Pablo en Guerreros de la arena (8/15): El encuentro frente al espejo - Las Bolas de Pablo

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14 sept 2015

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Pablo en Guerreros de la arena (8/15): El encuentro frente al espejo

CONTIENE:

-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-SEXO HOMOSEXUAL

   ā€”Hoy tengo ganas de romper bolas —fue lo que comentó Pablo al estar frente a su rival.

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   Ronald su rival tenĆ­a una mirada asesina sobre Pablo, su definido pecho y abdominales estaban preparados para estocar rudos golpes. Pero fue Pablo el primero en atacar: lanzó un puƱetazo duro en las bolas de Roland.

   Los ojos de Roland se abrieron y miró a Pablo con una expresión de sorpresa en el rostro. Dejó escapar un pequeƱo gemido y se dobló.

   Pablo sonrió malevolamente y retrocedió pavoneandose por el escenario moviendo su pene de lado a lado con el caminar.

   Roland gimió como un niƱo herido, estaba encorvado agarrando sus delicadas gónadas.

   ā€””¿QuĆ©?! —gritó de sorpresa abriendo los ojos como globos.

   Pablo iba corriendo hacia Ć©l y se lanzó contra su humanidad. Roland cayó de espalda al piso y sobre sus testĆ­culos la rodilla de Pablo. Roland se estremeció y dejó escapar un grito ronco.

   Pablo se acomodó y volvió a afincar con impetu la rodilla contra la ingle.

   Roland gimió apretando los dientes. Logró pasar una mano por el pecho del joven, penetrando la mano dentro del slip y le agarró los grandes huevos de semen, apretó con fuerza.

   Pablo hizo una mueca y respiró hondo. "No", suplicó y hundió por tercera vez la rodilla aplastando los ovalados organos contra el suelo.

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   Roland tosió y soltó las pelotas de Pablo, que arqueó la espalda tomando con fuerza sus huevos, Chacón tenĆ­a cara de extremo dolor mientras su pene parecĆ­a reaccionar de placer.

   ā€”Ā”Eres un puto! —aseguró Pablo con las manos enlazadas a su entrepierna.

   Roland intentó retroceder echado en el suelo.

   Jadeando, Pablo se arrastró hacia Roland y agarró su pie derecho, seguido alzó el izquierdo.

   Roland se quejó.

   Pablo hizo una gran fuerza por separar las piernas del otro guerrero que luchando se defendia, en su boxer se delineaba la polla dura.

   Pablo apretó el puƱo y golpeó en las vulnerables gónadas de su oponente, las bolas crujieron fatalmente aplanandose contra su cuerpo.

   Roland gritó con toda la fuerza de sus pulmones. Su cuerpo convulsionó. Intentando agarrar con la mirada perdida sus genitales desnudos.

   Encima de todo su dolor, Roland estaba sosteniendo sus bolas con las manos, su polla sobresalĆ­a por encima de la ropa interior, seƱalaba a Pablo.

   Pablo se humedeció los labios y sonrió. AĆŗn sostenĆ­a al hombre con las piernas abiertas. Su polla tembló y brotó una gota de lĆ­quido preseminal a sabiendas de lo que iba a ocurrir.

   Pablo saltó en el aire y con la rodilla aplastó las bolas de Roland.

   El hombre gritó serpenteando violentamente en el suelo donde Pablo tuvo quesoltarlo, Roland se acurrucó por completo con las mano metidas entre sus piernas su cabeza se inclinó a un lado quedando inerte. Pablo levantó las cejas. Un grupo de personas se acercaron a Roland.

   ā€”El ganador absoluto por knockout es Pablo —declaró el anfitrión del combate.

   Pablo sonrió y se alzó victorioso ante el pĆŗblico, aquella no eran las reglas finales del encuentro pero por estar el rival desmayado el ganador resultaba el.

   "Sus bolas son nada" pensó mientras se dirigia al camerino.

   Al entrar se miró al espejo y se vio el cuerpo sudoroso, Āæhasta cuando estarĆ­a ahĆ­? Su mirada se dirigió a una silla y el rostro se tornó serio.

   ā€”ĀæQuĆ© haces aquĆ­? —preguntó.

   ā€”QuerĆ­a darte mis felicitaciones —aseguró Esteban parandose del asiento y caminando hacia Pablo. Se paro tras Ć©l muy cerca, casi posando su erección al trasero—. Eres bueno, Pablo Chacón, como desmayaste al otro retador yo personalmente deseaba cumplir con lo que el no pudo.

   ā€”No me interesa —negó Pablo sintiendo la erección del hombre dentro del jeans.

   ā€”Por favor, sólo esta vez —susurró Esteban casi en sĆŗplica—. Por favor te lo pido, Pablo.

   Con su mano tanteó el pecho del muchacho, duro y fuerte, estaba para chuparselo. Pegó la nariz al cuello del joven que lo miraba en el espejo, Āæpor quĆ© le gustaba tanto? Esteban tragó saliva y metió la mano dentro de la ropa interior de Pablo.

   ā€”Tienes hermosas bolas, chico —aseguró acariciando con los dedos los pesados melones del muchacho.

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   A pablo no le costó mucho tiempo tener el miembro duro. Tras Ć©l Esteban parecĆ­a embelesado de lograr su objetivo. Su polla dura apuntaba a los gluteos del joven. Esteban miró la entrepierna de Pablo y sonrió.

   Acariciaba con sus dedos aquellos grandes testĆ­culos tan vulnerables en medio de esos gruesos muslos.

   Esteban colocó ambas manos en la cadera de Pablo, el joven lo miraba a traves del espejo, sabĆ­a que el corazón le latĆ­a tan fuerte como un tambor. Su calzón bajó y la gruesa verga vio la luz. Esteban la tomó con la mano y Pablo detuvo el aliento, el hombre le dio un tierno beso en el cuello y le comenzó a manipular el miembro.

   ā€”Mmmmhhh —Pablo arrulló cerrando los ojos.

   Sus reacciones sexuales se activaron aumentando su lĆ­bido.

   Esteban tambien le pegaba su erección su pene estaba tan duro que facilmente podĆ­a confundirse con un palo. La polla de Pablo era masturbada con fuerza y su respiración se entrecortaba.

   La verga tembló  violentamente en la mano de Esteban.

   Pablo se sentĆ­a tan caliente.

   ā€”Gracias —susurró Esteban acariciando las bolas de Pablo con una mano y con la otra lo masturbaba.

   Pablo jadeaba.

   Un disparo de jugo color blanco cremoso surgió de la cabeza de su polla dura. Aquellos chorros de esperma volaron por el aire y aterrizaron contra el espejo.

   PRRRRSTTT, PRRRSSSTT, PRRRRSSTT, sonaba la eyaculación.

   Esteban respiraba pesadamente al borde del orgasmo tambiĆ©n. Echó la cabeza hacia atrĆ”s y eyaculó dentro del pantalón. Donde su verga mojó el jeans.

   Pablo miró como su pene escupió chorro tras chorro de esperma caliente, chocaban contra el espejo y rezumaba lentamente.

   Todo habĆ­a acabado, literalmente.

   Con la mano llena de nĆ©ctar, Esteban hizo dar la vuelta a Pablo. Se miraron directamente a los ojos.

   Esteban le dio un beso en los labios.

   Al separarse Pablo tragó saliba, seguĆ­an mirandose, Esteban parecĆ­a enamorado o agradecido. Pablo se sintió incomodo. De manera brusca subió la rodilla en el jeans manchado de semen de Esteban, machacando sus bolas contra la pelvis.

   El hombre brincó en el aire sorprendido, gritando y luego tociendo. Cayó directo al piso sin dejar de tocer, con las manos entre las bolas y hundiendo la cabeza en el suelo. Pablo cogió su ropa y se fue.

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