Pablo en Guerreros de la arena (12/15): David - Las Bolas de Pablo

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11 feb 2016

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Pablo en Guerreros de la arena (12/15): David

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Desde que Pablo trabajaba en la empresa de construcción junto a su padre -y ahora mĆ”s recientemente su hermana Yenny- acostumbraban a turnar un vehĆ­culo por semana para trasladarse hasta la empresa, esa semana era Marcos Chacón quien manejaba.

   
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—Te he hemos sentido como triste los Ćŗltimos dĆ­as —comentaba el seƱor Marcos—. ĀæTe sucede algo que no nos hayas dicho?

   ā€”No —respondió Pablo desviando la mirada a la ventanilla—, no me sucede nada. Yo estoy tranquilo.

   ā€”Yo tambiĆ©n te he sentido mĆ”s pendejo de lo normal —murmuraba su hermana—, a mi tampoco me has querido contar nada.

   ā€”Pero no sean tan dramĆ”ticos que no me pasa nada, estoy tranquilo. No se pinten tantos cuadros que no hay colores.

   ā€”Entonces si no sucede nada sube ese Ć”nimo y cambia la cara —aseguró el seƱor Marcos.

   En aquel momento la camioneta del patriarca Chacón penetraba al
estacionamiento ubicada a un Ɣrea lateral de la constructora, luego de
aparcar en una zona específica se apearon y enseguida el señor Chacón fue abordado por unos obreros que se dirigían a una obra. Pablo y Jenny caminaron hasta la escaleras que los conducían al interior del edificio. Yenny se dirigió rumbo a la oficina donde se desempeñaba, Pablo continuó en la planta baja donde caminó a la recepción lugar que era atendido por una bella rubia.

   
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   ā€”Hola, Paola, Āæcómo estĆ”s hoy?

   ā€”Muy bien, Pablo —aseguró ella con una sonrisa.

   ā€”Paola, Āæayer por la tarde llegó alguna recepción para mi?

   ā€”No, en lo absoluto. Todo lo que ayer llegó, ayer lo entreguĆ©. Pero
para usted nada se dejó aquí.

   ā€”EstĆ” bien, Paola. Entonces debe estar por llegar hoy. Te agradezco
mucho que apenas llegue lo subas a la oficina, es un asunto importante, es una carta enviada desde MÔlaga con documentación importante sobre una construcción y debo trabajar en eso lo mÔs pronto posible.

   ā€”Entendido, Pablo.

   En aquel preciso instante llegó a la recepción un sujeto de piel morena, cuerpo fuerte y arduamente trabajado para mostrar cada fibra de potente mĆŗsculo, usaba barba y el cabello corto, el sujeto saludó con cortesĆ­a y se dirigió a la mujer que se habĆ­a puesto mĆ”s vivaracha como cuando llegaba un buen mozo a la recepción. Pablo discretamente lo miró de pies a cabeza.

   ā€”... y estoy interesado en buscar el presupuesto para la ampliación de un local —terminaba de explicar.
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   Pablo se apresuró en responder antes que la chica, al final era su labor, asĆ­ aprovechaba la ocasión de abordar al guapo tipo. Apenas le habló observó como el muchacho le miraba por primera vez, unĆ­a las cejas a tiempo que sonreĆ­a mirĆ”ndole, luego al ver la reacción confusa de Pablo, recuperó el aplomo.

   ā€”El Ć”rea de presupuesto es en lo que te puedo ayudar. Soy Pablo Chacón, gerente de la oficina financiera de la empresa —le tendió la mano—, ĀæEspecĆ­ficamente quĆ© local deseas ampliar?

   ā€”Es un gimnasio —detalló el hombre intentado reprimir una sonrisa—, El Capitolio, soy su dueƱo y quiero hacerlo mĆ”s grande de lo que es.

