La porrista y el desprotegido jugador (2/3) - Las Bolas de Pablo

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2 abr 2016

La porrista y el desprotegido jugador (2/3)


LA ADMIRADORA Y EL MISTERIOSO ENCAPUCHADO.

Original: ZATN

Esta historia estĆ” relacionada con LA PORRISTA Y EL DESPROTEGIDO JUGADOR. 
Contiene Ballbusting F/M.

   Hernando San Clemente es el nombre del violador del campus; Una voz femenina repite ese nombre  sin parar, mientras el fornido varĆ³n penetra sin pausa el coƱo de esta joven.

   Marisol Herrera, es la dama penetrada por el sujeto que le estĆ” dando, y duro!; En esta ocasiĆ³n no es algo forzado.

   De pronto el jugador  lanza un rugido de dolor:

   “Aaaarrrggggggggggg”.

   La joven asustada le pide que por su bien se detenga.

   El sujeto niega una y otra vez, entonces aprieta los dientes y haciendo un gran esfuerzo viril, continĆŗa bombeando el sexo de la chica, dĆ”ndole placer; Minutos despuĆ©s estalla en una potente eyaculaciĆ³n.

   De inmediato y totalmente exhausto, el varĆ³n queda tendido sobre la cama, no tiene ni una pizca de fuerza.

   La complacida mujer  le besa Ć©l ahora flĆ”cido pene. 

   “Me sorprendiste Hernando, no te hubiera juzgado si te hubieras detenido, despuĆ©s de todo… te los maltrataron bastante”.

   La joven le insiste en que no estĆ” bien para un hombre tener sexo, si no hace mucho le patearon los genitales, le ruega vaya al hospital.

   El orgulloso sujeto no estĆ” de acuerdo.

   “Pero cuando gritaste tan fuerte, me asuste!, cariƱo… aun te duelen y mucho!,  Entra en razĆ³n!”.

   “No, y no insistas Marisol, yo aguanto… Soy  hombre!”.

   “Pues por eso mismo estas tan adolorido, por ser hombre tienes esa Ć”rea sensible…Hernando, te la golpearon!,  deja el orgullo, mira que es una parte delicada para ustedes, ve al mĆ©dico!”.

   Ante la nueva negativa de Hernando, la chica se resigna, Como Ćŗnico proceder para ayudar a Hernando, comienza a lamerle y besarle los testĆ­culos.

   Mientras disfruta de la bella caricia, Hernando analiza a su amante del momento.

   Para Ć©l es una chica muy peculiar, parece muy ingenua pero en la cama es una diabla, y le gusta coger!; Para Hernando esto es natural, es una chica de belleza promedio, asĆ­ que no es muy buscada por los hombres… por lo que debe gozar lo mĆ”s que pueda y con lo poco que alcance a pescar.

   ¿Pero cĆ³mo Hernando terminĆ³ siendo besado en las bolas por Marisol, una joven a la que conoce apenas, Y cuando hace  una hora y media habĆ­a sido pateado en su hombrĆ­a por esa bella porrista que intentĆ³ violar?, pues esto sucediĆ³:

   Tras escapar la porrista de su agresor, el adolorido Hernando se aprestĆ³ a vestirse… suĆ©ter, pantaloneta y zapatos, el resto lo dejo en su casillero, y cojeando se aleja del sitio; Sabe que no puede salir por la puerta principal, los vigilantes sabrĆ­an que estaba en esa Ć”rea a esa hora, y seria fĆ”cilmente sospechoso del ataque sexual.

   Su opciĆ³n es saltar la pared del campus, estarĆ­a en una calle muy solitaria, y ya mĆ”s de noche, desaparecerĆ­a fĆ”cilmente de la zona; Mientras camina con dificultad hacia el muro, observa a lo lejos movimiento… son los vigilantes!, seguro la maldita porrista les avisĆ³ y estĆ”n buscando al agresor.

   Con prisa busca el muro y lo escala, para alguien con  fĆ­sico de jugador seria fĆ”cil, pero con tremendo dolor testicular,  le parece escalar el Everest.

   Cuando llega a la cima, cree haber logrado el objetivo…Pero el descenso es riesgoso, casi pierde el equilibrio al sentir latidos desde sus grandes y maltratadas pelotas.

   Un nuevo latido en las bolas y pierde el equilibrio, El jugado cae desde una altura de 2 metros… Logra mantener la verticalidad, pero al impactar de pie en el suelo, sus lastimadas pelotas brincan con violencia dentro de su pantaloneta.

   Sin nada que los sostenga, (pues por la prisa el hombre no se colocĆ³ calzoncillos) el  dolor es demasiado agudo para soportarse, grita: “Aaayyyy mis huevaaaas!!!!”.

   El violador cae al suelo en posiciĆ³n fetal, le es imposible  incorporarse de tanto dolor.

   A los pocos segundos escucha pasos tras Ć©l, teme lo peor, son los guardias del campus?, le han atrapado!

   Se oye una alarmada voz femenina: “EstĆ”s bien?, que te paso?”.

   Una joven llamada Marisol, desconociendo que es un criminal, le presta ayuda;  Trata de levantarlo y  centrando la mirada en cĆ³mo el hombre se toma la entrepierna se alarma: “Oh Dios!, te duelen los…..que te pasĆ³?”.

   El violador se excusa con lo primero que se le ocurre; Le miente contĆ”ndole que fue asaltado y le patearon los genitales.

   La joven aĆŗn mĆ”s estupefacta se presta para llevarle a un hospital, pero el sujeto se niega; Esa serĆ­a otra forma de identificarlo cĆ³mo el agresor de la porrista.

   Agradeciendo la asistencia, el violador le pide lo ayude llegar a su apartamento; Como jugador del equipo y los constantes entrenamientos, le es conveniente vivir cerca del campus…Con ayuda de la chica llegara… y con suerte, sin mĆ”s testigos de que estuvo a esa hora por esos lares.

   Pero las debilitadas piernas del varĆ³n hacen la caminata imposible y es entonces cuando la joven le ofrece ir a su propio departamento, mucho mĆ”s cerca.

   Se quedarĆ” esa noche allĆ­ y maƱana cuando mejoren sus testĆ­culos podrĆ” ir a casa... Es un buen plan a los ojos del sujeto.

   En el departamento estudiantil  de la joven, el jugador la reconoce… de vez en cuando la ve pasar en la Universidad  y en las graderĆ­as observando los entrenamientos.

   Cada vez que la mira la recuerda, pues un vecino suyo hablo de ella como una chica tĆ­mida y muy fĆ”cil de atrapar, su amigo le contĆ³ que en la primera cita se le entregĆ³…toda una chica inexperta.

   Hernando siempre un predador sexual, nunca la vio cĆ³mo victima potencial o pareja de sexo consentido, a Ć©l solo le llaman la atenciĆ³n los bombones de chicas, y como abundan estas en el equipo de porristas.

   La joven Marisol, ofrece analgĆ©sicos y una cĆ³moda cama para que el adolorido varĆ³n descanse.

   Tras darle una bolsa con hielo envuelta en un paƱo, Marisol le insta a desnudarse, dado que es mejor el contacto directo del hielo en la parte afectada…despuĆ©s de todo debe primar su salud antes que el pudor.

   Luego de media hora de frio alivio a sus ardientes pelotas, el hombre le hace ver lo obvia que es al verle los genitales.

   Luego de colorearse la chica se disculpa e imprudentemente expresa:

   “Es que son grandes, como escuchĆ©… ”.

   “CĆ³mo escuchaste?”.

   Al darse cuenta de lo dicho, la joven se turba de la vergĆ¼enza, provocando una sonrisa en Hernando.

   De pronto Marisol se acerca a Ć©l y le besa rĆ”pidamente los labios, quedando azorada frente al varĆ³n.

   Obviamente el sorprendido sujeto  le pide explicaciĆ³n de porquĆ© lo hizo, y tras un rato de pena, Marisol termina contando que es su admiradora; Va a los entrenamientos cada vez que puede y le admira mĆ”s que a cualquier estrella del equipo.

   Hernando se sorprende pues Ć©l es defensa y si bien es de los mejores, El Mariscal de Campo siempre es el que se lleva la gloria y atenciĆ³n de las chicas.

   “Que has oĆ­do de mĆ­?”.

   La joven debe confesarle que de otras chicas con las que el defensa se ha acostado a sabido que es muy dotado entre las piernas.

   “Dime porquĆ© te gusto, no es sĆ³lo por mi entrepierna verdad?”.

   “Es que eres…eres guapo!, y muy… musculoso”.

   “Te gustan los hombres musculosos?”.

   Ante la confirmaciĆ³n de Marisol, Hernando deja a un lado la bolsa de hielo y se incorpora un poco para besarla pasionalmente, entonces la joven le toca el pene dormido por el frio.

   El toque de aquella suave mano enciende la hombrĆ­a de Hernando, mientras piensa: 

   - Eres una chica traviesa.

   El violador  le propone a la muchacha:

   “Quieres yacer en la cama con el hombre que admiras?”.

   La chica acepta.

   No es que Hernando desease  a la chica, pero la admiraciĆ³n de la joven por Ć©l, y sus atenciones merecen un premio.

   AdemĆ”s el tacto de Marisol le regresĆ³ la arrechera que alimentĆ³ para el dĆ­a de hoy, y que no pudo satisfacer violado a la bella porrista;  Ahora con el dolor testicular algo calmado, se saciara con esta chica que lo idolatra.

   De inmediato le rompe la blusa y besa sus tetas, tras un brusco movimiento emite un leve quejido de dolor; 

   “Uuuuhhhhh!!”:

   Marisol reacciona y le pide se detenga, pero Ć©l hombre le hace ver que es muy tarde para que acepte un NO; MĆ”s la chica insiste, pues es por su salud!, estĆ” lastimado!, no es correcto exponerse a tanto esfuerzo fĆ­sico.

   Ante la falta de atenciĆ³n a la advertencia, Marisol expresa:

   “Pero Hernando… te patearon los testĆ­culos!!”.

   El varĆ³n pide que no se preocupe mĆ”s y se concentra de nuevo en acariciar el cuerpo de la joven.


   Y asĆ­ comenzĆ³ una relaciĆ³n sexual, Aunque con muchos esfuerzos por parte de Hernando para cumplirle a la chica; Marisol disfruto en todo momento Ć©l ser montada por su hombre deseado.

   Al dĆ­a siguiente y acompaƱada de familiares, la porrista atacada… de nombre Marcela Altahona, va a la estaciĆ³n de policĆ­a a poner la denuncia; Sabiendo que el tema puede llegar a ser muy mediĆ”tico, los agentes llaman a la Teniente Gertrudis Ferrer, quien siempre es la imagen de la policĆ­a ante los medios… La oficial charla con la joven y toma su declaraciĆ³n

   “...Y entonces le patee los huevos otra vez…entonces me soltĆ³!”.

   “Fuiste muy valiente y decidida”.

