Usted ha sido secuestrado - Las Bolas de Pablo

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23 dic 2021

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Usted ha sido secuestrado

 Esta es la Ćŗltima historia del blog por este aƱo, como respuesta a la encuesta publicada a principio de este mes en 2022 el protagonista de las historias ballbusting serĆ” Pablo Chacón Bosch, por esta razón he decidido recuperar el personaje en esta Ćŗltima publicación del aƱo.


Me tomaré unas vacaciones por estas fechas que me urgen bastante, les deseo feliz navidad y próspero 2022. Nos estamos leyendo próximamente.

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David Aceituno el fuerte dueño de varios gimnasios extendió los brazos cuando en pleno aeropuerto sus ojos se encontraron con el rubio Pablo Chacón que llegaba de un largo viaje.

 

—”Mi amor! —David abrazó muy fuerte al reciĆ©n llegado, que ademĆ”s era su esposo desde hace cuatro aƱos atrĆ”s—. PensĆ© que no ibas a volver nunca.

 

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—Pero ya estoy aquĆ­ para no volverme a ir —afirmó Pablo entregando un beso en los labios al moreno hombre.

 

—Te extraƱƩ mucho —dijo David, sus ojos afirmaban tal sentimiento.

 

—No seas tonto, negrito —Pablo sonrió tiernamente, acariciando con el dedo pulgar la barbilla de su esposo—, siempre estuvimos en contacto y me visitaste hace dos meses atrĆ”s. Te gustó el hotel y la playa.

 

—SĆ­, pero no te permitirĆ© otro viaje tan largo de negocios.

 

—La convención internacional de wrestling me sirvió de mucho. Tengo grandes ideas a implementar con Guerreros de la arena.

 

—Lo sĆ©. Me lo has comentado. Ya vamos a tener suficiente tiempo para hablarlo, porque no te dejarĆ© ni un segundo.

 

Los esposos se volvieron a abrazar fuertemente.

 

—Oye, David —dijo Pablo al oĆ­do de su esposo—, siento algo duro entre tus piernas, ĀæquĆ© es?

 

—AsĆ­ me pones —confesó David, dando paso a la coqueterĆ­a de su esposo—. TĆŗ no te quedas atrĆ”s con el pollón que tanto me gusta. Hasta aquĆ­ lo siento, por poco me atraviesa.

 

—Ja, ja, ja. Tenemos una pequeƱa guerra de espadas —dijo Pablo afirmando la potente erección que tenĆ­a.

 

—Vamos ā€”dijo David tomando distancia—, porque nos van a sacar del aeropuerto por pervertidos, estamos muy erectos.

 

David y Pablo comenzaron a caminar, el moreno David clavaba la vista al suelo, usaba pantalón deportivo y la erección que tenĆ­a se hacĆ­a muy notoria, el bulto de Pablo era muy grande en su jeans, pero pasó desapercibido cubriĆ©ndose con una bolsa que sostenĆ­a en su mano.

 

Se dirigieron al vehículo de David que el moreno comenzó a conducir.

 

—Ayer estuve en casa de Simón —afirmó David—, estuvimos decorando de navidad, ĀæpodrĆ”s creer que teniendo hijos pequeƱos decoren su casa para estas fecha? Supieras que ahĆ­ estĆ”n todos tus hermanos esperĆ”ndote. Pero no creas que iremos directamente hacia allĆ”, primero te secuestrarĆ©.

 

—Secuestrame todo lo que quieras.

 

—Tu hermano Israel sigue siendo el mismo mujeriego de siempre, pobre de su esposa que decidió darle una nueva oportunidad.

 

—Mi pobre hermano mayor —sonrió Pablo.

 

—Ni el nuevo bebĆ© que tuvieron logró frenar el deseo sexual de Israel.

 

—¿QuĆ© sucede y por quĆ© no me lo habĆ­as contado?

 

—Porque si te lo decĆ­a por videollamada no iba que tener que decirte cuando estuviĆ©semos asĆ­ uno al lado del otro. ĀæRecuerdas que la semana pasada fui a consulta odontológica con tu hermano? Pues cuando luego de la consulta paso a su oficina habĆ­a una rubia en su silla, y se veĆ­an muy cercanos, cuando estuve ahĆ­ Ć©l me dijo que era una paciente. Y pensar que estaba antes de que yo llegara, pues resulta que me fui y ella quedó allĆ­. Es una mujer rubia hermosa y despampanante.

 

Pablo sonrió.

 

—Hasta que a Israel su esposa no le arranque los huevos, Ć©l no dejarĆ” de ser asĆ­.

 

—Los huevos Chacón que tanto me gustan —afirmó David.

 

—¿Los huevos Chacón que tanto te gustan? —interrogó Pablo con una mirada pĆ­cara—, suenas como si hubieras comido varios.

 

—No —negó David mirĆ”ndolo con una sonrisa. Extendió el brazo, poniendo su mano en la abultada entrepierna de Pablo (seguĆ­a con el pene tieso), y acarició con sus dedos la forma ovalada de sus grandes testĆ­culos—, en realidad me he comido uno y son estos —su dedo Ć­ndice y medio recorrieron ambas gónadas dando movimientos circulares—, estoy satisfecho con estos huevos, harto. No quiero otros.