   ā€”Muy bien —afirmó Pablo, conocĆ­a aquel exclusivo lugar—. Para ello deberĆ­as traer documentación sobre las dimensión actual del gimnasio, acĆ” ella te entregarĆ” una hoja donde rellenarĆ”s las remodelaciones que quieres efectuar, luego todo eso me serĆ” entregado —Pablo sonrió por la burocracia que aplicaba aquel lugar de trabajo—, allĆ­ te enviarĆ© unos expertos que terminaran por detallar mĆ”s profundamente el lugar y me entregaran un informe mĆ”s preciso con la remodelacion, en base a eso harĆ© el presupuesto y te lo presento.

   El hombre afirmó con la cabeza.

   ā€”Entonces si tienes el plano con las medidas del local puedes entregarlo.

   ā€”Tengo el documento con el terreno —afirmó el joven—, ahĆ­ se especifican las medidas.

   ā€”Es vĆ”lido. Entonces puedes dejarlo con ella y llenar la planilla.

   ā€”Oh, muy bien —afirmó el hombre sonriendo.

   MirĆ”ndose a los ojos ambos se despidieron dejando a Pablo contrariado y con algunas confusiones. El hijo de Marcos Chacón subió en ascensor a su oficina, estaba seguro que ese muchacho reprimió una sonrisa cuando apenas lo vio, ya cuando llegaran los papeles a su oficina sabrĆ­a su nombre.

   Entró al despacho y se centró en terminar el trabajo que habĆ­a dejado el dĆ­a anterior. Ciertamente si estaba triste desde hacĆ­a varios dĆ­as, pues habĆ­a descubierto que verdaderamente Alfredo mantenĆ­a una relación secreta con Jorge, una persona muy detestable con la que ya habĆ­a tenido ciertas rivalidades, y Pablo nunca se hubiera esperado una traición tan grave de parte de Alfredo, lo peor del caso era que Alfredo le trataba como si nada entre ellos estuviera mal y lo peor aun era que Pablo le seguĆ­a el juego y seguĆ­a compartiendo en pareja con Ć©l como si no supiera nada. Incluso el sexo habĆ­a perdido su magia pero Alfredo daba su mejor actuación.

   "QuĆ© descarado" pensaba a veces Pablo cuando lo miraba a los ojos.

   El telĆ©fono de la oficina empezó a sonar y Pablo acudió a contestar.

   ā€”Hey, chĆ©, Āæya fuiste a saludar a tu fiel pareja?

   ā€”Callate, NicolĆ”s, o te romperĆ© la boca.

   ā€”He, pibe, pero si yo soy franco. Es el tipo de allĆ” abajo que estĆ” jugando con vos. Yo sólo querĆ­a saber como te sentĆ­s hoy y si amaneciste con las ganas de ya acabar con la treta de tu parejita.


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 Pablo lanzó un pesado suspiro, inesperadamente NicolĆ”s se habĆ­a convertido en un gran amigo para Ć©l y fue quien le ayudó a descubrir que en realidad Alfredo si le engaƱaba con Jorge al prestar su vehiculo para seguirlo, sin esperarselo NicolĆ”s se habĆ­a convertido en ese poco tiempo en gran confidente y amigo.

   ā€”ChĆ©, vos no podes seguir asĆ­. Ese boludo no se puede seguir mofando de ti... bueno, el boludo sos vos realmente, tremendas huevas jajaja.

   ā€”NicolĆ”s ya tendrĆ© mi tiempo para descubrirlo. Quiero esperar hasta que Ć©l se atreva.

   ā€”ChĆ©, ordenarĆ© que te fabriquen un cómodo asiento para que te sentes a esperar. EsperaĀ“ bajare con los obreros... Ā”Ese pibe nunca te contarĆ” nada! Tiene tiempo con el otro muchacho, no te contarĆ” nada... sos muy inteligente para tomar esa actitud, Pablin...

   ā€”Espera... —Pablo miró a la puerta que era tocada—. Adelante.

   Hubo una corta comunicación entre Ć©l y su secretaria que le entregaba un lote de papeles que cuando quedó solo, Pablo comenzó a hojear.

   ā€”ĀæQuĆ© fue eso, Pablo?

