Papa grande - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

4 sept 2017

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Papa grande

ORIGINAL DE: ZATN
CONTIENE: BALLBUSTING MUJER/HOMBRE

   Me llamo Cecilia, Tengo 39 aƱos y soy la dueƱa y administradora de un buen restaurante en la zona comercial de una ciudad sudamericana; Nunca he sido una jefa autoritaria asĆ­ que soy muy apreciada por mis empleados.
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   Pero quien me aprecia mĆ”s, es el nuevo camarero FĆ©lix. Un atractivo hombre moreno de 25 aƱos, que contratĆ© hace apenas dos meses… la verdad las referencias del sujeto caribeƱo me tenĆ­an sin cuidado, fueron su 1,85 cm y su portentosa figura atlĆ©tica, las que me hipnotizaron de inmediato.
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   Siendo una mujer divorciada y sin estar en la actualidad en una relación, no tarde en insinuĆ”rmele a FĆ©lix, quien viendo las ventajas de involucrarse con su jefa, no dudo en corresponderme.

   Me alegre al ver cómo era abierto a mis deseos, y no puso ningĆŗn reparo en responder a mis besos, aĆŗn en el trabajo...
…El morenazo se quitó con rapidez la ropa, sin duda acostumbrado a hacerlo en cualquier lugar que se requiriese, y esa primera vez fue en mi oficina del restaurante, donde maravillada contemplĆ© su amplio y fuerte pecho, junto a esa chocolatina de consistencia casi pĆ©trea.
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   Pero lo mejor, fue cuando se sacó los bóxeres, dejando a la vista un largo y moreno pene de 15 cm en flacidez, que me hizo agua la boca cuando lo vi.

   Y mi sorpresa no quedó allĆ­, pues FĆ©lix posee unas pelotas que nunca habĆ­a visto….sus huevos son de un buen tamaƱo, pero lo que me impactó fue como cuelgan en su negro escroto, varios centĆ­metros mĆ”s abajo que los de otros varones.
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   Ese negro precioso, tiene unas campanas en vez que huevas, y como se le menean al moverse… un verdadero movimiento hipnótico es el ver ladear esas colgantes cosas…
Las gratas sorpresas, -principalmente sus caramelos de chocolate ubicados a medio muslo-, no hicieron mĆ”s que sobrecalentarme, asĆ­ que esa primera vez el sexo fue maravilloso…
Su enorme verga erecta se clavó por completo en mí, haciéndome jadear con solo la metida. Luego me enseñó su especial movimiento de cadera, digno de un ritmo caribeño.

   Sus huevos sĆŗper colgantes, golpeaban como una bola de demolición…destrozando mi perineo, o mi vientre, dependiendo en quĆ© posición me la metĆ­a.
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   Claro que cuando ya estaba avanzada la noche de pasión, su escroto se recogĆ­a, hasta ubicar esas esfĆ©ricas golosinas justo debajo de su garrote… para hacer mĆ”s rĆ”pida y efectiva su cremosa y abundante eyaculación.

   De ese momento me encantaba el contraste… su vara de carne negrĆ­sima de 26 cm en erección… y escupiendo esa muy blanca crema de fertilidad… Que belleza ver todo allĆ­, ā€œnegro y blancoā€, Dios!, cómo adoraba lamer esa espesa sustancia.
Lo Ćŗnico malo y que aĆŗn no superamos, es su trato para conmigo, pues al llamarme siempre, incluso en la cama ā€œDoƱa Ceciliaā€, no sólo me hace sentir vieja, sino que me incomoda al no tenerme las confianza para quitar el ā€œDoƱaā€.

   Cuando todo terminaba le ayudaba a acomodar sus bolas en el bóxer holgadĆ­simo que usaba, pues orgulloso de sus dotes, se negaba a usar calzoncillos tradicionales, los que le recogĆ­an sus pelotas, pero Ć©l no querĆ­a eso… FĆ©lix era feliz dejando sus bolas colgar entre sus piernas, y me fascinaba deslizar su escroto por entre un lado de su bóxer… para quedar pegado a un muslo.

