CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
La familia ChacĆ³n estaba reunida en torno de la sala conversando, Claudia, la esposa de SimĆ³n radiante de felicidad expresaba que en cuestiĆ³n de dĆas darĆa a luz a sus bebĆ©s, la muchacha lucĆa hermosa aunque un poco gorda.
—Pero serĆ”n bien recibidos los nietos —aƱadiĆ³ Marcos ChacĆ³n.
AllĆ a parte de los abuelos ChacĆ³n, Yenny y su hermano Pablo con Vicente, estaba RamĆ³n, quien desde hacĆa pocos dĆas habĆa formalizado su relaciĆ³n con el muchacho, el ambientlista estaba que se reĆa al echar disimuladas miradas a la entrepierna de los distintos hombre de la familia que en sus pantalones se remarcaba el contorno de los testĆculos, muy grandes como en algĆŗn momento le explico Pablo.
—¿Nunca les ha dado vergĆ¼enza resaltar tanto las pelotas? —le preguntĆ³ mĆ”s tarde esa noche cuando estaban sentados al borde de la piscina del patio.
—Pues, cuando yo era niƱo sĆ —afirmĆ³ Pablo—, ya al entrar a la pubertad y conocer la importancia de los genitales me sentĆ orgulloso.
—Jajaja, cretino —riĆ³ RamĆ³n.
—Mi padre cuenta que de joven intentaba usar pantalones holgados pero que siempre, ¡siempre! Alguna parte de los cojones se mostraba. Y SimĆ³n, bueno ya ves, remarca sus bolas con orgullo, jajaja, como que abre las piernas de mĆ”s.
—En la televisiĆ³n los de la competencia alegan que es su principal atractivo en el programa que conduce.
—Jajaja, ahĆ donde lo ves estĆ” molesto con Claudia.
—¿Por quĆ©?
—Porque no tienen sexo desde hace semanas, Claudia se comporta muy mojigata con su embarazo y tiene en castidad a mi pobre hermano.
—¡Uy! —exclamĆ³ RamĆ³n sorprendido—. Y con la cantidad de semen que ustedes producen ya me imaginare como estarĆ” de tanque full.
—Jajaja, ¿ustedes? ¿Ya comprobaste con todos?
—No —negĆ³ RamĆ³n riendose y acercĆ”ndose a Pablo. Lo besĆ³ en los labios y le palpĆ³ los genitales sin necesidad de apretarle las bolas, pero las frotĆ³ con ansias.
—No, no —negĆ³ Pablo separĆ”ndose de Ć©l, echĆ³ un vistazo a las ventanas de su casa a parte tenĆa una notable erecciĆ³n.
—¿Por quĆ©?
—En casa no haremos nada de eso.
—Uf, que pesado tĆŗ. ¡Te dejarĆ© en castidad! Mojigato.
Ambos rieron con fuerza y Pablo abrazo fuertemente a RamĆ³n.
Lejos de esa casa, en la empresa de Guerreros de la arena, NicolĆ”s tenĆa una reuniĆ³n con Esteban en relaciĆ³n a un daƱo material que el primero provocĆ³ en la empresa.
—AhĆ tenĆ©s el dinero de la puerta, no quiero mĆ”s kilombo con vos.
Esteban contabilizĆ³ el dinero en silencio.
—Ese dĆa me emocionĆ© de mĆ”s con la pelea de Pablo. DeberĆa darte las gracias por ayudarlo a terminar su relaciĆ³n con el boludo de Alfredo.
—EstĆ” completo —dijo Esteban al contar el Ćŗltimo billete—, puedes retirarte.
NicolĆ”s se quedĆ³ perplejo mirĆ”ndole.
—Pero, ¿por quĆ© vos sos asĆ conmigo? TratĆ”ndome con las patas.
—¿Y quĆ© quieres que te haga? Una fiesta.
—MirĆ”, pibe —NicolĆ”s se acomodĆ³ el cuello de la camisa, sintiendo nervios—. ¿Vos no te das cuenta que me tenĆ©s loquito? Que vos te fijĆ”s sĆ³lo en Pablo y Ć©l no te da bolas, vos no le gustĆ”s, pero vos a mi sĆ.
—Pablo sĆ³lo cumplirĆ” un contrato aquĆ.
—ChĆ©, vos no le gustas a Pablo, te detesta por no sĆ© quĆ©. Quiere que le libres el contrato.
—El contrato de Pablo caduca el Ćŗltimo trimestre de este aƱo.
—Pablo tiene proyectos, chĆ©. Con ese contrato lo tenĆ©s maniatado, ademĆ”s de que nunca se fijarĆ” en vos, ya tiene pareja... probĆ” con algo distinto.
—EstĆ”s rogando que te coja, ¿eh?
NicolĆ”s lo mirĆ³ con desaprobaciĆ³n:
—Pongo a dispocisiĆ³n mis pelotas por la liberaciĆ³n del contrato de Pablo.
—Si tanto te preocupa Pablo, se su pareja.
—ChĆ©, Pablo es mi mejor amigo pero es un pendejo, ya se lo he dicho. Entonces, ¿quĆ© decĆs? Mis bolas por su contrato. ¡Ya!
Lo que NicolƔs mƔs deseaba era tener a Esteban con Ʃl como fuese.
