Pillada por el patron - Las Bolas de Pablo

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17 dic 2017

Pillada por el patron

ESCRITA POR: ZATN

CONTIENE BALLBUSTING MUJER/HOMBRE.


   Ana MarĆ­a es una mujer de 25 aƱos, de aspecto agraciado y bella piel trigueƱa; Proviene de la regiĆ³n costera del paĆ­s, pero por necesidades econĆ³micas labora actualmente en el interior de la naciĆ³n, se desempeƱa como criada en una casa de familia.

   Vive en la casa de los MartĆ­nez, donde cocina, lava y realiza demĆ”s servicios a una familia de 4 personas: Don Miguel de 40 aƱos, el seƱor de la casa, y sus 3 hijos…GermĆ”n, Carolina y LeĆ³n, de 8, 7 y 4 aƱos respectivamente. La seƱora MartĆ­nez se divorciĆ³ hace mĆ”s de 1 aƱo, previo a la llegada de la criada y segĆŗn parece se fue con un hombre al extranjero; Don Miguel ademĆ”s tiene otros dos hijos de un primer matrimonio quienes rondan entre los 16 y 18 aƱos, pero quienes viven con su madre… Para finalizar se halla DoƱa Gertrudis de 58 aƱos, quien es la nana de los niƱos y vive en el segundo piso, siempre pendiente de estos.

   La criada recibe un sueldo promedio y justo, pero tiene grandes deudas y envĆ­a dinero a su madre en la regiĆ³n costera por lo que quisiera un trabajo mĆ”s remunerado, pero ante las pocas opciones laborales, debe contentarse con su sueldo.

   Por otra parte se aburre en exceso en la casa de los MartĆ­nez, sus dĆ­as libres son pocos, y tiene problemas con la seriedad de Don Miguel, quien siempre estĆ” viendo el periĆ³dico o los noticieros en la TV… Casi no charla con este amargado hombre; AdemĆ”s mĆ”s de un regaƱo se ha llevado por parte de Ć©l, cuando para entretenerse pone mĆŗsica durante sus labores, o sube el volumen al ver la televisiĆ³n en su cuarto de servicio.

   La mujer se muestra curiosa por la falta de compaƱƭa femenina de Don Miguel, no le conoce mujer ni amante, por lo escuchado terminĆ³ mal con su esposa, quien se fue con otro… Tal vez aun no supera la pĆ©rdida y prefiere la soledad y la amargura… o dado que vive con niƱos, tiene sus aventuras fuera de casa, con alguna mujer de la vida alegre. 

   Dado el tiempo que su trabajo le consume, Ana MarĆ­a no tiene tiempo para una relaciĆ³n sentimental… a veces tiene la pecaminosa idea de intentar algo con su veterano patrĆ³n, pero de inmediato se recrimina a si misma… Eso serĆ­a una locura, pues hasta la saciedad Don Miguel ha demostrado su carĆ”cter huraƱo y no aceptarĆ­a de ninguna manera algo con la criada… Si es que no la despide solo por su insinuaciĆ³n… AdemĆ”s el trabajo es demasiado importante para Ana MarĆ­a, no puede darse el lujo de quedar desempleada en este momento de crisis econĆ³mica.

   Pero la joven tenĆ­a sus necesidades, y usaba el telĆ©fono mĆ³vil para chatear y buscar potenciales amantes. Con un hombre llamado SIMON CHACƓN (claramente un falso nombre, pues lo habĆ­a tomado de un famoso y popular blog), chateaba largo rato en las noches; En la privacidad de su habitaciĆ³n, la criada intercambiaba fotos erĆ³ticas con su galĆ”n de la internet, obviamente no fotografiando su rostro para mantener en anonimato, pero sin el menor pudor se abrĆ­a de piernas, bajaba las pantaletas, y tomaba en la mejor posiciĆ³n fotos de sus partes Ć­ntimas…

   …Al otro lado de la web, el sujeto se masturbaba solo de pensar en penetrar el coƱo que observaba en la pantalla de su telĆ©fono. 

   Por su parte la excitada  Ana MarĆ­a, tambiĆ©n se tocaba sin reservas, obteniendo algo de placer y desahogando sus instintos sexuales.

   Varias noches gemidos salĆ­an de la habitaciĆ³n de la criada, hasta que llegĆ³ un fatĆ­dico dĆ­a en el que Ana MarĆ­a saliĆ³ un instante en plena madrugada a tomar agua, y al regresar olvidĆ³ cerrar la puerta adecuadamente…

   Era comĆŗn para Don Miguel el despertarse a media noche en busca de agua o un trago de leche, sus visitas al refrigerador lo llevaron ese dĆ­a a escuchar ruidos extraƱos… La curiosidad le hizo buscar el origen de los ruidos, que a medida que avanzaba a su origen, identifico como gemidos!

