Cosas de pareja (4/6): Huevos de desayuno - Las Bolas de Pablo

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10 abr 2017

Cosas de pareja (4/6): Huevos de desayuno

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   NicolĆ”s guardĆ³ los documentos en la carpeta con sumo cuidado y despuĆ©s dirigiĆ³ una sonrisa sincera a Pablo.


   —¿Entonces no me vas a contar? —le preguntĆ³.

   —¿De quĆ©? —dijo Pablo.

   —Pibe, ya tenĆ©s tres semanas viviendo en el apartamento del cara de choro, ¿cĆ³mo te va? ¿Ya te enseĆ±Ć³ a robar? A robar su amor, jajaja.

   —No seas cretino... en lineas generales me ha ido muy bien con Ć©l, a su lado todo es tranquilo.

   —Me alegro por vos. ¿Y tu familia no te armĆ³ un quilombo?

   —¿Un problema? Al principio cuando les dije que me irĆ­a con Ć©l se impactaron pero ya lo entendieron.

   —Quien se iba a imaginar que mi amigo Pablito se iba a ir a vivir en uniĆ³n libre con otro pibe. Te deseo lo mejor, vos sos groso, buena onda.

   —Gracias, amigo.

   —¿Y ya has pensado que hacer con su regalito?

   —¿A quĆ© te refieres? —arrugĆ³ las cejas Pablo imaginando en su mente el Ć”rea genital de David.

   —¡Vos sos boludo! Su hijo, pavo, su hijo. ¿QuĆ© harĆ”s cuando el retoƱo estĆ© con ustedes?

   —No sĆ© —negĆ³ Pablo—. Lo he pensado antes pero David me dice que no me preocupe pero yo sĆ© que llegarĆ” el dĆ­a en que crezca y nos vea...

   NicolĆ”s soltĆ³ una sonora carcajada.

   —Pero que tierno, mi amigo boludo se proyecta en el futuro con su villero imaginando cuando el villerito crezca y los vea juntos... a su papĆ” y a su boludo padrastro.

   —Ya callate imbĆ©cil —pidiĆ³ Pablo sintiendo que las mejillas se le volvĆ­an coloradas—, cambiemos de tema. ¿A ti cĆ³mo te ha ido? ¿Y CristĆ³bal?

   —Nada, loco. VivirĆ© en solterĆ­a, me di cuenta que CristĆ³bal es un imbĆ©cil graduado con laude asĆ­ que prefiero estar solo y sin molestar a nadie. Sin compromisos, si algĆŗn dĆ­a se aparece alguien lo aprovecharĆ© y serĆ© un tipo serio.

   —Me sorprende oĆ­r eso de ti. Y te deseo todo bien, tĆŗ tambiĆ©n eres un buen amigo y buena persona.

   NicĆ³las riĆ³ y se levantĆ³ del asiento:

   —Me voy, hay mucho trabajo que sacar adelante —se acercĆ³ a Pablo y le colocĆ³ una mano en el hombro—. Vos, cuidate, y trata muy bien al cara de villero de tu novio que es rebueno y te quiere, porque si te portĆ”s mal con la cara de crimen que tiene te cortarĆ” los huevos de gallina que tenĆ©s.

   —Ciertamente —riĆ³ Pablo.

   Y asĆ­ los dos amigos se despidieron regresando cada uno a su labor en el trabajo.

   Pablo posĆ³ la mirada en su celular, no tenĆ­a ningĆŗn mensaje de David, sabĆ­a que en aquellas horas de la tarde su adorado novio estaba en el gimnasio del que era dueƱo.

   Pablo se reclinĆ³ en el asiento, desde que vivĆ­a con David las cosas parecĆ­an fĆ”ciles y divertidas, nunca se imaginĆ³ que la vida en pareja para Ć©l serĆ­a tan confortable. QuerĆ­a sĆ³lo pensar en el presente dejando a un lado el pasado de David y su adjunto futuro, lo mejor era no apresurarse. SonriĆ³ al recordar la sesiĆ³n de ballbusting que le habĆ­a aplicado a su pareja la maƱana de ese dĆ­a antes de salir al trabajo.

   David preparaba el desayuno en la cocina, debĆ­a acotar que esa cĆ”lida maƱana tenĆ­a el torso denudo y una pantaloneta gris reguardaba su jugoso paquete pero rebelaba un frondoso y apetecible culo. Pablo suspirĆ³ al verlo.

   —Espera un momento, no te muevas —pidiĆ³ Pablo memorizando para siempre la pose deliciosa de David—. Me gustas todo tĆŗ, chiquillo, te ves rico y hasta haciendo el desayuno me enamoras mĆ”s.

