Hoy soy doblemente feliz, ademÔs de cumplir mis 25 años, he tenido la enorme fortuna de ver nacer a mi primer hijo⦠y espero sea el primero de muchos y muchas.
Mientras mi amada esposa reposa, puedo por un instante tener en mis manos a este lindo bebƩ, fruto del amor de pareja.
Lo contemplo por todos lados, y en cierto momento veo sus pequeƱos genitales, me da orgullo paterno, mi heredero!
Con esos por ahora pequeƱos pene y bolitas, darĆ” vida a futuro a nuevas generaciones con mi apellido; Pero tambiĆ©n se abren en mi mente un tema que me ha traumado toda la vida⦠Tantas veces he sido golpeado en los testĆculos, que no sĆ© como pude embarazar a mi esposa, supongo que la vida no fue tan injusta despuĆ©s de todo.
Los testĆculos, una parte tan delicada, tan expuesta; Dios!, porque los colocaste en una parte tan vulnerable!, y es que cuando alguien se para frente a ti, no le costarĆa nada mover sus piernas (una de las partes del cuerpo humano con mĆ”s fuerza y potencia) y golpearte allĆ⦠allĆ donde los hombres somos mĆ”s sensibles.
Y es que pareciera que mis testĆculos tuvieran un imĆ”n para atraer golpes.
SeƱor!, no es justo tanto padecimiento , no soy una mala persona!.
Conozcan cómo ha sido mi sufrir:
A los 9 aƱos fue la primera vez que me golpearon los testĆculos, y digo me los golpearon en vez de me los golpeĆ©, porque ya antes conduciendo bicicleta me los habĆa aporreado mĆ”s de una vez.
Con cada choque de mi bici, terminaba sobre la barra de metal de esta, y mis pelotitas quedaban dolidas⦠Después de cada golpe, regresaba a casa caminando con las piernas abiertas.
Pues bien, esa primera ocasión, fue durante una pelea en mi barrio, me cuadre en una calle a darme trompadas con un niƱo que me habĆa molestado antes, yo era mĆ”s alto que Ć©l y creĆ tener ventaja, pero no sabĆa que ese niƱo tenĆa tal fama de tramposo, que no debĆ retarlo a pelear.
Uno a esa edad piensa que las peleas son cosas de honor y deportivas, pero para el no!; Obviamente ya me habĆa peleado antes con otros niƱos, asĆ que le conecte unos buenos golpes; Cuando mi rival se vio en el suelo un instante, no tardo en arrojarme arena en los ojos, lo que me dejo temporalmente ciego.
Nunca espere eso en una pelea, para mĆ solo era dar golpes con los puƱos, nada de triquiƱuelas; Seguidamente desde el suelo, mi rival me dio una patada en los testĆculos.
JamĆ”s olvidare ese dolor, caĆ al piso y llore mientras no paraba de sostener mis bolas, querĆa protegerlas mĆ”s y mĆ”s, pero no servĆa de nada, el dolor era por dentro de ellas y nada de lo que hacĆa disminuĆa el sufrimiento.
Por suerte todos los presentes detuvieron la pelea y lo retiraron del lugar; Luego me contaron que algunos testigos lo llamaron cobarde, aunque otros decĆan que se valĆa todo en las peleas; Valido o no, la mayorĆa estaba en desacuerdo con golpear ahĆ abajo.
Recuerdo que me dio miedo llegar a casa, como si me fueran a regaƱar por ser golpeado⦠era una tonterĆa pero en esa Ć©poca de infancia pensaba asĆ.
La siguiente fea experiencia fue a los 12, estaba en clase de taekwondo y como tenĆa una buena racha en victorias contra niƱos y niƱas, estaba muy engreĆdo.
Acababa de vencer a una niña y no fui humilde, la molestaba declarÔndome yo mejor que ella por ser varón.
Los reclamos de la niƱa con mi actitud no tuvieron efecto en mĆ; entonces ella iracunda⦠me reto a una revancha aquĆ y ahora!; Pero no aceptĆ©, despuĆ©s de todo acababa de ganarle hace poco y ya antes igual la habĆa vencido.
Sin duda alguna se molestó aún mÔs con mi negativa, sin oportunidad de enfrentarme, se desquito a su manera.
Sin verla venir me lanzo flor patada en los testĆculos que me levanto del suelo.
La condenada habĆa practicado bastante ese movimiento contra un accesorio acolchado, y ese dĆa lo ejecutó contra mis desprevenidas y frĆ”giles pelotas.
De nuevo me golpeaban las pelotas y quede tirado en el blando suelo del gimnasioā¦
Totalmente vencido de un solo golpe, Mientras ella gritaba que me habĆa ganado.
