Solid Show (3/7): Conflictos - Las Bolas de Pablo

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10 sept 2015

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Solid Show (3/7): Conflictos

CONTIENE:

-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   A ritmo del reggaeton cinco hombres empezaron a bailar haciendo movimientos sugerentes. El lugar lo permitĆ­a, los gritos, bailes y sus fuertes cuerpos invitaban a celebrar. Cuando empezĆ³ en el baile cualquier persona que estuviera molesta dejaba su amargura atrĆ”s con tal de ver mover el trasero, entrepierna, muslos y bĆ­ceps de los apuestos hombres. Ellos sabĆ­an que eran de buen ver y es por ello que les gustaba hacer a su clientela feliz.

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   Carlos, el eyaculador estaba ahĆ­ porque tenĆ­a un contrato para que un vĆ­deo suyo no fuera divulgado. TenĆ­a dos noches bailando ahĆ­ y el trabajo ya le seducĆ­a por las gratificaciones. Su cuerpo no era tan forzudo como el de sus compaƱeros pero actuaba en el Solid Show como Papiboy es decir el lĆ­der de todos los bailarines, el por quĆ© no lo sabĆ­a y ya estaba cosechando los fans en el lugar. Si entraba al gym quizĆ”s mejorase su cuerpo, aunque sus pectorales eran fuertes y enormes. Sus muslos eran robustos ademas de ser dueƱo de un increĆ­ble paquete que atraĆ­a la atenciĆ³n de cualquier persona. AsĆ­ como sus nalgas resultaban carnosas a tal punto de desear ser tocadas o mordidas, en aquel momento las movĆ­a con lujuria.

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   Moreno y peligroso, Mauro se tocaba el pecho siguiendo la coreografĆ­a del baile. Estaba en calzoncillo como el resto de sus compaƱeros. SeguĆ­a furioso por la decisiĆ³n de Isabella Totti al dejar como Papiboy a Carlos, ya se encargarĆ­a de hacer que renunciara. El hombre continuĆ³ ahora moviendo la cadera sintiĆ©ndose el ser mĆ”s deseado ante las miradas de espectadores. SonriĆ³ al ver a la mujer que semanas atrĆ”s le propuso que se iniciara en el mundo porno, quiso aceptar pero Isabella se enterĆ³ y amenazĆ³ con hundirlo de por vida.

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   Ricardo levantĆ³ la cabeza llevando los brazos atrĆ”s. EscuchĆ³ docenas de aplausos y risas. El reflector apuntaba a su cuerpo sudado y aceitado rebosante de abultamiento muscular. Dio media vuelta moviendo el culo y el torso desnudo. La tela del pantalon se hundĆ­a en las hendiduras del trasero.

   Axel era el Ćŗnico chico del grupo que trabajaba allĆ­ por la necesidad de pagar sus estudios. Era moreno de estatura mediana casi baja con grotescos y atractivos muslos. Se acariciĆ³ los pezones oyendo los gritos de muchas mujeres. PasĆ³ la mano por el pectoral musculoso. Era el que mejor pierna tenĆ­a del grupo. SaltĆ³ hacĆ­a adelante de sus compaƱeros e hizo movimientos en el suelo moviendo las caderas sintiĆ©ndose pagado con aplausos.
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   Con la cabellera larga Miguel era el de rasgos mas salvaje de los hombre, celebrado por el pomposo trasero y pecho duro como roca que tenia batĆ­a el cuerpo guiƱando el ojo al pĆŗblico que en su mayorĆ­a eran mujeres. Sus enormes pectorales ondeaban a ritmo de los movimientos y la mĆŗsica. La ajustada ropa interior que cargaba no podĆ­a ocultar la enorme erecciĆ³n que lucĆ­a.



   El volumen de la canciĆ³n fue finalizando y uno tras otro fue cubriendo con la mano la entrepierna. Los cinco machos fueron aplaudidos por el pĆŗblico, que agradecidos partieron de la zona.

   ā€”ĀæQuien hace el primer show individual? ā€”preguntĆ³ Mauro cuando se dirigĆ­an a la sala de descanso.

   ā€”Yo ā€”anunciĆ³ Miguelā€”, y quien continĆŗa es Ricardo, el que cierra es Carlos, hey chico, has logrado mucho en poco tiempo sorprendes.

   ā€”Gracias, doy lo mejor de mĆ­ ā€”asegurĆ³ Carlosā€”. PensĆ© que este trabajo no me gustarĆ­a pero ya ven como cambiamos de opiniĆ³n las personas.

   Sin duda alguna Mauro lo mirĆ³ con odio sintiendo que Ć©l le habĆ­a robado su oportunidad de ser papiboy.

   ā€”ĀæSaben quien es la mujer que estĆ” con Isabella? ā€”preguntĆ³ Carlosā€”. Es hermosa observe como me miraba mientras bailaba.

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   ā€”Es su sobrina ā€”respondiĆ³ Axel abriendo la puerta de sala de descansoā€”. SerĆ” mejor que no te ilusiones con ella. Ninguno de nosotros que lo ha intentado ha salido victorioso. Ni siquiera la hemos podido llevar a la cama a la perra esa.

   Carlos se echĆ³ a descansar en el mueble luego de colocarse un ceƱido traje de lĆ”tex, el culo se le seguĆ­a viendo mĆ”s gordo y los genitales mĆ”s marcados y apretados.

   ā€”Soy un romĆ”ntico la enamorarĆ© a lo serio.

   ā€”ĀæRomĆ”ntico? Eres cretino, Carlos ā€”asegurĆ³ Axel sirviĆ©ndose un vaso con aguaā€”. A mi me rechazĆ³ por pobre, es una clasista ridĆ­cula. El que estuvo mĆ”s cerca de tener algo con ella fue Miguel pero al final lo mandĆ³ por un tubo.

   Carlos mirĆ³ al callado Miguel que secaba el sudor del cuerpo.

   ā€”Olvidala ā€”recomendĆ³ Ricardoā€”. Dedicate al trabajo, pana. Los ojos puesto en esto y tendrĆ”s Ć©xito.

   ā€”ĀæTienes novia o esposa?

   ā€”No, no estĆ” entre mis objetivo ahora. Si aparece lo aprovecharĆ©.

   ā€”Ricardo estuvo en el escuadrĆ³n militar ā€”informĆ³ Axelā€”, pero parece que perteneciĆ³ a la iglesia porque quedĆ³ en el celibato.

   Carlos riĆ³ con la ocurrencia de Axel pero Ricardo se molestĆ³:

   ā€”CĆ”llate, eh. Yo no critico tu precaria manera de vivir y tĆŗ ā€”mirĆ³ a Carlosā€”. No me preguntes nada del escuadrĆ³n militar.

   ā€”No, no me importa en lo absoluto.

   ā€”Es un misterio ā€”murmuraron los labios de Axel.

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   Miguel procediĆ³ a pasar por sus piernas un ajustado pantalĆ³n de lĆ”tex, esta era su prenda predilecta porque su actuaciĆ³n en el show era de dominador. El pantalĆ³n permitĆ­a mostrar sus fuertes muslos, parecidos a los de un jugador de fĆŗtbol. TambiĆ©n mostraba un bulto en su entrepierna que parecĆ­a aĆŗn mĆ”s grande que antes. Guardo su torso con una camiseta negra y lanzĆ³ un pesado suspiro. SacĆ³ un lĆ”tigo de su maleta, lo ondeĆ³ en el aire y el objeto produjo aquel exquisito ruido, lo guardĆ³ en el cinto y saliĆ³ de la sala.

   ā€”ĀæSon ideas mĆ­as o Ć©l casi no habla ā€”preguntĆ³ Carlosā€”... y cuando lo hace tiene un acento extraƱo?

   ā€”Ɖl es asĆ­ ā€”asegurĆ³ Axelā€”, tiene problemas... a veces resulta problemĆ”tico, estĆ” aquĆ­ porque no tiene mĆ”s opciĆ³n, convive con su esposa y un pequeƱo hijo, ademĆ”s de que... Ā”ĀæHey, ahora quĆ© te pasa?!

   Mauro se habĆ­a parado frente a Carlos con gesto de pocos amigos.

   ā€”Quiero que sepas que el puesto de papiboy que estĆ”s ocupando me pertenece.

   ā€”ĀæY quĆ© quieres que haga? ā€”preguntĆ³ Carlos parĆ”ndose del sofĆ” y haciendo frente al hombre.

ā€”Hey, manes, no empiecen ā€”pidiĆ³ Axel sin ser oĆ­do.

   ā€”Quiero que abandones este lugar. No me importa las circunstancias que te hicieron llegar aquĆ­. Pero quiero que te vayas y ser yo el lĆ­der del show. Ā”Novato!

   Carlos riĆ³ sarcĆ”stico.

   ā€”Si tienes algĆŗn problema con que yo sea el papiboy habla con Isabella. No tengo injerencia en ese asunto.

   ā€”Ā”Quiero que renuncies ya, carajo!

    ā€”Y si no lo hago, ĀæquĆ©?

   Mauro no apartaba la centelleante mirada de Ć©l, de veras que tenĆ­a cojones para enfrentarlo, y por los cojones lo iba a doblegar. Desde que Ricardo le pegĆ³ allĆ­ semanas atrĆ”s y Mauro comprobĆ³ que Carlos tenĆ­a inmensos huevos se le ocurriĆ³ la idea de usarlos en su contra. AbriĆ³ la palma de la mano y la acercĆ³ a los genitales del abogado. Ā”Vaya que eran muy grandes sus bolas! CerrĆ³ el puƱo fuertemente aplastando ambos Ć³rganos sexuales.

   Carlos cerrĆ³ los ojos y doblĆ³ las rodillas e intentĆ³ quitar la mano invasora.

   ā€”UUUUGGGGHHHHH

   Mauro apretĆ³ con saƱa.

PRRRTTTT

   El encantador rostro de Carlos se llenĆ³ de arrugas principalmente cerca de los ojos, doblĆ³ la boca apretando los dientes haciendo gruƱidos con la garganta. SentĆ­a la dolorosa presiĆ³n en las bolas de ser apretadas y como una horrible sensaciĆ³n pasaba a su estĆ³mago y ambos lados de la cadera.

   Las bolas de Carlos eran grandes y tiernas, Mauro sintiĆ³ un placer al aplastarlas entre su mano. Sin poder ocultarlo su pene se hizo grande y potente.

   Ricardo observaba de lejos la reacciĆ³n. El grueso Carlos estaba siendo doblegado por sus testĆ­culos y Mauro tenĆ­a una carpa de circo dentro del bĆ³xer. Ɖl tambiĆ©n lo estaba sintiendo pero se quedĆ³ con la boca abierta ocultĆ”ndolo.

   ā€”Detente, Mauro ā€”pedĆ­a Axel uniĆ©ndose al dĆŗoā€”. Para ya.

   Las gordas piernas de Carlos temblaban mientras sus ojos empezaban a llenarse de lĆ”grimas.

   ā€”Ā”Detente, Mauro!

   ā€”No, quiero que renuncie ā€”decĆ­a Mauro torciendo el par de bolas.

   ā€”AAAARRRRRGGGGGGHHH.

   ā€”Ā”Detente!

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   Axel empujĆ³ a Mauro, Ć©l perdiĆ³ el equilibrio soltando a Carlos que se arrodillo sufriendo de dolor agarrĆ”ndose las pelotas.

   ā€”ĀæEstĆ”s loco? ā€”preguntaba Axelā€”. ĀæQuĆ© pretendes? ĀæMalograrlo?

   ā€”El robĆ³ mi puesto de lĆ­der.

   ā€”No he robado nada, cabrĆ³n ā€”aclarĆ³ Carlos con voz cortada.

   ā€”Somos un equipo ā€”justificaba Axel.

   Sordo de ira, Mauro levantĆ³ el pie contra la entrepierna de Axel, que terminĆ³ torciendo los ojos y uniendo las rodillas.

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   ā€”Ā”ay, ay, ay, mis bolas!

   Mauro se levantĆ³ y amenazĆ³ antes de irse:

   ā€”TĆŗ no seas metiche. En cuanto a ti esto apenas comienza y no voy a parar hasta que te vayas.

   Fue Ricardo quien soportando la risa los ayudĆ³ a sentarse en el mueble.

   ā€”Siento que mis pelotas se estĆ”n hinchando.

   ā€”Mis bolas no paran de palpitar.

   Entretanto la mĆŗsica en el bar no cesaba y menos con el show particular de Miguel quien sonreĆ­a sin parar de esgrimir su lĆ”tigo. Su grueso cabello negro estaba totalmente lleno de sudor a consecuencia de los movimientos. Su pecho canela chorreaba sudor, su esencia masculina. El lĆ”tigo chocaba contra el suelo, se acercĆ³ a una clienta a la que amarrĆ³ el objeto a su cuello, ella gritĆ³ conmocionada. Miguel volviĆ³ al centro del escenario para seguir con el baile.

   En un momento inesperado la risa y celebraciĆ³n fue reemplazada por un rato de caos y confusiĆ³n, cuando de la nada un hombre de cabellos tiesos y violento saltĆ³ sobre Miguel golpeĆ”ndolo rudamente. Ambos cayeron al piso y Miguel no dejaba de ser maltratado.

   ā€”Quiero que me pagues ya ā€”gritaba el hombre chocando el puƱo otra la cara de Miguelā€”. Sino lo haces ya, te voy a matar.

   Miles de clientes gritaban asustados y la mĆŗsica fue silenciada.

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   El bruto golpeador se percatĆ³ de la calidad del cuerpo en la hombrĆ­a de Miguel, vio sus pectorales, el abdomen y mĆ”s abajo el dibujo de su paquete en el pantalĆ³n de cuero. ApretĆ³ el puƱo y golpeĆ³ los genitales de Miguel. Ɖl echĆ³ atrĆ”s la cabeza y dejĆ³ escapar un profundo y ensordecedor bramido de pura agonĆ­a.

   ā€”ĀæTe doliĆ³, eh? QUIERO QUE ME PAGUES O TE IRƁ PEOR. ĀæCREES QUE TE IVAS A BURLAR DE MI?

   Sin dar tregua el misterioso hombre se apoderĆ³ con sus manos de las enormes bolas de Miguel.

   El hombre musculoso bramĆ³ en agonĆ­a, sus grandes huevos eran apretados con la punta de la mano.

   Miguel arqueĆ³ la espalda sin dejar de gritar adolorido como el cruel hombre le causaba un fuerte dolor de bolas.

   ā€”Ā”Seguridad, seguridad! ā€”eran los gritos de Isabellaā€”. Ā”Saquen a ese hombre!

   En pocos segundos cuatro hombres inmovilizaron al violento atacante, haciĆ©ndolo salir a la fuerza mientras gritaba.

   ā€”Pagame, pagame, cabrĆ³n, o te irĆ” peor.

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   Miguel quedĆ³ tendido en el suelo sobandose las gĆ³nadas, apretando los dientes soportando el dolor.

   Carlos estaba a un lado presenciando la escena sus bolas todavĆ­a dolĆ­an, asĆ­ que eran tres los machos jodidos por sus testiculos en una noche. Dos muchachos ayudaron a levantar a Miguel para llevarlo a la sala de descanso. Carlos mirĆ³ a Ricardo para preguntarle:

ā€”ĀæQuĆ© clase de deuda puede tener Miguel?

ā€”Eso no importa. Ahora el show debe continuar.

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