Mi combate contra la Rosa Negra - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

26 sept 2018

Mi combate contra la Rosa Negra

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M.


Soy Andrés Miraban, tengo 19 años y hoy es mi tercera pelea en el club nocturno FIGHT TWO, un club para eventos eróticos y pervertidos.

Las peleas son intensas y eróticas, aquí se dan enfrentamientos entre hombre o entre mujeres, por el contenido erótico del sitio; Siempre los participantes luchan en ropa interior o en trajes de baño...Pero mi pelea de hoy es mixta, es decir entre hombre y mujer, en ocasiones suceden estas confrontaciones despertando gran morbo en el pervertido público asistente...En estas ambos pelean desnudos, claramente es para un mayor ingrediente erótico, es morboso ver luchar frente a frente a un hombre y una mujer con sus genitales al aire.

Personalmente entrĆ© en esto por el dinero, es algo privado y se gana buen dinero que necesito para mis estudios. 

Deben saber antes las reglas de estos enfrentamientos:
Los combates eran en asaltos y con un referee, con reglas de todo vale, obviamente sin excesos (pues para eso había un Ôrbitro), como por ejemplo nada de atacar a los ojos, o dislocar miembros, y menos aún fracturar, pero si se permitían golpes con cierta fuerza en la nuca (golpe de conejo), en el cuello e incluso en los genitales, cosa que para nada me agradaba, y menos en esta pelea, pues en combates con tu propio género (En donde se combatía vestido) era permitido usar protector genital, pero en una lucha mixta y estando desnudo no habría protección alguna, supongo que era parte de lo morboso que resultaban estos combates hombre vs mujer, se podía atacar los genitales de su oponente y no habría defensa alguna; También se puede interpretar que impiden la protección genital para darle cierta ventaja a la mujer contra el hombre, se les abre la opción de atacar nuestro único punto débil, es una forma de igualar las acciones dado que ellas tiene menor fuerza física.


Admito que me siento algo incómodo al tener que golpear a una mujer, pero asĆ­ es esto, y  ella tambiĆ©n saben en que se meten…Claro que las chicas que combaten en estos eventos son muy hĆ”biles y pueden resultar oponentes complicados y temibles, ya antes las he visto pelear, asĆ­ que en parte no deberĆ­a sentirme mal, ellas pueden resultar mejores que cualquier varón.


Asƭ sean hƔbiles y todo, estarƭa peleando desnudo ante una mujer, y es bastante obvio que debƭa cuidarme mucho mƔs la entrepierna, jamƔs querrƩ recibir un golpe en las bolas, y mi rival seguramente buscarƔ propinƔrmelo para garantizar su victoria.

Como batalla mixta es mi primer enfrentamiento, mi rival de hoy es una mujer apodada "La Rosa Negra", Tengo entendido que su nombre real es Rosa. Desconozco mucho de ella, pero es una mujer de 24 aƱos con experiencia en estas peleas, pues tiene mƔs de un aƱo en esta actividad.

Estamos en la categoría de 50-55 Kg, ambos pesamos casi lo mismo, En cuanto a Rosa, se las describiré físicamente: Es de estatura media y de rostro es agraciada, a pesar que no me es grato su aspecto gótico, lleno de maquillaje oscuro y piercing...

Es de cabello negro con tonos purpuras, ojos azules, muy delgada, tiene muy pocas caderas y menos aĆŗn trasero, no tiene muchas curvas, excepto en su busto, porque es muy tetona… Mi primera impresión es que eran tetas operadas, pero resultaron ser reales, era una verdadera compensación...Ante la falta de voluptuosidad en el resto de su cuerpo, la naturaleza le dio atributos en el pecho…De sus +/- 50 Kg, 20 debĆ­an ser de sus tetas, Ok exagero un poco, PERO QUE TETAS GRANDES TIENE ESA MUJER!!

En cuanto a vestimenta para la pelea, como dije andĆ”bamos desnudos, con ligeras excepciones, en mi caso era Ćŗnicamente unas botas de media altura, de un material blando y liviano, quisieron que usara un grueso cinturón de cuero, era algo para llamar la atención del pĆŗblico femenino, pero lo desechĆ© pues querĆ­an mostrarme como un combatiente antiguo…solo hubiera faltado una espada para parecer un guerrero del mito Griego.

Ella “vestĆ­a” de negro, exponĆ­a en el cuello una especie de collar satĆ”nico, brazaletes del mismo color y calzaba botines de cuero con tacón de media altura que terminaban en una ancha punta. Su aspecto en general era completamente gótico, sumado a su maquillaje facial, usaba uƱas pintadas de negro.