   ā€”La seƱora Rosa que me entregó los datos de un cliente que conocĆ­ abajo en recepción......... asĆ­ que tiene por nombre David Aceituno...

   ā€”ĀæAceituno? Jeje, bonito apellido.

   ā€”Pues no —sonrió Pablo—, bonito es Ć©l.

   ā€”Ā”Heeeey, sos un sucio, Pablo! Pero contĆ”, Āæcomo es el fulano ese que conociste?

   ā€”Es guapo, con el cuerpo fuerte como me gusta, no es tan alto pero tampoco chaparro...

   ā€”Y rubio como dios nórdico, supongo que ha de ser parecido al tonto de tu novio fiel

   ā€”Pues no, es muy moreno, tiene linda sonrisa y de cara tierna... me gustó. A parte que intentaba ocultar una sonrisa cuando apenas me vio.

   ā€”ĀæEstĆ”s seguro?

   ā€”SĆ­, yo estaba muy pendiente de su rostro... oprimĆ­a una sonrisa.

   ā€”QuizĆ”s se te estaba saliendo un moco, pibe. O vio la cara de pervertido que tenĆ©s.

   ā€”No seas idiota.

   ā€”Ā”AJAJAJAH!... ChĆ©, ĀæestĆ”s seguro si es gay?

   ā€”No... estoy con la duda...

   ā€”Que sonso... ĀætenĆ©s batalla hoy?

   ā€”SĆ­.

   ā€”ĀæIrĆ”s con tu fiel pareja, o invitarĆ”s a tu nueva conquista?

   Pablo lanzó una risa.

   ā€”InvitarĆ© a Alfredo.

   ā€”ChĆ©, rompes pelotas, Āæcomo podes seguir tratando a ese hijo de perra como si nada, eh? Me sacĆ”s de las casillas.

   Antes de que Pablo pudiera responder NicolĆ”s cortó la comunicación, Pablo le iba a devolver la llamada pero meditó en que ya la molestia se le pasarĆ­a al joven. Por breves segundos se quedó mirando el nĆŗmero telefónico de David.

   "ĀæY si lo llamo para avisarle que ya tengo sus requisito?" Pensaba ". No, mejor mando a hacer la inspección y lo contacto cuando tenga su presupuesto y lo cite aquĆ­. Ā”Controlate Pablo, aun tienes una situación que controlar con Alfredo!"

   Pablo se dedicó a su trabajo, despuĆ©s de mediodĆ­a supo que la inspección se estaba efectuando en el gimnasio de David. Antes de la hora de salida de la jornada laboral visitó a Alfredo planteĆ”ndole el acompaƱamiento a la batalla el cual alegó que estaba atareado de trabajo y no lo podrĆ­a acompaƱar y acarreó una discusión por parte de Pablo al decirle que antes lo acompaƱaba a todas partes y ya no.

   ā€”Pero antes no tenĆ­a el trabajo de ahora —le respondió Alfredo.

   Al final Pablo prefirió serenarse y aceptar la negativa del fortachón, salió de su oficina contĆ”ndole vĆ­a celular lo ocurrido a NicolĆ”s, que terminó riendose de la situación y aceptó acompaƱarlo siempre que lo llevara en su vehĆ­culo.

   ā€”Esto va a durar lo que tenga que durar —aseguró Pablo tres horas mĆ”s tarde cuando estacionaba su carro en el edificio de Guerreros de la arena.

   ā€”Tonto —aseguró NicolĆ”s quitĆ”ndose el cinturón de seguridad—, sabes que te estĆ” engaƱando con tu peor enemigo y no hacĆ©s nada. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

   ā€”Ni peor lucha que la que  no se hace, habla de tu situacion con Esteban.

   NicolĆ”s lo miró con odio mientras se bajaban del carro.

   ā€”Sos deplorable, Pablo.

   Pablo se rió, supo que NicolĆ”s sentĆ­a atracción por Esteban, el odiado dueƱo de esa empresa de lucha erótica, pero Ć©l ni lo miraba porque Pablo le habĆ­a dicho que era Ć©l quien tenĆ­a enamorado al dueƱo de ese lugar.

   ā€”Te espero en la arena, guerrero. Deseo que ganĆ©s y le patees el orto al idiota con el que peleas asĆ­ como yo te pateĆ© a vos.

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   RiĆ©ndose, ambos se separaron por diferentes caminos. Pablo fue directamente a su camerino asignado para esa noche donde se cambio de ropa y se dirigió a la arena donde ya lo aguardaba su oponente. Un hombre con un cuerpo perfectamente formado, corpulento, tenia el pecho eludo y las piernas gordas y un paquete prominente su polla se veĆ­a levantada a la derecha dejando sus bolas expuestas.

   Cuando el combate dio inicio, Pablo tomo ventaja logrando acertar un puƱetazo en la entrepierna del hombre llamado Jean, cuando se acercaba a Ć©l, Pablo se agachó y estampó su puƱo.

   Jean abrió los ojos y quedó inmóvil, sus manos cubrieron su entrepierna mientras retrocedĆ­a uniendo sus rodillas.

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   Pablo  sonrió.

   ā€”ĀæSe te acabó la fuerza, guerrero? —comentó con una sonrisa mordaz.

   Jean se echó a reĆ­r, doblĆ”ndose apretando los dientes, continuaba frotando su entrepierna.

   ā€”SerĆ” mejor que disfrutes del corto tiempo que te queda con ese paquete —fue lo que pudo comentar.

   ā€”Yo tengo mis bolas intactas... tĆŗ no puedes decir lo mismo... idiota.

   Jean tenĆ­a la vista clavada en la abultada entrepierna de Chacón.

   Pablo  sonrió con malicia.

   ā€”ĀæTe la quieres comer, eh? Tengo bastante leche para tu cena.

   Mientras hablaba le dio una rĆ”pida ventaja a Jean que movió la pierna acertando una dura patada en las bolas de Pablo provocando un ruido sordo.

   La boca de Pablo tembló mientras el dolor se esparcĆ­a de sus grandes testĆ­culos aplastados. Sus ojos se cerraron y soltó un gemido lamentable llevando sus manos a la entrepierna y cayendo de rodillas al piso.

   Jean se rió.

   ā€”ĀæQuien tiene ahora las bolas mĆ”s debilitadas? —preguntó.

   Pablo  sujetaba sus bolas mientras hundĆ­a la cabeza en el suelo, cerraba los ojos y mostraba los dientes procesando el fuerte dolor.

   Jean sonrió. Se acercó al muchacho en el suelo y agarrĆ”ndolo de los cabellos lo hizo levantar, quejidos de Pablo escuchó el pĆŗblico presente en la arena.

   Jean apretó el puƱo y apuntó un sólido golpe a los abdominales del pobre Pablo.

   La expresión facial de Pablo cambió inmediatamente. Su boca emitió un rugido largo.

   Jean empujó otro puƱetazo en el estómago de Pablo sacando todo el oxigeno de su cuerpo.

   Un tercer golpe a su abdomen lo hizo saltar en el aire.

   El cuarto golpe hizo que Pablo cayera de bruces al piso acurrucĆ”ndose protegiendo su abdomen con los brazos. TenĆ­a la respiración entrecortada intentando normalizarse.

   Jean sonrió y sin dejar pasar el tiempo de recuperación lo agarró de los pies y los separó en el aire.

   ā€”Ā”NO! —gritó Pablo  en un intento vano quiso cubrir sus genitales, pero Jean resultó mĆ”s rĆ”pido.

   Jean pisoteó la abultada entrepierna de Pablo, que marcaba sus grandes huevos en su escroto.

   Pablo  gritó en agonĆ­a.

   Jean apretó la mandĆ­bula retorciendo el pie con saƱa mientras Pablo intentaba quitar el pie de sus bolas.

   Los cojones de Pablo estaban siendo espachurrados contra su pelvis arrancĆ”ndole duros gritos.

   Pablo trataba desesperadamente de salir de su situación desgraciada, pero Jean se afincaba en sus bolas.

   MovĆ­a el pie de lado a lado sin cesar machacĆ”ndole los cocos.

   Pablo  gemĆ­a de dolor, jadeaba de cansancio, estaba derrotado y debilitado.

   DespuĆ©s de un pisotear su hombrĆ­a Jean soltó las piernas de Pablo  y el muchacho se acurrucó echo un ovillo, sollozando de dolor.

   ā€”ĀæY ahora quien tiene las bolas mĆ”s destruidas? ĀæQuien chilla por sus pepas?

   Pablo  gimió.

   Jean se rió tan pesado que a los fans de Pablo quien usaba por alĆ­as "El Gato" aquello molestaba. Jean alzó otra vez el pie y pisó la costilla de "El gato".

   Pablo  comenzó a retorcerse tosiendo y escupiendo saliva.

   Jean sonrió y pisó otra vez el Ć”rea de las costillas de Pablo haciende rugir de dolor.

   Pablo ahora estaba mĆ”s enfocado en sobar su estómago y el costado dejando de cubrir la fuente de aquellas peleas eróticas de Guerreros de la arena. Jean miró con un brillo en los ojos la desprotegida entrepierna que mantenĆ­a una gran erección y unas bolas grandes bajo el grueso pene.

   Jean subió otra vez el pie y lo afincó con fuerza en las bolas de Pablo, repitió la hazaƱa dos, tres, cuatro veces, Pablo  aullaba de dolor mientras la planta del pie aplanaban sus delicadas huevas, a cada rudo aplastamiento el pene del muchacho se crispó sin control.

   La vista de Pablo ya estaba clavada en el techo, con los ojos hĆŗmedos y la boca proclamando alaridos.

   El pie de Jean aplastaba la entrepierna de Pablo, golpeando su pene erecto y sus bolas.

   Pablo  gritaba de forma gutural. Dentro de su ropa interior blanca, la polla empezó a expulsar borbotones de leche cremosa que se impregnó en la tela.

   Jean con una sonrisa de victoria soltó las piernas de Pablo permitiendo que el derrotado se acurrucara agarrando su virilidad mientras gemĆ­a de dolor.

   ā€”ĀæAhora quien llora por sus bolas? ĀæQuien ha ganado y echo eyacular al perdedor?

   Aplausos y vitores adornaron el triunfo de Jean alias "Speedy RĆ”mirez".

 ...

   Media hora mĆ”s tarde Pablo estuvo en su camerino donde se cambió de ropa interior y se preparó para salir, intentó contactar a Alfredo y no hubo respuesta de su parte.

   "Debe estar con Jorge" pensó.

   Cuando llegaba al estacionamiento -donde NicolĆ”s dijo que lo esperaba- recibió un whatsapp del rubio que se leĆ­a:

Estoy ocupado de trabajo.

   Pablo caminó a su vehĆ­culo a paso lento porque estaba cojeando por la hinchazón de sus testĆ­culos, divisaba la silueta a lo lejos de  NicolĆ”s.

   ā€”Ā”Hey, El gato, Pablo Chacon! —lo llamaron tras su espalda.

   Cuando Pablo dio la mediavuelta se quedó impactado a tal punto que sus ojos se abrieron como platos. Ante Ć©l sonriendo y con postura firme estaba David.

   ā€”Hola, Pablo... Lamento que hayas perdido el combate de hoy.

   ā€”Eh... ehhh... no... no te preocupes, no... no ha sido nada.

   ā€”ĀæTe sientes bien?

   ā€”Estoy adolorido pero ya me repondrĆ©, no es nada grave.

   ā€”Que bueno. Si te siente muy mal podemos ir a un hospital.

   ā€”No, estoy bien. ĀæTĆŗ quĆ© haces aquĆ­?... Si puedo saber.

