ORIGINAL DE: ZATN
Contiene
-Ballbusting MUJER/HOMBRE
-HOMBRE/HOMBRE.
Oh, es verano!, Tanto el romance, cĆ³mo el deseo sexual, se perciben en el aireā¦Y se perciben sobre todo entre adolescentesā¦
ā¦A continuaciĆ³n veremos en historias Ultra-cortas, 3 momentos de verano donde se evidencia a esa edad, Amor, Deseoā¦y Ballbusting.
MOMENTO DE VERANO 1. UPPPSSS, SE ME RESBALĆ!
Eusebio estĆ” en el parque con su amigo Pedro, con la mirada casi desorbitada observa a todas las chicas que estĆ”n a su alrededorā¦ El verano tiene la ventaja de que es el momento perfecto para que las chicas salgan al aire libre a realizar ejercicios, y sin mencionar que usan ceƱidas prendas deportivasā¦ aumentado la tentaciĆ³n masculina ante tanta joven y apretada carne.
Casi con la lengua a fuera Eusebio observa pasar a AngĆ©lica, una compaƱera de la escuela, que va con un pantalĆ³n de lycra, color azul fuerte, que casi se hunde entre sus nalguitas
La joven se pasea por el parque, trotando en una larga secciĆ³n de ejercicios.
āComo me gustarĆa agarrar ese pedazo de carne!ā.
āNo hables asĆ, sabes que AngĆ©lica es mi vecina y amigaā.
āY no entiendo porque no te le has lanzado todavĆa, Pedritoā.
āYo tengo a MarĆa, y estoy encaprichado con ella, no le podrĆa ser infielā.
āEres un santurrĆ³n, Pedro, pero mejor para mi pues estĆ” disponible, pero no me harĆ” caso, nunca le he caĆdo bienā.
āCon razĆ³n porque eres un pervertidoā.
Eusebio con una leve erecciĆ³n, la ve detenerse en un bebedero pĆŗblico, y se saborea al ver cĆ³mo al inclinarse para tomar el agua, empina un poco su trasero.
āTe juro que un dĆa de estos le agarrarĆ© esa cola, asĆ me gane un mal ratoā.
āPues te ganarĆ”s una cachetadaā.
AngƩlica se aleja del agua y reinicia su trote, darƔ una vuelta mƔs al parque.
āCuando pase de regreso, lo harĆ©!, SerĆ” hoy!ā.
āQue harĆ”s?ā.
āLe tocare la cola, y serĆ” impunementeā.
āNo hagas locuras, parece que el verano te sobrecalienta el cerebro, mejor date un baƱo de agua frĆa, o mĆ©tete a la lagunaā.
āNada de esoā¦ AdemĆ”s serĆ” sin consecuencias, lo hare parecer un accidenteā.
āCĆ³mo lo harĆ”s?ā.
āEs fĆ”cil, me acercarĆ© a ella por su retaguardia... y fingirĆ© un tropezĆ³, y se la tocoā.
āNo se va a comer el cuento de que fue un accidente, sobre todo que la vas a apretar la nalgaā¦Sin duda te va a reclamarā.
āSi lo hace le dirĆ©: Uuppsā¦ se me resbalĆ³ la manoā¦Al meterle algo de humor se calmarĆ”ā.
āTe crees el muy genio no?ā¦Te recomiendo que no lo hagasā.
Pedro que no querĆa ser testigo del asunto se despide de Eusebio, pero si quiere evitar que su amiga AngĆ©lica sea manoseada por el calenturiento de su amigo, AsĆ que decide prevenir a AngĆ©lica.
Fuera de la vista del pervertido, corre y logra interceptar a la joven mucho antes de que vuelva a pasar por el lugar donde Eusebio tiene planeada su emboscada.
Pedro le cuenta a AngĆ©lica sobre la inmadura conversaciĆ³n que tuvo con Eusebioā¦ Le advierte de la jugarreta que le puede hacerā¦
ā¦La adolescente responde ofendida:
āPues ya verĆ” el muy chistosito!... AsĆ que se le va a resbalar la mano?, Entonces mĆ”s le vale que prepare su entrepierna, porque a mĆ se me va a resbalar la rodillaā.
En ese instante, la chica lanzo al aire un fuerte rodillazo, A su lado y con una mano, Pedro se cubrĆa por reflejo la ingle.
āVaya, la va a pasar mal Eusebioā.
āAsĆ serĆ”, y se lo va a merecer! ā¦Y gracias Pedro por la advertenciaā.
