Ballbusting entre maduros (4/8): La T1012 - Las Bolas de Pablo

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8 feb 2016

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Ballbusting entre maduros (4/8): La T1012


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La serie se extiende 3 cpitulos mas porque ha sido una de las que mas ha gustado, tambien se une un nuevo personaje que la hara mas extrema.

CONTIENE:

-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Marcos Chacón habĆ­a recibido el miĆ©rcoles de esa semana una tarjeta de invitación a una residencia de parte de Marcel, la misma tambiĆ©n fue entregada a Francisco y Lisandro, ya el dĆ­a de la reunión, todos se fueron juntos hasta el lugar de encuentro donde por su ubicación sabĆ­an que no era el lugar de residencia del humilde Marcel.


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   ā€”Mi nombre es RenĆ© —los saludó el sujeto dueƱo de aquella casa majestuosa. Era un hombre larguirucho, de tez blanca, cabellos negros y cara ovalada.


   ā€”Yo te he visto antes —expresó Marcos Chacón luego de presentarse y estrechar su mano—. Creo que por comerciales deportivos en televisión.



   ā€”Exactamente —corroboró RenĆ© tras saludar a Lisandro—, he grabado comerciales asĆ­ como espacios de deportes para la televisión nacional y de cable.



   ā€”Ɖl es el padre de Simón Chacón, el conductor de tv —dijo Lisandro sin contener la explicación—, el del programa que pasan por las noches de entrevistas "Chacon".



   ā€”Ah, el huevudo —comentó RenĆ©.



   ā€”ĀæCómo? —alzó las cejas Marcos.



   ā€”He estado en su programa —prosiguió RenĆ© invitĆ”ndolos a pasar a la casa de aspecto armónico, de lujo y con muchos vidrios y madera—. Y tengo un segmento de entrenamientos en el matinal del canal.



   ā€”Te he visto cuando puedo —afirmó Francisco.



   ā€”Vengan, es por aquĆ­ —comentó RenĆ© abriendo una puerta ubicada en la sala de estar, el sitio comunicaba con unas escaleras que daban al Ć”tico.



   ā€”Vamos, sin miedo —aclaró Marcel siendo el primero en bajar.



   Fue escoltado por Marcos, Lisandro, Francisco y por Ćŗltimo RenĆ©, la alacena era un sitio provisto de luces blancas, paredes color marfil, con maquinas para hacer pesas, ejercicios de piernas y abdominales, en general parecĆ­a un pequeƱo gimnasio, Marcos observó que al centro de la habitación habĆ­a una maquina cubierta por una manta. RenĆ© cerró la puerta y se terminó de unir al grupo de amigos aclarĆ”ndose la garganta.



   ā€”Soy amigo de la infancia de Marcel —dijo—, nuestra confianza es absoluta. Ɖl me ha contado de su grupo y los juegos que han tenido juntos. Hoy, he querido invitarlos para ampliar sus aventuras.



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   ā€”ĀæA quĆ© te refieres? —quiso saber Francisco.


   ā€”Marcel me relató que hace pocos dĆ­as tuvieron una tonta discusión acerca de quien tenĆ­a los huevos mĆ”s resistentes y quien era el mĆ”s dĆ©bil —algunos de los presentes se rieron—, y yo les tengo la respuesta.



   Lisandro proclamó una risa burlista para luego preguntar:



   ā€”ĀæY cómo?



   ā€”AquĆ­ —respondió RenĆ© dirigiĆ©ndose al artefacto cubierto por la manta, a continuación procedió a mostrarla a los acompaƱantes—. Les presento a la maquina T1012.



   AhĆ­ habĆ­a un artefacto moderno, tecnológico y electrónico, mostraba una pantalla y bajo ella un teclado con algunos nĆŗmeros que asemejaban a los de un computador, en un lateral habĆ­a una rendija que hacĆ­a la función de impresora, sobre la base superior reposaban incrustados cuatro cilindros de cristal con un lĆ­mite de seis, bajo ellos habĆ­a una abertura redonda y cerrada que solo se abrĆ­a al tener la maquina endendida.



   ā€”La comprĆ© en uno de mis viajes a China, me pareció interesante y la adquirĆ­.



   ā€”ĀæY de quĆ© manera esa maquina nos dirĆ” quien tiene las bolas mĆ”s fuerte? —preguntó Francisco—. Yo por ser el mĆ”s joven sĆ© que soy el mĆ”s fuerte de estos pares de ancianos.



   ā€”Jajaja, ay por favor, callate Francisco.



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   ā€”Es el primero en chillar como seƱorita —se burló Marcos disimuladamente acariciando su abultada entrepierna.


   ā€”Les explico —sonrió René—: ustedes se acercan a aquellos cilindros y muy generosamente depositan su semen allĆ­, la maquina luego analizarĆ” todas las muestras, deben colocar todo absolutamente toda su reserva en la maquina para resultados mĆ”s fidedignos. Ella analizarĆ” las muestras y alojarĆ” cuatro resultados en base a 25 puntos para un total de 100. Las categorĆ­as que la maquina evalĆŗan son: resistencia, capacidad de fertilidad, producción de semen y potencial sexual.



    —Parece divertido —comentó Marcos Chacón despuĆ©s de analizar la situación.



   ā€”Me interesa la fertilidad —dijo Francisco quien ya parecĆ­a que su polla querĆ­a reventar la tela del pantalón con la erección.



   ā€”Mis bolas no creo que sean tan resistentes —comentaba con duda Lisandro.



   Marcel tenĆ­a un grato brillo en los ojos y una diminuta sonrisa.



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   ā€”Podemos intentarlo —dijo. Y comenzó quitĆ”ndose la franela, revelando un pecho piso y afeitado. Seguido se bajo el pantalón y caminó con un bóxer mostrando un redondo trasero. Se paró frente a la maquina—. Vengan, aquĆ­ los espero para que comencemos a pajearnos al mismo tiempo.


   ā€”Eso es un hombre atrevido y emprendedor —sonrió RenĆ©.



   ā€”Voy a demostrarles que mis huevos de monstruo son los mĆ”s resistentes de todos —habló Marcos Chacón. Se abrió la corbata, se quitó la chaqueta y luego la lanzó contra una bicicleta elĆ©ctrica, procedió a quitar su camisa revelando los grandes pectorales del que era dueƱo.



   ā€”Wow, Marcos. Que buenos pechos tienes —elogió RenĆ© encaminĆ”ndose a el y palpando con sus alargadas manos los pechos del seƱor—, tu esposa debe ser feliz durmiendo aquĆ­, mira esos brazos, que bĆ­ceps mĆ”s fuertes.



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   ā€”Deje quieto —pidió Marcos arrugando el ceƱo y lanzando un manotazo a René—, no soy ningĆŗn, marica, no te equivoques.


   RenĆ© se rió bajando los brazos, acercó la cara a la de Marcos y sus labios casi rozaron a los del seƱor, los demĆ”s amigos rieron, el seƱor Chacón tuvo que empujar a RenĆ©.



   ā€”Te felicito de estar seguro de tu sexualidad —dijo RenĆ© dando media vuelta y se quedó plantado dĆ”ndole la espalda a Marcos. Subió la voz—. SeƱores, yo soy feliz tanto agarrando una vagina como amasando una polla, jajaja, y las bolas... son mi plato fuerte —de manera inesperada levantó el talón hacia atrĆ”s y este subió entre las piernas abiertas de Marcos chocando contra sus vulnerables bolas.



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   Las pelotas de Marcos chocaron contra su pelvis y este cayó al suelo luego de lanzar un fuerte grito lleno de sorprea y dolor, adolorido se mecia con sus manos metidas entre las piernas, tenĆ­a la boca abierta mostrando los dientes mientras se quejaba.


   ā€”AsĆ­ te ves mejor —sonrió René—, ya veremos si eres tan resistente como aparentas. ĀæY ustedes?



   ā€”Ya inicio —aseguró Francisco quitĆ”ndose los zapatos de cuero—. Pero no te acerques.



   Pero RenĆ© centro la mirada en Lisandro, que se quitaba la camisa a cuadros y mostraba el pecho duro acompaƱado de un abdominal fornido con un abdomen musculoso.



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   ā€”Vaya cuerpo —comentó RenĆ© acercĆ”ndose para palparlo—, esto es lo que un hombre como yo dedicado al fitness admira, un cuerpo asĆ­.


   ā€”Toca lo que quieras —aseguró Lisandro subiendo la cabeza mientras sentĆ­a las manos de RenĆ© entre sus pechos. Lisandro estaba nervioso.



   ā€”ĀæY estĆ”s casado? —quiso saber RenĆ© pasando el dedo Ć­ndice del pecho hasta los abdominales.



   ā€”SĆ­ —confirmó Lisandro decidido mirĆ”ndolo ahora a los ojos—, felizmente casado con mi esposa y un hijo.



   ā€”Yo tambiĆ©n estuve casado y con dos hijos —afirmó RenĆ© dando media vuelta y ahora dando la espalda a Lisandro que enseguida se protegió los testĆ­culos con las manos—. Me gustan las vaginas pero mi matrimonio se fue a la cresta —se alejó de Lisandro que respiró en seƱal de alivio mientras se quitaba el cinturón.



   Francisco se habĆ­a quitado los zapatos, calcetines y el pantalón, sus pies eran largos y de uƱas cortas y limpias, RenĆ© miró su trasero y entrepierna.



   
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—Bonito bulto —comentó.



   Francisco se quitó la corbata y luego la camisa mostrando el pecho grueso y corpulento echó una mirada a ambos lados y se quitó la ropa interior revelando su pene medio duro y grueso que mostraba una cabeza rosada, tenĆ­a un escroto grande que se balanceaba en los muslos. RenĆ© sonrió y le dio una nalgada cuando pasaba por su lado para situarse frente a la maquina. Lisandro fue mĆ”s lento, se quitaba su ropa y de a poco la doblaba para situarla sobre una maquina de hacer pesas. Tragó mucha saliva antes de determinar si se desnudaba o no.



   ā€”Ā”Hazlo! —invitó RenĆ©.



   Cuando bajo la ropa interior entre sus piernas mostró los glĆŗteos blancos y lampiƱos. Su pene se mostraba mediano y con algunos vellos entre castaƱos y cano, en erección no superarĆ­a los 16cm pero sabĆ­a como complacer a su esposa en la cama, dos pequeƱos testĆ­culos estaban dentro de su escroto arrugado que muchas veces lo dejaron tirado en el suelo tras balonazos jugando fĆŗtbol, caminó hasta la mĆ”quina y RenĆ© lo admiró de pies a cabezas.



   ā€”Ā”Hey, Marcos, ven acĆ”!



   ā€”Creo que su amigo quedó tan dĆ©bil que la polla se le murió.



   ā€”Ā”Ja,ja,ja!



   Marcos Chacón le lanzó a todos una fulminante mirada, se levantó del suelo y acarició sus bolas, se quitó los zapatos y se abrió el pantalón, lo dejó caer dejĆ”ndolo en el suelo.



   ā€”ĀæTe gusta lo que ves? —preguntó a RenĆ© agitando los brazos. 
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   ā€”Pues... para tener hijos tan grandes tienes un cuerpo muy bien cuidado.



   Marcos Chacón soltó una risa pesada, agarró su bóxer de la cintura y tiró hacia abajo mostrando la larga polla y los cojones mĆ”s grandes que RenĆ© habĆ­a visto en su vida.



   ā€”Ā”Santa madre! —exclamó—. ĀæEstĆ”s enfermo o cómo? ĀæTienes hidrocele o quĆ©?



   ā€”Este par de pomelos —indicó Marcos Chacón agarrando sus bolas grandes como pelotas en sus manos—, estĆ”n mĆ”s sanos que los de un reciĆ©n nacido.



