Solid Show 2: El casting (2/2) - Las Bolas de Pablo

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29 nov 2016

Solid Show 2: El casting (2/2)

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Carlos y Kevin se citaron nuevamente para el segundo casting de los nuevos bailarines del Solid Show.

   El hombre que se habĆ­a postulado para trabajar en la nueva etapa del Solid Show era Luis, un hombre de 29 aƱos no muy alta estatura y de cuerpo casi cuadrado y con fuertes mĆŗsculos. VestĆ­a con aspecto juvenil saliendo del lĆ­mite establecido para una entrevista de trabajo.

   —Luis —leĆ­a Carlos la hoja de vida del hombre sin encontrar nada relevante: habĆ­a trabajado como chofer, cajero de una tienda, vendedor de ropa en un local, promotor de eventos y su empleo mĆ”s reciente como barman—. ¿Tienes experiencia en este mundo?

   —He visto suficientes pelĆ­culas pornos —reconociĆ³ Luis con una sonrisa socarrona.
Luis

   —¿Tienes al menos un pene grande en ese cuerpo tan cuadrado y de baja estatura? —atacĆ³ Kevin.

   —Mis amantes nunca se han quejado de mi herramienta —respondiĆ³ Luis con una sonrisa que lo hacia confundir con un Ć”ngel o un demonio.

   —¿Tus amantes han sido hombres o mujeres?

   —Yo dirĆ­a que ambos —fue franco Luis sin dejar de sonreĆ­r—. Un poco mĆ”s mujeres que hombres.

   Kevin casi saltĆ³ de su silla.

   —Sacate la ropa voy a fulminarte las bolas.

   Luis soltĆ³ una carcajada.

   —Ya me puse duro de solo oirlo —alegĆ³.

   Luis empezĆ³ a sacarse la ropa lentamente, tenĆ­a un hermoso cuerpo marcado de mĆŗsculos y un tatuaje en uno de sus brazos. Era curioso que la mayorĆ­a de los concursantes estuvieran tatuados. Quedo semidesnudo con un ajustado bĆ³xer azul, su pene parecĆ­a apuntar hacia abajo y no parecĆ­a grande. Pero Luis lucĆ­a muy caliente.

   Kevin estaba de pie ante Ć©l.

   —Abre las piernas, hombre —dijo con una sonrisa.

   Luis hizo lo que se le pidio, extendiendo sus piernas ampliamente. Ahora su pene se ponĆ­a duro como una roca levantĆ”ndose sobre la tela, ahora sĆ­ re notaba que no era de tamaƱo descomunal pero Luis parecĆ­a un tipo seguro de saber dar placer a sus parejas.

   Kevin llevĆ³ la pierna hacia atrĆ”s y luego enviĆ³ la punta del zapato contra los desprotegidos huevos de Luis embistiĆ©ndolos brutalmente en su cuerpo.

   Luis emitiĆ³ un grito desgarrador pero se mantuvo de pie.

   —Dame otro —pidiĆ³

   Y Kevin cumpliĆ³, lanzĆ³ una patada suave en la entrepierna de Luis. El empeine chocĆ³ con sus bolas, aplastando como tortillas y haciendo que Luis chillara de dolor.

   El nuevo candidato tenĆ­a por nombre NĆ©stor y parecĆ­a ser el postulado de mayor edad al tener 35 aƱos. Era dueƱo de un pecho fuerte al igual que sus brazos.

Nestor
   —Toda mi vida me dediquĆ© a manejar camiones —estaba explicando. Su contextura aunque delgada sus bĆ­ceps estaban dotados de fuerza, su cabello era castaƱo y de mirada pĆ­cara al igual que su sonrisa. VestĆ­a de jeans y camiseta, nada profesional para un casting de trabajo pero sĆ³lo denotaba lo relajado que podĆ­a ser y hasta vago—, la empresa a la que le manejaba cerrĆ³ sus puertas y quedĆ© desempleado. Tengo una esposa y dos hijas que mantener.

   —¿AsĆ­ sea como prostituto?

   —No me importa. En una guerra cualquier trinchera es buena por lo tanto mientras me paguen todo estĆ” bien. En ningĆŗn lugar me quieren dar trabajo, vi esto como una oportunidad.

   —EstĆ”s casado —comentĆ³ Kevin—, quiere decir, ¿que tu esposa esta dispuesta a verter tener sexo con mujeres y hasta hombres?

   —Ella no se enteraria, yo me encargare de eso. Sexo con hombres... bueno, cuando uno maneja camiones y se ausenta una larga temporada de casa surgen muchas necesidades. Y en la carretera en las noches de descanso aparecen mujeres y hombres ofreciĆ©ndote cubrir tus necesidades.

