Solid Show 2 (1/5): La invitacion - Las Bolas de Pablo

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2 feb 2017

Solid Show 2 (1/5): La invitacion


CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE




   —Damas y caballeros —hablaba Kevin el nuevo administrador del Nautilus Bar a travĆ©s del micrĆ³fono. Esa noche inaugural el bar estaba abarrotado de clientes aguardando al nuevo grupo de bailarines que alegrarĆ­an la noche entre coreografĆ­as, fetiches y sexo—. Para mi es muy grato haber creado tanta expectativa con la nueva temporada del Solid Show, espero que disfruten a los bailarines y los alquilen para sus mĆ”s oscuras perversiones rĆ”pidamente porque ustedes son muchos y ellos sĆ³lo seis. Con ustedes los guapos del Solid Show.

   Los aplausos reinaron en el bar y seis machos semidesnudos salieron para la coreografĆ­a inicial.

   El pĆŗblico vitoreĆ³ con entusiasmo a Luis que caminaba sacando el pecho con el cuerpo medio desnudo. Su ancho torso brillaba con los reflectores nuevos del bar. Sus piernas eran musculosas y sus muslos llenos de carne. Calzaba un ajustado y pequeƱo bĆ³xer negro que retenĆ­a a su miembro y sostenĆ­a firmemente su trasero, sea como fuera aquella prenda resultaba sexy para muchos. Luis se detuvo como sus compaƱeros e iniciĆ³ el baile haciendo un lento pero sugerente movimiento de cintura escuchando los aplausos de emociĆ³n en el pĆŗblico.

   Luis era un bisexual de 29 aƱos, le gustaba el contacto cuerpo a cuerpo y hacer rozar su pene. TenĆ­a expectativa con su trabajo en el bar y deseaba tener sexo con cualquiera de los pulcros clientes del Nautilus, no le importaba si era hombre o mujer.

   Siguiendo la coreografĆ­a se echĆ³ al piso como sus compaƱeros e hizo unas deportivas flexiones excitando a todos los clientes. Su corazĆ³n latĆ­a a prisa mientras su cuerpo empezaba a sudar la adrenalina generada.

   En mĆ”s de una ocasiĆ³n en su vida Luis habĆ­a recibido un golpe en sus testĆ­culos, la mĆ”s dolorosa que recordaba fue cuando lo robaron que terminaron pegĆ”ndole con un palo en los cocos que lo dejĆ³ llorando en el piso por mĆ”s de treinta minutos y con las bolas hinchadas por dĆ­as.

   A su lado estaba Alan calzando una ropa interior morada su rostro era atractivo pero no guapo y su cuerpo era un poco extraƱo segĆŗn la opiniĆ³n de varias persona, sus piernas eran largas su cintura pequeƱa y su torso ancho pero de fuerte abdomen que provocaba acariciarlo sin embargo movĆ­a su cuerpo muy bien a travĆ©s del baile.

   Alan era un heterosexual de 28 aƱos con anterioridad ya habĆ­a trabajado como bailarĆ­n y como prostituto, dejando satisfecha sexualmente a mujeres hermosas y feas, delgadas y obesas. Tal parecĆ­a que su herramienta sexual regalaba placer.

   Alan estaba dispuesto a regalar sexo y a dejarse golpear los testĆ­culos con los nuevos fetichistas que visitaban el bar.

   MĆ”s allĆ” bailando estaba Jorge un hombre corpulento que era homosexual y se movĆ­a con el cuerpo todo sudado y ropa interior azul que marcaba un bulto muy grande y que a todos les gustaba como cedĆ­a bajo sus sensuales movimientos.

   Jorge siempre habĆ­a trabajado en instituciones que se relacionaran con el sexo. HabĆ­a laborado para una empresa donde luchaba con otro hombres pegĆ”ndole en los testĆ­culos y ahora trabajarĆ­a en el Solid Show haciendo lo que mĆ”s le gustaba. Actualmente estaba soltero ya que su Ćŗltima pareja un atractivo y fuerte rubio no soportĆ³ la idea de que se divirtiera teniendo sexo con otros hombres a cambio de dinero.

   El mĆ”s joven de los seis contratados era Felipe un guapo universitario de 25 aƱos, era sumamente atractivo con el cuerpo trabajado por el gimnasio, estaba calzando una ropa interior blanca que sabĆ­a rellenar muy bien. Era dueƱo de una verga grande y de testĆ­culos pesados y muy vulnerables, asĆ­ que habĆ­a en donde agarrar y doblegarlo.


