CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Luego de la atrevida golpiza que le diera su sobrino Otto Salinas se fue directo a su habitaciĆ³n, allĆ abriĆ³ el closet y efectivamente encontrĆ³ su laptop en una posiciĆ³n que Ć©l no acostumbraba a dejar.
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Luego de la atrevida golpiza que le diera su sobrino Otto Salinas se fue directo a su habitaciĆ³n, allĆ abriĆ³ el closet y efectivamente encontrĆ³ su laptop en una posiciĆ³n que Ć©l no acostumbraba a dejar.
"Puta madre es verdad" pensĆ³ "lo revisĆ³ todo".
SacĆ³ la maquina del estuche y se trasladĆ³ hasta la mesa, allĆ la encendiĆ³ y verificĆ³ los videos que Leo estuvo observando. Dando clic a la Ćŗltima fecha de reproducciĆ³n se verificaba las Ćŗltimas horas del dĆa.
"¡Puta!" Se lamentaba Otto al ver en la pantalla las mĆŗltiples maneras en que ejercĆa ballbusting sobre AndrĆ©s, a pesar de que el pito lo tenĆa erecto y las bolas doliĆ©ndole. ApagĆ³ el computador y saliĆ³ de la pieza, pasĆ³ por la cerrada puerta donde Leo dormĆa y no escuchĆ³ mĆ”s que el sonido del televisor, ya luego hablarĆa con Ć©l. Otto penetrĆ³ lentamente al baƱo y su pene todavĆa levantaba la comisura del pantalĆ³n, allĆ se encerrĆ³ y tomĆ³ una ducha.
...
DespertĆ³ la maƱana siguiente todavĆa recordando la circunstancia con el sobrino, debĆa hablar con Ć©l y explicar algunas situaciones ademas de reclamarle por hurgar en su laptop, saliĆ³ de la cama y se colocĆ³ un jeans, estaba con el torso al aire, al pasar por el cuarto del muchacho la puerta estaba cerrada y no se escuchaba mĆ”s. Fue al baƱo para asearse, cuando saliĆ³ de ahĆ se dirigiĆ³ a la cocina y se encontrĆ³ con algunos revoltijos que indicaban que Leo ya habĆa pasado por ahĆ.
"SerĆ” mejor ahora, que mĆ”s tarde" pensĆ³ Otto armĆ”ndose de valor. Dio un respingo y se dirigiĆ³ a toda prisa a la habitaciĆ³n tocĆ³ la puerta:
—Leo, ¿estĆ”s despierto? Tenemos que hablar —se escuchĆ³ un movimiento desde el interior y continuĆ³ llamando—. Leo, abre —se escuchĆ³ la risa casi contenida del joven adentro—. Se acabĆ³, voy a entrar —girĆ³ el pestillo y abriĆ³ quedandose inmĆ³vil ante lo que observĆ³—. ¿QuĆ© coƱo... ?
—¿Me quieres explicar quĆ© diablos pasa? Tenemos que hablar de lo de anoche.
—Yo soy sĆŗper Leo —se presentĆ³ el muchacho forzando su voz en potencia—, y derroto a ultra villanos como tĆŗ, malvado Salinas.
Otto estaba inmovil pero dentro de su jeans su pene se movĆa adquiriendo la fuerza de un roble al estar en medio de la fantasĆa erĆ³tica de superheroes.
—Mi deber es defender a la naciĆ³n de villanos como tĆŗ —indicĆ³ Leo plantĆ”ndose ante Otto.
El muchacho alzĆ³ el puƱo acestarĆa un golpe en el rostro de Otto y Ć©l por instinto se protegiĆ³ pero no hubo puƱetazo alguno, en su lugar Leo agarrĆ³ las bolas del tio con fuerza. Otto abriĆ³ la boca dejando escapar un grito gutural, seguido de un gemido cuando 10 segundos despues el muchacho le soltĆ³ de las pelotas con una fuerte risotada.
Otto se doblĆ³ agarrando los cojones entre sus manos. Leo retrocediĆ³ algunos pasos lejos de Otto, Ć©l lo miro con cara de mal genio, el muchacho tenĆa una sonrisa burlona, mĆ”s abajo su genital marcaba un poco su bulto.
—Ahora sĆ... que... sĆ que te pasaste.
—Eres mi archirrival —siguiĆ³ con el juego Leo—. ¿Que pensarĆa mi padre de los gustos del tĆo Otto?
El arquitecto se enderezĆ³ respirando pesadamente.
—TĆŗ no me puedes faltar el respeto asĆ, niƱato. Fueron muchas las veces que te cargue de bebĆ©.