En la espalda llevaba el tatuaje de una gran rosa negra... obviamente su nombre estaba basado en ese elaborado tatuaje.

Me distraje al principio viĆ©ndole las tetas… Luego por un instante le vi el coƱo, lo tenĆ­a bastante peludo, ella se ladeo sin darse cuenta de mis miradas, ocultando su vulva…


…Su movimiento desvió una vez mĆ”s mi atención a su busto, enorme y con pezones grandes!.
Ahora si noto mis miradas y me dio nuevamente el frente, mostrando ampliamente su Ć”rea peluda…simultĆ”neamente replico sonriente: "Que pasa? Nunca habĆ­as visto a una mujer desnuda?". Su comentario en tono de burla me incomodó, le respondĆ­: "No en el ring, ni vistiendo asĆ­ tan…tipo satanĆ”s!".

"Pues sé que eres novato, y tu primer combate con una mujer serÔ una derrota". Me incomodó que tratara el tema de mi inexperiencia, ademÔs sus palabras me llamaron la atención en concentrarme y dejar de ver sus enormes tetas... Tomaría las cosas con seriedad.

El Ć”rbitro conversaba con nuestros entrenadores, mientras tanto ambos calentĆ”bamos los movimientos dentro del ring, pude ver como sus enormes melones brincaban al apenas dar un leve salto...rĆ”pidamente volvĆ­ a concentrarme, pero fue entonces cuando note su mirada... 
...La descubrĆ­ viendo mi entrepierna, sabĆ­a que miraba mis bolas, enseguida deduje:

IntentarƔ golpeƔrmelas para debilitarme e imponerse en el combate, debo tener cuidado.

La confronte como ella lo habĆ­a hecho segundos antes: "Te gusta lo que ves?".
Sonrió, y desvió la mirada ahora viéndome a los ojos: "Tiene un buen pene, aún dormido es bastante largo, felicidades".


Es cierto que mi pene es largo, todas mis novias me lo han dicho, flƔcido sobrepasa los 14 cm, y erecto alcanzo los 21 cm; Pero sabƭa que su mirada se habƭa centrado mƔs en mis testƭculos.
"No soy tonto, veĆ­as mis pelotas!”. 
“Y quĆ©?, AquĆ­ se vale pegarles en las bolas… o tienes miedo?, al seƱor “Don Macho” le da miedo pelear sin su protector en los huevos?, pero aquĆ­ es peleando desnudos, es la concha y las tetas de la mujer contra la verga y las bolas del hombre… AquĆ­ no puedes usar protectores, seƱor asustado!”. Sus palabras en verdad eran irritantes.
“No tengo miedo!!”.
“Eres como todos los hombres en este club de pelea, se mueren de miedo si les toca pelear desnudos…no quieren que les peguen en sus cositas”. 
“Di lo que quieras, pero no dejarĆ© que me faulees!".
"Ya veremos si te logro pegar en esas canicas, Jajaja…Y hablando de cosas diminutas, no puedo creer lo pequeƱas que las tienes!..Jajaja, la verdad no puedo dejar de verlas". Me ladee un poco, haciĆ©ndola carcajear.

Me enojó mucho su comentario, pero tenĆ­a razón, Mis bolas son pequeƱas, pero no por eso soy menos viril…En la cama me siento afortunado, ningĆŗn lio he tenido por mis bolas pequeƱas, ninguna mujer se ha quejado de mĆ­ en la cama, no solo por mi pene grande, sino por mi muy repetitivo apetito sexual, de hecho una novia me terminó por mi recurrente bĆŗsqueda de su coƱo, simplemente me dijo que “tu solo quieres hacerlo a toda hora”...eso prueba que el tamaƱo de las bolas no tiene relación con las ganas de fornicar.

La irreverente volvió a burlarse: "Nunca vi a un hombre con los huevos tan pequeƱos, Jajaja…Pero la verdad me gustarĆ­a que las tuvieras mĆ”s grandes que un toro…harĆ­a mĆ”s fĆ”cil el pateĆ”rtelas, Jajajaja…Pero no te preocupes, igual te pegare en esas canicas…".

"No me dejare!, Inténtalo y te ira mal". Riéndose de mi respuesta, levantó los hombros a la vez que daba un leve brinco, de inmediato sus tetonas brincaron igual y mi atención una vez mÔs estaba sobre esas bellas y enormes masas de carne femenina.

