CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
Este
relato estĆ” dedicado a todos los que ingresaron a la universidad y esos
primeros dĆas, sufrieron alguna pesada broma por el hecho de ser nuevos…¡asĆ es!, a esos nuevos a quienes nos llamaron
PRIMIPAROS.
Me
llamo Camilo, tengo 18 aƱos, soy estudiante de segundo semestre de arquitectura
en la UNIVERSIDAD GRANADINA, y me
encuentro observando una pesada e inhumana broma a un PrimĆparo; En carne
propia padecĆ esa misma broma el semestre pasado.
Frente a mi estĆ” Alejandra,una joven bellĆsima de 20 aƱos, estudiante de sexto semestre
de ingenierĆa industrial, es la
encargada de la pesada broma; Durante una partida de billar, escucho decirle a
su “victima”, un chico de color desconocido para mĆ, lo siguiente: “le puedo dar
a la bola negra ahora??”.
El
chico moreno responde: “no lindura, aĆŗn no es el momento”.
La victima.
SĆ©
lo que pasarĆ” a continuaciĆ³n….Alejandra realizĆ³ con mi persona esa misma bromita hace ya seis meses.
El
semestre pasado estando en mi primer dĆa de universidad, me encontraba contento
al conocer queen el campus habĆa una gran Ć”rea de entretenimiento, con canchas
de ping-pong y para mi gusto, abundantes mesas de billar.
Me
considero un buen jugador de billar…en algunas partes usan como sinĆ³nimo Ć©l
termino–buchacara-.
Mi pasiĆ³n el billar.
En
un momento dado mientras disfrutaba de una jornada de Billar, llega la mamacita
de Alejandra! Aun no la conocĆa, pero la habĆa visto mĆ”s temprano en el campus universitario; como no admirarla si
era una ricura!, imposible no impactarme con su aspecto.
La Mami de Alejandra.
De repente en medio de un juego la vi
observĆ”ndome, llevaba rato haciĆ©ndolo…cuando se dio cuenta que la miraba, ella
lanzo una picara mirada y me sonriĆ³.
Su bella mirada.
Me
sentĆ el hombre mĆ”s afortunado del mundo, tardĆ© en concentrarme nuevamente en
el juego.
SĆ³lo
un rato despuĆ©s ella se acercĆ³ a mĆ, y me hablĆ³.
Alejandra:
“increĆble!, eres muy bueno en eso…me puedes enseƱar?”.
Mi
corazĆ³n latiĆ³ como el de un caballo de carreras…y a pesar del nudo en la
garganta, de mi boca saliĆ³: “claro que sĆ!”.
Con
solo verla junto a mĆ, tuve una naciente erecciĆ³n que tuve que disimular.
ExtraƱamente
vi como ella sonreĆa al pĆŗblico a nuestro alrededor, y muchos de los que me observaban
y jugaban en otras mesas rodearon la
nuestra.
Todos
se prestaban a observar la clase que le darĆa a esta belleza…. muchos sonreĆan y
ponĆan bastante atenciĆ³n, claro que siempre manteniendo la distancia para no
interferir,no me pareciĆ³ extraƱo los excesivos ojos sobre nosotros, pues
Alejandra era una belleza.
ComenzĆ³
la clase y Alejandra se mostraba animosa y atenta a mis instrucciones.
El maestro enseƱando a la dulce y seductora alumna.
Me
encontraba a su izquierda, con mi rostro a la altura de su hombro…todo iba de
maravilla, podĆa oler su aroma a flores y sentĆa de primera mano su calor
corporal.
Un
par de minutos de mi rutina de maestro y Alejandra casi se acostĆ³ de frente sobre
la mesa, mientras observaba esas increĆbles nalgas apretadas dentro de su
bluejeans.
Entonces
me pidiĆ³ cambiar de posiciĆ³n: “ponte de
este lado Camilo… oriĆ©ntame mejor”.
La
obedecĆ ciegamente, ahora me encontraba a su lado derecho, con su enorme y firme
trasero milimƩtricamente centrado con mi entrepierna.