   Felipe era heterosexual pero querĆ­a tambiĆ©n experimentar con personas de su mismo sexo. ƚnicamente que no se querĆ­a dejar penetrar.

   El batĆ­a su rico cuerpo a ritmo de la mĆŗsica y ya tenĆ­a a varios clientes haciendo apuestas por tener una noche con Ć©l a dispuestos a darle golpes en las bolas y hacerlo eyacular.

   Felipe siempre habĆ­a sido adicto al ballbusting y ello toda su vida amorosa le trajo problemas con sus novias porque en la intimidad se excitaba mĆ”s con golpes a sus huevos que por verlas desnudas.

   RubĆ©n, un fuerte y sensual moreno bailaban siguiendo la coreografĆ­a, en aquel momento se sujetaba la cabeza mientras movĆ­a la cadera. Sus piernas eran tan robustas que parecĆ­an troncos de arboles.

   Su morbo vital era el ballbusting, y el atractivo hombre siempre organizaba sesiones con sus amigos o desconocidos ubicados por internet para que lo dominaran por sus ovalados huevos.

   Entre el pĆŗblico habĆ­an acudido varios de sus amigos que apostaban por Ć©l para tener una divertida reuniĆ³n privada y poder patearle las bolas que tantas veces lo habĆ­an dejado en el piso retorciĆ©ndose como culebra.

   El show ya casi terminaba y sus hombres permitieron segĆŗn la coreografĆ­a que Gustavo, un profesor que venĆ­a del extranjero cerrara con broche de oro.

   Gustavo era de cuerpo atlĆ©tico y alto. Cuando todos lo conocieron creyeron que era un nerd por sus lentes y su gusto por las matemĆ”ticas pero el hombre resultĆ³ extravagante.

   Siguiendo el orden de la canciĆ³n electrĆ³nica que ya culminaba, Gustavo bailaba sujetandose la costura de la ropa interior, sus compaƱeros le aplaudĆ­an alentĆ”ndolo. Gustavo separĆ³ las piernas, sonriĆ³ pĆ­caramente al pĆŗblico y estirĆ³ su prenda, la tela cediĆ³ rompiĆ©ndose dejandolo desnudo ante el pĆŗblico que estallĆ³ en aplausos y silbidos viendo su semidura verga y las colgantes pelotas, el show habĆ­a terminado y las apuestas por el reventaron.



   HabĆ­an dos maneras de trabajar en el bar Nautilus, una era siendo alquilado por algĆŗn cliente y ser llevado a una de las habitaciones del prostĆ­bulo o sentĆ”ndose con alguno de ellos y esperar que lo llevara a un nuevo hotel o los cuartos de ahĆ­. Pero dada la condicion de los muchachos la primera opcion estaba a la orden de la noche.

   RubĆ©n, Alan y Gustavo habĆ­an tenido la suerte de ser contratados, CĆ©sar y Jorge estaban cada quien por su cuenta sentados con clientes y Felipe -aunque habĆ­a sido el que mĆ”s pujas habĆ­a recibido de los bailarines antes del cierre de Gustavo-, Carlos el administrador le ordenĆ³ que no aceptara ningĆŗn tipo de invitaciĆ³n hasta nueva orden. El lindo universitario estaba parado en una columna del local rechazando propuestas, continuaba semidesnudo mostrando a todos el bulto en su ropa interior.

   Carlos finalmente se acercĆ³ a Ć©l, habĆ­a sido uno de los bailarines favoritos de la primera temporada, por ello todavĆ­a transitaba por el bar usando ropa ajustada o semidesnudo como caminaba ahora, portando un bĆ³xer negro. Todo era con el fin de mantener con el morbo a clientes aunque ya no se ofreciese como puto.

   —Recibe esto —le dijo a Felipe entregando en sus manos la llave de una habitaciĆ³n y una ropa interior azul.

   —¿QuĆ© es eso? —preguntĆ³ Felipe.

   —Ya te estĆ” esperando un cliente, tambiĆ©n quiere que te pongas eso.

   —Ah, estĆ” bien.

   —Mucho Ć©xito, galĆ”n.

   Felipe sonriĆ³ y se preparĆ³ para irse a su trabajo, cuando se iba recibiĆ³ una nalgada de Carlos que la catalogĆ³ como de «suerte».

   Felipe antes de pasar a la habitaciĆ³n fue al baƱo dĆ³nde se cambiĆ³. La nueva prenda que le habĆ­an ordenado colocarse mostraba su cabezĆ³n pene a travĆ©s de una tela con mallas. Sus bolas grandes quedaron compactas entre sus muslos abriĆ³ la puerta y se quedĆ³ sorprendido al saber que Kevin el administrador lo habĆ­a alquilado.