Pasaron unos minutos, y AngĆ©lica se acercĆ³ al lugar donde Eusebio se hallaba; CĆ³mo este planeĆ³, se colocĆ³ tras ella cĆ³mo queriendo seguirle el paso en el ejercicio.
AngĆ©lica le dio una mirada y sonriĆ³, cĆ³mo si no supiese nada de sus planes, la aparente aceptaciĆ³n de la bella chica para que su escolta masculino la siguiese en el trote, generĆ³ felicidad en Eusebio que sĆ³lo calculaba el momento justo para realizar su maniobra manualā¦
ā¦Un lugar sin testigos (Aunque Pedro a distancia y oculto entre los arboles seguĆa al detalle el āincidenteā) fue lo perfecto.
Y se dio!, Eusebio acelerĆ³ y se lanzĆ³ contra la retaguardia de AngĆ©lica, la mano izquierda del atrevido, palpaba y apretaba con desvergĆ¼enza la cola de la chica, quien se alarmĆ³, y detuvo su marcha.
AngĆ©lica volteĆ³ con cara de enojo, y se enfrentĆ³ a un preparadoā¦āOh perdĆ³n!, me tropecĆ©!āā¦ Del hipĆ³crita de Eusebio; La frase generĆ³ molestia, pero a la vez una sensaciĆ³n de gusto en la chicaā¦Pues ahora podĆa desquitarse con creces.
āEres un atrevido!ā.
Viendo que la chica no se comiĆ³ el cuento del toque accidental, Eusebio procediĆ³ a expresar su humorĆstica excusa:
āUuppss perdĆ³name, se me resbalĆ³ la manoā¦ā.
Si no funcionaba, se disculparĆa una y otra vez, pero su mano ya habĆa profanado el culito de AngĆ©lica, y bien valdrĆan mil excusas.
En ese momento la chica, que parecĆa sonreĆr, al parecer aceptando con humor el tema, se acercĆ³ a Eusebio. Fue entonces cuando AngĆ©lica levantĆ³ la rodilla, y la enterrĆ³ con fuerza en la entrepierna de Eusebio.
La joven sintiĆ³ como su rĆ³tula comprimiĆ³ las bolas del chico que le faltĆ³ al respeto.
Con el sorpresivo impacto en sus Ć”reas sensibles, Eusebio soltĆ³ un āAAAHHH!!ā, y quedĆ³ doblado a la mitad, para de inmediato con las manos cubrir sus lastimadas huevas.
āUuppss, perdĆ³n!, se me resbalĆ³ la rodillaā.
Una sonrisa en AngĆ©lica expresaba el gusto de darle su merecido al pervertido, quien caĆa de rodillas, tomĆ”ndose con toda dedicaciĆ³n su Ć”rea viril.
āEso te pasa por vulgar y pervertido!ā.
āLo siento, Auch!... pero no debiste pegarme ahĆā¦ā.
āYa aguĆ”ntate, ademĆ”s te repito, se me resbalĆ³ā¦ā. Se burlĆ³ la joven.
āPues porque para los patanes como tĆŗ, es el lugar perfectoā¦ Y cĆ³mo estas reaccionando ahora, lo da a entender perfectamente!... Es muy eficaz pegarles ahĆā¦Y ademĆ”s, que culpa tengo de que las tengas colgando justo enfrente de mi rodillaā¦ una chica sĆ³lo levanta la pierna y es lo primero que se encuentraā¦ si queremos los podemos dejar sin herederosā.
āAyyy, Ayyy, no bromees con esoā¦ā.
El joven no pudo seguir la conversaciĆ³n, pues bajĆ³ la cara contra el suelo, mientras sus manos masajeaban lo mĆ”s rĆ”pido posible sus golpeadas gĆ³nadas.
AngĆ©lica se quedĆ³ viĆ©ndole sufrir, hasta que un nuevo y agudo quejido de Eusebio, le generĆ³ una risotada; La adolescente se vanagloriĆ³ de dejar al chico sin aliento, ni fuerzas.
āLa prĆ³xima vez mira a quien molestas!ā¦ AdiĆ³s, y que tengas un buen resto de veranoā.
La chica se alejĆ³ del joven, mientras retomaba su trote como si nada. SĆ³lo tras 20 minutos el muchacho pudo pararse, Y durante todo ese tiempo, Pedro a una prudente distancia le observĆ³ complacido de que le dieran un buen castigo.
