CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Desde que Pablo trabajaba en la empresa de construcción junto a su padre -y ahora mĆ”s recientemente su hermana Yenny- acostumbraban a turnar un vehĆculo por semana para trasladarse hasta la empresa, esa semana era Marcos Chacón quien manejaba.
āNo ārespondió Pablo desviando la mirada a la ventanillaā, no me sucede nada. Yo estoy tranquilo.
āYo tambiĆ©n te he sentido mĆ”s pendejo de lo normal āmurmuraba su hermanaā, a mi tampoco me has querido contar nada.
āPero no sean tan dramĆ”ticos que no me pasa nada, estoy tranquilo. No se pinten tantos cuadros que no hay colores.
āEntonces si no sucede nada sube ese Ć”nimo y cambia la cara āaseguró el seƱor Marcos.
En aquel momento la camioneta del patriarca Chacón penetraba al
estacionamiento ubicada a un Ɣrea lateral de la constructora, luego de
aparcar en una zona especĆfica se apearon y enseguida el seƱor Chacón fue abordado por unos obreros que se dirigĆan a una obra. Pablo y Jenny caminaron hasta la escaleras que los conducĆan al interior del edificio. Yenny se dirigió rumbo a la oficina donde se desempeƱaba, Pablo continuó en la planta baja donde caminó a la recepción lugar que era atendido por una bella rubia.
āMuy bien, Pablo āaseguró ella con una sonrisa.
āPaola, Āæayer por la tarde llegó alguna recepción para mi?
āNo, en lo absoluto. Todo lo que ayer llegó, ayer lo entreguĆ©. Pero
para usted nada se dejó aquĆ.
āEstĆ” bien, Paola. Entonces debe estar por llegar hoy. Te agradezco
mucho que apenas llegue lo subas a la oficina, es un asunto importante, es una carta enviada desde MÔlaga con documentación importante sobre una construcción y debo trabajar en eso lo mÔs pronto posible.
āEntendido, Pablo.
En aquel preciso instante llegó a la recepción un sujeto de piel morena, cuerpo fuerte y arduamente trabajado para mostrar cada fibra de potente mĆŗsculo, usaba barba y el cabello corto, el sujeto saludó con cortesĆa y se dirigió a la mujer que se habĆa puesto mĆ”s vivaracha como cuando llegaba un buen mozo a la recepción. Pablo discretamente lo miró de pies a cabeza.
ā... y estoy interesado en buscar el presupuesto para la ampliación de un local āterminaba de explicar.
Pablo se apresuró en responder antes que la chica, al final era su labor, asĆ aprovechaba la ocasión de abordar al guapo tipo. Apenas le habló observó como el muchacho le miraba por primera vez, unĆa las cejas a tiempo que sonreĆa mirĆ”ndole, luego al ver la reacción confusa de Pablo, recuperó el aplomo.
āEl Ć”rea de presupuesto es en lo que te puedo ayudar. Soy Pablo Chacón, gerente de la oficina financiera de la empresa āle tendió la manoā, ĀæEspecĆficamente quĆ© local deseas ampliar?
āEs un gimnasio ādetalló el hombre intentado reprimir una sonrisaā, El Capitolio, soy su dueƱo y quiero hacerlo mĆ”s grande de lo que es.
āMuy bien āafirmó Pablo, conocĆa aquel exclusivo lugarā. Para ello deberĆas traer documentación sobre las dimensión actual del gimnasio, acĆ” ella te entregarĆ” una hoja donde rellenarĆ”s las remodelaciones que quieres efectuar, luego todo eso me serĆ” entregado āPablo sonrió por la burocracia que aplicaba aquel lugar de trabajoā, allĆ te enviarĆ© unos expertos que terminaran por detallar mĆ”s profundamente el lugar y me entregaran un informe mĆ”s preciso con la remodelacion, en base a eso harĆ© el presupuesto y te lo presento.
El hombre afirmó con la cabeza.
āEntonces si tienes el plano con las medidas del local puedes entregarlo.
āTengo el documento con el terreno āafirmó el jovenā, ahĆ se especifican las medidas.
āEs vĆ”lido. Entonces puedes dejarlo con ella y llenar la planilla.
āOh, muy bien āafirmó el hombre sonriendo.
