-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
Douglas habĆa conseguido trabajo como doble de acciĆ³n en una telenovela, sin embargo cuando la producciĆ³n llegĆ³ a su fin su contrato culminĆ³ dejĆ”ndolo cesante nuevamente. Douglas solicitĆ³ ayuda con un ejecutivo de la planta de televisiĆ³n pero este conociendo sus dotes masculinos lo remitiĆ³ a otra empresa productora, esta vez de vĆdeos pornogrĆ”ficos.
Douglas lo dudĆ³ por mucho tiempo necesitaba establecerse y tener un trabajo, sabĆa que tenĆa buenas herramientas masculinas, como una hermosa y morena pija y un par de cojones que colgaban soberanamente entre sus muslos y le hacĆan producir litros y litros de leche, asĆ que quizĆ”s por fin la suerte llegara a su vida grabando vĆdeos sexuales.
ConcretĆ³ la cita cuando se sintiĆ³ preparado y llegĆ³ a la oficina con una sonrisa tĆmida y vestido con corbata y saco ocultando en ella su muscular cuerpo.
HabĆa llegado a buena hora y estaba sentado frente a los que debĆan ser los dueƱos de la empresa, una mujer blanca con cabellos rojizos y a su espalda y de pie un hombre de tez morena y rasgos rasgados, (era normal que entre amigos le nombraran "Chino").
—Bienvenido a la entrevista para Planeta PasiĆ³n. Mi nombre es Gabriela. Estuve observando tu sintesis curricular, fuiste boxeador y doble de acciĆ³n. Rafael me dio buenas referencias tuya, que quedarĆa encantada. ¿CĆ³mo estĆ”s?
—Bien, gracias —asegurĆ³ Douglas acomodĆ”ndose en el asiento.
El hombre tras la mujer agarrĆ³ una cĆ”mara de vĆdeo de una mesa y empezĆ³ a grabar la entrevista incrementando los nervios en Douglas.
La mujer le empezĆ³ a explicar todo lo relacionado a la porno empresa, los vĆdeos, el contenido, el dinero que podrĆa ganar.
—Queremos conocerte para evaluar tu entrada en la empresa —culminaba.
Douglas estaba nervioso, sus orificios nasales se abrĆan inhalando aire para sus pulmones, y de vez en cuando se acomodaba el cuello de la camisa para mejorar su circulaciĆ³n.
—¿Has hecho con anterioridad porno gay o heterosexual?
—No... y... yo... yo —Douglas tragĆ³ saliva bajo la mirada de curiosidad—. No he tenido experiencia… estuve… estuve con mi esposa y a veces nos grabamos… cuando estuve casado.
—No te preocupes —tranquilizĆ³ la mujer, le gustaba las facciones de Douglas, parecido a un cholo, asĆ que facilmente pudiera grabar una escena interpretando a un ladrĆ³n encerrado en una carcel teniendo fantasias ya sea con una policia o con otros maleantes. TenĆa que conocerlo mĆ”s. Ella buscĆ³ algo en el cajĆ³n del escritorio—. Por favor ve al baƱo y quitate la ropa, colocate este jeans, quiero verte mejor.
Douglas obedeciĆ³ agarrĆ³ el pantalĆ³n y fue al baƱo de la oficina, estando sin Ć©l la mujer le comentĆ³ al chino que le gustaba Douglas a pesar de lo tĆmido que parecĆa.
Pronto el macho saliĆ³ del baƱo con el fornido pecho desnudo mostrando la fuerza que la camisa y el saco ocultaban con Ć©xito.
—¿Quieres doblar tu bicep para que te hagamos una captura?
—Oh, claro.
—Bonito —dijo ella—. Ahora, por favor. Haz una pose sexy.
Douglas sonriĆ³, separĆ³ las piernas y trasladĆ³ las manos a su cadera a tiempo que su rostro adquirĆa una actitud de "ven, mami y chupame la verga".
—Excelente papi. Pasaste la prueba del jeans. Ahora despojate de ese pantalĆ³n. Quiero ver todas tus cualidades.
—¿SĆ?……… bueno, comprendo.
Douglas se despojĆ³ del jeans que abrazaba a sus delgadas piernas. TenĆa un bĆ³xer color negro. AgarrĆ³ la prenda y la hizo bajar mostrando sus dos grandes huevos con una agradable polla dura y grande.
—Estoy listo —anunciĆ³. AcariciĆ³ su pene lentamente con una mano.
