Sobrino en casa (3/4): Superheroe - Las Bolas de Pablo

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23 abr 2016

Sobrino en casa (3/4): Superheroe

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

  Luego de la atrevida golpiza que le diera su sobrino Otto Salinas se fue directo a su habitaciĆ³n, allĆ­ abriĆ³ el closet y efectivamente encontrĆ³ su laptop en una posiciĆ³n que Ć©l no acostumbraba a dejar.

   "Puta madre es verdad" pensĆ³ "lo revisĆ³ todo".

   SacĆ³ la maquina del estuche y se trasladĆ³ hasta la mesa, allĆ­ la encendiĆ³ y verificĆ³ los videos que Leo estuvo observando. Dando clic a la Ćŗltima fecha de reproducciĆ³n se verificaba las Ćŗltimas horas del dĆ­a.

   "¡Puta!" Se lamentaba Otto al ver en la pantalla las mĆŗltiples maneras en que ejercĆ­a ballbusting sobre AndrĆ©s, a pesar de que el pito lo tenĆ­a erecto y las bolas doliĆ©ndole. ApagĆ³ el computador y saliĆ³ de la pieza, pasĆ³ por la cerrada puerta donde Leo dormĆ­a y no escuchĆ³ mĆ”s que el sonido del televisor, ya luego hablarĆ­a con Ć©l. Otto penetrĆ³ lentamente al baƱo y su pene todavĆ­a levantaba la comisura del pantalĆ³n, allĆ­ se encerrĆ³ y tomĆ³ una ducha.

...

   DespertĆ³ la maƱana siguiente todavĆ­a recordando la circunstancia con el sobrino, debĆ­a hablar con Ć©l y explicar algunas situaciones ademas de reclamarle por hurgar en su laptop, saliĆ³ de la cama y se colocĆ³ un jeans, estaba con el torso al aire, al pasar por el cuarto del muchacho la puerta estaba cerrada y no se escuchaba mĆ”s. Fue al baƱo para asearse, cuando saliĆ³ de ahĆ­ se dirigiĆ³ a la cocina y se encontrĆ³ con algunos revoltijos que indicaban que Leo ya habĆ­a pasado por ahĆ­.

   "SerĆ” mejor ahora, que mĆ”s tarde" pensĆ³ Otto armĆ”ndose de valor. Dio un respingo y se dirigiĆ³ a toda prisa a la habitaciĆ³n tocĆ³ la puerta:

   —Leo, ¿estĆ”s despierto? Tenemos que hablar —se escuchĆ³ un movimiento desde el interior y continuĆ³ llamando—. Leo, abre —se escuchĆ³ la risa casi contenida del joven adentro—. Se acabĆ³, voy a entrar —girĆ³ el pestillo y abriĆ³ quedandose inmĆ³vil ante lo que observĆ³—. ¿QuĆ© coƱo... ?

   Como si se tratara de un superhĆ©roe Leo estaba de pie con el torso tambien desnudo y una lycra color gris que fugazmente hacĆ­a aparecer sobre la tela el dibujo de su entrepierna. Sus pectorales blancos se agitaban suavemente, y su abdomen invitaba a un camino que llevaban al pene, Otto se vio forzado a subir la mirada, sobre el cuello del joven estaba amarrada una ridĆ­cula tela que colgaba sobre su espalda imitando lo que serĆ­a una capa barata. Leo alzaba las manos en el aire en seƱal de triunfo.


   —¿Me quieres explicar quĆ© diablos pasa? Tenemos que hablar de lo de anoche.

   —Yo soy sĆŗper Leo —se presentĆ³ el muchacho forzando su voz en potencia—, y derroto a ultra villanos como tĆŗ, malvado Salinas.

   Otto estaba inmovil pero dentro de su jeans su pene se movĆ­a adquiriendo la fuerza de un roble al estar en medio de la fantasĆ­a erĆ³tica de superheroes.

   —Mi deber es defender a la naciĆ³n de villanos como tĆŗ —indicĆ³ Leo plantĆ”ndose ante Otto.

 
   —Te ves ridĆ­culo, Leo.

   El muchacho alzĆ³ el puƱo acestarĆ­a un golpe en el rostro de Otto y Ć©l por instinto se protegiĆ³ pero no hubo puƱetazo alguno, en su lugar Leo agarrĆ³ las bolas del tio con fuerza. Otto abriĆ³ la boca dejando escapar un grito gutural, seguido de un gemido cuando 10 segundos despues el muchacho le soltĆ³ de las pelotas con una fuerte risotada.

   Otto se doblĆ³ agarrando los cojones entre sus manos. Leo retrocediĆ³ algunos pasos lejos de Otto, Ć©l lo miro con cara de mal genio, el muchacho tenĆ­a una sonrisa burlona, mĆ”s abajo su genital marcaba un poco su bulto.

   —Ahora sĆ­... que... sĆ­ que te pasaste.

   —Eres mi archirrival —siguiĆ³ con el juego Leo—. ¿Que pensarĆ­a mi padre de los gustos del tĆ­o Otto?