De nuevo notó mi mirada: "No te distraigas con mis tetas cariño, o patearé tus huevitos...Jajaja... y eso serÔ todo en este combate".

Una vez mÔs tenía razón, si me pegaba en las bolas no solo sentiría mucho dolor, sino que quedaría en desventaja física ante ella...Era un golpe decisivo en un combate, de lograr golpearme bajo no tardaría en vencerme.

El referí nos llamó al centro del ring, recordó el hacerle caso cuando diera una orden y demÔs, y por fin empezó nuestro combate!...
...Pero tambiĆ©n casi finaliza ahĆ­, pues Rosa al instante preparó su sólido calzado y lanzó una patada a mis testĆ­culos. 

Por fortuna estaba prevenido y di un brinco hacia atrĆ”s evitando ser fauleado, de  haberme dado tal puntapiĆ© con esas botas estarĆ­a en el suelo gritando, le tome miedo a esos pesados botines; El pĆŗblico estalló de emoción ante el sorpresivo ataque.

Me enojĆ© y fui contra ella, le lancĆ© dos golpes al rostro, pero se cubrió bien, tenĆ­a buena guardia, protegiendo con los puƱos el cuello y barbilla…Pero no me di por vencido y cambie de tĆ”ctica logrando conectarle algunos puƱos en el estómago, ella se defendĆ­a con rodillazos a mis caderas, pero le pagaba con la misma moneda…Transcurridos unos 2 minutos de pleito, la tenĆ­a a la defensiva. 

Cerca del final del primer asalto, Rosa se fue a la ofensiva, pero me defendĆ­a bien, en un momento recibĆ­ un fuerte golpe en el costado, y ella decidió continuar por allĆ­…
…Me quejĆ© con varios puƱos en las costillas, le respondĆ­a con golpes que no la alcanzaban pues era muy Ć”gil la muy tetuda. 

En el segundo asalto la pelea iba mal para mĆ­, Rosa era muy buena y por algo llevaba su tiempo en estas luchas, AquĆ­ yo era el novato, y lo sentĆ­ en carne propia tras una certera patada en mis costillas, su botĆ­n me dejo marca en el costado.
Ella apenas podĆ­a se reĆ­a de cada golpe que me conectaba…
…Pero tambiĆ©n tuve mis momentos, un buen puƱo en su estómago la hizo retroceder para buscar el tomar aire, mi intento por aprovechar la situación se vio truncado cuando amagó con una patada en mis huevos, no estuvo ni cerca, pero el temor a ser pateado fue suficiente para alejarme de ella, dĆ”ndole los segundos que necesitaba para retomar el aliento.

Y llegó el peor momento para mí, Rosa se acercó a mi guardia y sin notarlo uso su tacón para pisarme con fuerza el pie, el dolor me sacó de balance un instante, lo que la tetuda aprovechó para atacar mi garganta con sus dedos extendidos.
El golpe me aturdió y retrocedĆ­ tambaleĆ”ndome, mientras cubrĆ­a mi cuello herido…En ese instante mi guardia era nula, y mis testĆ­culos se exponĆ­an abiertamente a ser agredidos.

El ataque combinado de Rosa habĆ­a funcionado, y la sonriente mujer aprovecho su oportunidad.
Le escuchĆ© decir: “Con la guardia baja?, toma!”.
Con todo el tiempo y precisión, atacó mi entrepierna!, dĆ”ndome un fuerte puntapiĆ© en donde la naturaleza me hizo mĆ”s sensible… la gruesa punta de su botĆ­n golpeó mis testĆ­culos con salvajĆ­a, haciĆ©ndolos crujir. 


El impacto me elevó unos centímetros, enseguida me incline y agarre mis bolas mientras gritaba:
"AAAAAUUUUUUUUUUU!!!!!!!!!!". Fue un aullido de lobo con el que expulsƩ todo el aire de mis pulmones.
Las mujeres del público se alegraron por el daño a mis genitales, los varones por su lado, unos se quejaron al saber cómo hombre lo que padecía, otros simplemente animaron a la Rosa Negra a rematarme.
Ella se tomó su tiempo para analizar mis reacciones de dolor.
“Eres muy joven, pero espero que ya seas padre, porque despuĆ©s de esa patada, quien sabe si podrĆ”s tener hijos, Jajajajaja”.
Hablaba en voz alta para que el pĆŗblico se riera con sus “malos chistes”.
Intentaba alejarme de ella, pero la malvada volvĆ­a a disminuir la distancia entre nosotros.
Rosa se quedó viéndome un instante y sonriente se burló, en voz baja esta vez, sólo para que yo la escuchara: "Te dije que te daría en las canicas, grave error tener la guardia baja".
Estaba casi doblado ante ella, trate de retroceder mientras exponĆ­a mi dentadura de lo intenso que era mi sufrimiento. Pero ella no dejarĆ­a ir la oportunidad de rematarme...
...Mis manos cubrían mis huevos, pero mi pene estaba libre, y por lo largo, la Rosa Negra me tomó de él.

