-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
-SEXO HETEROSEXUAL
Lorena, la ex esposa de SimĆ³n ChacĆ³n en realidad parecĆa que se habĆa vuelto loca por acabar con su matrimonio con Claudia, la bella modelo habĆa hecho cualquier cosa de artimaƱa -muy baja- por fulminar con aquella relaciĆ³n desde inventar chismes para revistas y televisiĆ³n hasta para dar ruedas de prensa alegando que un amor del pasado estaba dispuesto a terminar su matrimonio para regresar con ella, todo aquel mar de chismes apuntaban al conductor de televisiĆ³n de testĆculos grandes. Inclusive a su residencia empezaron a llegar flores con mensajes de amor de Lorena.
Todo aquello terminĆ³ por acabar con la paciencia de Claudia que siendo vĆctima de aquellas provocaciones corriĆ³ a su esposo de la casa.
A SimĆ³n le costĆ³ tres semanas recuperar la relaciĆ³n con su esposa, la extraƱaba a ella y a sus tres hijos. Para eso tuvo que aplicar una operaciĆ³n tan cruel contra Lorena tal cual las artimaƱas que ella utilizĆ³. Hubo un momento en el cual el hombre buscĆ³ a la modelo en un estudio de televisiĆ³n y a gritos pidiĆ³ que lo dejara en paz a Ć©l y a su actual esposa porque entre ellos jamĆ”s volverĆa a existir relaciĆ³n alguna.
AsĆ volviĆ³ a iniciarse un ciclo de chismes donde SimĆ³n ChacĆ³n aclarĆ³ ante medios de comunicaciĆ³n que la seƱora Lorena parecĆa estar dispuesta a acabar con su matrimonio inventando infundados chismes.
Como Ćŗltimo recurso SimĆ³n ChacĆ³n hablĆ³ con un ejecutivo del canal de televisiĆ³n donde laboraba y pudo establecer el final del contrato entre la empresa y la bella modelo que tambiĆ©n le habĆan asignado un espacio en la programaciĆ³n y de igual manera darle un veto a la mujer en cualquier espacio de la planta televisiva.
SĆ³lo asĆ parecĆa que SimĆ³n habĆa ganado aquella guerra, Lorena fue despedida y sin derecho a replica en ningĆŗn medio -incluso los canales de la competencia le habĆan dado la espalda-, y SimĆ³n recuperĆ³ su matrimonio con Claudia y pudo regresar y tener la vida feliz en casa con sus hijos.
...
HabĆa sido una maƱana calurosa la que SimĆ³n presenciĆ³ desde su programa de radio y cuando apenas saliĆ³ de la estaciĆ³n para ir a su vehĆculo el sol le quemĆ³ y empezĆ³ a sudar, y el ropaje que utilizaba no era el mĆ”s cĆ³modo, tenĆa puesta una camisa blanca con un saco oscuro, corbata ropa y pantalĆ³n casual.
Al llegar a casa se fue directamente a la cocina, en aquella hora de la maƱana Claudia estaba en el canal preparĆ”ndose para el noticiero del mediodĆa, y los niƱos estaban siendo cuidados por alguno de sus familiares. SimĆ³n buscĆ³ agua y la echĆ³ en un vaso. El sol penetraba sofocante por las ventanas.
Apenas el agua surcaba su garganta cuando escuchĆ³ un ruido proveniente de las habitaciones. SimĆ³n arrugĆ³ el ceƱo y dejo el vaso a medio llenar en la mesa. Se supone que en casa no habĆa nadie a esa hora. Y el automĆ³vil de Claudia no estaba afuera.
—¿Claudia, estĆ”s aquĆ? —preguntĆ³ SimĆ³n caminando con cautela. DebĆa haber abandonado la casa al oĆr un ruido extraƱo, estaba tentando su suerte.