   “Gracias, mi mamĆ” me enseĆ±Ć³ a  no dejarme de ningĆŗn hombre”.

   La Teniente le promete atrapar al delincuente.

   Tras terminar su declaraciĆ³n, la joven se despide pues tiene que ir a una cita con un diario nacional.

   La noticia de que una joven porrista se salvĆ³ de un ataque sexual es comidilla para los medios en pocas horas.

   Ya al medio dĆ­a en el apartamento de Marisol, Hernando despierta mucho mejor de sus gĆ³nadas; La chica le facilita un calzoncillo que tenĆ­a guardado, para que sostenga mejor sus convalecientes testĆ­culos… SegĆŗn ella el interior pertenecĆ­a  a un familiar que lo dejĆ³ olvidado tras quedarse en su apartamento unos dĆ­as.

   Hernando sospecha de esa rebuscada excusa y le menciona que le parece familiar esa ropa interior… es de su talla exacta y casi jurarĆ­a que es un calzoncillo que se le extraviĆ³ hace un tiempo en los vestidores del campo de futbol.
Marisol finge no saber de quĆ© hablaba y cambia la conversaciĆ³n preguntĆ”ndole  por el estado de sus pelotas.

   Hernando sostiene su enorme paquete y para alegrĆ­a de la chica le confirma que todo estĆ” mucho mejor, ya casi no le duele.


   “Debes usar un protector para las pelotas, Hernando eres de huevas  grandes!, si te las golpean… mĆ”s vas a sufrir!, por eso tienes que cuĆ­datelas mucho”.

   Hernando le menciona que siempre usa protector:

   “SĆ³lo me lo quito para dormir y para hacer el amor….digo, sĆ³lo para dormir, no sĆ© quĆ© me pasĆ³ ayer que me lo quite”.

   El hombre agradece las atenciones y se marcha.

   DĆ­as despuĆ©s se conocen peculiares detalles del ataque a la porrista, en prensa escrita la agredida cuenta como tras patearle los testĆ­culos en dos ocasiones, dejĆ³ a su agresor adolorido lo suficiente para escapar.

   Ese hecho genera en radio, televisiĆ³n y redes sociales, una cadena de burlas contra el violador frustrado…incluso usan los dibujos animados para reĆ­rse del atacante.

   Hernando se enfurece al ver en las noticias cĆ³mo se mofan de Ć©l.

   - Esa maldita zorra habladora!, todo es su culpa por contarle a la prensa! …me denunciaste y ahora haces que se rĆ­an de mĆ­,  me las pagarĆ”s perra!

   De la rabia rompe un espejo en casa de Marisol…Y es que desde la noche en que se conocieron, han quedado como amantes!; La confianza entre ambos es tal, que el sujeto pasa horas nocturnas en casa de la chica y hasta se queda allĆ­ en ocasiones; Hernando mantiene un continuo agradecimiento con la joven, al tiempo que descarga la calentura diaria en su admiradora.

   Luego de excusarse por el daƱo, tienen de nuevo relaciones sexuales; La chica le quita pantalĆ³n, calzoncillos y finalmente llega a su protector testicular:

   “CĆ³mo siempre bien protegido, asĆ­ me gusta…debes mantener este par a salvo”.

   “Nunca me volverĆ”n a coger expuesto”.

   QuitĆ”ndole el protector menciona.

   “Pero cuando estĆ”s conmigo es diferente…aquĆ­ siempre tienes que estar desprotegido”.

   La caliente chica le lame el glande generando un goce en Hernando.

   “En eso tienes razĆ³n querida… contigo me conviene estar desprotegido”.

   Tras fornicar  salvajemente, la pareja se queda en cama viendo  la televisiĆ³n. Cuando un tiempo despuĆ©s Marisol empieza a jugar con los genitales de Hernando,  muestran  mĆ”s noticias sobre el intento de violaciĆ³n en el campus.

   El hombre se alarma, la chica sabrĆ” que Ć©l fue quien atacĆ³ a la porrista…es obvio!, el violador fue golpeado en los testĆ­culos el mismo dĆ­a que Ć©l!.

   Que debe hacer?, escapar de casa de Marisol, o que ella solo….desaparezca!, no quisiera hacerle daƱo, pero no va a terminar en prisiĆ³n.

   “Que tipo tan enfermo!, que bueno lo que hizo esa chica!, a los violadores sĆ³lo se les puede tratar asĆ­!, se lo tiene bien merecido ese canalla!”.

   Hernando queda asustado y totalmente pĆ”lido ante la situaciĆ³n en la que se halla…y es que mientras Marisol hablaba de forma decidida contra ese violador, tenĆ­a entre sus manos los testĆ­culos del hombre, en una rutina que se repetĆ­a tras cada relaciĆ³n sexual con Ć©l.
Sencillamente la mujer disfrutaba el besar y acariciar cada vez que podĆ­a de las grandes pelotas de su admirado hombre.

   “Yo le darĆ­a donde le duele!, Hernando… yo le doy duro en las huevas! ,le doy o una patada o un rodillazo… o mejor aĆŗn, se las aprieto!, lo hago hasta que grite!...te juro que hago lo que sea...pero no me dejo violar de un animal como ese!”.

    Una Marisol en actitud molesta y en posiciĆ³n de sus pelotas, hicieron que Hernando se sintiera sin salida, daba por hecho que estaba perdido; Resignado a  que lo identificase como el violador del campus, esperaba en cualquier momento un brutal e incapacitante apretĆ³n, justo para hacerle pagar por sus delitos y a la vez para aturdirle y llamar a las autoridades.

   Aparte de ser un castigo perfecto para un criminal como Ć©l, estaba el curioso hecho de estar la chica hablando de apretar testĆ­culos, mientras tenĆ­a en sus manos un ejemplar de estos.

   Pero en ningĆŗn momento los delicados dedos de Marisol se tornaron agresivos contra sus gĆ³nadas, solo continuaron acariciando con suavidad las grandes pelotas que ella adoraba.

   Hernando quedĆ³ aliviado ante la falta de ataque a sus pelotas, ahora todo parecĆ­a seguro, asĆ­ que le pidiĆ³ calma a la joven, quien al verlo pĆ”lido le pregunto si le ocurrĆ­a algo; Pronto Hernando dio una excusa  y cambio de tema asĆ­ como  de canal de televisiĆ³n.  

   Aun preocupado por el riesgo en el que estuvo, pensĆ³:

   - Uff, casi me da un infarto!, me tenĆ­a por completo…si hubiera querido me pudo haber capado.

   Pero superado el momento y dejando atrĆ”s los pensamientos sobre cĆ³mo desaparecerla y asĆ­ evitar la cĆ”rcel, Hernando se muestra extraƱado ante la falta de sospecha de Marisol hacia Ć©l:

   - CĆ³mo es que no sospechĆ³ de mĆ­?, casi no puedo creerlo; Parece que es inteligente en ciencias y matemĆ”ticas, pero no lo es para deducir este tipo de cosas…jajaja, que tonta mujer!.

   En ese momento comenzĆ³ a jugar con los cabellos de la chica quien concentrada  le besaba amorosamente las pelotas.

- O serĆ” que el estar encaprichada de un hombre  la vuelve tonta?, En fin… si es ingenua, eso es perfecto para mĆ­ en estos momentos.

  Tiempo despuĆ©s volviĆ³ al tema de la burla hacia Ć©l, entonces maquina en su perverso cerebro:
- MatarĆ© a esa maldita perra!, me humillĆ³!... la violarĆ© y luego la matarĆ© por lo que me hizo!!!!!!!!.
  
   Para ese momento la Teniente Ferrer es llamada  por su superior  el CapitĆ”n RamĆ­rez, quien le informa que las autoridades le han dado la importancia que se requiere  ante tan mediĆ”tico caso… Es por ello que es prioridad atrapar al abusador.

   Tras publicar todo la prensa y demĆ”s medios, se han recibido mĆ”s denuncias de mujeres agredidas en el campus Universitario, la AlcaldĆ­a se ha visto presionada por  todos lados  y exigen resultados.

   “Ya sabe Ferrer, antes de acabar este mes debe tener a ese miserable en custodia, que se encarguen los fiscales de Ć©l!, nosotros ya no queremos lidiar con periodistas amarillistas buscando un cuello para dejar sin sangre!”

   “Si mi CapitĆ”n!, ya me estoy encargando personalmente del caso”.

   “MĆ”s le vale Ferrer, no serĆ” mi cuello el que chupen esos vampiros de los medios, serĆ” el suyo si fracasa!!!!!”.

   La Capitana habĆ­a puesto en marcha un plan, colocĆ³ a un policĆ­a en la Universidad, haciĆ©ndose pasar por un estudiante nuevo y enseguida ingresĆ³ al equipo de Futbol americano…desde adentro harĆ­a indagaciones en busca de sospechosos.

   Era obvio que el violador tenĆ­a relaciĆ³n con el equipo, pero no se podĆ­a investigar tan abiertamente a los jugadores y personal de entrenadores, despuĆ©s de todo con excepciĆ³n de una manzana podrida, el resto eran buenos atletas y con un futuro profesional en el deporte…Cualquier escandalo podrĆ­a daƱar su carrera deportiva, asĆ­ que lo mejor era investigar disimuladamente.

   AdemĆ”s al saber que se estĆ” investigando tan cerca, el abusador  dejarĆ­a de actuar y se saldrĆ­a con la suya, lo mejor es que siga su rutina “normal”…pronto atacarĆ” y lo estarĆ”n esperando.

   El agente de policĆ­a infiltrado Armando DĆ­az, era muy joven y deportista asĆ­ que le fue fĆ”cil integrarse con los jugadores.

   Al mismo tiempo habĆ­a otro asunto, La porrista Marcela, decidiĆ³ no abandonar la Universidad como le habĆ­an recomendado varios familiares, ni tampoco tomarse uno o dos meses alejada de la ciudad como le recomendĆ³ la Teniente luego de hablar con ella. 

   La chica era muy valiente y decidiĆ³ sĆ³lo ausentarse unos dĆ­as, durante los cuales tuvo gran actividad con la prensa local; Ahora regresarĆ­a a clases a continuar con su vida normal…Y aun cuando la Teniente le recalcĆ³ que podrĆ­a estar en riesgo, la joven no se amilanĆ³.

   Y es que podrĆ­a haber un potencial ataque de venganza contra la chica… no sĆ³lo por rabia del violador al haber fallado en su ataque, sino que ahora se le sumaban los extensos comentarios de burla en los medios contra este.

   Sin duda ese violador debĆ­a estar muy enfadado contra la joven

   Dada la decisiĆ³n de la muchacha, la Oficial Ferrer considerĆ³ que debĆ­a ser protegida; Entonces  Armando, quien le revelĆ³ su identidad a la porrista, tomĆ³ la responsabilidad. Ahora ademĆ”s de su misiĆ³n inicial,  tenĆ­a que mantenerse siempre cerca de ella para cuidarla.