   —Lo tomarĆ© como un ya has tenido sexo con hombres

   —Mientras sea yo el que lo coja... no dejarĆ© que me metan una verga.

   Kevin sonriĆ³ y le pidiĆ³ que se quitara parte de la ropa.

   NĆ©stor se quitĆ³ todo su ropaje, su cuerpo era grueso en la parte del torso. Usaba ajustados bĆ³xer azules que guardaba su gordo pene y sus pesadas bolas cargadas todavĆ­a de semen fabricado hace dos dias.

   Kevin harĆ­a la evaluaciĆ³n de golpe testicular en Ć©l. Se quedĆ³ por largo rato mirando la entrepierna abultada de NĆ©stor y dio a sus testĆ­culos un golpe rĆ”pido con la mano.

   —¡Ooooh! —gimiĆ³ NĆ©stor mientras sus testĆ­culos ovalados rebotaron contra su cuerpo. Se doblĆ³ en simpatĆ­a agarrĆ”ndose la entrepierna.

   —¿Tan rĆ”pido te rindes?

   —Oh, no. Tengo mĆ”s fuerza —NĆ©stor separĆ³ las piernas y llevĆ³ las manos trĆ”s la espalda.

   Kevin pateĆ³ los cojones de NĆ©stor tan duro como pudo, el empeine hizo crujir los pobres huevos del macho, aplanando el bulto prominente en su ropa interior. Los ojos de NĆ©stor se agrandaron y sus cejas se levantaron. Su boca formĆ³ una pequeƱa O. Y un lento "Aaaaahhh", saliĆ³ de sus labios mientras encontraban sus genitales adoloridos y se doblaba del dolor.

Felipe
   Felipe era el nombre del siguiente postulante, tenĆ­a 25 aƱos era de estatura alta con cabellos negros, con un rostro muy atractivo. VestĆ­a jeans que no marcaban su entrepierna y una franela color naranja que no repotenciaba si tenĆ­a mĆŗsculos en el torso. Era estudiante universitario y necesitaba el dinero para costear sus gastos. Era fan inclinado al ballbusting desde pequeƱo.

   —Soy heterosexual —respondiĆ³ Ć©l mirĆ”ndoles a los ojos, tenĆ­a una novia pero actualmente tenĆ­a problemas con ella porque se excitaba con golpes a sus bolas, en ocasiones sentia necesidad de practicar el ballbusting con otros hombres—, pero tambiĆ©n estoy dispuesto a tener sexo o una experiencia con un hombre.

   —¿Ah, sĆ­? —se asombrĆ³ Carlos alzando la ceja.

   —Eres bisexual entonces.

   —No, esto lo harĆ­a como honor al oficio. No lo llevarĆ­a a mi vida privada.

   —Hetero flexible —se riĆ³ Kevin.

   —Hetero —terminĆ³ a secas Felipe.

   —Por favor, quitate la ropa.

   Felipe lanzĆ³ un suspiro y se inclinĆ³ para sacarse el zapato. Luego se quitĆ³ la ropa sorprendiendo a aquellos dos entrevistadores.

   Su torso estaba marcado por trabajados mĆŗsculos, mientras sus biceps estaban tonificados. Al quitarse el pantalĆ³n tenĆ­a puesto una diminuta ropa interior de color verde manzana donde hacĆ­a notar un pene largo y cabezĆ³n y un par de bolas colgantes llenas de espesa crema de macho.

   —Todo un talento emergente —murmurĆ³ Kevin sintiendo su pene reaccionar.

   Carlos se sintiĆ³ ansioso y dejĆ³ su asiento. Felipe paso los brazos tras su ancha espalda y separĆ³ las piernas dejando su paquete a merced del abogado. De sĆ³lo pensar que serĆ­a doblegado por sus cojones grandes hizo que su pene con cabeza de hongo se volviera duro y grande.

   Carlos dio un par de pasos hacia atrĆ”s. Luego, con fuerza propinĆ³ una patada contundente en las bolas llenas de leche de Felipe, impĆ”ctandolas dentro de su cuerpo.

   Felipe con el dolor no se dio cuenta del crujido.

   Un enorme chorro de semen brotĆ³ del pene de Felipe y mojĆ³ su ropa interior verde, el muchacho estaba de rodillas en el suelo con la cara doblada de dolor y respirando con dificultad. Y no es que sufriera de eyaculaciĆ³n precoz pero el hecho de aplicarse ballbusting sobre Ć©l lo ponĆ­a a 1000 por hora de excitado.

   Kevin estaba deleitado de mirar a Felipe  con el rostro pĆ”lido y los ojos bien abiertos. El semen seguĆ­a empapando su ropa interior y dejaba un olor fuerte en el ambiente.

