Los padres y sus hijos (1/2): Rafael - Las Bolas de Pablo

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16 jun 2023

Los padres y sus hijos (1/2): Rafael



BastiĆ”n y Farid estaban de pie delante de Israel, con las pollas duras dentro de sus pantalones. Israel observĆ³ la protuberante erecciĆ³n de los tipos y sonriĆ³.


Farid era un viejo amigo de Bastian, casi un miembro mĆ”s de su familia que lo habĆ­a acompaƱado toda su vida. Era corpulento y barbudo. Con cabello gris y hermosos ojos verdes. LucĆ­a una erecciĆ³n grande y gorda que apuntaba hacia arriba como un asta de carpa que se elevaba al cielo.


BastiƔn era mƔs alto que Farid y mƔs musculoso, su cabello era castaƱo y de ojos color verdes. Era cientƭfico, experto en anatomƭa masculina con avanzados estudios en la genƩtica de su familia. Su polla estaba dura como el acero y goteaba presemen empapando su calzoncillo.


Los dos amigos echaron un vistazo a la ingle de Israel sabiendo todo lo que necesitaban hacer: el rubio usaba un traje de baƱo bastante apretado en su entrepierna, dibujando a la perfecciĆ³n sus testĆ­culos extralargos, heredados en el cromosoma familiar. El bulto de Israel rozaba lo obsceno, formando un contorno que no dejaba nada a la imaginaciĆ³n.


Israel tragĆ³ saliva triste a su suerte.


—Algo en la actitud de ustedes no me gusta —confesĆ³, mientras una pequeƱa mancha hĆŗmeda aparecĆ­a donde la cabeza de su polla se perfilaba en el traje de baƱo.


BastiƔn y Farid se miraron.


—SĆ­, tienes razĆ³n —afirmĆ³ Farid alegremente.


Israel enarcĆ³ las cejas.


Repentinamente el pie de Farid aterrizĆ³ en la entrepierna de Israel, conectando de lleno en medio de los tres pronunciados bultos (huevos y polla), embistiendo sus pelotas contra su cuerpo y sacando un chorro de presemen que hizo que la mancha hĆŗmeda se hiciera mĆ”s grande. Los preciosos ojos de Israel se abrieron de par en par y soltĆ³ un grito silenciado por las risas de Farid y BastiĆ”n.


—Oye, le diste en la polla —bromeĆ³ BastiĆ”n—. Te dije que lo patearas en las bolas.


—¿AsĆ­? —preguntĆ³ Farid, pateando a Israel en los huevos una vez mĆ”s. Y una tercera vez hizo rebotar el gordo paquete del pobre rubio, provocĆ”ndole un gemido ronco y miserable.


—¡AsĆ­! —dijo BastiĆ”n riendo, metiendo el pie entre los muslos de Israel. Fue una patada perfecta, justo en el blanco.



—Ughghghg —gimiĆ³ Israel, doblĆ”ndose y agarrĆ”ndose la entrepierna, con la cabeza en el suelo y el culo al aire.


Farid y BastiƔn se echaron a reƭr.


Lo rodearon, mirƔndolo desde arriba mientras acariciaban sus gordas erecciones.


—LevĆ”ntate —dijo BastiĆ”n.


—SĆ­, levĆ”ntate —repitiĆ³ Farid. Se colocĆ³ detrĆ”s de Israel. MirĆ³ a BastiĆ”n, seƱalando el gran bulto entre los muslos del rubio, justo debajo de su culo. Era obvio que se trataba de uno de sus frĆ”giles testĆ­culos.


BastiĆ”n sonriĆ³ y lanzĆ³ una dura patada que levantĆ³ a Israel del suelo, gritando de agonĆ­a.


BastiĆ”n y Farid se rieron mientras Israel se acurrucaba en posiciĆ³n fetal, gimiendo y agarrĆ”ndose los doloridos cojones.


