Los Chacón Statuto - Las Bolas de Pablo

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3 ene 2021

Los Chacón Statuto



Hola, ¿cómo quieren que me presente si quizás ya me conocen? ¡O tal vez no! Lo más probable es que tengan una idea un poco vaga de quién soy, quizás no… Vaya que confusión. Vayamos directo al grano. Mi nombre es Pablo Pietro Chacón Statuto, tengo 20 años. Y hoy 4 de enero, estoy cumpliendo años. De hecho, estamos en el salón donde me están celebrando una fiesta, ¿oyen esa canción? Me gusta, algunos aseguran que fue un éxito de 2020, aunque poco la escuché en radio, sin embargo me ha gustado y he pedido que la repitan varias veces.

 

Love me, love me

Say that you love me

Fool me, fool me

Go on and fool me

 

Soy un joven alto de piel blanca y cabellos castaños, casi rubios. Vivo en una región costera por lo que fácilmente me encontrarán en la playa disfrutando con mis amigos. Pero en realidad soy deportista, deportista profesional. Vengo de una rama familiar de experimentados hombres dedicados al deporte. No quiero desviarme un poco, comencemos por mi físico. Me gusta mi pecho y genitales, he aquí mi primer secreto, de todos mis hermanos soy el que tiene los testículos más grandes. Aunque tenemos el mismo nombre y algunos atributos no soy el anterior Pablo.

 

Y ya que hablo de mis hermanos, a los que seguramente creen que conocen, pero no es así. Pertenezco a una familia paterna de rasgos sexuales un poco particulares. Los Chacón por años hemos tenido testículos grandes y engendramos hijos varones, sí, a veces es tedioso pertenecer a una familia donde todos sean machos. Todo esto por una alteración en nuestro ADN. 

 

Asisto a la universidad y curso estudios en la facultad de comunicaciones. 

 

Como les decía hoy estoy celebrando mi cumpleaños y estoy en un local nocturno donde hay música, bebidas, mis amigos y por allí está mi familia. He hecho este local pertenece a mi familia, es un club resort, tenemos playas y piscina, el lugar pertenecía a mi madre, más adelante les explicaré de qué se trata. 

 

Y allí están los 6 hombres más importantes de mi vida, mis pilares y lo que soy es gracias a ellos. Están dispersos, cada uno en su mundo pero compartiendo en común mis 20 años. Estoy en una mesa con mis amigos, acá está Erick, uno de mis mejores amigos por siempre. Tomo mi smartphone y reviso las notificaciones. Levanto la vista y muevo los ojos en la sala de fiesta detallando a los 6 ejemplares masculinos que rodean mi familia directa, ahí está mi padre y hermanos. 

 

¿Por quién comienzo de todos ellos? 

 

Lo más justo es ir de mayor a menor. 

 
Comencemos con mi padre, Marcos Chacón. Odiado por muchos, ignorado por otros y amado por bastantes personas. Para mí es mi héroe. Tiene 50 años, en estos momentos y desde hace muchos años está retirado del mundo de la política. Fue diputado de la región y también por algunas décadas ostentó el cargo de Ministro del Deporte, creo que tuvo bastante suerte porque desarrolló el cargo en dos gestiones de gobierno diferente. Es de estatura alta, fuerte, atractivo (obvio mi belleza la heredé de él pero mi santa madre también tuvo su cuota). Papá prácticamente es lampiño, sin embargo heredamos su potencia masculina. No me quiero extender mucho hablando de papá. Sus detractores políticos alegan que su fortuna la hizo en su cargo como ministro, él es dueño de un complejo deportivo, en los últimos años se ha destacado en formar uno de los mejores circuitos de lucha libre en el país. No quiero parecer tedioso pero las luchas nos rodean, sin embargo nuestras historias irán desde la lucha, a nuestras aventuras con amigos. De mi padre me consta que gracias a su esfuerzo y dedicación construyó su imperio deportivo y tras la muerte de mi madre ha sabido llevar adelante también el club resort. Es un hombre cariñoso, agradable, con mucho tema de conversación, jovial y muy fuerte que supo sacarnos adelante a los 6 gorilas (como nos dice a sus hijos y no hijos), luego de enviudar. 