   —Yo sĆ© que me amas profundamente y con locura —murmurĆ³ David agarrĆ³ la ropa de su cintura y se la quitĆ³. TenĆ­a el cuerpo perfectamente construido en kilogramos de mĆŗsculos. Sus piernas eran robustas y sus abdominales apretados, sus pectorales definidos, con enormes bĆ­ceps, todo parecĆ­a perfecto, no habĆ­a que juzgar su pene de tamaƱo regular o sus bolas grandes pues a pesar de todo era un potro en la cama.

   —¿QuiĆ©n te crees que eres para hacer eso? Aumentaras mi erecciĆ³n —le dijo Pablo acercĆ”ndose a el con una expresiĆ³n sensual en el rostro—. Vas a hacer que rompa mi ropa interior y me tendrĆ”s que comprar una nueva...

   —Yo —le interrumpiĆ³ David apagando la cocina—, estoy orgulloso de ser el causante de tus erecciones.

   Pablo riĆ³.

   Con una sonrisa burlona en el rostro, Pablo echĆ³ la rodilla hacia arriba y clavĆ³ un sĆ³lido golpe entre los muslos de David con una precisiĆ³n mortal.

   David gimiĆ³, balanceĆ”ndose hacia adelante y atrĆ”s, agarrando sus doloridos huevos. MirĆ³ a Pablo, haciendo muecas de dolor.

   La enorme verga de su pareja habĆ­a crecido considerablemente en su ropa interior.

   Con rapidez Pablo hizo que su pie zarpara entre los muslos de David, crujiendo sus huevos en su pelvis y haciĆ©ndole gritar botando todo el oxigeno de sus pulmones.

   Pablo sonriĆ³ satisfecho mientras observaba a David caer de rodillas, agarrando sus gĆ³nadas.

   —¿EstĆ”s bien? ¿Quieres que sigamos? —interrogĆ³ Pablo.

   David levantĆ³ la mirada hacia su pareja, su cara hermosa e inocente estaba arrugada de dolor.

   —Te ayudarĆ© a levantar.

   Con tranquilidad Pablo ayudĆ³ a David en ponerse de pie, seguidamente se arrodillĆ³ ante Ć©l y bajĆ³ su bĆ³xer con sumo cuidado. Los grandes y negros testĆ­culos de David vieron la luz mientras su polla mostraba una fuerte erecciĆ³n, apuntando al techo.

   David cerrĆ³ los ojos al ver como Pablo abrĆ­a los labio pero sĆ³lo fue engaƱado, ChacĆ³n envolviĆ³ sus manos alrededor del escroto grande, apretando sus huevos. Sus dedos se cerraron haciendo que el fuerte moreno jadeara.

   —Apuesto a que te gusta —Pablo sonriĆ³, manteniendo su agarre.

   David abriĆ³ la boca y soltĆ³ un gemido ronco.

   —¿A esta hora ya estarĆ”n llenos de leche despuĆ©s de lo de anoche? —continuĆ³ Pablo.

   El grueso pene palpitaban y temblaban mientras Pablo aplastaba los dos pares de testĆ­culos. Sus dedos se clavaban en la suave carne ovoidal, soltĆ”ndole chillidos de la boca de su pareja.

   David abriĆ³ mucho los ojos y mirĆ³ su entrepierna mientras experimentaba un rico orgĆ”smo.

   —¡Oh... Oh!

   Su polla estallĆ³ con un enorme chorro de semen que saltĆ³ en el aire y aterrizĆ³ sobre Pablo.

   Pablo continuĆ³ apretando mirando como chorro tras chorro de semen salado abandonaba el pene de su musculoso novio.

   Cuando lo soltaron de los huevos David se sentĆ³ en el suelo con un gemido penetrante, sus ojos estaban cruzados y su boca escapaba gemidos suaves y guturales. Agarraba sus huevos.

   Pablo riĆ³.

   -Esto me excita mĆ”s que tener sexo -dijo.

   Se sentĆ³ tras David arregostĆ”ndole en la espalda su dura erecciĆ³n, lo abrazĆ³ con ternura cerrando los ojos.

   En la actualidad Pablo dejaba de pensar en aquella vivencia de la maƱana y se concentrĆ³ en su trabajo, su entrepierna abultaba en su pantalĆ³n la gorda erecciĆ³n que tenĆ­a.

   Su celular recibiĆ³ un mensaje de David:

En un rato puedo pasar buscĆ”ndote para que vayamos a almorzar. ¿QuĆ© dices?
Pablo sonriĆ³ y le respondiĆ³.

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