Cosas de pareja (6/6): El registro civil - Las Bolas de Pablo

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6 ago 2017

Cosas de pareja (6/6): El registro civil


CONTIENE:
-HISTORIA SIN BALLBUSTING

   Pablo apenas entraba en el registro civil, finalmente habĆ­a dado el paso adelante junto a David que pocos meses atrĆ”s le habĆ­a propuesto que se casaran. Su primera reacciĆ³n fue un miedo profundo al futuro y por primera vez se sintiĆ³ vulnerable ante la sociedad pues nunca en su vida le pasĆ³ por la cabeza casarse con otro hombre e inclusive pocos aƱos atrĆ”s David estuvo casado con una mujer y habĆ­an tenido un hijo hasta que en aquella oportunidad hubo un tercero en discordia y no precisamente de parte de la esposa sino del propio David.


   —Eso quedĆ³ atrĆ”s —comentĆ³ mĆ”s de una vez David cuando conversaban de sus vidas—. Lo que me importa ahora es mi presente contigo, Pablo, y lo que viene. Si el ahora ha sido bueno quiero que el maƱana sea mejor. Lo podemos lograr.


   A David no le gustaba mucho hablar de su pasado amoroso gay, en mĆ”s de una ocasiĆ³n le hablĆ³ de todas las cosas que tuvo que hacer en la juventud mientras experimentaba su orientaciĆ³n sexual.


   —Me sentĆ­a raro —le dijo una vez a Pablo mientras habĆ­an salido a trotar y descansaban en un parque—. SentĆ­a que con la mujeres no sentĆ­a nada de disfrute. Y tenĆ­a que experimentar mĆ”s, saber lo que la mente me detallaba. Por internet conocĆ­ a un tipo, y decidimos irnos a un hotel. Fue la experiencia mĆ”s asquerosa y dolorosa de mi vida. Me sentĆ­ sucio despuĆ©s de todo, cuando la relacion sexual termino Ć©l se puso a fumar y lo odiĆ©.


   —Igualmente tu fumas.


   —Lo sĆ© pero no fue por eso. Fue por todo Ć©l, despuĆ©s de ese dĆ­a nunca mĆ”s lo vi. Cuando salĆ­ del hotel me fui a caminar por ahĆ­ intentando pensar. Me sentĆ­a muy mal nadie en mi familia apoyaba la homosexualidad.


   —¿Y con eso despuĆ©s te aliviaste? —le preguntĆ³ Pablo.


   —No, porque al final me seguĆ­an atrayendo mĆ”s los hombres que las mujeres. Lo seguĆ­ intentando y mi fuente fue la internet. El meseenger. ConocĆ­ a un tipo que me engaĆ±Ć³ con la foto, ahĆ­ parecĆ­a muy atractivo... tendrĆ­a yo unos 13 Ć³ 15 aƱos. Y cuando nos vimos cara a cara te juro que me asustĆ©. Era muy contrario al modelo de la foto, era un viejo horrible que me invitĆ³ a subir a su carro.


   —¿Y quĆ© hiciste? ¿Lo rechazaste?


   —No. No podĆ­a demostrar que era tan miedoso. SubĆ­ al vehĆ­culo, que estaba en deplorable estado, una chatarra.


   —Que loco, David.


   —ComenzĆ³ a conducir y tomĆ³ un camino de hierbas... pensĆ© que me iba a violar y despuĆ©s matar. QuerĆ­a saltar del carro y lo peor es que no podĆ­a salir y no tenĆ­a con quĆ© defenderme. Pude calmarme cuando vi casas, Ć©l me preguntaba si estaba asustado y yo le contestaba que sĆ­, que sĆ³lo querĆ­a irme a casa.


   —¿Finalmente? —le preguntĆ³ Pablo aquella vez pegando su cuerpo junto a David y leyendo su rostro de arrepentimiento mientras evocaba al pasado.


   —Ɖl sintiĆ³ mi miedo y condujo a una taberna muy cutre. AhĆ­ nos bajamos y dijo que tomĆ”ramos una cerveza que eso me iba a relajar. Ocupamos una mesa y mientras la bebida llegaba a la mesa Ć©l dijo que se irĆ­a a orinar, cuando se fue no lo pensĆ© mĆ”s de dos veces y huĆ­.


   —Que tĆ©trico —comentĆ³ Pablo colocando su mano en el hombro de David, agradecido profundamente por contarle parte de su pasado.


   —No supe mĆ”s de Ć©l. PreferĆ­ alejarme del meseenger, sĆ­ conocĆ­ a unos cuantos tipos mĆ”s pero no hubo ninguna otra relaciĆ³n mĆ”s allĆ” que no fuera el sexo. El amor preferĆ­ entregĆ”rselo a las mujeres, a quienes fueron mis novias.