   Luego las cosas se volvieron mĆ”s permanentes; Aunque querĆ­a mantener el secreto de los demĆ”s empleados, pero en un negocio tan pequeƱo, y con gente tan curiosa, sabĆ­a que ya estaban enterados de lo nuestro… En fin los siguientes encuentros fueron en mi apartamento, donde devoraba su fornido cuerpo a besos y lamidas…
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   ā€¦Adoraba sentir a su ā€œPapĆ” grandeā€, -como le decĆ­a el mismo a su verga-, en mi coƱo…
…mi cama no soportó la salvajina de nuestros encuentros, y tuve que llamar a un carpintero para que la reparara.

   Pero en su vivienda tambiĆ©n tenĆ­amos reuniones… por su falta de dinero, FĆ©lix vivĆ­a en un apartamento de mala muerte, asĆ­ que en su cuarto apenas si habĆ­a algo mĆ”s que una cama... poco me importaba!, de hecho el lugar limitado en espacio y desordenado, daba la apariencia de suciedad y eso me excitó mĆ”s de la cuenta, una vez mĆ”s.
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   AsĆ­ han transcurrido estos 2 meses para el nuevo empleado, aunque no soy tonta… no creo realmente que atraiga al morenazo de FĆ©lix, pues no soy una mujer espectacular fĆ­sicamente, sin duda el responde a mis insinuaciones, por ser sexo fĆ”cil, y por ser su jefa, lo que le mejorara su situación económica…
...pero no me interesa en lo mƔs mƭnimo sus motivos para aceptar intimar, mientras siga dƔndome su verga estƔ bien para mƭ.

   Pero esta noche mis pensamientos en la oficina son interrumpidos por un grito muy intenso.

   Y es que escucho gritar a FĆ©lix!, es un corto pero intenso: ā€œAAAHHH!!ā€.

   Quedo atónita, ĀæQue estĆ” pasando?... Se suponĆ­a que FĆ©lix ya no estaba aquĆ­, hoy salió temprano.

   Dudo un instante y es cuando escucho nuevamente un: ā€œAAAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!ā€. Ahora mĆ”s largo.


   Salgo a toda prisa y veo un tumulto de gente en la entrada, mis empleados estĆ”n alrededor de un derribado FĆ©lix, tan largo con sus 1.85 cm, cubrĆ­a una gran superficie del piso… Mi moreno denota fuertes expresiones de dolor, su rostro arrugado y sus blanca dentadura denotan mucho sufrimiento, me abrĆ­ paso entre la gente y me sorprendo al ver como mi negro se toma con ambas manos el bulto que lleva a medio muslo…
… le han dado en los testĆ­culos!... sus colgantes caramelos han sido golpeados… pero cómo?; Pido rĆ”pidamente una explicación y un empleado me contesta:

   ā€œFue una mujer la que le pegĆ³ā€.

   No doy mĆ”s oĆ­do a lo que dice el empleado, ni a lo que opinan otros… Arrodillada ante FĆ©lix, trato de hacerle reaccionar

   ā€œFĆ©lix, estas bien?… estas bien amorā€.

   Poco me importaba que supieran que tengo algo con el… despuĆ©s de todo ya era un secreto a voces.

   FĆ©lix no me responde, solo aprietas sus dientes de marfil aguantando el sufrimiento, estĆ” todo sudado, como cuando termina de hacerme el amor.

   Pido ayuda para que lo llevan a mi oficina.

   En poco menos de un minuto, el maravilloso moreno estĆ” sentado en mi sillón privado y doy órdenes de que todos salgan, no sin antes pedir traigan de todo para su mejorĆ­a.

   Con buen hielo de la cocina, comienzo a aplicar las frescas compresas sobre sus pantalones.