   —SĆ­ yo —confirmĆ³ Kevin con una sonrisa—, te alquilĆ© desde antes de que se abriera el show. Quiero que sepas que tengo unas ganas de ti desde que te conocĆ­ en la entrevista.

   —Vaya —comentĆ³ Felipe intentado calmar sus nervios—, me siento afortunado —sĆ³lo dijo.

   —Afortunado soy yo, de poder patear y aplastarte las pelotas.

   Felipe sonriĆ³ y separĆ³ las piernas dejando sus testĆ­culos a merced de Kevin.

   —Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno —murmurĆ³ Kevin mientras sus ojos bebĆ­an el cuerpo casi desnudo de Felipe.

   Kevin agarrĆ³ con firmeza las bolas de Felipe. El muchacho jadeĆ³ y doblĆ³ sus rodillas.

   —Ohhhhhh… —gruĆ±Ć³ inĆŗtilmente.

   Kevin retorciĆ³ el par de naranjas que tenĆ­a entre sus dedos mirando firmemente a la bella cara de Felipe que tosĆ­a desesperado.

   —Que excitante —comentĆ³ Kevin aflojando su agarre, pero todavĆ­a sosteniendo la entrepierna del hermoso muchacho—. Cuando te vi la primera vez supe que tenĆ­as talento para esto. Y mira que no me decepcionas.

   ColocĆ³ los testĆ­culos hasta la base del escroto dejandolos fuera de su mano y con el otro brazo les diĆ³ una dura palmada.

   Felipe sintiĆ³ como si su mundo se derrumbara. Sus rodillas se unieron y perdiĆ³ el equilibrio.

   —¡Enderezate, carajo! —ordenĆ³ Kevin ahora agarrando de forma firme las grandes huevas.

   Felipe gimiĆ³.

   —Demuestrame que eres un tipo fuerte.

   Felipe afirmĆ³ con la cabeza sintiendose mareado. Sus bolas eran muy frĆ”giles pese al tamaƱo pero su pene ya estaba tieso y duro ante el contacto cruel de Kevin torturandolas.

   —Ahora, esto tiene que ser mejor —sonriĆ³ Kevin inspeccionando el pĆ”lido rostro del puto—, tu pito se ve muy rico. Voy a lamerlo, hasta esta noche fuiste heterosexual, desde ahora eres mi perra, mejor aun mi cachorrito. Y me voy a comer a tu cabezĆ³n —declarĆ³ mirando el denso falo.

   Por primera vez Felipe sonriĆ³, aquellas palabras provocaron que se calentara mucho mas.

   Kevin bajo la ropa anterior y se adueĆ±Ć³ del pedazo de carne de Felipe.

   La polla del puto se estremeciĆ³ expectante dentro de la mano de Kevin, que terminĆ³ agarrando otra vez sus gĆ³nadas gordas.

   —Esto debe estar full de leche juzgando su tamaƱo —dijo mientras manipulaba las adoloridas pelotas.

   Felipe no pudo evitar sonreĆ­r al elogio, a pesar del dolor de bolas.

   Kevin dio al par de cojones un fuerte jalĆ³n.

   Felipe se sobresaltĆ³ y su boca formĆ³ una "o". Sin previo aviso y devastĆ”ndolo Kevin subiĆ³ la rodilla contra su entrepierna. Estrellando los testĆ­culos entre la pĆ©lvis y la rĆ³tula.

   Felipe gritĆ³, pero eso no frenĆ³ a Kevin que se aferrĆ³ al hombro del muchacho y levantaba la rodilla otra vez.

   Felipe se derribĆ³ en el suelo, agarrando frenĆ©ticamente su hinchado escroto.

   —Que sexy —sonriĆ³ Kevin amasando su mano el paqueton que se le marcaba en el pantalon, su verga habia crecido groseramente—, creo que mi verga va a estallar… Es mĆ”s, quiero que me la chupes y es una orden.

   Parado fuera de la habitaciĆ³n Luis escuchaba la escena, habĆ­a terminado de tener una sesiĆ³n privada de ballbusting dĆ³nde fue Ć©l quien golpeĆ³ al cliente. Ahora allĆ­ excitado oyendo la escena de indudablemente las voces de Felipe y Kevin sonriĆ³ al oĆ­r el ruido de una cremayera, seguido del resonante eco de las chupadas acompaƱado de un gutural gemido.

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