   Pablo afirmĆ³ con la cabeza, por su parte aunque creciĆ³ dentro del closet reprimiendo sus gustos sexuales ante su familia nunca se aventurĆ³ a tener una relacion sexual con un extraƱo. Tuvo en secreto parejas hasta que finalmente tuvo que contar la verdad a su familia.


   Ahora, Pablo iba a subir al ascensor cuando se encontrĆ³ con su hermano SimĆ³n.


   —Y pensĆ© que venia tarde —le sonriĆ³ entregĆ”ndole un abrazo—. ¿CĆ³mo te sientes?


   —Un poco nervioso —dijo Pablo.


   —Si que eres tonto —riĆ³ SimĆ³n dĆ”ndole un suave golpe en la nuca—. Ya ustedes viven juntos y tĆŗ con pavadas como dice tu amigo.


   —No lo sĆ© ahora estarĆ” la ley de por medio.


   —RidĆ­culo —bromeĆ³ SimĆ³n ingresando al aparato con su hermano—. ¿Y ahora quien tomarĆ” el apellido del otro? ¿SerĆ” David de ChacĆ³n? ¿O Pablo de Aceituno?


   —Idiota, ninguno tomarĆ” el apellido del otro.


   —Bromeo, hermano —alegĆ³ SimĆ³n riendo volviendo a abrazar a Pablo.


   —Si sigues bromeando asĆ­ te patearĆ© ese culo grande y gordo que tienes.


   —Cuando se abra el ascensor te tomarĆ© del brazo y te llevarĆ© al altar con tu hombre.


   —No estĆ”s ayudando en nada, SimĆ³n.


   —Af, te quiero, PablĆ­n. Te deseo mucho Ć©xito y paciencia.


   —Gracias —indicĆ³ Pablo esbozando un sonrisa que apenas calmaba los latidos del corazĆ³n.


   La puerta del aparato se abriĆ³ y juntos caminaron por el iluminado sexto piso del edificio. Pablo divisĆ³ a lo lejos la alta figura de su padre y a una esquina estaba David conversando con su hermano, la pareja se mirĆ³ desde lejos y se sonrieron de emociĆ³n mientras sus ojos brillaban.


   —¡ABRAN PASO QUE LLEGƓ LA NOVIA! —gritĆ³ NicolĆ”s, uno de los bromistas y mejores amigos de Pablo.


   Pablo lo dedicĆ³ una mirada que parecĆ­a que lo iba a desintegrar. NicolĆ”s estallĆ³ en risa y se acercĆ³ para abrazarlo.


   —Ah, chĆ©, mucho Ć©xito en esta nueva etapa que les toca correr. Juntos se quieren mucho. No estĆ©s retando mucho a tu marido que despuĆ©s llegarĆ” otra yegua o pibe y te lo quitarĆ”. SĆ­, yegua porque tu macho se mete con todos y todas. Cuidalo, repelotudo.


   —Lo sĆ©, lo sĆ© —afirmaba Pablo dando golpecitos en la espalda de su amigo. En las Ćŗltimas semanas habĆ­a hablado mucho con Ć©l con las nuevas responsabilidades que tendrĆ­a y con el nexo que tendrĆ­a con David y lo difĆ­cil que podĆ­a ser lidiar con su ex esposa y el hijo que tenĆ­an. NicolĆ”s le dio muchos Ć”nimos y consejos.


   —ChĆ©, no te jorobĆ©s la puta vida. El problema de David es con su pibe. Vos sĆ³lo apoya a tu machĆ­n, serĆ” cuestiĆ³n de Ć©l que su pasado no los pertube.


   —ChĆ©, que seas muy feliz —le decĆ­a Nicolas en la actualidad a Pablo—. Por los menos estas dos semanas que estarĆ”n en la playa la pasaban bomba hasta que la yegua de su ex mujer se metan entre ambos y te toque tambiĆ©n criar al hijo de David con ella.


   —Te voy a dar un rodillazo en las bolas si sigues asustandome, cabrĆ³n —susurrĆ³ Pablo.


   —Y le digas a tu hijastro: Hola, hijito, ve a jugar con la tablet mientras follo con tu padre.


   —Otra palabra mĆ”s y te aplastarĆ© los cojones con mi rodilla.


   NicolĆ”s emitiĆ³ una sĆ³nora risa y se separĆ³ de su amigo.


   Pablo se acercĆ³ hasta sus familiares y les saludĆ³. Finalmente llegĆ³ muy cerca de David.


   —Hola —se saludaron riĆ©ndose.


   —Andas muy lindo hoy —reconociĆ³ David.


   —Lo sĆ© —afirmĆ³ Pablo mostrando los dientes con su sonrisa.


   —Creo que ya podemos pasar.


   —VĆ”yamos —aceptĆ³ Pablo.


   E ingresaron a la oficina del registro civil.

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