   Ya en privado, le obligo a retirar sus manos un instante, para asĆ­ bajarle los pantalones, y bóxer, y poder colocar la bolsa con hielo en contacto directo con su largo escroto

   Con el paso de los minutos el excesivo sudor de mi negro querido va cediendo, es entonces cuando vuelvo a interrogarle, mi curiosidad es inagotable! Pero FĆ©lix aĆŗn esta sin aire cómo para soltar la lengua, asĆ­ que decido salir un momento dejĆ”ndolo sobarse y tratarse Ć©l mismo.

   En mi corta ausencia, busco a mis entrometidos empleados, y rĆ”pidamente un curioso de ellos estĆ” presto a contarme lo sucedido.

   La persona me narra que si bien vio las cosas, no sabe los reales motivos de lo ocurrido.

   SegĆŗn cuenta, FĆ©lix estaba por salir del restaurante cuando ingresaba una supuesta clienta… esa mujer, fue quien le agredio genitalmente.

   El chismoso empleado la describe sin siquiera preguntarle:

   ā€œMorena, de buen aspecto, con una peinado afro exagerado, de busto grande y media estatura… Ah y de aspecto amable al principio, pero luego se vio iracundaā€.
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   Charlaron un corto rato, y se vio que la mujer se molestó, ahĆ­ fue cuando le pego

   ā€œCómo le pego?ā€.

   ā€œLe dio un rodillazo bajo, aunque no pensĆ© que le hubiera dado en las bolas... vi que le dio mĆ”s abajo… y cuando FĆ©lix se dobló, ella lo empujo, y le dio una patada en el sueloā€.

   ā€œMaldita!!ā€.

   ā€œQuien sabe que le habrĆ” dicho FĆ©lix para enojarla asĆ­ā€.

   La conversación terminó y tomĆ© rumbo a mi oficina… en el camino no cesĆ© de maldecir a esa mujer por lastimar las sensibles partes de mi hombre.

   Deduzco que esa mujer era su exesposa, Ć©l me habĆ­a contado que no se llevaba bien con ella, y que era isleƱa tambiĆ©n... ella le pego abajo, lo conocĆ­a Ć­ntimamente, y ubicó bien donde le cuelgan a el sus cojones!, sabia donde exactamente pegarle para lastimarle…

   ā€œDesgraciada!, cómo te atreviste!ā€. Expreso si nadie que me escuche.

   Pronto estoy junto a mi moreno y retomo el masaje de testĆ­culos con la bolsa de hielo… no soporto la idea de que estĆ© lastimado.

   Esta noche le di permiso de salir temprano, pero despuĆ©s de cerrar el restaurante, tenĆ­amos planeado el vernos en mi apartamento… y por supuesto tener sexo hasta que saliera el sol…pero con este trauma que sufrió, todo se ha arruinado!…
…Pero quiero saber realmente quien es esa mujer, y porque se atrevió a golpear a mi hombre en tan delicada parte!.

   Le interrogo, pero FĆ©lix no quiere hablar… ya no es por la falta de aire, sino que no me quiere decir, algo oculta.

   En fin dejo el asunto y continĆŗo sobĆ”ndole…

   En ese instante me viene a la memoria, una previa ocasión en la que masajeĆ© las bolas de FĆ©lix… fue cuando le di un golpe bajo… claro que accidental, nada en comparación a lo de hoy en cuanto a fortaleza.

   Les contare:

   Hace unas semanas, hubo una ola de asaltos por esta zona comercial, alguien nos sugirió tomar clases de defensa personal, especialmente a las mujeres.

   FĆ©lix como un caballero, y siendo fornido, me dijo que no era necesario pues Ć©l siempre me esperarĆ­a a la salida y acompaƱarĆ­a… En sus morenos bĆ­ceps confiarĆ­a mi seguridad.

   Pero al final tuvimos unas prĆ”cticas de defensa personal… bueno mĆ”s que prĆ”cticas, alguien me prestó un video de algunas tĆ©cnicas de defensa, y mĆ”s que aprender sobre este, lo que hice fue usarlo para toquetearme con FĆ©lix, Ɖl mejor y mĆ”s deseado ayudante de defensa personal femenina.

   Tuvimos unas secciones privadas en mi oficina en horarios no laborales, donde en ropa interior me hacĆ­a la vĆ­ctima y el mi atacante… cómo gozaba cuando era sometida por sus fornidos brazos.

   Cómo el practicaba en bóxer, no era muy realista la cosa, pues cuando se trataba de dar el mejor golpe de una mujer, O sea pegar en las bolas!, me era extraƱo apuntar mi rodilla o patada a un nivel mĆ”s bajo, y no a la entrepierna… donde la mayorĆ­a de los atacantes tendrĆ­an acunados sus huevos…
…AsĆ­ que para hacer realista el asunto, un dĆ­a le traje un suspensorio amarillo… asĆ­ recogĆ­a sus negras y colgantes bolas… cómo cualquier hombre.

   Inicialmente el truco no funcionó, pues si bien se anidaron sus pelotas, el inquieto FĆ©lix dejó salir por un lado a su ā€œPapĆ” grandeā€ā€¦ El ver colgando ese moreno miembro me excitó, y pasamos el resto de la privada sección haciendo el amor.
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   Y por fin llegó el dĆ­a en que practicamos con seriedad.

   El video enseƱaba la clĆ”sica postura del varón agarrando por detrĆ”s a la mujer, y explicaba como zafarse del agarre.

   Entonces mi persona en ropa interior y FĆ©lix en su suspensorio amarillo, copiamos las indicaciones.

   SegĆŗn el video golpear con mis codos las costillas de FĆ©lix serĆ­a una manera, pero sinceramente no lo creĆ­ posible, comprobando la dureza de sus morenas Ć”reas costales.

   MĆ”s eficacia le vi a la siguiente tĆ©cnica.

   Golpe con el trasero a la entrepierna masculina!... mi primer golpe de nalga, no fue efectivo, no solo por la falta de fortaleza, sino porque Ć©l me advirtió que de darle un segundo ā€œculazoā€, no responderĆ­a si se le paraba la verga…esos golpecillos eran excitantes.

   El tercer ataque fue el certero… y aquel con lo que le golpeĆ© la hombrĆ­a.

   SeguĆ­ al pie de la letra las instrucciones del video… Ladear la cadera para abrir espacio, y con decisión y fuerza, lanzar el puƱo hacia tras, justo en la entrepierna del varón.
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   A FĆ©lix obviamente le fascino el contacto de mi mano repetidas veces contra sus elevados testĆ­culos...
…Pero el movimiento se hizo mĆ”s natural para mĆ­, y en una de esas repeticiones, me abrazó muy fuerte y no medĆ­ la fuerza, descargĆ”ndole un golpe con fuerza casi real.

   Mi mano aunque pequeƱa, se estrelló contra sus huevos causĆ”ndole daƱo en serio, y logrando efectivamente que me soltara, tras emitir un ahogado quejido.

   Apenas le impactĆ©, me di cuenta que se me habĆ­a ido la mano y le pedĆ­ disculpas.

   El ver a FĆ©lix con los cachetes inflados me dejó impactada… la verdad lo habĆ­a dejado sin aire!

   Le seguĆ­ pidiendo un millón de disculpas, mientras hacĆ­a cuclillas buscando reintroducir oxĆ­geno en sus enormes pulmones caribeƱos.

   Un par de minutos y FĆ©lix recobro energĆ­as; Por fortuna el asunto no pasó a mayores, pero pude presenciar lo delicado que son en realidad los hombres.

   Tras aceptar mis disculpas, me dedique a sobar sus testĆ­culos y consentirle en todo.