—SĆgueme —determinĆ³ Esteban abandonando su asiento.
NicolĆ”s sintiĆ³ una grata sensaciĆ³n que le endureciĆ³ el pene. SiguiĆ³ a Esteban que caminĆ³ por unos pasillos del edificio. Lo hizo entrar a una sala con pola iluminaciĆ³n, paredes blancas y una cama al centro donde reposaban unas correas.
—Quiero que te desnudes y te dejes amarrar allĆ.
NicolĆ”s obedeciĆ³ en silencio, miro a Esteban y Ć©l tambiĆ©n tenĆa una erecciĆ³n, por fin lograba que ese hombre se fijase en Ć©l.
—Quiero que te quites todo...
NicolĆ”s obedeciĆ³, se desamarrĆ³ la corbata y luego el saco, miraba con lujuria a Esteban pero este devolvĆa una mirada neutra. DesabrochĆ³ su camisa y mostrĆ³ su cuerpo marcado y lampiƱo, seguido se quito el sudado zapato y posterior los calcetines, tenĆa pies largos y cuidados, abriĆ³ el pantalĆ³n para desnudarse por completo, pudo vislumbrar como Esteban alzĆ³ la mirada al ver su pene casi rosado y erecto.
—RecuĆ©state allĆ.
Esteban tragĆ³ saliva y se acostĆ³ en la plataforma, las correas comenzaron a ser amarradas a lo largo de su desnudo cuerpo, dejĆ”ndole a merced del castigo de Esteban, incapaz de defender su vulnerabilidad masculina.
Esteban mirĆ³ a su objetivo, de veras NicolĆ”s tenĆa genitales bonitos, su escroto colgaba entre las piernas separadas.
—¿Yo te gusto, eh? —preguntĆ³ mordaz cubriendo los ojos con una venda, sostuvo el pene de NicolĆ”s para balancearlo de arriba a abajo, el hombre gimiĆ³—... Te gusta y te gusto.
—Aaaaahhhh —gimiĆ³ en medio del placer NicolĆ”s, tenĆa su polla en punto mĆ”ximo y Esteban lo masturbaba sin contemplaciĆ³n.
Esteban no perdiĆ³ tiempo. Se centrĆ³ en el escroto y lo golpeĆ³ muy duro con el puƱo izquierdo. NicolĆ”s sintiĆ³ el golpe imprevisto que se iniciĆ³ en sus bolas y emitiĆ³ un grito espeluznante.
Esteban sujetĆ³ el pene con fuerza y siguiĆ³ moviendo de arriba a abajo, arrancando una mezcla de jadeos en NicolĆ”s a tiempo que tambiĆ©n le apretĆ³ las bolas.
La habitaciĆ³n se llenĆ³ de gritos.
NicolĆ”s arrugaba el rostro y se retorcĆa en la plataforma mientras continuaban manipulando su pene y torturando sus vulnerables cojones.
Por Ćŗltimo y para rematar, Esteban soltĆ³ el pene de NicolĆ”s pero retorciĆ³ sus bolas, provocando que el muchacho gritara como nunca antes en su vida, al soltarlo de las bolas, Esteban fijo la mirada en el rostro que tenĆa una mĆ”scara de dolor, mientras el cuerpo se empapaba de sudor.
Nuevamente volviĆ³ a acariciar la verga, esta vez estimulando su sonrosada cabeza.
NicolĆ”s dejĆ³ escapar un suave gemido. Su pene erecto a mĆ”s no poder brotĆ“ un hilo delgado de lĆquido preseminal
—Jajaja, estĆ”s disfrutando mucho, mucho.
NicolĆ”s sĆ³lo dio un gemido de aprobaciĆ³n, Esteban sonriĆ³ y hundiĆ³ los dedos en los suaves testĆculos ablandados de NicolĆ”s, haciĆ©ndole gritar de dolor.
Los ojos de Esteban brillaban de emociĆ³n, aplastando las bolas de NicolĆ”s.
Con desesperaciĆ³n, NicolĆ”s se movĆa en la plataforma, fue asĆ como su pene bajo los estĆmulos disparĆ³ un chorro de semen espeso, caliente y blanco que cruzĆ³ el aire y aterrizĆ³ en su abdomen.
Esteban continuĆ³ retorciendo y exprimiendo las bolas de Nicolas, provocando chirridos estridentes de su boca.
—¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHH!
Semen y mĆ”s semen brotaba de la verga de NicolĆ”s. Esteban reĆa descaradamente esta vez apretando con mĆ”s fuerza mientras NicolĆ”s se quedaba sin aire.
Esteban apartĆ³ la mano de las bolas de NicolĆ”s, el muchacho quedĆ³ respirando bocanadas de aire.
—Cuando te suelte te vestirĆ” y te marchas de aquĆ —ordenĆ³ Esteban, paso la mano por el abdomen de NicolĆ”s restregĆ”ndole el semen por el pecho, seguido se oliĆ³ la mano. ComenzĆ³ a abrir las correas.
Al ser liberado, NicolĆ”s empezĆ³ a acariciar sus testĆculos.
—He dicho que te vistas y te vayas —repitiĆ³ Esteban, dio media vuelta, se encarrarĆa en su despacho para masturbarse por aquel momento.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario