Solid Show 2 (2/5): resumen de la jornada - Las Bolas de Pablo

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29 abr 2017

Solid Show 2 (2/5): resumen de la jornada


CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Los sexo servidores habĆ­an terminado su jornada de trabajo por esa noche en el bar Nautilus y mientras se estaban vistiendo en su camerino para abandonar el local conversaban sobre sus experiencias en la jornada.


Gustavo
   —¿CĆ³mo les fue a ustedes? —quiso saber Gustavo, un ex profesor de matemĆ”tica que tenĆ­a el cuerpo desnudo, brillante de sudor y vestĆ­a una calzĆ³n blanco que apenas podĆ­a contener las carnes de su abundante entrepierna (que aunque la tela era grande era imposible sujetar con precisiĆ³n su pene y las bolas)—. Mi cliente no me pidiĆ³ una sesiĆ³n ballbusting, ¿de hecho nadie lo vio, cierto? —todos alegaron que no supieron en quĆ© momento desapareciĆ³ despuĆ©s del baile—. Pues el es un diputado, ¡jajaja! No les dirĆ© cual es pero me hizo chuparle la polla, pequeƱa por cierto y me penetrĆ³, un mal polvo el tipo, mejor que se quede discutiendo y batallando por los derechos laborales. Nunca hubiera creido que ese ser bateaba del lado gay.


   —¿Quien es? —quiso saber RubĆ©n.



   —Ya les dije que no comentarĆ© nada, da buena propina el mala cama ese. Mejor dinos, ¿cĆ³mo fue tu noche, Ruben?



Ruben
   El guapo y moreno RubĆ©n riĆ³, tenĆ­a el musculoso y fornido cuerpo desnudo mientras la ropa interior aguardaba su gruesa verga oscura.



   —No sĆ© si bien o mal —respondiĆ³—, esta noche me alquilĆ³ un hombre.



   —¿Otro mal polvo? —preguntĆ³ Gustavo.



   —No hubo sexo pero sĆ³lo Ć©l quiso la sesiĆ³n ballbusting para Ć©l, le azotĆ© los huevos par de veces. InsistĆ­ para que me golpeara pero se negĆ³ me dijo que se hacĆ­a lo que Ć©l pedĆ­a que sĆ³lo se excitaba si un hombre grande y fuerte como yo lo golpeaba.



   —¿Entonces querĆ­as que te pegara en los cojones? —preguntĆ³ Jorge.



   —SĆ­, a mi me excita.



   —Si lo deseas te puedo pegar, serĆ” gratis —sonriĆ³ Jorge que tenĆ­a el musculoso pecho al aire y un blue jeans que se dejaba marcar por la creciente erecciĆ³n que estaba sintiendo de maltratar las pelotas de su compaƱero.

Jorge


   El atractivo hombre se riĆ³ y separĆ³ las piernas dejando expuestos sus genitales. Su polla se moviĆ³ dentro de su calzĆ³n justo cuando Jorge se detuvo ante Ć©l con una sonrisa de triunfo. El resto de machos en la habitaciĆ³n presencio con ansias y envidia lo que estaba a punto de suceder, ya fuera como golpeador o golpeado.



   Jorge agarrĆ³ a RubĆ©n de los gruesos hombros y subiĆ³ contra su ingle la rodilla derecha machacando perfectamente sus huevos en la pelvis a travĆ©s de su calzĆ³n blanco. Los demĆ”s putos se inclinaron hacia adelante. RubĆ©n se estremeciĆ³ cuando sus gruesos huevos fueron aplastados entre la rĆ³tula y pelvis.



   Un calor ardiente surgiĆ³ de ambos cojones emanando al resto del cuerpo un desagradable dolor. La sensaciĆ³n de sufrir explotĆ³ sin consulta y se extendiĆ³ a su estĆ³mado y la cadera, RubĆ©n se sintiĆ³ mareado y desorientado y cayĆ³ al suelo sujetando sus testĆ­culos con ambas manos y haciendo muecas dolorosas mientras Jorge como el resto de compaƱeros reĆ­an con erecciones en sus entrepiernas.



Carlos
   Al salĆ³n entrĆ³ Carlos sosteniendo una bandeja con un vaso de whisky, el cual fue entregado a Felipe que reposaba en una silla contemplando el ajetreo de sus compaƱeros de trabajo. Carlos observĆ³ a RubĆ©n quejarse en el suelo mientras acunaba sus bolas con ambas manos, soltĆ³ una risa pĆ­cara.



   —¿CĆ³mo estĆ”s, Carlos? —saludĆ³ Jorge—. Yo te veo muy bien, extremadamente bien. ¿Vienes por tu sesiĆ³n rompe huevos?



   Carlos carraspeĆ³ la garganta y negĆ³. TenĆ­a el fornido pecho al aire y usaba una apretada lycra blanca que se apegaba a sus fuertes piernas y dejaba a la luz la protuberancia en su entrepierna oculta.



   —Yo estoy muy bien, efectivamente. Y no, sĆ³lo venĆ­a a traer la bebida que Felipe me pidiĆ³ al cerrar el local.



   —¿EstĆ”s seguro que no quieres una palmada en las bolas? —insistiĆ³ Jorge—. SerĆ” leve, no dolerĆ” mucho, ahĆ­ se ve que tus cojones piden a gritos un golpe. Debes tener los huevos full de leche.



   El resto de compaƱeros rieron y Carlos se cubriĆ³ la entrepierna con la mano.



   —Ya tuve el suficiente maltrato a mis bolas en la temporada anterior del bar cuando era bailarĆ­n. DĆ©jame en la administraciĆ³n y calentando clientes.



   —¿Es cierto que te dieron duro por detrĆ”s? —preguntĆ³ Jorge—. Tienes unas nalgotas grandes y ricas, aquel tuvo que disfrutarte mucho.



   —Eso forma parte del pasado y fue un compaƱero loco que tenĆ­a en el show, por suerte veo que ustedes tienen buena camaraderĆ­a y no hay envidia.

Luis


   —¿EstĆ”s seguro? —preguntĆ³ Luis. Dejaba un frasco de agua en una mesa. Su cuerpo brillaba bajo el foco de luz, usaba un ajustado short blanco que hacĆ­a un delicioso relieve en su zona genital que provocaba dudas si continuaba con una erecciĆ³n o sĆ³lo si su polla estaba flĆ”cida—. Por quĆ© yo creo que aquĆ­ hay favoritismo para algunos putos.



   —¿Por quĆ© lo dices? —preguntĆ³ Gustavo.



   —ExplĆ­cate —sugiriĆ³ Carlos doblando las cejas.



   —Con el tiempo estoy seguro que lo sabremos.



   Carlos doblĆ³ la boca seguro que se trataba de las patraƱas del primer bailarĆ­n envidioso que no representa mayor peligro hasta el momento. Se despidiĆ³ de los trabajadores y antes de cruzar la puerta Jorge lo detuvo.



   —¿Seguro que no quieres un golpen en tus maxi huevos?



   —Estoy convencido que no.



   —Largate con tu novia entonces —se despidiĆ³ Jorge.



   Carlos riĆ³ y saliĆ³ del camerino. RubĆ©n se levantĆ³ del piso y buscĆ³ una silla, fue ayudado por uno de sus compaƱeros, el golpeado moreno sonreĆ­a y tenĆ­a una fuerte erecciĆ³n entre las piernas dejando su ropa interior como una carpa de circo.

Alan


   Del baƱo saliĆ³ Alan, un heterosexual que durante su vida habĆ­a laborado como streeper, todas sus experiencias en el Solid Show eran con mujeres de quien preferĆ­a ser golpeado en los testĆ­culos. TenĆ­a una lycra roja que mostraba cada potente musculo de sus piernas y arremolinaba un apretado pero vigoroso paquete. El muchacho sostenĆ­a su celular y estaba concentrado en responder el whatsapp. Lastimosamente a ninguno de sus compaƱeros se le ocurriĆ³ acercarse para apretarle las vacĆ­as bolas. Sin embargo alguien le preguntĆ³.



   —¿QuĆ© haces, Alan? Hoy vi que una negra te contratĆ³. ¿CĆ³mo estuvo eso?



   —Genial —respondiĆ³ Alan sin quitar los ojos de la pantalla tuvo una sesiĆ³n leve de ballbusting pero con mucho sexo salvaje que literalmente le dejĆ³ los testĆ­culos secos—. Estoy conversando con ella, me estĆ” invitando a su departamento y me pagarĆ” mĆ”s. No desaprovecharĆ© la oportunidad.



   Muchos de sus amigos rieron.



   —Joder, macho, te envidio —indicĆ³ Jorge—. Ya quisiera yo que un cliente me llevase con Ć©l.



   —Y la morena tenĆ­a buen cuerpo —dijo Luis, su mirada ahora se desviĆ³ a Felipe que tenĆ­a su magnĆ­fico cuerpo blanco semidesnudo. Su cuerpo eran blanco y Ćŗnicamente calzaba una exquisita ropa interior color roja que contenĆ­a sus grandes cojones y su inmensa y cabezona polla ahora dormida—. ¿Y tĆŗ? ¿CĆ³mo haces para trabajar aquĆ­? No te he visto en acciĆ³n por varias noches. ¿A quĆ© se debe? ¿Eres el favorito de alguien que no sabemos o quĆ©? Habla ahora o calla para siempre.



   Felipe terminĆ³ de tragar su whiskey y rascandose el hombro dijo:

Felipe


   —No sĆ© a quĆ© te refieres.



   —Me he dado cuenta —confirmĆ³ Jorge—, nosotros trabajamos arduamente cada noche y tĆŗ si acaso una o dos veces a la semana. ¿CĆ³mo es eso, hombre? Y no es por falta de clientela porque muchos y muchas te piden y ya he escuchado que le dices que ya estĆ”s alquilado pero nunca te vas con nadie. ¿Explicanos?



   —Es una cliente secreta —respondiĆ³ rapidamente Felipe—, ella no desea que nadie sepa quien es y sĆ³lo debo respetar su decisiĆ³n no hay mĆ”s que pueda hacer.



   —¡La media noticia! —comentĆ³ Gustavo con una sonrisa en los labios—. Hombre que suertudo sĆ³lo te tiene para ella. Ya sabremos de quien se trata.



   Luis le dirigiĆ³ una mirada maliciosa a Felipe que se no se dio por aludido o prefirio ignorarlo.



   Poco a poco los hombres se fueron vistiendo y retirando del salĆ³n. El primero en fue Alan con su caliente nueva cita, le siguieron RubĆ©n y Gustavo que vivĆ­an en un distrito relativamente cerca, Jorge tomĆ³ un taxi.



   Cuando Felipe comenzĆ³ a vestirse fue abordado por el malicioso Luis que sin mediar palabras condujo su mano a su entrepierna, agarrando con sus manos los grandes testĆ­culos del muchacho, asĆ­ se dio cuanta del inmenso tamaƱo que tenĆ­a entre sus piernas similar a dos grandes naranjas.
                              -¡¡¡¡¡AAAAARRRRGGGGGGHHHH!!!!! -gritĆ³ Felipe abriendo los ojos como platos.



   -JAJAJAJA -riĆ³ Luis manteniendo un firme agarre sobre sus cojones-. AsĆ­ que tienes una cliente que te contrata sĆ³lo a ti.



   -AAAAAARRRRRRGGGGG, SUEL... SUELTA......... MIS PELO......... MIS PELOTAS...



   -Ja,ja, ja, a mi no me engaƱas. Yo sĆ© de quien eres putito y no le quieres contar a tus compaƱeros.



   -¿Ah quĆ©...? ¡AAAAAYYYYY!



   Luis apretĆ³ mas el par de huevos.



   -Yo sĆ© que eres la perra de Kevin Navarro y sĆ© la clase de cosas que te pone a hacer. Eres su puta favorita, se la chupas y te la chupa. Hasta te penetrĆ³, ya no eres tan hetero como nos haces creer. ¿Tu noviecita sabe las veces que ese te cojio y te pateĆ³ estĆ”s naranjas? JAJAJAJA.



   RetorciĆ³ los testĆ­culos de Felipe que lanzĆ³ un grito despavorido, cuando lo soltĆ³ el muchacho cayĆ³ de rodillas lloriqueando. Luis se limipiĆ³ las manos y saliĆ³ del camerino, ligeramente se sobresaltĆ³ cuando saliĆ³ al bar y se consiguiĆ³ a Kevin Navarro tomando un vaso de cerveza.



   -¿TodavĆ­a aquĆ­, Kevin?



   -SĆ­, es que el amigo Felipe me pidiĆ³ que lo llevara en mi carro a su casa.



   -Ah que bien -dijo Luis, reprimiĆ³ otra risa y saliĆ³ del bar.

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