—¡Perfecto, Douglas! —dijo la dama—. Quiero verte masturbar, no te preocupes de manchar el piso con tu semen. No te debes semtir cohibido.
-Esta bien.
-Esta bien.
ParecĆa que le gustaba la idea y se puso a dedicar caricias y masajeaba su verga, la muier pasĆ³ tras Ć©l y le mirĆ³ el culo, carnoso y redondo. Sus jugosas y grandes bolas se balanceaban. Ella se acomodo entre Douglas y empujĆ³ el pie hacia atrĆ”s un poco. Y lo alzĆ³ con fuerza entre las piernas del macho, usaba una delicada sandalia que mostraba su cuidado pie con uƱa teƱidas de rosa.
PAFF
PAFF
Douglas gritĆ³ y se desplomĆ³ en el suelo.
—Mis bolas... ohhh ... ohhh, como duelen... que ... ohhh —ya no tenĆa ganas de masturbarse por el dolor que explotaba de sus huevas. Estaba retorciĆ©ndose, agarrĆ”ndose sus pelotas adoloridas y repitiendo—: mis bolas... mis bolas...
El pene de Douglas seguĆa erecto encima de las manos que intentaban consoltar los testĆculos.
Cuando se pudo recuperar colocandose de pie levemente inclinado la mujer le preguntĆ³.
—¿QuĆ© te pareciĆ³ esa inesperada patada?
—Dolorosa —admitiĆ³ pero luego recordĆ³ que en las entrevistas de trabajo no se debĆa parecer pesimista ni debilucho—. Pero ahora estoy bien, y puedo resistir mĆ”s —frotĆ³ su pene de nuevo, dejando que sus huevos colgaran libremente entre los muslos. De la punta de su verga aparecieron varias gotas de presemen.
La bella entrevistadora se detuvo frente al concentrado Douglas y con la mano derecha la dirigiĆ³ a sus colgantes genitales, pero resultaba erroneo agarrar esas pelotas con una mano asĆ que tuvo que exprimirlas con ambas.
—Oohh —gimiĆ³ Douglas. Ella apretĆ³ mĆ”s y Ć©l gimiĆ³ fuerte. Ella aplastĆ³ sus huevos con un agarre firme, unos contra otros, con los dedos entrelazados aumentando la presiĆ³n. Ahora el gemido se convirtiĆ³ en alaridos...
—Oohh... AAAHHH... oohh... mis bolas —Douglas se quedaba sin aliento.
—Quiero ver la leche que produces dentro de estos melones, chiquillo —sonriĆ³ la mujer entregando al pobre Douglas un firme apretĆ³n.
Cuando cayĆ³ al suelo, consolĆ³ sus bolas con las dos manos. Luego Douglas llevo el dedo Ćndice a la punta del pene -la mano izquierda todavĆa estaba agarrando sus pelotas- y mostrĆ³ una gota de lĆquido preseminal. SubiĆ³ el dedo a los labios y lo chupĆ³ seductoramente.
—No tiene sabor a leche, seƱora—sonriĆ³ pĆcaro a la mujer.
La entrevistadora no hizo mĆ”s que reĆr de simpatĆa.
Douglas se puso de pie otra vez. Sus pelotas grandes seguĆan colgando entre sus piernas. Ćl volviĆ³ a masturbarse con infinitas ganas arrancando de su boca jadeos y gemidos excitantes.
Cuando estuvo a punto de eyacular dio un grito y empezĆ³ a disparar de su pene chorros masivos de semen que surcaron el aire, algunos de ellos aterrizaron en su barbilla dejando un pegote espeso y blanco.
La mujer miro directamente al suelo viendo como habĆa quedado regado con grandes porciones y charcos de leche, blanca, cremosa, gruesa y espesa. Douglas era un completo semental.
—Wow —sĆ³lo pudo decir ella cuando el orgasmo de Douglas termino—. Por ahora colocate la ropa —se dirigiĆ³ a su escritorio de donde extrajo una hoja impresa—, te remitirĆ© para que te hagas unos examenes mĆ©dicos, tambien copiarĆ© unos requisitos que nos debes traer. Por ahora estĆ”s con un pie dentro y otro fuera de nuestra empresa. Al cumplir los requisitos puedes ser bienvenido.
Douglas sonriĆ³ se sentĆa relajado -gracias al orgasmo- y feliz porque parecĆa estar a punto de tener trabajo.
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