Dolor de primiparos - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

5 mar 2015

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Dolor de primiparos

ORIGINAL DE: ZATN
CONTIENE:

-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE



   Este relato estĆ” dedicado a todos los que ingresaron a la universidad y esos primeros dĆ­as, sufrieron alguna pesada broma por el hecho de ser nuevos…”asĆ­ es!,  a esos nuevos a quienes nos llamaron PRIMIPAROS.

   Me llamo Camilo, tengo 18 aƱos, soy estudiante de segundo semestre de arquitectura  en la UNIVERSIDAD GRANADINA, y me encuentro observando una pesada e inhumana broma a un PrimĆ­paro; En carne propia padecĆ­ esa misma broma el semestre pasado.

   Frente a mi estĆ” Alejandra,una joven bellĆ­sima de 20 aƱos, estudiante de sexto semestre de ingenierĆ­a industrial, es  la encargada de la pesada broma; Durante una partida de billar, escucho decirle a su ā€œvictimaā€, un chico de color desconocido para mĆ­, lo siguiente: ā€œle puedo dar a la bola negra ahora??ā€.

   El chico moreno responde: ā€œno lindura, aĆŗn no es el momentoā€.
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La victima.
   
   Alejandra: ā€œ le darĆ© ya mismo a la bola negra!ā€ .

   SĆ© lo que pasarĆ” a continuación….Alejandra realizó con mi persona esa misma  bromita hace ya seis meses.

   El semestre pasado estando en mi primer dĆ­a de universidad, me encontraba contento al conocer queen el campus habĆ­a una gran Ć”rea de entretenimiento, con canchas de ping-pong y para mi gusto, abundantes mesas de billar.

   Me considero un buen jugador de billar…en algunas partes usan como sinónimo Ć©l termino–buchacara-.

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Mi pasión el billar.

   En un momento dado mientras disfrutaba de una jornada de Billar, llega la mamacita de Alejandra! Aun no la conocĆ­a, pero la habĆ­a visto mĆ”s temprano en el campus universitario; como no admirarla si era una ricura!, imposible no impactarme con su aspecto.

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La Mami de Alejandra.


   De repente en medio de un juego la vi observĆ”ndome, llevaba rato haciĆ©ndolo…cuando se dio cuenta que la miraba, ella lanzo una picara mirada y me sonrió.

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Su bella  mirada.

   Me sentĆ­ el hombre mĆ”s afortunado del mundo, tardĆ© en concentrarme nuevamente en el juego.

   Sólo un rato despuĆ©s ella se acercó a mĆ­, y me habló.

   Alejandra: ā€œincreĆ­ble!, eres muy bueno en eso…me puedes enseƱar?ā€.

   Mi corazón latió como el de un caballo de carreras…y a pesar del nudo en la garganta, de mi boca salió: ā€œclaro que sĆ­!ā€.

   Con solo verla junto a mĆ­, tuve una naciente erección que tuve que disimular.

   ExtraƱamente vi como ella sonreĆ­a al pĆŗblico a nuestro alrededor, y muchos de los que me observaban y jugaban en otras mesas  rodearon la nuestra.

   Todos se prestaban a observar la clase que le darĆ­a a esta belleza…. muchos sonreĆ­an y ponĆ­an bastante atención, claro que siempre manteniendo la distancia para no interferir,no me pareció extraƱo los excesivos ojos sobre nosotros, pues Alejandra era una belleza.

   Comenzó la clase y Alejandra se mostraba animosa y atenta a mis instrucciones.

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El maestro enseƱando a la dulce y seductora alumna.


   Me encontraba a su izquierda, con mi rostro a la altura de su hombro…todo iba de maravilla, podĆ­a oler su aroma a flores y sentĆ­a de primera mano su calor corporal.

   Un par de minutos de mi rutina de maestro y Alejandra casi se acostó de frente sobre la mesa, mientras observaba esas increĆ­bles nalgas apretadas dentro de su bluejeans.

   Entonces  me pidió cambiar de posición: ā€œponte de este lado Camilo… oriĆ©ntame mejorā€.