   Marcos Chacón se acercó a la maquina bajo la admiración de RenĆ©, allĆ­ estaban cuatro hombres desnudos a excepción de Marcel que tenĆ­a la pequeƱa polla sobre el bóxer apuntando al cilindro. RenĆ© se acercó a la maquina y pulsó el teclado, el artefacto hizo un leve sonido en seƱal de que iniciaba, acto seguido los cĆ­rculos bajo los cilindros se abrieron revelando un hueco oscuro. RenĆ© que estaba al lado de Francisco metió una mano en el hueco y sacó unos cables que en su orilla tenĆ­a dos divisiones que se asemejaban a audĆ­fonos.



   ā€”ĀæQuĆ© es eso?



   ā€”Esto irĆ” sujeto a sus testĆ­culos y es para medir su resistencia.



   ā€”ĀæQuĆ© hace? —preguntó Lisandro al lado izquierdo de RenĆ©.



   ā€”Les cocinarĆ” las bolas, Ā”jajajaja! No, es falso, esto a parte de su semen evaluarĆ” la condición de sus testĆ­culos... ahora bien, voy a colocĆ”rselos.



   ā€”Yo lo puedo hacer —negó Marcos Chacón, enseguida retrocedió asustado al recibir un electrocutazo cuando metia a mano en el hueco.



   ā€”Jajaja, tengo que hacerlo yo, tiene mis huellas registrada.



   A continuación RenĆ© colocó ambos dispositivos en las bolas de Lisandro que enseguida quedaron pegados sin dificultad. Seguido fue Francisco quien sintió los aparatitos en la parte baja de su escroto. Cuando fue el turno de Marcos, RenĆ© masajeó sus grandes huevos y comentó Ā«Que bolas mĆ”s pesadas, eh, te fastidian para caminarĀ» los circuitos fueron colocados a los lados de sus fuertes cojones; a Marcel hubo de bajarle el bóxer a las piernas para colocarle los aparatos entre sus huevas pequeƱas. Finalmente RenĆ© maniobró el teclado y anunció:



   ā€”Ā”La mĆ”quina estĆ” lista para tragarse su semen!



   Tres de los cuatro hombres se rieron y la T1012 mostró al centro una luz verde.



   Marcos se mordió el labio inferior y agarró su pene con la mano derecha para balancearlo de arriba hacia abajo. Cerró los ojos y respiró profundo.



   Francisco acariciaba su verga con movimientos constantes, tenĆ­a la vista clavada en el cilindro de cristal mientras la polla se hinchaba y se hacĆ­a gorda.



   Lisandro entre jadeos dio a entender que espasmos de placer experimentaba su fibroso cuerpo desde la barra de su erecta polla.



   El pene de Marcel se mostraba meramente tieso, era flaco y blanco, vellos rubios adornaban exquisitamente su pubis, el obrero comenzó a aumentar el ritmo de sus masturbación.



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   Marcos Chacón sacudió su inmenso pene febrilmente, gimiendo de placer. Apretó los dientes y cerró los ojos. Con un largo gruƱido gutural su crema de macho salió del pene tan pegajosa y blanca que resbaló de manera lenta por el cristal para acumularse al fondo en un charco como de gelatina.



   Francisco gimió, la cabeza de su verga se habĆ­a puesto roja y parecĆ­a palpitar sola. ParecĆ­a que se iba a reventar de lo caliente.



   Lisandro jadeo sus huevitos comenzaban a ascender sobre su hermoso pene blanco.


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   Marcel frotaba con su mano en posición invertida su güevo, se movĆ­a como loco mientras arqueaba la espalda y levantaba la mirada.



   Marcos Chacón gimió mientras seguĆ­a masturbando su polla. Echaba la cabeza hacia atrĆ”s dominado por el Ć©xtasis.



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   Con un gruƱido potente Lisandro eyaculó. Su verga estalló un chorrete de sustancia viscosa con color blanco lechoso que sonó con fuerza al salir expedida.



   Los ojos de Francisco estaban llenos de lĆ”grimas y su boca se cerraba como si estuviera oprimiendo un cosquilleo de su pene o una mamada espectacular. Su pene escupió en aquel momento una impresionante cantidad de semen.