Para Eusebio el tocarle la cola a AngĆ©lica, le saliĆ³ muy caro. RecibiĆ³ una lecciĆ³n de respeto hacia la mujer, una lecciĆ³n que no olvidĆ³ en mucho tiempo.
MOMENTO DE VERANO 2. LA CHINITA BALLBUSTEADORA.
Gustavo y Saeko son adolescentes, y su amistad es muy peculiar, pues siempre ha estado presente el tema Ballbusting, aunque no consentidoā¦
ā¦Hoy se ven en casa de Saeko, quien tiene una propuesta que tomarĆ” por sorpresa a Gustavo.
Lo que piensa al principio GUSTAVO:
Saeko siempre ha sido la chica que me mueve el piso, es de padres orientales, y son de JapĆ³n, aunque yo le digo la āChinaā, pues para mĆ todos los orientales me parecen chinos; Ella posee facciones delicadas y aniƱadas, y eso me vuelve loco.
Pero mis intentos de ser pareja con ella han terminado en fracasos, y es que ella es de personalidad muy agresiva, nada acorde a su pequeƱo tamaƱo y pesoā¦
ā¦Claro que su apariencia dĆ©bil nunca me ha engaƱadoā¦ siempre se las arregla para ganarme en pleitos que tenemos a cada rato y por cualquier razĆ³n.
Y su forma favorita de dejarme sin aire en los pulmones, es un rƔpido y sorpresivo golpe bajo.
Y es que esa chinita es una ballbusteadora, asĆ se le debe decir a quien da golpes bajos y en mi opiniĆ³n le gusta hacerloā¦
ā¦Aunque admito que nunca lo hace con enfado real, sino que usa cualquier excusa para darme con la rodilla o hasta con el puƱo.
No se cohĆbe para nada de sacudirme un puƱetazo en las pelotasā¦y todo con tal de verme doblado del dolor, Y siempre ella muerta de la risa.
Para su bien soy un caballero y nunca he buscado venganzaā¦ella lo sabe y es a mĆ, que me conoce desde siempre, al Ćŗnico hombre al que le impacta en sus gĆ³nadas
Pero hoy me sorprendo al recibir un beso de su parte, me alegra escuchar que siempre le he gustado; Y parece que las cosas irĆ”n mĆ”s allĆ” de un beso, pues aprovechando que estamos solos en su casa, me llevĆ³ de la mano a una sala mĆ”s al fondo lejos de las ventanasā¦ Parece que aĆŗn no quiere nada en su habitaciĆ³n, pero siempre que sea intimidad no importarĆ” el lugar.
Es verano y el calor hace mella en mi cabeza, no puedo negar que siempre he querido tener relaciones con esa pequeƱa chinita, es un sueƱo hecho realidadā¦la quiero!...peroā¦
ā¦Mi entrepierna tambiĆ©n me advierte, que han sido incontables veces en las que me la ha lastimado.
No dejo de mirar sus rodillas, pies y manosā¦en cualquier momento puede soltarme un golpe a mis huevos.
Debo ser crĆ©duloā¦estarĆ” buscando la forma de que bajase la guardia para dejarme en el suelo otra vez?.
CĆ³mo quisiera confiar en ella, el poder tocar con libertad su pequeƱo y suave cuerpecito oriental. Saeko se desnuda, y siguiendo su conducta hago lo mismo, su cuerpo delicado y blanco eleva mi pene, lo que ella nota por un buen rato; Me sonrĆe y es cuando la veo colocarse contra una mesa, y separa un poco las piernasā¦ahĆ estĆ”!, invitĆ”ndome a penetrarlaā¦
ā¦Pero simplemente no doy para acercĆ”rmele.
Lo que piensa a continuaciĆ³n SAEKO:
Pero porque no empieza?, porque se queda allĆ parado?, ya es vergonzoso el estar asĆ agachada, poniĆ©ndole mi coƱo casi en sus narices.
Es que acaso no piensa hacerme el amor, pero si tiene la verga parada, sĆ© que le gusto, sĆ© que ha soƱado con estar conmigoā¦lo sĆ©!, Que pasa Gustavo?
Ah, ya entiendo!, aĆŗn no se cree que esta pequeƱa chica se dejara coger de Ć©l, Ć©sta chica que siempre anda de mal genio y pegĆ”ndole en losā¦
ā¦Es eso!, Gustavo cree que le voy a pegar en los huevos, por eso no se me acerca!
Entonces le digo que no tema!, no le harĆ© daƱo a tus bolas!, por favor confĆa en mĆ!, quiero que me hagas tuya!, Para recalcar mi disposiciĆ³n, abrĆ mĆ”s las piernas, y con los dedos separĆ© mis labios vaginales, mostrĆ”ndole la abertura de mi intimidad.
Pude ver la punta de su verga palpitar y parĆ”rsele mĆ”s, observe su rostro y vi confianza en Ć©steā¦ EntendiĆ³ que no me resistirĆa de forma alguna.
Y que feliz soy cuando por fin me toca, su caliente mano se aferra a mis caderitas, y a continuaciĆ³n siento su dura verga en la entrada de mi coƱoā¦ No es necesario lubricarme, Ya estoy hĆŗmeda desde que me decidĆ a pedirle que se uniera a mĆ.
Admito que deseĆ© este momento, el ser penetrada por Gustavoā¦ Ć©l ser su mujer!.
Y por fin Gustavo dio un fuerte empuje, y de golpe me metiĆ³ la verga, casi grite del dolor y del gusto, la tenĆa muy caliente y de inmediato comenzĆ³ a moverse, sacĆ”ndome gemidos.
Fue un inolvidable rato de placerā¦ Gustavo comenzĆ³ a gemir, y luego se corriĆ³ en mi interior, me complaciĆ³ el sentir su semen descargar dentro de mi, tanto que sacaba la lengua jadeante como una canina.
Me la sacĆ³ y se quedĆ³ respirando profundo tras de mĆ; A penas recobre el aliento, me voltee hacia Ć©l y nos besamos apasionadamente.
Pero de pronto, algo me dijo que no podĆa verme tan vulnerable y sensible ante Ć©l, debĆa parecer dura, y era el momento de serloā¦ AsĆ que le alejĆ© con ambos brazos, su mirada de extraƱeza no anticipĆ³ el rodillazo que a continuaciĆ³n le metĆ en sus huevos.
Gustavo gritĆ³ un āAAaahhhh!!ā. Cuando con la rodilla restregaba la piel de sus huevas, era la primera vez que se las golpeaba sin ropaā¦ se sintiĆ³ extraƱo.
Una vez mĆ”s le habĆa pegado en los cojonesā¦ aĆŗn no se el verdadero motivo por el que lo hago, no es por molestarle, creo que es por no parecer dĆ©bil, y mantenerlo siempre dominadoā¦ DespuĆ©s de todo soy muy pequeƱa y no quiero que Ć©l se imponga ante mi personaā¦ Pero ahora creo que ya eso no pasarĆ”, Ć©l me quiere y no necesito dominarlo, el harĆ” lo que yo le digaā¦ y yo harĆ© lo que Ć©l quiera, pues le amo tambiĆ©n.
Algo arrepentida por pegarle allĆ desnudo, me arrodillo y le colmo de besos.
Gustavo no se ve tan adolorido ahora, y menos cuando juego con sus cabellos y le pido disculpas por faulearlo.
Amo a Gustavo, y pensĆ”ndolo mejor, quien dice que pegar en los huevos no es algo que le traiga cosas buenas a los chicosā¦ A partir de ahora cada vez que le pegue en las bolas, le compensarĆ© con un montĆ³n de caricias... tantas que querrĆ” que le pegue mĆ”s seguidoā¦
ā¦Querido Gustavo, el amor en el verano te hace hacer cosas extraƱas en verdad.
MOMENTO DE VERANO 3. JUEGOS EN EL LAGO.
Manuel y Federico, son amigos desde hace un aƱo, estudian en el mismo grado de secundaria, y pronto se graduaran, esperan asistir juntos a la universidad.
Desde hace poco ambos decidieron ser pareja, su atracciĆ³n era evidente, y por fin admitieron su gusto mutuo y se ennoviaron.
TenĆan una graciosa rutina cuando iban de paseo a un lago cercanoā¦ y mĆ”s en los calurosos veranos de la ciudad.
EscogĆan un lugar alejado del resto, para tocarse con libertad, sin miradas de pĆŗdicos testigosā¦
ā¦los contactos iban exclusivamente a sus respectivos penes, dentro de esos ceƱidos baƱadores que usaban; SimultĆ”neamente se agarraban los miembros y tiraban de ellos, en medio de risas y besos.
Federico gozaba hacer huir a Manuel, quien salĆa del agua a toda prisa, tomĆ”ndose el paquete, intentando mantener una erecciĆ³n fuera de la vista de algĆŗn turista que se acercaba a donde ellos retozabanā¦ habĆa que mantener el control y las apariencias ante los testigos.