   A las rutinarias horas de entrada y salida de la universidad, la joven (a pesar de vivir cerca), era transportada en auto por un familiar; El agente debĆ­a cuidarla entonces en las instalaciones… Lo cual era muy fĆ”cil pues estaban en el mismo salĆ³n de clases y a la hora  del entrenamiento, tanto futbolistas como porristas, coincidĆ­an en tiempo y lugar.

   SĆ³lo ocasionalmente Marcela salĆ­a a un horario diferente, y era entonces cuando fingiendo ser un buen amigo, el policĆ­a la  acompaƱaba en una caminata  a casa,.

   DĆ­as despuĆ©s estudiando en la Biblioteca de la Universidad, Hernando observa a Marcela…la porrista que golpeĆ³ sus pelotas; Recuerda el terrible sufrimiento de sus huevos ese dĆ­a.

   Por debajo de la mesa el hombre palpa sus testĆ­culos ahora totalmente sanos y resguardados como siempre por un protector genital.

   Desde el regresĆ³ de la joven, Y muy a pesar de las burlas, Hernando no habĆ­a sentido un serio enfado contra ella, despuĆ©s de todo solamente la veĆ­a en los entrenamientos, rodeada de amigas y a bastante distancia… Sumado esto al hecho de estar muy ocupado con las intensas prĆ”cticas de los Ćŗltimos dĆ­as.

   Pero ahora la tiene cerca, y tras dĆ­as y dĆ­as de burlas en los medios, su ira ha  llegado casi al lĆ­mite.

   Y es que escuchar hasta de sus compaƱeros de clase y entrenamiento, risas contra el violador…especialmente con el hecho de ser vencido por una mujer, le hacen desear verla muerta.

   Ya no sabe cuĆ”ntas veces en los Ćŗltimos dĆ­as ha oĆ­do la frase de que el violador “fue por lana y saliĆ³ trasquilado”.

   Se siente humillado y enfurecido, quiere levantarse de su asiento y coger a la chica a golpes; Pero debe calmarse, en todo momento debe denotar tranquilidad en su rostro para no generar sospecha.

   CĆ³mo lo carcome por dentro la rabia!.

   Pero su actitud  cambia de improviso… Ve a Marisol acercarse a la porrista con un montĆ³n de libros, de inmediato recuerda algo.

   - Es cierto!, Marisol la conoce!, hace dĆ­as me dijo que le ayudaba con clases de refuerzo; Que curioso… ambas tienen relaciĆ³n con lo que ocurriĆ³ ese dĆ­a, una me golpeĆ³ las bolas y la otra me las consintiĆ³, definitivamente entre las dos, prefiero como me trata Marisol, Jajaja.

   Esa noche llega a casa de su amante sin poder sacarse de la cabeza la ira contra la porrista: Se asombra al encontrar a Marisol vestida de porrista.

   La joven le confiesa que siempre ha querido ser una de ellas, pero por no ser tan linda le fue rechazado el ingreso a tan selectivo y discriminador club femenino.

   El varĆ³n la consuela jurĆ”ndole que ella tiene todo para ser una gran porrista y que no se desanime por lo que piensan los demĆ”s.

   Del consuelo pasan al sexo; Teniendo a una chica con ropa de porrista, Hernando siente mĆ”s excitaciĆ³n de lo comĆŗn, despuĆ©s de todo estas chicas son las que prefiere y  algunas son las que ha violado.

   En medio de la penetraciĆ³n, el recuerdo de su agresora testicular (siendo igual una porrista) le vuelve!, y con esto el enfado:

- Vino por lana…Y saliĆ³ trasquilado… Maldita sea!!!.
   CĆ³mo respuesta penetra con violencia el coƱo de Marisol, quien siente lo brusco y comienza a quejarse!; Pero Hernando sigue ensimismado.

   A punto de correrse apoya las manos en los pechos de la chica y cuando eyacula aprieta sus senos, con obvia intenciĆ³n de lastimarla!, reflejando en Marisol el odio hacia la porrista Marcela.

   “Aaahhhhhhhhhhh”, Marisol da un grito, el cual  hace reaccionar al hombre y liberarla.
Con la vagina llena de semen, la joven cubre sus adoloridos pechos, de inmediato Hernando se disculpa por lastimarla.

   Tras algunas lĆ”grimas y besada en todas partes por Hernando que busca su perdĆ³n, la mujer mejora prontamente de su sufrimiento.

   Aceptada la disculpa de su amado, la chica habla con este, y le hace ver que hoy lo ha notado distraĆ­do, como si su mente estuviera en otro lado.
Mintiendo como siempre, Ć©l violador le adjudica su distracciĆ³n y agresividad a problemas en los estudios.

   La chica le recalca cĆ³mo otras veces, que es inteligente y da tutorĆ­as y refuerzos a estudiantes con dificultades, le ayudarĆ” cada vez que Ć©l quiera.

   Pero el hombre debe maniobrar un poco su mentira para conversarla de que el mismo solucionarĆ” sus  falsos lĆ­os acadĆ©micos.

   Sorteado el incĆ³modo asunto con Marisol, vuelve a pensar en la porrista:

- Me vengarƩ de esa Maldita!!!.

   Al dĆ­a siguiente  Marcela y Armando salen tarde de la Universidad, Son mĆ”s de las 7 de la noche y el Ć”rea siempre ha sido solitaria y oscura, pero la joven no teme pues va acompaƱada del policĆ­a.

   De repente una sombra aparece por detrĆ”s y en un movimiento de relĆ”mpago, alguien se les abalanza.