Aquel que está con una ropa nada acorde con mi fiesta es Pascual Chacón. Tiene franela sin mangas y pantaloneta deportiva, seguramente salió del gimnasio olvidándose de mi cumpleaños. Quizás alguien le avisó y ha venido como pudo. No es mi hermano directamente, pero lo quiero como si lo fuese, es como mi hermano mayor, es en realidad mi primo. Papá lo adoptó a él y a sus hermanos desde muy joven después de la muerte de sus padres en un accidente aéreo. Pascual trabaja como Director de contabilidad en el complejo deportivo. Está casado y tiene dos hijos. Siempre me cuidó de niño y ponía el orden cuando alguno de mis hermanos me molestaba, ya saben la suerte del hermano menor y mi suerte bajos todos estos gorilas. Pascual tiene una relación muy estable con papá, su edad es 34 años. Miren la musculatura que se hace en sus brazos. Admito que adoro sus bíceps pero lo que más me gusta son sus grandes y duros pechos. Se me pone dura de imaginarme mordiendo sus pezones. Pero me castigo al tener esos pensamientos enfermos e incestosos. ¡Ja, ja, ja! Pascual es muy serio, en ocasiones cuesta hacerle sonreír. 

Su hermano Matías tiene 31 años, es altamente sexy, sí. Me atrevería a decir que de sus hermanos (mis primos) es el que tiene las bolas y el pene más grade. Si todos somos gorilas, él es King Kong, así vestido y apretado, tiene todos los músculos en los lugares correctos. Seguramente se les hará agua la boca cuando lo vean desnudo. Es muy atractivo, en ocasiones le gusta alardear de sus músculos, pero es una persona divertida. Si quieren un amigo incondicional ahí está Matías Chacón. Es el jefe del gimnasio en el complejo deportivo. Está comenzando a salir con una chica, por allí la veo, está abrazada a él… sí, le palpa los músculos del brazo. 

Revoltoso y rebelde ese es Enzo Chacón, el menor de mis primos y el único de ellos que le dice papá a Marcos Chacón, quizás se debe a que cuando se vino a vivir con nosotros era casi un bebé. Él como se divertía molestándome de niño, me hacía muchas maldades y me culpaba de todo. Por suerte maduró y empezó a tratarme bien, aunque muchos golpes de mis hermanos en mi defensa y varios golpes en sus bolas de mi parte lo hicieron enmendar. ¡Ja, ja, ja! Enzo no es muy alto de estatura. Es padre de un niño pequeño. A Enzo lo podemos encontrar entrenando en el gimnasio a cualquier hora. A él no le demora mucho pelear, ya sea física o verbalmente, es una persona directa y hay que llenarse de paciencia para lidiar con su carácter explosivo. Es el encargado de la dirección de compra en el complejo deportivo. Allí lo ven, está cruzado de brazos. Tiene 29 años.

Ahora bien, pasemos a mis hermanos de sangre. El primero que está por allá sonriendo es Israel. Mi verdadero hermano mayor. En ocasiones parece un fantasma de los pálido que es, no se burlen, igualmente es muy varonil y seductor, y aún no lo han visto en trusa. Tiene una verga muy grande, creo que de los hijos de Marcos Chacón, nuestro Israel tiene el pene más grande. C
uenta con 30 años, es soltero pero eso no le impide tener una fila de mujeres detrás. Tiene un hijo, llamado Rafael, el cual nació en la flor de su adolescencia. Israel es buen padre, pero estoy seguro que por su corta edad, su relación con Rafael parece más de hermanos que de padre e hijo y eso a veces ha dado problemas. Israel trabaja como Sub director general en el complejo deportivo (es el segundo al mando después de papá). Constantemente está trayendo novedades tanto en el ámbito deportivo como en nuestro club resort. 

 

El último en presentar es Simón, también lo apodo "Culo gordo", diría que es mi hermano favorito, tiene 23 años, si lo comparo con los demás, ha sido con el que más compartí mi niñez, jugaba siempre conmigo y me confesaba sus secretos. Tiene cara de arrogante y es arrogante, no es una farsa, sin embargo encima de todo su nivel de engreimiento es un ser agradable y sincero. Me apoyó bastante cuando le respondí que sí era gay y me ayudó a salir del closet con la familia. Tiene una novia que estoy seguro lo engaña, en las próximas semanas tendré que investigar eso, ¿me ayudarán? Simón no se merece el engaño de nadie. Casualmente allí está mirándome. Alzo mi bebida al aire y él responde al gesto. 
 

