BastiÔn y Farid estaban de pie delante de Israel, con las pollas duras dentro de sus pantalones. Israel observó la protuberante erección de los tipos y sonrió.
Farid era un viejo amigo de Bastian, casi un miembro mĆ”s de su familia que lo habĆa acompaƱado toda su vida. Era corpulento y barbudo. Con cabello gris y hermosos ojos verdes. LucĆa una erección grande y gorda que apuntaba hacia arriba como un asta de carpa que se elevaba al cielo.
BastiĆ”n era mĆ”s alto que Farid y mĆ”s musculoso, su cabello era castaƱo y de ojos color verdes. Era cientĆfico, experto en anatomĆa masculina con avanzados estudios en la genĆ©tica de su familia. Su polla estaba dura como el acero y goteaba presemen empapando su calzoncillo.
Los dos amigos echaron un vistazo a la ingle de Israel sabiendo todo lo que necesitaban hacer: el rubio usaba un traje de baƱo bastante apretado en su entrepierna, dibujando a la perfección sus testĆculos extralargos, heredados en el cromosoma familiar. El bulto de Israel rozaba lo obsceno, formando un contorno que no dejaba nada a la imaginación.
Israel tragó saliva triste a su suerte.
āAlgo en la actitud de ustedes no me gusta āconfesó, mientras una pequeƱa mancha hĆŗmeda aparecĆa donde la cabeza de su polla se perfilaba en el traje de baƱo.
BastiƔn y Farid se miraron.
āSĆ, tienes razón āafirmó Farid alegremente.
Israel enarcó las cejas.
Repentinamente el pie de Farid aterrizó en la entrepierna de Israel, conectando de lleno en medio de los tres pronunciados bultos (huevos y polla), embistiendo sus pelotas contra su cuerpo y sacando un chorro de presemen que hizo que la mancha húmeda se hiciera mÔs grande. Los preciosos ojos de Israel se abrieron de par en par y soltó un grito silenciado por las risas de Farid y BastiÔn.
āOye, le diste en la polla ābromeó BastiĆ”nā. Te dije que lo patearas en las bolas.
āĀæAsĆ? āpreguntó Farid, pateando a Israel en los huevos una vez mĆ”s. Y una tercera vez hizo rebotar el gordo paquete del pobre rubio, provocĆ”ndole un gemido ronco y miserable.
āĀ”AsĆ! ādijo BastiĆ”n riendo, metiendo el pie entre los muslos de Israel. Fue una patada perfecta, justo en el blanco.
āUghghghg āgimió Israel, doblĆ”ndose y agarrĆ”ndose la entrepierna, con la cabeza en el suelo y el culo al aire.
Farid y BastiĆ”n se echaron a reĆr.
Lo rodearon, mirƔndolo desde arriba mientras acariciaban sus gordas erecciones.
āLevĆ”ntate ādijo BastiĆ”n.
āSĆ, levĆ”ntate ārepitió Farid. Se colocó detrĆ”s de Israel. Miró a BastiĆ”n, seƱalando el gran bulto entre los muslos del rubio, justo debajo de su culo. Era obvio que se trataba de uno de sus frĆ”giles testĆculos.
BastiĆ”n sonrió y lanzó una dura patada que levantó a Israel del suelo, gritando de agonĆa.
BastiÔn y Farid se rieron mientras Israel se acurrucaba en posición fetal, gimiendo y agarrÔndose los doloridos cojones.
Los testĆculos de Israel, se habĆan puesto mĆ”s grandes de lo normal debido a la hinchazón provocada por las patadas, y ademĆ”s, estaban llenas de semen hasta el borde.
āBasta, basta āgimió Israel, acunando sus huevos. Con el cuerpo temblando, puso ambas manos en el suelo para levantarse.
BastiÔn se rió y los pateó en las bolas con toda la fuerza que pudo reunir, haciéndole aullar de dolor.
Farid tomó la oportunidad y metió la mano entre los muslos de Israel, agarrando el testĆculo izquierdo como si fuera un limón.
Israel soltó un gruƱido mientras Farid apretaba su preciado testĆculo con mucha fuerza. Soltó una carcajada mientras aumentaba la presión, aplastando el frĆ”gil órgano sexual, haciendo que Israel tuviera arcadas y gimiera en una inquietante mezcla de dolor.
La polla de Israel se retorcĆa y palpitaba de excitación.
Farid dirigió su atención a la gorda erección de Israel, golpeÔndola juguetonamente con la palma de la mano.
La repentina estimulación en su polla hizo que Israel eyaculara inesperadamente.
BastiĆ”n se rió al ver a Israel empapar su traje de baƱo con su espeso esperma. No esperó a que el orgasmo del rubio terminara, cuando al contrario de su amigo, se apoderó del testĆculo derecho y lo apretó tan fuerte como pudo.
Israel gritó retorciéndose con los ojos hinchados como platos.
Farid y BastiĆ”n lo soltaron de los huevos, pero se arrodillaron junto a Ć©l, abriĆ©ndole las piernas para mirarle los genitales, le bajaron el traje de baƱo. La hermosa polla estaba baƱada y manchada de su propio semen y los testĆculos lucĆan rojos.
Tanto BastiƔn como Farid se pusieron mƔs duros con lo que contemplaban.
āĀ”Hey! āretumbó una voz detrĆ”s de ellosā. ĀæQuĆ© pasa ahĆ? āera el alto y engreĆdo Rafael Chacón, el mayor de los hijos de Israel.
BastiƔn y Farid se levantaron mientras Israel en el suelo acunaba sus bolas.
BastiÔn con descaro se hundió de brazos.
āNada, sobrino āindicó con una sonrisa socarronaā. Le estĆ”bamos jugando una broma a tu padre.
Rafael apretó los puños y caminó hacia adelante.
āĀæTodo bien, papĆ”?
Israel simplemente gimió de forma agónica.
āUna broma familiar, sobrinito āinsistió BastiĆ”n todavĆa riĆ©ndose con descaro.
Rafael lo observó sintiéndose furioso. Entonces impulsó una patada en el centro de las piernas de BastiÔn, impactando sus huevos en su pelvis.
BastiĆ”n Chacón era el menos resistente de los testĆculos. Echó un gritó de sorpresa y dolor y enseguida cayó al suelo agarrĆ”ndose las bolas y gritando sin parar. Se revolcaba como un gusano solo con sus grandes bolas entre sus manos.
Rafael se dirigió a Farid, el barbudo hombre abrió los ojos en alerta, puso sus manos de forma protectora en su entrepierna, se dio la vuelta y salió corriendo del lugar.
āHijos de puta, cabrones āprotestó Rafael, inclinĆ”ndose al lado de su padreā. AquĆ estĆ” tu hijo que te defiende.
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