   El policĆ­a de civil alcanza a girar como reflejo, pero no a tiempo para evitar un contundente golpe en su cabeza con un sĆ³lido objeto.

   Marcela alarmada ve cĆ³mo un sujeto con un bate de beisbol en la mano se acerca a ella, seguidamente el extraƱo suelta el bate, que de inmediato rueda por la calle al ser un camino en bajada.

   La mujer da una mirada rĆ”pida al policĆ­a en el suelo, seguramente inconsciente dado el tremendo golpazo!.

   Cuando el atacante se acerca un paso, la chica puede observar con mĆ”s luz artificial, que el sujeto lleva ropa manga larga y  guantes, pero lo que llama su atenciĆ³n es la capucha negra con la que oculta su rostro.

   “Eres tĆŗ, Maldito!”.

   El miedo la invade, el violador volviĆ³ por ella cĆ³mo le advirtiĆ³ la Teniente…seguro es para vengarse por escapĆ”rsele la otra vez.

   La mujer se da cuenta que debe hacer algo; No pierde tiempo en gritar…a esta hora en esa zona comercial todo estĆ” cerrado; Su plan es correr!.

   Pero el enmascarado ya lo esperaba y alcanzĆ”ndola en dos pasos, la golpea en el hombro con su propio hombro izquierdo… arrojĆ”ndola con violencia contra una pared.

   Marcela se repone rĆ”pido del impacto, aunque se soba el Ć”rea golpeada.

- Los mĆŗsculos de ese hombre son muy duros…es muy fuerte!

   Sin mencionar una palabra, el sujeto se planta frente a ella impidiĆ©ndole cualquier forma de escape.

   “DĆ©jame en paz cobarde!”, reclama Marcela, sin respuesta de su agresor.

   En esa ubicaciĆ³n lo puede ver con toda claridad, dada una cercana lĆ”mpara pĆŗblica.

   Puede notar su silueta, esos anchĆ­simos hombros, y su fornido y amplio pecho… aunque le parece mucho mĆ”s bajo…la joven se extraƱa de su tamaƱo!; Seguidamente observa su entrepierna, denotĆ”ndose  el prominente bulto que son sus genitales.

   Esos si los recuerda bien, gran pene y enormes pelotas…En ese instante la mujer vuelve a calmarse.

- Eso es!, Le pegarĆ© en los testĆ­culos como la otra vez!, es mi Ćŗnica oportunidad contra ese fortachĆ³n.

   La fija mirada de la mujer a la Ć­ntima zona del enmascarado, es observada con atenciĆ³n por este, quien bajo la capucha expresa una sonrisa.

   Marcela sigue planeando

- Cuando se me acerque  se los patearĆ©!… le dolerĆ” demasiado…me le volverĆ© a escapar!.

   Pero la zona  de la entrepierna es invadida por un reflejo metĆ”lico; El enguantado criminal le enseƱa un filoso cuchillo.

   De inmediato la mente de la mujer se vuelve un caos, era una chica valiente, pero nunca habĆ­a se habĆ­a enfrentado a un arma, el miedo la paraliza por completo.

   El frio sudor que desciende por la frente de la chica, maravillan al enmascarado.

   Ante la cercana muerte, Marcela sĆ³lo piensa en huir. En ese momento el enmascarado lanza la primera cuchillada… siendo evitada por la joven que intenta pasar junto al violador que le obstruĆ­a el escape.

   Pero un segundo y veloz golpe de cuchillo la alcanza a herir en un antebrazo, fue una cortada superficial, pero al verse herida, su cuerpo se congela y sĆ³lo responde hacia atrĆ”s…quedando nuevamente arrinconada.

   Parece ser su fin, pero en ese instante Armando reaparece en escena y con un fuerte empujĆ³n lanza al encapuchado contra un poste.

    El impacto le hace soltar el arma, la cual cae en una rejilla del drenaje, El agente con los puƱos arriba espera que el armado sujeto se voltee para empezar una disputa fĆ­sica.

   SimultĆ”neamente da una mirada hacĆ­a Marcela.

   “EstĆ”s bien Marcela?, estas herida?”.

   La chica le informa que le hiriĆ³ el antebrazo, pero es leve.

   El enmascarado le da el frente con una postura de inseguridad, ahora es Ć©l quien fue tomado por sorpresa!.

   Armando instruye a la chica:

   “Vete de aquĆ­ Marcela!, corre la Universidad, quĆ©date con los vigilantes, ve!”.

   Enseguida  Armando nota que su rival perdiĆ³ el arma, lo que le facilitarĆ” el enfrentarlo.

   Marcela va a iniciar su escapada, cuando sorpresivamente el encapuchado emprende la huida en sentido opuesto.

   El policĆ­a se sorprende ante la cobardĆ­a del sujeto, esperaba mĆ”s resistencia de Ć©l.

   Cuando estĆ” por iniciar la persecuciĆ³n, Marcela lo llama alarmada.

   “No vayas!, quĆ©date”.

   “Te dije que te fueras!, ve!”.

   La chica insiste en detenerle, pero el policĆ­a se justifica:

   “Debo ir tras el Marcela, tengo que atraparlo!, te prometo que todo estarĆ” bien!, ve con los vigilantes, allĆ” te verĆ©”.

   Es entonces cuando Armando empieza una descomunal carrera tras el atacante, que ya giro en una esquina; con suerte no tarda en ubicarlo a lo lejos.

   El encapuchado resulta ser mĆ”s lento de lo que esperaba el agente, le parece extraƱo!, se suponĆ­a que podĆ­a ser uno de los jugadores;Tal vez sea un  miembro del cuerpo de entrenadores…al ser maduros son mucho mĆ”s lentos que un jugador universitario.

   Cuando le alcanza, Armando maniobra para adelantĆ”rsele y bloquearle el paso; sin demora toma la iniciativa y le propina un fuerte puƱetazo en el estĆ³mago, haciendo que el callado abusador se doble un poco, mientras suelta un quejido entrecortado y agudo.

   “Uuhhggggggg!”.

   El impacto obliga al sujeto a exhalar aire, mientras mira hacia el cielo.

   Armando se sorprende!…golpeo algo duro en el abdomen de su rival, es como si tuviera puesto algo, un chaleco blindado?.

   Enseguida deduce.

- Claro!, lleva puesta una armadura de futbol.


   Su rival aĆŗn no reacciona cuando el  policĆ­a le envĆ­a un fuerte izquierdazo al rostro, ahĆ­ no tiene armadura!.

   Milagrosamente el encapuchado esquiva el golpe, casi dejĆ”ndose caer hacia un lado; De inmediato busca huir de nuevo…Pero Armando no lo permitirĆ” y se abalanza sobre el por detrĆ”s, derribĆ”ndole por las caderas…una clĆ”sica tacleada de futbol americano, asĆ­ queda  sobre el cuerpo del delincuente.

   En esa posiciĆ³n se aferra a sus caderas con la intenciĆ³n de voltearlo y rematarle a gusto…pero al tocar estas, se sorprende por lo redondeado de la zona.

   Muy extraƱado, palpa mĆ”s abajo… a su Ć”rea glĆŗtea!, la que resulta ser abultada y suave.
Ahora estĆ” casi seguro de algo!, levanta al sujeto a la fuerza, (Ć©l cual no da mucha resistencia) y con brusquedad lo coloca de espaldas contra un muro.

   De inmediato intenta levantarle la capucha, pero el sujeto usa ambas manos para mantenerla puesta.

   Es durante el breve forcejeo por la capucha  que Armando se centra en los ojos de su oponente… los que resultan ser muy lindos en apariencia!.

   Ahora estĆ” completamente seguro.

   “TĆŗ eres una….mujer!”.

   La persona frente a Ć©l se alarma ante lo dicho por Armando, intenta soltarse, pero el policĆ­a aun mirĆ”ndole a los ojos, le mantiene en su sitio con fuerza.

   Por la sorpresa, Armando se ha distraĆ­do y el enmascarado baja un instante la mirada y ubica un objetivo!... RĆ”pidamente le propina un rodillazo en los testĆ­culos.

   “UUgggghhhhhhhhhhhhh!!!!!!!”.

   El agente afloja el agarre y el encapuchado puede empujarle a un lado, haciĆ©ndole retroceder!; Armando se agarra las pelotas, para seguidamente  doblarse  a la mitad.

   Evita caer al suelo juntando las rodillas y separando los pies; Seguidamente el atacante escapa de forma torpe y desesperada, como un conejo siendo cazado.

   Lastimado en su hombrĆ­a el policĆ­a se queja:

   “OOHHh!, Malditaaa!!!!”.

   Armando soba sus pelotas, mientras trata de erguirse, da pequeƱos brincos buscando aliviar su pena.

   Fue un firme y certero rodillazo en los testĆ­culos; El ascendente golpe del enmascarado dio en la mitad de su escroto, repartiendo por igual el impacto entre ambas gĆ³nadas.

   El agente maldice su suerte…su distracciĆ³n!.

   “MaldiciĆ³n me distraje!, que tonto!”.

   En su huida el encapuchado gira bruscamente en una esquina hacia un parque  y se estrella de frente contra un hombre de unos 65 aƱos, que sacĆ³ a su perro a un  paseo nocturno.

   El choque enoja al anciano que le recrimina de inmediato; Pero al ver la capucha en la persona frente a Ć©l, se pone alerta.

   “Que rayos!, quien eres tĆŗ?”.

   El  enmascarado al verse frente a un nuevo adversario no pierde tiempo y se le abalanza!... Le toma de los hombros y antes de que el viejo pueda responder con los puƱos, le entierra un fuertĆ­simo rodillazo en los huevos….su segundo par de la noche.

   El golpe estampilla las viejas y muy colgantes huevas del hombre contra su hueso pĆŗbico (hueso igual de viejo).

   Se escucha un leve tronido ¡CRAKK! y de inmediato un grito de dolor:

   “AAAaaaahhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!”.

   El viejo veterano de guerra, se agarra las pelotas y cae de rodillas. Mientras el agresor comienza a alejarse.

   En su furia el viejo le grita a su perro.

   “Atacaaa HĆ©rcules!”.

   El canino que defecaba en el prado, toma carrera tras el atacante enmascarado, el cual asustado corre deprisa para evadir unas quijadas, que por el nombre del perro, deben ser dignas de un tiburĆ³n.

   MĆ”s HĆ©rcules resulta ser un animal de una raza menos peligrosa de lo esperada.

   El atacante siente alivio y desaparece en la espesura del arbolado parque dejando atrĆ”s al “Monstruo”… Mientras el anciano termina en posiciĆ³n fetal  lanzando improperios a su agresor.

   “Malditoooo hijo de putaaaa!!!, mis malditas pelotas!!!!!!!, Aaaauuuuggggg!!!”.

   Armando por su parte, tras tomar nuevo aire… va de camino a la Universidad  con las manos entre las piernas.

