CONTIENE:
-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Pablo y David habĆan resuelto pasar un fin de semana completo en la playa, puesto que los padres de Pablo tenĆan un departamento muy cercano al mar. Desde el matrimonio de ambos se habĆa fortalecido la relaciĆ³n aunque se pondrĆa a prueba ante una difĆcil temporada que debĆan convivir.
Una maƱana David decidiĆ³ bajar a la playa y disfrutar de las caricias y los movimientos del mar, en mĆ”s de una ocasiĆ³n sintiĆ³ sobre Ć©l mĆ”s de una mirada de mujer u hombre, tenĆa el moreno y amplio torso desnudo al aire tostĆ”ndose por el cĆ”lido sol y usaba un short de varios colores que apretujaba un rico paquete y unas adorables nalgas.
David estuvo largos minutos en la playa hasta que decidiĆ³ subir al departamento, al contrario de Ć©l Pablo no era un asiduo al mar ya que alegaba odiar insolarse y el contacto de la arena (sin embargo juntos habĆan compartido horas en dĆas anteriores en la playa).
David secĆ³ su cuerpo con una toalla que habĆa dejado en la orilla y tras quitar la arena de sus pies subiĆ³ al departamento. ConsiguiĆ³ a Pablo sentado cerca del balcĆ³n de la sala leyendo Diez Negritos de Agatha Christie.
—Muy inspiradora tu novela por el sitio donde tĆŗ y yo estamos —comentĆ³ David.
—La estoy releyendo —comunicĆ³ Pablo cerrando el tomo.
—El agua estĆ” muy rica, frĆa todavĆa pero muy buena bajemos y estemos un rato por allĆ”.
—No —rogĆ³ Pablo con fastidio dejĆ³ su asiento y acercĆ”ndose a David colocĆ³ sus manos en la cintura de su pareja—. QuedĆ©monos mĆ”s rato aquĆ. Yo quiero estar contigo.
—No, que lata. Yo quiero estar mĆ”s rato en la playa.
—Pareces un niƱo —sonriĆ³ Pablo besando a David en la boca—. Estar todo el dĆa allĆ” abajo es tan tedioso.
—No, bajemos —rogĆ³ David—. Quiero estar contigo allĆ”.
—Y yo quiero estar contigo aquĆ.
A David le brillaron los ojos y con una sonrisa y voz pĆcara quiso saber:
—¿Acaso quieres que te convenza de bajar?
—¿A quĆ© te refieres? —sonriĆ³ Pablo tambiĆ©n.
—Tengo mis mĆ©todos para hacerte cambiar de opiniĆ³n, voy a aplicarlos para hacer que bajemos juntos.
—Oh, no.
—Oh, sĆ.
David comenzĆ³ a besar a Pablo en el cuello arrancĆ”ndole unas cosquillas, abrazĆ”ndolo y sin dejar de besarlo lo trasladĆ³ a la habitaciĆ³n donde ambos dormĆan.
David lo arrojĆ³ a la cama y le manoseaba la verga que ya estaba gorda y gruesa de la erecciĆ³n. Sus labios, enmarcados en una barba estaban hĆŗmedos y se deslizaban sobre los de su esposo suavemente.
—No vas a convencerme —indicĆ³ Pablo.
—MantĆ©n la calma ya verĆ”s que lo lograrĆ©.
David que era todo un experto al estar en la intimidad se deslizĆ³ al pecho de Pablo y le entregĆ³ varios besos causĆ”ndole mĆŗltiples sensaciones a medida que tambiĆ©n lo irritaba con su barba. Pablo gimiĆ³ suavemente.
—¿No que no? —riĆ³ David.
—No —se resistiĆ³ Pablo riendo.
David siguiĆ³ lamiĆ©ndole el cuerpo, erizĆ”ndole la piel de emociĆ³n. Pablo no se contuvo y jadeĆ³.
Finalmente David se situĆ³ entre las piernas de Pablo y comenzĆ³ a mamarle el miembro. Pablo cerrĆ³ los ojos y se dejĆ³ llevar por la exquisita sensaciĆ³n. Un fuerte gemido le indicaba a David que si hubieran hecho una apuesta Ć©l la estarĆa ganando.
Cuando Pablo sentĆa que no podĆa estar mejor vio que David se incorporaba para agarrarlo de la cadera. Se aproximo a agarrar el lubricante y lo usĆ³ en Pablo. Poco a poco introdujo el duro pene en su ano y empezĆ³ a empujar. Pablo sintiĆ³ la presiĆ³n, el pene de David no era descomunalmente grande pero sĆ excesivamente grueso. David lo agarrĆ³ firmemente de la cadera y lo empujĆ³ hacĆa Ć©l, haciendo que el falo entrara mĆ”s. Pablo emitiĆ³ un grito leve.
