Pablo en guerreros de la arena (13,5/15): Bolas por contrato - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

29 mar 2016

Pablo en guerreros de la arena (13,5/15): Bolas por contrato


CONTIENE:

-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   La familia ChacĆ³n estaba reunida en torno de la sala conversando, Claudia, la esposa de SimĆ³n radiante de felicidad expresaba que en cuestiĆ³n de dĆ­as darĆ­a a luz a sus bebĆ©s, la muchacha lucĆ­a hermosa aunque un poco gorda.



 —Ya estoy preparado para coger insomnio —explicaba SimĆ³n con una sonrisa abrazĆ”ndola.


   —Pero serĆ”n bien recibidos los nietos —aƱadiĆ³ Marcos ChacĆ³n.


   AllĆ­ a parte de los abuelos ChacĆ³n, Yenny y su hermano Pablo con Vicente, estaba RamĆ³n, quien desde hacĆ­a pocos dĆ­as habĆ­a formalizado su relaciĆ³n con el muchacho, el ambientlista estaba que se reĆ­a al echar disimuladas miradas a la entrepierna de los distintos hombre de la familia que en sus pantalones se remarcaba el contorno de los testĆ­culos, muy grandes como en algĆŗn momento le explico Pablo.


   —¿Nunca les ha dado vergĆ¼enza resaltar tanto las pelotas? —le preguntĆ³ mĆ”s tarde esa noche cuando estaban sentados al borde de la piscina del patio.


   —Pues, cuando yo era niƱo sĆ­ —afirmĆ³ Pablo—, ya al entrar a la pubertad y conocer la importancia de los genitales me sentĆ­ orgulloso.


   —Jajaja, cretino —riĆ³ RamĆ³n.


   —Mi padre cuenta que de joven intentaba usar pantalones holgados pero que siempre, ¡siempre! Alguna parte de los cojones se mostraba. Y SimĆ³n, bueno ya ves, remarca sus bolas con orgullo, jajaja, como que abre las piernas de mĆ”s.


   —En la televisiĆ³n los de la competencia alegan que es su principal atractivo en el programa que conduce.


   —Jajaja, ahĆ­ donde lo ves estĆ” molesto con Claudia.


   —¿Por quĆ©?


   Pablo riĆ³ graciosamente.


   —Porque no tienen sexo desde hace semanas, Claudia se comporta muy mojigata con su embarazo y tiene en castidad a mi pobre hermano.


   —¡Uy! —exclamĆ³ RamĆ³n sorprendido—. Y con la cantidad de semen que ustedes producen ya me imaginare como estarĆ” de tanque full.


   —Jajaja, ¿ustedes? ¿Ya comprobaste con todos?


   —No —negĆ³ RamĆ³n riendose y acercĆ”ndose a Pablo. Lo besĆ³ en los labios y le palpĆ³ los genitales sin necesidad de apretarle las bolas, pero las frotĆ³ con ansias.


   —No, no —negĆ³ Pablo separĆ”ndose de Ć©l, echĆ³ un vistazo a las ventanas de su casa a parte tenĆ­a una notable erecciĆ³n.


   —¿Por quĆ©?


   —En casa no haremos nada de eso.


   —Uf, que pesado tĆŗ. ¡Te dejarĆ© en castidad! Mojigato.


   Ambos rieron con fuerza y Pablo abrazo fuertemente a RamĆ³n.


   Lejos de esa casa, en la empresa de Guerreros de la arena, NicolĆ”s tenĆ­a una reuniĆ³n con Esteban en relaciĆ³n a un daƱo material que el primero provocĆ³ en la empresa.


   —AhĆ­ tenĆ©s el dinero de la puerta, no quiero mĆ”s kilombo con vos.


   Esteban contabilizĆ³ el dinero en silencio.


   —Ese dĆ­a me emocionĆ© de mĆ”s con la pelea de Pablo. DeberĆ­a darte las gracias por ayudarlo a terminar su relaciĆ³n con el boludo de Alfredo.


   —EstĆ” completo —dijo Esteban al contar el Ćŗltimo billete—, puedes retirarte.


   NicolĆ”s se quedĆ³ perplejo mirĆ”ndole.


   —Pero, ¿por quĆ© vos sos asĆ­ conmigo? TratĆ”ndome con las patas.


   —¿Y quĆ© quieres que te haga? Una fiesta.


   —MirĆ”, pibe —NicolĆ”s se acomodĆ³ el cuello de la camisa, sintiendo nervios—. ¿Vos no te das cuenta que me tenĆ©s loquito? Que vos te fijĆ”s sĆ³lo en Pablo y Ć©l no te da bolas, vos no le gustĆ”s, pero vos a mi sĆ­.


   Esteban le clavĆ³ la mirada.


   —Pablo sĆ³lo cumplirĆ” un contrato aquĆ­.


   —ChĆ©, vos no le gustas a Pablo, te detesta por no sĆ© quĆ©. Quiere que le libres el contrato.


   —El contrato de Pablo caduca el Ćŗltimo trimestre de este aƱo.


   —Pablo tiene proyectos, chĆ©. Con ese contrato lo tenĆ©s maniatado, ademĆ”s de que nunca se fijarĆ” en vos, ya tiene pareja... probĆ” con algo distinto.


   —EstĆ”s rogando que te coja, ¿eh?


   NicolĆ”s lo mirĆ³ con desaprobaciĆ³n:


   —Pongo a dispocisiĆ³n mis pelotas por la liberaciĆ³n del contrato de Pablo.


   —Si tanto te preocupa Pablo, se su pareja.


   —ChĆ©, Pablo es mi mejor amigo pero es un pendejo, ya se lo he dicho. Entonces, ¿quĆ© decĆ­s? Mis bolas por su contrato. ¡Ya!


   Lo que NicolĆ”s mĆ”s deseaba era tener a Esteban con Ć©l como fuese.


   —SĆ­gueme —determinĆ³ Esteban abandonando su asiento.


   NicolĆ”s sintiĆ³ una grata sensaciĆ³n que le endureciĆ³ el pene. SiguiĆ³ a Esteban que caminĆ³ por unos pasillos del edificio. Lo hizo entrar a una sala con pola iluminaciĆ³n, paredes blancas y una cama al centro donde reposaban unas correas.


   —Quiero que te desnudes y te dejes amarrar allĆ­.


   NicolĆ”s obedeciĆ³ en silencio, miro a Esteban y Ć©l tambiĆ©n tenĆ­a una erecciĆ³n, por fin lograba que ese hombre se fijase en Ć©l.


   —Quiero que te quites todo...


   NicolĆ”s obedeciĆ³, se desamarrĆ³ la corbata y luego el saco, miraba con lujuria a Esteban pero este devolvĆ­a una mirada neutra. DesabrochĆ³ su camisa y mostrĆ³ su cuerpo marcado y lampiƱo, seguido se quito el sudado zapato y posterior los calcetines, tenĆ­a pies largos y cuidados, abriĆ³ el pantalĆ³n para desnudarse por completo, pudo vislumbrar como Esteban alzĆ³ la mirada al ver su pene casi rosado y erecto.


   —RecuĆ©state allĆ­.


   Esteban tragĆ³ saliva y se acostĆ³ en la plataforma, las correas comenzaron a ser amarradas a lo largo de su desnudo cuerpo, dejĆ”ndole a merced del castigo de Esteban, incapaz de defender su vulnerabilidad masculina.


   Esteban mirĆ³ a su objetivo, de veras NicolĆ”s tenĆ­a genitales bonitos, su escroto colgaba entre las piernas separadas.


   —¿Yo te gusto, eh? —preguntĆ³ mordaz cubriendo los ojos con una venda, sostuvo el pene de NicolĆ”s para balancearlo de arriba a abajo, el hombre gimiĆ³—... Te gusta y te gusto.


   —Aaaaahhhh —gimiĆ³ en medio del placer NicolĆ”s, tenĆ­a su polla en punto mĆ”ximo y Esteban lo masturbaba sin contemplaciĆ³n.


   Esteban no perdiĆ³ tiempo. Se centrĆ³ en el escroto y lo golpeĆ³ muy duro con el puƱo izquierdo. NicolĆ”s sintiĆ³ el golpe imprevisto que se iniciĆ³ en sus bolas y emitiĆ³ un grito espeluznante.


   Esteban sujetĆ³ el pene con fuerza y siguiĆ³ moviendo de arriba a abajo, arrancando una mezcla de jadeos en NicolĆ”s a tiempo que tambiĆ©n le apretĆ³ las bolas.


   La habitaciĆ³n se llenĆ³ de gritos.


   NicolĆ”s arrugaba el rostro y se retorcĆ­a en la plataforma mientras continuaban manipulando su pene y torturando sus vulnerables cojones.


   Por Ćŗltimo y para rematar, Esteban soltĆ³ el pene de NicolĆ”s pero retorciĆ³ sus bolas, provocando que el muchacho gritara como nunca antes en su vida, al soltarlo de las bolas, Esteban fijo la mirada en el rostro que tenĆ­a una mĆ”scara de dolor, mientras el cuerpo se empapaba de sudor.


   Nuevamente volviĆ³ a acariciar la verga, esta vez estimulando su sonrosada cabeza.


   NicolĆ”s dejĆ³ escapar un suave gemido. Su pene erecto a mĆ”s no poder brotĆ“ un hilo delgado de lĆ­quido preseminal


   —Jajaja, estĆ”s disfrutando mucho, mucho.


   NicolĆ”s sĆ³lo dio un gemido de aprobaciĆ³n, Esteban sonriĆ³ y hundiĆ³ los dedos en los suaves testĆ­culos ablandados de NicolĆ”s, haciĆ©ndole gritar de dolor.


   Los ojos de Esteban brillaban de emociĆ³n, aplastando las bolas de NicolĆ”s.


   Con desesperaciĆ³n, NicolĆ”s se movĆ­a en la plataforma, fue asĆ­ como su pene bajo los estĆ­mulos disparĆ³ un chorro de semen espeso, caliente y blanco que cruzĆ³ el aire y aterrizĆ³ en su abdomen.


   Esteban continuĆ³ retorciendo y exprimiendo las bolas de Nicolas, provocando chirridos estridentes de su boca.


   —¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!


   Semen y mĆ”s semen brotaba de la verga de NicolĆ”s. Esteban reĆ­a descaradamente esta vez apretando con mĆ”s fuerza mientras NicolĆ”s se quedaba sin aire.


   Esteban apartĆ³ la mano de las bolas de NicolĆ”s, el muchacho quedĆ³ respirando bocanadas de aire.


   —Cuando te suelte te vestirĆ” y te marchas de aquĆ­ —ordenĆ³ Esteban, paso la mano por el abdomen de NicolĆ”s restregĆ”ndole el semen por el pecho, seguido se oliĆ³ la mano. ComenzĆ³ a abrir las correas.


   Al ser liberado, NicolĆ”s empezĆ³ a acariciar sus testĆ­culos.


   —He dicho que te vistas y te vayas —repitiĆ³ Esteban, dio media vuelta, se encarrarĆ­a en su despacho para masturbarse por aquel momento.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages