De Pablo a Ramon

CONTIENE:

-SEXO HOMOSEXUAL

-BALLBUSTING HOMBE/HOMBRE

   Ramón estaba tendido y desnudo sobre una silla, su cuerpo brillaba con la luz y Pablo le dedicaba una inmensa sonrisa, el hijo de Marcos Chacón se inclinó ante el ambientalista y acercó la cara a su polla, llegando a su nariz el sensacional olor a macho, Pablo se metió en la boca aquel pedazo de carne tan tieso como el hierro.

   Ambos gemían sin parar.

   Ramón le follaba la boca haciendo movimientos con la pelvis.

   Tras un rato en aquellos vaivenes en los que Ramón bombeaba a más no poder, Pablo lo obligó a cambiarse, tumbándolo en su cama para penetrarlo.

   Ramón colocó los pies sobre el hombro de Pablo mientras este lo atravesaba. Gemía y pujaba ensartando la gruesa verga dentro de él. Al cabo, Pablo eyaculó arrojando su espeso semen en el pecho de aquel defensor de la naturaleza.

   Pasados cortos segundos Pablo se dejó caer sobre Ramón uniendo su cuerpo con el de él, mezclando su corrida aun caliente entre ambos y el sudor.

   Pablo pasó el dedo índice desde el pecho de Ramón hasta sus genitales, el ambientalista tenía una corta y sexy mata de vellos púbicos, Pablo se colocó a cuatro patas encima de él y procedió a besarlo, Ramón tenía las piernas abiertas inconsciente de que su pareja estaba acomodando la rodilla para golpearlo en la entrepierna.

   Y así fue, Pablo pasó la rodilla por sus muslos clavando profundamente en las dos pelotas.

   Las manos de Ramón se fueron a su entrepierna con un profundo gruñido de agonía que escapó de sus labios.

   —Jajaja, lo siento —se reía Pablo dándole un beso en la mejilla, luego le explico que tenia semanas deseando hacer aquello.

   —Tú... tú, ay... tú tambien tienes bolas pesada, ayayay... te las voy a arrancar.

   Pablo rió y sintió que su pene volvía a crecer entre las amenazas.

   —Son todas tuyas —aviso Pablo.

   —No... —negó Ramón—, no te las arrancare ahora porque me duelen mis huevos... son frágiles, pero tus bolas de beisbol seran historia.

   Pablo sonrió tenia la verga tiesa otra vez.

   Ramón mostraba lágrimas en sus ojos. Agarró los cojones de Pablo que se quedó sin aliento, de veras tenía bolas grandes, como toro, de pronto las soltó y acarició sus testículos que todavía dolían.