āEspero que me disculpes por lo que voy a hacer āle dijo a David a Pablo.
El deportista de natación dobló las cejas en seƱal de duda y decidió dar un rodillazo en los testĆculos a Pablo, provocĆ”ndole una mueca al sentir las bolas aplastadas.
Pablo se agarró los huevos, en ese preciso momento alguien lo sostuvo fuertemente por detrÔs y lo hizo sentar en una silla. Era Otto.
āĀæQuĆ© demonios hacen? ādijo Pablo lleno de dolor.
David empezó a pasar unas sogas amarrÔndolo a la silla.
āĀæQuĆ© es esto? āgimió Pablo quedando inmóvil, pero con las manos en sus frĆ”giles y grandes huevos.
āCogĆ el nĆŗmero de este idiota āexplicó Ottoā, y le propuse una pelea cuerpo a cuerpo por ti.
āĀæQuĆ©? ĀæDesde cuĆ”ndo me convertĆ en un maldito trofeo?
āTe gustarĆ”, Pablo āaseguró David.
āĀæQuĆ©?
Los dos sementales comenzaron a desvestirse haciendo caso omiso de las protestas de Pablo, quedaron en calzoncillos y comenzaron a rodearse. Pablo se quedó en silencio disfrutando el inicio de una potente y secreta erección, no sabĆa quiĆ©n de los dos contrincantes llenaba mĆ”s sus calzoncillos. David se movĆa con destreza mientras que Otto tenĆa un culo muy grande.
David arremetió de primero, impactando un puñetazo a la quijada de Otto. El hombre de cuarenta y un años levantó las manos hacia su cara, dejando su virilidad desprotegida. Oportunidad precisa que David aprovechó para estrellar una devastadora patada entre sus papas.
Con las gónadas clavadas en su cuerpo, Otto profirió un doloroso grito que lo puso de rodillas.
Pablo estaba mordiƩndose los labios con los pantalones inflados de su dura carne.
El rostro de David se iluminó con una sonrisa mientras levantaba el brazo con el puño cerrado clavando la mira en el pómulo de Otto.
Pero a pesar del dolor en sus ovaladas joyas, a pesar de ser muy resistente de los testĆculos, Otto frustró el ataque estirando un puƱetazo directamente al estómago de David.
Pablo se impresionó que el golpe no fuera a sus bolas teniéndolas a tan fÔcil alcance.
Otto le dio en la cara a David un golpe con el dorso de la mano.
David gruƱo y fue alcanzado tambiĆ©n con un puƱetazo en los testĆculos. Dejó escapar un lamento, pero tuvo fuerzas para resistirse y enviar una patada a las joyas de Otto.
āĀ”AAAAAAĆAY! āOtto chilló cuando el pie de David molió sus bolas y cayó de costado colocĆ”ndose en posición fetal.
āNo tienes oportunidad, viejo maricón āanunció David flexionando un brazo y mostrando sus mĆŗsculos. DespuĆ©s se dio la media vuelta y se dirigió a Pablo. MirĆ”ndolo se acercó a Ć©lā. TĆŗ me gustas mucho, Pablo.
āYa suĆ©ltame de aquĆ āordenó Pablo.
āEsta es la Ćŗnica manera que encontramos aquel imbĆ©cil y yo para saber quiĆ©n te merece.
āĀæSoy un puto trofeo?
āTu erección dice que le gusta.
Pablo sonrió, pero después volvió a ponerse firme y serio. Lo último que vio fue aparecer la mano de Otto entre los muslos de David y subir por su entrepierna apoderÔndose de sus bolas.
Otto apretó tan fuerte como pudo, lo que provocó que David jadeara de dolor con los muy ojos abiertos, como platos y la boca abierta en forma de"O".
Con Otto sobre su espalda apretĆ”ndole los testĆculos, parecĆa que David no tenĆa mĆ”s que hacer sino soportar el inmenso dolor proveniente de sus cocos.
Otto clavó su pulgar profundamente en el centro de los testĆculos de David, haciendo que el guapo nadador se quedara sin aire y se quejara con las rodillas temblando como gelatina.
AdemĆ”s del dolor, David pensaba que tenĆa que actuar rĆ”pido, como resultado empujó su cabeza contra la nariz de Otto y le pisó con el talón su pie.
Otto retrocedió saltando sobre un pie, David se puso frente a él en posición de ataque. Levantaba un puño y con la otra mano se acariciaba los huevos. Una hermosa erección se perfilaba abombando su ropa interior.
āĀ”Cabrón! āgritó Otto. Iba a golpear a David cuando recibió de parte de Ć©l una patada que le batió los huevos. El inmenso culo de Otto se levantó con el pie de David incrustĆ”ndole los cojones en la pelvis. AsĆ fue como el honorable Otto cayó al suelo agarrĆ”ndose los testĆculos y en estado K.O. Quedó echo una piltrafa sujetĆ”ndose los cocos y sollozando de dolor.
David sonrió y miró a Pablo.
āParece que he ganado ādeclaró.
Con el cuerpo bañado en sudor se acercó a Chacón y empezó a desatarlo.
āTodo apunta a que soy mejor que Otto. Y que te merezco, Ć©l se apartarĆ” y me dejarĆ” estar a tu lado.
Ayudó a levantar a Pablo y le sonrió feliz.
āSoy todo tuyo, Pablo Pietro.
Iba a besar sus labios cuando sintió la rodilla de Pablo justo en sus ya traumatizados testĆculos. Los ojos de David se volvieron blancos y emitió una respuesta gutural.
Pablo observó a los dos hombres colapsando en el suelo sujetĆ”ndose sus testĆculos.
āAmbos son unos idiotas. No soy un puto trofeo, par de cabrones.
Con ello abandonó la habitación
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