   En esta, una patrulla de policĆ­a y una ambulancia estĆ”n parqueadas en la entrada; Marcela ya fue atendida por los paramĆ©dicos,  y cuando los refuerzos se prestan a patrullar el Ć”rea en busca de su compaƱero, este se divisa a lo lejos.

   Con el pulgar arriba, Armando les hace ver a la distancia que no hay problemas; Ante esto sus colegas reanudan una charla con los vigilantes.

   Marcela preocupada corre hacia Ć©l.

   “Estas bien?, que pasĆ³?”.

   “Se me escapĆ³!”.

   “Pero estas bien Armando?”, La chica baja la mirada a las obvias manos cubriendo la zona intima del policĆ­a.

   “Porque te agarras ahĆ­?”.

   “Estoy bien…esa maldita  me pegĆ³ en las bolas!”.

   Marcela que no se percatĆ³ del femenino al referirse al atacante, se alarma y le dice que vaya con los paramĆ©dicos para que lo atiendan.

   “Te debe dolor mucho…vamos!, te ayudarĆ© a llegar”.

   Pero Armando queriendo hacerse el fuerte, retira sus manos protectoras y le dice que no es nada, y que ya no le duele!.

   El agente es terco y da por terminado el asunto de los paramĆ©dicos, aun cuando la chica le recuerda el golpe que recibiĆ³ en la cabeza.

   Mientras avanzan hacia los demĆ”s, Armando se pregunta en voz alta:

   “CĆ³mo supo que ibas a salir de clases a esa hora?, Aun si vigilaba tu rutina de salidas, no pudo saberlo… hoy no!”.

   “Es cierto!, hoy fue algo imprevisto, ni yo sabĆ­a que me tocarĆ­a salir tarde”.

   El policĆ­a tendrĆ­a que investigar mĆ”s.

   Un rato despuĆ©s, y ya llevada Marcela a su casa por otros agentes, El agredido policĆ­a pide un baƱo a los vigilantes de la Universidad… Lo primero que hace al estar en privado es desnudarse y revisar sus testĆ­culos.

   “Que alivio!, todo parece estar bien!...Esa maldita!, me las va a pagar!”. 

   En otra parte del Ć”rea, una patrulla policial halla a un anciano sentado en la acera, con un perrito a su lado; El viejo con muestras de dolor pide ayuda.

   “Ayuda!, me atacaron!, PolicĆ­a llĆ©venme al MĆ©dico!…me pegaron en las bolas!”.

   El pobre viejo oyĆ³ el “Crack!”, y se asustĆ³ por el bienestar de sus preciados huevos; Pero para su alivio los mĆ©dicos dictaminaron que el sonido no provino de sus pelotas, sino de su hueso pĆŗbico que tuvo una leve fisura tras el impacto… Aunque su avanzada Osteoporosis ayudo tambiĆ©n.

   Horas despuĆ©s le dieron de alta.

   Mucho mĆ”s tarde esa noche, en casa de  Marisol. Hernando estĆ” en el baƱo masturbĆ”ndose… y es entonces cuando la primera carga de semen es expelida desde sus grandes pelotas.

   Esta noche no tendrĆ” sexo con su amante y debe liberar su calentura de alguna forma.

   La mala noticia para su pene se dio hace una media hora, cuando Marisol llegaba tarde de la calle, y tras esperar su llegada, decide sorprenderla con un firme abrazĆ³ desde atrĆ”s;  Marisol al sentir la presiĆ³n de los brazos contra su abdomen, expresĆ³ un  “AAayyyyyyy!!!!!” del dolor.

   Ante la quejosa reacciĆ³n, el varĆ³n le pregunta que le pasa; A lo que la joven le cuenta del dolor abdominal que tiene… segĆŗn ella tras golpearse contra el borde de una mesa por accidente…seguidamente se disculpa por no poder darle sexo el dĆ­a de hoy.

   A la maƱana siguiente y frente a su casillero, Hernando se extraƱa al ver sus hombreras y demĆ”s implementos de protecciĆ³n corporal en otra posiciĆ³n; Incluso un segundo protector genital que tiene ahĆ­ guardado parece movido… alguien le habrĆ” abierto el casillero?, aunque  el candado no parece forzado; En  fin decide no darle mĆ”s importancia al asunto y se viste para Ć©l entrenamiento.

   En este se entera que la porrista Marcela no vino hoy a prĆ”cticas.

   SimultĆ”neamente el agente Armando DĆ­az, estĆ” por ingresar a la comandancia de policĆ­a.

   Hoy debe dar un reporte completo de lo ocurrido la noche anterior; Pero para Ć©l serĆ” un momento vergonzoso  el informar con detalle de cĆ³mo se le escapĆ³ la enmascarada.

- TendrĆ© que decirle a la Teniente que me pegĆ³ en las bolas por un descuido…CĆ³mo quisiera que la Teniente fuera hombre por lo menos el dĆ­a de hoy!!!”.

   En ese momento el agente lleva una mano a sus pelotas recordando lo sufrido anoche. Seguidamente analiza la situaciĆ³n:

- Lo mĆ”s importante es estar preparados… ahora son dos enmascarados, doble peligro!, y la de anoche es mĆ”s peligrosa….fue a matar!; Debo descubrir pronto quiĆ©n es esa misteriosa encapuchada!; Seguro estĆ” cerca de Marcela!…sĆ³lo asĆ­ pudo enterarse del cambio en la hora de salida de ayer. 

   Cuando ingresa, se topa con un anciano y su perrito, quien viene a poner una denuncia de agresiĆ³n contra un enmascarado.

Fin por ahora.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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