—Esto es un juego de los que te gustan. Deja que me divierta.
Otto lanzĆ³ un rugido de odio lanzandose tras el muchacho, Leo dio un grito de miedo e intentĆ³ huir. Otto fue mas rapido y lo alcanzĆ³ por la capa que tenĆa, aminorando su carrera la capa saliĆ³ del cuello de Leo que tropezĆ³ cayendo al piso. Otto estaba sobre el y lo tomĆ³ de los tobillos, Leo hizo otro grito ante la transformada cara del tĆo, intentaba huir como rata mientras Otto le jalaba de la lycra, el pantaloncillo fue resbalando de sus piernas, inclusive eso se veĆa erĆ³tico y era lo que Otto querĆa causar. Leo tenĆa un ajustado bĆ³xer naranja, el pantaloncillo saliĆ³ de sus piernas y Otto al quitarselo lo arrojĆ³ a un lado y lo miro con ojos llenos de furia, Leo estaba contra el suelo mirandole de miedo. Otto lo alzĆ³ de los tobillos.
—No, tĆo, ¡NO!
Leo negaba con la cabeza, Otto subiĆ³ su torneada pierna entre los muslos del muchacho y dejo caer la planta del zapato sobre las desprotegidas bolas del sobrino quien nunca se hubiera esperado aquel cruel contraataque.
—¡GGGGRRRRRGGHHH! —gritĆ³ Leo.
Otto no apartĆ³ el pie de los testĆculos del muchacho, en su lugar moviĆ³ de lado a lado machacando el par de huevos. Los ojos de Leo se cruzaban mientras gritaba. Cuando lo solto de los tobillos el joven se retorciĆ³ del dolor que se irradiaba de sus bolas encogiendole el abdomen.
El desdichado Leo seguĆa en el suelo acariciandose las pelotas, pateaba el piso para liberar tensiĆ³n, Otto se inclinĆ³ para ayudar a levantar al muchacho, este no puso resistencia, estando frente a frente Leo se apoyo en los largos brazos del tĆo Otto y lo miro a los ojos:
—Ahora tĆŗ y yo vamos a hablar, muchacho. ¿Por quĆ© haces esto?
—... —no hubo respuesta, Leo acariciaba los testĆculos con una mano.
—Lo que estĆ”s haciendo conmigo es una grave falta de respeto...
Leo flexiono rĆ”pidamente la rodilla y la chocĆ³ contra las bolas de Otto como toda la fuerza que pudo reunir. En un abrir y cerrar de ojos, los huevos del tĆo fueron aplastados contra su pelvis.
Otto gritĆ³, soltĆ³ a Leo y cayĆ³ al piso acariciando sus palpitantes pelotas guardadas en su jeans, sus ojos se llenaron de lĆ”grimas en medio de aquel gran dolor. Su gruesa pene empezĆ³ a desinflarse lentamente a medida que el dolor en los testĆculos empeoraba en aumento.
Despues de un minuto, Otto se habĆa calmado un poco, aunque todavĆa estaba jadeando y respirando con dificultad, su pene estaba de nuevo en todo su punto. Leo continuaba de pie acariciando sus adoloridas pelotas.
—TodavĆa tengo dos —asegurĆ³ al meter la mano dentro del bĆ³xer—. ¿Quieres oler? —preguntĆ³ sacando sus manos y colocandolas en la nariz—. SĆ, asĆ huele un superhĆ©roe, un superhombre.
CaminĆ³ hasta Otto que continuaba en el piso, Leo ya estaba cerca de Ć©l con la mano extendida cuando Otto estirĆ³ el brazo con el puƱo cerrado, le aplicĆ³ un golpe bajo como lo hacen los luchadores, su antebrazo aplastĆ³ sus bolas y el puƱo subiĆ³ por el trasero Leo que dio un salto cruzando los ojos. Todo lo que podĆa pensar era en sus bolas mientras gritaba, nada mĆ”s importaba. En el paralizante golpe, Leo bajĆ³ la mirada llena de lĆ”grimas hacia su entrepierna. CayĆ³ al suelo moviendose como serpiente, sus manos estaban metidas entre sus muslos. Otto se puso de pie como un ser poderoso. TenĆa el ceƱo serio y el torso sudoroso, el jeans reflejaba una protuberancia abultada en la entrepierna ya mojada.
—Creo quĆ©... esta vez —decĆa Otto. MoviĆ³ la mano como si frotara un tuvo invisible—... me encerrarĆ© en mi habitaciĆ³n, tengo cosas que hacer.
Leo dio un quejido de dolor sin prestar atenciĆ³n a la lenta manera de caminar de Otto cuando se despedĆa.
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