"Que pipĆ­ tan largo!...mala suerte para ti en este momento... Ahora tengo de dónde agarrarte cariƱo…".


Con fuerza me jaló del pene, haciéndome ir hacía ella, por un instante el sorpresivo agarre me hizo descuidar mis bolas, pero entre en razón y las cubrí de inmediato, no podía desprotegerme ante esa peligrosa mujer!...
…Ella solo reĆ­a al tenerme como un tĆ­tere, tiraba de mi verga a voluntad…Estrujó mi pene causĆ”ndome dolor, pero nada parecido a lo que ya sentĆ­a en los huevos…Me soltó y terminó propinĆ”ndome un golpe en plena cara.
RetrocedĆ­ a una esquina, sin dejar de sobar mis bolas.
“Lastima, ese pipĆ­ lo debes meter en muchos coƱos, pero con el dolorcito de ahora, y el de tus huevitos, no creo que puedas estar con alguna mujer en un buen tiempo”. Nueva risa del pĆŗblico que me terminaba humillando aĆŗn mĆ”s.

Me sentĆ­a muy mal, los huevos me dolĆ­an demasiado, y no me permitĆ­an hacer algo Ćŗtil.
Ya antes habĆ­a recibido golpes bajos…En un pleito callejero me dieron un rodillazo que decidió la pelea en mi contra; Y en una pelea de bar, recibĆ­ una patada baja por parte de un celoso exnovio de una chica, en esa ocasión pude salir vencedor a pesar del horrible dolor…
…TambiĆ©n en los entrenamientos, e incluso en mi primera pelea aquĆ­ (una derrota contra un hombre mĆ”s bajo que yo) he recibido impactos entre las piernas, pero ahĆ­ tenĆ­a un protector que salvaba mi hombrĆ­a…
… Pero hoy era la primera vez que una mujer me pegaba en los testĆ­culos, hasta la fecha, mis bolas solo habĆ­an recibido ricas caricias por parte del gĆ©nero femenino.
Rosa volvió con sus burlas.
"Lo siento de nuevo, te duelen mucho las bolitas?, que acaso tu entrenador no te enseƱo a siempre cubrƭrtelas?".
La Rosa aprovecho para golpearme por todos lados...
...Sus golpes eran incesantes y se centraban en mi espalda y costados… desesperado cubrĆ­a mis genitales, no faltó ocasión cuando recibĆ­ nuevamente ataques en mis Ć”reas Ć­ntimas...
…Dos puntapiĆ©s en las benditas manos que protegĆ­an mis pelotas, me decĆ­an que la condenada, a pesar de haberme lastimado la hombrĆ­a, continuaba interesada en acabarme definitivamente con otro golpe bajo.
"Jajaja, si te vuelvo a pegar en los huevitos, te acabo!, Jajaja…Eso es querido, protĆ©getelos!, no vuelvas a ser tan descuidado cariƱo, Jajaja".

Ante tanto golpe, terminĆ© en mi esquina de ring,  no tenĆ­a escape, la condenada esperaba acabarme pronto...
...Un gancho entró a mi quijada y sentĆ­ una mayor debilidad general, ya de por sĆ­ mis piernas eran casi de papel, me sentĆ­ mareado un instante y sin percatarme deje mi guardia abierta…La malvada aprovechó la abertura, llevó su mano hacia atrĆ”s tomando bastante impulso y descargó un terrible manotazo en mis pelotas, fue como si un duro lĆ”tigo me hubiese impactado.

"AAAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!". GritƩ al ser nuevamente fauleado.
SentĆ­ nauseas de inmediato, y mi bajo vientre se sentĆ­a entumecido, RetrocedĆ­ aĆŗn mĆ”s, pero antes de cubrirme, Rosa incursionó en mi entrepierna y me agarró del escroto…
…Me tenĆ­a por completo, por fortuna no me agarró las gónadas, me tenĆ­a con las uƱas de su pulgar e Ć­ndice, pinzado del escroto!…sentĆ­ un leve tirón, pero de inmediato me liberó.
Estoy seguro que por gusto propio no pellizcó uno de mis huevos, pudo hacerlo, pero ella se jactaba de su ventaja en la pelea, ventaja que parecĆ­a casi darle la victoria. 
Rosa estalló en risas: "JAJAJAJA…Que lindos huevitos, Jajajaja". La gente la ovacionaba.

Mi cuerpo era un mar de dolores, toda mi Ć”rea inguinal se sentĆ­a pesada y llena...Era como si tuviera los huevos adentro de mi cuerpo...Pero no era asĆ­…DespuĆ©s de la patada y el manotazo, de alguna forma aĆŗn me colgaban entre las piernas.
TerminƩ de rodillas en la esquina ante una mujer que se prestaba a ganar el pleito.

"Llegó tu fin querido, prepÔrate". Se inclinó ante mí para darme el golpe final.

Ni siquiera podĆ­a verla bien porque de la debilidad entrecerraba los ojos…Pero algo en mi interior se negaba a rendirse sin dar todo lo que pudiera, asĆ­ que reunĆ­ fuerzas y decidir por lo menos darle un golpe en la cara. Lance un puƱo hacia arriba y chocó contra algo, recuerdo sentir el puƱo golpear una parte muy blanda.

"AAAAAAAAAIIIIIIIII!!!!!!!". Gritó muy fuerte Rosa, apenas abrir los ojos la vi en la esquina opuesta en cuclillas y con las manos cubriendo sus pechos, le había terminado dando en una de sus gigantescas tetas. Su rostro expresaba mucho dolor, Debo decir que parecía compararse con el mío cuando me dio en los huevos.

Fue un golpe fortuito, pero era mi oportunidad!, a pesar del nudo en mi garganta y el malestar en la boca de estómago, reunĆ­ las fuerzas que pude y me levante... Pero eso sĆ­, protegiendo bien mis huevos, pues dudaba de su dolor, tal vez podĆ­a ser una trampa…Pero pensĆ”ndolo bien no tenĆ­a sentido pues un segundo antes ella estaba por vencerme, en fin me acerque a ella....
...No era hora de mostrar piedad, ella no la tuvo conmigo tras patearme a gusto las bolas. PreparƩ la pierna para descargarle una patada en la cabeza, estaba decidido a acabarla de una vez.
En medio de su dolor me miró...sabĆ­a lo que intentaba, estaba acabada porque no podĆ­a moverse, cuando tome impulso escuchĆ©: "Meee….me rindo!". Le fue difĆ­cil articularlo en medio de su agonĆ­a.

Paré mi ataque, y el juez interpuso un brazo deteniendo el enfrentamiento, enseguida tomó mi mano y la levanto...Yo era el ganador!.

Una vez acabó todo, cada uno se quedó en su esquina, los encargados del evento nos dieron un tiempo prudencial para recuperarnos; Se sorprenderÔn al saber que pude abandonar primero el ring, pues a pesar del dolor en las pelotas podía caminar, la luchadora Rosa se vio mÔs turbada y solo con ayuda de su entrenador pudo bajar y caminar hacia los camerinos; El público estaba emocionado por nuestro combate, pero mÔs bien fue por morbo ante la presencia de golpes de todo tipo, incluido Ôreas intimas en el hombre y la mujer.

En el camerino, mi entrenador me colocó una gran bolsa de hielo en las bolas, aĆŗn  estaba desnudo pues no querĆ­a colocarme nada; QuedĆ© sólo al tener que salir mi entrenador a arreglar algĆŗn pendiente con los del club, permanecĆ­a acostado sobre el suelo, era mĆ”s conveniente no hacer esfuerzo… Fue entonces cuando escuchĆ© a alguien afuera del camerino, me pareció la voz de una mujer, y la curiosidad me hizo salir aun con el hielo en mis cojones.