Totalmente vencido de un solo golpe, Mientras ella gritaba que me habĆa ganado.
La chica fue regaƱada y suspendida un mes del gimnasio por mala conducta, pero eso no fue consuelo para mi dolor.
AhĆ aprendĆ a nunca subestimar a las chicas; Nosotros no Ć©ramos superiores a ellas, cualquier niƱa podĆa barrer el piso con un chico si lo golpeaba en el lugar dolorosamente correcto.
Llegó la Adolescencia y mis hormonas estaban volviĆ©ndome loco; Las chicas de mi escuela (igual de enloquecidas con sus hormonas) tambiĆ©n querĆan cómo yo, iniciar su vida sexual; Para mĆ fortuna nunca he sido feo, asĆ que mĆ”s de una me escogió a mĆ.
Pero mientras mĆ”s sexo tenĆa y mĆ”s hombre me sentĆa, mas rechazaba a los homosexuales; Estaba mal pero por la cultura en la que fui educado se tendĆa a ver a los Gays como algo malo⦠y asĆ llegó el dĆa en que debĆ aprende otra lección de no discriminar⦠y en esta, estuvieron involucrados nuevamente mis testĆculos.
Resulta que no sólo era buscado por las chicas, algún chico afeminado se me intento acercar y mi respuesta fueron rechazos y burlas; Cuando el joven intentó por las buenas que le dejase en paz, me negué a hacerlo y lo humille en público⦠El muchacho con toda razón me dio mi merecido.
Fuera de la escuela me esperó para vengarse por mis burlas⦠inicialmente charló conmigo y cuando menos le esperaba tomó mis testĆculos y les dio un apretón que pensĆ© me los iba a triturar!.
Apoderado de mis pelotas, tiraba de mi pantalón con furia.
El sentir como retorcĆan mis huevos, era una sensación que jamĆ”s habĆa tenido⦠era tan horrible que no sabĆa quĆ© hacer!, que podĆa hacer?, pensaba en sobĆ”rmelos, pero Ć©l los tenia en su poder y no habĆa ninguna opción.
Ese chico manipuló como quiso mis preciadas huevas⦠Hasta que al fin me soltó y se marchó en silencio, dejÔndome atormentado del dolor.
Apenas llegue a casa, me revisĆ© las bolas, pensĆ© que ya no estaban ahĆ, estaba asustado⦠ya no serĆa hombre?.
Por fortuna si estaban, mis dos huevas seguĆan ahĆ⦠dolĆan como el diablo, pero todavĆa las tenĆa.
Luego estaba enfadadĆsimo y querĆa vengarme, pero pensĆ© despuĆ©s bien las cosas, y me di cuenta que todo habĆa sido mi culpa, asĆ que decidĆ cambiar mi postura hacia Ć©l.
Fue como si retorcer mis bolas, hicieran que mi ādiscriminadorā cerebro pensara mejor⦠tal vez estĆ©n conectados⦠Escuche por ahĆ que los hombres pensamos con las bolas.
Al final hablƩ con Ʃl y fuimos amigos, Aun nos tratamos con amistad cuando nos vemos en las reuniones de Ex alumnos.
Mi actividad sexual aumento exponencialmente al ingresar a la Universidad⦠y ahĆ sĆ que mantenĆa el pene entrando y saliendo de todas las vaginas con las que me tropezabaā¦.y por supuesto mis pelotas vivĆan constantemente activas produciendo sin parar semen para llenar dichas vaginas.
Todo era una maravilla hasta que me ennovie con Cecilia āLa Demonioā, AsĆ le decĆan por ser muy iracunda y agresiva, pues sabrĆ”n que tuve la des fortuna de hacerla enojar ya que mĆ”s pronto que tarde le fui infiel.
Y llegó el dĆa en que me pilló montando a una rubia que deseaba desde hace rato.; AsĆ al desnudo tuve que recibir su regaƱo.
Pero no pasó un segundo de haberse marchado la avergonzada y semidesnuda rubia, cuando Cecilia me arreó tremenda patada en las bolas que me tumbó de inmediato.
Aun me parece horrendo ese recuerdo⦠sentir sus botas de cuero chocar contra mi desnudo, y sensible escroto.
Auuch!, eso sĆ dolió, y lo peor aĆŗn no sucedĆa.
Me llamó perro, miserable y otro montón de insultos demasiado groseros para expresarlos ahora; A continuación y aprovechando ni indefensión en el piso, āLa Demonioā me remató con una andanada de puntapiĆ©s.
Me pateaba por todas partes con esas botas⦠En mi desespero y dolor, buscaba cubrir mis otras partes del cuerpo lastimadas; Lo que mĆ”s me dolĆa eran mis huevas, pero por reflejo defensivo use una mano para cubrir mi cara y la otra mi pecho⦠desprotegĆ mi Ć”rea mĆ”s viril y vital.
Ahà fue cuando Cecilia vio nuevamente mi escroto vulnerable, hasta creo que el objetivo de sus puntapiés era que volviese a descuidar mis bolas.
No tardó en lanzar con fuerza su pierna!, con gran punterĆa evitó mis muslos y hundió la punta de su bota en mi escroto.
Di un alarido cuando mis huevas recibieron toda la fuerza de su puntazo; De ahà todo se volvió blanco y no recuerdo nada mÔs.
DespertĆ© en el hospital, parece que estuve como una hora sin conocimiento. āLa Demonioā me llevó al hospital, no creo que haya sido por compasión, mĆ”s bien fue por miedo ante mi desmayo.
Luego estaba arrepentida por golpearme en una zona tan delicada y querĆa que la perdonara y volviĆ©ramos a comenzar de nuevo nuestra relación.
No estoy tan loco como para volver a estar cerca de ella, asà que le dije que aceptaba su propuesta, pero apenas salà del hospital me le desaparecà mÔs de un mes.
DespuĆ©s le tocó aceptar que no querĆa nada con ella, y hasta el dĆa de hoy sigo con la misma idea.
Acabado de contar esta espeluznante anƩcdota, continuemos con mƔs de mis tragedias testiculares.
Ya no montaba bicicleta pero mi otra afición el futbol, también me generó durante mi vida deportiva mÔs de un grito de dolor; Aunque gracias a eso conocà a mi amada esposa!
Por enĆ©sima vez recibĆ un fuerte balonazo en la entrepierna durante un partido, el cual para mayor vergüenza era en un estadio con bastante pĆŗblico; Mientras yo agonizaba con el dolor de mis pelotas, la mayorĆa de los asistentes se reĆan y burlaba, mĆ”s cuando debĆ dejar el partido en camilla.
Pero en ese momento de total dolor y vergüenza publica, una chica se acercó al Ôrea adyacente donde estaba con una montaña de hielo en mis partes nobles, me saludo y con alma de enfermera me preguntó cómo estaba⦠aún recuerdo su angelical voz diciéndome:
āTe encuentras bien?ā.
Me enamore de esa linda chica en un instante, se quedó a charlar conmigo y al despedirse, sabĆa que la habĆa tramado tanto como ella a mĆ.
Fui realmente afortunado ese dĆa, el amor me llenó por completo y el dolor pasó a un segundo plano.
Nuestra relación fue rÔpida y en 6 meses estÔbamos casados; En la luna de miel le hacia el amor a toda hora, no es lo mismo penetrar a una chica que solo deseas, que a una a quien aparte de desear, amas.
Eyacule tanto en su coƱo como nunca lo habĆa hecho en mujer alguna⦠AdemĆ”s no habĆa riesgo de embarazo ya que ella se cuidaba.
Al aƱo decidimos tener nuestro primer hijo, ella dejo de usar anticonceptivos y estƔbamos listos para crear bebes.
Recuerdo que tome mis testĆculos y prĆ”cticamente les dije: āMuchachos, llego la hora de hacer su trabajoā.
Claro que al principio de esos dĆas de sexo desprotegido, tuve dudas de si podrĆa preƱarla; Todos esos golpes en los huevos que habĆa recibido en mi vida pudieron haberme dejado estĆ©ril, Y cómo no dudar de mi fertilidad, cuando hasta mi amada aporto con un granito de arena a mi tormento testicular.
Claro que deben saber que lo que sucedió con ella fue algo Accidental⦠Uufff , si hubiera sido a propósito ya serĆa el colmo!
La anĆ©cdota con mi mujer fue en plena luna de miel, por fortuna no el primer dĆa; Mientras nos besĆ”bamos en la sala del apartamento donde vacacionamos, a ella le dio por abrazarme y llevarme de espaldas hacia un sofÔ⦠Su idea era que cayĆ©ramos juntos uno sobre Ć©l otro⦠Era un lugar diferente para hacer el amor.
Pero todo salió mal y tras caer rebotamos del sofĆ”, Luego de dar un par de vueltas abrazados terminamos en el suelo, ella aun manteniĆ©ndose sobre mĆ.
Tras la caĆda mi esposa intento acomodarse mejor, pero un grito de dolor de mi parte la hizo percatarse que habĆa apoyado una de sus bellas rodillas sobre mis delicados testĆculos.
Ella en verdad pesa muy poco, pero eso no evitó que me aplanara las huevas; Ahà acabó una noche de sexo que ni siquiera empezó.
Apenada por mĆ sufrir, paso toda la noche consintiendo mis apachurrados huevos; Con sus ricas caricias la noche no resulto tan mala despuĆ©s de todo, Seguidamente le contĆ© de mi terrible historial de dolor testicular, ahĆ ella sólo expresó: āOh, pobrecito!ā, y mĆ”s aĆŗn se incrementaron las caricias a mis testĆculos.
Ya mejor de mi dolor llegue a bromear: āAmor, si no quieres que sea el padre de tus hijos, sólo dĆmelo, pero no me pegues en las huevas!ā.
Al final una lección aprendida para ella: En adelante, mÔs precaución de en donde apoyar sus rodillas.
Para terminar esta anécdota les contare que no hubo problemas para engendrar a mi actual hijito⦠Es mÔs, en la primera semana de sexo, mis pelotas lograron embarazarla.
āBien hecho Muchachos!ā.
Mi última tragedia gonadal sucedió hace dos meses.
Estaba de descanso por ser Domingo y salĆ a trotar, cuando me topo con un habitante de la calle que me saca un cuchillo, la verdad no me amedrente pues del Taekwondo aĆŗn tengo recuerdos, asĆ que logre desarmarlo y nos fuimos a las manos.
Le conecte un buen par de golpes, y la ventaja prontamente estaba a mi favor; Cuando lo encuellĆ© para insultarloā¦
ā¦sentĆ un fuerte impacto en las huevas!; Resulta que el sujeto tenĆa un socio, quien al verlo en problemas vino a ayudarle.
Cobardemente me ataco por la retaguardia, su primer golpe fue una patada a mis bolas que me saco un alarido y me llenó de dolor.
Por fortuna los tipos no me remataron o hirieron; Supongo que tirado en posición fetal y adolorido, no les generaba mucha rabia y ganas de desquite⦠sino mĆ”s bien lĆ”stima!; Pero eso si, tras burlarse de mi estado, me robaron cartera, zapatos, telĆ©fono y hasta un paquete de goma de mascar que traĆa en el bolsillo.
Malditas ratas!, cobardes y traicioneros que son!.
Esa mañana volvà a casa con una mano cubriéndome la entrepierna, mi esposa embarazada me atendió lo mejor que pudo.
Dios mĆo!, hasta cuando los golpes buscaran mi entrepierna?, sabes seƱor⦠tambiĆ©n tengo abdomen y mentón⦠si no te es mucha molestia, podrĆas mejor guiar los golpes a esas Ć”reas, o a cualquier otra que no estĆ© tan pobremente protegida.
Por mucho tiempo llegue a odiar el poseer testĆculos, cada vez que me retorcĆa del dolor rogaba no tener pelotas, era algo tan insoportable que temĆa volver a sufrir, y aun asĆ, de nuevo ocurrĆa y una vez mĆ”s me morĆa del dolor.
Pero tambiĆ©n habĆa una contraparte en la balanza⦠lo rico que me hacen sentir las pelotas cuando hago el amorā¦Y es que son el complemento perfecto de su penetrante, caliente y duro vecino de arriba.
ParecĆa un empate entre a favor y en contra, pero cada vez mĆ”s son los hechos que inclinaron y siguen inclinando la balanza a favor del orgullo de tener ese vulnerable y sensible par colgando entre mis piernas.
Empezando por ser que gracias a ellos conocĆ a mi amada esposa, y desde ahĆ la mayorĆa son buenas noticias.
AdemĆ”s cuando en la intimidad quiero que ella me consienta las gónadas, le recuerdo la mala suerte que siempre han tenido mis genitales y especĆficamente, aquella vez cuando ella misma aplastó mis bolas.
De inmediato se muestra maternal y acaricia mis testĆculos con la mayor delicadezaā¦algo que me fascina siempre, e incluso ahora de recordarlo me comienzo a excitar.
Pero ya poniĆ©ndome serio, el principal hecho a favor apareció hace 9 meses y ahora mismo lo cargo en los brazosā¦Mi hijo! y tras Ć©l, espero vengan mĆ”s en el futuro.
Definitivamente los testĆculos son la mejor parte de mĆ ser; Me han dado todo lo realmente importante en la vida.
Pero ahora, el llanto de mi bebito me hace volver a la realidad y dejar atrÔs todos esos recuerdos; Asà que devuelvo a mi hambriento heredero junto al regazo de su madre quien se presta a darle de comer.
Al retirarme sólo pido a Dios que sea un niƱo saludable, que tenga un buen futuro, y que cuando empiece a crecer⦠Sus testĆculos no tengan el desfortunio de atraer golpes, como si lo han tenido los de su padre.
Fin
Gracias.
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