   La obedecĆ­ ciegamente, ahora me encontraba a su lado derecho, con su enorme y firme trasero milimĆ©tricamente centrado con mi entrepierna.


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Ese trasero que estaba justo frente a mĆ­.
    

   Estaba sĆŗper caliente, casi ni prestaba atención a lo que ella hacĆ­a, tenĆ­a sus nalgonas tan cerca de mi paquete, que si hubiera dado un leve empujón con mi pelvis se lo hubiera tocado.
De pronto sucedió lo increĆ­ble…

   ā€¦Alejandra casi acostada sobre la mesa, movió su enorme retaguardia hacia atrĆ”s e inevitablemente me tocó la verga.

   La erección que tenĆ­a era incontrolable, trataba de mantener el control, pero el monstruo actuaba por sĆ­ solo, y no tardó en acomodarse automĆ”ticamente para clavarse entre las nalgas de Alejandra.

   Era imposible que ella ignorara la casi empalada que le estaba haciendo, pero aun asĆ­ no alejaba su culo, es mĆ”s lo meneaba gozosa.

   Me imaginĆ© lo obvio... que era una chica seductora, por no decir pervertida, pues ese contacto no era para pasarlo por alto, o sea que ella lo consentĆ­a y en un lugar pĆŗblico!

   Por un instante pensĆ© que era una chica muy fĆ”cil y que antes del primer mes me la cogerĆ­a, claro que era un gran ingenuo al pensar eso.

   Entonces comenzó un jugueteo por parte de ella, retiraba su cola y por ratos me la volvĆ­a a colocar contra mi garrote.

   En mĆ”s de una ocasión la sorprendĆ­ lanzando miradas a mi entrepierna, creĆ­a que era de gusto, pero no era así… todo era un siniestro plan, que ejecutó a continuación

   Llegó el fatĆ­dico momento, Alejandra estaba lista sobre la mesa para golpear la bola blanca una vez mĆ”s y yo estaba totalmente distraĆ­do.

Alejandra: ā€œEntonces, chico, le doy ya a la bola blanca?ā€.

Sólo respondĆ­: ā€œEhh...que?? Oh si, si, dale, dale!ā€

Alejandra, inesperadamente para mí, pero esperable para todos los demÔs, lanzó el taco hacia atrÔs y con fuerza y precisión quirúrgica, impacto en mi testículo derecho.

El rĆ­gido taco, acertó en plena zona media-baja de mi gónada… lanzĆ”ndola hacia atrĆ”s…fue un golpe veloz y agudo.

Grite como loco  AAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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                                                                           La anatomĆ­a de Mi Dolor.                                                                          
   
   Todo el mundo rió y Alejandra brincaba de gusto como una niƱita, diciendo: ā€œle di a la bola!ā€.

   Las ocasiones en las que vio mi entrepierna, eran para no fallar su objetivo!…mis testĆ­culos!.

   TomĆ© con rapidez  mi adolorida entrepierna, casi se me salĆ­a la saliva por mi boca abierta tratando de tomar aire, retrocedĆ­ con las piernas temblorosas y logrĆ© sentarme en unas cercanas bancas.

   Me auxiliaron de inmediato, unos tipos sonrientes me decĆ­an que me calmara, que respirara profundo, que ya pasarĆ­a el dolor.

   Ellos podĆ­an decir lo que quisieran, era yo quien sufrĆ­a el dolor mĆ”s intenso de mi corta vida; Entonces vi borrosamente como Alejandra venĆ­a hacia mĆ­.

   Riendo me dijo: ā€œ Jajaja…bienvenido a la Universidad Granadina, Primiparo…jajajaja.ā€

   Con su sexy caminado se alejó.

   Continuaba recibiendo comentarios de Ć”nimo por parte del aĆŗn sonriente pĆŗblico.

   Un minuto despuĆ©s regresó Alejandra con una bolsa de agua helada, me la dio diciendo: 

   ā€œtoma!, ponte esto en los huevos, te harĆ” mejor; no habĆ­a hielo, pero esto te mejorarĆ” algoā€.

   ĀæQuĆ© estaba haciendo?...primero me golpeaba a propósito las bolas, y ahora trataba de aliviar mi pena?.

   Al ver mi cara de confusión, ella sonrió: ā€œlo siento chico, no pude evitar hacerte la pesada broma, Sorry!ā€.

   Replique sudoroso: ā€œbroma??ā€.

   AllĆ­ se me acerco al oĆ­do y dijo ā€œpero te diste gusto clavĆ”ndome tu cosa entre las nalgas no??, asĆ­ que no todo fue malo para ti!…perdona por golpearte los huevos, Ehh…como es que te llamas?ā€.

   ā€œCa...Camiloā€ respondĆ­.

   Alejandra: ā€œestarĆ”s bien, Camilo. Ya me tengo que ir…adiósā€.

   Se alejó caminando de esa forma sexy, unos pasos y me dio una Ćŗltima mirada.

   Ā”Ahhhh!, esa chica tan seductora viĆ©ndome y expresando una delicada sonrisa; fue una imagen que me quedó grabada.
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Su Ćŗltima mirada.

   Tras marcharse quedĆ© anonadado por sensaciones opuestas…El tremendo dolor que mi testĆ­culo me reportaba, y el contrario sentimiento de deseo y goce, por haber tenido la completa atención de esa chica, no sólo tocĆ”ndome la polla con su cola, sino ademĆ”s llamĆ”ndome por mi nombre.

   Luego de reponerme de tremendo golpe testicular, me contaron que ella cada semestre le hacia la misma ā€œbromaā€ a 2 o 3 incautos primiparos, todos acababan adoloridos y siendo objeto de risas.

   Volviendo al tiempo actual.

   Alejandra: ā€œle darĆ© ya mismo a la bola negra!ā€.

   Ā”Ā”ZAAAZ!!

   Ā”El terrible taco dirigido hacia atrĆ”s!, un certero movimiento patentado por Alejandra.

   Nuevamente un testĆ­culo aporreado, fuerza la obvia reacción de todo hombre.

   El chico de color gritó: ā€œĀ”AAaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!ā€.

   Su Ć”rea inguinal era un infierno, por cómo se acurrucaba el indefenso, su huevo izquierdo habĆ­a sido el blanco esta vez.
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Ɓrea inguinal izquierda al rojo vivo.

   Todos alrededor rieron; Internamente sentĆ­a dolor al recordar ese dĆ­a del semestre pasado, pero debo admitir que exprese una leve risa… era sensaciones que surgieron solas.

   TomĆ© un instante mi Ć”rea privada solo por hacerlo... como asegurĆ”ndome que no era yo el que sufrĆ­a la agonĆ­a que escuchaba.

   PensĆ©: -por lo menos la malvada no discrimina!, golpea bolas blancas y negras por igual-.

   Mientras ayudaban a sentarse al lastimado chico, Alejandra pasó un instante a mi lado, aproveche y le dije en voz baja: ā€œque mala eres Alejandra!ā€.

   Desde la broma del semestre pasado no me habĆ­a acercado a ella; no crean que es algĆŗn trauma por haber sido golpeado por ella en esa vergonzosa zona y en pĆŗblico.

   Ā”No!, simplemente me mantenĆ­a alejado por considerarla inalcanzable para mĆ­, despuĆ©s de todo ella era la mĆ”s bella de la universidad y yo era sólo un chico mĆ”s.

   Alejandra me era una especie de Amor platónico, y como toda persona con un amor platónico, no saben cómo la observaba a diario!.

   En fin…Ella me miró un segundo y sonriente respondió: ā€œOh, Camilo. Ā”QuĆ© bueno saludarte!… no soy mala, pero ya conoces como me gusta bromear,jaja!, Ā”Oh!, espĆ©rame y hablamos luego, ahora voy por algo de hielo!ā€.

   Se alejó en dirección al Ć”rea de refresquerĆ­a, dejĆ”ndome embobado; me halagó que recordara mi nombre.

   La esperarĆ­a la vida entera si ella me lo pedĆ­a!.


Fin.

Gracias
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com

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