14 de febrero: David, Lenin y Pablo - Las Bolas de Pablo

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14 feb 2023

14 de febrero: David, Lenin y Pablo

—Feliz 14 de febrero, gato —sonriĆ³ David a Pablo—. Muy rico el maƱanero que tuvimos, no puedo esperar que llegue la noche para que… —se agarrĆ³ la abultada hombrĆ­a con una mano y apretĆ³ suavemente.

 

Pablo se mordiĆ³ el labio. La pareja estaba en la alberca de la hacienda ChacĆ³n, minutos antes Lenin habĆ­a llegado para darse un chapuzĆ³n, salĆ­a de la piscina cuando escuchĆ³ a David y se echĆ³ a reĆ­r.

 

—¿De quĆ© te rĆ­es, traga semen? —interrogĆ³ el forzudo moreno frunciendo el ceƱo—. Obviamente estĆ”s celoso porque pasarĆ”s 14 de febrero solo.

 

Lenin se hundiĆ³ de hombros.

 

Pablo apoyĆ³ una mano en el pecho de su esposo.

 

—Bueno, David, eh… —se sonĆ³ la garganta—, podemos hacer beneficencia y hacer que Lenin no pase 14 de febrero sin compaƱƭa.

 

—¿EstĆ”s loco? —negĆ³ David acercĆ”ndose al velludo hombre que limpiaba los restos de agua en su cuerpo con una toalla—. No voy a pasar mi 14 de febrero con un traga semen. ¡Nunca!

 

Lenin lo ignorĆ³, sin mucha preocupaciĆ³n dejĆ³ la toalla sobre la tumbona e incrustĆ³ una patada en las bolas del esposo de Pablo.

 

David Aceituno se sintiĆ³ mareado. Al acto sintiĆ³ dolor. Se le revolviĆ³ el estĆ³mago. Se puso a gemir mientras el dolor explotaba en su cerebro. Su visiĆ³n se nublĆ³ y su respiraciĆ³n se detuvo mientras sus testĆ­culos enviaban oleadas de creciente agonĆ­a a todo su musculoso cuerpo. TenĆ­a los huevos aplastados entre el cuerpo y el pie desnudo de Lenin, con la polla flĆ”cida. Se mirĆ³ la entrepierna horrorizado mientras gritĆ³ con todas sus fuerzas. CayĆ³ de rodillas al suelo apoyĆ”ndose en una mano, mientras la otra sostenĆ­a sus bolas.


—QuizĆ”s termines tu 14 de febrero inservible y yo pase un rato feliz con Pablo —afirmĆ³ Lenin guiƱƔndole un ojo al rubio.

 

Pablo se echĆ³ a reĆ­r al mismo tiempo que su enorme polla tomaba una erecciĆ³n levantando su ajustado traje de baƱo. Para Ć©l era muy sexy ver como reventaban los testĆ­culos de su formidable esposo.

 

David se lamentaba y gritaba, agachando la cabeza en agonĆ­a.

 


—¡Eres un hijo de puta, Lenin! No festejarĆ© nada contigo —dijoPablo, se echĆ³ a reĆ­r y ayudĆ³ a levantar a David trasladĆ”ndolo a una tumbona donde le bajĆ³ el pantalĆ³n. Enseguida aparecieron las grandes bolas del moreno y su pequeƱa y dormida polla flĆ”cida—. ¿Te duele, negrito? —preguntĆ³ apretando uno de los huevos de su esposo tan fuerte como pudo.

 

David cerrĆ³ los ojos y gritĆ³ a todo pulmĆ³n mientras Pablo se echaba a reĆ­r. CerrĆ³ el puƱo y lo estrellĆ³ contra los huevos de su esposo. Sus nudillos chocaron en las sensibles albĆ³ndigas de David, que gritĆ³ de agonĆ­a.

 

Pablo cerrĆ³ sus manos alrededor de los testĆ­culos del marido y apretĆ³ con fuerza, haciendo que su polla se endureciera lentamente.

 

David se retorciĆ³ de dolor mientras Pablo apretaba bruscamente de sus enormes pelotas. Los huevos parecĆ­an hinchados y la polla habĆ­a alcanzado su completa y gloriosa dureza, no demasiado grande, pero sĆ­ morena y gruesa.

 

—¿Por quĆ© haces eso? —gimoteĆ³ David.

 

—Es para asegurarme de que estĆ©s bien —respondiĆ³ Pablo serenamente.

 

David gimiĆ³ y su polla se crispĆ³, un pequeƱo goteo de presemen rezumĆ³ en la cabeza de su verga. 

 

Pablo se mojĆ³ los labios observando el pene de su esposo, le secĆ³ la lubricada cabeza con la lengua, le gustĆ³ y la lamida de la cabeza del miembro se convirtiĆ³ en una chupada total de la polla. En pocos minutos de gemidos placenteros, el cuerpo de David convulsionĆ³ en un orgasmo estremecedor. Saltos y saltos de semen salieron disparados de su morena polla hacia la boca de Pablo.

 

David Aceituno terminĆ³ lleno de cansancio placentero, gimiendo y jadeando.

 

Pablo tragĆ³ con fuerza el Ćŗltimo bocado de semen. Le sonriĆ³ a David cuando se levantĆ³.

 

Lenin que contemplĆ³ todo, tenĆ­a una erecciĆ³n en su propio baƱador. La cabeza de su pene sobresalĆ­a por el mojado calzoncillo. Se acercĆ³ sin llamar la atenciĆ³n entre las piernas abiertas de David y aplastĆ³ con el puƱo sus huevos.

 

David soltĆ³ un potente y sonoro grito. Sus ojos se abrieron de par en par. De forma consecutiva, el puƱo de Lenin chocĆ³ contra los testĆ­culos aplastĆ”ndolos con fuerza.

 

El aire abandonĆ³ los pulmones de David y soltĆ³ un gemido jadeante.

 

Lentamente, su polla empezĆ³ a levantarse de nuevo.

 

—¿QuĆ© haces, idiota? —reclamĆ³ Pablo.

 

Lenin se encogiĆ³ de hombros e introdujo el puƱo entre las piernas de David con precisiĆ³n perfecta, deformando sus dos testĆ­culos y haciendo que su polla se retorciera violentamente.

 

—¿Vas a seguir jodiendo las bolas de mi marido? —reclamĆ³ Pablo todavĆ­a a un lado del hombre moreno.

 

—SĆ­ —afirmĆ³ Lenin con aire despreocupado.

 

—El Ćŗnico que puede fastidiar los huevos de mi esposo soy yo —indicĆ³ Pablo apretando el puƱo y golpeando al mismo tiempo las bolas de David.

 

El hombre gritĆ³ fuertemente.

 

Su polla seguĆ­a dura como una roca, goteando presemen,  cremoso y viscoso.

 

—Yo tambiĆ©n quiero hacerlo —sostuvo Lenin y golpeĆ³ las bolas de David.

 

Con un grito animal que hizo que tanto Pablo como Lenin se estremecieran, los huevos de David soltaron su contenido. Su esperma volĆ³ por todas partes mientras chillaba y gemĆ­a, agarrĆ”ndose los huevos, dando vueltas en la tumbona del Ć”rea de la alberca, tratando desesperadamente de calmar el dolor en sus bolas.

 

Su leche fue impresionante, llovĆ­a por todas partes. Su forma de retorcerse aseguraba que la jugosa crema cayera al suelo.

 

Finalmente, David se hizo un ovillo.

 

—Todo estĆ” bien, mi amor —afirmĆ³ Pablo suavemente acariciĆ”ndole la espalda—. Pero fue divertido planificar esto con Lenin, una manera de cambiar un poco las cosas entre nosotros.

 

David gimiĆ³ agarrĆ”ndose la entrepierna.

 

A un lado de ellos Lenin estaba a horcajadas en el suelo tragĆ”ndose la leche caliente y nutritiva de David.

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