   El siguiente postulante habĆ­a entrado a la sala acompaƱado de otro hombre.

   —¿Por quĆ© son dos? —quiso saber Carlos mirando a los hombres consternado.

   —Es sĆ³lo Ć©l —asegurĆ³ uno seƱalando al acompaƱante.

Napoleon
   El sujeto era alto de cuerpo trabajado gracias al gimnasio de tez broneada y cabellos negros. Su rostro mantenĆ­a un atractivo angel y su sonrisa era contagiosa. VestĆ­a netamente de negro.

   —Puedes esperarlo afuera —dijo Kevin.

   —Me temo que no podrĆ© —rechazĆ³ el acompaƱante, en ese instante miro al postulante y afirmando con la cabeza hablĆ³—: es ahora Napo.

   El guapo sujeto que se estaba postulando para trabajar alli empezĆ³ a gesticular con las gruesas y cuidadas manos y el hombre que lo acompaƱando proyectando la voz tradujo cada uno de sus movimientos:

   —Mi nombre es NapoleĆ³n Buendia, tengo 25 aƱos, deseo trabajar en la nueva etapa del bar para demostrar que no todo es perfecto. De lo blanco y lo negro estĆ” el gris. Que todas las personas tenemos el mismo derecho y que nuestras limitaciones fĆ­sicas no son un impedimento para desarrollarnos como una vida de esas a las que llamamos normal.

   NapoleĆ³n cesĆ³ en sus movimientos y tanto Carlos como Kevin habĆ­an quedadaron boquiabiertos con el atrevimiento del individuo.

   —¿De veras es sordomudo? —preguntĆ³ uno de ellos aun impresionado.

   El acompaƱante transformĆ³ la pregunta con ademanes correspondientes mismos que NapoleĆ³n gesticulĆ³ seƱalando un artefacto en su oreja:

   —Puedo escuchar con la ayuda de un aparato especial. Poseo discapacidad auditiva.

   —¿NapoleĆ³n, estĆ”s dispuesto a recibir golpes en las bolas?

   NapoleĆ³n afirmĆ³ con estusiamo moviendo la cabeza.

   —Napo afirma cumplir con cada uno de los requisitos.

   —Por favor dile que se quede en calzoncillos —pidiĆ³ Kevin todavĆ­a sorprendido por aquel atrevido participante.

   NapoleĆ³n iniciĆ³ sacandose la ajustada franela, su cuerpo resultaba mĆ”s espectacular dotado de mĆŗsculos tenĆ­a tambiĆ©n un tatuaje en el pecho robusto. Se quitĆ³ los zapatos y despuĆ©s el negro pantalĆ³n, las piernas eran duras y su paquete sustancioso, sus bolas colgaban vulnerables entre los muslos y la polla apuntaba a la derecha.

   Kevin mantuvo posiciĆ³n cerca de Ć©l y trasladĆ³ la pierna hacia atrĆ”s.

   Kevin pateĆ³ las bolas de NapoleĆ³n con admirable precisiĆ³n, apisonando la punta del zapato de cuero en sus huevos con mucha carne, con toda la fuerza que pudo reunir.

   —Hhhhhhhhhhhmm —sonĆ³ rara y cĆ³micamente NapoleĆ³n agarrando sus pelotas.

   Carlos se echĆ³ a reĆ­r.

   NapoleĆ³n hizo una mueca dolorosa y despuĆ©s separĆ³ las piernas aunque le temblaban.

   Kevin dio un paso atrĆ”s. Con mucha precisiĆ³n pateĆ³ los cojones vulnerables ante sus ojos. Su empeine chocĆ³ con los globos frĆ”giles, aplastĆ”ndolo en su cuerpo y haciendo que NapoleĆ³n gritara espeluznantemente.

Jorge
   En la siguiente ronda el nuevo candidato penetrĆ³ a la habitaciĆ³n con Ć­nfulas de fama, pero segĆŗn su hoja de vida era famoso en el mundo del ballbusting. Su nombre era Jorge y tenĆ­a 27 aƱos de edad. Iba vestido con una camisa desabotonada mostrando sus grandes y fuertes pectorales. Un ceƱidp jeans de lino marcaba un prominente bulto y sus muslos parecĆ­an robustos y musculosos.

   —Tienes mucha experiencia en esto del porno y el ballbusting —comentaba Kevin sosteniendo la hoja enviada por Jorge.

   —Efectivamente —asegurĆ³ Ć©l—. Trabajo algunos fines de semana en la empresa Guerreros de la Arena, ahĆ­ se hacen peleas entre hombres y siempre se involucran los testĆ­culos en ellas. Tengo muchas victorias.

