Seo (2/4): Las garras de Leon - Las Bolas de Pablo

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18 mar 2017

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Seo (2/4): Las garras de Leon

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

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   La puerta del laboratorio Seo se abrió de golpe y Antonio entró cojeando cubriendo su entrepierna tenĆ­a cara de dolor y gemĆ­a lastimosamente mientras caminaba. Su enorme y carnosa polla se marcaba dura como el acero contra la delgada malla de su traje de superhĆ©roe. DespuĆ©s de haber adquirido fuerza gracias a los experimentos de cientĆ­ficos del laboratorio era el defensor de aquella gran ciudad plagada de mentes criminales.


   Antonio o el Hombre Seo como se hacĆ­a llamar se recostó en un asiento cerrando los ojos y posando los dedos sobre los delicados testĆ­culos hinchados al triple de su tamaƱo. Deseaba reposar y que aquel terrible dolor cesara.



   La puerta se abrió y la doctora Katherine entró, tenĆ­a expresión preocupada en su rostro.



   ā€”ĀæEstĆ”s bien, Antonio? —preguntó ella con voz suave colocando su mano en el hombro del superhĆ©roe



   Ć‰l la fulminó con la mirada pero fue educado al responder:



   ā€”No estoy bien, ni siquiera sĆ© para quĆ© aceptĆ© tan grande responsabilidad, Āæpor quĆ© fui el indicado? Me deberĆ­a retirar…



   ā€”Haz silencio y no digas eso —interrumpió Katherine—. De todos los hombres que se sometieron a las pruebas resultaste ser tĆŗ el mĆ”s poderoso y resistente. AsĆ­ que tĆŗ puedes.



   Antonio soltó un gruƱido enfadado.



   Katherine sonrió y dio un suspiro.



   ā€”Antonio, buscarĆ© un calmante para el dolor, te servirĆ” para varias horas.



   Ella salió de la sala y Ć©l se reclinó en el asiento sosteniendo sus cojones entre las manos. Cerró los ojos y recordó los hechos acontecidos horas antes:



   Ć‰l caminaba a travĆ©s de un oscuro pasillo en un lugar abandonado en busqueda de un empresario que habĆ­a sido secuestrado y que su liberación se efectuarĆ­a en ese sitio. Seo estaba allĆ­ para rescatarlo de la organización VP que habĆ­a robado varios millones para poder dejarlo en libertad.



   Apenas cruzaba el umbral de un pasillo sosteniendo una pequeƱa linterna cuando dos figuras se abalanzaron sobre Ć©l descargando furiosos puƱos.



   ā€”ĀæQuĆ© es esto? —gruñó el superhĆ©roe clavando en uno de sus adversarios un fuerte puƱetazo.



   Se debatĆ­a con fuerza y sagaz furia pero el enfrentarse con dos pesados hombres la cantidad mayor tendrĆ­a las de ganar, por eso rĆ”pidamente uno de sus enemigos se puso detrĆ”s de Ć©l y aplicó un nelson completo.



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   Los ojos del hombre Seo se ensancharon mientras observaba al rival a su frente y lo detallaba por primera vez. Era un hombre de estatura alta, piel blanca y cabellos negros con un extraƱo peinado, usaba un completo traje ajustado de lĆ”tex que marcaba su definido cuerpo.



   Seo intentó girar la cabeza y mirar al hombre que lo sostenĆ­a pero no pudo.



   Aquel miembro de la organización VP observó al hombre que agarraba a Seo y terminó asintiendo. Levantó la pierna y la hizo estrellarse entre los musculosos muslos de Antonio, clavando sus pelotas contra la pelvis y haciendo que el hombre Seo dejara escapar un gruƱido angustiado.



   ā€”Ā”Hazlo de nuevo pero mĆ”s duro —ordenó el hombre tras su espalda.



   León, como se hacĆ­a llamar aquel villano obedeció, ahora pateando los grandes testĆ­culos de Antonio con toda la fuerza que pudo reunir, crujiendo sus huevos con un sordo ruido y provocando otro gruƱido profundo y gutural.



   ā€”Ā”Otra vez!



   León dio un par de pasos hacia atrĆ”s y pateó las bolas de Seo como un jugador de fĆŗtbol anotando un memorable gol. Aplastando brutalmente sus gónadas y haciendo que Seo soltara un desgarrador rugido agónico.



   ā€”Ahora fulminalo con rodillazos —ordenó el otro malhechor manteniendo bajo control el cuerpo retorcido de Antonio.



   León conectó su rodilla en la entrepierna de Antonio tres veces en rĆ”pida sucesión, crujiendo brutalmente sus huevos provocando que Antonio gimiera y gruƱera, haciendo muecas de dolor.



   ā€”Golpea tan fuerte como puedas —gritó el otro enemigo mientras trataba de mantener firme al hombre Seo.



   León cayó de rodillas y lanzó un fuerte gancho en el abultado paquete del hombre Seo. Haciendo que los ojos de Antonio se abrieran como platos y su mandĆ­bula se separara emitiendo un gemido gutural.



   León echó un vistazo a la polla dura y palpitante de Antonio marcada en su ajustado traje de superhĆ©roe.



   Los gemidos de Antonio y el sonido de los nudillos de León aplastando su escroto  rebotaron contra las paredes de la sala.



   Finalmente, el enemigo no pudo retener a Seo por mĆ”s tiempo, y el superhĆ©roe se derrumbó en el piso, acariciando su ingle y gimiendo de dolor.



   El enemigo se secó la frente y se agachó, agarrando a Antonio por los tobillos.



   ā€”Ā”No, no, no! —gritó Antonio, soltando sus doloridos y palpitantes huevos y apoyĆ”ndose con las manos.



   El enemigo extendió las piernas del hombre Seo y dejó que su pie zarpara entre sus muslos, aplastando sus bolas con toda la fuerza posible.



   León sonrió con maldad mientras veĆ­a como su compaƱero aplastaba las bolas del hombre Seo una y otra y otra vez, mientras Seo soltaba gruƱidos y gemidos de agonĆ­a.



   DespuĆ©s de un largo rato a Antonio le soltaron de los tobillos.



   Durante todo ese tiempo, la enorme y carnosa verga de Antonio palpitaba y se contraĆ­a violentamente dentro del traje de lĆ”tex.



   Antonio no se dio cuenta como de los nudillos de León aparecieron largas y filosas garras. Ɖl saltó sobre el poderoso Seo clavando contra su cuerpo sus desgarradoras garras.



   ā€”Ā”ARRGGH! —gritó agónico Antonio mientras su espalda y abdomen eran araƱados por León brotando grandes chorros de sangre en ellas.



   De alguna manera, el hombre Seo logró liberarse, empujando a sus enemigos con una explosión de aire enviĆ”ndolos lejos. Se levantó y cojeó por el pasillo. Sólo asĆ­ pudo obtener ventaja para protegerse y defenderse con su poder del aire. Ordenó la entrada de la policĆ­a quienes inspeccionaron el lugar encontrando al hombre secuestrado y apresando a los delincuentes.

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