MirĆ”ndose a los ojos ambos se despidieron dejando a Pablo contrariado y con algunas confusiones. El hijo de Marcos Chacón subió en ascensor a su oficina, estaba seguro que ese muchacho reprimió una sonrisa cuando apenas lo vio, ya cuando llegaran los papeles a su oficina sabrĆa su nombre.
Entró al despacho y se centró en terminar el trabajo que habĆa dejado el dĆa anterior. Ciertamente si estaba triste desde hacĆa varios dĆas, pues habĆa descubierto que verdaderamente Alfredo mantenĆa una relación secreta con Jorge, una persona muy detestable con la que ya habĆa tenido ciertas rivalidades, y Pablo nunca se hubiera esperado una traición tan grave de parte de Alfredo, lo peor del caso era que Alfredo le trataba como si nada entre ellos estuviera mal y lo peor aun era que Pablo le seguĆa el juego y seguĆa compartiendo en pareja con Ć©l como si no supiera nada. Incluso el sexo habĆa perdido su magia pero Alfredo daba su mejor actuación.
"QuƩ descarado" pensaba a veces Pablo cuando lo miraba a los ojos.
El teléfono de la oficina empezó a sonar y Pablo acudió a contestar.
āHey, chĆ©, Āæya fuiste a saludar a tu fiel pareja?
āCallate, NicolĆ”s, o te romperĆ© la boca.
āHe, pibe, pero si yo soy franco. Es el tipo de allĆ” abajo que estĆ” jugando con vos. Yo sólo querĆa saber como te sentĆs hoy y si amaneciste con las ganas de ya acabar con la treta de tu parejita.
āChĆ©, vos no podes seguir asĆ. Ese boludo no se puede seguir mofando de ti... bueno, el boludo sos vos realmente, tremendas huevas jajaja.
āNicolĆ”s ya tendrĆ© mi tiempo para descubrirlo. Quiero esperar hasta que Ć©l se atreva.
āChĆ©, ordenarĆ© que te fabriquen un cómodo asiento para que te sentes a esperar. EsperaĀ“ bajare con los obreros... Ā”Ese pibe nunca te contarĆ” nada! Tiene tiempo con el otro muchacho, no te contarĆ” nada... sos muy inteligente para tomar esa actitud, Pablin...
āEspera... āPablo miró a la puerta que era tocadaā. Adelante.
Hubo una corta comunicación entre él y su secretaria que le entregaba un lote de papeles que cuando quedó solo, Pablo comenzó a hojear.
āĀæQuĆ© fue eso, Pablo?
āLa seƱora Rosa que me entregó los datos de un cliente que conocĆ abajo en recepción......... asĆ que tiene por nombre David Aceituno...
āĀæAceituno? Jeje, bonito apellido.
āPues no āsonrió Pabloā, bonito es Ć©l.
āĀ”Heeeey, sos un sucio, Pablo! Pero contĆ”, Āæcomo es el fulano ese que conociste?
āEs guapo, con el cuerpo fuerte como me gusta, no es tan alto pero tampoco chaparro...
āY rubio como dios nórdico, supongo que ha de ser parecido al tonto de tu novio fiel
āPues no, es muy moreno, tiene linda sonrisa y de cara tierna... me gustó. A parte que intentaba ocultar una sonrisa cuando apenas me vio.
āĀæEstĆ”s seguro?
āSĆ, yo estaba muy pendiente de su rostro... oprimĆa una sonrisa.
āQuizĆ”s se te estaba saliendo un moco, pibe. O vio la cara de pervertido que tenĆ©s.
āNo seas idiota.
āĀ”AJAJAJAH!... ChĆ©, ĀæestĆ”s seguro si es gay?
āNo... estoy con la duda...
āQue sonso... ĀætenĆ©s batalla hoy?
āSĆ.
āĀæIrĆ”s con tu fiel pareja, o invitarĆ”s a tu nueva conquista?
Pablo lanzó una risa.
āInvitarĆ© a Alfredo.
āChĆ©, rompes pelotas, Āæcomo podes seguir tratando a ese hijo de perra como si nada, eh? Me sacĆ”s de las casillas.
Antes de que Pablo pudiera responder NicolĆ”s cortó la comunicación, Pablo le iba a devolver la llamada pero meditó en que ya la molestia se le pasarĆa al joven. Por breves segundos se quedó mirando el nĆŗmero telefónico de David.