   Marcel gemĆ­a de placer, ahora a acariciaba con la yema de los dedos la cabeza de su pene.



   Nuevamente, con un rugido, Marcos Chacón mojó las paredes del cilindro con un grueso chorro de semen.


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   Francisco apretaba el tronco de su pene, empezaba a acumular perlas de sudor en sus pectorales.



   ā€”AAAAHHH, AAHH —exclamaba en excite Lisandro, una gruesa gota de semen brotó de la punta de su polla.



   Marcel lanzó una reverencia, luego cerró los ojos y su pene estalló con un primer chorro de leche espesa y cremosa que salpicó por el embudo.



   RenĆ© sonrió y dijo con alegrĆ­a.



   ā€”Muy bien, seƱores. Ahora con las muestras de cada uno, inicia la segunda etapa del juego.



   ā€”ĀæQuĆ© etapa? —quiso saber Marcos con la mano embarrada de semen aĆŗn manipulando su verga tiesa.



   Desde ese momento la polla del arquitecto vomitó otra voluminosa carga de leche, el chorro de baba pegajosa se abrió camino en el cilindro para unirse al inmenso charco en el fondo.



   De repente Marcos Chacón soltó un grito desgarrador, el dispositivo conectado a su escroto hizo un pequeƱo sonido y un corrientazo elĆ©ctrico se envió a sus bolas, sancochando a su hirviente semen que era preparado en ese momento.



   ā€”ĀæQuĆ© fue eso? —gruñó.



   ā€”No pares de masturbarte —indicó René—. Porque eso evaluarĆ” la resistencia de sus gümaros, sigan masturbĆ”ndose hasta quedar secos.



   La excitación de Francisco se redujo con el grito de Marcos, sin embargo se rió, suspiró, y continuó masturbĆ”ndose.



   Lisandro escapó un exquisito gemido de placer, abrió la boca mientras su nĆ©ctar pegajoso corrió por el cristal.


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   AutomĆ”ticamente los dispositivos pegados a ambos lados de sus bolas se movieron e impresionantemente deformaron su escroto como si de una mano invisible le apretara los huevos, Lisandro inhaló bruscamente.



   ā€”Ā”No pares, Lisandro —pidió RenĆ©.



   ā€”Me duele —gimoteo el hombre, en ese momento los dispositivos se separaban dejando de comprimir sus desdichados testĆ­culos.



   ā€”No pierdas la fuerza, amigo.



   ā€”Ahhhhhhhh —se quejaba Lisandro volviendo a mover su pene.



   Marcel eyaculó sobre el cilindro gimiendo de placer, en ese momento de su pene salĆ­a disparado un rĆ”pido y sonoro hilo de semen que de una vez aterrizó en el fondo.

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   Y a partir de ahi, el dispositivo subió de forma fulminante los testĆ­culos contra su pelvis, aplastando sus gónadas arrancĆ”ndole un alarido de dolor.



   Marcos Chacón introdujo mĆ”s baba pegajosa en el recipiente, y el dispositivo empujo tambiĆ©n sus cojones contra su pelvis.



   Tanto Marcel como Marcos gritaron de dolor sintiendo sus huevos aplastados contra el hueso pĆ©lvico. Cinco segundos despues el dispositivo hizo descender los cojones dejandolos heridos.



   Francisco gimió de placer y tres lotes de sustancia pegajosa aterrizaron contra el vidrio de su recipiente. Los dispositivos sonaron rostizando los pelos de sus bolas al darle una fuerte corriente elĆ©ctrica, Francisco dio un aullido de agonĆ­a.




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 El güevo de Lisandro  estaba tieso de duro, seductoramente chorreaba lĆ­quido seminal, hizo un ruido gutural y de su polla con un "prrrrr" por ruido salió otro pegote grandioso de leche. Con ello emitió un grito cuando los dispositivos comenzaron a  dar vueltas retorciendo completamente su escroto.