 

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Pablo sonrió, sin embargo dio un brinco cuando David lo golpeó dos veces consecutivas en los cocos con la palma de su mano.

 

—Ay —Pablo sonrió cerrando un ojo inclinĆ”ndose de lado pasando una mano en sus bolas.

 

David Aceituno continuó manejando.

 

—Yo tambiĆ©n extraƱƩ algo —confesó Pablo—, y aunque la tuve conmigo hace dos meses que me visitó en mi viaje, todos los dĆ­as la extraƱaba conmigo.

 

—¿SĆ­? —David interrogó sintiendo orgullo y emoción—. ĀæQuĆ© serĆ”?

 

Pablo se echó a reír y se inclinó colocando la cabeza a la altura de la entrepierna de David.

 

—”Pablo! Ā”Estoy conduciendo! Ā”Voy a chocar!

 

—”Pues pon atención, porque extraƱo tu verga! AdemĆ”s, la tienes dura desde hace rato. Ella pide a gritos bajar esa dureza.

 

Pablo empezó a deslizar el pantalón deportivo de David, el hombre incluso se movió para que lograra sacar su miembro. Era dueño de un pene no muy grande, pero moreno y hermoso. Pablo comenzó a lamer como si lo hiciera con una paleta.

 

—”Uuuuuf, que rico! —dijo David—. Vas a hacer que choque y la culpa serĆ” tuya.

 

Pablo comentó algo que no se pudo entender mientras continuaba saboreando de arriba abajo la polla de David. Su cabeza se apretaba contra sus labios, la sentía en su campanilla, mientras David gemía, intentando conducir el automóvil de buena manera, respiraba cada vez mÔs rÔpido, movía la cadera mandando su pene hasta el fondo de la boca de Pablo.

 

Pablo Chacón comenzó a subir y a bajar con movimientos muy rÔpidos e intensos, mientras David gemía cada vez mÔs fuerte.

 

—Pablo, amor, detente… detente —jadeaba David con la respiración entrecortada—, no puedo… no puedo… siento que voy a chocar.

 

—¿SĆ­? —interrogó Pablo mirando con sus hermosos ojos a David de forma inocente mientras pasaba la palma de la mano por la cabeza del pene, sacĆ”ndole mĆŗltiples cosquillas.

 

La verga de David estaba latiendo sola, sin embargo por petición de su propio dueƱo tuvo que ser guardada cuando estuvo a punto de impactarse con otro vehĆ­culo.

 

—Lo siento, por poco choco. Lo haces tan bien, amor, que no recordaba lo mucho que me hacĆ­a falta.

 

Pablo se echó a reír y se incorporó besando la mejilla de David. Llegaron al departamento donde ambos convivían.

 

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—Usted ha sido secuestrado antes de ir con su familia —anunció David al cerrar la puerta. Abrazó fuertemente a Pablo y lo besó.

 

Se empezaron a desvestir mostrando una hermosa vista con el tono de su piel, Pablo rubio y David moreno. El miembro de Pablo grande y grueso, pareciendo la mezcla perfecta de como era los genitales de sus otros hermanos. El pene de David mƔs pequeƱo que el de Pablo y con dos bolas carnosas llenas de leche.

 

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—DespuĆ©s de tanto tiempo te tengo para mĆ­ —anunció David.

 

—Dos meses.

 

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—Fue un aƱo —David desvĆ­o la mirada a los testĆ­culos de Pablo—, y estas bolotas —estrelló la palma de la mano en las gónadas de Pablo.

 

El sonido del impacto fue espectacular.

 

PLAAAAF

 

Los ojos de Pablo se abrieron. Mientras el reconocible y excitante dolor se expandĆ­a por su cuerpo.

 

—Ay, mis bolas —Pablo se echó a reĆ­r. David lo acompañó.

 

—Hoy no le quiero hacer daƱo a esas toronjas, las quiero tratar muy bien.

 

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Con eso David se puso de rodillas y comenzó a chupar el miembro de Pablo, primero la punta para después metérsela entera, Pablo lo agarró de la cabeza y comenzó a follarle la boca, profundo hasta la garganta. Sus embestidas fueron cada vez eran mÔs rÔpidas y profundas haciéndole tener arcadas. En una de esas tantas, el pene de Pablo se mostraba empapado de baba.

 

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David acarició los muslos de Pablo y antes de chuparle los testículos les dio a ambas gónadas un excitante piropo.

 

Le comĆ­a los huevos mientras el grueso falo de Pablo estaba sobre su nariz y ojos.

 

—Mi polla, negrito. Esa que tanto te gusta.

 

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David sonrió y volvió a dedicar esfuerzos en mamarle de nuevo la polla, Pablo volvió a follarle la boca de nuevo sin piedad, sus embestidas eran mas fuertes y profundas tanto que los grandes huevos le chocaban en la barbilla; en una de esas embestidas Pablo descargó una descomunal cantidad de leche en la boca de David, fueron 4 chorros bastante espesos.

 

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David comenzó a resbalar semen por su boca, Pablo se inclinó y tambiĆ©n lo absorbió. Mirando a su esposo David se tragó el contenido, David se mordió el labio inferior sintiendo una gran excitación.

 

—Esto apenas comienza —afirmó David.

 

—Apenas comienza —confirmó Pablo.

 

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