Cinturon de Honor: Alan vs Salem (Actualizado) - Las Bolas de Pablo

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26 abr 2017

Cinturon de Honor: Alan vs Salem (Actualizado)

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   —Alan, como tĆŗ trajiste a este nuevo miembro serĆ”s tĆŗ quien dĆ© el debut del equipo esta temporada —ordenĆ³ Adalberto.

   Nick dio una leve patada al suelo, querĆ­a ser Ć©l quien iniciara la pelea debut del 2017.

   Alan asintiĆ³ con la cabeza y abandonĆ³ la oficina cargando un bolso, Adalberto se quedĆ³ subiendo sus datos al departamento de internet de la empresa.

   —Alan fue a prepararse para la pelea —le explicĆ³ Sergio a AndrĆ©s—, la empresa tiene que cerciorarse que no estĆ© bajo efectos de droga o alcohol —AndrĆ©s asintiĆ³ con la cabeza—, o que estĆ© usando un tipo de protecciĆ³n en sus partes.

   —¿En sus partes? —repitiĆ³ AndrĆ©s doblando las cejas.

   —Ya saliĆ³ publicada la apuesta —anunciĆ³ Adalberto apretando los labios.

   —¿Quien va a iniciar el debut del club Zafiro? —quiso saber Nick.

   —Salem.

   —Maldito pelos de zanahoria es muy fuerte. TenĆ­as que haberme dejado a mĆ­, Adalberto.

   —Superalo, Nick —indicĆ³ Asad—. SĆ³lo vamos a desearle Ć©xito a Alan.

   —La apuestas se inclinan a nosotros pero Salem no estĆ” muy alejado. Vamos ya a Sala Cristal.

   Los miembros del club RubĆ­ abandonaron la oficina y subieron en ascensor hacia el piso superior donde se efectuarĆ­a el combate. AllĆ­ ya estaban los integrantes del equipo Zafiro. Se ubicaron en su respectivos puestos y Sergio detallĆ³ a AndrĆ©s la caracterĆ­sticas de cada miembro eran rudos y fuertes.

   Su luchador era un hombre extremadamente alto de tez pĆ”lida y con los cabellos rojos. Usaba un calzoncillo negro.

   Por su parte Alan ya estaba en la arena, tenĆ­a el torso desnudo y una licra negra.

   En el lugar estaban los camarĆ³grafos que transmitirĆ­an para internet y un comentarista:

   «Hoy marcamos el debut de la temporada Rubi versus Zafiro.».

   Eran las palabras del comentarista, seguido dio detalles de los luchadores a enfrentarse, Salem tuvo muchas victorias en la temporada anterior. Finalmente la pelea iniciĆ³.

   —¿Con quĆ© luchador me enfrentarĆ©? —quiso saber Alan con una sonrisa burlona en el rostro—. Porque aquĆ­ sobre la arena no hay mĆ”s hombre que yo —se tocĆ³ la entrepierna e hizo un movimiento sensual con las manos.

   Su compaƱeros de equipo lo aplaudieron mientras Salem apretaba los puƱos malhumorado.

   Con un repentino grito, Alan dio un movimiento obvio para patear la entrepierna de Salem, el pelirojo estaba listo para ello y tratĆ³ de apoderarse del cuerpo que se dirigĆ­a a Ć©l pero el movimiento de Alan era sĆ³lo un engaƱo... El miembro del club RubĆ­ diĆ³ un sorprendente salto acertando una patada en la cabeza a Salem. La bota de Alan dio de lleno contra Salem que emitiĆ³ un gemido, sus manos dejaron de proteger su entrepierna que habĆ­a intentado defender para agarrarse la cabeza.

   Alan continuĆ³ su Ć©xitoso ataque con una patada lateral al torso de Salem. El pelirojo cayĆ³ al suelo de espaldas. Alan no perdiĆ³ tiempo y dio un paso hacia el hombre dispuesto a acabar con Ć©l. IntentĆ³ dar un pisotĆ³n a los testĆ­culos de Salen pero cuando se disponĆ­a a hacerlo el guerrero pelirojo lanzĆ³ una patada en la rĆ³tula izquierda de Alan, haciendole daƱo en la rodilla.

