ā€œJefa, es que si agredió al Teniente, la podrĆ­an sancionar por agresión a un oficial superior…yā€¦ā€.

   ā€œOh ya cĆ”llate!, no te metas en asuntos privados, y si ese maldito me investiga, pues no me importa, no espero menos de ese miserable!ā€.

   Armando decidió dejar el tema asĆ­, y evitar molestar mĆ”s a su jefa; Retomaron el trabajo y en poco tiempo, los dos dedicados policĆ­as lograron dar buenos resultados.

   Unos dĆ­as despuĆ©s, Marisol recibe una llamada inesperada, es Marcela ā€œla porristaā€, la joven le informa que necesita su ayuda para un asunto personal.

   Desde que ingresó a la universidad, la porrista ha hecho amigas, pero Marisol Ćŗltimamente se habĆ­a mostrado muy cercana a ella, ayudĆ”ndole en los estudios y demĆ”s cosas… por eso se ganó la confianza de la porrista.

   A consecuencia de favores a pedirle, Marcela realiza llamadas telefónicas a Marisol durante unos dĆ­as, siempre pidiĆ©ndole haga cosas por ella; Hasta que llega un momento en el que tras colgar el telĆ©fono, Marcela hace una nueva llamada al celular de Armando DĆ­az.
image21

   ā€œYa estĆ” hechoā€.

   ā€œTe creyó?ā€.

   ā€œSi, creyó todo lo que le dije, aĆŗn no puedo creer que Marisol este metida en esto…parecĆ­a tan buena genteā€.

   ā€œAun no es seguro esto, pero todas las pista apuntan a su culpabilidadā€.

   ā€œEspero esto acabe pronto, tengo ganas de verte Armandoā€.

   ā€œYo igual querida, pero ya sabes, no digas nada de esto a tus escoltas, es una misión secreta entre la Teniente Ferrer y yo, nadie puede saberlo o nos irĆ” mal a los dosā€.

   ā€œNo te preocupes, espero que todo les salga bien y capturen a esos criminales, a ver si por fin puedo volver  a mi vida normal; Como desearĆ­a que la mentira que dije fuera cierta, y pudiera verteā€.

   Tras colgar, Armando informa a la Teniente Ferrer que la trampa ha sido preparada.

   Pero de que trampa estĆ”n hablando?

   AquĆ­ lo sabrĆ”n:

   Durante la investigación, y gracias a un detallada información dada vĆ­a telefónica, Marcela narró a Armando su vida diaria durante los Ćŗltimos dĆ­as previos al Ćŗltimo ataque; Unos pocos sospechosos surgieron, Armando les siguió por algunos dĆ­as, y Marisol Herrera, fue la Ćŗnica persona cercana esos dĆ­as a Marcela que encajaba como sospechosa principal.

   La joven e ingenua chica parecĆ­a no matar una mosca, pero en los disimulados seguimientos hechos por Armando, Notó la relación sentimental que Marisol tenĆ­a con Hernando San Clemente.
image22

   Durante su investigación previa en las prĆ”cticas de Futbol Americano, San Clemente siempre se mostró como un potencial sospechoso, era engreĆ­do, no aceptaba un no por respuesta y solo salĆ­a con chicas lindas… que era la constancia entre las abusadas que denunciaron.

   Aunque no profundizo en Hernando,  ahora dos sospechosos relacionados a los ataques a la porrista estaban unidos bajo una relación sentimental, y a los ojos de Armando, San Clemente se establecĆ­a como el violador y agresor inicial de la porrista, y la mujer a su lado serĆ­a la segunda atacante.

   Armando al principio dudo que Marisol pudiera intentar matar a alguien, pero tras contar todos sus avances a la Teniente Ferrer, esta le convenció que la chica podrĆ­a haber sido manipulada por el atractivo y sospechoso jugador.

   Al final concluyeron que la chica enamorada de alguien que jamĆ”s le harĆ­a caso, (por no ser ella tan atractiva), llegarĆ­a a lo que fuera por complacerle… incluso matar!; Eso mismo querĆ­a decir que la joven desde el inicio no era muy estable de la cabeza, pues irĆ­a desde lo sentimental a lo agresivo si fuese necesario.

