-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Los deportistas necesitan durante temporadas liberar la tensión y alejar al estres de su vida, por aquella razón los muchachos del equipo nacional de fútbol decidieron pasar un fin de semana en medio de playa, sol y arena. Aquel viernes paseaban en el lujoso yate de uno de los miembros del equipo.
Eladio, el capitĆ”n del equipo estaba bronceando su morena tez bajo el sol, tenĆa el delgado torso ante los rayos solares y un pequeƱo calzón de color vinotinto marcaba sobre la tela el dibujo de uno de sus pesados cojones llenos de espumante leche.
Eladio reĆa y charlaba con varios de sus compaƱeros de equipo, no cortaba la comunicación ni bajaba los muslos alzados al estar en la tumbona al ocultar su erección.
āEscucha ādijo Jaime, un guardameta del equipo de fĆŗtbol. Su tez era negra y su cuerpo musculado, tenĆa un short color negro, estaba acostado en la tumbona frente a Eladio.
āĀæQuĆ©? āalzó la cabeza Roberto, un gay de closet del equipo que habĆa tenido secretas aventuras con algunos compaƱeros. Se quedó mirando a Jaime que susurraba.
āMira como se le marcan los huevos a Eladio.
āSĆ, parecen grandes. Veo uno, Āæpor quĆ©?
Jaime se inclinó al suelo, de lado contrario de Roberto, oportunidad que este aprovechó para mirar su ligero bulto. Cuando Jaime se incorporó tenĆa un balón de fĆŗtbol en su manos.
āVoy a lanzar este balón en sus bolas.
āĀ”Eladio ālo llamó Jaime, murmuró algunas palabras incomprensibles a lo que el futbolista no entendió y separó los brazos exigiendo una repetición de palabras. Oportunidad de descuido que Jaime llevó a cabo su travesura con una precisión perfecta.
Eladio gimió cuando vio venir la tragedia directa a su entrepierna.
āĀ”Ummp! āsonó su garganta cuando la pelota de fĆŗtbol se estrelló contra sus bolas. Haciendo que los cojones se sintieran con el golpe.
āSe quedó sin hijos āse burló alguien
āUmmmmp
Los ojos de Eladio se llenaron de lÔgrimas y su boca se separó en una mueca lastimera. Soltó un chillido agudo y horrible. Cayó de costado al piso con las manos enterradas en su entrepierna, en la piscina explotaron varias risas masculinas.
A Roberto le brillaron los ojos admirando como Eladio se retorcĆa en el piso sosteniendo sus gümaros, dentro de su short su pene se hacĆa potente y furioso con una erección.
āYa vuelvo āanunció abandonando su poltrona tomando una foto visual de la fuerte agonia de Eladio.
Al estar en medio de hombres por tanto tiempo y viendo como sufrĆa, Roberto necesitaba encerrarse dentro del yate y masturbarse. Y fue asĆ como ingresaba al pasillo sin mirar la forma en que su amigo Guillermo se lanzaba de pecho a la piscina.
Roberto corrió por un largo pasillo tenĆa una erección a tope y se encerrò en un salón que tambien estaba decorado por otra piscina. Cuando estaba a punto de desnudarse para dar rienda suelta a su mano con el recuerdo de Eladio tirado en el suelo alguien salió a la superficie desde el fondo del agua. Ambos lanzaron un grito.
āĀæTĆŗ quĆ© haces aquĆ y no afuera?
āQuerĆa nadar solo un rato.
Era un Lucas el joven promesa del equipo de fĆŗtbol, tenĆa el cuerpo delgado y los cabellos mojados, por lo general siempre mantenĆa una sonrisa en el rostro a pesar de sufrir mĆŗltiples desgracias, casi todas divertidas.
La polla carnosa de Roberto estaba dejando de estar dura.
āPues deberĆas de salir, allĆ” estĆ”n todos celebrando.
āĀæY tĆŗ quĆ© estĆ”s haciendo por aquĆ?
āNada āreveló Roberto ya dando por muerta su erecciónā. Estaba buscĆ”ndote. Ven, vamos con los muchachos.
āEstĆ” bien.
Lucas nadó a la orilla de la piscina, oportunidad que Roberto tuvo para mirar su espalda y sentir que su pene volvĆa a despertar, en definitiva su erección regresó cuando Lucas abandonó la piscina y el traje de baƱo ajustado y hĆŗmedo se pego a sus genitales. Ya en una ocasión Roberto chupó el pene de Lucas y habĆa sido una experiencia fascinante ademĆ”s de los grandes huevos que su amigo se cargaba entre las piernas y que producia un semen de agradable sabor.
Sin mÔs preÔmbulos, y cundo Lucas abanodono el agua, Roberto procedió a estampar una patada sobre los muslos abiertos de Lucas que tras el golpe, chilló.
Las bolas de Lucas chocaron contra su pelvis por lo que mƔs tarde de forma probable se hincharan groseramente en el escroto.
Lucas colapsó en el suelo sujetando sus testĆculos, su cara estaba roja como un tomate y parecĆa que iba a vomitar. Su espalda ancha temblaba.
Roberto esbozó una ligera sonrisa malvada mientras acariciaba el abultado contorno que se hacĆa en su bóxer. Lanzó un pesado suspiro y salió de la piscina para regresar a la cubierta donde reinaba la diversión. Dispuesto a abandonar su deseo de masturbarse y ver si ya Eladio se habĆa recuperado. Y sus ojos se abrieron de par en par.