"ĀæY si lo llamo para avisarle que ya tengo sus requisito?" Pensaba ". No, mejor mando a hacer la inspección y lo contacto cuando tenga su presupuesto y lo cite aquĆ. Ā”Controlate Pablo, aun tienes una situación que controlar con Alfredo!"
Pablo se dedicó a su trabajo, despuĆ©s de mediodĆa supo que la inspección se estaba efectuando en el gimnasio de David. Antes de la hora de salida de la jornada laboral visitó a Alfredo planteĆ”ndole el acompaƱamiento a la batalla el cual alegó que estaba atareado de trabajo y no lo podrĆa acompaƱar y acarreó una discusión por parte de Pablo al decirle que antes lo acompaƱaba a todas partes y ya no.
āPero antes no tenĆa el trabajo de ahora āle respondió Alfredo.
Al final Pablo prefirió serenarse y aceptar la negativa del fortachón, salió de su oficina contĆ”ndole vĆa celular lo ocurrido a NicolĆ”s, que terminó riendose de la situación y aceptó acompaƱarlo siempre que lo llevara en su vehĆculo.
āEsto va a durar lo que tenga que durar āaseguró Pablo tres horas mĆ”s tarde cuando estacionaba su carro en el edificio de Guerreros de la arena.
āTonto āaseguró NicolĆ”s quitĆ”ndose el cinturón de seguridadā, sabes que te estĆ” engaƱando con tu peor enemigo y no hacĆ©s nada. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
āNi peor lucha que la que no se hace, habla de tu situacion con Esteban.
NicolÔs lo miró con odio mientras se bajaban del carro.
āSos deplorable, Pablo.
Pablo se rió, supo que NicolĆ”s sentĆa atracción por Esteban, el odiado dueƱo de esa empresa de lucha erótica, pero Ć©l ni lo miraba porque Pablo le habĆa dicho que era Ć©l quien tenĆa enamorado al dueƱo de ese lugar.
āTe espero en la arena, guerrero. Deseo que ganĆ©s y le patees el orto al idiota con el que peleas asĆ como yo te pateĆ© a vos.
RiĆ©ndose, ambos se separaron por diferentes caminos. Pablo fue directamente a su camerino asignado para esa noche donde se cambio de ropa y se dirigió a la arena donde ya lo aguardaba su oponente. Un hombre con un cuerpo perfectamente formado, corpulento, tenia el pecho eludo y las piernas gordas y un paquete prominente su polla se veĆa levantada a la derecha dejando sus bolas expuestas.
Cuando el combate dio inicio, Pablo tomo ventaja logrando acertar un puñetazo en la entrepierna del hombre llamado Jean, cuando se acercaba a él, Pablo se agachó y estampó su puño.
Jean abrió los ojos y quedó inmóvil, sus manos cubrieron su entrepierna mientras retrocedĆa uniendo sus rodillas.
Pablo sonrió.
āĀæSe te acabó la fuerza, guerrero? ācomentó con una sonrisa mordaz.
Jean se echó a reĆr, doblĆ”ndose apretando los dientes, continuaba frotando su entrepierna.
āSerĆ” mejor que disfrutes del corto tiempo que te queda con ese paquete āfue lo que pudo comentar.
āYo tengo mis bolas intactas... tĆŗ no puedes decir lo mismo... idiota.
Jean tenĆa la vista clavada en la abultada entrepierna de Chacón.
Pablo sonrió con malicia.
āĀæTe la quieres comer, eh? Tengo bastante leche para tu cena.
Mientras hablaba le dio una rÔpida ventaja a Jean que movió la pierna acertando una dura patada en las bolas de Pablo provocando un ruido sordo.
La boca de Pablo tembló mientras el dolor se esparcĆa de sus grandes testĆculos aplastados. Sus ojos se cerraron y soltó un gemido lamentable llevando sus manos a la entrepierna y cayendo de rodillas al piso.
Jean se rió.
āĀæQuien tiene ahora las bolas mĆ”s debilitadas? āpreguntó.
Pablo sujetaba sus bolas mientras hundĆa la cabeza en el suelo, cerraba los ojos y mostraba los dientes procesando el fuerte dolor.
