Pablo era el Ćŗltimo de los participantes del juego entre familias, sorprendentemente era la primera vez que en una competencia todos los ChacĆ³n perdieron de forma consecutiva y Pablo no fue la excepciĆ³n. Estaba de pie semi desnudo con las piernas abiertas esperando su castigo. Alirio Salinas quiĆ©n resultĆ³ ganador, se acercĆ³ a Ć©l y golpeĆ³ con la palma de la mano sus bolas.
Pablo agarrĆ³ sus testĆculos y gimiĆ³, no muy fuerte.
Entonces, de repente, un pie apareciĆ³ por detrĆ”s de Ć©l y se clavĆ³ en sus gĆ³nadas haciĆ©ndolo caer al suelo. Giuseppe Riganti, autor de la patada se echĆ³ a reĆr. Pablo se tumbĆ³ en el suelo durante casi un minuto.
—Bastante curioso —afirmĆ³ Farid todavĆa sorprendido—, desde el patriarca hasta el hijo menor… todos derrotados, uno detrĆ”s del otro —dirigiĆ³ una mirada a Marcos que estaba con el ceƱo fruncido.
Pablo se levantĆ³ tĆmidamente observando a JesĆŗs Ladera, preparĆ”ndose para tomar su turno. El habitante de la selva se arrodillĆ³ ante Ć©l y cerrando el puƱo lo golpeĆ³ en las bolas durante 30 segundos. Pablo gimiĆ³ y gritĆ³:
—AAAAAAAAH, AY, AHHHH, ¡MIS HUEVOS! —gritĆ³ con la voz ronca.
Cuando terminĆ³, Pablo gemĆa de dolor y alivio. TobĆas Santana continuĆ³, diciĆ©ndole a Pablo que se acostara en el suelo.
—Esta noche tu esposo David va a cenar purĆ© de papas —afirmĆ³ levantando las piernas de Pablo y separĆ”ndolas. SubiĆ³ su pie y lo hincĆ³ de lleno en el par de prominentes testĆculos. Pablo aullĆ³ y gritĆ³ de dolor—. Ah, vamos Pablo, no seas tarimero, sĆ© que te gustaba el dolor de bolas —sonriĆ³. La polla de TobĆas comenzĆ³ a hincharse nuevamente, y otra vez aplastĆ³ las bolas de Pablo. RepitiĆ³ el proceso 15 veces dejando los cocos hinchados y rojos.
TobĆas se uniĆ³ al resto de sus compaƱeros frotĆ”ndose la entrepierna observando y riendo de ver como Pablo era atendido por sus hermanos.
—Perdedores, todos —comentĆ³ alguien y el resto se echĆ³ a reĆr.
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