CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Carlos y Kevin se citaron nuevamente para el segundo casting de los nuevos bailarines del Solid Show.
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Carlos y Kevin se citaron nuevamente para el segundo casting de los nuevos bailarines del Solid Show.
El hombre que se habĆa postulado para trabajar en la nueva etapa del Solid Show era Luis, un hombre de 29 aƱos no muy alta estatura y de cuerpo casi cuadrado y con fuertes mĆŗsculos. VestĆa con aspecto juvenil saliendo del lĆmite establecido para una entrevista de trabajo.
—Luis —leĆa Carlos la hoja de vida del hombre sin encontrar nada relevante: habĆa trabajado como chofer, cajero de una tienda, vendedor de ropa en un local, promotor de eventos y su empleo mĆ”s reciente como barman—. ¿Tienes experiencia en este mundo?
—He visto suficientes pelĆculas pornos —reconoció Luis con una sonrisa socarrona.
—¿Tienes al menos un pene grande en ese cuerpo tan cuadrado y de baja estatura? —atacó Kevin.
—Mis amantes nunca se han quejado de mi herramienta —respondió Luis con una sonrisa que lo hacia confundir con un Ć”ngel o un demonio.
—¿Tus amantes han sido hombres o mujeres?
—Yo dirĆa que ambos —fue franco Luis sin dejar de sonreĆr—. Un poco mĆ”s mujeres que hombres.
Kevin casi saltó de su silla.
—Sacate la ropa voy a fulminarte las bolas.
Luis soltó una carcajada.
Luis empezó a sacarse la ropa lentamente, tenĆa un hermoso cuerpo marcado de mĆŗsculos y un tatuaje en uno de sus brazos. Era curioso que la mayorĆa de los concursantes estuvieran tatuados. Quedo semidesnudo con un ajustado bóxer azul, su pene parecĆa apuntar hacia abajo y no parecĆa grande. Pero Luis lucĆa muy caliente.
Kevin estaba de pie ante Ʃl.
—Abre las piernas, hombre —dijo con una sonrisa.
Luis hizo lo que se le pidio, extendiendo sus piernas ampliamente. Ahora su pene se ponĆa duro como una roca levantĆ”ndose sobre la tela, ahora sĆ re notaba que no era de tamaƱo descomunal pero Luis parecĆa un tipo seguro de saber dar placer a sus parejas.
Kevin llevó la pierna hacia atrÔs y luego envió la punta del zapato contra los desprotegidos huevos de Luis embistiéndolos brutalmente en su cuerpo.
Luis emitió un grito desgarrador pero se mantuvo de pie.
—Dame otro —pidió
Y Kevin cumplió, lanzó una patada suave en la entrepierna de Luis. El empeine chocó con sus bolas, aplastando como tortillas y haciendo que Luis chillara de dolor.
El nuevo candidato tenĆa por nombre NĆ©stor y parecĆa ser el postulado de mayor edad al tener 35 aƱos. Era dueƱo de un pecho fuerte al igual que sus brazos.
Nestor |
—¿AsĆ sea como prostituto?
—No me importa. En una guerra cualquier trinchera es buena por lo tanto mientras me paguen todo estĆ” bien. En ningĆŗn lugar me quieren dar trabajo, vi esto como una oportunidad.
—EstĆ”s casado —comentó Kevin—, quiere decir, ¿que tu esposa esta dispuesta a verter tener sexo con mujeres y hasta hombres?
—Ella no se enteraria, yo me encargare de eso. Sexo con hombres... bueno, cuando uno maneja camiones y se ausenta una larga temporada de casa surgen muchas necesidades. Y en la carretera en las noches de descanso aparecen mujeres y hombres ofreciĆ©ndote cubrir tus necesidades.
—Lo tomarĆ© como un ya has tenido sexo con hombres
—Mientras sea yo el que lo coja... no dejarĆ© que me metan una verga.
Kevin sonrió y le pidió que se quitara parte de la ropa.
NĆ©stor se quitó todo su ropaje, su cuerpo era grueso en la parte del torso. Usaba ajustados bóxer azules que guardaba su gordo pene y sus pesadas bolas cargadas todavĆa de semen fabricado hace dos dias.
Kevin harĆa la evaluación de golpe testicular en Ć©l. Se quedó por largo rato mirando la entrepierna abultada de NĆ©stor y dio a sus testĆculos un golpe rĆ”pido con la mano.
—¡Ooooh! —gimió NĆ©stor mientras sus testĆculos ovalados rebotaron contra su cuerpo. Se dobló en simpatĆa agarrĆ”ndose la entrepierna.
—¿Tan rĆ”pido te rindes?
—Oh, no. Tengo mĆ”s fuerza —NĆ©stor separó las piernas y llevó las manos trĆ”s la espalda.