Jean sonrió. Se acercó al muchacho en el suelo y agarrÔndolo de los cabellos lo hizo levantar, quejidos de Pablo escuchó el público presente en la arena.
Jean apretó el puño y apuntó un sólido golpe a los abdominales del pobre Pablo.
La expresión facial de Pablo cambió inmediatamente. Su boca emitió un rugido largo.
Jean empujó otro puñetazo en el estómago de Pablo sacando todo el oxigeno de su cuerpo.
Un tercer golpe a su abdomen lo hizo saltar en el aire.
El cuarto golpe hizo que Pablo cayera de bruces al piso acurrucĆ”ndose protegiendo su abdomen con los brazos. TenĆa la respiración entrecortada intentando normalizarse.
Jean sonrió y sin dejar pasar el tiempo de recuperación lo agarró de los pies y los separó en el aire.
āĀ”NO! āgritó Pablo en un intento vano quiso cubrir sus genitales, pero Jean resultó mĆ”s rĆ”pido.
Jean pisoteó la abultada entrepierna de Pablo, que marcaba sus grandes huevos en su escroto.
Pablo gritó en agonĆa.
Jean apretó la mandĆbula retorciendo el pie con saƱa mientras Pablo intentaba quitar el pie de sus bolas.
Los cojones de Pablo estaban siendo espachurrados contra su pelvis arrancƔndole duros gritos.
Pablo trataba desesperadamente de salir de su situación desgraciada, pero Jean se afincaba en sus bolas.
MovĆa el pie de lado a lado sin cesar machacĆ”ndole los cocos.
Pablo gemĆa de dolor, jadeaba de cansancio, estaba derrotado y debilitado.
DespuĆ©s de un pisotear su hombrĆa Jean soltó las piernas de Pablo y el muchacho se acurrucó echo un ovillo, sollozando de dolor.
āĀæY ahora quien tiene las bolas mĆ”s destruidas? ĀæQuien chilla por sus pepas?
Pablo gimió.
Jean se rió tan pesado que a los fans de Pablo quien usaba por alĆas "El Gato" aquello molestaba. Jean alzó otra vez el pie y pisó la costilla de "El gato".
Pablo comenzó a retorcerse tosiendo y escupiendo saliva.
Jean sonrió y pisó otra vez el Ôrea de las costillas de Pablo haciende rugir de dolor.
Pablo ahora estaba mĆ”s enfocado en sobar su estómago y el costado dejando de cubrir la fuente de aquellas peleas eróticas de Guerreros de la arena. Jean miró con un brillo en los ojos la desprotegida entrepierna que mantenĆa una gran erección y unas bolas grandes bajo el grueso pene.
Jean subió otra vez el pie y lo afincó con fuerza en las bolas de Pablo, repitió la hazaña dos, tres, cuatro veces, Pablo aullaba de dolor mientras la planta del pie aplanaban sus delicadas huevas, a cada rudo aplastamiento el pene del muchacho se crispó sin control.
La vista de Pablo ya estaba clavada en el techo, con los ojos hĆŗmedos y la boca proclamando alaridos.
El pie de Jean aplastaba la entrepierna de Pablo, golpeando su pene erecto y sus bolas.
Pablo gritaba de forma gutural. Dentro de su ropa interior blanca, la polla empezó a expulsar borbotones de leche cremosa que se impregnó en la tela.
Jean con una sonrisa de victoria soltó las piernas de Pablo permitiendo que el derrotado se acurrucara agarrando su virilidad mientras gemĆa de dolor.
āĀæAhora quien llora por sus bolas? ĀæQuien ha ganado y echo eyacular al perdedor?
Aplausos y vitores adornaron el triunfo de Jean alias "Speedy RƔmirez".
...
Media hora mÔs tarde Pablo estuvo en su camerino donde se cambió de ropa interior y se preparó para salir, intentó contactar a Alfredo y no hubo respuesta de su parte.
"Debe estar con Jorge" pensó.
Cuando llegaba al estacionamiento -donde NicolĆ”s dijo que lo esperaba- recibió un whatsapp del rubio que se leĆa:
Estoy ocupado de trabajo.
Pablo caminó a su vehĆculo a paso lento porque estaba cojeando por la hinchazón de sus testĆculos, divisaba la silueta a lo lejos de NicolĆ”s.
āĀ”Hey, El gato, Pablo Chacon! ālo llamaron tras su espalda.
