Pablo en Guerreros de la arena (13/15): La pelea mas deseada

CONTIENE:

-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Pablo Chacón ocupaba un asiento del camerino en Guerreros de la Arena, la batalla ya se había efectuado y el resultado reflejaba para él el cierre de un ciclo bonito y traumático. Tenía cara de dolor y acariciaba sus testículos hinchados, sus grandes cojones ocupaban casi todo el tamaño de su colgante escroto. Cerró los ojos y suspiró, el final de esa batalla fue la mejor decisión que pudo tomar. Alguien llamó a la puerta.

   —Pablo, soy yo —era la voz de Esteban—. Abre.

   —No quiero, será mejor que te vayas.

   —Por favor, hablemos. Tengo mucho que ofrecerte.

   —Lo único que me debes ofrecer es la culminación de mi desgraciado contrato.

   —Pablo, sabes lo mucho que te quiero.

   —Si abro la puerta lo único que haré será agárrarte de los testículos y juro dejarte como eunuco. No estoy de ánimos.

   —Pablo... —rogó una última vez Esteban.

   Pablo se limitó a cerrar los ojos y dejar que la crema que huntó en sus pelotas hiciera efecto.

   Fue el momento en el que su celular notificó la entrada de un mensaje, se trataba de David, otro muchacho que resultaba su fan en aquellas eróticas luchas y que conoció en circunstancias laborales. Pablo leyó:

   Estuviste formidable en la batalla, te felicito por todo, dejaste en su lugar a ese idiota que no te respeto como pareja, que imbécil ese tipo. Me gustaría almorzar contigo en los próximos días, espero que se pueda dar... el gimnasio está quedando genial, quiero que lo vengas a conocer, van muy rápido los constructores. Que tengas buena noche Pablo, un abrazo. Te estaba esperando en el estacionamiento pero ya se hizo tarde, si necesitas algo allí estaré.

   Pablo intentó sonreír sin embargo su rostro no asomó más que tristeza o cansancio. Respondió:

Espero que también tengas buena noche, David. Muchas gracias, estaremos en contacto pronto.

   Pablo colocó el celular a un lado de la mesa, la manilla de la puerta se movió pero estaba bajo seguro.

   —Pablo, ché, abrí la puerta —pidió Nicolás desde afuera.

   —No quiero, será tiempo de que te vayas. Nos vemos el lunes en la oficina.

   —Pablo abrí que tengo a alguien a quien presentarte. Y no tiene cara de villero horrible como David.

   —No quiero —negó Pablo conociendo que Nicolás quería presentarle un viejo amigo suyo.

   —Ché, si no abrís la puerta me veré en la necesidad de tumbarla y ya conocés lo terco que me pongo.

   —Si la tumbas tendrás problemas con Esteban.

   —Pibe, sabés lo mucho que me quiero meter en problemas con Esteban y él ni me mira.

   —Lárgate.

   —Pibe, abrí. No seas grosero con tu futuro nuevo novio...

   —No es momento de conocer a nadi...

   Pablo se vio interrumpido al sobresaltarse porque la puerta se abrió de una patada, en el pasillo observó la cara pícara de Nicolás, alguien que en poco tiempo se volvió un gran amigo, junto a él lo acompañaba un hombre moreno de estatura alta, cabellos negros y cuerpo atlético, resultaba agradable a la vista.

   —Ché, conoces lo bruto que soy, y no te tapés tanto, ya Ramón vio como te trajo Dios al mundo. Dice que tenés huevos de 100 kilates.

   Pablo intentaba cubrir su desnudez con las manos lo que resultaba doloroso.

   —Ché, pero tus bolas se ven monstruosas, déjame ver.

   —¡No!

   —De por sí son grandes, deben parecer melones ahora. Pero estoy recontento que terminaras con ese rubio imbécil. Aquí tenés a Ramón, tu nuevo amor.

   Ramón sonreía.

   —¿Quieres ir al médico, Pablo? —preguntó con voz fuerte y resaltando la "S" dándole un dejo español.

   —No, estoy bien, ya verás.

   —En casa tengo una caja de suspensorios —indicó Nicolás—, ahora cuando vayamos te regalo uno, te servirá.

   Pablo se ruborizó mirando a Ramón que le devolvía la sonrisa con un brillo en los ojos.