   Pero muy a pesar de los indicios no habĆ­a pruebas, y buscar en el pasado de San Clemente llevarĆ­a tiempo; La Teniente tenĆ­a prisa en resultados para callarle la boca al CapitĆ”n RamĆ­rez y especialmente a su Ex marido, por lo que se decidió actuar!.

   Se planeó una emboscada, y que mejor carnada que Marcela, obviamente jamĆ”s la pondrĆ­an en peligro, pero si podĆ­an engaƱar  a la pareja de enmascarados,  haciĆ©ndoles creer que Marcela estarĆ­a a su alcance.

   La porrista estaba en otra ciudad, y si bien no tenĆ­a escolta permanente de la policĆ­a, si se mantenĆ­an cerca, visitĆ”ndola 2 o 3 veces al dĆ­a, en general…su anónima ubicación la mantenĆ­a a salvo.
image23

   Armando ideo que Marcela hablara telefónicamente con Marisol su reciente y buena amiga de estudios, con el fin de contactarse con el agente Armando DĆ­az (Ć©l mismo); No era un secreto para Marisol la identidad de Armando, ni tampoco que protegida y protector se gustaban.

   AsĆ­ las cosas, la desprevenida Marisol creyó servir de celestina entre los distantes enamorados; En todo momento Marcela evitó el tema de su nuevo ataque. Esto no le pareció raro a Marisol, pues la policĆ­a quizĆ”s le oculto a la vĆ­ctima que una mujer fue su segunda atacante.

   Marisol tambiĆ©n se creyó la falsedad de que el telĆ©fono de Marcela era seguido por la policĆ­a y si hallaban contacto con el agente Armando, le podrĆ­a meter en problemas pues serĆ­a una relación indebida entre un policĆ­a y  una vĆ­ctima y testigo de un caso.

   La labor de Marisol era transmitirle mensajes y demĆ”s cosillas de enamorados a Armando: Todo transcurrió por unos dĆ­as, entre mensaje de amor de un lado a otro… hasta que Marcela planteó la trampa!.
image24

   La joven querĆ­a verse en persona con Armando; Era la oportunidad de oro para Marisol!, Marcela quedo de verse con Armando en una cabaƱa alquilada afuera de la ciudad; La porrista le asegura que habĆ­a planeado bien las cosas y con excusas se alejarĆ­a por una noche de sus protectores en su anónima nueva vivienda; En privacidad con Armando, podrĆ­an mostrarle su amor fĆ­sico, lejos de violadores, asesinos, familiares preocupados y policĆ­as siguiendo sus movimientos.

   El plan dio frutos al saberse que la joven Marisol no transmitió la información a Armando...la chica planeaba su propias cosas, sacando provecho de la desprotegida situación en que estarĆ­a Marcela.

   Por supuesto la chica le comunicó todo a su querido Hernando:

   ā€œDebemos ir Hernando, es nuestra Ćŗnica oportunidad de vengarnos!ā€.

   ā€œTĆŗ no debes meterte en esto cariƱo, es mi asunto, no debiste atacar a la porrista por tu cuenta, el problema es mĆ­oā€.

   ā€œNi digas eso querido, lo hice por ti, esa maldita se merece morir por lastimarteā€¦ā€, Marisol recalcó las ofensas hechas a Hernando

   ā€œNo olvides que hizo que en televisión se burlaran de tiā€.

   El recuerdo de todas las burlas encendió la cólera de Hernando, Marisol supo de inmediato que estaba decidido a hacerlo.

   ā€œPerfecto cariƱo….la acabaremos!, esta vez ni siquiera tendrĆ” a ese tonto policĆ­a de escoltaā€.

   Ambos perversos se miraron a los ojos frente a frente, esta noche serĆ­a su venganza.
image25

   En otro lado de la ciudad Armando y la Teniente Ferrer, alistan su operativo. Llevan grabadoras y el armamento bĆ”sico, No son necesarias mĆ”s que el arma de dotación, despuĆ©s de todo, sus rivales son una pareja que no sospecha la emboscada y el factor sorpresa serĆ” suficiente para atraparles.