Ese trasero que estaba justo frente a mĆ.
Estaba sĆŗper caliente, casi
ni prestaba atenciĆ³n a lo que ella hacĆa, tenĆa sus nalgonas tan cerca de mi
paquete, que si hubiera dado un leve empujĆ³n con mi pelvis se lo hubiera
tocado.
De
pronto sucediĆ³ lo increĆble…
…Alejandra
casi acostada sobre la mesa, moviĆ³ su enorme retaguardia hacia atrĆ”s e
inevitablemente me tocĆ³ la verga.
La
erecciĆ³n que tenĆa era incontrolable, trataba de mantener el control, pero el
monstruo actuaba por sĆ solo, y no tardĆ³ en acomodarse automĆ”ticamente para clavarse
entre las nalgas de Alejandra.
Era
imposible que ella ignorara la casi empalada que le estaba haciendo, pero aun
asĆ no alejaba su culo, es mĆ”s lo meneaba gozosa.
Me
imaginƩ lo obvio... que era una chica seductora, por no decir pervertida, pues
ese contacto no era para pasarlo por alto, o sea que ella lo consentĆa y en un
lugar pĆŗblico!
Por
un instante pensĆ© que era una chica muy fĆ”cil y que antes del primer mes me la cogerĆa,
claro que era un gran ingenuo al pensar eso.
Entonces
comenzĆ³ un jugueteo por parte de ella, retiraba su cola y por ratos me la
volvĆa a colocar contra mi garrote.
En
mĆ”s de una ocasiĆ³n la sorprendĆ lanzando
miradas a mi entrepierna, creĆa que era de gusto, pero no era asĆ… todo era un
siniestro plan, que ejecutĆ³ a continuaciĆ³n
LlegĆ³
el fatĆdico momento, Alejandra estaba
lista sobre la mesa para golpear la bola blanca una vez mƔs y yo estaba totalmente
distraĆdo.
Alejandra:
“Entonces, chico, le doy ya a la bola blanca?”.
SĆ³lo
respondĆ: “Ehh...que?? Oh si, si, dale, dale!”
Alejandra,
inesperadamente para mĆ, pero esperable para todos los demĆ”s, lanzĆ³ el taco
hacia atrĆ”s y con fuerza y precisiĆ³n quirĆŗrgica, impacto en mi testĆculo
derecho.
El
rĆgido taco, acertĆ³ en plena zona media-baja de mi gĆ³nada… lanzĆ”ndola hacia
atrĆ”s…fue un golpe veloz y agudo.
Grite
como loco AAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
La
anatomĆa de Mi Dolor.
Todo el
mundo riĆ³ y Alejandra brincaba de gusto como una niƱita, diciendo: “le di a la
bola!”.
Las
ocasiones en las que vio mi entrepierna, eran para no fallar su objetivo!…mis testĆculos!.
TomƩ
con rapidez mi adolorida entrepierna,
casi se me salĆa la saliva por mi boca abierta tratando de tomar aire,
retrocedĆ con las piernas temblorosas y logrĆ© sentarme en unas cercanas bancas.
Me
auxiliaron de inmediato, unos tipos sonrientes me decĆan que me calmara, que
respirara profundo, que ya pasarĆa el dolor.
Ellos
podĆan decir lo que quisieran, era yo quien sufrĆa el dolor mĆ”s intenso de mi
corta vida; Entonces vi borrosamente como Alejandra venĆa hacia mĆ.
Riendo
me dijo: “ Jajaja…bienvenido a la Universidad Granadina, Primiparo…jajajaja.”
Con
su sexy caminado se alejĆ³.
Continuaba
recibiendo comentarios de Ć”nimo por parte del aĆŗn sonriente pĆŗblico.
Un
minuto despuĆ©s regresĆ³ Alejandra con una bolsa de agua helada, me la dio
diciendo:
“toma!, ponte esto en los huevos, te harĆ” mejor; no habĆa hielo, pero
esto te mejorarĆ” algo”.
¿QuĆ© estaba haciendo?...primero me golpeaba a propĆ³sito las bolas, y ahora trataba
de aliviar mi pena?.