   ā€”AAAAAAHHHHHHHHHHG —gritaba Lisandro completamente sudado y con los ojos desorbitados.



   Luego de diez segundos su escroto dejó de retorcerse dejĆ”ndolo en la forma natural. Lisandro cayó al piso sobandose las bolas.



   ā€”Lisandro tienes veinte segundos para incorporarte y seguir jalandotela... si no lo haces la T1012 volverĆ” a estrujarte las bolas pero durante un minuto.



   Lisandro gimió y con las piernas temblorosas pudo incorporarse.



   Marcel anunció su orgasmo con un gemido gutural, escapando asĆ­ de su pene dos filas en linea recta de semen que chocaron con el fondo y salpicaron contra el vidrio despegando algunas gotas. Sus pelotas se comprimieron con los dispositivos, y la alacena se lleno de sus gritos que cada vez se oĆ­an como de seƱorita, luego de 13 segundos sus bolas dejaron de ser torturadas.



   La polla de Marcos seguĆ­a tiesa y en su mĆ”ximo esplendor, el viejo cerró los ojos y echó atrĆ”s la cabeza, no sin antes haber apuntado bien el miembro al cilindro.



   Otra rĆ”faga de semen caliente se disparó al cilindro, era menos potente que las anteriores oportunidades pero todavĆ­a seguĆ­a siendo mucho e impresionante. Al instante las bolas de Marcos se distorsionaron de forma gracias al dispositivo. El seƱor cayó de rodillas gritando someramente, agarrando sus pelotas y con los ojos llorosos.




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 Francisco gimió apuntando el pene gigante al vidrio y grandes chorros, hicieron subir casi al doble lo que ya estaba acumulado. Francisco sintió un corrientazo elĆ©ctrico en las pelotas justo en el momento que Marcos llorando se ponĆ­a de pie para volver a frotar a su ya casi moribundo pene.



   Lisandro cerraba los ojos mientras movĆ­a su polla frenĆ©ticamente, gotas de sudor resbalaban por su cuerpo y se mezclaban al fondo con su esperma al caer por el cilindro, sin duda alguna Ć©l experimentaba un rico orgasmo. Con un rugido soltó su polla. Una ola de semen se apareció en la ranura de su verga que pronto se convirtió en cuatro pegajosos y cremosos disparos blancos. Los dispositivos se activaron y comprimieron sus bolas como si fueran dominadas por una mano.



   Lisandro gritó de dolor y empezó a llorar mientras sus bolas volvieron a descender en el escroto. Se habĆ­an tornado rojas e hinchadas.



   Marcel negaba con la cabeza, sacudĆ­a su verga que ya tenĆ­a segundos flĆ”cida y muerta, seguĆ­a intentado reanimarla en vano.



   RenĆ© miró a Marcos, Ć©l estaba apoyado en un brazo de la maquina, su pene chorreaba pequeƱos hilillos de semen, Francisco acariciaba sus gónadas y Lisandro se enfocaba tambiĆ©n en proteger sus tiernas huevas mientras el pene se quedaba flĆ”cido.



   ā€”Creo que hemos terminado, machos —comunicó RenĆ©, se acercó a la T1012 e inteligentemente pulsó el teclado algunos nĆŗmeros, luego miro uno por uno a los hombres—... No recuerdo cual era la otra opción... Āæ3, 7, 69? —los maduros lo miraban interrogantes—. Oh, ya... trago#4 —y marcó esas teclas enseguida los cilindros descendieron para penetrar a la maquina y comenzó a hacer algunos ruidos tĆ©cnicos—. Pueden separarse de aquĆ­, machos, mientras se imprime el resultado.



   Cada uno retiró el dispositivo de sus bolas.



   Marcos Chacón se echó la piso sobando sus pesadas huevas, Francisco se sentó en una maquina de hacer pesas, sus bolas colgaban graciosamente, Lisandro permaneció de pie acunando sus pelotas y Marcel acompañó a Marcos en el suelo.