Los testĆ­culos de Israel, se habĆ­an puesto mĆ”s grandes de lo normal debido a la hinchazĆ³n provocada por las patadas, y ademĆ”s, estaban llenas de semen hasta el borde.


—Basta, basta —gimiĆ³ Israel, acunando sus huevos. Con el cuerpo temblando, puso ambas manos en el suelo para levantarse.


BastiĆ”n se riĆ³ y los pateĆ³ en las bolas con toda la fuerza que pudo reunir, haciĆ©ndole aullar de dolor.


Farid tomĆ³ la oportunidad y metiĆ³ la mano entre los muslos de Israel, agarrando el testĆ­culo izquierdo como si fuera un limĆ³n.


Israel soltĆ³ un gruƱido mientras Farid apretaba su preciado testĆ­culo con mucha fuerza. SoltĆ³ una carcajada mientras aumentaba la presiĆ³n, aplastando el frĆ”gil Ć³rgano sexual, haciendo que Israel tuviera arcadas y gimiera en una inquietante mezcla de dolor.


La polla de Israel se retorcĆ­a y palpitaba de excitaciĆ³n.


Farid dirigiĆ³ su atenciĆ³n a la gorda erecciĆ³n de Israel, golpeĆ”ndola juguetonamente con la palma de la mano.


La repentina estimulaciĆ³n en su polla hizo que Israel eyaculara inesperadamente.


BastiĆ”n se riĆ³ al ver a Israel empapar su traje de baƱo con su espeso esperma. No esperĆ³ a que el orgasmo del rubio terminara, cuando al contrario de su amigo, se apoderĆ³ del testĆ­culo derecho y lo apretĆ³ tan fuerte como pudo.


Israel gritĆ³ retorciĆ©ndose con los ojos hinchados como platos.


Farid y BastiƔn lo soltaron de los huevos, pero se arrodillaron junto a Ʃl, abriƩndole las piernas para mirarle los genitales, le bajaron el traje de baƱo. La hermosa polla estaba baƱada y manchada de su propio semen y los testƭculos lucƭan rojos.


Tanto BastiƔn como Farid se pusieron mƔs duros con lo que contemplaban.


—¡Hey! —retumbĆ³ una voz detrĆ”s de ellos—. ¿QuĆ© pasa ahĆ­? —era el alto y engreĆ­do Rafael ChacĆ³n, el mayor de los hijos de Israel.

BastiƔn y Farid se levantaron mientras Israel en el suelo acunaba sus bolas.


BastiĆ”n con descaro se hundiĆ³ de brazos.


—Nada, sobrino —indicĆ³ con una sonrisa socarrona—. Le estĆ”bamos jugando una broma a tu padre. 


Rafael apretĆ³ los puƱos y caminĆ³ hacia adelante.


—¿Todo bien, papĆ”?


Israel simplemente gimiĆ³ de forma agĆ³nica.


—Una broma familiar, sobrinito —insistiĆ³ BastiĆ”n todavĆ­a riĆ©ndose con descaro.


Rafael lo observĆ³ sintiĆ©ndose furioso. Entonces impulsĆ³ una patada en el centro de las piernas de BastiĆ”n, impactando sus huevos en su pelvis.


BastiĆ”n ChacĆ³n era el menos resistente de los testĆ­culos. EchĆ³ un gritĆ³ de sorpresa y dolor y enseguida cayĆ³ al suelo agarrĆ”ndose las bolas y gritando sin parar. Se revolcaba como un gusano solo con sus grandes bolas entre sus manos.


Rafael se dirigiĆ³ a Farid, el barbudo hombre abriĆ³ los ojos en alerta, puso sus manos de forma protectora en su entrepierna, se dio la vuelta y saliĆ³ corriendo del lugar.


—Hijos de puta, cabrones —protestĆ³ Rafael, inclinĆ”ndose al lado de su padre—. AquĆ­ estĆ” tu hijo que te defiende.




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