   Que gran sorpresa cuando observa la puerta de la criada entre abierta, y al asomarse puede ver a Ana MarĆ­a de espaldas a la entrada, sentada sobre la cama y desnuda!; Toda abierta de piernas, la mujer estaba tocĆ”ndose el coƱo con una destreza manual inusitada…

   …Los jadeos escapan de su ensalivada boca con un ritmo constante…y lo peor, con la mano libre sostiene el telĆ©fono mĆ³vil a centĆ­metros de su vulva, para de esta forma enviar vĆ­a red social el acto en vivo a su pervertido amigo de chat.

   Don Miguel se sorprende inicialmente por lo desvergonzada de la criada, no puede ver la acciĆ³n en primera fila pues solo contempla la espalda de la trigueƱa mujer, pero la ubicaciĆ³n de sus manos, los gemidos, y los cariƱitos enviados en voz alta a quien le observa, dejan conocer sin dudas lo que pasa.
   Pero el patrĆ³n no se quedarĆ” asĆ­ nada mĆ”s, debe tener plena confirmaciĆ³n visual del pervertido acto. Con sutileza se asoma y confirma el espectĆ”culo, una vulva peluda y algo rosada, hĆŗmeda en exceso… AsĆ­ como una mujer con la vista perdida sin percatarse de que ha sido pillada.

   “ANA MARIA!!!”.

   La criada viĆ©ndose sorprendida casi sufre un infarto, jamĆ”s en la vida espero que su jefe le descubriese en tremenda situaciĆ³n… Como un caracol se revuelve, arroja el telĆ©fono a un lado con la conversaciĆ³n aun en vivo, y se cubre con una almohada… En su rostro solo hay vergĆ¼enza y temor.

   “Eres una desvergonzada!!!, haciendo cochinadas en esta casa, respeta este hogar!!”.
   El temor de la empleada se incrementa al pensar mĆ”s detenidamente la situaciĆ³n, y darse total cuenta de las consecuencias de sus actos… lo ahora seguro es que perderĆ” el empleo… Se desespera…

   “Por favor patrĆ³n, perdĆ³neme!…por favor, no me despida…mire que necesito mucho el empleo!”. La criada suplicaba de rodillas sobre la cama, con la desnudez apenas oculta tras la almohada.

   La mirada del patrĆ³n no tiene otra interpretaciĆ³n….y sus palabras confirman lo esperado:

   “MaƱana mismo te largas de esta casa, no tolerarĆ© que gente como tĆŗ este cerca de mis hijos!”.

   “Por favor Don Miguel, se lo suplico no me eche…le prometo que…”.
-…Que nunca volverĆ­a a pasar-... Eso era lo que pensaba decir, pero no lo dijo…Era algo tan predecible e inĆŗtil, que no tenĆ­a sentido decirlo; Pero en esa fracciĆ³n de segundo tuvo un pensamiento desesperado… algo con lo que apostarĆ­a su permanencia en ese necesitado empleo…
…repentinamente cambio de postura sobre la cama, dejĆ³ la almohada mostrĆ”ndose desnuda, y camino en 4 patas rumbo al borde de la cama, hacĆ­a su patrĆ³n en pie.

   “No me despida Don Miguel… harĆ© lo que usted quiera…”. En ese mismo instante le tocaba la entrepierna al seƱor de la casa “HarĆ©...lo que sea!”. Con suavidad, acariciaba el paquete del hombre, esperaba excitarlo y que el patrĆ³n aceptase su indecente e inmoral propuesta.

   “Eres una vagabunda, suĆ©ltame mujerzuela!”.

   Ana MarĆ­a no pensĆ³ en un NO, por parte de su empleador… la respuesta del varĆ³n la sumiĆ³ en la decepciĆ³n total. Se resignĆ³, dejĆ³ de tocarlo, bajĆ³ la mirada y lanzĆ³ un puƱo a la cama… estaba frustrada, no solo habĆ­a fallado en su desesperado pero para ella infalible plan, sino que habĆ­a quedado sin empleo, y con la imagen de una cualquiera… que podrĆ­a ser peor?

   Totalmente molesta consigo misma, lanzĆ³ un  segundo puƱo en la cama, y un tercero, sĆ³lo que este no fue hacĆ­a abajo, sino al frente.

   “AAAAAHHHHHHHH!!!!!!!”. Gritaba Don Miguel al recibir el puƱetazo justo en los testĆ­culos.

   La criada se alarmĆ³ al escucharlo y levantĆ³ la mirada, observando como su patrĆ³n se encorvaba con las manos en la entrepierna… de inmediato supo en donde le habĆ­a golpeado.

   “PerdĆ³neme Don Miguel!!...fue sin culpa!, lo siento!”.