   Los cinco hombre oĆ­an con atención los sonidos mecĆ”nicos que proclamaba la mĆ”quina, algunos comenzaron a bromear sobre los pedazos de semen hipernaturales que expulsaron. En cinco minutos la maquina comenzó a imprimir los resultados y RenĆ© se acercó a buscarlo.



   ā€”DarĆ© un premio al ganador —dijo al coger la hoja—, y un premio de consolación a quien pierda, recuerden que son resultados sobre 25 para una sumatoria de 100 —todos lo miraban con atención mientras leĆ­a la hoja:



Muestra A: Marcos



Resistencia Testicular 23



Capacidad de fertilidad 25



Producción de semen 25



Potencial sexual 25



Total 98 de 100



Muestra B: Francisco



Resistencia Testicular 23



Capacidad de fertilidad 24



Producción de semen 25



Potencial sexual 25



Total 97 de 100



Muestra C: Lisandro



Resistencia Testicular 24



Capacidad de fertilidad 20



Producción de semen 23



Potencial sexual 25



Total 92 de 100



Muestra D: Marcel



Resistencia Testicular 20



Capacidad de fertilidad 20



Producción de semen 23



Potencial sexual 20



Total 83 de 100



   Tan pronto dieron los resultados Marcos, Francisco y Lisandro se abrazaron desnudos, era un desfile de pollas y bolas saltando, Marcel hundió la cabeza humillado y avergonzado ante semejantes resultados.



   ā€”Fertilidad al tope, Marcos —reĆ­a Lisandro—, donde pones el güevo dejas el hijo jajaja, por eso tienes cuatro. Ā”Y quien sabe cuantos quedarĆ­an secos en las sĆ”banas.



   ā€”Ā”Jajajaja!



   ā€”Ā”Jajaja!



   ā€”Hey, dijiste que me darĆ­as un premio —aseguró Marcos dando media vuelta para mirar a RenĆ©.



   Tan pronto se movió RenĆ© disparó entre sus piernas una patada directa a sus desnudas y vacĆ­as bolas, Marcos aulló de dolor y se cayó derrotado y sin fuerzas al piso. Francisco se burló y Lisandro abrió la boca protegiendo sus pelotas.



   RenĆ© se dirigió al tablero de la maquina y oprimiendo los botones exigió:



   ā€”En cuanto al perdedor quiero que lo sujeten... al mala cama de Marcel.



   Lisandro y Francisco se miraron y sonrieron saliendo corriendo para sujetar a Marcel que casi escapaba. El entre gritos casi sollozaba para que le dejaran ir. De una compuerta de la maquina que daba al piso RenĆ© se agachó para extraer lo que parecĆ­a un vaso de vidrio con un contenido blanco y viscoso muy voluminoso.



   ā€”Ā”SUELTENME, NO, DEJENME IR!



   Marcel se debatĆ­a furioso siendo sujetado por Francisco y Lisandro, mientras Marcos continuaba en el piso sujetando sus pelotas.



   ā€”Esta es una nutritiva mezcla del semen de Marcos, Francisco y Lisandro —explicaba RenĆ© mostrando con orgullo el vaso caliente—, te la tomaras para que asĆ­ puedas adquirir la potencia de tus mĆ”ximos sementales.



   ā€”NO, NO, JAMƁS TOMARE ESO, NO.



   ā€”Entonces cojerĆ© esas mancuernas y te la pondrĆ© en las bolas. Sabes que soy capaz.



   Marcel gimió como un chiquillo herido. RenĆ© agarró con una mano su mandĆ­bula y la obligó a abrir mientras con la otra acercó el lĆ­quido pastoso a su boca. La lengua se llenó de aquella Ć”cida mezcla espesa que le envolvió la garganta, Marcel pronto entró en peligrosas arcadas, sus captores le soltaron.



   Francisco y RenĆ© se reĆ­an a carcajadas, mientras Lisandro portaba una erección que no se ocupó en ocultar, Marcos continuaba temblando en el piso, RenĆ© arrojó el resto del contenido en la cara de Francisco manchando su boca mejilla, lengua y cejas culminando de esa manera sus risas de estruendo.

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