   ā€”Soy tu fan —aseguró David rascandose la nuca—. Casi siempre que puedo venir es a ver tus combates. JamĆ”s pensĆ© que te iba a conocer, y hoy cuando te vi nunca creĆ­ que te fuera a conocer trabajando en esa empresa, vestido asĆ­, trajeado y como todo un intelectual en ese cargo.

   ā€”Te sorprenderĆ­as de todas las funciones que tienen los otros luchadores de la categorĆ­a underground.

   ā€”Por lo general siempre ganas los combates, es lo que me gusta de ti y, por verte. Esta maƱana no sabĆ­a si saludarte o no, decidĆ­ callar y no decirte nada, al final tĆŗ ni me conocĆ­as por estar yo siempre entre el pĆŗblico.

   ā€”Ya ves, nos conocemos —afirmó Pablo sufriendo al tener una erección y un fuerte dolor de testĆ­culos—. Y te voy a ayudar a ampliar el gimnasio, ya me entregaron el informe y esta semana diseƱo el presupuesto, te lo entregarĆ­a el lunes próximo.

   ā€”Ah, que bueno. AsĆ­...

   ParecĆ­a que David iba a seguir hablando hasta que la pegadiza voz de NicolĆ”s retumbó tras Chacón.

   ā€”Hey, PablĆ­n. Apurate, chĆ©. Tengo hambre y quiero cenar ya.

   Pablo le dirigió una mirada asesina y NicolĆ”s se devolvió altivo sobre sus pasos. Cuando miró a David, este parecĆ­a excusado.

   ā€”Ay, Pablo no sabĆ­a que te estaban esperando. Disculpa.

   ā€”No, no te preocupes, no es importante. Ɖl sólo es...

   ā€”No, yo tambien me voy, es tarde ya. Cuidate y ya tienes mi nĆŗmero para que me avises del presupuesto. Que estes bien y ganes las próximas batallas.

   Ambos se dieron un apretón de mano y David dio camino hacia tres vehĆ­culos, alguno de ellos serĆ­a el suyo. Pablo caminó en dirección a NicolĆ”s.

   ā€”Te voy a matar —le dijo cuando subieron al automovil—, pensarĆ” que eres mi pareja —vio por el retroviso el rodar de un potentĆ­simo carro amarillo.

   ā€”Quedate tranca que te dije que me iba a desquitar porque vos tenes enamorado a mi Esteban.

   ā€”Pues no me voy a quedar tranquilo.

   ā€”Ademas vos tenĆ©s que solventar tu problema con Alfredo antes de andar de ojo alegre. Tu problema con ese gorilón te estĆ” afectando tanto que te estĆ” haciendo perder. Bueno, chĆ©, era obvio que ibas a perder contra mi, pero Ā”contra ese pibe de hoy! ChĆ©, yo a ese lo derrotĆ© con el primer golpe... las pelotas casi se le salieron por la boca del patadón que le regalĆ©.

   Pablo miró a ambos lados de la salida del estacionamiento intentando divisar en vano el deportivo vehĆ­culo amarillo.

   ā€”ĀæObservaste con quien estaba hablando?

   ā€”Un poco.

   ā€”Pues era Ć©l.

   ā€”ĀæQuien?

   ā€”Pues, tonto. El muchacho del que te hable en la oficina, quien buscaba un presupuesto para su gym.

   NicolĆ”s abrió la boca y los ojos.

   ā€”ĀæEse es el que vos dijiste que estaba piola, musculoso y te habĆ­a gustado?

   ā€”... SĆ­, un poco.

   ā€”ChĆ©, estĆ” feo, tiene cara de villero, jajaja, villero con suerte. Yo pensĆ© que te estaba asaltando.

   Pablo lo miró con cara que querĆ­a decir "no me vaciles".

   ā€”No estĆ” feo —dijo—, y tampoco tiene cara de malviviente.

   ā€”Bueno, cualquier cosa puede ser mejor que Alfredo, incluso ese villero.

   ā€”Ā”Te mandarĆ© al subsuelo de una patada a los huevos!

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