Kevin pateó los cojones de Néstor tan duro como pudo, el empeine hizo crujir los pobres huevos del macho, aplanando el bulto prominente en su ropa interior. Los ojos de Néstor se agrandaron y sus cejas se levantaron. Su boca formó una pequeña O. Y un lento "Aaaaahhh", salió de sus labios mientras encontraban sus genitales adoloridos y se doblaba del dolor.
Felipe |
—Soy heterosexual —respondió Ć©l mirĆ”ndoles a los ojos, tenĆa una novia pero actualmente tenĆa problemas con ella porque se excitaba con golpes a sus bolas, en ocasiones sentia necesidad de practicar el ballbusting con otros hombres—, pero tambiĆ©n estoy dispuesto a tener sexo o una experiencia con un hombre.
—¿Ah, sĆ? —se asombró Carlos alzando la ceja.
—Eres bisexual entonces.
—No, esto lo harĆa como honor al oficio. No lo llevarĆa a mi vida privada.
—Hetero flexible —se rió Kevin.
—Hetero —terminó a secas Felipe.
—Por favor, quitate la ropa.
Felipe lanzó un suspiro y se inclinó para sacarse el zapato. Luego se quitó la ropa sorprendiendo a aquellos dos entrevistadores.
Su torso estaba marcado por trabajados mĆŗsculos, mientras sus biceps estaban tonificados. Al quitarse el pantalón tenĆa puesto una diminuta ropa interior de color verde manzana donde hacĆa notar un pene largo y cabezón y un par de bolas colgantes llenas de espesa crema de macho.
—Todo un talento emergente —murmuró Kevin sintiendo su pene reaccionar.
Carlos se sintió ansioso y dejó su asiento. Felipe paso los brazos tras su ancha espalda y separó las piernas dejando su paquete a merced del abogado. De sólo pensar que serĆa doblegado por sus cojones grandes hizo que su pene con cabeza de hongo se volviera duro y grande.
Carlos dio un par de pasos hacia atrÔs. Luego, con fuerza propinó una patada contundente en las bolas llenas de leche de Felipe, impÔctandolas dentro de su cuerpo.
Felipe con el dolor no se dio cuenta del crujido.
Un enorme chorro de semen brotó del pene de Felipe y mojó su ropa interior verde, el muchacho estaba de rodillas en el suelo con la cara doblada de dolor y respirando con dificultad. Y no es que sufriera de eyaculación precoz pero el hecho de aplicarse ballbusting sobre Ć©l lo ponĆa a 1000 por hora de excitado.
Kevin estaba deleitado de mirar a Felipe con el rostro pĆ”lido y los ojos bien abiertos. El semen seguĆa empapando su ropa interior y dejaba un olor fuerte en el ambiente.
El siguiente postulante habĆa entrado a la sala acompaƱado de otro hombre.
—¿Por quĆ© son dos? —quiso saber Carlos mirando a los hombres consternado.
—Es sólo Ć©l —aseguró uno seƱalando al acompaƱante.
Napoleon |
—Puedes esperarlo afuera —dijo Kevin.
—Me temo que no podrĆ© —rechazó el acompaƱante, en ese instante miro al postulante y afirmando con la cabeza habló—: es ahora Napo.
El guapo sujeto que se estaba postulando para trabajar alli empezó a gesticular con las gruesas y cuidadas manos y el hombre que lo acompañando proyectando la voz tradujo cada uno de sus movimientos:
—Mi nombre es Napoleón Buendia, tengo 25 aƱos, deseo trabajar en la nueva etapa del bar para demostrar que no todo es perfecto. De lo blanco y lo negro estĆ” el gris. Que todas las personas tenemos el mismo derecho y que nuestras limitaciones fĆsicas no son un impedimento para desarrollarnos como una vida de esas a las que llamamos normal.
Napoleón cesó en sus movimientos y tanto Carlos como Kevin habĆan quedadaron boquiabiertos con el atrevimiento del individuo.
—¿De veras es sordomudo? —preguntó uno de ellos aun impresionado.
El acompañante transformó la pregunta con ademanes correspondientes mismos que Napoleón gesticuló señalando un artefacto en su oreja:
—Puedo escuchar con la ayuda de un aparato especial. Poseo discapacidad auditiva.
—¿Napoleón, estĆ”s dispuesto a recibir golpes en las bolas?
Napoleón afirmó con estusiamo moviendo la cabeza.
—Napo afirma cumplir con cada uno de los requisitos.
—Por favor dile que se quede en calzoncillos —pidió Kevin todavĆa sorprendido por aquel atrevido participante.
Napoleón inició sacandose la ajustada franela, su cuerpo resultaba mĆ”s espectacular dotado de mĆŗsculos tenĆa tambiĆ©n un tatuaje en el pecho robusto. Se quitó los zapatos y despuĆ©s el negro pantalón, las piernas eran duras y su paquete sustancioso, sus bolas colgaban vulnerables entre los muslos y la polla apuntaba a la derecha.
Kevin mantuvo posición cerca de él y trasladó la pierna hacia atrÔs.
Kevin pateó las bolas de Napoleón con admirable precisión, apisonando la punta del zapato de cuero en sus huevos con mucha carne, con toda la fuerza que pudo reunir.
—Hhhhhhhhhhhmm —sonó rara y cómicamente Napoleón agarrando sus pelotas.
Carlos se echó a reĆr.
Napoleón hizo una mueca dolorosa y después separó las piernas aunque le temblaban.
Kevin dio un paso atrÔs. Con mucha precisión pateó los cojones vulnerables ante sus ojos. Su empeine chocó con los globos frÔgiles, aplastÔndolo en su cuerpo y haciendo que Napoleón gritara espeluznantemente.
Jorge |
—Tienes mucha experiencia en esto del porno y el ballbusting —comentaba Kevin sosteniendo la hoja enviada por Jorge.
—Efectivamente —aseguró Ć©l—. Trabajo algunos fines de semana en la empresa Guerreros de la Arena, ahĆ se hacen peleas entre hombres y siempre se involucran los testĆculos en ellas. Tengo muchas victorias.
—¿Y te gusta mĆ”s dar o recibir?
—Dar —sonrió Jorge de manera socarrona.
—AquĆ sobretodo vas a recibir —aseguró Carlos—. Es mĆ”s yo empezarĆ© golpeandote. QuĆtate la ropa.
—Con todo gusto.
—¿Eres gay, Jorge? —interrogó Kevin.
—SĆ y fuera del armario —respondió Jorge sacandose la camisa y mostrando un pecho lampiƱo y duro de mĆŗsculos.
Cuando Jorge quedó solamente con una ropa interior de tonalidad naranja mostró por completo su músculoso cuerpo donde se guardaba un prominente bulto.
Carlo se detuvo ante él y le agarró el escroto dejando sus bolas en la base. Apretó su otro puño y le golpeó con el nudillo.
Jorge emitió un gemido gutural y después sintió arcadas. Su cuerpo se estremeció y cayó de rodillas.
—¿Tan rĆ”pido te rindes? —se rió Kevin.
—No, aĆŗn no —respondió Jorge, se levantó y colocó las piernas abiertas, su polla se habĆa puesto dura y presionaba contra su tela.
Kevin dejó escapar una risa.
Carlos sonrió y pateó muy duro las pelotas de Jorge que inhaló bruscamente. Se quedó un rato paralizado pero después perdió el conocimiento y cayó al piso como un saco de papas.
Dereck |
—Soy Dereck Ponente y tengo 33 aƱos —contestaba a los hombres—, trabajo como entrenador en el Penzini Gym.
—Es un buen gimnasio —reconoció Kevin—, ¿por quĆ© trabajar para nosotros?
—Quiero tener mĆ”s ingresos.
—¿Has trabajado alguna vez en labores que ameriten sexo?
—No. Pero hace 3 aƱos corrió por allĆ un video sexual mio donde me masturbaba. Fue un ex novio que tuve. Soy bisexual y estoy soltero ahora.
—Necesitamos que te quites la ropa —detallaba Carlos—, vamos a medir tu resistencia testĆcular. La nueva etapa del Solid Show no sólo tocara streetease sino prostitución y golpes en las bolas.
—Lo sĆ©.
—Sólo necesitamos que quedes en ropa interior.
Dereck reprimió una risa.
—Amigos, no tengo puesta ropa interior.
Carlos y Kevin se miraron.
—Adelante. QuĆ©date desnudo.
Cuando Dereck quedó desnudo mostró por completo su cuerpo, estaba dotado de una polla grande y curveada, sus testĆculos eran pequeƱos y Kevin se plantó ante ellos.
Kevin colocó las manos fuertemente en el grueso hombro de Dereck y subió la rodilla entre sus muslos y embistiendo sus bolas contra su pelvis.
Dereck se quejó con voz ronca brincando con el golpe y después retrocediendo agarrando sus pelotas.
—Joder, eso fue muy salvaje —reconoció con el rostro desencajado de dolor, separó las piernas y llevó los brazos tras su espalda, estaba respirando con dificultad.
Kevin estampó el pie contra los cojones desnudos de Dereck.
Dereck chilló de dolor y se dobló masajeando sus pateadas bolas.
Tras varios segundos Dereck se habĆa recuperado y colocó otra vez las manos detrĆ”s de su espalda.
Kevin otra vez le pateó fuertemente las gónadas a Dereck.
Dereck tropezó hacia atrÔs y cayó al suelo.
Carlos y Kevin se miraron sonriendo.
—Parece que hemos terminado —dijo uno.
—SĆ —reconoció el otro—, ahora tenemos que elegir a los nuevos empleados.
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