Se quedĆ³ impactado cuando del interior de la habitaciĆ³n matrimonial saliĆ³ un hombre encapuchado apuntando con una pistola frente de su cara. SimĆ³n aterrado alzĆ³ las manos al aire, no habĆa nada que hacer estaba frente a un robo domĆ©stico.
—Puedes llevarte todo lo que quieras —asegurĆ³ intentando dominar sus nervios—, no me voy a oponer. Adelante llĆ©vate lo que quieras. Pero no me hagas nada. AquĆ vivo con mi esposa e hijos, dos bebes y un niƱo pequeƱo.
—Callate, idiota —hablĆ³ el delincuente. Se se acercĆ³ a SimĆ³n, que apretĆ³ los ojos temeroso a su cercana muerte, el delincuente con la culata de la pistola lo golpeĆ³ en las bolas.
—¡OOOoohhh! —gimiĆ³ SimĆ³n doblĆ”ndose cogiendo su entrepierna con ambas manos.
—¡LevĆ”ntate! —gritĆ³ el encapuchado.
SimĆ³n ChacĆ³n obedeciĆ³ enderezĆ”ndose pero aĆŗn agarrando sus bolas.
—Entonces te sientes superior por tener muchos contactos e influencia —hablĆ³ el amenazador hombre—, ¿crees que puedes truncar la carrera de otros?
—No entiendo de quĆ© hablas —negĆ³ SimĆ³n sĆ³lo sabĆa que aquello no era un robo cualquiera, sino una venganza, pero ¿de quien? Ćl no andaba por ahĆ haciĆ©ndole daƱo a nadie. En una habitaciĆ³n de la casa reposaban premios y reconocimientos por sus labores de ayuda y buen trato—. ¿Te crees especial sĆ³lo por tener buen cuerpo, bolas grandes y una pija como culebra —SimĆ³n volviĆ³ a arrugar el ceƱo, ¿quĆ© palabras eran aquellas? el encapuchado se fue hacia el agarrĆ”ndolo del grueso hombro y levantĆ³ la rodilla derecha contra el apretado bulto en su pantalĆ³n.
—Aaaaarrggggg.
SimĆ³n sintiĆ³ un grave dolor que se extendĆa de los testĆculos a su pene. CayĆ³ de rodillas al suelo y se apoyĆ³ en una mano, con la otra agarraba su entrepierna respirando agitadamente. Todo se volviĆ³ negro cuando recibiĆ³ un fuerte golpe en la nuca.
…
SimĆ³n despertĆ³ y no supo cuanto tiempo habĆa pasado pero el sudor y el calor lo estaban calcinando, todavĆa tenĆa la ropa puesta y estaba sentado en una silla con las manos atadas al respaldo y las piernas separadas y atadas a las patas del asiento por lo que sus cojones se dibujaban fĆ”cilmente entre sus piernas separadas. Sus ojos estaban vendados pero supo que no estaba en su hogar por el olor a humedad que proporcionaba aquel ambiente.
De pronto una mano fina se posĆ³ sobre Ć©l, por los rasgos debĆan ser femenina, quellas cmenzarĆ³n a arrancarle la corbata y abrirle a la camisa mostrando su musculoso pecho y abdominales llenos de sudor.
—¿De quĆ© se trata todo esto? —interrogaba SimĆ³n con voz fuerte—. ¿Quien eres, quĆ© quieres?
La persona desconocida se acercĆ³ a su cuerpo y comenzĆ³ a morder uno de sus pezones, SimĆ³n apretĆ³ los dientes en respuesta a la mordedura pero no soportĆ³ y dio un grito que fue sofocado cuando la rodilla de la otra persona aplastĆ³ sus cojones. SintiĆ³ como la rĆ³tula oprimia sus dos huevos repletos de leche, parecĆan que iban a perder la forma y estallarĆan. A continuaciĆ³n, la mujer desconocida pasĆ³ al segundo pezĆ³n y esta vez lo lamiĆ³ mientras hundia la rodilla sobre la entrepierna de SimĆ³n, que gritĆ³ profundamente hasta que la persona se apartĆ³ de Ć©l dejando un pezĆ³n mordisqueado, otro brillante de saliba y un par de huevos adoloridos.