Afuera no halle a nadie, frente a mi estaba la puerta del baƱo de hombres, pero no parecĆ­a haber nadie, de repente de una puerta mĆ”s alejada aparecĆ­a Rosa, salĆ­a del baƱo de mujeres e iba todavĆ­a desnuda…Tomaba rumbo a su propio camerino, se notaba su lento caminar…aĆŗn estaba dolida y necesitaba evitar cualquier movimiento brusco, me decidĆ­ a hablarle:
"Hola Rosa". Volteó enseguida.
"Hola AndrƩs, ese es tu nombre, cierto?".
"Así es, cómo estÔs?".
"Estoy algo mÔs recuperada, gracias por preguntar". Me sorprendió su amabilidad.
"Me disculpo, la verdad no quise golpearte en las…". Mire sus tetas, pero enseguida desviĆ© la vista.
"No tienes que disculparte, se valĆ­a todo, tambiĆ©n dar en las tetas". 
“Lo sĆ©, pero no me gusta el ganarte con un golpe ahĆ­, perdón”.
“Igual yo te iba a ganar despuĆ©s de golpearte los…”.
En ese momento bajó la vista a mis "helados" huevos, aliviados con la bolsa de hielo.

"Te duelen todavĆ­a?".
"Tú que crees?...Me pateaste duro!". Le reclamé.
"Cómo ya dije, se valĆ­a todo…Pero debo admitir que quiero disculparme… Eh, perdóname!, fui bastante brusca”.
“Ni que lo digas”. MovĆ­ un poco la bolsa de hielo.
“Pero no debiste bajar la guardia…es tu culpa!". Su comentario no me molestó, de hecho su aspecto me pareció amable, al parecer su actitud era totalmente diferente fuera de la arena, de seguro parecer engreĆ­da y altanera era en parte actuación.
Intrigado le preguntƩ sobre su dolor en los pechos:
"No lo tomes a mal, pero nunca creĆ­ que a una mujer le doliera tanto un golpe en las tetas, gritaste como loca, casi parecĆ­a el dolor de un hombre cuando nos dan en las pelotas".
"Como tĆŗ mismo hace unos minutos, te hice gritar fuerte, Jaja…". Intentó ser graciosa.
"Si, pero ya en serio, porqué te dolió tanto?, es por tenerlas tan grandes?. Perdóname pero eso es lo único que se me ocurre, y la verdad no creí que el tamaño hiciese tanta diferencia en cuanto a lo que sienten".
"No es por el tamaño de mi busto, si es verdad que al tenerlos mÔs grandes es posible un mayor dolor, pero no fue sólo por eso que me ganaste". Se palpó el pecho adolorido.
"Entonces?".
Pareció cambiar de conversación: "Tuviste suerte, te confieso que no debí pelear esta noche...".
"De que hablas?".
"No lo entenderĆ­as...".
"Dímelo quiero saber que te sucedió". Estaba interesado en saber su respuesta, en ese instante la charla estaba distendida.
"EstÔ por venirme la menstruación, y siempre un día antes tengo mayor sensibilidad en las tetas, de hecho los pezones no soportan el roce ni del sostén, y el mÔs leve golpe me ha sacado lÔgrimas, ahora imagina recibir un puño de ti, nunca había sentido tanto dolor en mi vida, por eso me ganaste!".



"Vaya eso no lo sabƭa, la verdad es que no tengo hermanas...Espero estƩs mejor pronto".
"Mejoraré, pero la mala sensación me durarÔ hasta mañana".
"Qué curioso, tienes una gran debilidad como los hombres, claro que nosotros la tenemos todos los días de nuestra vida, y tú solo un día al mes".
"AsĆ­ nos hizo la naturaleza".
En ese instante volví a verle los pechos, ella lo notó y dijo: "La naturaleza nos hizo peculiares, a mí me puso estas tetas que te gustan tanto...". Me sonroje al escucharla "... y a ti te puso ese pollón".
No notƩ que ya habƭa alejado el hielo de mi entrepierna, y mi larga verga colgaba abiertamente a la mirada de Rosa.
Se escuchó la voz de su entrenador llamÔndola, la interrupción acabó el momento incomodo, Rosa se ladeó disponiéndose a irse...
"Por cierto, quiero la revancha". Dijo en tono alegre.
"La tendrƔs!, pero eso sƭ, avƭsame que dƭa te viene la regla para pelear un dƭa antes, Jajaja".
Se sorprendió levemente y expreso algo molesta: "Oh idiota!!".

Enseguida me dio la espalda y se alejó, pero unos pasos antes de desaparecer por el pasillo, se detuvo, volteó su rostro, y dedico una mirada a mis genitales, me causó morbo su actuar...sonrió y dijo: "Cuídate, nos estamos viendo...".
Estaba sonrojada, seguidamente retomó su camino; Me sentí alegre, su mirada en esta última ocasión fue exclusivamente a mi pene...esperaría por verla de nuevo...A esa bella y tetona Rosa Negra.



FIN.


Gracias.

Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com




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