Cuando Pablo dio la mediavuelta se quedó impactado a tal punto que sus ojos se abrieron como platos. Ante él sonriendo y con postura firme estaba David.
āHola, Pablo... Lamento que hayas perdido el combate de hoy.
āEh... ehhh... no... no te preocupes, no... no ha sido nada.
āĀæTe sientes bien?
āEstoy adolorido pero ya me repondrĆ©, no es nada grave.
āQue bueno. Si te siente muy mal podemos ir a un hospital.
āNo, estoy bien. ĀæTĆŗ quĆ© haces aquĆ?... Si puedo saber.
āSoy tu fan āaseguró David rascandose la nucaā. Casi siempre que puedo venir es a ver tus combates. JamĆ”s pensĆ© que te iba a conocer, y hoy cuando te vi nunca creĆ que te fuera a conocer trabajando en esa empresa, vestido asĆ, trajeado y como todo un intelectual en ese cargo.
āTe sorprenderĆas de todas las funciones que tienen los otros luchadores de la categorĆa underground.
āPor lo general siempre ganas los combates, es lo que me gusta de ti y, por verte. Esta maƱana no sabĆa si saludarte o no, decidĆ callar y no decirte nada, al final tĆŗ ni me conocĆas por estar yo siempre entre el pĆŗblico.
āYa ves, nos conocemos āafirmó Pablo sufriendo al tener una erección y un fuerte dolor de testĆculosā. Y te voy a ayudar a ampliar el gimnasio, ya me entregaron el informe y esta semana diseƱo el presupuesto, te lo entregarĆa el lunes próximo.
āAh, que bueno. AsĆ...
ParecĆa que David iba a seguir hablando hasta que la pegadiza voz de NicolĆ”s retumbó tras Chacón.
āHey, PablĆn. Apurate, chĆ©. Tengo hambre y quiero cenar ya.
Pablo le dirigió una mirada asesina y NicolĆ”s se devolvió altivo sobre sus pasos. Cuando miró a David, este parecĆa excusado.
āAy, Pablo no sabĆa que te estaban esperando. Disculpa.
āNo, no te preocupes, no es importante. Ćl sólo es...
āNo, yo tambien me voy, es tarde ya. Cuidate y ya tienes mi nĆŗmero para que me avises del presupuesto. Que estes bien y ganes las próximas batallas.
Ambos se dieron un apretón de mano y David dio camino hacia tres vehĆculos, alguno de ellos serĆa el suyo. Pablo caminó en dirección a NicolĆ”s.
āTe voy a matar āle dijo cuando subieron al automovilā, pensarĆ” que eres mi pareja āvio por el retroviso el rodar de un potentĆsimo carro amarillo.
āQuedate tranca que te dije que me iba a desquitar porque vos tenes enamorado a mi Esteban.
āPues no me voy a quedar tranquilo.
āAdemas vos tenĆ©s que solventar tu problema con Alfredo antes de andar de ojo alegre. Tu problema con ese gorilón te estĆ” afectando tanto que te estĆ” haciendo perder. Bueno, chĆ©, era obvio que ibas a perder contra mi, pero Ā”contra ese pibe de hoy! ChĆ©, yo a ese lo derrotĆ© con el primer golpe... las pelotas casi se le salieron por la boca del patadón que le regalĆ©.
Pablo miró a ambos lados de la salida del estacionamiento intentando divisar en vano el deportivo vehĆculo amarillo.
āĀæObservaste con quien estaba hablando?
āUn poco.
āPues era Ć©l.
āĀæQuien?
āPues, tonto. El muchacho del que te hable en la oficina, quien buscaba un presupuesto para su gym.
NicolÔs abrió la boca y los ojos.
āĀæEse es el que vos dijiste que estaba piola, musculoso y te habĆa gustado?
ā... SĆ, un poco.
āChĆ©, estĆ” feo, tiene cara de villero, jajaja, villero con suerte. Yo pensĆ© que te estaba asaltando.
Pablo lo miró con cara que querĆa decir "no me vaciles".
āNo estĆ” feo ādijoā, y tampoco tiene cara de malviviente.
āBueno, cualquier cosa puede ser mejor que Alfredo, incluso ese villero.
āĀ”Te mandarĆ© al subsuelo de una patada a los huevos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario