ORIGINAL: ZATN
CONTIENE: BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
CONTIENE: BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Parte 1: ConversaciĆ³n con la CuƱada.
Marcelo y Antonio ambos de 23 aƱos, viven juntos en matrimonio desde hace unos meses.
El dĆa de hoy Marcelo recibe en casa a Elena, su cuƱada, y un aƱo mayor que Antonio.
Tras tomar el tĆ©, y sabiendo que Antonio aun no llega del trabajo, Ć©l anfitriĆ³n decide contarle a la cuƱada algo relacionado con su pareja.
“Debo contarte algo muy importante, sĆ© que eres de confianza por eso te lo dirĆ©”.
La cuƱada agradece la confianza e intrigada pide saber que ocurre.
“Tengo problemas con Antonio”, se sincerĆ³ Marcelo.
“Que te hizo ahora mi hermanito?”.
Elena siempre habĆa sido una figura de autoridad para su cuƱado, Marcelo era algo tĆmido, y la hermana mayor de su pareja era una fuente de consejos y apoyo para el joven, por eso a ella no le extraƱaba que le pusiese quejas sobre Antonio.
“Elena, Antonio me fue infiel la semana pasada”.
“Condenado!, se atreviĆ³ a eso?”.
“Si, pero lo castiguĆ©!”.
“CĆ³mo lo castigaste?, Marcelo cuĆ©ntame que pasĆ³, cuĆ©ntamelo todo!”.
AsĆ Marcelo suspirando, decide narrar lo sucedido:
Hace una semana, el joven se dirigĆa en auto a un conocido motel, ya tenĆa sospechas de la infidelidad de su pareja, asĆ que llegĆ³ el dĆa de confrontarlo.
Antonio era una persona fĆ”cil de analizar, con poca astucia para mentir, y cuando su pareja le interrogĆ³ sobre sus frecuentes turnos nocturnos en el trabajo, la respuesta poco imaginativa de Antonio lo convenciĆ³ de que algo ocurrĆa.
Pronto descubriĆ³ que Antonio salĆa con un tal Pablo (de apellido que inicia con Cha), el cual conociĆ³ en una reuniĆ³n de la empresa.
Marcelo no les pudo espiar por la ventana, pero logrĆ³ sobornar al encargado del motel y este le facilitĆ³ una copia de la llave; Fue un dinero considerable, pero valĆa la pena el gasto… querĆa agarrar a Antonio con las manos en la masa (en el amante en este caso).
Con sigilo, y con pocas personas a esa hora en el Motel, Marcelo ingresĆ³ al cuarto y contemplo como la pareja hacia el amor.
“Los pillaste fornicando?”. InterrumpiĆ³ Elena.
Marcelo afirmo con la cabeza, mientras su cuƱada no dejaba de estar asombrada, aunque algo divertida ante la interesante trama que escuchaba.
El ofendido observante, quedĆ³ mudo ante el espectĆ”culo de sĆ”banas, Antonio le bombeaba con Ćmpetu salvaje el ano… sacĆ”ndole gemidos en su amante, que parecĆa estar siendo empalado en vida.
Marcelo sintiĆ³ una profunda ira, total traiciĆ³n por parte de su querido Antonio… casi por desahogo el traicionado expulso un grito que se oyĆ³ a lo lejos.
“Antoniooooooooooooooooo!!!!!!!!!”.
El par quedo impactado al ser descubierto.
“Y que hiciste en ese momento Marcelo!”, volviĆ³ a interrumpir Elena.
Marcelo continuĆ³ narrando.
Con respecto a ese tal Pablo, lo querĆa fuera de su vista, no querĆa tratar con Ć©l, pues tenĆa asuntos con Antonio, AsĆ que lo primero fue sacar lo que le estorbaba.
“Elena, lo cogĆ del pelo y lo saque del cuarto a rastras”.
“Y mi hermano que hizo?”.
“El pudoroso traidor corriĆ³ a ponerse los calzoncillos, y cuando estaba ya en la puerta con el tal Pablo quiso evitar que lo echara, el canalla de tu hermano querĆa que me calmara, y me decĆa que no podĆa echarle al amante y menos estando en cueros, Pero lo puse en su sitio un buen rato”.
“Como asĆ, que le hiciste?”, PreguntĆ³ Elena.
“Elena, como me agarraba por detrĆ”s, cerrĆ© el puƱo y lo lancĆ© hacia atrĆ”s, le di duro por los huevos”.
“Auch!, le diste un golpe bajo?, pobre de Antonio… y siendo Ć©l de huevas grandes”.
“Por eso es que le di ahĆ, con los huevos bien grandes como las tiene no iba a fallar y ademĆ”s… mĆ”s sufre!, SabĆa que con un buen golpe en los huevos, no iba a molestar mĆ”s; Querida Elena grito como una nena, soltĆ³ como un… AAahhhhh!”.
“Jajaja, pobre, debiĆ³ ser terrible para mi hermanito”.
“Pero Ć©l se lo buscĆ³; En fin, ya con Antonio “calmado”, pude dedicarme a su amante, te cuento que en el pasillo le di una buena paliza, le dejĆ© los ojos morados, eso sĆ, al final tuve piedad de Ć©l al tirarle las ropas, no se quejara de quedar en la calle con el trasero helado”.
Ya solucionado el asunto con el sujeto Pablo, Marcelo analizĆ³ que hacer a continuaciĆ³n, rĆ”pidamente tomo una decisiĆ³n; Antonio debĆa pagar mucho mĆ”s por traicionarle.
“VolvĆ al cuarto, y pude ver tirado en el suelo a Antonio”.
“CayĆ³ al suelo?”.
“AsĆ es, Estaba tirado en el piso sobĆ”ndose los cojones”.
“Ya entiendo, no soporto mĆ”s el dolor en las huevas y cayĆ³, pobre de mi hermano”.
“NingĆŗn pobre, se lo merecĆa y mĆ”s!”.
Elena afirmo mostrĆ”ndose de acuerdo con lo dicho por Marcelo, quien siguiĆ³ contando.
A continuaciĆ³n le bajo los calzoncillos con la intenciĆ³n de agarrarle los testĆculos.
Pero Antonio ve las peligrosas intenciones de su pareja y sacando fuerzas de donde no tenĆa se incorpora, rechazĆ”ndole con las manos.
Marcelo sorprendido por la resistencia de su hombre, da un tras pies y cae sentado en el suelo; Para cuando se incorpora, Antonio le agarra con un tĆpico candado a la cabeza.
Elena opina: “hizo eso?, ahora que lo dices, Antonio practicĆ³ lucha en la universidad; y tĆŗ que hiciste Marcelo?, la verdad en ese motel se desencadenĆ³ un infierno”.
“El insistĆa en que me tranquilizara, que me soltarĆa solo si entraba en razĆ³n; Pero lo dejĆ© sin habla”.
“CĆ³mo? si te tenĆa con esa llave de lucha”.
“Si pero fui recursivo, la verdad Antonio siempre ha sido mĆ”s fuerte que yo, asĆ que tuve que usar sucias maƱas”.
“Eso suena como un nuevo Auch! para mi hermanito”.
“AsĆ es!, te cuento”.
En un momento de la disputa, Marcelo, ya de rodillas llevĆ³ una mano por detrĆ”s, hacia las duras nalgas de su esposo y seguidamente ingreso a su entrepierna; Asaltado por la retaguardia, los grandes testĆculos de Antonio cayeron en manos de su pareja una vez mĆ”s.
Al sentir el apretĆ³n testicular Antonio soltĆ³ un alarido,
“AAAAayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy”.
El torturado hombre interrumpiĆ³ el grito apretando los dientes casi al punto de la ruptura dental; De inmediato soltĆ³ a Marcelo, el cual por la sorpresa de verse suelto, liberĆ³ las gĆ³nadas de su pareja.
Liberado del castigo, un tambaleante Antonio retrocediĆ³, pero el arrodillado Marcelo, se centrĆ³ de nuevo en su objetivo y se lanzĆ³ contra la entrepierna de su esposo.
Una vez mĆ”s capturĆ³ sus pelotas.
“Te ensaƱaste con las huevas de mi hermano”. opinĆ³ Elena.
“QuerĆa verlo sufrir, Elena”.
No hubo un nuevo grito por parte de Antonio, quien quedo boquiabierto, y mĆ”s aĆŗn, cuando Marcelo tiro de su escroto casi queriendo arrancarle las gĆ³nadas.
Pero la ira de Marcelo llegĆ³ a su fin cuando observĆ³ los ojos en blanco de su amado hombre.
Antonio comenzĆ³ a desplomarse, al tiempo que su pareja liberaba sus genitales, el atlĆ©tico hombre cayĆ³ tendido en el suelo, totalmente inconsciente.
“Casi dejas a mi hermano sin bolas Marcelo”. Protesto calmadamente Elena.
“Me dejĆ© llevar por la ira, Lo sĆ©!; Pero hasta allĆ llegĆ³ el asunto de esa noche, sĆ³lo estaba desmayado”.
“Y no hubo ningĆŗn problema con sus pelotas?, mira que te excediste”.
“La verdad me preocupĆ©, pero cuando despertĆ³ sĆ³lo estaba adolorido; Eso sĆ, pasĆ³ varios dĆas con dolor en las bolas”.
Marcelo detuvo su narraciĆ³n y pensĆ³ un instante lo que iba a decir.
“Ahora tengo un problema y necesito tu ayuda Elena”.
“En que te ayudo?, le hablo para que te pida disculpas?, Aunque mi hermanito es bastante terco”.
“No, Ć©l ya me pidiĆ³ perdĆ³n por traicionarme con ese tipo; Hablamos al dĆa siguiente de cuĆ”l serĆa nuestro futuro, y decidiĆ³ terminar con ese tal Pablo, ya nos arreglamos!”.
“En serio?, bueno, mi hermano es el culpable de todo lo que pasĆ³, pero no esperĆ© una disculpa tan rĆ”pida de su parte, y menos con lo que le hiciste a sus colgantes nenĆ©s”.
“Eso ya lo superamos, al dĆa siguiente me di cuenta de mi error, sĆ³lo verlo caminar con las piernas separadas y adolorido todo el tiempo fue demasiado para mi orgullo, tuve que pedirle perdĆ³n por lastimarle los huevos”.
“Eres un buen muchacho”.
“Te juro que aĆŗn me siento mal cada vez que se los veo… y estos dĆas anda con las bolas al aire a cada rato”.
“AsĆ que mi hermano anda de exhibicionista Jajajaja”.
“Elena todavĆa no sĆ© porque que me desquite con sus nueces”.
“Es fĆ”cil de explicar, Antonio te fue infiel… y se es infiel con los genitales, sea pene o huevos, todos son culpables; tĆŗ sĆ³lo quisiste que esas partes pagaran el precio, simple!”.
“No lo habĆa pensado de ese modo”.
“Es algo instintivo que todos y todas sentimos, y es producto de la rabia tan intensa que te causa la traiciĆ³n por parte del ser amado”.
“Aunque pensĆ”ndolo bien, a tu hermano le habrĆa ido mejor, si me desquito con su pene”.
“No si te quieres vengar cortĆ”ndole algo, aunque para los machos no se sabe que es peor, no tener pipi o pelotitas Jajajaja”.
“No!, jamĆ”s llegarĆa a esos extremos”.
“Nadie sabe cĆ³mo reaccionarĆ” en ese momento de traiciĆ³n”.
“Elena tĆŗ lo has hecho tambiĆ©n?, digo, te han traicionado y respondiste como yo?”.
“Pues sĆ, una vez un novio me fue infiel y me desquitĆ© apretĆ”ndole las esfĆ©ricas partes con las que me traicionĆ³”.
“Vaya! te paso igual, Por favor cuĆ©ntame”.
“Mejor te lo cuento otro dĆa, que no ibas a pedirme ayuda por un problema?”.
“Vaya que me desviĆ© del tema, mi problema es que ya no confĆo en Antonio, todo parece bien, pero como saber que no me serĆ” infiel de nuevo, en sus ojos no veo la seguridad de su fidelidad, no es sincero”.
“Quieres que hable con Ć©l?”.
“Por favor habla con Antonio, ayĆŗdame a que no me vuelva a traicionar, y luego de hablarle, te pido me digas con sinceridad si crees que te harĆ” caso o no”.
“Te aseguro que me harĆ” caso, yo me encargo de convencerle, es intolerable que te vuelva a irrespetar”.
Elena decidiĆ³ esperar y arreglar ese asunto de una vez, Antonio no tardarĆa ya mucho en regresar del trabajo.
Un rato despuĆ©s, encontrĆ³ y recogiĆ³ un suspensorio tirado en el suelo.
“Y esto?”.
“Ah, eso es un suspensorio, se usa para sostener las bolas de hombre”.
“Eso lo sĆ©, es de Antonio?, El usa esto?”.
“Era necesario, cĆ³mo las pelotas le quedaron inflamadas… si le colgaban mĆ”s le dolĆan, asĆ que tuve que comprarle eso para que mantuviera sus cosas recogidas, pero ya estĆ” recuperado de su pelotas”.
Elena comenzĆ³ a estirar el suspensorio, mientras estallaba en risas.
“Ah, mi pobre hermano y sus grandes huevas”.
Tras oĆrla, Marcelo se intrigĆ³ con lo dicho por ella, algo que Elena ya habĆa dado a entender durante la conversaciĆ³n de hoy.
“Ćyeme, como es que le conoces las bolas a tu hermano?, como sabes que las tiene grandes?”.
“FĆ”cil, es mi hermano”.
“Pero Ć©l siempre ha sido muy pudoroso…Ah que tonto!, de seguro cuando vivĆan en la misma casa, le viste en el baƱo o al entrar en su habitaciĆ³n… obviamente no fue a propĆ³sito”.
“Le he visto las huevas a mi hermano un par de veces, hace tiempo, Y sabrĆ”s que si fueron a propĆ³sito, cĆ³mo tambiĆ©n las ocasiones en las que se las he tocado”.
Un extraƱado Marcelo indaga mƔs.
“Pero como asĆ?, le has tocado las bolas a Antonio?, pero que dices Elena?, si fue a propĆ³sito, tĆŗ...tĆŗ querĆas tocarlo?, no entiendo!”.
Elena sonreĆa al escuchar el rumbo que tomaba las suposiciones de Marcelo.
“Jajajaja, Oh, no pienses nada enfermo sobre mi Marcelo. No soy una pecadora incestuosa Jajaja, DĆ©jame te cuento”.
Un atento Marcelo estuvo presto a escuchar. En su interior no pudo evitar sentir algo de celos hacia Elena, el que alguien tocara Ćntimamente a su amado era algo que le despertaba incomodidad... sin importar si era su propia hermana.
“Que recuerde le he tocado las bolas a Antonio en dos ocasiones; Veras, fue en la adolescencia, creo que tenĆa unos 17 aƱos, asĆ que el 16; Antonio recibiĆ³ un golpe en las huevas mientras jugaba Tenis…y cĆ³mo se algo de primeros auxilios… ya entiendes”.
Marcelo se tranquilizĆ³ enseguida, habĆa pensado por un instante algo pervertido entre hermanos, pero todo parecĆa una tonterĆa, ella lo tocĆ³ sĆ³lo para revisarle las bolas.
Elena siempre perversa, observĆ³ el alivio en el rostro de Marcelo, y agregĆ³.
“Pero eso sĆ, la segunda vez que se las toque, para nada fue por algo curativo, ahĆ sĆ que querĆa tocĆ”rselas… crĆ©eme, sĆ que querĆa”.
“Que quieres decir?”. VolviĆ³ a incomodarse Marcelo, “CuĆ©ntame!”.
“Mejor te lo cuento otro dĆa, parece que llegĆ³ Antonio”.
Efectivamente Antonio ingresaba a la casa. Tras los saludos y una amena pero corta charla con su hermana, Antonio se retirĆ³ a la habitaciĆ³n conyugal, Tanto a Marcelo cĆ³mo a Elena, les dio la impresiĆ³n que tenĆa prisa por estar solo.
“Y hoy que le pasa?”. ReclamĆ³ Marcelo.
“DĆ©jalo, no debe ser nada”.
Enseguida Elena le pide a Marcelo, salga a dar un paseo para tener total privacidad con su hermano.
“AprovecharĆ© para ir de compras”.
Ya ido la pareja, Elena se dirige a la habitaciĆ³n matrimonial. Durante su corta marcha se torna pensativa.
- Marcelo me hizo recordar ese dĆa, cuando le toque las huevas a mi hermano; Es cierto!, las dos veces que lo hice fueron el mismo dĆa; Ja! Y quĆ© curioso, tambiĆ©n me recordĆ³ aquella vez que me desquitĆ© de Alfredo por serme infiel, Todo pasĆ³ el mismo dĆa!, Ese dĆa… pasaron tantas cosas!, Vaya!, hace tiempo no lo recordaba.
En la calle, Marcelo ha caminado sĆ³lo unos metros, cuando inesperadamente una figura comienza a seguirle sin Ć©l notarlo.
Es un hombre que lleva un bate en la mano.
Su identidad?… es Pablo!, el amante con el que sorprendiĆ³ a Antonio en ese Motel, y el cual se muestra bastante enojado con quien le golpeĆ³ y echo de ese cuarto.
Tras seguirlo unos metros, sonrĆe de gusto a ver cĆ³mo el incauto Marcelo decide entrar a un callejĆ³n bastante solitario.
Mientras tanto en la casa, Elena ingresa al cuarto del matrimonio de manera sigilosa.
Minutos despuƩs se escuchan dos fuertes gritos en el Ɣrea.
Uno proviene de la casa de la pareja, especĆficamente de la habitaciĆ³n.
“AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!”, Grita Antonio.
El otro proviene del cercano callejĆ³n.
“AAARRGGGGGGGGGGGGG!!!!!”, Ruge Marcelo
Ambos esposos ha expresado una terrible agonĆa, que ha sucedido?
ContinuarĆ”.
Gracias
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