   Con respecto a la captura y proceso, es simple la cosa… si se presentan serĆ” la prueba que son los culpables!.

   Antes de salir a su misión la Teniente le pregunta  a DĆ­az:

   ā€œEn verdad estĆ”s enamorado de esa chica, verdad?ā€.

   Armando trata de negar el asunto, pero su rostro encarnado  lo dice todo.

   ā€œInvolucrarse con una testigo, eso es una grave falta para un agente de policĆ­a, peroā€¦ā€.

   ā€œPero?ā€. Dijo Armando con algo de esperanza.

   ā€œPero si todo sale bien hoy, omitirĆ© ese asunto y una vez que el caso se cierre, ya no habrĆ” impedimento para algo entre ustedes…La verdad no puedo ser dura con usted, realmente parece amorā€.

   ā€œGracias por entender, mi Teniente!ā€.

   La mujer debió alejar al policĆ­a, para evitar un abrazo. Enseguida cambió el tema

   ā€œYa basta de gratitud, y asegĆŗrate de llevar los micrófonos y radiosā€.

   La mujer toco un tema molesto para Armando:

   ā€œY ponte un protector para las pelotas, no querrĆ”s que de nuevo una niƱa te deje fuera de combate, verdad?ā€.

   Armando si habĆ­a previsto aquello y al vestirse habĆ­a puesto dentro de sus calzoncillos un salvador protector testicular.
image26

   Pero el policĆ­a herido en su orgullo se desquitó con su jefa con el siguiente comentario:

   ā€œClaro que tengo uno puesto, aunque tambiĆ©n se lo recomendare a mi Teniente Montenegro, Jajaja; Mi Teniente, algĆŗn dĆ­a me contara que pasó esa vez en la oficina  con su esposoā€.

   ā€œEx esposo!, y ya deja de molestar con eso!ā€.

   La policĆ­a se molestó en verdad y se alejó un poco, al rato y creyĆ©ndose en privacidad, quedó pensativa y recordó lo sucedido aquella vez.

   Ese dĆ­a en su oficina la Teniente Ferrer recibió una llamada del CapitĆ”n RamĆ­rez, quien le informa que ha sido retirada del mando de la investigación sobre el violador y la agresora encapuchada.

   Gertrudis se enfadó , y clamó en vano a su superior, pero al final debió aceptar las ordenes; Tomó el asunto de buenas maneras, hasta que el CapitĆ”n le informó quien se harĆ­a cargo de la investigación ahora, y a quien debĆ­a ir a ver para poner al tanto de todo.

   El saber que el Teniente Montenegro se harĆ­a cargo hizo a la mujer se contrariarse ante su CapitĆ”n casi al grado de la insubordinación.

   Una firme reprimenda por parte del CapitĆ”n RamĆ­rez la pudo tranquilizar.

   Y es que el Teniente EfraĆ­n Montenegro, fue su esposo por 3 aƱos, se conocieron durante el servicio y pronto se enamoraron, fue un matrimonio feliz hasta que se enteró de las mĆŗltiples infidelidades del marido, El divorció no fue fĆ”cil, pues el odio que sintió por tal traición no lo olvidarĆ­a Gertrudis en toda su vida.

   Ya habĆ­an pasado 3 aƱos desde la separación y el  desagrado por su Ex se mantenĆ­a; Sólo por asuntos de trabajo se veĆ­an y muy escasas veces, la mujer preferĆ­a guardar su distancia con el traidor hombre.

   Cuando fue a su oficina obligada por el CapitĆ”n RamĆ­rez…las cosas se salieron de control.


   La Ex esposa se sentĆ­a humillada al tener que darle la investigación a su Ex marido, y sobre todo a Ć©l, que era un mal oficial; Se dedicaba a Asuntos internos, la división de la policĆ­a que todos odian, EfraĆ­n siempre habĆ­a sido un burócrata, y Gertrudis tenĆ­a muchas dudas de la forma de trabajar de su Ex marido.