David iniciĆ³ el vaivĆ©n sobre Pablo que sintiĆ³ la presiĆ³n dentro de su culo, haciĆ©ndole contener el aire para no gritar.
Al cabo de varios minutos sintiĆ³ un cambio en la acciĆ³n. A pesar de que el bombeo era mayor, en cierta parte su trasero se acostumbrĆ³. Ya no sentĆa tanta presiĆ³n y era cĆ³modo. Las embestidas ya no eran dolorosas sino que le provocaban un cosquilleo grato.
David dulcemente girĆ³ la cabeza de Pablo y le plantĆ³ un beso en los labios.
Tras continuar follando a Pablo, David emitiĆ³ una exclamaciĆ³n gozosa que llenĆ³ de espasmos el trasero de Pablo producto de la verga que le llenaba de su semen.
Posteriormente extrajo su pene de Pablo y lo hizo dar media vuelta. Pablo cerrĆ³ los ojos y separĆ³ las piernas dejando a merced sus genitales para que hiciera con ellos lo que desease, sin embargo David se acomodĆ³ y se metiĆ³ el duro pene de Pablo en la boca. Pablo se quedĆ³ sin palabras por la maestrĆa de los deliciosos labios trabajando en su fierro. DespuĆ©s la boca tambiĆ©n degustĆ³ los huevos y los chupĆ³ a gusto.
David terminĆ³ tragĆ”ndose el torrente de semen que Pablo expulsĆ³ dentro de su boca.
Al concluir se incorporĆ³ y le dio un beso. El sabor salado del semen asaltĆ³ los sentidos de Pablo al igual que el aroma leve de los labios masculinos de David que entregaba muy buenos besos.
—¿LogrĆ© mi objetivo? —preguntĆ³ David echado a un lado de Ć©l en la cama.
—Seguro que no —dijo Pablo sintiĆ©ndose divertido—. Prefiero quedarme aquĆ.
—¡Af, Pablo!
—Si bajamos no podrĆ© darte en pĆŗblico los besos que tanto te gustan.
—TĆŗ tambiĆ©n detestas los besos en pĆŗblico y para eso ya tendremos una eternidad para darnoslo.
Pablo mirĆ³ al techo y suspirĆ³.
—EstĆ” bien, bajemos.
Juntos tomaron una ducha donde David pudo resistirse a las caricias de Pablo y obligarle a salir. Cuando estuvieron a punto de irse el celular de Pablo sonĆ³ con un habitual tono.
—Una notificaciĆ³n de Facebook —avisĆ³ acudiendo a Ć©l para revisar—, una notificaciĆ³n de amistad.
David que terminaba de sujetar su short observĆ³ la reacciĆ³n en el rostro de su esposo. Pablo tenĆa las cejas dobladas mientras su boca se debatĆa entre perplejidad con risa y repulsiĆ³n.
—¿Ocurre algo? —quiso saber David.
—No, es sĆ³lo que un ex me hizo la peticiĆ³n.
—¿Ah, sĆ, un ex? —sonriĆ³ David—. SerĆ” mejor que ese ex sepa que ese pene tuyo me pertenece.
Pablo riĆ³ todavĆa extraƱado mirando su telĆ©fono.
—TenĆa mucho tiempo sin saber de Ć©l.
David levantĆ³ una ceja arrogante y con buen humor agregĆ³:
—Es que tus pensamientos son para mi. ¿De quĆ© estĆŗpidillo se trata?
—Es Alfredo… Alfredo Klemn.
La sonrisa en David se desintegrĆ³ al escuchar el nombre de quien fuera la Ćŗltima pareja de Pablo asĆ como se esfumĆ³ su buen humor.
—¿Y quĆ© planeas hacer?
—Aceptarlo ya no siento nada por Ć©l.
—RespĆ©tame, Pablo, te voy a pedir de primera que elimines su solicitud.
—¿Y por quĆ©? Ćl no significa nada para mĆ y ahora yo estoy contigo.
—¡Pues por eso no quiero que lo aceptes! Va a empezar a escribirte, va a querer saber de ti. Y yo no quiero enterarme que tienes alguna clase de contacto con ese tipo.
—¿EstĆ”s celoso? —sonriĆ³ con picardĆa Pablo juzgando el rostro de David.
—TĆ³malo como quieras.
—Lo voy a aceptar —bromeĆ³ Pablo sintiĆ©ndose divertido por el carĆ”cter tomado por David—. A fin de cuentas ya es mi turno.
—¿Tu turno de quĆ©?
—Cuando estĆ”s en tu gimnasio tienes a hombres y mujeres coqueteandote y yo lo tengo que soportar ahora tĆŗ debes aguantar a Alfredo.
—¡Carajo, Pablo, esas son estupideces!
—No me importa, lo voy a aceptar.
—Pablo, si ese tipo se llega a acercar a ti y te hace algo, le voy a reventar la cara a golpes.
—Lo aceptarĆ©, es mi decisiĆ³n.
—¡Mierda!
Con su mal semblante David cruzĆ³ la habitaciĆ³n y se dedicĆ³ a mirar al mar desde el balcĆ³n. Pablo se riĆ³ y rechazĆ³ la solicitud dejando el celular a un lado para acercarse a David abrazandolo desde la espalda.
—Ya borrĆ© la peticiĆ³n de amistad, no te preocupes.
A pesar de la suave voz David no respondiĆ³.
—Quiero que sepas que te respeto mucho y te amo. ¿Sigues molesto?
—…
—Te veĆas muy sexy celoso por mi. Me divertĆ.
—…
—Me excitĆ© de imaginar a mi macho celoso defendiĆ©ndome y partiĆ©ndole la cara a Alfredo, jajaja.
—…
—Ya, David, habla. No arruinemos nuestro viaje por Alfredo. ¿EstĆ”s molesto aĆŗn? —David seguĆa sin dirigirle la palabra, incluso no lo abrazaba pero la mano de Pablo se trasladĆ³ de su duro abdomen al miembro que se sentĆa duro por la erecciĆ³n. Pablo le susurrĆ³ al oĆdo—. ¿Sigues enfadado?……… Tu silencio lo dice todo sin embargo tu pene demuestra que le gusta mi voz y mi contacto, Ć©l no estĆ” rabioso conmigo.
David se echĆ³ a reĆr.
—Porque Ć©l es un traidor —dijo.
Pablo tambiĆ©n riĆ³ y abrazĆ³ mĆ”s fuerte a su esposo, entregĆ”ndole un beso en la mejilla.
—Te amo, tonto. BorrĆ© la solicitud. Vayamos a la playa a olvidar este mal momento.
David asintiĆ³ con la cabeza y ambos salieron del balcĆ³n. Cuando Pablo cogĆa la llave David lo llamĆ³ y sin avisar lo agarrĆ³ de las pelotas.
—No quiero que nunca me falles —dijo tranquilamente apretando suave el par de grandes gĆ³nadas.
—¡Oooh! —se lamentĆ³ Pablo.
Sin soltarlo David acercĆ³ su boca a la de Ć©l y se besaron apasionadamente. Pablo estaba ya muy excitado.
—Eres un tipo muy lindo, Pablo. Y a tu lado he sentido un feeling perfecto, ambos lo sentimos, no quisiera separarme de ti.
La mirada de David era firme y sus palabras sinceras.
Las rodillas de Pablo estaban tambaleantes mientras su polla sugerĆa una contagiosa erecciĆ³n en su traje de baƱo.
David se inclinĆ³ y cerrĆ³ los labios sobre Pablo, pasando una mano por su cabello. El corazĆ³n de Pablo se agitĆ³ cuando la otra lengua explorĆ³ el interior de su boca.
Pablo se sentĆa muy bien hasta que fue devuelto a la realidad por el apretĆ³n de huevos que le propinaba David.
—Ok. Detengamonos.
David soltĆ³ el par de gĆ¼maros de Pablo, el cual se encorvĆ³ sosteniendo sus testĆculos.
—¿EstĆ”s bien?
Pablo afirmĆ³ con la cabeza.
—¿Bajamos a la playa?
Pablo volviĆ³ a afirmar sin emitir palabras, se enderezĆ³ y llevĆ³ las manos a ambos lados de la cadera, su dolor pasarĆa mientras bajaban a la playa.
Sin advertencia, David estampĆ³ la rodilla contra la entrepierna, aplastando las huevas de Pablo entre su pelvis y la rodilla. Los ojos de Pablo se abrieron de par en par y se arrodillĆ³ para agarra sus doloridas pelotas.
David se sentĆ³ a su lado, tenĆa una notable erecciĆ³n en el short que tuvo que acomodar con la mano. AcariciĆ³ con el dorso de la otra mano el doblado en dolor rostro de Pablo.
—EsperarĆ© a que te recuperes y bajamos.
Pablo afirmĆ³ con la cabeza emitiendo un dĆ©bil gemido.
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