Los padres y sus hijos (2/2): Germán

Germán y Rafael Chacón caminaban por el verde césped en la hacienda familiar, habían tenido un juego de fútbol organizado por jóvenes de tierras vecinas. Los dos muchachos usaban short y franelas deportivas por demás sudadas luego del partido.

—Oye, quería decirte algo —Germán se detuvo dejando de caminar.

Rafael también se quedó parado mirándole con el ceño fruncido.

—La semana pasada escuché una conversación entre Farid y mi padre.

—¿Sí? —Rafael dobló el ceño completamente intrigado.

—Se trata de que le diste tremenda patada en las bolas a mi padre.

—Ah, sí —afirmó Rafael acariciándose el pecho—. Pues, lo hice en defensa de mi propio padre, Bastián y Farid lo estaban molestando y tuve que intervenir —esbozó una sonrisa nerviosa que quería lucir amistosa.

Pero Germán no estaba de buen humor, se veía muy serio mirándole.

—Quiero decirte que te abstengas de hacer eso con mi padre.

—Escucha, Germán, no era mi intención, pero Bastián…

—Pero Bastián es mi padre y yo también lo defiendo —lo interrumpió Germán—, no quiero que nada le ocurra.

—Sí, Germán, pero es que yo…

Nuevamente Rafael fue interrumpido, pero esta vez Germán disparó con fuerza su pierna hacia adelante estrellándola en contra de sus desprotegidos huevos. Rafael lanzó un grito doloroso, mientras sus ojos se abrían como platos entre el miedo y el dolor. Al acto se agarró la entrepierna y su cara hizo una mueca de horrible agonía.

Germán lo miró al rostro y volvió a empujar el pie en el medio de sus piernas. Golpeando sus manos y haciendo estampar de forma violenta también sus bolas.

El guapo rubio dejó escapar un chillido y se derrumbó en el suelo lamentándose, no pudo más y se revolcó agarrándose y sintiendo el potente dolor de bolas.