El esclavo (1/5): Sí, señor - Las Bolas de Pablo

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18 ene 2021

El esclavo (1/5): Sí, señor



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Erick

Erick tenía 20 años, era una estrella en ascenso del círculo de luchadores jóvenes de Cinturón de honor, la empresa de lucha libre profesional del señor Marcos Chacón. Además, Erick siempre fue el mejor amigo de Pablo. El joven tenía cortos cabellos negros, piel muy blanca y estatura baja. Algunos le apodaban "cabezón" y él entre risas respondía:

El cabezón es otro que tengo más abajo y cuando quieras te lo empujo.

Freddy
Estaba sumamente contento de que Freddy otro luchador profesional de circuito había empezado a demostrar cierto interés por él más allá del wrestling.

Después de meses y meses de coqueteo, Freddy aceptó a Erick y cedió a un encuentro más íntimo.

—Estoy emocionado de que podamos estar los dos juntos acá —dijo Erick al increíblemente guapo Freddy cuando lo invitó a la intimidad de su hogar después de una tarde de entrenamiento. El hombre era alto, con cabellos castaños, mirada altiva y del grupo de arrogantes de luchadores. Estaban de pie uno frente al otro, Erick estaba emocionado de que ese semental al fin sería suyo e iba a probar cada centímetro de su piel. Una vez Freddy se quitó la franela de color amarillo, Erick le recorrió el cuerpo con la mirada, desde el pecho bien definido hasta las piernas musculosas.


A modo de juego, Erick golpeó el bulto en la trusa de Freddy. El fuerte luchador hizo una mueca, pero reaccionó rápidamente agarrando de las bolas a Erick, haciendo que el joven se pusiera de puntillas gimiendo de dolor.


—¡No te he dado permiso de tocar mis bolas! —le dijo de forma dura—. ¿O en qué momento te he dicho que lo hagas? Si te traje aquí es para que hagas lo que yo digo, ¿entendido?

Erick no dijo nada por lo que Freddy con una centelleante mirada incrementó la presión sobre los huevos del muchacho.

Pregunte que si has entendido.

—S… s… sí.

—¡Responde, sí, señor!

—Sí… sí, señor.

Freddy soltó lentamente las bolas del muchacho.

—A partir de este momento serás mi esclavo y harás todo lo que yo diga.

Erick afirmó con la cabeza sin emitir palabra.

—¡Responde sí, señor. Carajo! —Freddy extendió la mano y agarró el bulto de Erick comenzando a apretar. Erick gruñó gututalmente de dolor. Sin embargo, el bulto en su trusa comenzó a crecer hasta convertirse en una notoria erección.

Freddy volvió a soltar y Erick se dobló sobándose los huevos con una mano.

—Ahora, desnúdate, esclavo —ordenó Freddy con voz severa.

—Sí, señor —afirmó Erick rápidamente. Le sonrío seductoramente. Agarró su trusa por la cintura y la deslizó por sus piernas flacas y blancas. Sus genitales estaban peludos con vellos negros y su pene estaba un poco curvado. Dirigió una mirada pícara a Freddy, que le correspondió con una vista tenaz. Enseguida le pateó las bolas. Erick se dobló y tosió.

Con eso, Freddy tomó a Erick del brazo y le hizo dar la vuelta pegando su robusto abdomen a la parte baja de su espalda. Su polla se pegó a sus firmes nalgas. Erick dobló las cejas ante la sensación, pero todavía estaba excitado a pesar del dolor de bolas.

Freddy bajó la parte delantera de su pantalón corto y procedió a penetrar a Erick.

—Oh —susurró el joven cuando sintió que algo entraba a su cuerpo. Su pene comenzó a temblar.

Freddy continuó presionando su polla en el culo de Erick, el joven no estaba sintiendo nada placentero, pero tampoco doloroso. Aún no se había percatado que el pene de Freddy era muy diminuto.

Freddy tomó el miembro de Erick y lo masturbó hasta hacerlo llegar al orgasmo, chorro tras chorro de semen brotó de su hermosa polla blanca, toda su semilla se desperdició en el suelo.

Un líquido bizcocho y caliente también se derramó en el trasero de Erick.

Cuando lo dos se separaron en medio del cansancio, Erick observó la diminuta polla de Freddy y contuvo la risa. Pensó que su pequeño sobrino de 7 años quizás la tenía más grande.

—¿Ocurre algo, esclavo? —rugió Freddy.

Enseguida pateó a Erick en sus bolas desnudas. El joven gritó y se dobló, sujetándose las pelotas. Freddy continuó con un rodillazo entre las piernas de Erick, golpeando sus bolas con fuerza. El guapo amigo de Pablo cayó al suelo.

Freddy lo miró de forma grave, subiendo su pantalón corto y guardando su pequeño pene.






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