   —1 horas antes—

   Pablo estaba en la arena esperando al contrincante de aquella noche, tenía un ajustado bóxer color azul y miraba el público en el recinto. Ahí estaba David que lo saludó con una sonrisa. Más allá cerca de la esquina estaba Nicolás hablando con un muchacho moreno. El público empezó a aplaudir cuando el rival de Chacón apareció en la sala, el hombre apretó los puños, sentía odio por él.

   El presentador de cada una de las batallas anunciaba a Jorge, el mayor enemigo que Pablo tenía allí, principalmente porque tenía una relación secreta con su pareja Alfredo.

   Los contrincantes se dirigían miradas matadoras cuando estaban parados frente a frente.

   —... la batalla culminará —explicaba el presentador—, cuando después de nockear al rival, le apliquen sexo oral a la siguiente persona.

   Del pasillo dos hombres arrastraban una camilla donde Alfredo estaba amarrado de brazos y piernas, tenía el torso desnudo y un ajustado jeans. Pablo quiso correr a socorrerlo pero recordó las palabras que más temprano le había dicho Nicolás:

   Hoy tendrás la oportunidad de terminar la farsa de Alfredo, Esteban abordo a Jorge para que tu sepas su relacion co Alfredo... se aburrió de compartirlo.

   Pablo abrió la boca al memorar, echó un vistazo a Jorge que no parecía sorprendido sino furioso.

   —Ese falo es mio —le dijo a Pablo—, desde hace meses.

   —Ya lo sabía —aclaró Pablo—. Puedes quedartelo, ya no me importa —comenzó dando una ruda patada en la entrepierna de Jorge. Su pie chocó con las abultadas bolas con un golpe audible. La mandíbula de Jorge se abrió, sus ojos se llenaron de lágrimas y dejó escapar un gemido miserable.

   —Pero tampoco dejaré que me ganes —protestó Pablo.

   Jorge se quejaba de dolor acariciando su entrepierna. Estaba tumbado en el suelo, gimiendo de dolor, entonces Pablo alzó los apretados puños.

   Jorge gimió y se levantó lentamente, mostraba cara de dolor.

   Pablo se lanzó contra él lanzando hacia abajo sus ropa interior, mostrando al público presente la polla flácida y los huevos de su oponente.

   En ese momento Pablo embistió un rodillazo en los cojones de Jorge, estampando las bolas con un golpe tortuoso en su pelvis. Pablo sintió en la rótula como las huevas perdieron la forma en el impacto. Jorge exclamó un grito soberbio y se fue directo al suelo.

   Pablo lo observaba, su rostro revelaba venganza total. Se ubicó tras la espalda de Jorge, colocó una mano en su cuello y la otra fue camino hacia sus muslos, apartó toda protección del enemigo en sus genitales, ya Jorge tenía las bolas hinchadas, y sin más preámbulos ni contemplación, apretó tan fuerte como pudo. Jorge desorbitó los ojos y lanzó un grito estridente que retumbó contra las paredes.

   Pablo giró la mano arrancando en Jorge varios gemidos. Literalmente las pelotas estaban siendo pulverizadas por las manos de Pablo.

   Finalmente, Pablo soltó y siguió con un manotazo a aquel par de gónadas. gimiendo de dolor, Jorge se acurrucó en el suelo sosteniendo sus bolas hinchadas.

   Pablo se ponía de pie cuando fue sorprendido con un ataque sorpresa, Jorge disparó la planta del pie directo a su entrepierna. Golpeando su escroto con fuerza y ​​precisión, sacándole el aire de los pulmones, su mandíbula se abrió y cruzó  los ojos ligeramente.

   Pablo se quejó de dolor y se dobló uniendo las rodillas mientras sostenía sus grandes y pesados huevos.

   Jorge se levantó lentamente hasta enderezarse. Se encaminó hasta Pablo y comenzó una férrea lucha para lograr quitar las manos que protegían las bolas de Chacon, uno gruñía mientras el otro gritaba con el forcejeo.

   Jorge logró su objetivo, desnudo a Pablo y agarró sus gónadas.

   Pablo dejó escapar un grito agudo mientras sus bolas eran retorcidas, en defensa y dominado por el odio apretó el puño y golpeó el abdomen de su adversario.

   Jorge jadeo y cayó de rodillas sin soltar los huevos que comprimía.

   Jorge seguía torturando los testículos de Pablo, el muchacho por su parte empezaba a dar puñetazos al rostro de Jorge.

   Jorge tenía medio rostro enrojecido, su cuerpo brillaba de sudor, mientras su mano continuaba apretando las bolas de Pablo.