   La mujer se levantĆ³ y fue hacia su patrĆ³n, pero no sabĆ­a quĆ© hacer, ni siquiera se atrevĆ­a a tocarle.

   Viendo la cara de dolor del hombre, Ana MarĆ­a insistĆ­a en disculparse:

   “Por favor crĆ©ame, no quise pegarle ahĆ­!”.

   Pero la criada queda atĆ³nita al darse cuenta que Don Miguel ha dejado de tocar su adolorida ingle, y coloca sus manos en las caderas, inicialmente parecĆ­a estar tomando aire, pero Ana MarĆ­a puede observar una elevaciĆ³n en el Ć”rea genital de su pijama.

   Su patrĆ³n tiene una erecciĆ³n!

   A la mujer se le sale la pregunta: “Le gustĆ³ eso?”.

   Al ver una sonrisa en la boca de su patrĆ³n, sabe que la respuesta es sĆ­.

   “Desde que me dejĆ³ mi esposa… una mujer no me pegaba en los huevos…”. La criada no cree lo que escucha.

   “…Un golpe en los huevos…cĆ³mo lo extraƱaba!”.

   Ana MarĆ­a no puede creer lo que sucede, pero es demasiado obvio que a su jefe le gustĆ³ el golpe bajo…ha de ser un masoquista…esas personas a las que el dolor les causa placer.

   Y quien lo creerĆ­a del serio, huraƱo y recto Don Miguel… La criada pensĆ³:

   - Y el descarado regaƱƔndome por desvergonzada…Ć©l es peor entonces.

   “Entonces le gusta que le den golpes ahĆ­, verdad?”.

   “Lo admito, y no se compara pegarse uno mismo a que sea una mujer quien lo haga”.

   “Entonces no me despedirĆ” verdad?...le puedo dar lo que usted quiere”. La criada sabĆ­a que tenĆ­a una oportunidad, no solo de mantener su empleo sino de mejorar su situaciĆ³n econĆ³mica.

   “No…ya no te despedirĆ©….pero me tienes que hacer un favor”.

   Sabiendo lo que pretendĆ­a el seƱor de la casa, la empleada puso sus tĆ©rminos:

   “Le darĆ© lo que me pide, pero me tiene que dar un bono en la quincena…esto es trabajo extra”.

   “Es un trato!”.

   Feliz de sacar provecho de una inicial mala hora, a la criada no le fue difĆ­cil asimilar la nueva situaciĆ³n…lo del sadomasoquismo no era de sus gustos, pero harĆ­a lo que fuera por mantener su trabajo…

   …Desnuda caminĆ³ hacia el sujeto abierto de piernas, le tomĆ³ de los hombros, proyecto su rodilla y la enterrĆ³ entre las piernas de su jefe.

   Tuvo algo de precauciĆ³n, pero le dio suficiente fuerza a su rĆ³tula para aplastar las huevas de Don Miguel contra el hueso pĆŗbico masculino.

   El patrĆ³n rugiĆ³ como un leĆ³n al ser fauleado por la trigueƱa criada.

   “AAARRRGGGGGGGHHHHH!!!!!!!”. De inmediato cayĆ³ al suelo, tomando la posiciĆ³n fetal.

   Una peculiar sensaciĆ³n de poder hizo sonreĆ­r a la criada, Don Miguel estaba tirado en el suelo quejumbroso, pero sin dejar de estar erecto.

   El magullado varĆ³n se sobrecogiĆ³ al dolor, y de alguna manera logro bajarse los pantalones de la pijama, Y mientras abrĆ­a las piernas invitaba a acercase a la mujer.

   “Ana MarĆ­a…ChĆŗpame la verga!”.

   La criada no lo dudĆ³ un instante, despuĆ©s de todo, unos minutos atrĆ”s ofrecĆ­a tener sexo con su patrĆ³n, pero si le recordĆ³ el precio establecido.

   “De acuerdo, pero recuerde lo del bono”.

   Don Miguel suplicaba que se la chupara, le darĆ­a todos los bonos que quisiese.

   Pronto la mujer se agachĆ³ ante el derribado hombre, y su boca engullĆ­a el mediano pene de su jefe. No era muy largo, pero si bastante grueso… sobre todo la cabeza, el glande de Don Miguel era gordo y tenĆ­a un tono violĆ”ceo. La mujer lo saboreo y ensalivĆ³ por completo.

   “Las bolas… sĆ³bamelas cariƱo”.

   Vaya que le estaba dando un manjar a ese hombre… el contacto de sus dedos con el escroto del patrĆ³n le arrancaron unos quejidos, el rodillazo le habĆ­a dejado toda la zona sensible y con una simple caricia, el dolor se agudizaba… claro que esto lo excitaba mĆ”s, y Ana MarĆ­a podrĆ­a sentir palpitar el grueso miembro en su boca.