   —¿Y te gusta mĆ”s dar o recibir?

   —Dar —sonriĆ³ Jorge de manera socarrona.

   —AquĆ­ sobretodo vas a recibir —asegurĆ³ Carlos—. Es mĆ”s yo empezarĆ© golpeandote. QuĆ­tate la ropa.

   —Con todo gusto.

   —¿Eres gay, Jorge? —interrogĆ³ Kevin.

   —SĆ­ y fuera del armario —respondiĆ³ Jorge sacandose la camisa y mostrando un pecho lampiƱo y duro de mĆŗsculos.

   Cuando Jorge quedĆ³ solamente con una ropa interior de tonalidad naranja mostrĆ³ por completo su mĆŗsculoso cuerpo donde se guardaba un prominente bulto.

   Carlo se detuvo ante Ć©l y le agarrĆ³ el escroto dejando sus bolas en la base. ApretĆ³ su otro puƱo y le golpeĆ³ con el nudillo.

   Jorge emitiĆ³ un gemido gutural y despuĆ©s sintiĆ³ arcadas. Su cuerpo se estremeciĆ³ y cayĆ³ de rodillas.

   —¿Tan rĆ”pido te rindes? —se riĆ³ Kevin.

   —No, aĆŗn no —respondiĆ³ Jorge, se levantĆ³ y colocĆ³ las piernas abiertas, su polla se habĆ­a puesto dura y presionaba contra su tela.

   Kevin dejĆ³ escapar una risa.

   Carlos sonriĆ³ y pateĆ³ muy duro las pelotas de Jorge que inhalĆ³ bruscamente. Se quedĆ³ un rato paralizado pero despuĆ©s perdiĆ³ el conocimiento y cayĆ³ al piso como un saco de papas.

Dereck
   Cuando llegĆ³ el turno del Ćŗltimo candidato para postularse a la nueva etapa del Solid Show se presentĆ³ como un hombre fuerte, de cabellos casi rubios y rostro varonil. Su cuerpo era robusto dotado de mĆŗsculos y eso se denotaba por la apretada franela que usaba. El pantalĆ³n formaba un buen relieve en sus genitales.

   —Soy Dereck Ponente y tengo 33 aƱos —contestaba a los hombres—, trabajo como entrenador en el Penzini Gym.

   —Es un buen gimnasio —reconociĆ³ Kevin—, ¿por quĆ© trabajar para nosotros?

   —Quiero tener mĆ”s ingresos.

   —¿Has trabajado alguna vez en labores que ameriten sexo?

   —No. Pero hace 3 aƱos corriĆ³ por allĆ­ un video sexual mio donde me masturbaba. Fue un ex novio que tuve. Soy bisexual y estoy soltero ahora.

   —Necesitamos que te quites la ropa —detallaba Carlos—, vamos a medir tu resistencia testĆ­cular. La nueva etapa del Solid Show no sĆ³lo tocara streetease sino prostituciĆ³n y golpes en las bolas.

   —Lo sĆ©.

   —SĆ³lo necesitamos que quedes en ropa interior.

   Dereck reprimiĆ³ una risa.

   —Amigos, no tengo puesta ropa interior.

   Carlos y Kevin se miraron.

   —Adelante. QuĆ©date desnudo.

   Cuando Dereck quedĆ³ desnudo mostrĆ³ por completo su cuerpo, estaba dotado de una polla grande y curveada, sus testĆ­culos eran pequeƱos y Kevin se plantĆ³ ante ellos.

   Kevin colocĆ³ las manos fuertemente en el grueso hombro de Dereck y subiĆ³ la rodilla entre sus muslos y embistiendo sus bolas contra su pelvis.

   Dereck se quejĆ³ con voz ronca brincando con el golpe y despuĆ©s retrocediendo agarrando sus pelotas.

   —Joder, eso fue muy salvaje —reconociĆ³ con el rostro desencajado de dolor, separĆ³ las piernas y llevĆ³ los brazos tras su espalda, estaba respirando con dificultad.

   Kevin estampĆ³ el pie contra los cojones desnudos de Dereck.

   Dereck chillĆ³ de dolor y se doblĆ³ masajeando sus pateadas bolas.

   Tras varios segundos Dereck se habĆ­a recuperado y colocĆ³ otra vez las manos detrĆ”s de su espalda.

   Kevin otra vez le pateĆ³ fuertemente las gĆ³nadas a Dereck.

   Dereck tropezĆ³ hacia atrĆ”s y cayĆ³ al suelo.

   Carlos y Kevin se miraron sonriendo.

   —Parece que hemos terminado —dijo uno.

   —SĆ­ —reconociĆ³ el otro—, ahora tenemos que elegir a los nuevos empleados.



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