   En la conversación que siguió me confesó que hacĆ­a mucho no le pegaban en los huevos, Ante mi pregunta, me contó que sólo en deportes habĆ­a sido golpeado en su virilidad, pero nunca en peleas…
… Aunque en una ocasión peleando le dieron un rodillazo en la entrepierna, pero al colgar bastante sus pelotas, se salvó del terrible castigo.

   ā€œEntonces has tenido suerte de tener esa bolas tan abajoā€.

   ā€œEs la suerte que tenemos los pobres… porque si me hubieran dado ese rodillazo, seguro me dejan nocautā€.

   AhĆ­ sentenciĆ©: ā€œFĆ©lix, eres alto y fuerte, pero yo si conozco donde las tienes, asĆ­ que si te doy en las huevas, y te doy en serio… te venzo mi amorā€.

   ā€œPuede que si DoƱa Cecilia… es que eso duele muchoā€.

   Confidencialmente para cuando terminaron los recuerdos en mi cabeza, FĆ©lix ya se recuperaba casi del todo, el masaje por mĆ”s de 30 minutos de sus esfĆ©ricas partes, ya le habĆ­a repuesto las fuerzas.

   Fue entonces cuando me decido a saber de una vez por todas, la causa de la agresión.

   ā€œEsa mujer que te pego… es tu Exesposa verdad?, me dijiste que estuviste casado hasta hace poco… era ella?... CONTƉSTAME FƉLIX!!ā€.

   Ante mi mayor tono de voz, FĆ©lix bajo la cabeza y se resignó a contar

   ā€œEra mi mujer, Yuliza… ya no convivimosā€.

   ā€œQue querĆ­a?, Y porque te pegó?…. dime FĆ©lix, sĆ© sincero conmigoā€.

   ā€œLa Yuliza querĆ­a que volviera con ella, ya le habĆ­a dicho que no, pero hoy me vino al trabajo… querĆ­a que le diera a PapĆ” grandeā€.

   Lo que no le contó FĆ©lix a Cecilia, fue que al momento de Yuliza pedir su verga, con un rĆ”pido movimiento le agarro la punta de su colgante miembro y con fuerza se lo apretó… la mujer consideraba que esa negra carne le pertenecĆ­a, Y la querĆ­a probar de nuevo…
…AhĆ­ FĆ©lix le retiro la mano de su pene y le dijo que se calmara pues habĆ­a gente mirando.

   ā€œLa maldita lo extraƱa verdad?, la entiendo… tu verga es enorme cariƱoā€. AhĆ­ le acaricie la verga, la cual pareció responder un poco. ā€Y que le dijiste?ā€.

   ā€œLe respondĆ­ que ā€œPapĆ” grandeā€ ya tiene una cueva donde duermeā€¦ā€.

   Me sentĆ­ privilegiada al escucharlo… mi coƱo con gusto recibirĆ­a siempre a ā€œPapĆ” grandeā€.

   ā€œā€¦Y entonces me atacĆ³ā€.

   ā€œAsĆ­ no mĆ”s?... FĆ©lix cuĆ©ntame bien!...ā€.

   ā€œBueno, ella me pidió de nuevo hacĆ©rselo, y hoy mismo!… pero yo le dije que no, ademĆ”s que hoy me verĆ­a con quien estoy ahora... Esa es usted DoƱa Ceciliaā€¦ā€.

   Otra omisión de FĆ©lix, fue que ante la petición de Yuliza, Ć©l le dijo que si querĆ­a a ā€œPapĆ” grandeā€, se lo meterĆ­a cuando quisiera, pero no volverĆ­an; El moreno aceptarĆ­a hacerlo con cualquier mujer que quiera su verga… la fidelidad para Ć©l era muy limitada.

   Pero ademĆ”s le propuso que tenĆ­a que ser otra noche, porque se verĆ­a mĆ”s tarde con quien estĆ” saliendo: Ese fue un grave error para FĆ©lix!, pues si bien Yuliza hubiera aceptado seguir siendo su mujer en la cama, el enterarse de que esa misma noche yacerĆ­a con su actual amante, la enfureció y buscó desquite contra su exmarido.