   El arquitecto se enderezĆ³ respirando pesadamente.

   —TĆŗ no me puedes faltar el respeto asĆ­, niƱato. Fueron muchas las veces que te cargue de bebĆ©.

   —Esto es un juego de los que te gustan. Deja que me divierta.

   Otto lanzĆ³ un rugido de odio lanzandose tras el muchacho, Leo dio un grito de miedo e intentĆ³ huir. Otto fue mas rapido y lo alcanzĆ³ por la capa que tenĆ­a, aminorando su carrera la capa saliĆ³ del cuello de Leo que tropezĆ³ cayendo al piso. Otto estaba sobre el y lo tomĆ³ de los tobillos, Leo hizo otro grito ante la transformada cara del tĆ­o, intentaba huir como rata mientras Otto le jalaba de la lycra, el pantaloncillo fue resbalando de sus piernas, inclusive eso se veĆ­a erĆ³tico y era lo que Otto querĆ­a causar. Leo tenĆ­a un ajustado bĆ³xer naranja, el pantaloncillo saliĆ³ de sus piernas y Otto al quitarselo lo arrojĆ³ a un lado y lo miro con ojos llenos de furia, Leo estaba contra el suelo mirandole de miedo. Otto lo alzĆ³ de los tobillos.

   —No, tĆ­o, ¡NO!

   Leo negaba con la cabeza, Otto subiĆ³ su torneada pierna entre los muslos del muchacho y dejo caer la planta del zapato sobre las desprotegidas bolas del sobrino quien nunca se hubiera esperado aquel cruel contraataque.

   —¡GGGGRRRRRGGHHH! —gritĆ³ Leo.

   Otto no apartĆ³ el pie de los testĆ­culos del muchacho, en su lugar moviĆ³ de lado a lado machacando el par de huevos. Los ojos de Leo se cruzaban mientras gritaba. Cuando lo solto de los tobillos el joven se retorciĆ³ del dolor que se irradiaba de sus bolas encogiendole el abdomen.

   El desdichado Leo seguĆ­a en el suelo acariciandose las pelotas, pateaba el piso para liberar tensiĆ³n, Otto se inclinĆ³ para ayudar a levantar al muchacho, este no puso resistencia, estando frente a frente Leo se apoyo en los largos brazos del tĆ­o Otto y lo miro a los ojos:

   —Ahora tĆŗ y yo vamos a hablar, muchacho. ¿Por quĆ© haces esto?

   —... —no hubo respuesta, Leo acariciaba los testĆ­culos con una mano.

   —Lo que estĆ”s haciendo conmigo es una grave falta de respeto...

   Leo flexiono rĆ”pidamente la rodilla y la chocĆ³ contra las bolas de Otto como toda la fuerza que pudo reunir. En un abrir y cerrar de ojos, los huevos del tĆ­o fueron aplastados contra su pelvis.

   Otto gritĆ³, soltĆ³ a Leo y cayĆ³ al piso acariciando sus palpitantes pelotas guardadas en su jeans, sus ojos se llenaron de lĆ”grimas en medio de aquel gran dolor. Su gruesa pene empezĆ³ a desinflarse lentamente a medida que el dolor en los testĆ­culos empeoraba en aumento.

   Despues de un minuto, Otto se habĆ­a calmado un poco, aunque todavĆ­a estaba jadeando y respirando con dificultad, su pene estaba de nuevo en todo su punto. Leo continuaba de pie acariciando sus adoloridas pelotas.

   —TodavĆ­a tengo dos —asegurĆ³ al meter la mano dentro del bĆ³xer—. ¿Quieres oler? —preguntĆ³ sacando sus manos y colocandolas en la nariz—. SĆ­, asĆ­ huele un superhĆ©roe, un superhombre.

   CaminĆ³ hasta Otto que continuaba en el piso, Leo ya estaba cerca de Ć©l con la mano extendida cuando Otto estirĆ³ el brazo con el puƱo cerrado, le aplicĆ³ un golpe bajo como lo hacen los luchadores, su antebrazo aplastĆ³ sus bolas y el puƱo subiĆ³ por el trasero Leo que dio un salto cruzando los ojos. Todo lo que podĆ­a pensar era en sus bolas mientras gritaba, nada mĆ”s importaba. En el paralizante golpe, Leo bajĆ³ la mirada llena de lĆ”grimas hacia su entrepierna. CayĆ³ al suelo moviendose como serpiente, sus manos estaban metidas entre sus muslos. Otto se puso de pie como un ser poderoso. TenĆ­a el ceƱo serio y el torso sudoroso, el jeans reflejaba una protuberancia abultada en la entrepierna ya mojada.

   —Creo quĆ©... esta vez —decĆ­a Otto. MoviĆ³ la mano como si frotara un tuvo invisible—... me encerrarĆ© en mi habitaciĆ³n, tengo cosas que hacer.

   Leo dio un quejido de dolor sin prestar atenciĆ³n a la lenta manera de caminar de Otto cuando se despedĆ­a.

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