Al ver mi cara de confusiĆ³n, ella sonriĆ³: “lo
siento chico, no pude evitar hacerte la pesada broma, Sorry!”.
Replique
sudoroso: “broma??”.
AllĆ
se me acerco al oĆdo y dijo “pero te diste gusto clavĆ”ndome tu cosa entre las
nalgas no??, asĆ que no todo fue malo para ti!…perdona por golpearte los huevos, Ehh…como
es que te llamas?”.
“Ca...Camilo”
respondĆ.
Alejandra:
“estarĆ”s bien, Camilo. Ya me tengo que ir…adiĆ³s”.
Se
alejĆ³ caminando de esa forma sexy, unos pasos y me dio una Ćŗltima mirada.
¡Ahhhh!,
esa chica tan seductora viƩndome y expresando una delicada sonrisa; fue una
imagen que me quedĆ³ grabada.
Su Ćŗltima mirada.
Tras marcharse quedĆ© anonadado por sensaciones opuestas…El
tremendo dolor que mi testĆculo me reportaba, y el
contrario sentimiento de deseo y goce, por haber tenido la completa atenciĆ³n de
esa chica, no sĆ³lo tocĆ”ndome la polla con su cola, sino ademĆ”s llamĆ”ndome por
mi nombre.
Luego
de reponerme de tremendo golpe testicular, me contaron que ella cada semestre
le hacia la misma “broma” a 2 o 3 incautos primiparos, todos acababan
adoloridos y siendo objeto de risas.
Volviendo
al tiempo actual.
Alejandra:
“le darĆ© ya mismo a la bola negra!”.
¡¡ZAAAZ!!
¡El terrible taco dirigido hacia atrĆ”s!, un
certero movimiento patentado por Alejandra.
Nuevamente
un testĆculo aporreado, fuerza la obvia reacciĆ³n de todo hombre.
El
chico de color gritĆ³: “¡AAaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!”.
Su
Ć”rea inguinal era un infierno, por cĆ³mo se acurrucaba el indefenso, su huevo
izquierdo habĆa sido el blanco esta vez.
Ćrea inguinal izquierda al rojo vivo.
Todos
alrededor rieron; Internamente sentĆa dolor al recordar ese dĆa del semestre
pasado, pero debo admitir que exprese una leve risa… era sensaciones que
surgieron solas.
TomƩ
un instante mi Ɣrea privada solo por hacerlo... como asegurƔndome que no era yo
el que sufrĆa la agonĆa que escuchaba.
PensƩ:
-por lo menos la malvada no discrimina!, golpea bolas blancas y negras por
igual-.
Mientras
ayudaban a sentarse al lastimado chico, Alejandra pasĆ³ un instante a mi lado,
aproveche y le dije en voz baja: “que mala eres Alejandra!”.
Desde
la broma del semestre pasado no me habĆa acercado a ella; no crean que es algĆŗn
trauma por haber sido golpeado por ella en esa vergonzosa zona y en pĆŗblico.
¡No!,
simplemente me mantenĆa alejado por considerarla inalcanzable para mĆ, despuĆ©s de
todo ella era la mĆ”s bella de la universidad y yo era sĆ³lo un chico mĆ”s.
Alejandra
me era una especie de Amor platĆ³nico, y como toda persona con un amor
platĆ³nico, no saben cĆ³mo la observaba a diario!.
En
fin…Ella me mirĆ³ un segundo y sonriente respondiĆ³: “Oh, Camilo. ¡QuĆ© bueno
saludarte!… no soy mala, pero ya conoces como me gusta bromear,jaja!, ¡Oh!,
espĆ©rame y hablamos luego, ahora voy por algo de hielo!”.
Se
alejĆ³ en direcciĆ³n al Ć”rea de refresquerĆa, dejĆ”ndome embobado; me halagĆ³ que
recordara mi nombre.
La
esperarĆa la vida entera si ella me lo pedĆa!.
Fin.
Gracias
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a zatniktiel@hotmail.com
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