Historias de la mitologia (2/?): La virginidad de Hestia - Las Bolas de Pablo

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25 feb 2017

Historias de la mitologia (2/?): La virginidad de Hestia

ORIGINAL DE: ZATN
Contiene Ballbusting  F/M.

   Hestia es la Diosa griega del hogar, y es identificada como la portadora y cuidadora del fuego sagrado, fuego que da calor y vida a los hogares. 

   Era llamada Vesta, por los romanos para quienes fue mĆ”s importante, ya que en su honor existĆ­a el fuego sagrado, dado por ella misma a los hombres, y que residĆ­a en un templo sagrado y era cuidado por las vĆ­rgenes Vestales.

   Hestia era hija de los Titanes Cronos y Rea, y hermana de Zeus, el soberano del Olimpo; Siendo poseedora de una gran belleza, fue cortejada por Poseidón y Apolo, pero ella les rechazó al jurar en nombre de Zeus que permanecerĆ­a virgen, se dice que con su consigna evitó el conflicto entre los Dioses pretendientes.

   Zeus la honró cediĆ©ndole, incluso antes que Ć©l, la primera vĆ­ctima de todos los sacrificios pĆŗblicos y los lugares preeminentes de todas las casas. Se le solĆ­an sacrificar terneras de menos de un aƱo, aludiendo a su virginidad.

   Y llegó un dĆ­a en el que hubo un gran banquete en el que asistieron todos los Dioses y Diosas. Cómo siempre el primer honor fue para Hestia que caminó frente a todos trayendo la luz del fuego divino; Al ser soltera y de personalidad reservada, era muy poco daba a las celebraciones, pero esta era una ocasión especial.


   Dionisio el Dios del vino y las fiestas, trajo la alegrĆ­a a los inmortales con el mejor vino echo en el mundo, Hestia prudentemente aceptó el vino para no cometer el desaire, pero sin la intención de probarle.

   Y es que la diosa del hogar jamĆ”s habĆ­a cedió a las tentaciones del licor, pero ante la insistencia del propio Dionisio y de otras Diosas, terminó probando el “Alegre” liquido.

   No pasó mĆ”s de 3 sorbos cuando la bebida afectó la mente de la comedida Diosa, Hestia              observaba la copa y no se explicaba porque esta no paraba de moverse ante ella…sin duda bastante mareada, la Diosa decidió excusarse y descansar.


   Pero desde el inicio de la celebración alguien no habĆ­a dejado de ver a Hestia… era PrĆ­apo.

   PrĆ­apo era en la mitologĆ­a griega, un Dios rĆŗstico de la fertilidad, tanto de la vegetación como de todos los animales relacionados con la vida agrĆ­cola. Era protector de los rebaƱos de cabras y ovejas, de las abejas, y hasta de la pesca.

   PrĆ­apo se solĆ­a representar con un enorme falo en perpetua erección o en posición fĆ”lica, sĆ­mbolo de la fuerza fecundadora de la naturaleza.

   PrĆ­apo al parecer era hijo de Dionisio y Afrodita, pero otras versiones lo hacen hijo del Dios Hermes, Pan, o incluso de Zeus.

   Tambien se dice que Afrodita habrĆ­a sido infiel a Dionisio con el mortal Adonis, cuando el Dios se fue de viaje;  A su regreso y para que el Dios no supiese la verdad, le abandonó para dar a luz al niƱo. La Diosa Hera, decepcionada por la conducta de Afrodita, la tocó y su poder mĆ”gico hizo que alumbrase un hijo extremadamente feo y con unos genitales inusualmente grandes.

   PrĆ­apo era objeto de burlas por los otros Dioses y rechazo por parte de las Diosas, a quienes asustaba y avergonzaba el siempre erecto falo del Dios.

   Pero volviendo al banquete, el Dios siempre buscando alguna Diosa que le aceptase, se topa con la vista de Hestia y su actuar ante el vino.

   El Dios observó a su alrededor, y viendo a todos concentrados en sus propios asuntos, siguió a la Diosa hasta las lejanas habitaciones donde ella de seguro se aprestarĆ­a a dormir.

   Mientras la seguĆ­a el Dios no pensaba en otra cosa mĆ”s que en la virginidad de la Diosa... la tan preciada virginidad de Hestia conocerĆ­a hoy su ultimo dĆ­a!. Ɖl… PrĆ­apo, serĆ­a el Dios que la desvirgarĆ­a… y con el tamaƱo de su miembro, era seguro que esta serĆ­a una noche que Hestia no olvidarĆ­a.

   Buscando alejarse los mĆ”s posible de la fiesta, Hestia decidió salir de la casa y descansar en un bello jardĆ­n, el blando suelo y abundante pasto, le harĆ­a la mĆ”s cómoda cama.

