La fama de Simon (3/4): Propuesta para Rafael - Las Bolas de Pablo

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28 sept 2018

La fama de Simon (3/4): Propuesta para Rafael

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   SimĆ³n ChacĆ³n habĆ­a comenzado un dĆ­a pĆ©simo ya que tras acudir al trabajo recibiĆ³ una amenaza de su jefa, si su programa de televisiĆ³n nocturno no subĆ­a en rating frente al recien programa estrenado de la competencia lo sacarĆ­an del aire.


   Durante la maƱana luciĆ³ preocupado pese al dolor de cojones que tenĆ­a que aminorĆ³ al mediodĆ­a pero durante la locuciĆ³n de radio no se pudo concentrar.



   Fue a su casa al mediodĆ­a y no le dio atenciĆ³n a ninguno de sus tres hijos recapacitando en la manera de derrotar a la competencia.



   «ChacĆ³n tiene muchos aƱos al aire» pensaba «¿SerĆ” que ya cumpliĆ³ su ciclo?……… ¡Pues no! AĆŗn queda mucho por mostrar, a la gente le gusta, ya sĆ© lo que voy a hacer.»



   El musculoso rubio saliĆ³ de la cama donde descansaba completamente en ropa interior tras una ducha que no lo relajĆ³, su enorme polla y grandes bolas regordetas colgaban entre sus muslos dibujandose en la tela.



   UtilizĆ³ un nuevo pantalĆ³n para vestirse pasĆ”ndolo por una pierna y luego la otra, subiĆ³ la cremallera, como siempre dejando mostrar involuntariamente un delicioso bulto en su entrepierna. BuscĆ³ una franela en el guardarropa y saliĆ³ de casa dejando a los niƱos bajo el buen cuidado de Claudia.



   SimĆ³n sabĆ­a a dĆ³nde ir, asĆ­ que manejĆ³ con soberbio cuidado pese a la emociĆ³n.



   Su camioneta se detuvo frente a un edificio de moderna construcciĆ³n no era muy alto pero sĆ­ bonito. SintiĆ©ndose optimista SimĆ³n tocĆ³ el intercomunicador del departamento 30, ahĆ­ se oyĆ³ la voz de un hombre, era aguda.



   —Es SimĆ³n ChacĆ³n, amigo.



   —¡Oh, el mismo SimĆ³n ChacĆ³n! Que honor, ¿y quĆ© haces por aquĆ­ viejo?



   —Vaya, hombre dejame entrar que el sol estĆ” que quema.



   —Oh, por supuesto.



   Sin esperar mĆ”s de cinco segundos la puerta de entrada fue abierta desde el departamento del amigo Rafael, Ć©l no era mĆ”s que el conductor del programa de la competencia y viejo amigo de la universidad de SimĆ³n.



   Cuando ChacĆ³n llegĆ³ al departamento de su amigo fue recibido por un hombre de estatura alta, piel bronceada y cabellos negros. Rafael despuĆ©s de saludarlo invitĆ³ a SimĆ³n a ocupar un asiento, Ć©l lo hizo dejando como siempre que el paquetote de su entrepierna saliera a relucir.



   —¿Y quĆ© te trae por aquĆ­?



   —Amigo pues vengo a hacerte una propuesta.



   —¿De quĆ©, SimĆ³n?



   —Renuncia al late show.



   —¿QuĆ©? —Rafael lanzĆ³ una risita era obvio que SimĆ³n iba preocupado por los resultados de la noche anterior.



   —SĆ­, Rafa, renuncia al late show. A cambio te ofrezco un programa en mi canal. En horario vespertino, serĆ” genial.



   —¿Pero de quĆ© hablas, SimĆ³n? ¿Has enloquecido? ¿Un programa para la tarde? ¿Y quien me va a sintonizar los niƱitos mientras hacen las tareas? No me jodas, SimĆ³n, ja, ja, ja. ¿EstĆ”s preocupado por el rating?



   —No, todo lo contrario. Vengo a ofrecerte cosas buenas, contrato exclusivo, buen sueldo, mĆ”s fama. SupervisiĆ³n es un canal que ha ganado espectadores ofreciendo una calidad incomparable.



   SimĆ³n se emocionĆ³ al ver que Rafael comenzaba a afirmar con la cabeza, se habĆ­a enterado que el hombre en varias ocasiones quiso ingresar a la televisora sin buenos resultados. SimĆ³n le prometiĆ³ un buen futuro sin embargo Rafael dio su respuesta:



   —Rechazo tus propuestas, SimĆ³n.



   —¿CĆ³mo? —el sorprendido SimĆ³n se levantĆ³ del asiento, creĆ­a que estaba convenciendo a su amigo.



   —Lo que oyes, SimĆ³n, lo rechazo. Por muchos aƱos quise ingresar al canal y no me aceptaron, incluso te pedĆ­ ayuda, ¿lo recuerdas?



   —Hey, amigo, para ese tiempo estaba empezando a trabajar ahĆ­ —se excusĆ³ SimĆ³n tenĆ­a una pizca de verdad pero para la Ć©poca Ć©l no vio algo de talento en su amigo.



   Rafael se levantĆ³ tambiĆ©n.



   —Entonces, ahora no quiero que vengas a ofrecerme algo cuando luces preocupado por el rating de ayer, ¿quĆ© te dijeron?



   —Na, nada simplemente quiero ofrecerte mejoras. Vente conmigo no desperdicies la oportunidad.



   —Te he dicho que no, SimĆ³n, vete, anda a preocuparte cĆ³mo levantar a ese muerto que es tu programa.



   —Rafael, te estoy dando una oportunidad que muchos querrĆ­an.



   —No, SimĆ³n, despuĆ©s de todo me contenta mucho por fin ganarte en algo, espero que te saquen del aire.



   —¡Pero ¿que dices?!



   —Lo que oyes, te mereces que te saquen del aire por cretino, dĆ­a a dĆ­a eso voy a intentar hasta lograr. ¿Te acuerdas de Christine?



   —Eh, ¿sĆ­?



   —Y como no te vas a acordar si fue la novia que me robaste en la universidad.



   SimĆ³n hizo una risa nerviosa y dijo:



   —Por supuesto que me acuerdo de ella pero hombre estĆ”bamos comenzando la carrera.



   —Pero primero fue mi novia y tĆŗ me la quitaste y sin embargo lo aceptĆ© y semestres posteriores fui tu amigo.



   —Eso quedĆ³ atrĆ”s, Rafael, acepta mi propuesta.



   —No, voy a hundir tu programa, siempre te creĆ­ste el mejor, asĆ­ lo hiciste con Christine..



   —Hombre, eso fue hace aƱos y ademĆ”s no me casĆ© con ella fue un tonto noviazgo no significĆ³ nada para mi.



   —Pero para mi Christine sĆ­ lo significĆ³. OjalĆ” te despidan a ti y a tu cretina esposa que tambiĆ©n se cree de lo mejor.



   —Oye, man, con Claudia no te metas es absurdo que todo esto lo hagas por…



   SimĆ³n no pudo terminar sus palabras porque Rafael levantĆ³ su pierna y lo pateĆ³ duramente en las huevas. Su empeine chocĆ³ con las bolas y las clavĆ³ en su cuerpo.



   SimĆ³n dejĆ³ escapar una tos y se doblĆ³, agarrando sus pelotas.



   Rafael dio un paso atrĆ”s y sonriĆ³ con orgullo.



   —¿QuĆ© pasa? ¿Te duele porque no se las podrĆ”s poner a la ridĆ­cula de tu esposa en la boca? Ja, ja. Christine decĆ­a que tenĆ­as pelotas grandes la verdad creo que estĆ”n sobrevaloradas no sĆ© por quĆ© le dan tanta atenciĆ³n. ¡Oh, Simon y su paquete, Oh, Simon y su bulto, Simon esto, Simon lo otro!



   SimĆ³n dejĆ³ escapar un gemido agudo.



   —Eso no era necesario —dijo SimĆ³n con la voz quebrada.



   Rafael asintiĆ³ lentamente.



   —No lo sĆ© pero te lo merecĆ­as por Christine.



   Los ojos de SimĆ³n se agrandaron.



   —¡No puedes hablar en serio! Si Christine te preocupa bĆŗscala.



   Los ojos de Rafael se clavaron en la enorme y protuberante entrepierna de SimĆ³n.



   SimĆ³n bajĆ³ la mirada, tenia una ereccion, su cara se puso roja. Y con ello perdiĆ³ la guardia.



   Rafael volviĆ³ a patear a SimĆ³n en la entrepierna tan fuerte como pudo.



   La punta del zapato aplastĆ³ por completo la inmensa hueva derecha, apretĆ”ndola contra su cuerpo y haciendo rugir a SimĆ³n con dolor.



   Una segunda patada encontrĆ³ las dos pelotas y las clavĆ³ en su pelvis, aplastĆ”ndolas como tortillas.



   SimĆ³n colapsĆ³ en el suelo, agarrĆ”ndose la entrepierna cuidando sus bolas maltratadas con ambas manos.



   Rafael se riĆ³ entre dientes.



   —Ahora te dirĆ© algo, amigo, porque aĆŗn te considero asĆ­, voy a salir y te dejarĆ© ahĆ­ en el piso para cuando te recuperes. Es hora de salir al canal y prepararme para grabar el programa que se adueƱo de las noches, asĆ­ que bye, SimĆ³n, te quedas como en tu casa.



   SimĆ³n cerrĆ³ los ojos acariciando su entrepierna mientras una lĆ”grima producto del dolor testicular bajaba por su rostro. Se quedĆ³ en posiciĆ³n fetal.

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