   Pero apenas verse, estalló la discusión entre Ex esposos; Se saludaron y tras preguntar el Ex marido Ć©l cómo iba la vida de su Ex mujer en estos dĆ­as, Gertrudis mostró su molestia:

   ā€œEstoy mucho mejor si  no te veo, gracias por preguntarā€.

   ā€œOh ya vas a empezar?ā€.

   ā€œPues no, no voy a empezar!, y por ahĆ­ supe que estas saliendo con una agente novataā€.

   ā€œNo, no sigas con esoā€.

   ā€œAĆŗn sigues interesado en las niƱas policĆ­as?, esa secretaria que tienes allĆ”  afuera tambiĆ©n es tu amante?...tambiĆ©n es casi una niƱa, todavĆ­a debe usar paƱalesā€.
image27

   ā€œYa basta de eso, ella no es mi…No tengo nada con Katia, y si lo fuera que te importa Gertrudis!ā€.

   ā€œKatia eh, eres un asalta cunas!, con ese montón de chiquillas me fuiste infiel maldito!ā€.

   EfraĆ­n se molestó y contraatacó: ā€œPues si te fui infiel fue porque  la carne nueva siempre serĆ” mejor que la vieja!ā€.

   ā€œOh!, tan patĆ”n como siempre!ā€.

   ā€œUn patĆ”n que te hacĆ­a gritar en la cama todas las nochesā€.
image28

   ā€œNo te creas tanto, fingĆ­a gritar!ā€.

   ā€œSi claro!ā€.

   ā€œY ademĆ”s, con esas niƱitas  te ves ridĆ­culo!, ya eres un viejo!, para que sales con ella si ni siquiera se te puede parar ya!ā€.

   ā€œClaro que si se me para... quieres probar ahora?

   ā€œYa quisieras engreĆ­do!ā€.

   A petición de EfraĆ­n el tema se alejó de lo personal para centrarse en la investigación actual… Eso no bajó los Ć”nimos, todo lo opuesto…los llevó al conflicto:

   ā€œEres un inĆŗtil como investigador EfraĆ­n!, siempre lo has sido!, esto es demasiado para ti!ā€.

   ā€œDemasiado?, por favor Gertrudis, admite que soy mejor oficial que tĆŗ, tenemos el mismo rango, pero siempre he sido tu superior en cargos… tengo mĆ”s recomendaciones y distinciones que tĆŗ, querida!ā€.

   ā€œEso es porque eres un burócrata!, siempre con tus contactos en la cĆŗpula del gobierno y en la institución …Tu como investigador no me llegas a los tobillos!ā€.

   ā€œDi lo que quieras, pero el asunto aquĆ­ es lo inepta que has sido, el CapitĆ”n RamĆ­rez no soporta mĆ”s tu falta de resultados…Cómo siempre eres una inepta!ā€.

   El ser llamada inepta, y mĆ”s por un mediocre investigador como su Ex marido, fue la gota que derramo la copa.

   ā€œCon que soy una inepta, Eh?ā€. La Teniente se acercó a su colega, quedando frente a frente.

   ā€œLo siento Gertrudis, pero es la verdad… no has podidoā€¦ā€.

   La mujer le interrumpió, ā€œlo sientes?, pues siente esto, maldito!ā€.

   Enseguida le tomo de los hombros y clavó su rodilla en la entrepierna de EfraĆ­n,  con todas las malas intenciones posibles.
image29

   El hombre retrocede agarrĆ”ndose los huevos, las manos del Teniente revuelven el holgado pantalón en su entrepierna, buscando anidar esos dos huevos de gallina que le acaban de golpear.
image30

   La mujer orgullosa de haberlo lastimado sonrĆ­e frente al aturdido Ex marido.

   Con conocimientos en defensa personal, Gertrudis podrĆ­a barrer el piso con su Ex pareja, pero el asunto pendiente con Ć©l, no se refiere a maltratarlo fĆ­sicamente, por lo menos no en general… El asunto con EfraĆ­n es algo personal y especĆ­fico; Su rabia estĆ” orientada contra las Ć”reas viriles de su Ex, con las que le fue infiel… desde hace tiempo deseaba atacarle allĆ­.

   ā€œQuerĆ­a golpeĆ”rtelos desde que me fuiste infiel!!ā€.

   El varón apretando los ojos hace un esfuerzo para responder a sus palabras.

   ā€œAayyy, Ayyy, me los jodiste ahora, Ayyy, tu, tu…si…siempre quisiste jodermelos?ā€.

   ā€œClaro que si!, como pudiste ponerme los cuernos, maldito!, cuando viniste a  mĆ­ con esa cara de sinvergüenza para que te perdonara….querĆ­a darte de rodillazo en ese par de pelotas, pero estĆ”bamos acompaƱadosā€.

   El hombre se sorprendĆ­a cada vez mĆ”s con la forma de desahogarse de su esposa, bueno, Ex esposa, quien continuaba hablando.

   ā€œā€¦Pero tĆŗ nunca me diste la cara de frente, si te hubiera cogido solito…Te capo infeliz!ā€.

   El temeroso y adolorido Ex le responde.

   ā€œPues… por…eso no me acerque a ti, tenĆ­a mis temores de que te vengaras, tú… tu siempre fuiste bastante malgeniadaā€.

   La mujer le agarra de los pelos al hombre que estĆ” doblado a la mitad, Ć©ste le reprocha.

   ā€œYa, ya dĆ©jame!, no se te olvide que ya no estamos casadosā€.

   La mujer entra en razón, le suelta y se aleja de Ć©l, con dirección a la puerta.

   Tomando aire el Ex marido se incorpora, sin dejar de tomarse las pelotas.
image31

    ā€œAyyy. Me lastimaste los consentidos, puta!ā€.

   ā€œEse par me gozó sabroso por tres largos aƱos, pero hoy no se van a casa sintiĆ©ndose ricoā€.
image33
image32


   ā€œEres una vengativaā€.

   ā€œPues te lo harĆ­a mil veces mĆ”s!ā€.

   ā€œA dónde has llegado…mira que golpeaste a un superior, eso es una falta grave,  Indisciplinada!, te voy a abrir una investigaciónā€.

   La actitud de queja y a la vez sarcasmo de su ex pareja la sacaban de quicio, parecĆ­a no sufrir lo que ella querĆ­a que sufriera.

   ā€œMira que te voy a...ā€.

   El alarmado sujeto se resguardó tras el escritorio:

   ā€œYa basta!, deja de comportarte como una caprichosa, vete de una vez y atente a las consecuenciasā€.

   ā€œPues me importa cinco centavos tu maldita investigación!, no me arrepiento de pegarte en los huevos!, te merecĆ­as eso y mĆ”s!, y tĆŗ no me vas a quitar  mi caso del violador…no dejarĆ© que un inĆŗtil como tĆŗ se haga cargo de mi trabajo!, cualquiera menos  tĆŗ!ā€.

   ā€œYa vete, mujer escandalosa!ā€.

   Los ojos de Gertrudis estaban por salĆ­rsele, y un sanguĆ­neo color rojo, los invadĆ­a.
image34

   Pero la mujer se resignó a marcharse, salió y tiro la puerta tras de sĆ­.

   Para fortuna de ambos la oficina de Montenegro estaba bastante alejada de su secretarĆ­a y gente en espera; Nadie se percató del escĆ”ndalo de la mujer, ni de los quejidos de dolor del Teniente.

   Un llamado de Armando la despertó de su letĆ”rgico recuerdo.

   Los policĆ­as fuera de la cadena de mando, pusieron rumbo a la cabaƱa citada, donde esperarĆ­an a los encapuchados…Un esperado enfrentamiento se darĆ” esta noche!

ContinuarĆ” y finalizarĆ” en la siguiente parte: EL FINAL DEL  DUO ENCAPUCHADO.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages

undefined