   En medio de su mareo y prontitud por recostarse, no notó que el vestido se le abrió, dejando al momento de yacer, gran parte de su cuerpo desnudo a la intemperie.



   No tardó la Diosa en quedar dormida a profundidad!; PrĆ­apo no podĆ­a esperar nada mejor, La Diosa rendida ante el sueƱo y en un lugar alejado, la vio semidesnuda y el deseo se salió de control… su gran erección alcanzó un nivel nunca visto.

   PrĆ­apo se retiro su escasa ropa y lentamente se fue colocando de rodillas ante la dormida Hestia, con cuidado le terminó de desprender los vestidos; Se fascino viendo su blanca piel, iluminada por la brillante luna.

   Esta noche podrĆ­a degustar un coƱo virgen!…nunca habĆ­a tenido ese placer, y serĆ­a Ć©l de una de Diosas mĆ”s importantes.

   Pero un asno del lugar, habĆ­a observado al Dios acercarse en silencio a la dormida Diosa, El animal en su limitado entender avanzó hacia quienes protagonizarĆ­an la escena de sexo.

   El asno no se sintió bien con los sigilosos pasos y luego movimientos de PrĆ­apo sobre la femenina, De repente comenzó a rebuznar:

¡Iii-aah!  ¡Iii-aah!  ¡Iii-aah!  ¡Iii-aah!

   El fuerte sonido desvió la mirada de PrĆ­apo, quien se enfadó en silencio ante el ruidoso e inoportuno equino, simultĆ”neamente el sonido despertó a Hestia que no salió de su asombro al ver el cuerpo de un varón casi sobre ella.

   La Diosa  inmediatamente dedujo que alguna mala intención tenia quien casi la arropaba en la oscuridad del jardĆ­n, por alarma se intentó levantar.

   Su movimiento alertó a PrĆ­apo que con seƱas intentaba callar al asno, y ahora ante la posible ida de su divina vĆ­ctima, la tomo de las muƱecas y aplicó fuerza para retenerla.

   Ahora con todo descubierto, Hestia supo que se trataba del Dios de la fertilidad, mĆ”s cuando observó colgando entre las piernas de Ć©ste, el protuberante y caracterĆ­stico falo de PrĆ­apo.

   Alarmada ante la inminente violación se intentó resistir, no darĆ­a su preciada pureza sin luchar; Para el Dios no todo estaba perdido… SĆ­!, su sigiloso plan habĆ­a fracasado por culpa de ese inoportuno animal, pero no dejarĆ­a ir el coƱo virgen de Hestia.

   La virginidad de la Diosa, una de las pocas cosas inaccesibles para los Dioses, ahora estaba a centĆ­metros de su glande… usarĆ­a la fuerza, pero la obtendrĆ­a!

   Hestia se resistĆ­a con todo, movĆ­a su cuerpo de arriba abajo tratando de zafarse del agarre, pero no era rival para Ć©l y su fuerza de Dios varón.

   El resistir de la femenina, buscaba mantener su virginidad… Pero con un empuje de su gordo glande, romperĆ­a ese himen!…. la Diosa del Hogar dejarĆ­a de ser virgen!… Ya para que se resistirĆ­a? Ya no tendrĆ­a aquello que no quiere perder.

   En cierto momento, mientras PrĆ­apo intentaba acomodar su verga en la divina vulva de Hestia, la Diosa pudo liberarse y se incorporó…

   …Pero el Dios no la dejarĆ­a ir! Extendió sus brazos y la atrapo! Por un momento quedaron ambos sentados, por supuesto ella retenida por los tentĆ”culos del varón.


   RĆ”pidamente impuso mĆ”s de su fortaleza, y la acostó nuevamente en el cómodo pasto. 

   Hestia estaba desesperada… si fuera Atenea, o Artemisa, ambas Diosas guerreras, ellas no se dejarĆ­an violar… SabrĆ­an cómo salir de esta situación.

   De pronto tuvo una visión!…en medio del caos, la gorda cabeza del miembro viril de PrĆ­apo se hizo a un lado por el forcejeo, y ahĆ­ pudo ver la Diosa los peludos testĆ­culos del Dios de la Fertilidad.

   Pensó racionalmente y quedó calma, habĆ­a una forma de salir de este predicamento!, todo macho fuera mortal o hasta los mismos Dioses, tenĆ­an una debilidad, y ella la usarĆ­a para salvar su preciada virginidad.

   Mientras tanto, para PrĆ­apo era difĆ­cil colocar su largo pene en la entrada de la vagina de una Diosa que se resistĆ­a a mĆ”s no poder, querĆ­a usar sus manos para ayudarse, pero las tenĆ­a ocupadas reteniendo a la divinidad…

   …Pero de pronto la Diosa bajaba su Ć­mpetu…la inicial sorpresa para el varón, se convirtió en felicidad, Hestia se habĆ­a rendido!, y sin soltarla ubicó mejor su gran pene para hacerla suya.