Pero las cosas cambiaron hace una semana, cuando Manuel conociĆ³ a un chico que le impresionĆ³ y decidiĆ³ tener una cita con este, aun querĆa a Federico, pero por un terco deseo accediĆ³ al encuentro con este nuevo joven.
Hace tres dĆas Federico se enterĆ³ de la salida de su pareja, y le reclamĆ³ por la traiciĆ³n, Manuel le explicĆ³ que sĆ³lo fue una salida, no fue algo serio.
āNi siquiera hicimos nada, sĆ³lo nos besamos y yaā.
āTe parece poco?ā.
āNo exageres, sĆ³lo fue un calor de verano, en verdad no pasĆ³ nadaā.
āPero te tocĆ³ el pipĆ verdad?, admĆtelo, me lo dijeron!ā.
āFue sin importancia, no me lo esperaba, el sĆ³lo quiso tocar, y cuando ya me lo tenĆa agarrado, pues que iba a reclamarle yaā¦ sĆ³lo lo tocĆ³ un momento, no es para tantoā¦ā.
Luego de promesa tras promesa de fidelidad, Federico decide creerleā¦ Pero la verdad no le perdonarĆa tan fĆ”cil.
Al dĆa siguiente era nuevamente dĆa de diversiĆ³n en el lago, y Federico vio la oportunidad perfecta de dejar claro una advertencia a Manuel, de que debĆa controlar su pipi.
Se hallaban en el prado justo a la orilla del lago; Manuel usaba un pequeƱo baƱador de color azul, mientras Federico usaba uno dorado, La sonrisa de Manuel al ver acercarse a Federico fue placentera, su pareja le habĆa perdonado fĆ”cilmente aquel desliz romĆ”ntico de verano, y todo volvĆa a la normalidadā¦
ā¦Pero la normalidad no era lo que sucederĆa a continuaciĆ³n.
Federico extendiĆ³ la mano hacia el paquete de Manuel, quien esperaba que le pellizcara el pito, pero en esta ocasiĆ³n la mano de su pareja fue, inesperadamente unos centĆmetros mĆ”s abajo.
Los dedos de Federico agarraron como una pinza los testĆculos de Manuel, quien totalmente sorprendido abriĆ³ los ojos y exclamĆ³ un ahogado: āUuuggggggggggg!ā.
Federico tenĆa toda la capacidad de maniobra, al hallarse los dos chicos bastante solitarios del resto de gente, aplicĆ³ mĆ”s presiĆ³n e hizo gritar a Manuel:
āAAahhh!ā.
āAAahhh!ā.
āEsto es para que nunca olvides el no dejarte tocar el pipĆ por otro que no sea yo!, entiendes!ā.
MĆ”s presiĆ³n, ahora centrada en un solo huevo, dedicando a hacer una pinza contra el gran huevo izquierdo de Manuel, quien chillĆ³ como un cerdo.
El castigo lentamente fue haciendo caer al suelo a Manuel, pero Federico no le soltaba, y descendiĆ³ con Ć©l, acomodĆ”ndose sentado en el prado, para obligar a su cautiva pareja a acostarse en el cĆ©sped, y dominarlo a voluntadā¦ Pronto reacomodĆ³ su mano, agarrando una vez mĆ”s todo el escroto del chico.
āAAaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!ā.
āNo te escucho Manuel!ā.
āTeā¦te juro que no te volverĆ©ā¦a traicionarā¦.pero suĆ©ltameeeā¦ Por Favorā.
Complacido, Federico abriĆ³ la pinza de su mano y los huevos de Manuel descansaronā¦
El chico de inmediato quedĆ³ acostado, sobando con ahĆnco el bulto en su baƱador azul.
PasarĆa un buen rato para que Manuel recuperara la verticalidad, Mientras que Federico se dedicĆ³ a gozar del lago.
Y asĆ fue como Federico se desquitĆ³.
Con los minutos, Manuel se aliviĆ³ y hablĆ³ con su pareja, dejando claro que los rencores quedaban saldados.
Manuel en adelante, tomĆ³ mĆ”s en serio a su pareja, y se preocupĆ³ de verdad en no volver a molestarle.
El dĆa de ayer quedĆ³ atrĆ”s, y hoy todo es normalidadā¦ Una vez mĆ”s en el lago, y bajo el calor del verano, la feliz pareja ya hablaba de convivir cuando entraran a la universidad.
Fin.
Gracias.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
Esperen la segunda entrega con 3 historias mĆ”sā¦
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