   La pierna de Alan se doblĆ³ y gritĆ³. Salem logrĆ³ ponerse de pie de un salto y golpeĆ³ a su rubio rival con varios puƱetazos en la cara y al abdomen. Alan se fue al piso con la boca ensangrentada y el cuerpo magullado. Su pierna le dolĆ­a horrores tenĆ­a que defender el honor de su club en pleno debut temporada.

   Salem estaba tan ocupado en ganar el encuentro y en fulminar a su rival que apenas se dio cuenta que Alan se estaba recuperando. SaltĆ³ sobre Ć©l tratando de golpear su cara, y Alan retomĆ³ la fuerza y levantĆ³ la pierna estrellando una patada en las bolas del pelirojo, el par de cojones saltaron en el escroto chocando con la pelvis. Salem dio un grito y retrocediĆ³ con la cara desfigurada por el odio.

   —Parece un cara de tomate —riĆ³ Sergio desde su asiento con sus amigos.

   Alan se posicionĆ³ en guardia para defenderse, pero algo le decĆ­a que iba a perder, su pierna izquierda le dolĆ­a con urgencia, el hueso le habia sonado con el golpe. Salem se precipitĆ³ sin importarle la pose defensiva de Alan. Se abalanzĆ³ para incrustar una nueva patada en la rĆ³tula izquierda, Alan lanzĆ³ un grito agudo. Mientras se quejaba adolorido su rival le levantĆ³ la pierna izquierda en el aire haciĆ©ndole lucha por mantener el equilibrio a un pie, asĆ­ el pelirojo clavĆ³ una patada en las bolas expuestas de Alan tan fuerte como pudo.

   ClavĆ³ su pie desnudo una, tres, cinco veces.

   Alan habĆ­a quedado sin fuerzas para defenderse, por ahora sĆ³lo estaba babeando, sus ojos habĆ­an perdido el foco y sus bolas se habĆ­an hinchado al doble de su tamaƱo.

   Cuando Salem lo soltĆ³ el muchacho convaleciente cayĆ³ al suelo llorando y agarrĆ”ndose los testĆ­culos. Salem lo miraba con desprecio, se inclinĆ³ sobre Ć©l y le aplicĆ³ una llave, el referĆ­ que presenciaba la pelea iniciĆ³ el conteo para finalmente decretar la victoria del club, el ganador del debut del aƱo se lo llevĆ³ Zafiro que desde sus asientos celebraron con emociĆ³n.

   —¡A la mierda! —dijo Adalberto, tenĆ­a amargura en su voz y golpeĆ³ con el puƱo la mesa. Se levantĆ³ de la silla y abandonĆ³ la estancia sintiĆ©ndose humillado.

   Los otros miembros del club RubĆ­ estaban cabizbajos y con expresiĆ³n melancĆ³lica en la cara.

   —Muchachos, vayan a recoger al  que nos regalĆ³ la derrota —ordenĆ³ Nick.

   Asad y Sergio se dirigieron a la arena para buscar a Alan que no tenĆ­a fuerzas para ponerse de pie.

   AndrĆ©s echĆ³ una mirada a los miembros del Club Zafiro, todos se mostraban felices mostrando el orgullo de la victoria. Incluso las palabras del comentarista parecĆ­an insultos.

   «De esta manera el club RubĆ­ no pudo mantener su fuerza y arrogancia y comienza el primer encuentro perdiendo. Tendremos que esperar hasta el proximo encueentro sin consigue una victoria o si se pone en riesgo de eliminacion ante el Club Zafiro».

   Por Ćŗltimo Adalberto dirigiĆ³ la mirada a Salem que con aire de triunfo sostenĆ­a el CinturĆ³n de Honor.

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