Eladio ya estaba de pie y estaba riendo, a su frente estaba Jaime, riendo tambiƩn aunque con las piernas abiertas.
āTe apuesto que soy mĆ”s resistente que tĆŗ.
āNo lo creo ānegaba Eladio, al rededor de ellos estaban sus amigos atentos al ataque de Eladio.
La mano de Eladio se pocisionó en la entrepierna de Jaime donde al sujetar el escroto se cerró herméticamente.
Jaime se lamentó sintiendo como sus bolas se comprimĆan. Ambos deportistas se miraban: uno con venganza y el otro aguantaba para no lanzar un grito.
Eladio empezó a apretar y estirar los testĆculos de su amigo entre su mano. Indeteniblemente el pene del capitĆ”n de fĆŗtbol empezó a crecer mostrando un asta de circo en su baƱador.
La mano de Eladio aumentaba la presión sobre la virilidad de Jaime que no soportó mÔs y gritó suplicando que se detuviera.
āĀ”Por favor! Ā”Por favor deja mis bolas! Ā”Por favor!"
Eladio ignoró las suplicas de su amigo y apretó mÔs fuerte. Haciendo que los huevos perdieran su forma ovalada en el escroto.
Jaime ya torcĆa los ojos y gritaba como soprano, el resto de los amigos se divertĆan.
Finalmente Eladio liberó a Jaime y este se fue de rodillas al piso sollozando por sus huevos. Los amasaba con dolor mientras Eladio se reĆa.
Guillermo que miraba todo carcajeÔndose de la risa pero con los brazos cruzados se acercó a Eladio esta vez extendiendo los brazos a su amigo.
āLo venciste, amigo. Dejame abrazarte.
Y los dos compañeros de equipo se abrazaron afectuosamente, lo que Eladio jamÔs esperó fue el rodillazo traidor que Guillermo subió entre sus muslos, sonando un golpe sólido.
POFF.
āĀ”AAAARRGGGGG!
Los ojos de Eladio se volvieron blancos mientras su apuesta cara se transformó en una mueca de dolor, se encorvó sosteniendo sus bolas, sus piernas temblaron y se arrodillo cogiendo sus testĆculos.
āHe ganado yo ādijo con aire triunfal Guillermo.
Hubo una explosión de alegrĆa y fiesta en el ambiente, algunos se rieron de Eladio otros regresaron a la reunion ruidosa. Guillermo volvió con Roberto acomodĆ”ndose el short.
āĀæQuĆ© haces? āquiso saber Roberto.
āAcomodando mi erección.
Ambos rieron y sus ojos se fijaron en Lucas que se integraba a la cubierta.
āSerĆ” mejor que a Ć©l lo dejemos tranquilo con sus huevotes.
āĀæPor quĆ© si parecen pelotas de tenis?
āPorque le clave un patadón que lo dejo derrotado.
āĀ”jajaja!
Hasta ese momento del dĆa la sesión de castigo ballbusting habĆa muerto, todos se dedicaron a disfrutar y burlarse de las bromas que habĆan provocado.
Asà pasó el resto de la tarde entre música, ajetreo y bolsas de hielo entre las bolas.
...
Al momento de la noche la fiesta continuaba, habĆa pasado a la hora de la madrugada. Lucas aburrido de mĆŗsica y alcohol durante toda la jornada se fue a su habitación a dormir pero su sueƱo se vio interrumpido cuando tocaban apresuradamente a la puerta.
ā”¿QuĆ©?! āpreguntó desde su cama con malhumor.
āLucas, hombre, se hunde el yate.
El miedo dominó al muchacho que enseguida saltó de la cama. Se apresuró a salir corriendo en dirección a la puerta, sin importarle coger un pantalón, pues a su delgado pecho lo cubrĆa una franela color verde oliva y a su abultado paquete resaltaba metido dentro de un bóxer de combinado color. Lo importante era salvar su vida. Cuando abrió la puerta casi que con el corazón en la boca Roberto y Guillermo estallaron en risas borrachas.
āHombre, Āæy quĆ© tanto haces aquĆ solo? āquiso saber Guillermo.
āEstaba cansado y fastidiado ya.
āMi abuelo se divierte mĆ”s que tu āalegĆ“ Roberto quitando la mirada de la entrepierna de Lucasā, que decepción que estĆ©s aquĆ.
āMuchachos, ya estaba aburrido y me dolĆan los pies. Creo que vine a descansar y terminĆ© quedandome dormido.
Roberto sonrió con malicia y apretó el puño, para luego empujarlo a las bolas de Lucas.
El futbolista gritó de sorpresa y se quejó de un diminuto dolor, casi una molestia. Se agarró las bolas entre las manos.
āHey, ya no me pegues mĆ”s. Esta maƱana me diste un patadón que me dejo sin aire en el piso.
Guillermo y Roberto se dirigieron miradas maliciosas, Lucas supo que algo malo le harĆan a su persona o a sus pelotas. Con entereza cerró la puerta de la habitación dejandolos afuera.
āHey, Lucas, abre.
āLucas, vamos a la fiesta.
āJodanse esta noche no me pegaran a mi en los cojones āLucas se agarró las bolas con las manos, las acarició y se metió en su cama sin dar atencion a los gritos.
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