-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
La puerta del laboratorio Seo se abriĆ³ de golpe y Antonio entrĆ³ cojeando cubriendo su entrepierna tenĆa cara de dolor y gemĆa lastimosamente mientras caminaba. Su enorme y carnosa polla se marcaba dura como el acero contra la delgada malla de su traje de superhĆ©roe. DespuĆ©s de haber adquirido fuerza gracias a los experimentos de cientĆficos del laboratorio era el defensor de aquella gran ciudad plagada de mentes criminales.
Antonio o el Hombre Seo como se hacĆa llamar se recostĆ³ en un asiento cerrando los ojos y posando los dedos sobre los delicados testĆculos hinchados al triple de su tamaƱo. Deseaba reposar y que aquel terrible dolor cesara.
La puerta se abriĆ³ y la doctora Katherine entrĆ³, tenĆa expresiĆ³n preocupada en su rostro.
—¿EstĆ”s bien, Antonio? —preguntĆ³ ella con voz suave colocando su mano en el hombro del superhĆ©roe
Ćl la fulminĆ³ con la mirada pero fue educado al responder:
—No estoy bien, ni siquiera sĆ© para quĆ© aceptĆ© tan grande responsabilidad, ¿por quĆ© fui el indicado? Me deberĆa retirar…
—Haz silencio y no digas eso —interrumpiĆ³ Katherine—. De todos los hombres que se sometieron a las pruebas resultaste ser tĆŗ el mĆ”s poderoso y resistente. AsĆ que tĆŗ puedes.
Antonio soltĆ³ un gruƱido enfadado.
Katherine sonriĆ³ y dio un suspiro.
—Antonio, buscarĆ© un calmante para el dolor, te servirĆ” para varias horas.
Ella saliĆ³ de la sala y Ć©l se reclinĆ³ en el asiento sosteniendo sus cojones entre las manos. CerrĆ³ los ojos y recordĆ³ los hechos acontecidos horas antes:
Ćl caminaba a travĆ©s de un oscuro pasillo en un lugar abandonado en busqueda de un empresario que habĆa sido secuestrado y que su liberaciĆ³n se efectuarĆa en ese sitio. Seo estaba allĆ para rescatarlo de la organizaciĆ³n VP que habĆa robado varios millones para poder dejarlo en libertad.
Apenas cruzaba el umbral de un pasillo sosteniendo una pequeƱa linterna cuando dos figuras se abalanzaron sobre Ʃl descargando furiosos puƱos.
—¿QuĆ© es esto? —gruĆ±Ć³ el superhĆ©roe clavando en uno de sus adversarios un fuerte puƱetazo.
Se debatĆa con fuerza y sagaz furia pero el enfrentarse con dos pesados hombres la cantidad mayor tendrĆa las de ganar, por eso rĆ”pidamente uno de sus enemigos se puso detrĆ”s de Ć©l y aplicĆ³ un nelson completo.
Los ojos del hombre Seo se ensancharon mientras observaba al rival a su frente y lo detallaba por primera vez. Era un hombre de estatura alta, piel blanca y cabellos negros con un extraƱo peinado, usaba un completo traje ajustado de lƔtex que marcaba su definido cuerpo.
Seo intentĆ³ girar la cabeza y mirar al hombre que lo sostenĆa pero no pudo.
Aquel miembro de la organizaciĆ³n VP observĆ³ al hombre que agarraba a Seo y terminĆ³ asintiendo. LevantĆ³ la pierna y la hizo estrellarse entre los musculosos muslos de Antonio, clavando sus pelotas contra la pelvis y haciendo que el hombre Seo dejara escapar un gruƱido angustiado.
—¡Hazlo de nuevo pero mĆ”s duro —ordenĆ³ el hombre tras su espalda.
LeĆ³n, como se hacĆa llamar aquel villano obedeciĆ³, ahora pateando los grandes testĆculos de Antonio con toda la fuerza que pudo reunir, crujiendo sus huevos con un sordo ruido y provocando otro gruƱido profundo y gutural.
—¡Otra vez!
LeĆ³n dio un par de pasos hacia atrĆ”s y pateĆ³ las bolas de Seo como un jugador de fĆŗtbol anotando un memorable gol. Aplastando brutalmente sus gĆ³nadas y haciendo que Seo soltara un desgarrador rugido agĆ³nico.
—Ahora fulminalo con rodillazos —ordenĆ³ el otro malhechor manteniendo bajo control el cuerpo retorcido de Antonio.
LeĆ³n conectĆ³ su rodilla en la entrepierna de Antonio tres veces en rĆ”pida sucesiĆ³n, crujiendo brutalmente sus huevos provocando que Antonio gimiera y gruƱera, haciendo muecas de dolor.
—Golpea tan fuerte como puedas —gritĆ³ el otro enemigo mientras trataba de mantener firme al hombre Seo.
LeĆ³n cayĆ³ de rodillas y lanzĆ³ un fuerte gancho en el abultado paquete del hombre Seo. Haciendo que los ojos de Antonio se abrieran como platos y su mandĆbula se separara emitiendo un gemido gutural.
LeĆ³n echĆ³ un vistazo a la polla dura y palpitante de Antonio marcada en su ajustado traje de superhĆ©roe.
Los gemidos de Antonio y el sonido de los nudillos de LeĆ³n aplastando su escroto rebotaron contra las paredes de la sala.
Finalmente, el enemigo no pudo retener a Seo por mĆ”s tiempo, y el superhĆ©roe se derrumbĆ³ en el piso, acariciando su ingle y gimiendo de dolor.
El enemigo se secĆ³ la frente y se agachĆ³, agarrando a Antonio por los tobillos.
—¡No, no, no! —gritĆ³ Antonio, soltando sus doloridos y palpitantes huevos y apoyĆ”ndose con las manos.
El enemigo extendiĆ³ las piernas del hombre Seo y dejĆ³ que su pie zarpara entre sus muslos, aplastando sus bolas con toda la fuerza posible.
LeĆ³n sonriĆ³ con maldad mientras veĆa como su compaƱero aplastaba las bolas del hombre Seo una y otra y otra vez, mientras Seo soltaba gruƱidos y gemidos de agonĆa.
DespuƩs de un largo rato a Antonio le soltaron de los tobillos.
Durante todo ese tiempo, la enorme y carnosa verga de Antonio palpitaba y se contraĆa violentamente dentro del traje de lĆ”tex.
Antonio no se dio cuenta como de los nudillos de LeĆ³n aparecieron largas y filosas garras. Ćl saltĆ³ sobre el poderoso Seo clavando contra su cuerpo sus desgarradoras garras.
—¡ARRGGH! —gritĆ³ agĆ³nico Antonio mientras su espalda y abdomen eran araƱados por LeĆ³n brotando grandes chorros de sangre en ellas.
De alguna manera, el hombre Seo logrĆ³ liberarse, empujando a sus enemigos con una explosiĆ³n de aire enviĆ”ndolos lejos. Se levantĆ³ y cojeĆ³ por el pasillo. SĆ³lo asĆ pudo obtener ventaja para protegerse y defenderse con su poder del aire. OrdenĆ³ la entrada de la policĆa quienes inspeccionaron el lugar encontrando al hombre secuestrado y apresando a los delincuentes.
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