   ā€œā€¦Y ahĆ­ fue cuando la Yuliza se puso encabronadaā€.

   ā€œEntonces te agredió abajo… dime cómo fue!ā€.

   ā€œMe metió un rodillazo en las huevas… y ahĆ­ me agarreā€.

   ā€œMaldita!.. fue tĆŗ mujer y te conoce Ć­ntimamente, por eso sabĆ­a bien a que altura te cuelgan… sigue contĆ”ndome… y fue cuando gritaste la primera vezā€.

   ā€œPues la verdad tuve que gritar, me dolió muchĆ­simo!… y yo no pude hacer nada porque no me podĆ­a mover… AhĆ­ la Yuliza me empujó, y caĆ­ al suelo… y… del golpe abrĆ­ las manos y me rematĆ³ā€.

   ā€œCómo?ā€.

   ā€œEstaba muy enojada… parecĆ­a una loca…  y me dio una patada… en las bolas!, creĆ­ que me morĆ­a… sólo me agarraba las huevasā€¦ā€.
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   ā€œQuĆ© horror!...Y se fue y ya?ā€.

   ā€œSupongo que sĆ­, la verdad no sĆ© quĆ© mĆ”s pasó, Me dolĆ­a demasiado y no supe dónde estaba… sólo vi a los otros empleados a mĆ­ alrededor…
…despuĆ©s llegaste tĆŗā€.

   ā€œMaldita celosa, y traicionera!.. pero para mĆ­, lo hizo a propósito para vengarse de ti, para daƱarte la noche conmigoā€.

   ā€œPuede que si fuera por esoā€.

   ā€œPero claro que es por eso!, te dio en las huevas para que ā€œPapĆ” grandeā€, no fuera mĆ­o esta noche… adolorido no funcionarĆ­as bien FĆ©lix. Si ā€œPapĆ” grandeā€ no era para ella, no serĆ­a para nadieā€.

   ā€œPero yo sĆ­ quiero hacerlo… me duele pero tengo las ganasā€.

   Sus palabras me animaron, enseguida le toque la verga y no tardó en reaccionar.

   ā€œPapĆ” grande aĆŗn se para!ā€.

   La sonrisa en la cara de FĆ©lix se hizo mĆ”s grande, cuando me acomode su negro pene en la boca y comencĆ© a saborearlo entre mis dientes y lengua.

   Los jadeos de goce de ese papacito moreno eran muy fuertes.

   ā€œOhhh DoƱa Cecilia… Oh doƱa…. chĆŗpemela mĆ”s!ā€.

   Me dedique en cuerpo y alma en estimular su larga verga; Tras un buen rato sus 26 centĆ­metros comenzaron a palpitar en mi garganta, fue entonces cuando FĆ©lix hizo un movimiento brusco y la saco de mi boca, para seguir masturbĆ”ndola el mismo… por alguna razón querĆ­a presencia con sus propios ojos la eyaculación…

   Y esta no tardó!, tres poderosos disparos de hirviente y pegajoso esperma impactaron mi rostro, y luego ā€œPapĆ” grandeā€ continuó vomitando blanca crema.
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   FĆ©lix estaba contento… sus órganos viriles funcionaban a la perfección... esos golpes bajos no habĆ­an hecho merma en su masculinidad, y comprobado al 100%, me ofreció la verga para que se la limpiara.

   DegustĆ© la cabeza de ā€œPapĆ” grandeā€ con la punta mi lengua, y pronto mi hĆŗmedo coƱo sentirĆ­a a ese moreno en todo su grosor… Esta noche la acción serĆ­a en mi oficina.

   FĆ©lix no volvió a dejar que su traicionera mujer se le acercara, y ContinĆŗo siendo mi amante exclusivo… por mucho tiempo.


Fin.

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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