A continuaciĆ³n, la persona desconocida que seguramente se trataba de una mujer apretĆ³ el puƱo y lo golpeĆ³ en el abdomen del SimĆ³n, el hombre dio un gruƱido con el aire fuera de su cuerpo.
—¿QuĆ©... quĆ© quieres de mi? —quiso saber Simon, estaba aterrado y ya empezaba a sentirse furioso.
Su secuestradora apretĆ³ el puƱo y lo enviĆ³ directamente a sus bolas.
—¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!! ! —gritĆ³ SimĆ³n con todas sus fuerzas despues de sentir los nudillos contra sus huevos sensibles. Nuevamente la persona echĆ³ el brazo para atrĆ”s y lo hizo cruzar contra el aire contra sus ovalados testĆculos—.¡¡¡¡ AAAAAAARRRGGGGG!!!!
Balbuceando palabras SimĆ³n rogĆ³ que lo dejaran libre, no tomarĆa represalias con la policĆa.
—No te dejarĆ© en paz, SimĆ³n —hablĆ³ por primera vez Lorena—. Hiciste que me despidieran y ahora yo voy a hundir tu carrera como tĆŗ hundiste la mia.
—¿Lorena?… ¿QuĆ© te crees, perra loca? Sueltame de aquĆ. TĆŗ no eres una desquiciada.
La mujer estampĆ³ cuatro puƱetazos seguidos contra las carnosas bolas de SimĆ³n provocandole un dolor tortuoso desde sus testĆculos hasta su abdomen ondulado. SimĆ³n deseaba que aquello terminara, querĆa desmayarse y matar el dolor de su cuerpo.
Lorena abriĆ³ la cremallera del pantalĆ³n de SimĆ³n haciendo caso omiso de las palabras insultantes del hombre. Saco del boxer el pene flĆ”cido donde reposaban un par de bolas rojizas e hinchadas con un tamaƱo anormal, -ya que de por sĆ eran grandes-. Lorena dedicĆ³ con sus suaves manos tiernas caricias a la verga de su ex esposo. En cuestiĆ³n de segundos la polla se endureciĆ³ hasta ponerse completamente tiesa, Lorena dijo algo como que todavĆa daba reacciĆ³n a sus toques, y se la metiĆ³ en la boca. SimĆ³n abriĆ³ la boca y echĆ³ la cabeza para atrĆ”s, Lorena chupĆ³ aquel trozo de carne y mirĆ³ al rostro del hombre, continuaba con los ojos vendados y emanaba mucho sudor y jadeos. La modelo encerrĆ³ el pene bajo sus dientes.
—¡OOOooohhhh, aparta tus dientes! —gritĆ³ SimĆ³n desesperado.
La modelo mordisqueĆ³ el glande de color rosa dejando sus dientes marcados.
—Detente, Lorena. TĆŗ no eres asĆ.
—TĆŗ me hiciste asĆ. Lograste que todo los canales me vetaran, no tengo empleo en ningĆŗn lugar.
La mujer acariciaba el pene de SimĆ³n. Ćl sentĆa mezclas de placer y dolor, mientras su pene seguĆa firme como un tubo de hierro.
Lorena acariciĆ³ con la yema de los dedos los enormes huevos de SimĆ³n, Ć©l respirĆ³ profundo para no gemir pero la mujer luego los apretĆ³ entre sus manos haciendolo gritar.
—¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Aaaaaarrrrrg!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!!!!!!!
—Te estoy grabando, SimĆ³n —susurrĆ³ Lorena a sus oidos moviendo los labios con una mueca casi diabĆ³lica—. Luego colgarĆ© el video en internet. Si mi carrera estĆ” hundida quiero que la tuya tambien. ContinuarĆ© grabandote y disfrutando el momento, lo que en realidad no podrĆ© saber nunca es la cara de tu frĆgida esposa cuando vea nuestro video en la web, lo lamentarĆ© mucho por tu matrimonio.
—Lorena, ya lo nuestro muriĆ³. A pesar de todo fue bueno mientras duro.
Lorena hizo caso omiso a las palabras de SimĆ³n, se dedicĆ³ a manipularle el pene seguĆa terriblemente grande y grueso. SimĆ³n gimiĆ³ de placer cuando sintiĆ³ que algo se sentaba sobre su verga, y era Lorena que estaba de piernas abiertas agarrando su mienbro para meterlo en su vagina.
Cuando hubo podido clavar la verga en su interior la mujer empezĆ³ a mover la cadera, mientras SimĆ³n apretaba los dientes y sudaba a chorro. Ella lo sostenĆa del cuello mientras lo abrazaba y gemĆa.
SimĆ³n supo que eyaculĆ³ un maremoto de semen caliente y espeso dentro de ella y que ambos practicamente chillaron de placer. Luego ella se apartĆ³ de Ć©l y su pene quedĆ³ flĆ”cido chorreando leche emitiendo un fuerte olor a cloro y manchando su pantalĆ³n. Luego recibiĆ³ un golpe en la cabeza y perdiĆ³ el conocimiento.
Cuando SimĆ³n despertĆ³ se quedĆ³ parpadeando varias veces. Sus mirada quedĆ³ clavada en el techo de su casa. Estaba echado en el piso y esta vez no tenĆa ropa salvo el ajustado boxers negro que apenas sostenĆa su pinga y las bolas.
—¿QuĆ© fue eso, un sueƱo? —se preguntĆ³.
Pero todo aquello habĆa sido real, se dio cuenta cuando intentĆ³ levantarse y un dolor de cabeza y de testĆculos lo molestaron. Al meter la mano dentro de la ropa interior se descubriĆ³ las bolas hinchadas.
—¡Madita zorra, me secuestro!
Eran las tres de la tarde y le parecĆa extraƱo que Claudia no hubiera llegado. SĆ³lo deseo que no le hiciera daƱo a su esposa o a sus hijos, porque sino la matria, buscĆ³ desesperado el celular y descubriĆ³ sus ropas regadas en la sala. El celular estaba guardado en un bolsillo y el pantalĆ³n tenia machas de semen en el area genital, eran muchas. SimĆ³n sintiĆ³ decepciĆ³n, sus cejas se alzaron cuando vio que tenĆa mĆŗltiples llamadas perdidas de amigos, familiares y periodistas. Un mensaje de Pablo pedĆa que lo llamara con urgencia.
—Pablo, estoy en la casa creo que fui secuestrado —le decĆa SimĆ³n apenas lo llamĆ³ por el celular.
—hermano —era la voz de Pablo—, ¿estĆ”s bien? ¿te secuestro Lorena? Tienes que demandar a esa perra. ¿CĆ³mo estĆ”s? IrĆ© a verte.
—Estoy bien. Pero ven a verme, necesito tu ayuda. Estoy confundido.
—Voy saliendo para allĆ”. No contestes a llamadas de periodistas ni de nadie mĆ”s.
—¿Por quĆ©? Tengo muchas llamadas perdidas y mensajes sin leer.
—Lorena y tĆŗ son trending toppic en twitter. Se difundiĆ³ un video sexual de ustedes, tĆŗ estĆ”s amarrado y ella sobre ti… pero se te ve todo.
¿Tienes alguna recomendacion para el final de la serie? hazla llegar por medio de un comentario. Tambien no olvides votar por este capitulo.
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Mi humilde idea: Que los injustos paguen por sus pecados y actos!,la venganza debe ser ingeniosa y terrible!(casi biblica).pero sin sangre,claro esta.(el vengarse tambiƩn debe tener limites).
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