Y aquí comienza a sonar mi celular. Observo la pantalla y se lee:

 

David

 

Bueno, David, es el tipo que me gusta. Mucho. ¿Se han enamorado de su amigo? Bueno, yo no sé si le gusto a él. Pero me ha correspondido y hemos intercambiado besos a gusto, así que tan amigos no somos. Pero tampoco somos pareja ni nada por el estilo. Es una situación aburrida, compleja y un poco difícil. David tiene novia y no termina de definir su estatus como gay de closet, bisexual o hetero curioso, ¿pueden creer eso en pleno 2021? Es una situación que me saca de casillas, pero de todas formas David me gusta y siempre estoy ahí como tonto para cuando me busca. Procedo a contestar su llamada. 

 

—¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños, Pablo, feliz cumpleaños a ti! —oigo su dulce voz, sin duda alguna sabe cómo hacerme sacar una sonrisa el condenado. 

 

—Gracias —le respondo alegremente. 

 

—¿Qué estás haciendo? 

 

—En mi fiesta. Pensé que sería el primero en llegar.

 

—Ejm… Estuve ocupado.  Pero ya terminé con los asuntos familiares y he llegado al club resort, de hecho alquilé una habitación. ¡Sorpresa! 

 

—¿Sí? —me lleno de emoción y en ese instante el pito se me para. ¡Qué bueno que estoy sentado y nadie puede ver mi mástil. 

 

—Sí, te estoy esperando en la habitación 905. Ven. 

 

—David, cómo me das una sorpresa así. ¿Qué harías si no puedo salir de aquí y verte?

 

—Mmmmm, ¿quieres saber? Seguramente me hubiera masturbado pensando en ti. 

 

Suelto una risa y le aseguro que llegaré a la habitación en breve. Dejo el celular a un lado y trato de concentrarme para que el pene se me vuelva a dormir. Es imposible hacer que mi polla se ponga flácida pensando en David, es un ser simpático, es moreno, de estatura alta. Pienso en el cuerpo de David y la bella manera en la que marca paquete con su trusa en el anillo de pelea y casi se me rompe el pantalón, en pocos segundos lo conocerán. Me despido de mis amigos y me dirijo a la salida. 

 

Corro en dirección al interior del club resort. Nuestro paraíso turístico es inmensamente grande y tiene bastante atractivo. En otra oportunidad cercana se los voy a detallar y les aseguro que hasta ustedes les gustaría pasar una temporada en nuestro resort y quizás compartamos un buen rato. 

 

Llego a la habitación 905, y ahí está mi David, nuestro David. Viste de verde oliva. 

 

Me saluda con un caluroso abrazo y me entrega una cajita envuelta en papel de regalo. Una vez más me confunde con nuestra relación, no somos novios pero tampoco amigos. Y mucho menos cojemos con frecuencia. Debo confesarle que a mis 20 años nunca he disfrutado el sexo gay, ¿podrán creerlo? Nunca he llegado al placer como activo o pasivo. Pero no se alarmen ni abandonen por el otro Pablo que era más decidido que yo. 

 

David me ha regalado una pulsera de acero, sabe que me gusta comprar pulseras de acero. Le sonrió y agradezco. David me da un rápido beso en los labios. 

 

Mi pene está completamente duro, y nosotros tan cercanos que el simple contacto obliga a David mirar hacia abajo. Me abrió el pantalón y sonrió, que lindos se ven sus finos labios.

 

David introdujo la mano dentro de mi pantalón apoderándose de mi hombría. Tomó mi larga verga blanca entre su mano y me guiñó un ojo, quizás mi verga no es un pollón grueso y largo como el de Pablo Chacón Bosch, pero esta es bastante larga y cumplidora. David me empezó a masturbar, se sentía maravilloso.