   Pablo alzó la mano y estrelló el puño en el ojo izquierdo de Jorge.

   Jorge no soportó mas y cayó de espalda soltando las bolas de Pablo tras darle un mortal tirón.

   Pablo no tuvo tiempo de lamentarse a pesar del dolor de cojones que sentía, en tiempo récord lanzó una devastadora patada en las piernas abiertas del rival. Jorge con un aullido ensordecedor no evitó la forma en que su pene escupió un pegote de semen que aterrizó como crema en a un lado del piso.

   Pablo lo miró con reproche.

   Jorge echó atrás la cabeza adolorido acurrucándose, no se percató como Pablo se masturbaba apuntando el pene en dirección a su cuerpo.

   En menos de un minuto el abdomen y costado de Jorge se empapó del salado esperma de Pablo, el cual agotado lo pateó en la cabeza, pero Jorge estaba muy adolorido para poder defenderse.

   Pablo, agarrandose las bolas se acercó hacia donde amarrado reposaba Alfredo temblando.

   "Se la va a chupar" pensó Nicolás sintiéndose decepcionado ". Ese pibe todavía quiere a ese gil."

   Pablo se acercó a Alfredo que lo miraba directamente a los ojos.

   —Ayúdame, Pablo —le pidió—. No sé qué hago aquí.

   —Qué haces aquí... —repitió Pablo con mezcla de ánimos, palpó los genitales de Alfredo en el jeans, la flácida polla y las regordetas bolas dentro de un pequeño escroto—. Qué haces aquí —repitió. Desabrochó el cinturón y bajó el pantalón, la polla de Alfredo empezó a reaccionar por sí sola, endureciéndose, pero Pablo no se fijó de ella, sino que con los dedos hizo que las pelotas de Alfredo se fueran a la parte baja del escroto al sujetarlo del cuello. Subió el puño a la altura de su cara.

   —Pablo... ¿Qué haces, Pablo? —se exasperó Alfredo.

   Pablo estampó un fuerte puñetazo clavando los nudillos en las gordas bolas de Alfredo.

   —¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHaaaaaa!

   El golpe hizo que varios hombres del publico se protegieran la entrepierna. Pablo alzó otra vez el brazo.

   —Desde hace meses sé que Jorge y tú tienen una relación...

   —Eso... no... es as... Pa... Pablo. Escucha, yo...

POFFFF

—¡AAAAAARRRGGGGG!

   Pablo alzó el puño por tercera vez, tenía mirada de venganza.

   —Estuviste en su cumpleaños, se ha quedado en tu casa, te ha llamado y te ha traicionado como hoy. Él con Esteban fue quien ideo esto.

   Alfredo tragó saliva, seguía temblando y con las bolas ahorcadas, sólo recordaba que había entrado a su casa y alguien tras él lo sujetó, había perdido el conocimiento.

   —No es muy inteligente aquel idiota —reconoció Pablo señalando con la mirada a Jorge tendido en el piso—. En cambio yo siempre te mostré lealtad y verdadero cariño —estampó los nudillos en las bolas de Alfredo haciendo que gritara y se ahogara en su saliva. Espero que se calmara para seguir hablando—. Al discutir siempre me decías que yo era un putito... putito y todo lo que más quieras pero te contaba todo lo que me pasara.

   El puño chocó en las maltratadas pelotas de Alfredo ya tan rojas como un tomate. Alfredo gritó desesperado moviéndose en vano como serpiente en aquella camilla.

   Pablo mantuvo firme la base del escroto.

   —Ahora te detesto, desde sé que tienes las agallas para verme la cara de idiota. Todo lo que eres es gracias a mi. Ya no te quiero ver más.

   Impactó por última vez el puño en los huevos de Alfredo, cuyas pelotas crujieron tras el golpe, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras agitaba el pecho. Pablo le jaló el escroto dejandolo sin aire en los pulmones, lo soltó de los cojones y salió de la arena caminando a paso lento.

   Pablo Chacón regresó a su camerino ocupando un asiento. Cerró los ojos y acarició sus testículos hinchados, habían crecido mucho con la cruel tortura de Jorge. Buscó una crema en su bolso que se untó, daba una agradable sensación de frío y calor. Cerró los ojos y pensó en todos los buenos momentos que pasó con Alfredo, una relación con muchos altibajos, en pocos minutos Esteban tocaría la puerta.