   La joven no pasĆ³ de agache el momento sexual de su patrĆ³n, ella tambiĆ©n se excitĆ³ ante los jadeos, quejas y demĆ”s de su jefe. Y sentir esa gorda verga en su boca la llevĆ³ a masturbarse con los dedos… su coƱo pronto se humedeciĆ³, y hubiera llegado al orgasmo manualmente si su patrĆ³n no la interrumpĆ­a al decirle:

   “Ya esto casi ahĆ­… dame una vez mĆ”s”. Don Miguel le mostraba el puƱo en alto, algo que la criada entendiĆ³ perfectamente.

   SacĆ”ndose la vara de carne de la boca, la criada bruscamente tomo el escroto de su patrĆ³n con una mano, estrangulando las huevas, para con la mano dominante propinarles un puƱo pleno en los cojones.

   “OOHH”!!!...OHHH!!!...”. Se quejaba el patrĆ³n ante el impacto.

   Un segundo puƱo en las esfĆ©ricas Ć”reas, y un fuerte chorro de esperma era escupido por la uretra del varĆ³n, salpicones de lĆ­quido viscoso y blanco se esparcieron por el suelo, llegando tambiĆ©n a manchar el rostro y cuello de la empleada.

   “UUUUFFFFFFFFF!!!!!”. Todo fue alivio para el hombre… sus huevas le ardĆ­an.

   Ana MarĆ­a se levantĆ³ con destino al baƱo a asearse, pero antes la mataba la curiosidad, viendo las muestras simultĆ”neas de dolor y placer en la cara de su patrĆ³n... Pero siempre imponiĆ©ndose la expresiĆ³n de goce:

   “Le he pegado bastante duro… ¿no le duele Don Miguel?”.

   “Me duele como no tienes idea… pero se siente rico… muy rico…”. Abundante saliva escurrĆ­a de sus labios, impidiĆ©ndole hablar mĆ”s.

   La criada se metiĆ³ al baƱo, allĆ­ tardĆ³ unos 10 minutos; Al salir su patrĆ³n se encontraba de pie, sus pantalones estaban arriba y se masajeaba la dolorida entrepierna.

   “Bueno me retiro Ana MarĆ­a…dejemos esto hasta aquĆ­!”.

   “PatrĆ³n cĆŗmplame con lo del bono”. Le decĆ­a la mujer, quien se colocaba unas diminutas pantis que llevaba en la mano.

   “Lo hare… porque me interesa que esto de hoy se repita... maƱana hablamos de lo acordado”.

   “Gracias patrĆ³n, y estoy dispuesta a lo que usted quiera, ya sabe…me cumple usted y esto se repetirĆ” bastante”.

   Para Ana MarĆ­a era un asunto econĆ³mico… habĆ­a descubierto por accidente el gusto secreto de su jefe… y usarĆ­a eso para obtener el dinero que tanta falta le hacĆ­a.

   Una vez a solas, cerrĆ³ la puerta y se arrojĆ³ en la cama, hallĆ³ el telĆ©fono en el cual su amigo vĆ­a web ya habĆ­a colgado dado la repentina interrupciĆ³n, otro dĆ­a le hablarĆ­a y le contarĆ­a alguna excusa de que le habĆ­a sucedido, por ahora en la cabeza rememoraba lo que habĆ­a pasado…

   …A Don Miguel le excitaba que una mujer le pegara en las huevas...al parecer su exesposa le complacĆ­a con esas prĆ”cticas…la curiosidad por saber mĆ”s la mataba…ya serĆ­a el dĆ­a de maƱana en el que le sacara mĆ”s informaciĆ³n a su pervertido jefe.

   El patrĆ³n era un hipĆ³crita al llamarla desvergonzada por esa pervertida conversaciĆ³n y fotos por telĆ©fono…Ć©l era un pervertido de marca mayor…
…Ana MarĆ­a de pronto se vio con las pantaletas empapadas pues sin darse cuenta se masturbaba sobre las pantys… se las quitĆ³ y aumentĆ³ la dedicaciĆ³n a su clĆ­toris… aĆŗn estaba excitada y el recordar todo, la calentĆ³ mĆ”s… todo este asunto era por dinero... pero debĆ­a admitir que sentĆ­a delicioso el chuparle la verga a su patrĆ³n y el pegarle en las bolas… esas expresiones de placer y dolor de Don Miguel, no desaparecerĆ­an de su cabeza tan pronto…

   El ritmo de sus dedos frotando el clĆ­toris e ingresando a su vagina, era mĆ”s y mĆ”s intenso… hasta que estallĆ³ en un orgasmo deseado… Jadeante en la cama, la criada sabĆ­a que las cosas en esa casa no volverĆ­an a ser normales.

   ContinuarĆ” en  <Una noche de acciĆ³n con el PatrĆ³n>.

Gracias.
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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