 

Después mi guapo David bajó su cabeza pasando sus besos por un lado de mi cuello y se deslizó a mi pecho donde me entregó varios de sus amorosos besos. Puso su boca contra mi pezón derecho y comenzó a rozar su lengua contra él. Después de unos segundos de ser lamido se puso firme. Mientras me jalaba el ganzo, la verga o pene (el nombre que ustedes le quieran poner), su mano se llenó de mi líquido preseminal.

 

David sonrió al notar la reacción que había causado, pero yo estaba feliz de que su cuerpo también respondía de manera reciproca. Su polla levantó su pantalón con un montículo.

 

—Continúa, David —le pedí. 

 

El siguió regalándome placer en mi cumpleaños. Dejando su saliva en mis pezones y masturbándome. 

 

David bajó sus manos y agarró mis dos bolas. No me pidió permiso de jugar con ellas, de todas maneras se lo iba a permitir. Comenzó presionando suavemente sus pulgares contra el par de gónadas. 

 

—Oh —dejé escapar. 

 

David aumentó la presión y tiró de los testículos para aumentar el dolor y continuó lamiendo mi pezón.

 

Cuando mis cocos comenzaron a expandir el tormento, mi boca se abrió emitiendo un suave gemido.

 

—Te quiero sacar la leche, derramarla por todo el suelo —confesó David—, quiero agarrarte la verga como una ubre de vaca y vaciarte los huevos. 

 

—Hazlo ya —imploré. Confieso que esa clase de palabras me excitan. 

 

David me chupó el pezón con pasión, mordiéndolo suavemente cada pocos segundos mientras me apretaba las bolas más y más fuerte.

 

Mis gemidos continuaban y se volvían más fuertes. No tengo ningún problema de que escuchen los gemidos de placer, cuando se vive o trabaja en un hotel o resort esto es muy común. David aplastó ambas gónadas dentro de sus puños, tan fuerte como se atrevió. Yo gemí soportando el dolor desde mis testículos. 

 

—Oooooh, aaaaaah. 

 

Mi cuerpo se tensó y comencé a eyacular como vaca entre dolor y placer.

 

El primer cañonazo de mi leche cremosa se estrelló contra el cuello de David, el segundo manchó su camiseta y el tercero aterrizó en su pantalón. Mientras el líquido tibio se deslizaba por su cuello, David dejó de lamer el pezón y miró hacia abajo para captar los últimos segundos de mi propulsión de semen. Un nuevo apriete me hizo acabar cuatro veces más.

 

—Mis bolas —gemí. El dolor recorría cada rincón de mi cuerpo.

 

—Que orgullo. Todavía se sienten pesados ​​y llenos de semen —me dijo con una sonrisa mientras aplastaba mi par de bolas—. Parece que voy a tener que ordeñarte de nuevo. 

 

Antes de que pudiera responder algo, David levantó la rodilla y me asestó un golpe bajo.

 

El dolor que sentí fue más que devastador. La rótula había dado un golpe perfecto, levantando ambas gónadas y aplastándolas. Perdí el control sobre mi cuerpo debido al dolor y me incliné por reflejo para protegerme, pero David no me dio tiempo para recuperarme. Saltó hacia atrás y después de arrodillarse, me lanzó un uppercut en las bolas. 

 

Pensé que iba a ir al suelo debilitado de dolor, pero me atrapó entre sus fuertes brazos y su firme cuerpo. Apoyé mi cabeza en su hermoso trapecio. 

 

David me sostuvo fuertemente entre él, podía oler el rico perfume Swiss Army que usaba antes de verme. 

 

Me hizo trasladar a la cama donde me acostó de espalda, a pesar del dolor le deje acceso a mi virilidad.


David se sentó a un lado y me sujetó la polla, comenzó a masturbarme otra vez. Les confieso que cuando me hacen una paja siento bastante placer, yo miraba al techo cautivado del éxtasis, en pocos minutos mi pecho, abdominales e ingle quedaron empapados de semen.

 

David se veía divertido y yo estaba relajado y contento. Estuvimos por largo rato juntos abrazados, conversando y tocándonos sobre la cama. Cuando fuimos a la fiesta se escuchaba:

 

Love me, love me

Say that you love me

Fool me, fool me

Go on and fool me

 

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