   En ese momento la rodilla de Hestia se levantó, e impacto los testĆ­culos del Dios de la fertilidad; La dura rótula de la Hembra vencĆ­a fĆ”cilmente las delicadas gónadas de su violador.

   “AAaaayyyyy!!!”, Exclamó PrĆ­apo al sentir como su fuente viril era lastimada por la Diosa. 

   En la mente del agresor todo era dolor, pero tragó saliva y trató de soportar  el sufrimiento… su orgullo de varón estaba comprometido…

   … No dejarĆ­a que la bella Hestia, Diosa… pero hembra, superara a un Dios macho; EstarĆ­a siendo vencido por una inmortal fĆ­sicamente dĆ©bil…

   … Si fuera una Diosa guerrera lo aceptarĆ­a, pero siendo Hestia, serĆ­a lastimado, avergonzado y burlado, por una Diosa asustadiza y reservada… aparentemente la que menos le pondrĆ­a resistencia de todas las inmortales del Olimpo.

   No dejarĆ­a que se le escapara, resistirĆ­a el dolor de sus huevos… y la desvirgarĆ­a!.

   Pero en ese momento, un nuevo rodillazo ascendió entre sus inmortales muslos y golpeo  con igual fuerza y el mismo punto sus pelotas.

   “AAAAAhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!”.

   Otro alarido ahora mĆ”s intenso salĆ­a de la boca del Dios, no pudiendo soportar el doble castigo, soltó las muƱecas de Hestia y rodó a un lado.

   Hestia no lo dudó, se incorporó y escapó hacia el lugar del banquete, en busca de ayuda.

   No sabĆ­a que no necesitaba ayuda ya, PrĆ­apo estaba sumamente adolorido, sentĆ­a sus huevos arder con intensidad, mientras  no paraba de tomar sus pelotas.

   Hestia corrió y gritó pidió auxilio, sus llamados alertaron a los enfiestados Dioses, quienes la socorrieron, a la vez que las Diosas cubrĆ­an su desnudez.

   En medio de su agitación logró decir que la habĆ­an intentado violar, y apuntó hacĆ­a donde se encontraba su atacante… sin mencionarles su identidad, ni que le habĆ­a logrado golpear en tan sensible zona.

   Los caballerosos y poderosos Dioses, liderados por Zeus, dejaron a la turbada Hestia a buen cuidado de otras Diosas y fueron hacĆ­a en lugar indicado… Pensaban en un agresor que de seguro escapaba.

   Zeus blandĆ­a su rayo y colĆ©rico se aprestarĆ­a a exterminar a quien hubiera osado a lastimar a su querida hermana… pero de pronto al llegar al lugar…


   …Todos rompieron en carcajadas!, A su vista tenĆ­an al dotado PrĆ­apo retorciĆ©ndose en el suelo, tomĆ”ndose la entrepierna del intenso dolor en los testĆ­culos.

   ConocĆ­an bien las maƱas de PrĆ­apo y dedujeron que aprovechando la oportunidad presentada, quiso apoderarse de la virginidad de la Diosa del hogar… Pero era obvio que el Dios de la fertilidad habĆ­a fracasado en su plan… se reĆ­an de que la reservada e indefensa Hestia, le habĆ­a golpeado las pelotas y dejado en el suelo vencido.

   Las burlas continuaban, humillando mĆ”s y mĆ”s al adolorido PrĆ­apo. Un Dios dijo riĆ©ndose, que la asustada Hestia no necesitaba de un caballeroso Dios que la auxiliase, ella misma puso en su lugar al atrevido y pervertido Dios…

   Otro inmortal comentó que PrĆ­apo se quedó sin el maravilloso premio de la virginidad de Hestia,… un rico dolor era lo que habĆ­a conseguido de la Diosa.

   Acabado el incidente, Hestia habĆ­a logrado salvar su virginidad, y la humillación para  PrĆ­apo fue motivo de burlas por aƱos… incluso la historia llegó a los mortales, quienes se reĆ­an de la desventura del FĆ”lico Dios.

   El mito dice que PrĆ­apo al no poder buscar venganza contra la Diosa, pues Ć©sta tenĆ­a la protección de su hermano Zeus, se desquitó con el asno, el pobre animal quien le habĆ­a delatado y despertado a la Diosa, lo pagó con su vida.

   Pero Hestia enterada de la tragedia, revivió al animal y lo convirtió en estrella!, AdemĆ”s lo declaró su animal favorito! AsĆ­ en las festividades celebradas en honor a Hestia, se coronaba con flores a los asnos… Eternos vigilantes de la virginidad de la Diosa.


Fin.

Gracias
Comentarios  a  zatniktiel@hotmail.com

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